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Hit & Fkkk por HeeHee

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Kim Kibum no tenía tiempo para perder en pendejadas, mucho menos en juegos de aplicación. Aigo, pero eso fue antes de que su asistente Taemin le descargara por error Pokemon Go y toda prioridad se fuese a la mierda.

 

-¡Ya no sé lo que es comer sentado como una persona normal, porque el huevo no se abrirá si no muevo mi culo y patas! ¡sigan comiendo!

 

Se excusaba en la cafetería cada mañana mientras empujaba a todo el que se le metiese en medio y atentara contra el nacimiento de un nuevo pokemon que casi siempre resultaba ser un...pidgey.

 

-Tiene una comida con el presidente del banc...

 

-¡Cancélala! Hay un Eevee en la esquina y es el que necesito para que evolucione y...

 

-Claro, claro.

 

Al igual que de locos, poetas y putos Kibum pronto comprendió que el mundo estaba lleno de Pidgey's, Rattata's y, como no,...Eevee's. Si quería un pokemon decente, algo que no tuviese ya en su pokedex, mover el culo no bastaba pues debía de pedir a su asistente que le alistara un auto y lo llevara por la ciudad y más allá.

 

 

 

-¡CHARMANDER EVOLUCIONÓ!-celebró elevando el puño en señal de victoria.

 

-Estupendo, señor, sabía que podía hacerlo. -le felicitó el chofer viéndole por el retrovisor.

 

-Obvio.

 

-Ahora bien...,eh, ¿señor?

 

-¿Qué?-preguntó, relamiéndose los labios secos y agrietados.

 

-¿Cree que pueda no moverse y llamar a emergencia para que... traigan una grúa y nos ayuden a no caernos de este puente, señor?

 

Sí, al parecer el jueguito era peligroso si te ibas a buscar pokemones por el puente Han y...quedabas con medio auto colgando en el aire.

 

 

 

-Aigo, ¿ya está aquí?

 

-Sí, y voy a fingir que tu tono de sorpresa no me ofende, Taemin-ssi.-murmuró, rascándose un ojo mientras se servía una abundante taza de café

 

-Pero son las cinco de la mañana y es sábado, -razonó, ladeando la cabeza.- y usted nunca trabaja el fin de semana, ¿acaso se cayó de la cama?

 

-No...-le miró dejándole ver los ojos inyectados en sangre y sobre una cuna de ojeras, sacándole un grito de terror.-...porque no llegué a ella.

 

La adicción era real.

 

-Debe dormir.

 

-No, no puedo.

 

-¡Debe hacerlo, es ridículo que no lo haga por un simple juego!

 

-¡Juego que me descargaste tú y que me dijiste era lo que necesitaba para distraerme de tanto trabajo, Lee Taemin!

 

-Pero...

 

-Ahora cierra la boca y tráeme una RedBull, necesitaré alas para cuando aparezca pikachu.-le despachó con un ademán antes de irse en blanco en el cómodo sillón de su monocromática oficina.

 

 

 

-Lo que usted ha sufrido es conocido como un shut down.-informó el medico sin despegar la vista de su tableta.

 

-¿Un qué?

 

-Es decir, su cuerpo tomó el control y decidió darse de baja al usted no importarle su salud y darle el descanso y las horas de sueño necesarias para vivir sanamente, en pocas palabras, es su señal de decirle que se está matando.

 

-C-cómo...

 

-¿Ha sentido los labios secos?

 

-Sí.

 

-¿La mente pesada y borrosa?

 

-Sí, pero es porque soy jef...

 

-¿Se le olvidan las cosas que antes no?

 

-¿A quién no?

 

-¿Tiene problemas para dormir?

 

-¡Es el estrés del trabajo, joder!

 

-¿Tiene apetito?

 

-¡NUNCA HE SIDO DE COMER TANTO!

 

-Bien, póngase cómodo -sonrió el de bata blanca tras su tableta, dirigiéndose una mirada. En otra situación le habría parecido guapo, pero ahora solamente quería meterle la tableta por el rincón más apretado de su cuerpo.

 

-¿Por qué? –apretó los dientes.

 

-Porque por su bien voy a dejarle aquí con nosotros una semanita por agotamiento, punto final. Pase buenas tardes.

 

-Taemin.

 

-¿Diga?

 

-¿Cuál es el nombre de ése hijo de puta?

 

-Eh, Kim Jonghyun, señor, ¿por qué?

 

-Porque voy a patearle el culo.-murmuró, cerrando los ojos al sentir pesado los parpados.Aigoooooo, quería descansar un poquito, solo un poquiiiiito.-Pero luego de dormir.

 

 

 

Una semana después de recargar bien las baterías y darle el descanso necesario a su cerebro el rubio corría libremente entre mariposas lanzando flores, ¡era libre!

 

-No te preocupes, Tae-ssi, que estos días aislado me han servido para reflexionar y darme cuenta de lo estúpido que he sido por perder la cabeza con un juego de niños.

 

Sonrió, poniéndose los lentes de diseñador, avanzando con energía por el parque al que había ido a estirar las piernas mientras sonaba su celular y Taemin atendía la llamada como siempre.

 

-¿Eh? ¿ahora? ¡ya voy!

 

-¿Qué sucede?

 

-Es de la lavandería, su traje Armani para la cena de esta noche ya está listo. Aigo, necesito unas putas vacaciones, estoy volviéndome loco.-murmuró por lo bajo y Kibum, como todo jefe, fingió no escucharlo.

 

-Ve, ve.-tomó el celular para verle irse y darle espacio.-Bueno, supongo que me compraré un helado...-asintió tan feliz como un niño para ir a buscarse un cono de helado de almendra.

 

-Aquí tiene.

 

-¡Gracia!-lamió, caminando bajo el sol.

 

-¡...lo he atrapado!

 

-¡Genial!

 

-¡Mamá, mamá, se ha abierto el huevo!

 

-¡Aigo! ¿y qué te dio?

 

-¡Es squirtle!

 

Bien, lo había intentado. ¡Hora de abrir el puto juego! Ancló el dedo en la aplicación y esperó a que cargara, rezando porque Taemin no se le apareciera a lo Harry Potter y le regañara, chillando como colegiala al ver todos los pokemon que tenía alrededor.

 

-¡Tengo que atraparlos!-rugió, comenzando la caza.

 

Luego de una hora de purificar el parque...le vio aparecer. El pokemon más famoso e icónico le esperaba al otro lado del parque, ¡reto aceptado!

 

-¡Pikachu, eres mío!

 

Le lanzó la pokebola justo cuando escuchó un chirrido de neumáticos y se vio dando una vuelta en el aire a lo Matrix, saliéndole disparado un zapato y el celular, para luego rodar por el asfalto con sangre en la boca y la frente, cada uno de sus órganos por dentro llorando un río más extenso y caudaloso que principales dieciséis ríos del país combinados.

 

-¡Aigo! ¡no te vi lo juro! ¡no te muevas, tranquilo, soy doctor y...!-sus caras lo dijeron todo al reconocerse.

 

-Kim Jon-Jonghyun...,lo dejé pasar porque me pareciste lindo, pero me temo que sí voy a tener patearte el culo.

 

-No te muevas, tranquilo. A ver, sigue mi dedo...-le pidió, y lo hizo.-Que no te muevas dije, por favor.

 

-Mi c-celular, cabrón, dame mi celular.

 

-En la frente solamente tienes un raspón y tu boca...te mordiste la mejilla al caer, pero tienes todos los dientes y...la lengua intacta.-negó, dándole el aparato.

 

-¡OH, NO, MIRA LO QUE HICISTE!.-lloriqueó patéticamente, asustándole, y le lanzó con el aparato a la cara.-¡PIKACHU HA ESCAPADO!

 

-¿Qué? –frunció el ceño.-Momento, acabas de salir del hospital, donde pasaste una semana por culpa de este jueguito, ¿y volviste a caer? Eres increíble.

 

-¡Omo, no volví a caer!-se defendió.

 

-Claro que sí.

 

-¡Si lo hice o no, no te importa! ¡he perdido a Pikachu y eso no puedo perdonártelo! –ladró, poniéndose de pie entre muecas. Jonghyun le imitó velando que no fuese a desmayarse o algo peor.-Pídeme perdón por arruinarme tan maravilloso año.

 

-¿Te he arruinado el año?-se carcajeó Jonghyun, metiéndose las manos en su elegante abrigo azul marino. El invierno estaba cerca, las naranjas hojas ya habían caído, y por ello una mullida y pálida bufanda le escondía media bonita cara al doctor dándole un aire a modelo que le hizo estremecer los huesos.

 

-Sí, por tu culpa jamás atraparé a pikachu y seré un entrenador mediocre, debes pedirme perdón.-se cruzó de brazos, nariz hacia el cielo.

 

-Lo siento, Kim-ssi, no fue mi intención echarte mi auto encima...-reconcilió Jonghyun con una reverencia, conteniendo la risa.-...y hacer de ti un entrenador mediocre y llorón.

 

-¡Yah!

 

-Para que veas que mis disculpas son sinceras y de corazón, te invito a cenar.

 

-¿E-eh?

 

-Pero...si no quieres...lo entiendo.-se encogió de hombros, alejándose con una sonrisita que le erizó el...alma.

 

-¡Claro que sí acepto, me lo debes!

 

Horas más tarde –y con una advil en el sistema– Kibum reía como el pato Lucas luego de que se abriese la botella Chardonnay entre a ellos, habiendo olvidado al bicho amarillo que no había atrapado y encantado de la vida con el Mcdreamy coreano y de carne y hueso vestido de Armani que era Kim Jonghyun.

 

Kim Kibum no era conocido por ser un hombre de polvos casuales, ni siquiera recordaba la última vez que había comprado condones, pero aquella noche todo apuntaba a que se la meterían con ayuda de saliva y le nevarían en la cara, y, sinceramente, no podía estár más emocionado.

 

-Yo tengo condones.

 

Tal vez aquello no era correcto. Tal vez era una locura. Tal vez se arrepentiría. Tal vez nunca más volviesen a verse. Y él estaba bien con eso, porque nunca había buscado ser el ideal, sino pasar un buen rato.

 

Besos.

 

Mordidas.

 

Saliva.

 

-No esperes que sea delicado,...-susurró Jonghyun, haciéndole posar las manos sobre el ventanal mientras besaba su oreja y hombro, no dejando espacio entre ellos, haciéndole sentir lo duro que lo tenía. -Porque no lo mereces.

 

Penetración.

 

Dolor.

 

Gozo.

 

Los húmedos e hinchados labios de Kibum se abría solamente para jadear, gemir y gritar su nombre, su cuerpo vibrando al ritmo de las embestidas y nalgadas, completamente atrapo en el deseo de ser solo suyo.

 

Cayó de rodillas y le dejó que le echara la cabeza para atrás de un jalón de pelo para abrir la boca y verle con el delineador corrido y una mueca de satisfacción y complicidad, mientras la primera nevada de la estación se le estrellaba en la cara, justo como lo había imaginado.

 

-Creo...-empezó a decir, lamiéndose los pringosos dedos sin dejar de admirar toda su agitada y sudada anatomía.-...que tengo que escribirle un mensaje a mi asistente.

 

-¿Justo ahora que estoy listo para la segunda ronda?-preguntó el doctor, poniéndosele detrás para inclinarse y leer sobre su hombro el mensaje que parecía no poder esperar a que destrozaran la habitación.

 

Lee Taemin, gracias por descargar el puto juego y mañana mismo partirás a Jeju hacia esas vacaciones que tanto te mereces.

 

PD: Si regresas con algún Pikachu registrado en tu pokedex considérate despedido:)

 

Lanzó lejos el celular entre risas y se separó las nalgas, haciendo al otro silbar, y giró el rostro para verle sobre el hombro con malicia.

 

-¿Dónde nos quedamos?

 

 

 

Tal vez nunca habría una despedida entre ellos. Tal vez había encontrado su nuevo vicio. Pero solo tal vez.

Notas finales:

pueden seguirme en wattpad ► https://www.wattpad.com/user/suckmyagony

 

gracias por leer :D


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