Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El fetiche oculto (HaeHyuk) por lunafang

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-¿Por qué la abuela no puede venir a jugar al parque conmigo? -protestó en un murmullo Donghae, haciendo un pequeño puchero con sus labios pintados de rojo caramelo.

Hyukjae le sonrió de forma forzada y le limpió la boca con un pañuelito descartable antes de sentarse en un columpio junto al niño. Acababa de cumplir 10 años el pasado mes de octubre, pero su cuerpito parecía resisitirse a la idea de crecer, al igual que su vocecita continuaba siendo muy aguda e infantil. Se veía idéntico a como era aquel fin de semana de pasaron juntos en su departamento de Seul, hacía dos años atrás. Esto inquietaba al muchacho cuando veía a otros niños de esa edad por la calle y no podía evitar compararlos con Donghae, ya que temía que su sobrino tuviera verdaderos problemas de crecimiento.

Sin embargo, en aquel momento el muchacho tenía otro asunto más serio por el cual preocuparse. Debía hacer su mayor esfuerzo por seguirle el ritmo a su pequeño sobrino y mantenerlo alegre en aquellos días de reunión familiar. Se trataba de una tarea a la que estaba acostumbrado a hacer siempre que ocurrían los viajes en que la familia Lee se reunía en su natal Mokpo, pero esta era la primera vez en la que debía fingir encontrarse feliz cuando en realidad deseaba hacerse un ovillo en el suelo y largarse a llorar. Esa mañana en particular descubrió que se trataba de una tarea muy difícil, cuando Donghae descubrió que el parque estaba desierto y le pidió hacer una carrera tras otra durante varios minutos. El cansancio corporal sólo provocó que aumentara su dolor anímico.

-Ya te lo expliqué antes. La abuela no puede salir de casa por ahora. Necesita descansar para curarse -dijo despacio, con la mirada perdida en el suelo. Si no se encontrara demasiado triste por la situación de su madre, podría haberse reído de cómo Donghae movía los pies en puntitas al tratar de tocar el suelo sin bajarse del columpio.

-¿Cuánto va a tardar en curarse? Quiero que paseemos juntos antes de irme.

-Tal vez... tal vez en unos días esté mejor y puedan hacerlo -se le quebró un poco la voz al mentirle.

Una inesperada frustración invadió a Hyukjae al reconocer que no podía recordar si aquel paseo deseado por el menor se había cumplido. Apenas si podía rememorar que permanecieron en el parque hasta que el sol se puso en el horizonte, tomando hasta la última de sus fuerzas para mostrarse entusiasta por los juegos que hicieron juntos. El resto de las vacaciones resultaba difuso. Su memoria sólo tenía retazos inconexos de situaciones cortas transcurridas en diferentes días, como si se tratara de un sueño al que no se le encuentra coherencia al querer analizarlo tras un tiempo. Comer todos juntos un pastel de chocolate luego de la cena; la mirada de desprecio de Saeun cuando afirmó que Donghae no tenía problemas de crecimiento; el cansancio constante de su madre; la incomodidad de Sungmin al hablar sobre los impuestos del cementerio; su propia negativa a la propuesta de Donghae de jugar el juego del gato; y cómo Donghae todo el tiempo deseaba su atención. Todo parecía formar un cúmulo de sensaciones vomitivas. Tal vez por esto a veces dudaba de que realmente esas cortas vacaciones con su familia hubieran ocurrido. No obstante, no podía engañarse. Habían sucedido. Su familia se había reunido una última vez antes de que su madre partiera de este mundo. La última vez que se había sentido perteneciente a una familia.

Sacudió la cabeza, alejando esos sombríos pensamientos repentinos, y continuó nombrando la lista de los estudiantes para entregarles sus exámenes. Aquel no era un momento oportuno para hundirse en su miseria personal, no delante de unos adolescentes en edad escolar que se dejan llevar por sus hormonas y creen que los adultos no entienden lo que ocurre en sus vidas. Si tan sólo comprendieran que los mal llamados problemas existenciales por los que transitan ya fueron sufridos antes por los mayores, quizás se desilusionarían de saber que sus vidas no son tan especiales como creen.

-¿Te encuentras bien? -le preguntó Park Jungsoo en la sala de maestros durante el último recreo- Últimamente te ves muy cansado.

-Estoy bien. Sólo sufro de insomnio -se excusó de forma rápida antes de darle la espalda para prender la vieja cafetera de la sala. No es que realmente quisieara beber café en ese momento, sino que necesitaba hacer algo que lo alejara un poco del otro profesor.

-Si quieres puedo recomendarte un médico. Tengo un amigo que trabaja en el Hospital de Jeonju -se ofreció con una sonrisa tranquila.

-No, gracias. Empecé a tomar unas pastillas hace poco. Tengo que esperar que hagan efecto -continuó agrandando la mentira, sin dejar de mirar cómo la máquina comenzaba a calentar el café.

En cuanto todos los estudiantes se marcharon del aula y Lee Hyukjae estaba guardando sus carpetas y libros en el maletín, se sorprendió de escuchar la alarma de su celular. Se leía en la pantalla "Partido de Donghae en una hora". Frunció el ceño extrañado para luego recordar que su sobrino le había comentado, una de las últimas veces que se vieron, sobre un partido de su equipo de fútbol americano y él guardó la fecha en el calendario del celular. No estaba seguro de si trataba de un partido decisivo para una competencia de varias fechas o algo por el estilo, ya que en un momento de la charla había prestado más atención al lenguaje corporal del chico que a lo que decía. Donghae se había mostrado tímido al invitarlo, en cierta forma hasta avergonzado de que lo viera fuera de sus encuentros de estudios y rodeado de muchachos de su edad con los que compartía la pasión del deporte. Sus mejillas se habían vuelto rojas como cuando era un niño tierno.

Mientras se dirigía hacia su auto en el estacionamiento pensó que tal vez asistir al partido sería un error. Empero el largo silencio por parte de Donghae desde su pelea, hacía alrededor de un mes atrás, era más doloroso que la sensación de incomodidad al ir a un lugar ajeno a su entorno. Aquel tiempo en que se mantuvieron alejados le hizo ver lo triste y solitaria que es su vida, y como la sola presencia del muchacho logró que su corazón volviera a sentirse cálido. No creía que siquiera con alguna de sus anteriores parejas se hubiera sentido de esa forma, a pesar de que todavía no había sido completamente sincero con el muchacho sobre ciertos aspectos de su persona.

 

***

 

 

El partido fue una completa victoria por parte del equipo de la Universidad de Jeonju, con muchos puntos por encima del equipo contrario. Lee Donghae no podía creer el resultado final tras la dura batalla que supuso el juego, hasta que los gritos eufóricos de su amigo Kim Jongwoon fueron suficiente prueba de que lo habían logrado. Con este puntaje tenían un lugar casi asegurado para las semifinales del campeonato nacional que tendría lugar antes de Navidad. Todos los muchachos intercambiaban abrazos entusiastas mientras que el público presente cantaba a gritos la victoria. Donghae, sin detenerse a pensarlo, le dio un beso a Jongwoon para celebrar. Uno de tantos que ya habían compartido en otras ocasiones, aunque esta vez sólo fue un simple roce de labios que luego se transformó en un abrazo fraternal acompañado de unos ruidosos manotazos en las espaldas de ambos.

Luego de ducharse en el vestuario, la mayor parte del equipo se dirigió a un bar cerca de la cancha para celebrar. Sin embargo Donghae desistió de la invitación al decir que sentía el cuerpo muy maltratado y prefería descansar. Estaba caminando por el estacionamiento semidesierto del lugar cuando reconoció una figura delgada envuelta en un traje negro, apoyado contra la puerta de un auto. Caminó hacia él dubitativo, confirmando que realmente se trataba de su tío Hyukjae en cuanto lo tuvo enfrente.

-¡Buen partido, Donghae! Estuviste increíble -lo felicitó con una sonrisa sincera.

-¿Me viste jugar? -preguntó incrédulo.

-Sí. Llegué a tiempo para el comienzo del partido. Menos mal que no fui a casa para cambiarme de atuendo, aunque creo que atraje algunas miradas -bromeó con voz un poco nerviosa-. Realmente estuviste increíble.

-Gracias por venir -dijo con la voz estrangulada.

Por algún motivo desconocido, Donghae notó que la mirada se le ponía vidriosa. O quizás no fuera tan desconocido como le gustaría. Hacía bastante tiempo que ningún integrante de su familia iba a verlo jugar fútbol americano. "No tengo tiempo" era la respuesta típica que le daba tanto su madre como su padre desde que cumplió los 14 y comenzó a tener prácticamente un partido por semana. Por eso es que saber que su tío, a pesar de su última discusión, se interesó en ir a ver uno de sus partidos lo conmovió de sobremanera.

-No llores, Donghae -murmuró Hyukjae antes de abrazarlo.

-Gracias -jadeó cuando empezaron a caerle las lágrimas-. Y perdón. Perdón por lo que pasó antes. Actué como un tonto. No creo que seas una mala persona. Sólo me enojé sin sentido y dije tonterías.

-Yo también te tengo que pedir perdón -le acarició despacio la espalda para tranquilizarlo-. Me sorprendí de que me juzgaras de esa forma y te ataqué. Lo siento.

-Es que... es que...

-Hablemos de eso después, ¿quieres? Dejémoslo para otro día. Hoy hay que celebrar la victoria de tu equipo. ¿Te gustaría que fuéramos a comer juntos?

-Sí, quiero.

Permanecieron abrazados un rato más hasta que el muchacho pudo dejar de llorar. Entonces deambularon por los alrededores en el auto en búsqueda de algún restaurante del agrado de los dos. Acabaron cenando en un restaurante de comida típica tailandesa y poniéndose al día en una charla amena. Hyukjae no tenía mucho para contar además de su jornada de trabajo, por lo que escuchó con paciencia varias anécdotas de Donghae sobre sus clases en la universidad, las prácticas del equipo de fútbol americano y algunas salidas que compartió con su compañero de dormitorio. En cuanto supo que aquel muchacho también estaba en su equipo hizo una nota mental de preguntarle en otro momento si se trataba del mismo muchacho con quien había compartido un beso en la cancha.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).