Era quince de octubre, el sol resplandecía. Abrí mis ojos y lo primero que vi fue la cara adormilada de mi gemelo. Cómo lo amo... él es la única razón por la que aun permanezco en esta casa; todo el mundo piensa que somos la familia perfecta, pero eso solo era una gran mentira: mi hermano menor HyunMin es un drogadicto, mi padre es un mujeriego que trae una mujer diferente todos los días a la casa y mi madre es una alcohólica que solo quiere olvidarse de las infelicidades de mi padre, esa era la verdadera familia Jo.
Una de las familias más prestigiosas de Corea.
—Buenos días YoungMin ¿dormiste bien? —no pude aguantar que una sonrisa se dibujara en mi rostro al ver como mi hermano me miraba con esos ojos que amaba tanto.
—Buenos días KwangMin, dormí perfecto porque tú estás a mi lado — atrapé sus labios con los míos en un suave beso al que él correspondió de inmediato sentía como de apoco el beso se hacía mucho más intenso y necesitado. Las manos de mi hermano menor descendían por todo mi torso mientras
mis manos rodeaban su cintura haciendo que se apegara más a mi cuerpo provocando una fricción entre nuestros miembros. Dejé sus labios escuchando el suave gemido que soltaba mi gemelo, el volvió a unir nuestros labios en ése momento la puerta fue abierta escuchando un grito que hizo que nos separamos para ver de quién se trataba.
— ¡YoungMin y KwangMin! —al ver a nuestra madre vi como mi hermano se ponía pálido para luego esconderse en mi pecho.
— ¡¿Qué carajos pasa aquí?! —esto no podía ponerse peor pensé al ver a mi padre detrás de mi madre
—Amor encontré a YoungMin y KwangMin besándose y tocándose como dos hermanos no deberían hacerlo.
— ¡¿Qué?! No voy a permitir a ningún maricón en mi casa — vi cómo se acercaba a nosotros tomándome del pelo separándome de mi hermano con tanta fuerza que me lanzó fuera de la cama soltando un alarido de dolor por el impacto de mi cuerpo contra la fría pared de mi cuarto.
—Voy a enseñarte a base de golpes a ser un hombre —observé cómo se quitaba la correa de su pantalón empezando a impactarla varias veces en mi espalda y cada vez con más con fuerza.
— ¡No! Papá... ¡detente!... por favor para, te lo suplico— Escuchaba las suplicas de mi hermano menor pero las sentía muy lejanas, hasta que de un momento a otro ya no escuchaba nada y todo a mi alrededor se volvió negro.
—YoungMin...YoungMin despierta...por favor...te necesito — escuchaba una voz que me llamaba llorando pero no podía distinguir de quién es y aunque trataba de abrir mis ojos no podía.
—YoungMin...Por favor abre los ojos —fui abriendo mis ojos con pesadez soltando un alarido de dolor al sentir mi espalda arder como el demonio.
—KwangMin...—pronuncié su nombre en un susurro pero al intentar levantarme un fuerte dolor me lo impide.
—No te muevas apenas te acabe de curar la herida... YoungMin, nuestros padres decidieron separarnos
—miré a mi hermano entre sorprendido y enfadado
— Te aseguro que eso no pasara amor...
— ¿Qué tienes planeado? —comentó mi hermano mirándome con algo de esperanza en sus ojos y sin más me levanto, aun sintiendo dolor por todo mi cuerpo.
—YoungMin, ¿a dónde vas? —me coloco el uniforme del instituto viendo que ya KwangMin lo tenía puesto
—Solo sígueme, hermanito —le doy un pequeño beso en los labios para luego salir de la habitación bajando las escaleras y siendo seguido por mi gemelo.
— ¿A dónde vamos? —me preguntó cerrando la puerta con sumo cuidado para que nuestros padres no se dieran cuenta de que habíamos ido.
—Confía en mí, hermano. Después de lo que haré mis padres no nos separarán... no van a poder hacerlo —le comento mientras una sonrisa de lado aparecía en mu rostro mientras caminaba de forma rápida dirigiéndome a la gasolinera más cercana.
Después de unos minutos caminando llegamos a la gasolinera y compramos cuatro galones de combustible demasiado inflamable. Yo tomé dos y mi hermano dos y nos dirigimos a nuestra casa. El sol ya estaba cayendo, dándole paso a la luna y con ella a la noche.
Cuando llegamos a casa, como era de esperarse, papá estaba en su cuarto donde se escuchaban gemidos, dándonos a entender que había traído a una de sus putas, mamá se encontraba ebria llorando sobre la alfombra, habíamos sentido un olor a marihuana, lo que nos hizo saber que HyunMin se estaba drogando.
—Listo, KwangMin, toma a esa señora y enciérrala en el baño —dije de forma fría mientras miraba como mi hermano seguía mis órdenes encerrando a la que era nuestra madre en el baño mientras yo subía las escaleras, colocándole seguro a la puerta de mi hermano y a la de mi padre para luego susurrar —su maldito error fue intentar separarme de la única persona por lo cual los soportaba.
Bajé nuevamente las escaleras de forma rápida tomando el primer galón de gasolina y empezándolo a esparcir por la casa bajo la mirada incrédula de mi hermano.
— ¿Los vas a incendiar? —preguntó mientras su labio inferior temblaba.
—KwangMin, ésta es la única forma, si ellos están vivos nos separarán y dime ¿tú quieres eso? —vi como negaba con su cabeza mientras me miraba—. Entonces toma un galón de gasolina y espárcelo en la planta alta —vi como toma uno de los galones decidido y sube rápido por las escaleras.
Después de unos minutos que parecieron eternos terminaron de regar toda la gasolina por la casa. YoungMin tomo de la mano a KwangMin abriendo la puerta principal viendo por última vez su casa.
YoungMin sacó de su bolsillo una encendedor para luego arrojarlo, viendo como las llamas empezaban a consumir la sala y después todo el interior.
Salieron y desde el jardín observaron como el que había sido su hogar por tanto tiempo se estaba destruyendo por las llamas mientras los gritos y suplicas de sus padres junto con su hermano se escuchaban
Los dos se miraron uniendo sus labios en un beso de celebración por que ahora nadie los separaría.
—Este mundo nunca entenderá nuestro amor, YoungMin —escuché decir a mi hermano cuando nuestros labios se separaron.
—Entonces dejemos este mundo para siempre —una sonrisa se dibujó en mi rostro mientras veía como mi hermano y el amor de mi vida asentía con la cabeza.
Tomé su mano y comenzamos a caminar, disfrutando pasar tiempo juntos, después de caminar por una hora llegamos a la que era nuestra escuela, sentía como KwangMin apretaba con fuerza mi mano mientras subíamos cada escalón hasta la azotea; al llegar a ésta caminamos hasta el borde y miré hacia el vacío para luego levantar mi vista y ver a mi hermano.
—Espero verte en la otra vida, Te amo Jo KwangMin —comenté para luego dejar un cuaderno de color negro en el suelo.
—Yo también te amo Jo YoungMin, y yo también espero verte en otra vida —después de escuchar mencionar esas palabras lo besé para luego darme cuenta que los dos estábamos llorando.
Sin esperar más, saltamos al vacío.
THE KOREA TIMEs
Domingo 16 de octubre de 2016
Muere la familia Jo
Se ha reportado que el sábado 15 de octubre se produjo un incendio en la residencia principal de la familia Jo, causándole la muerte a tres miembros de la familia: la señora Rin-A, el señor Jang junto con su hijo menor Jo HyunMin. El incendio comenzó alrededor de las 9:30 de la noche aunque los bomberos llegaron a los 15 minutos de haberse propagado y por más que intentaron rescatar a los miembros de la familia les fue imposible hacerlo. Las autoridades culpan de los hechos a los hermanos gemelos Jo KwangMin Y Jo YoungMin que fueron encontrados muertos horas después en el que era su instituto. El oficial de la policía Kim JongIn dijo en las declaraciones que los gemelos habían tomado la decisión de matar a sus padres por la oposición que estos tenían a la relación amorosa que ambos mantenían, el oficial se apoya en esta hipótesis por un cuaderno encontrado en la azotea del instituto dónde habían varias fotos de los gemelos basándose y una pequeña carta que había sido escrita en la última página. Con el permiso de la policía la vamos a publicar:
Si están leyendo esta carta significa que tanto yo como mi hermano ya no estamos en este mundo.
Muchos de ustedes nos van a juzgar y puede que hasta tengan motivos para hacerlo.
Todo lo que hice, lo hice por el bien de mi hermano.
Nuestra familia era una mierda: mi padre era un ninfómano mujeriego, nuestra madre una alcohólica, y nuestro hermano un drogadicto.
Había callado por mucho tiempo, había soportado esto sólo por el gran amor que le tenía a mi hermano, pero cuando ellos decidieron separarnos, mi cordura se fue a la mierda; por eso, decidí acabar con la miserable vida de ellos y la mejor de las formas que encontré fue incendiando la casa.
Su mayor error fue intentar separarnos.
Jo YoungMin.