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Day by Day por Aurora Execution

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Notas del capitulo:

He estado ocupada en estos días, pero ya estoy aquí, de regreso ;)

Infinitas gracias a quienes leen. Sin más espero y disfruten de la lectura.

V

Regreso

 

Había un reloj perdido en la pared que marcaba las dos de la madrugada. Soplaba mucho viento fuera, de las hendiduras de la madera vieja se colaba silbando un canto que a nadie parecía molestar.

El hombre que atendía esa noche lo observó con desgano mientras repasaba la barra con un trapo algo sucio, y no era para menos, el sujeto había ingresado al bar cuando el sol comenzaba a ocultarse, le llamó la atención pues su bar era más una pequeña comunidad donde ya todos se conocían, en cambio ese hombre era la primera vez que lo veía por ahí. Se había sentado en la esquina de la barra, pidió una jarra de cerveza y allí se quedó. Apenas si había bebido medio vaso. No se movió, parecía perdido, abrumado y desalentado. El hombre sentía curiosidad pues, a simple vista, era una persona elegante, por demás si se entraba en detalles como su pulcritud y postura. Y su belleza.

 

Dio un gran suspiro irritado y se acercó.

 

—¿Mala noche? mira, en un par de minutos tendré que cerrar, así que si no vas a terminar tu cerveza, paga y vete—dijo con desdén.

 

Levantó la vista del vaso y observó a su alrededor. Todavía había varios hombres, y no se les observaba muy dispuestos a marcharse, al menos no en lo inmediato. El sujeto simplemente lo estaba echando. Sus ojos se clavaron en el hombre que aguardaba por su dinero, no parecía muy mayor, pero sí muy arruinado, las bebidas y la vida nocturna se tatuaban en los pliegues de su rostro y cuello. Finalmente dio un corto gruñido antes de sacar la billetera del bolsillo de su chaqueta, tiró unos cuantos billetes sobre la barra y terminó por incorporarse para salir de ahí.

El dueño del bar lo observó hasta que la puerta se cerró, luego tomó el dinero refunfuñando improperios sobre jóvenes irrespetuosos y desvergonzados.

 

Apenas salir del bar, el viento helado golpeó su cara mareándolo, ajustó su chaqueta, observó la hora en su reloj pulsera y se dispuso a regresar a su hogar. Había estado dándole vueltas a la proposición que el ejército le dio, pero para ello debía abandonar su vida, o la que había comenzado a armar después del obligado retiro que tuvo que afrontar.

 

Habían pasado casi cinco años desde que se subiera a un avión por última vez. Y aquella vez le había costado su carrera. Observó su brazo por puro reflejo, lo movió, estiró, empuñó sus dedos y los relajó. Su movilidad era perfecta tanto que en ocasiones olvidaba que no era de carne y hueso. Sonrió, si bien haber perdido un brazo fue un proceso terrible, también lo había acercado a la persona que lo levantaría de su miseria. Hubo muchos días en los que pensó que estaba acabado por el resto de su vida, pero gracias a la eficiencia e inteligencia de él, ahora contaba con un brazo de metal completamente funcional. Y por ello el llamado.

Para cuando llegó a su casa, ya eran pasadas las tres, y su respuesta debía estar sobre el escritorio a las seis.

 

—¿James? ¿Dónde te habías metido? Me tenías preocupado.—escuchó que le hablaban apenas ingresar a la habitación.

 

—Disculpa, necesitaba pensar…

 

Se acercó a la cama, depositando un beso sobre la frente del hombre en la cama.

 

—Lo estás considerando, ¿no es así?—Para ese momento, su pareja se había incorporado de la cama, abrazándolo por detrás. Se relajó al sentir la suave respiración del otro sobre su nuca.

 

—No quiero dejarte solo.

 

Aquellas palabras hicieron temblar al cuerpo menudo que se aferraba a su cintura. Se giró para tomarlo en sus brazos y besarlo. Había amado su tiempo en el ejército, cada misión, sin embargo ahora era ese hombre de una mirada castaña que le había robado por completo el corazón, era él a quien amaba. Su prioridad.

 

—No quiero ser un obstáculo en tu carrera, cuando cree la prótesis, estaba consciente de que en cuanto te acostumbraras y tuvieras libertad y control de ella, te reincorporarías al ejército, es tu sueño, es lo que eres James, y no quiero que eso cambie.

 

—¿Por qué eres tan perfecto?—dijo acariciando su perfil con infinita ternura. Adoraba esos rasgos finos que delineaban ese rostro, sus pómulos prominentes, sus labios finos y rosas, sus largas y pobladas pestañas.

 

—No lo sé, pero lo soy—dijo sonriendo con picardía.—Ve, yo estaré aquí cuando regreses, esperándote ansioso, ¡pero ahora te daré la mejor noche de despedida de tu vida!

 

James largó una carcajada, apretando el abrazo y volviéndolo a besar.

 

—Te amo Anthony.

 

—Eso también ya lo sé, y yo también lo amo, Sargento.—Ambos sonrieron besándose dispuestos a perderse el uno en el otro.

 

Días después Anthony despedía a su esposo, James observó una sonrisa distinta a todas las anteriores, una llena de anhelos, besó sus labios y con esa imagen perfecta  subió al avión. Tony apretó su palma sobre su vientre. Ahora ambos, él y ese pequeño que albergaba en su interior, aguardarían por su regreso para darle la feliz noticia.

Notas finales:

Y, ¿qué les ha parecido? 

Debo decir que nunca estuve muy familiarizada con el mpreg, sin embargo ésta es la segunda vez que escribo sobre ese genero. No es un omegaverse y eso, simplemente un embarazo masculino xD No sé, digan  ustedes si quieren más de esta temática. 

Espero sinceramente que hayan disfrutado de la lectura. Será hasta el próximo capítulo. Gracias por leer.


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