- Mi padre llega por la noche – afirmó Paul – puedes tomar asiento señaló un mueble ubicado en la sala, realmente era un lugar muy cálido, y lleno de fotografías familiares en las paredes, al parecer la familia de Paul era muy unida.
- ¿solo estamos nosotros dos? – pregunté nervioso.
- Nah, mi hermana anda viendo sus yaois en su cuarto – respondió a mi pregunta.
- ¿Yaois?
- Es algo complicado para que puedas entenderlo, asi que ni le digas que andas enamorado de un chico – sonrió.
- ¿Un chico? Wow – nos observó una adolescente de aproximadamente 13 años, de ojos color gris y cabellos azabaches sujetados en dos coletas, lo que le daba un aspecto adorable… tenía un parecido a Paul…
- ¡¡¡ Eli!!! A tu cuarto – ordenó Paul al verla.
Sentado en el mueble observaba divertido la escena de ambos hermanos discutiendo acerca de algo que llamaban yaoi, no entendía nada, pero era muy divertido ver como Paul empujaba a su hermanita mientras esta no dejaba de patearlo, al parecer esa actitud de Paul venía de familia… miré curioso aquellas fotos familiares de su sala, eran de viajes, entregas de diplomas y entre todas ellas se encontraba una fotografía que resaltaba entre todas, ya que debajo de ella había una repisa pequeña con macetas llenas de flores blancas, en aquella fotografía se observaba a una mujer de tez blanca, ojos color miel y cabellos castaños, lo cuales caían por sus hombros en forma de ondas.
- Es hermosa – susurré por lo bajo, siendo escuchado por los dos hermanos.
- Pues si, mi madre es la mas hermosa de todas – afirmó la hermana de Paul quien logró zafarse de los brazos de Paul.
- Eli si te vas a tu cuarto te compraré esos mangas por los que haz estado ahorrando - dijo Paul señalando las escaleras.
- Lo que digas hermanito – respondió sin titubear, abrazando a Paul y depositando un beso en su mejilla para después subir las escaleras que la llevarían a su habitación.
Los dos permanecimos en silencio escuchando los pasos de Eli subiendo por las escaleras, hasta que se escuchó el sonido de una puerta cerrando.
- Es una familia muy interesante – rompí el silencio - ¿Cómo se llama?
- Si gustas puedes formar parte de ella – sonrió – se llama Elizabeth, puedes decirle Eli de cariño – se sentó a mi lado rodeando mis hombros con uno de sus brazos – ¿quieres algo para tomar?
- No, gracias – dije apenado ante lo dicho.
- Bueno entonces comencemos.
Una vez hecho el trato con Paul, este propuso que le contara todo acerca de como conocí a Luis, regresamos al laboratorio, recibiendo así los regaños por parte de la profesora al hacer caso omiso a sus recomendaciones, luego de eso él decidió que debiéramos de ir a un lugar mas cómodo y adecuado, eligiendo así su casa, y ahora debiera de contarle acerca de como conocí a Luis.
Habían pasado aproximadamente 2 años, 5 meses y diez días de aquel suceso, lo podía recordar claramente como si hubiera sido ayer, mis padres me habían trasladado a una escuela pública, era una escuela muy agradable y sobre todo mis compañeros eran muy amigables… todo iba bien, todo era perfecto hasta que un día… un chico el cual era un ex compañero empezó a buscarme… no entendía el porque de su obsesión por buscarme, enserio que me llegaba a asustar… pero yo solo decidí seguirle la corriente… esperando saber que es lo que quería de mí…
Aquel chico venía a mi escuela con unos autos muy lujosos, la mayoría de mis compañeros indicaban que estos eran de último modelo… que era increíble que tenía un “amigo ricachón” que de seguro me la pasaba bien, pero no era cierto, era un infierno para mi…
Comenzaba a seguirme a todas partes… y me recogía después de clases para llevarme a un lugar, “su lugar favorito” lo llamaba, bueno… no quisiera hablar de él, es algo demasiado incómodo para mí… pero un día de esos aquel excompañero se me acercó para decirme que era momento de ponerle fin a todo, que por fin me dejaría en paz, yo me sorprendí ante lo dicho por él, ¿libertad? ¿Era eso lo que me daba?
Me alegré mucho y fue un grave error confiarme a sus palabras, al día siguiente de decirme aquello unos hombres… nose cuantos de ellos eran – comencé a presionar mis manos, una contra la otra – ellos comenzaron a atacarme… me golpearon una y otra vez indicando que eran órdenes del jefe desaparecerme, tenía mucho miedo y traté de zafarme de ellos, cuando lo logré corrí con todas mis fuerzas y tomé mi móvil para llamar a la policía, pero… me encontraron… - comencé a lagrimear – no podía creer que una persona era capaz de hacer tanto daño, era suficiente para mí con lo que ya había hecho antes… esos hombres rompieron mi celular, lo pisotearon una y otra vez, estiré mi brazo para alcanzar el chip de mi celular con las pocas fuerzas que me quedaban y lo logré… pero mientras hice eso los escuché murmurar, puesto que a mi me encantaba la pintura en un pasado, ellos cogieron mi brazo para romperlo… creo que esa es una de las razones por las que deje de pintar para siempre…
Creí en ese momento que moriría… que todo se había acabado… lo que mas quería, aquel pasatiempo tan hermoso había acabado con ese brazo roto, un hilo rojo de sangre comenzó a descender de mis labios, para después atragantarme con toda la sangre que venía de mi garganta… todo había llegado a su fin… ya no podía respirar… mis parpados pesaban demasiado y decidí cerrar mis ojos esperando la muerte por parte de mis verdugos…
Cuando abrí los ojos creí haber muerto al perderme con unos ojos color esmeralda… intenté moverme de lado, pero un punzón fuerte hizo que me detuviera, acerqué mi mano sintiendo un hueso roto en mis costillas, aún estaba vivo y esos hombres ya no estaban… cuando pregunté el nombre de quien me había salvado este solo me respondió con una sonrisa y me dijo que se llamaba Luis.
Él me había salvado de aquellos hombres, había tomado mi cuerpo ensangrentado y lo apoyó debajo de la sombra de un árbol, creo que esa sensación de salvación, de que había regresado de la muerte, hace que cada vez que ando cerca de un árbol pueda sentir una paz interior, una calma… y me ayuda a recordar lo muy agradecido que estoy con Luis…
A partir de ese suceso y luego de haber sido dado de alta en la clínica de mi padre… no volví a saber mas de él… regresé a mi vida normal, tenía miedo, mucho miedo... de que aquella persona regresará… hasta que lo ví, a lo lejos observé a Luis y corrí tras de él, al parecer fue el destino quien hizo que nos encontráramos… él también estudiaba en el mismo preuniversitario al que iba, eso me hizo feliz, es el destino el que hizo que nos conociéramos.
- Vaya… - dijo por lo bajo Paul – solo por eso eres ¿arbolfílico?
- No soy arbolfílico… - lo miré molesto - el día que nos hicimos amigos Luis me dijo que pase lo que pase, él siempre estaría ahí, que siempre me protegería… que cuando no me sintiera seguro de mí mismo… él vendría a mí, siempre y cuando fuera ahí, en el lugar en donde nos conocimos, debajo de un árbol.
- Y tu creíste en él… esto suena tan fantasioso, como un cuento de hadas – bufó – vez a Luis como un príncipe azul ¿solo por qué te salvo? Jajaja.
- Pensé que dijiste que me ayudarías, no que te burlarías…
- Perdón, perdón – me observó animado – bien creo que tengo un plan – sonrió confiado.