Entró en aquella cafetería con la frustración palpada en el rostro, visualizó una mesa disponible y tomó asiento. Siempre es lo mismo. Woo Hyun estaba cansado de esta situación que para el ya era cansina y tediosa, su madre siempre lo arrastraba a ir a citas a ciegas con las hijas de sus superficiales amigas para encontrar a la chica indicada según su progenitora. No obstante siempre accedía a ir para complacerla, pero el resultado siempre era el mismo ninguna resultaba ser la indicada. Cuando iba entender su madre que él era un adulto capaz de tomar sus propias de decisiones y encontrar el amor por si solo. Woo Hyun soltó un suspiro cargado de frustración y paseó su vista por el lugar para observar la cafetería, era un lugar cálido a pesar de lo concurrido que era, las paredes pintadas de un color rosa pálido con algunos cuadros colgados en ella, las mesas eran rectangulares con manteles de un color crema sin duda el lugar era agradable. Sin embargo una voz lo sacó de sus cavilaciones.
-Buenas tardes, ¿Qué desea ordenar?
Preguntó al azabache, un chico de piel blanquecina cabellos castaños y ojos realmente pequeños con una sonrisa. Es lindo pensó.
-Lo siento, Estoy esperando alguien, ¿podrías volver ahora?
Dijo Woo Hyun al chico, lo cual este asintió haciendo una reverencia, dando media vuelta para dejarlo solo de nuevo.
Cada vez que la campanilla de la puerta sonaba al ser abierta el pelinegro desviaba la mirada para ver si se trataba de la persona que el estaba esperando y no era así, pasaron algunos minutos y el chico veía como el camarero quería acercarse a él para tomar su pedido por lo cual este negaba y le hacía señas para que esperará otro poco más.
Comenzaba a exasperarle la situación no le gustaba esperar, miró el reloj de pulso en su muñeca y abrió los ojos en demasía al ver que habían pasado treinta minutos. De nueva cuenta el camarero se le acercó.
-Lo siento joven, ya no puedo esperar más ¿Qué va ordenar?
Preguntó el mismo chico de hace un rato con una sonrisa tímida en el rostro. El pelinegro soltó suspiro de resignación y asintió.
-Un café por favor- dijo sin más, el castaño le hizo una reverencia y se marchó por el pedido.
Siguió al chico con la mirada hasta que lo vio desaparecer por las puertas dobles de lugar lo cual él supuso serian las de la cocina. Woo Hyun estaba molesto quien se creía esa chica para dejarlo a él Nam Woo Hyun el chico que cualquier persona desearía como pareja ya sea hombre o mujer al pelinegro le iban las dos. Tenía esperando treinta minutos ¡¡treinta minutos!! .
El sonido de la campanilla lo sacó de sus pensamientos desvío su mirada hacia la puerta, y divisó a una chica delgada de piel blanca y lozana con el cabello negro un poco ondulado por debajo de sus hombros con un vestido celeste algo ajustado hasta la cintura y luego suelto por encima de sus rodillas, la chica se fue acercando hasta él y supuso que sería ella. Se levantó de su asiento para saludarla como es debido.
-Lo siento tanto, mi auto se descompuso y tuve que esperar que fueran por el, para poder tomar un taxi y venir hacía acá-informó la chica mientras hacia una reverencia con un leve sonrojó en sus mejillas.
-No te preocupes, no hay problema-aclaró el azabache mientras sonreía y le extendía la mano-Nam Woo Hyun un placer-dijo él estrechando manos con ella.
-Seo Ji Soo el placer es todo mio-agregó la chica mientras le mostraba una sonrisa resplandeciente y soltaba su mano para tomar asiento.
-He ordenado un café espero no te moleste-comentó Nam mientras veía a la chica encogerse de hombros y sonreírle.
-Y cuéntame ¿a que te dedicas?-preguntó la chica iniciando la plática.
-Bueno yo soy...-no pudo terminar ya que se vio interrumpido por las palabras del joven camarero.
-Aquí esta su orden-dijo el de ojos pequeños pero al momento de dejar la taza de café en la mesa trastabilló y derramó el contenido de la taza sobre el regazo de Nam.
El pelinegro soltó un alarido de dolor ya que aquel líquido estaba caliente se colocó de pie inmediatamente haciendo que la silla cayera de bruces contra el piso del lugar, logrando que la atención de las demás personas se centrará en ellos. A Nam le importó muy poco y le lanzó una mirada cargada de odio al castaño que lo tensó de pies a cabeza en su lugar. Ji Soo se mantuvo en su lugar sin decir nada Woo Hyun se vía realmente molesto así que decidió mejor no intervenir.
El chico castaño reaccionó al fin y sacó un pañuelo del bolsillo de su pantalón e intentó limpiar lo que había hecho sin embargo el pelinegro lo tomó de las manos de manera brusca y las apartó.
-¿Qué crees que haces idiota?, mira lo que hiciste-sentenció Woo Hyun enojado mientras le señalaba sus pantalones ahora manchados.
-Yo... lo siento mucho-se disculpó el chico mientras hacía una reverencia al otro-Me he tropezado en verdad lo siento mucho.
-¿Te has tropezado? O querrás decir que me has echado el café encima imbécil, ¿Cómo te llamas?-preguntó el azabache furioso.
-Lo siento, de verdad me he tropezado-decía el chico rojo de la vergüenza ya que algunos clientes habían dejado sus asuntos para observar lo que ahí ocurría.
- ¡Joder! Es que no saber decir otra cosa-gruñó molesto-Te hice una pregunta que no me piensas responder ¿cómo te llamas?-volvió preguntar Nam con una creciente irritación.
-Sung Kyu, Kim Sung Kyu-dijo el castaño mientras bajaba la mirada avergonzado.
Aquella situación era bochornosa para ambos chicos ya que se encontraban bajo la atenta mirada de los clientes y hasta de la propia Ji Soo que se mantenía al margen de la situación. Woo Hyun se frotaba las sienes en señal de frustración tenía ganas de golpear a ese gilipollas que le había vaciado el café encima. Por otro lado Sung Kyu se sentía indignado por aquel chico que ni siquiera había aceptado sus disculpas, estúpido pensó. Kim iba protestar pero la voz de su jefe lo dejo helado en el sitio.
-¿Qué pasa aquí?-preguntó confundido Ho Won al notar el pequeño alboroto que se formó en la cafetería y era protagonizado por unos de sus empleados.
Le hizo un ademán con la mano a otros de sus empleados para que disipara las miradas de los curiosos y así fue como todos volvieron a lo suyo. Ho Won le dirigió una mirada interrogante a Sung Kyu por lo que este último comprendió y se disponía a responder cuando la voz del azabache lo interrumpió.
-Su empleado de pacotilla me echo el café encima-siseó Woo Hyun enojado.
-¿Qué dices en tu defensa Sung Kyu?-preguntó de manera tranquila su jefe.
-Yo... tropecé y derrame el café sobre él, pero no fue mi intención hacerlo-se defendió el castaño nervioso, no quería perder su trabajo.
-Lo sé Kyu-dijo finalmente Hoya como suelen llamarlo sus amigos más cercanos-¿Como podemos compensar lo ocurrido? Joven-se dirigió al pelinegro esta vez.
-Llámame Woo Hyun-dijo con simpleza-No lo sé, quizás deberías despedirlo.
-Me temo que eso no será posible Woo Hyun. Debe haber otra forma de remediar lo sucedido-acotó Hoya impasible.
-Acaso no ves como quedó mi pantalón-señaló la prenda afectada Nam con evidente enojo.
-Lo lamento, Si es por de lo de tu pantalón, lo pagaré-respondió rápidamente el de ojos pequeños.
-Me parece lo mejor-lo apoyó su jefe.
Woo Hyun los miro y se frotó el puente de su nariz, era evidente que estaba enojado y frustrado era sus pantalones favoritos, el día no podría ser peor primero un intento de cita con una chica que aunque muy guapa no le despertó un interés en particular, segundo un despistado gilipollas que le quemó las bolas con café, tercero el chico no le desagrado del todo, por supuesto que me las pagarás se dijo Nam para sus adentros. Soltó un gruñido y se dispuso a responderle al joven camarero.
-Esta bien, vendré mañana-dijo con suspicacia dirigiéndole una mirada lasciva- Ponte algo sexy mañana-susurró al oído de Kim haciendo que se esté frunciera el ceño confundido.
-Lo esperamos por aquí entonces-afirmó Hoya con simpleza.
El azabache saco su billetera y dejo un par de billetes en la mesa por el café que no había consumido, podría ser un fanfarrón pero no un jodido tacaño. Se volvió a la bella chica que lo acompañaba le dedicó una mirada de disculpa, le extendió la mano a la pelinegra lo cual esta la tomó , se levantó de su asiento y se encaminaron a la salida tomados de la manos para abandonar el lugar, atravesaron la puerta y desaparecieron de la vista de los chicos. Ho Won y Sung Kyu compartieron miradas de confusión y se dirigieron a realizar sus labores.
-¿Qué fue todo eso?-se preguntó Kim casi inaudible.