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MENSAJE DE TEXTO por Aifoss

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Notas del capitulo:

Me di cuenta que había cometido un errór en la publicación del capítulo 12, pues estaba repetido (soy una bruta) asi que mejor borré el cap 11 y continua la historia...como disculpa subiré otros dos capítulos...bueno, aquí  va uno :)

Llegué a la puerta de su camerino. Medite un poco en cómo responder el mensaje que “él” me envió respecto al nombre, no quería darle tan a la ligera mi nombre exacto o apellido, así que un seudónimo que aparente mi nombre no sería mala idea.

Hemos estado hablando unos días y creo que no me importaría decirte mi nombre. Soy Tetku, y es un placer irrumpir entre tus mensajes” –envié. 

 

Toqué a la puerta y Haizaki abrió. Entré y no me dijo nada simplemente se sentó frente al televisor. Estaba viendo una película de amor. Me senté a su lado y él no me miró. 

 

- ¿Estás bien? –le pregunté. Sentí cómo mi celular comenzaba a vibrar de nuevo. 

 

- Sí –respondió. Solo así. 

 

- ¿Seguro? Luces molesto –le dije. Me miró con el ceño fruncido y luego giró su cara hacia la televisión. 

 

- Estoy bien, deja de preguntarlo. 

 

- Lo siento –dije acurrucándome en su hombro. Él puso su brazo sobre mi cuello pero no me acariciaba ni decía nada. Decidí leer el mensaje. 

“Es un placer para mí conocer al chico que hace que mi día no sea una total porquería, soy Daimine” –recibí. Daimine era un nombre extraño pero interesante. Ahora por fin podría ponerle nombre al chico que robaba mis sonrisas sinceras. 

 

Hola Dai-kun, ¿una total porquería? Deberías de sentirte mejor. Se supone que encontraste el amor y que lo aprovecharías” –envié. 

 

Haizaki no me decía nada, ni siquiera me miraba. Al parecer estaba muy interesado viendo la película. Me alejé de él y dejé que mi mente divagara un poco. 

Se supone que lo aprovecharía pero no tengo la fuerza suficiente. Estoy algo cansado de estar enamorado. Como que el amor no es para mí” –recibí. 

Fui a la cocinita y me serví un café cargado. 

 

“El amor es algo extraño y difícil de comprender. Admito que para mí fue algo interesante. No lo termino de entender… ahora estoy en la casa de mi novio y él me está ignorando” –realmente me ignoraba. Pensé que esta noche sería como la tarde, tan afectiva y encantadora pero vi que no. Tomé unos cuantos sorbos a mi café y luego llegó otro mensaje. 

 

¿Ignorándote? Lo que yo haría si te tuviera conmigo. Hablaríamos de todo, veríamos películas, te contaría chistes, jugaría contigo, bailaría, no lo sé… pero me gustaría ser él en este momento” –me llegó. 

Por extraño que parezca a mí también me gustaría que fueras él en este momento. No entiendo qué le pasó. ¿Será bipolar?” –envié y reí. Haizaki me observó molesto. 

 

- ¿Con quién hablas? –preguntó con el ceño fruncido. 

 

- Con mi amiga de la que te platiqué –mentí. 

 

- Tetsuya, no me mientas, sé muy bien que no hablas con una chica –me dijo molesto. 

 

- ¿A qué te refieres? –pregunté confundido. Sabía que estaba por descubrirme. 

 

- Tetsuya, deja ese celular y vente conmigo –dijo señalando el sillón. 

 

- Espera en un momento voy –dije cuando sentí que mi celular vibraba. 

 

- ¡Que dejes el celular, Tetsuya! –me dijo molesto. 

 

- ¡No! –dije alterado también- ¡Tú no me mandas! –dije con el ceño fruncido. 

 

- Claro que sí –me dijo caminando hacia mí de forma imponente. 

 

- No, no es cierto –dije cerca de él. 

 

- ¿No? –dijo mirándome románticamente, pero que bipolar es. 

 

- No –escupí la palabra con el ceño fruncido. 

 

- ¿Seguro que no? –respondió con voz aterciopelada. Negué con la cabeza. Se siguió acercando a mí. 

 

- ¿Eres bipolar? Primero peleamos y ahora me quieres seducir –alegué un tanto incómodo. 

 

- Tú de verdad no sabes disfrutar del momento – se alejó de mí. 

 

- Es que… -lamenté haber dicho eso- es que es verdad. No sé qué esperas ahora de mí. 

 

- Ya vayamos a dormir. Estoy cansado –dijo y apagó el televisor. 

 

- ¿Solo así, sin hablar, jugar, contar chistes o bailar? 

 

- Tetsuya, estamos cansados ya. Yo no haré nada de eso, solo quiero dormir –dijo y caminó a la habitación. Dejé que se fuera y leí el mensaje. 

“Ese chico no es bipolar, es un idiota que no sabe aprovechar la oportunidad de estar con alguien como tú. ¡Cómo desearía ser él!” –me envió. Sonreí ante su mensaje. En verdad a mí también me gustaría estar con este chico misterioso que hacía que mi corazón se acelerara al escuchar la melodía de mi celular. 

 

Gracias por ser tan genial. Ahora creo que iré a dormir. Espero que mañana tengamos una conversación como esta, siempre me subes el ánimo. Te quiero Dai” –envié. 

 

Caminé a la habitación y allí estaba Haizaki, durmiendo como una piedra. Sobre toda la cama desarreglada y llena de cosas. La verdad no me interesaba mucho estar allí con él. Tomé mi almohada y salí del camarote. 

 

“Que descanses Tet. Créeme que mañana lo primero que haga al despertar será enviarte un mensaje, para preguntarte cómo te fue con el chico ese” –recibí. 

 

“De acuerdo, esperaré con ansias escuchar la notificación de mi celular. Que duermas bien Daimine” –envié. Iba caminando hacia mi camarote y recordé que Kagami también se quedaría allí. Toqué a la puerta y salió el pelirrojo con un short negro y sin camisa. 

 

- ¿Qué haces aquí? –preguntó. 

 

- Bueno, es mi camarote Kagami-kun, y decidí quedarme aquí –dije y entré al camarote, mi hermana traía un blusón largo. 

 

- ¿Dormirás aquí? –preguntó. 

 

- Sí, hoy no tengo ganas de estar con Haizaki. 

 

- ¿Te gustaría quedarte con Aomine? –preguntó Kagami.

 

- No… prefiero dejarlo descansar –dije y me acosté en el sillón. 

 

- Bueno… creo que yo me voy para que Tetsu no duerma en el sillón –dijo Kagami  y Riko lo abrazó. 

 

- No –dije yo- está bien, quédate en la habitación, solo será por esta noche. Mañana veré qué hago –dije. 

 

- No… en serio, por mí no hay ningún problema –comentó Taiga. 

 

- Quédate hoy Kagami-kun –pedí. Me miró extraño y luego sonrió. 

 

- Está bien –dijo y entró al cuarto con Riko. 

Estuve tirado en el sillón observando el techo y examinando mi día. La había pasado bien con Haizaki, solo que esta noche me había confundido un poco. Es bueno y luego no lo es… ¿me pregunto qué le estará pasando? 

Tomé mi cámara y comencé a observar las fotos que había tomado. Noté que tenía muchas de los chicos. Ellos eran realmente guapos, incluso Murasakibara con quien menos hablaba. Parecía ser un chico infantil, pero protector; Midorima también parecía ser protector y el más serio de los cinco. Me gustaría tener una conversación seria con él. En la foto me mostraba esa hermosa sonrisa suya, sus ojos verdes esmeralda también eran muy bellos. Takao aparecía a su lado, parecían ser muy felices. Himuro estaba al lado de Murasakibara quien comía un poki, pero sus ojos estaban totalmente iluminados. 

 

Había otra foto dónde salía Akashi recién salido de la piscina con todo el cuerpo mojado, sacudiendo su cabellera a la luz del crepúsculo, su cuerpo perfectamente tallado y  sus ojos cerrados con tranquilidad. No recuerdo en que momento le saqué la foto, pero me sentí un acosador enfermo, aunque no me arrepiento.

Kagami tenía una foto enojado, fue la que le tomé cuando vieron a Haizaki por primera vez y otra donde salía haciendo gestos. Él era demasiado genial. Tenía cerca de veinte fotos del odioso asesino de cámaras. En algunas aparecía serio, otras sonriendo y en otras parecía distraído viendo hacia cualquier otro lado como siempre. Sus ojos eran hermosos y su sonrisa hipnotizadora. Me puse la almohada bajo la cabeza y traté de conciliar el sueño.

 

 

(Narra Midorima)


Era tarde por la noche y yo no podía conciliar el sueño. Takao estaba en mis brazos, al parecer él ya estaba dormido. Me moví un poco y deshice el abrazo en el que estábamos. 

Salí de la habitación y caminé hacia la cubierta, necesitaba respirar un poco. La verdad es que quería pensar, tal vez encestar un rato. 

Estaba caminando un tanto distraído cuando noté que alguien hablaba, era extraño pues ya eran las tres de la madrugada. Reconocí inmediatamente la vos de la chica. Dejé de caminar y me puse a escuchar lo que estaban hablando. 

 

- Noté cómo me miraste –dijo ella. 

 

- Pensé que después de tantos guiños no reaccionarías –dijo el chico. 

 

- Lo siento pero no podía decirte que sí en el instante. ¿Qué tal si me descubrían? 

 

- Nos descubrirían a ambos –dijo él. 

 

- Pero ahora sé que no lo harán –dijo ella. 

 

- ¿Aún estás dispuesta a eso? –preguntó el chico. 

 

- No lo sé… ¿tú lo estás? –Preguntó ella- Esto le dolerá a él cuando se entere. 

 

- ¿A ti no te importará cuanto le dolerá a él? –preguntó la voz masculina confundido. 

 

- En realidad no. Lo he lastimado tantas veces que creo que ahora no le duele demasiado. 

 

- Pues espero que sea cierto lo que dices- Se escuchó algo como si fuera un beso y luego se cerró la puerta de alguna habitación. 

¿Qué demonios estaba haciendo Momoi con Haizaki? Esto era demasiado para mí, tal vez yo estaba confundiendo las voces o algo. Haizaki parecía estar muy enamorado de Tetsuya. ¡No, esto es solo mi imaginación! 

Seguí caminando hacia el elevador y luego de llegar a la cubierta me dirigí a la cancha de basket donde empecé a encestar mis canastas. Con el sigilo de la noche, y la ininterrumpida brisa marina, recordé la vez que conocí a Takao, aun no entiendo cómo es que él se fijó en mí. 


----------------*Flashback*--------------------


Recuerdo la primera vez que lo vi en la librería, él se estaba peleando con el cajero porque no tenían cambio de su billete. 

 

- ¡Cómo es que no tiene cambio, se supone que es una tienda con bastantes clientes! 

 

- Sí, pero nadie nos trae un billete de semejante cantidad –dijo el chico apenado. 

 

- No tengo cambio –dijo él revisando sus bolsillos- ¿Tengo que dejar mi libro? Siempre vengo aquí…–dijo desesperado. 

 

- Sí no encuentra con qué pagarlo, sí –dijo el chico.

 

- ¡Maldición! –dijo molesto. Dejó el libro en el mostrador y caminó hacia la puerta. Le pagué la obra que yo estaba llevando y vi el del azabache allí, la verdad me dio un poco de pena que se desperdiciara, era un buen libro, no cualquier basura literaria, y sé la frustración cuando uno no consigue la lectura que desea. 

 

- ¿Podrías cobrarte este también? –dije tomando el libro que dejó. 

 

- ¿Seguro? –dijo el tipo. 

 

- Sí, por favor –pedí. Me dio mi cambio y salí para ver si el chico aún andaba cerca. Al frente del establecimiento había un parque y él estaba sentado, con sus manos abrazando sus rodillas. Tenía la cabeza gacha y parecía sollozar. Saqué una pluma de mi mochila junto a un trozo de papel y escribí…

“Disfrútalo. Un libro leído a la mitad es como un amor dejado a medias. Espero que estés bien, si deseas saber quién escribió esto, gira tu cabeza a la derecha” 

 

Me acerqué silenciosamente a él y puse su libro cerca, para que al alzar la mirada lo viera. Luego caminé hacia la derecha y me senté en la banca más cercana. Estuve allí dándole lectura al libro que compré hasta que él reaccionó. Miró el libro y tomó la nota, luego de leerla. Alzó la mirada hacia mí y se sonrojó. Yo no pude evitar sonreír, es que cuando él me miró, sus ojos se iluminaron y esbozó una hermosa sonrisa, la cual se robó mi corazón. 

Se levantó y caminó hacia mí y yo le dejé espacio para que se sentara. 

 

- Hola, soy Takao Kazunari –dijo un tanto sonrojado. 

 

- Midorima Shintaro… –dije sonriéndole. 

 

- Yo… 

Allí fue como comenzó nuestra historia. Daba las gracias a que su padre le hubiera dado tanto dinero, así yo lo pude conocer. Esa tarde estuvimos sentados en esa banca por seis horas. Platicando sobre nosotros, sobre la historia de ese billete y sobre todo lo que se nos venía a la mente. 

Cada martes de la semana, yo iba a comprar un nuevo libro y él ya estaba sentado en esa banca, con el libro que le obsequie en mano. Ese chico del libro…había robado mi corazón completamente.


-----------------*Fin del recuerdo*-----------------


- Hola, ¿me recuerdas? –dijo la chica rubicunda de mi lado. Perfectamente la recordaba, era la media hermana de Satsuki. 

 

- Hola, Saori. Claro que te recuerdo –dije forzando amabilidad. 

 

- Nos sigues odiando a ambas, ¿verdad? –dijo, más bien afirmó. 

 

- No te odio, simplemente me mantengo alejado de personas que nos pueden traer problemas. 

 

- Prometo no volver a darte problemas Shintaro –dijo ella. 

 

- Saori… trataste de besarme frente a Takao, sabiendo que es mí pareja y además era nuestro aniversario. 

 

- Ya… solo estaba jugando –dijo sentándose a mi lado- He cambiado, además conocí a alguien muy lindo. Se llama Kouki Kuroko, es bastante atractivo y tiene un carácter muy lindo. Me trata como si fuera una princesa y… lo que más me gusta es… que hace lo que yo quiero.

 

- Pues me da gusto que hayas conseguido a alguien –pensé rápidamente en Kouki, era el hermano de Tetsuya. Realmente esperaba que él estuviera bien. Ellas eran toda dulzura al principio, pero luego caían en la oscuridad de su corazón, si es que tienen y nosotros salíamos fuertemente heridos. Saori era igual a Satsuki, pero en pequeño y rubia; pues solo tenía 16 años. Sin embargo, escuche una vez a Tetsuya comentar que su hermano conoció a una chica extranjera llamada “Penny”, pero una vez los vi a la distancia y era Saori, ¿Por qué cambiaría su nombre?

 

- A mí también, espero que siga siendo un buen chico conmigo. ¿Es hermano de un amigo tuyo no? –dijo confundida. 

 

- Es hermano de Tetsuya –dije aclarando sus ideas. 

 

- Sí, él no le agrada a mi hermana, creo que piensa que le quitará a Aomine –dijo ella. 

 

- Pues yo lo veo muy poco probable, pues él está comprometido con un chico llamado Haizaki. Se ven enamorados –dije mientras miraba hacia el océano.

 

- Su equipo ha estado mejorando –dijo Saori levantándose de la silla. 

 

- Gracias –dije y ella se fue. 

Todo esto era tan extraño. Al salir del camarote pensé que había escuchado a Satsuki y a Haizaki tener algo entre ellos. Luego, llega Saori y me dice que a su hermana no le agrada Tetsuya, además de que tiene una relación con Kouki, la cual ella le dio un nombre falso. ¡Suficiente, me voy a dormir! No quiero formar parte de nada. Esto es demasiado para mí. 

Caminé hacia el elevador, medio dormido y al llegar a mi camarote, Takao estaba despierto y preocupado escribiendo algo en una de mis libretas.

 

- ¿Hola? –dije cuando estuve a su lado. 

 

- ¿Dónde estabas? –preguntó confundido y un tanto lloroso. Me acerqué a él y lo abracé. Solo Takao es el único que conoce mi lado afectivo, pues, él hace que aflore de manera natural. 

 

- Tranquilo, solo salí a respirar un poco de aire, es que no podía dormir –le di un tierno beso. 

 

- Estoy bien –dijo él- solo estaba escribiendo algo para ti Shin-chan –dijo y me mostró un trozo de papel escrito. 

“Gracias por haber comprado ese libro para mí. Desde entonces no he dejado de amarte. Haces que mi día se ilumine con tan solo ver tu cuerpo inmóvil a mi lado. No quisiera que eso acabe nunca, te amo chico del libro”. 

Eso me llegó al alma, no podía creer lo que leía. Él me había dicho varias veces que me amaba, pero nunca me había dicho que amaba al chico del libro, el antiguo yo. Este chico de verdad mantenía mi mundo girando, no… él era mi mundo. 

Me acerqué más a él y lo abracé, estaba sobre él y pude respirar su dulce aroma. Acaricié sus labios con los míos y pude sentir cómo mi corazón se volvía a acelerar. Esa noche… yo le dejaría claro cuánto era mi amor, haría que Takao me amara más de lo que ya lo hacía y haría que me deseara más que nunca, simplemente… le haría el amor como nunca antes…

 


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