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MENSAJE DE TEXTO por Aifoss

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Notas del capitulo:

Lo siento por la demora en verdad:( he estado de viaje y no con las cosas de la universidad que por cierto empiezo en dos meses...actualizare con un cap más esta noche, es mi forma de disculpas xD

(Narra Aomine)

En ningún momento aparte la vista de las teclas. Al levantar la mirada noté que todos me observaban, solo Haizaki estaba observando hacia la puerta. Fue cuando noté que Tetsu ya no estaba allí.



- Fue una hermosa canción, amor –gritó Satsuki aplaudiendo. Yo le sonreí… si tan solo supiera que me rindo de estar enamorado de dos personas y que ninguna es ella.

 

-En verdad me sorprendiste Daiki.- afirmó Akashi

 

 

-Después de todo no eras tan idiota.- acotó Kagami

 

 

- Gracias –dije ignorando el comentario de Bakagami.- ¿Dónde está Tetsu? –pregunté. Satsuki rodó los ojos.

 

- Salió llorando de aquí –dijo como si no fuera importante.

 

- ¿Por qué? –pregunté preocupado.

 

- No sé, seguro otro de sus dramas –dijo Haizaki como si fuera lo más común; ese comentario lo odié.

 

- ¿Por qué no fuiste tras de él? –pregunté molesto parándome del asiento, él me miró sorprendido.

 

- ¿Tenía que hacerlo? –dijo aún sentado.

 

- Si la persona que amo saliera llorando de la habitación no dudaría ni dos segundos en ir a ver qué tiene.

 

- No seas mentiroso –dijo Satsuki- Nunca has ido así tras de mí.

 

- Porque nunca te has ido corriendo así –dije tratando de defenderme.

 

- ¿Entonces debo ir? –se preguntó Haizaki.

 

- No, déjalo que se desahogue. A veces eso es lo que necesitamos –dijo Himuro tratando de desviar la atención del peliceleste. Me le quedé mirando y él solo negó con la cabeza. Sabía que él sabía cómo me sentía.

 

(Narra   Tetsuya) 

 

La melodía que había tocado Aomine hace un momento, me hizo reaccionar de muchas cosas. Yo sí amaba a Haizaki, pero también estaba enamorado de otros dos hombres. ¿Cómo podía ser esto posible? 

Corrí hacia mi cuarto y me aventé a la cama. La verdad era que estaba totalmente confundido. Me quedé dormido y cuando desperté ya eran las diez de la noche. Me levanté y tenía un tremendo dolor de cabeza, había mucho ruido fuera de la habitación. 

 

Salí lentamente y noté que estaban allí todos los chicos, incluyendo sus parejas. Momoi y Haizaki no estaban allí. 

 

- ¿Cómo estás Tetsu? –preguntó el odioso asesino de cámaras, mi amado Aomine. 

 

- Bien Aomine-kun, me duele un poco la cabeza –dije rascándome un ojo. 

 

- ¿Quieres algo de café, un batido, una paleta… un chicle? –preguntó amablemente. 

 

- No, gracias –dije y caminé a la puerta. 

 

 

- ¿A dónde vas Tetsuya? –preguntó Akashi . 

 

 

- Iré… a tomar algo de aire –dije y caminé. 

 

 

- Espera –dijo él- yo voy contigo, si no te molesta claro... 

 

 

- Está bien –respondí aceptando su compañía. 

 

 

Los demás se quedaron callados. Solo nos observaron caminar hacia la puerta, miré ligeramente a todos y me despedí de ellos con una pequeña y forzada sonrisa. Caminamos por el pasillo y él me guio a un pequeño restaurante, aunque más bien parecía una cafetería. Pedí un pastel de vainilla y él uno de chocolate.

 

- No creía que comieras tanto –dijo mirándome comer. 

 

 

- No digas nada Akashi-kun, tu llevas más de tres tajadas –reproché comiendo más. 

 

 

- Bueno, es que yo tenía algo de hambre…–dijo riéndose de una forma muy seductora, yo lo imité y él sonrió. 

 

 

- Me da gusto que vuelvas a reír  –dijo mirándome serio. 

 

 

- Yo también extraño mi risa –dije honestamente. 

 

 

- ¿Qué es lo que te está pasando Tetsuya? Cuando te conocimos, eras un chico fuerte y con un gran carácter. Recuerdo que a Daiki lo llamaste idiota por que tumbó tu cámara. Ahora todo el tiempo te noto cabizbajo  y además te quiebras con facilidad. ¿Hay algo que te molesta? 

 

- No lo sé Akashi-kun, yo también creí que podría seguir siendo fuerte. No sé qué es lo que me está quebrando. 

 

 

- Pues ante todo siempre se perseverante, en que al final todo saldrá bien- tomó mi mano por encima de la mesa.- No te agobies, ni creas que estas solo. Tómate un respiro, relájate y confía que mejorarán las cosas; y si alguna vez vuelves a caer, yo estaré allí, para ti, dispuesto a levantarte con todas mis  fuerzas.

 

 

- Gracias Akashi-kun –puse mi otra mano encima de la suya en señal de agradecimiento. Él me sonrió y sus orbes brillaron de una forma encantadora, dándome a entender que era yo quién causaba ese destello en su mirar. 

 

Estuvimos allí un rato hasta que él me pidió ir al saloncito donde estaba el piano. Caminamos juntos y él pasó un brazo por mis hombros. 

 

- Ánimo, que quiero ver esa hermosa sonrisa en tus labios –me expresó y besó mi cabello. 

 

 

- Akashi-kun, ¿Por qué haces esto por mí?  –pregunté curioso. Desde los primeros días Akashi siempre fue uno de los más atentos conmigo, siempre comprendía como me sentía, y se preocupaba por mi estado; incluso sus sonrisas eran únicamente para mí…todo ello me tenía en cuestionamiento.

 

 

- Porque…- me aferró más a su cuerpo, guardando un silencio.- Porque solté mi mano del mundo para sostener la tuya Tetsuya, y ella seguirá allí hasta que tú mismo pidas que la retire.- me miró a los ojos y sonrió, y puedo jurar que en ellos algo se estrujaba por no escapar, eran lágrimas.

 

 

-Seijuro… gracias.- le sonreí y lo abracé por la cintura,

 

 

Al llegar se hallaba vacío. Me acerqué al piano y acaricié sus teclas. Toqué unas cuantas y luego le di la vuelta y me senté en el banquito. Comencé a tocar un poco. 

 

- No sabía que tocas el piano –informó Akashi. 

 

 

- Lo hacía, pero lo deje hace dos años, desde la muerte de mi madre.- hice una pausa.- Recuerdo que…era una de mis pasiones

 

 

- Si esa pasión aún no ha desvanecido, entonces toca.- Lo miré suspicaz y a la vez agradecido, fue como si me diera un empujón, no espere más y empecé…

 

Con suavidad, pausada a los acordes; subía a un delirio evanescente, sin prisas o desesperos… mi visión se transformaba, la melodía  se hacía reinar entre paredes cobrizas y ajenas; con mi mente perdida encarnaba un sueño…un retrato mío…

 

[…Dos de la madrugada; otra vez, llorando de nuevo en el silencioso sonido de la soledad que quiere seguirme a la cama. Soy un fantasma, un chico anhelando ser la mayoría. Soy la sombra de alguien que solía conocer bien…un chico igual que a mí.

 

Me veo, bailo lentamente en una habitación vacía, y una persona, un  “solitario” toma asiento en primera fila mientras me canta una tranquila canción de cuna. Y  me dejo caer, dejo que el “solitario” tome mi corazón de nuevo, que lo aferre a su tacto frío, pues es quien mejor consuelo le brinda.

 

Un miedo me aguarda, por el dolor de una noche sin amor. Pero la soledad se queda conmigo, y me abrazará hasta quedar dormido…

No soy más que piezas rotas de una historia que apenas respira, donde alguna vez hubo amor, ahora sólo hay yo y el “solitario”...

 

Aún me veo, bailo lentamente en una habitación vacía, ¿puede el “solitario” tomar mi lugar? Aun me canta una tranquila canción de cuna. Me sangran los pies de tanto bailar. Me sangra el alma de tanta soledad…]

 

Terminé de tocar y cerré mis ojos. Ahora me sentía realmente aliviado, pues había encarnado en esa visión exactamente como me sentía y desahogarla a través de la música. Sentía que la soledad invadía mi corazón, reemplazando aquel lugar donde antes había algo de amor. 

 

- Fue… -observé a Akashi, quien me veía con una gran sonrisa en sus labios- Perfecta, asombrosa, tienes un talento… Dios, ¿cómo es que nunca te escuché tocar? 

 

 

- No toco en público, bueno, ya no lo hago–dije haciéndole media sonrisa. 

 

 

- Pues deberías –dijo cerca de mí.- Hazlo por mí

 

 

-Lo intentare Akashi-kun.- lo miré a los ojos

 

 

-¿Lo prometes?-devolviéndome el gesto

 

 

-Lo prometo…

 

(Narra Kouki) 

 

Mis hermanos estaban disfrutando de la compañía de siete chicos muy agradables, la verdad era que me encantaba verlos felices, aunque mi hermano Tetsuya últimamente estaba triste y raro. Haizaki había vuelto a su vida, pensé que estaría aún más contento pero no es así. 

 

Yo conocí a una chica muy linda, su cabello era rubio y sus ojos eran azules. Su nombre era Penny y creo que es mejor amiga de la novia de Aomine porque las veía juntas. Ella me hacía sentir muy extraño. La verdad es que era muy bonita y mucha gente (hablando de hombres) la miraba demasiado. Me hacía sentir privilegiado el salir con ella. Hoy iríamos a cenar juntos.

 

- Hola –dije cuando abrió la puerta del camarote. Lucía un lindo vestido blanco, corto hasta la rodilla y una sonrisa encantadora. 

 

 

- Hola Kouki –dijo y me dio un beso en la mejilla. 

 

 

- Estás muy bonita hoy –le dije y tomé de su mano. 

 

 

- Gracias –dijo y movió su cabello- Te digo algo Kouki… -dijo seria. 

 

 

- Claro –dije instándola. 

 

 

- Tu familia no debería de ser tan amiga de los chicos, los conozco y sé que pueden parecer una gran compañía, pero no lo son. Al final, te olvidan o hacen comentarios a tus espaldas –dijo ella. No podía creer lo que ella decía pues ellos eran bastante agradables. 

 

 

- ¿Si son tan desagradables… por qué tu amiga sale con uno de ellos? –pregunté. 

 

 

- Bueno, es que ella está loca. Una vez – se enganchó de mi brazo- Midorima, el peliverde, ¿sabes cuál no?, me besó justo cuando yo estaba celebrando mi aniversario con mi exnovio. De verdad no entiendo cómo es que él no superó que yo lo rechazara –exclamó. 

 

 

- Pues yo a Midorima lo veo bastante a gusto con su novio Takao, yo creí que solo le gustaban los hombres –dije. 

 

 

- Es que tiene que fingir que ya no me quiere Kouki –dijo como si ella fuera superior a cualquier otra persona. 

 

 

- Como digas –dije aceptando su realidad. La verdad era que yo no quería indagar en su pasado.

 

Todos estos días estuvimos saliendo y ella era muy agradable cuando no sacaba su lado “raro”. A veces se la pasaba diciéndome que Midorima y todos ellos eran unos tipos desagradables y que Tetsuya tenía demasiada suerte por no estar interesado en uno de ellos. 

Penny era agradable, chistosa y carismática, sin embargo, a veces pensaba que me controlaba. Un día ella me obligó a comprarle un bolso de quinientos dólares. De dónde saqué el dinero, de la cuenta de mi padre y todo para que la señorita no me estuviera recriminando que no la quería. Este “noviazgo” comenzaba a molestarme un poco. Ayer por ejemplo, sucedió algo sospechoso; escuché como la pelirosada de su supuesta “amiga” la llamaba con otro nombre, creo que “Saori” y además le trataba de hermana; supuse que era por su amistad pero que le cambie el nombre…hay algo misterioso en todo esto. 

 

(Narra Tetsuya) 

 

Después de tocar con Akashi en el saloncito, salimos a la cubierta para encontrarnos con los demás. La verdad era que se estaban divirtiendo molestando a Kagami, se aprovechaban de él y me causaba mucha risa cuando él se defendía. 

 

- Tetsu ¿Por qué te fuiste así? –preguntó Aomine. 

 

 

- No lo sé Aomine-kun… esa canción… fue muy linda y no quería quebrarme frente a ti –dije apenado. 

 

 

- Ya has llorado frente a mí, y no me importaría abrazarte cada que lo necesites Tetsu -confesó. 

 

 

- Lo sé –dije agachando la mirada- Aomine-kun ¿Me… bueno, -tartamudeé- me darías un abrazo? –pregunté. Me sentía como un niño pequeño pidiendo un abrazo a su padre. 

 

Sentí cómo él rápidamente me rodeo con sus brazos y yo recargué mi cara en su pecho. Disfrutaba tanto del calor que él me transmitía. Sentía que no quería separarme de él. 

 

 

- No me gusta verte triste Tetsu –me susurró. 

 

 

- Prometo ser más fuerte –susurré también. 

 

- Eso espero –dijo y me dio un beso en la frente. 

 

 

 

- Si no fuera porque amo a mi prometido y sé que él no terminaría engañándome, ahorita mismo te estuviera pateando el trasero –dijo Haizaki molesto a nuestro lado. Daiki se separó de mí dulcemente y su mirada cambió de ser dulce a furiosa. 

 

 

- Cállate idiota, la verdad me tienes harto –dijo Aomine furioso. Eso no me lo esperaba. 

 

 

- ¿Qué? –dijo Haizaki sorprendido. Yo también lo miré sorprendido. 

 

 

- Desde que llegaste, Tetsu está de mal humor, se la pasa llorando y siempre está triste, ¿Y tú qué mierda haces? ¡Nada! Hubiera preferido que él no regresara contigo. 

 

 

- Qué lástima que eso no lo decides tú, imbécil –le respondió Haizaki ya molesto. 

 

 

- No, no lo hago, pero también es una lástima que él no se dé cuenta de la clase de porquería con quien se relaciona. 

 

 

- ¿Quién tú? –dijo Shogo, haciéndose el importante. Yo estaba calladito viendo cómo se destruían entre ellos. 

 

 

- Mira pen… -trató de iniciar el moreno. 

 

 

- ¿Qué estás haciendo? –gritó Momoi. La miramos todos sorprendidos. Los demás estábamos callados solo viendo como estos hombres se peleaban. 

 

 

- ¡No te metas en esto! –rugió Aomine molesto. 

 

 

- Estás defendiendo a Tetsuya, ¿Acaso estás enamorado de él? –preguntó Haizaki. Tanto Aomine como todos los que sobrábamos en esa discusión, abrimos los ojos como plato. Él dio un paso hacia atrás y luego me miró. Yo agaché la mirada lentamente, será que sentía demasiada vergüenza y ni siquiera lo podía ver a los ojos. 

 

 

- ¡Responde! –gritó la pelirosa. 

 

 

- Yo… me tengo que ir –dije corriendo de allí. 

 

 

- ¡Tetsu, espera! –gritó Daiki. 

 

 

- ¡No lo detengas!, deja que se largue, siempre huye de sus problemas –alcancé a escuchar a Momoi. Paré en seco y las lágrimas volvían a abarrotarse en mis ojos. Le había prometido a Aomine ser más fuerte así que regresé. Todos me observaban, pero no decían nada. 

 

Después de un minuto de silencio, reuní el valor suficiente y me quité el anillo de compromiso, miré a Haizaki. Quien estaba totalmente nervioso. 

 

 

- Toma –dije entregándole el anillo. 

 

 

- ¿Qué estás haciendo? –dijo horrorizado dando un paso hacia atrás. 

 

 

- Estoy tomando mi tiempo. Se supone que este sería un viaje a una nueva vida, no un viaje al terror. No voy a ser el esposo de un ser que no se interesa realmente por mí. 

 

 

 

- Sabes que me intereso por ti –habló Haizaki, acercándoseme. 

 

 

- Entonces, respetaras lo que quiero –las lágrimas que estaban en mis ojos, habían desaparecido.- Shogo suspiró. 

 

 

- ¿Qué quieres? 

 

 

- Tiempo, necesito tiempo. Aclarar la mente, relajarme y ver qué sucede contigo. Regresamos y al día siguiente me pediste matrimonio, así no se hacen las cosas.- dije serio.

 

 

- Sabes que yo te amo, Tetsuya –susurró. De repente todos los que nos acompañaban desaparecieron en mi mente y solo estábamos él y yo en nuestro pequeño mundo. 

 

 

- Entonces, esperarás –dije dando un paso hacia atrás. 

 

Todos los espectadores estaban observándome. Mi hermana con una sonrisa en los labios y los demás seguían observando a Aomine, quien tenía una inmensa sonrisa dibujada en sus delicados labios. 

 

 

- Ese es el Tetsu que yo conocí –dijo en un susurro apenas audible. Lo miré y le mostré una pequeña sonrisa, la cual él correspondió. 

 

 

- Adiós – caminé hacia la pequeña portezuela que me llevaría a un corredor enorme. 

 

Después de seguir caminando un rato sentí como a mi brazo se enganchaba Riko. Recargó su cabeza en mi hombro y dio un gran suspiro. 

 

 

- Pensé que nuestro Tetsuya había desaparecido. 

 

 

- Tú Tetsuya ha vuelto –susurré y le di un beso en la frente. 

 

(Narra Satsuki) 

 

Después de ver cómo Tetsuya “le pedía un tiempo” a Haizaki, el aludido se fue en dirección totalmente opuesta. Los otros chicos y sus parejas se fueron y nos dejaron solamente a Daiki y a mí. 

 

- ¿Te gustaría explicarme, qué pasó? – le pregunté. 

 

 

- La verdad… no –dijo sin mirarme y dando un bostezo. 

 

 

- Daiki, dime la verdad. 

 

 

- No lo haré, no me sigas rogando –dijo metiendo sus manos a los bolsillos. Sabía perfectamente que él estaba enamorado de Tetsuya. Pero eso no se iba a quedar así. 

 

 

- De acuerdo –dije y metí mis brazos entre los de él-. Perdón por ser a veces una total idiota –dije entre susurros-, no quise hacerte sentir mal. ¿Me perdonas? –supliqué. 
Él seguía callado y sin mirarme. 

 

 

- Me prometiste… que lo intentaríamos. Que intentaríamos salir de nuevo como antes, volver a nuestro ritmo de pareja perfecta. Yo lo estoy intentando, ¿romperás tu promesa? –pregunté un tanto asustada. 

 

 

- No… -susurró cerca de mí- te dije que lo intentaríamos, y lo intentaremos. 

 

 

- Gracias –dije y me acerqué para besarlo, pero él se alejó un poco. 

 

 

- Lo siento –dijo y me dio un beso en la frente- no quiero un beso ahora. 

 

 

- Está bien –hablé tratando de sonar compasiva. Aunque la verdad me estaba muriendo de la furia. ¿Qué se creía para rechazarme de esa forma?. Esto no se quedaría así. Ese peliceleste me las pagaría, definitivamente tengo la ayuda de Haizaki, en esto. 

 

Después de un gran abrazo, él se despidió de mí y yo me fui directa a mi camarote. Allí estaba mi hermana con un lindo bolso. 

 

 

- ¿y eso? –pregunté. 

 

 

- Kouki –dijo con una sonrisa. 

 

 

- Tienes a ese chico controlado –dije acostándome a su lado. 

 

 

- Claro, siempre lo hago y lo sabes –dijo dándome un pequeño golpe en la cabeza. 

 

 

- ¿Cómo lo haces? –pregunté a lo cual ella resopló.

 

 

- Me los gano con cariño y luego les rompo el corazón. Claro que ellos hacen lo que quiero, no sé por qué. 

 

 

- ¿Te acuestas con ellos? –pregunté. 

 

 

- Regularmente sí, pero con Kouki es diferente –dijo mirando su bolso nuevo. 

 

 

- ¿Por qué? –pregunté aún más intrigada. 

 

 

- Porque él no me ha insinuado nada, ni siquiera ha intentado besarme –dijo con una sonrisilla traviesa.

 

 

- Saori ¿Te estás enamorando? –dije levantando un poco las cejas.

 

 

- Claro que no… sabes que esto es puro y simple dinero. 

 

- Pues ten mucho cuidado – me levanté de su cama. 

 

 

- ¿A dónde vas ahora? –preguntó un poco más preocupada. 

 

 

- …tengo que arreglar un problema –dije y salí del camarote. 

Antes de salir hice una pequeña llamada. Cuando terminé supe que el camino estaba libre. Tranquilamente llegué a su camarote y entré sin tocar. 

 

 

- Hola, fue nuevo todo eso –dije sentándome en sus piernas. 

 

 

- La verdad no me lo esperaba, sabía que él es caprichoso, pero no creí que terminara conmigo –dijo Haizaki acariciando mis piernas. 

 

 

- No terminó… te pidió un “tiempo” solo necesitas terminar de conquistarlo. 

 

 

- ¿Pero qué pasa con tu hombre? Él también se la pasa rondándolo. Si sigue así se terminarán enamorando. 

 

 

- Tetsuya ya está enamorado de él –dije sin temor a equivocarme. 

 

 

- ¿Cómo lo sabes? –preguntó acariciando mi cuello.

 

 

 - Soy mujer –dije en un susurro mientras me acercaba a besarlo. Este chico realmente hacía que mi cuerpo se volviera loco. No sé por qué pero al tener sexo con alguien nunca había sentido lo que sentía con Haizaki. Luego de un pequeño choque de electricidad quemando mi cuerpo. 

 

 

- Debe de haber algo que realmente le asuste a él –susurré entre nuestro beso. 

 

 

- Los payasos, pero eso lo mataría –dijo él riendo. 

 

 

- No… algo un poco más serio –acoté, mientras habría las piernas en torno a sus caderas. 

 

 

- No lo sé… tal vez… perder la virginidad –habló serio. A lo cual yo me sorprendí. 

 

 

- ¿No la ha perdido aún? –dije totalmente sorprendida.

 

 

- No… o por lo menos, no lo sé –dijo sonriendo un poco.

 

 

- ¿Cuánto tiempo estuvieron saliendo? 

 

 

- Cerca de dos años y luego terminamos, iniciamos la relación cuando él tenía 16 años y no me dejó tocarlo ni nada. 

 

 

- Pues… creo que ya sé cómo asustarlo –dije con una mirada llena de fogosidad. Me recosté sobre él y dejé que la noche fuera nuestra. 

(Narra Tetsuya) 

 

Estuvimos hablando mi hermana y yo un rato más mientras conciliábamos el sueño. La verdad era que después de pedirle un “tiempo” a Haizaki, me sentía realmente libre. 

 

- Que descanses hermanito –me susurró Riko. 

 

- ¿No extrañas a Kagami-kun por las noches? –susurré a lo cual ella rio nerviosa. 

 

- Un poco –dijo- y eso que solo se quedó dos conmigo. 

 

- Él es un lindo chico, me alegra que salgan –alegué sinceramente.

 

- Sí, es muy amable, cariñoso, simpático y me encantan todas sus excentricidades. ¿Sabías que odia los perros? –preguntó. 

 

- En realidad no… -dije y me comenzó a contar ciertas historias sobre Kagami. 

 

- Simplemente es genial –dio un gran suspiro. 

 

- Me alegra… -suspirando yo también- ¿te puedo hacer una pregunta? 

 

 

- Claro que sí –dijo estirándose para tomar mi mano. 

 

 

- ¿Ya dormiste con Kagami-kun? –pregunté directo.

 

 

- Te refieres a que si ya… tuvimos… -dijo lentamente. 

 

 

- Sí… -dije apenado por preguntarle eso. 

 

- No, la verdad es que cuando se queda aquí, nos la pasamos platicando y viendo películas. Si ha habido ciertos besos y caricias… pero aún no llegamos a eso. Dice que es demasiado pronto para él… le gustaría ir lento, que no tiene prisa. 

 

 

- Entonces no es tan Bakagami –dije riendo. 

 

 

- ¡Sí! –dijo mi hermana con mucha emoción. Sentí cómo mi celular vibraba. Rápidamente lo saqué. 

 

“Hola Tetku, hoy necesito de todo tu apoyo. Sabes que siento muchas cosas por ti, pero también estoy pensando seriamente en lo nuestro y… aunque me gustaría estar contigo de novio. Sé que eso no sucederá. Lo lamento si te lastimé o hice que tuvieras esperanzas conmigo” –recibí. La verdad, yo también estaba completamente seguro de que nunca estaría con él. Así que leer esto no me sorprendió. Sabía perfectamente que esto sucedería. Así que rápidamente le respondí. 

 

“Tranquilo, estoy bien. Prometimos estar juntos en esto. Te pedí que estuvieras conmigo y que no me dejaras, y espero que no lo hagas. Pero también estoy convencido de que la única forma de estar contigo es tras de esta pantallita” –envié. 

 

 

Estuve observando el techo de la habitación y Riko me observaba. 

 

 

- ¿Quién es el chico con el que hablas? –preguntó. 

 

 

- En realidad no lo sé, se convirtió en mi amigo por equivocación –dije honestamente. 

 

 

- ¿Equivocación? 

 

 

- El primer día en que llegamos al barco, después de que Aomine-kun tumbó mi cámara… me sentía tan mal que le envié un mensaje a alguien pensando que era el número de Haizaki. Pero no lo era. Desde entonces mantengo una conversación con él. 

 

- ¿Sabías que eso puede ser totalmente peligroso? –preguntó ella alarmada. Mi celular volvió a timbrar.

 

 

- Lo sé –dije abriendo el mensaje- pero nunca le he contado nada personal. Solo hablamos de cosas triviales. 

 

 

- Pues… he visto que cuando estás enviando mensajes sonríes mucho. Espero que de verdad tengas cuidado. 

 

- Gracias Riko, por comprenderme –dije. 

 

Gracias por ser tan comprensivo Tetku. De verdad, no sabes cuánto me gustaría ser yo el tipo con el que sales. Pero, no lo soy, así que solo disfruto de una buena amistad contigo” –recibí. 

 

“Gracias por pensar eso de mí. Tú también eres comprensivo y dulce, me alegra tanto el haberte conocido, Daimine” –envié. 

 

“Prometimos ser más sinceros. Cada que te sientas mal, desesperado o triste prométeme que mandarás un mensaje y yo estaré dispuesto a llorar contigo, a reír, a animarte, a sentir el sentimiento que tu sientas en ese instante” –recibí. Era bueno saber que a pesar de todo, tenía un buen amigo con quién hablar. 

 

Está bien, pero promete hacer lo mismo. Ahora tengo que dormir, pero me alegra tener un gran amigo como tú” –envié y me acomodé abrazando mi almohada. 

 

“Lo prometo Tetku. Descansa” –recibí por última vez esta noche.


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