Los rayos del sol comenzaban a entrar iluminando mi rostro, realmente esta sensación era una molestia, podía sentir un fuerte dolor de cabeza… al parecer anoche salí a beber algo…
El frío en mi espalda me daba a conocer que me encontraba en el piso… al parecer viendo el lugar era mi casa… el ambiente vacío de esta me lo decía… el dolor de cabeza iba haciéndose mas intenso cada vez… me levanté del lugar en donde me encontraba para prepararme un café dándome cuenta así de mi desnudez, me pregunto con quien pude haber pasado esta vez la noche… no podía recordar nada en absoluto desde que Pamela me rechazó… toqué mi rostro y pude sentir un leve ardor que indicaba que era ahí en donde yacía la marca de la bofetada de Pamela, no la culpo por eso, me lo había ganado por actuar como un patán…
Levanté la mirada observando el reloj, eran las 10:00 am, era increíble… me había perdido las clases del día de hoy… sin duda alguna la falta de Miguel en mi vida hacía que terminara perdiéndome en todo… extrañaba su presencia, no lo puedo negar… con el pasar del tiempo me volví muy dependiente de él, pero fue lo mejor, la mejor decisión que tomé… supongo que todo esto que esta pasando son los estragos de la costumbre… con el tiempo pasará y seguiré con mi vida normal… aunque aún quede ese vacío en mi pecho… no lo entiendo y nunca podré entenderlo.
Desde la primera vez que ví a Miguel con esa mirada de susto, me perdí en él y solo una cosa venía a mis pensamientos… quería hacerlo feliz, quería que fuera la persona mas feliz y que esa felicidad se la diera yo.
Me recosté en la silla del comedor… el dolor de cabeza seguía sin desaparecer, estiré mi cuerpo intentando liberar un poco la tensión, hasta que pude sentir el tacto de un objeto extraño, me agaché para recogerlo y observarlo minuciosamente, un botón… sonreí con un poco de malicia al darme cuenta de aquel objeto, al parecer había sido una noche salvaje la anterior…
Busque mis pantalones, esperando encontrar ahí mi celular, tal vez exista alguna pista de lo que paso anoche y de la persona con la que la pasé, revise mi registro de llamadas, encontrando ahí 2 llamadas a Miguel… la sonrisa de mi rostro comenzó a deformarse… ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué había llamado a Miguel anoche? Comencé a escribir presurosamente un mensaje a Miguel, pero el recuerdo de mis palabras al decirle que ya no quería ser mas su amigo me detuvo… ¿Cómo podría hablarle a Miguel con tanta naturalidad después de ese suceso? Soy un idiota… empecé a regañarme, observé mi celular nuevamente intentando pensar alguna forma o método para poder comunicarme con Miguel.
¿Cómo fue que dos personas tan diferentes se volvieron en amigos? Me repetía esa pregunta una y otra vez, yo era alto y él bajo; yo nunca fui bueno en los estudios y él sobresalía de los demás; siempre fui muy sociable y él nunca habla con nadie; siempre estuve acompañado con mujeres con las que me acosta y él… nunca lo he visto al lado de una mujer… y menos me hablaba acerca de su vida amorosa… somos tan diferentes en varios aspectos…
Luego de meditarlo por algunos minutos mas opté por darme una ducha, después de todo el olor de alcohol aún quedaba en mi piel, prendí la radio escuchando una canción que me hizo pensar acerca de la amistad que tenía con Miguel…
Yo sé bien que estaba prohibido amarte
Que era un riesgo enamorarse
Y soy el que perdió
Hoy solo pido no pensarte
O encontrar la forma de poder borrarte
Hoy solo pido no extrañarte
O inventarme alguna excusa y no buscarte
Hoy solo pido que me enseñes
A olvidarte
Me quede de pie frente a la radio… “Yo sé bien que estaba prohibido amarte que era un riesgo enamorarse y soy el que perdió” esa frase comenzó a resonar en mis pensamientos y hacer eco en ella hasta llegar al cofre que ocultaba en mi corazón bajo llave, era verdad… todos esos sentimientos que llegue a sentir por Miguel eran prohibidos, no podía haberme enamorado de él, para nada soy un hombre después de todo, pienso que todo esto solo fue confusión… no es amor… involuntariamente unas lágrimas comenzaron a amenazar por salir, todo este tiempo he estado acostándome con varias personas, esperando encontrar aquella sensación de tranquilidad que tengo cuando él esta a mi lado, esa satisfacción interna que sentía cada vez que él sonreía para mí, lancé una largo suspiro esperando controlar todos estos sentimientos que comenzaban a atormentarme, hasta que un recuerdo me golpeó la memoria.
- Fue la mejor decisión de todas – me respondí a mi mismo, esperando que mi voz llegue a mi conciencia.
Me apoyé con ambas manos de ese pequeño mueble que sostenía la radio, las lágrimas comenzaron a salir sin cesar… el solo hecho de recordar el rostro de Miguel al decírle que nuestra amistad se acababa… terminaba por hacerme sentir que había cometido el error mas grave, un día me dije a mi mismo que nunca le haría daño ni sería la razón por la que el sufra… pero ahora…
- Lamento mucho si te hice llorar…