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Neverland por kasue

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Notas del capitulo: Emmm. aqui esta el otro cap XD... gracias por los reviews que me han mandado y sigan mandando para que me den ideas o sugerencias, o simplemente para comentar
-Eiri, no molestes a tus hermanos- Reiko había llegado para regañar al mayor de sus hijos, el cuál se encontraba con el uniforme de su colegio, ya que recién había vuelto de este, su cabello desordenado pero corto lo hacia ver muy guapo, sus ojos dorados eran cubiertos por unos lentes sin marco, se encontraba dando explicaciones a su madre

 

-No les he dicho nada a ellos, pero a veces son muy molestosos, a demás, no creo que una persona de 16 años quiera jugar con ellos- Su mirada se volvió a pegar en el ojivioleta quien lo miraba algo molesto, ¿Quién se creía que era para juzgarlo?

 

-A mi me gusta jugar con ellos, no me estaban molestando… amargado- Luego de ese susurro,  paso por frente del rubio y fue a sentarse a la mesa donde los pequeños, junto con Kunikazu esperaban para el agradable “almuerzo familiar”

 

-Entonces eres un niñato que no se comporta de acuerdo a su edad-Eiri respondió al insulto del pelirosa ¿Cómo se atrevía ese criajo a llamarle amargado?

 

-¿He? Pero si TÚ eres el amargado que cree que porque tiene 16 años es un adulto, y más encima gruñón, no me vengas a mí a decir como…

 

-Chicos, por favor de ahora en adelante van a vivir juntos, deben llevarse bien- Reiko al ver la pequeña “pelea” entre su hijo y su sobrino quiso dejar las cosas bien en claro

 

-Gomen Reiko-san, no volverá a pasar-

 

-Eso espero, ahora, siéntense todos para que podamos comer a gusto

 

     En el transcurso del almuerzo Eiri y Shuichi se miraban con desprecio, sin olvidar que a veces las patadas y los insultos eran sus mejores aliados (N/A: menos mal que Eiri es maduro XD), Kunikazu y Reiko ya no sabían que hacer con esos jóvenes, mientras servían el postre, ambos fueron a hablar a la cocina

 

-Hay que dejar que se conozcan, hace años que no hablan, veras como se llevaran mejor en algún tiempo-Comentaba Kunikazu mientras estaba recibiendo los platos servidos con el postre que su esposa había hecho durante la mañana

 

-Eso espero, a Eiri le falta tener un buen amigo, ese tal Yuki Kitasawa no me gusta para nada- decía Reiko mientras servia los platos llenos, ya que era uno de los postres preferidos de los hermanos Shindou- Me preocupa Shuichi, desde que sus padres fallecieron ha estado decaído

 

-No te preocupes, es normal, cuando entre a la escuela podrá olvidar todo lo que ha pasado, ya lo veras

 

     Mientras estaban comiendo el postre, el celular de Shuichi sonó, pidiendo permiso fue a contestar en el living, siendo observado por el rubio quien se pregunto quien podría estar llamando a ese criajo

 

-Moshi moshi Shindou dess-

 

-Hola, ¿Cómo estas?

 

-Hirooooooooo *O* -Por fin alguien familiar para conversar!!!!

 

-Jejeje, veo que estas un poquito mejor

 

-¿Nani?, ¿Por que debería de estar mal?

 

-Pues… por lo que paso- Dijo su amigo dudando, estuvo en el funeral a su lado, pero cuando el entierro termino, vio a sus padrinos acercarse a los hermanos Shindou para llevárselos y no había podido hablar con ellos- Todos aquí han estado preocupados y te mandan saludos

 

-Hiro, lo que paso pasó, todos nos morimos algún día, no es algo del otro mundo, no te lamentes tanto, y agrádeseles a los demás de mi parte por su preocupación- Hiro no podía creer la indiferencia de su amigo, pero intentaba comprenderla

 

-Bueno, no importa ¿Quieres que nos veamos algún día?-

 

-Mmmmmm… por supuesto XD… ¿Qué te parece hoy a las 5?

 

-Bueno, entonces ven al colegio, porque hoy día salimos a las 5 -

 

-Haaaaai… ahí estare puntual!!!

 

- Eso espero, entonces cuelgo… Ja ne

 

-Matanne Hiro!!!!

 

     Cuando Shuichi volvió a la sala siguió comiendo de su postre muy alegre antes de preguntar si podía salir, a lo cual no obtuvo objeción alguna, luego del almuerzo, fue a la habitación de Eiri a cambiarse de ropa, ya que al jugar con los pequeños había quedado lleno de tierra

 

-¿Hasta cuando piensas quedarte en mi pieza?- Eiri había entrado en el mismo momento en que Shuichi se ponía unos jeans azul oscuro, su torso se encontraba al descubierto, hecho por lo cual el pelirrosa se sonrojo e intento taparse

 

-Avisa antes de entrar!!!... baka ò///ó

 

-¿Qué? Pero si esta en MI pieza-

 

-Si, pero YO me estoy vistiendo- El pelirrosa ya se había puesto una camisa negra con finas líneas rojas y blancas, junto con una muñequera negra y unos bototos militares negros

 

-¿Y que? Eres hombre al igual que yo, a demás no tienes nada del otro mundo- Mentira, al entrar a la pieza, el rubio se le había quedado viendo embobado antes de interrumpirlo para echarlo del cuarto- ¿Y?... ¿No me vas a contestar?

 

-¿Qué cosa?-El pelirrosa miro a los ojos dorados, sonrojándose nuevamente ante la mirada que lo había cautivado, y eso le aterraba

 

-¿Cuándo te vas de mi pieza?, porque si no mal recuerdo mi padre te paso una pieza que puedes adornar a tu antojo, después de todos voy a tener que vivir contigo

 

-Eso no te importa, pero no te preocupes, si tanto te molesto me voy hoy mismo de aquí- Y el pelirrosa se fue, muy dolido, cosa que el rubio no entendió, ni tampoco le dio importancia

 

 

     Se encontraba en los pasillos de su escuela, no deseaba dejarla, pero no tenia opción, después de todo, su padrino estaba a cargo de él, así que debía acatar todas sus decisiones sin chistar.
   
     Al llegar al colegio, todos sus compañeros y algunos profesores lo saludaron, algunos lo abrazaron y otros le dieron el pésame, cosa que a Shuichi incomodo un poco, pero no dijo nada, en el colegio, el pelirrosa era conocido por muchas personas, ya que era el capitán del equipo de fútbol, practicaba artes marciales y cantaba con su banda “Bad Luck”, aunque no tuviera buenas notas

 

-Hey… ¿sucede algo?- Hiro se encontraba a su lado aun con el uniforme puesto

 

-Nada… ¿Vamos?

 

-Hai, ¿A dónde?

 

-A caminar por ahí- Shuichi no espero la respuesta de su amigo y comenzó a caminar, era viernes, así que no le importaba la hora en que su amigo llegara a la casa, después de todo, al día siguiente no tenia clases y podían levantarse a la hora que quisieran

 

     Se encontraban sentados en los columpios del parque, en silencio, ya que Shuichi pensaba en todo y a la vez en nada, pensaba en lo que había pasado anteriormente, en como decirle a su amigo que se iría, en el dolor que estaba sintiendo, en como debía ocultarlo, en las palabras del rubio “después de todos voy a tener que vivir contigo”, es cierto, pero no era su culpa, no era su culpa que sus padres hubiesen salido, ni tampoco que chocaran con un conductor ebrio… nada de eso era su culpa… pero dolía

 

-Shu-chan- Hiro llamaba a su amigo, que estaba tan metido en sus pensamientos, que unas cuantas lagrimas habían salido y no se había dado cuenta, rápidamente se las seco y se paro

 

-Ne… Hiro, debo ir a la casa a buscar algunas cosas de mi habitación para mudarme ¿Me acompañas?

 

-Hai ¿Venderán esa casa verdad?-

 

-Hai… Kuni-chan me dijo que el dinero iba a ser para pagarme la universidad y la de mi hermana, ya que viviré con ellos de ahora en adelante

 

-Shu-chan… tu te…

 

-Si, me cambiare de colegio, pero no te preocupes, la banda sigue como siempre- Shuichi miraba a su amigo con los ojos apagados

 

-Me alegro por eso- Mentira… Hiro no quería dejar a su amigo, si se cambiaba de colegio, ya no podría protegerlo como antes y eso le molestaba muchísimo

 

     Cuando llegaron a la casa, un aire de nostalgia invadió a ambos, ya que se encontraba algo sucia, apagada, desordenada, como jamás había estado antes Shuichi se encamino a su pieza, saco algunas cosas, cds, posters, libros, alguna que otra ropa, algunas fotografías donde aparecían los 4, su teclado, su pelota y una carta que su madre le había escrito el día en que se graduó de primaria, se sentía mal, pero no podía demostrarlo luego se encamino a la sala donde estaba Hiro, el cual había sacado algunos de los juguetes de su hermanita.

 

-Shu-chan… ¿quieres irte?... ¿O nos quedamos un rato mas?- Shuichi se sentó en el sillón de cuero, Hiro se sentó a su lado y lo abrazo, el pelirrosa se acurruco en su pecho, necesitaba que su amigo lo reconfortara, necesitaba sentirse querido, se sentía tan desprotegido… se durmió mientras su amigo le acariciaba el pelo y le decía que todo iba a estar bien… ojalá fuera cierto

 

     Ya eran más de las 12 de la noche cuando entro a la casa lo mas silenciosamente posible, Hiro lo había acompañado, pero el pelirrosa no quiso que entrara, después de todo eso no era su casa, entro cargado con todo, pero, al intentar subir la escalera alguien lo detuvo

 

-¿Dónde estabas?- Reiko y Kunikazu se encontraban enfrente de él, ambos con el ceño fruncido, sus caras denotaban preocupación mezclada con cansancio

 

-Fui a buscar…

 

-Nos tenias preocupados, no se si tus padres te dejaban salir tan tarde, pero nosotros no, ninguna llamada, son mas de las doce ¿Acaso creías que íbamos a poder dormir tranquilos si no sabíamos donde estabas?, no puedes ser tan irresponsable Shuichi- Reiko se encontraba bastante molesta

 

-Lo… siento-

 

-Eso no sirve, de ahora en adelante vivirás con nosotros, por lo tanto acataras nuestras reglas y…

 

-Reiko, cálmate un poco- Su marido le pidió que fuera a la cama, el hablaría con Shuichi, la verdad, es que su mujer se había excedido en sus palabras, Shuichi estaba muy dolido y triste, se podía ver en su mirada, y eso no lo iba a permitir

 

-¿A donde estabas?- Ambos estaban sentados en el sillón para poder conversar mas tranquilos

 

-Fui a la casa, quería buscar algunas cosas, y si te preocupas porque me vine solo con estas cosas, te digo de antemano que no es así, mi mejor amigo me acompaño- Shuichi estaba algo alterado, con la mirada gacha y controlándose para no llorar

 

-Esta bien, pero para la próxima por lo menos avisa donde estas, estábamos muy preocupados- Kunikazu abrazo a su ahijado quien le devolvió el abrazo- Si quieres llorar, llora, no esta bien guardarse la pena

 

-Iie… arigatou, mejor me voy a la cama- Shuichi se separo del abrazo que intentaba ser reconfortante y se paso la manga por los ojos para poder secar las pocas lagrimas caídas anteriormente

 

-Le pedí a Eiri que hiciera de nuevo tu futon, si deseas mañana ordenamos para que puedas dormir en tu cuarto, pero ahora es demasiado tarde para hacerlo, que descanses

 

     Shuichi subió a la habitación del rubio, quien se encontraba leyendo, no le dijo nada cuando entro, solo lo quedo observando lo más discretamente posible, mientras al pelirrosa le corrían unas muy pequeñas lágrimas

 

-Veo que te regañaron algo fuerte- Eiri siguió con su lectura, pero el pequeño lo quedo mirando, todo su enojo salio en un grito

 

-ESO NO TE IMPORTA!!!!!!!!... ¿POR QUE NO TE AHORRAS ESAS RIDICULAS PALABRAS Y ME DEJAS TRANQUILO?-

 

-¿Qué es lo que sucede con ustedes dos?-Reiko había entrado asustada por los gritos lanzados anteriormente- Shuichi, por favor, compórtate

 

-Yo…- Shuichi no podía ni hablar, tenía la garganta apretada, quería mandar todo a la mierda

 

-Fue mi culpa, dije algo que no debía… lo siento mamá- Eiri había notado lo que el pequeño sentía y se lanzo a excusarse

 

-Eiri, por favor, deja de molestar a tu primo… y duérmanse de una vez- Reiko salio de la pieza algo molesta por las escenitas del pelirrosa, era obvio que estaba triste, pero debía comportarse como una persona de su edad, esperaba que el estar con s hijo lo ayudara a madurar aunque sea un poco

 

-Oye, enano, ¿Por qué estas así?- Aunque no quisiera admitirlo, el rubio en verdad estaba preocupado por el pelirrosa, ya que esa mirada no era como la recordaba, deseaba con toda el alma que volviera a ser la misma de antes, aunque no lo admitiera

 

-Eso no te importa-Shuichi había empezado a llorar un poco mas fuerte. A lo cual Eiri, haciendo acoplo de su paciencia, se volvió a la cama para intentar dormir un poco- Entonces duerme, que ya es tarde.

 

-Tú no eres mi padre para que me digas lo que tengo o no tengo que hacer, así que no te metas en lo que no te importa- Shuichi seguía enojado por el hecho de que todos le  decían que hacer o no

 

-Escucha- El rubio encaro a la mirada amatista para dejar algo en claro, en verdad no deseaba pelear, pero ese criajo lo sacaba de quicio- Solo te lo digo porque me preocupa que sigas llorando, porque hasta lo que se debemos llevarnos bien de ahora en adelante, y no tengo intenciones de pelear todos los días por tonterías como si fuésemos niños, pero ve tu si aceptas o no mi consejo… así que buenas noches- Y, con esas palabras el rubio se durmió dejando a un pelirrosa sonrojado y con el corazón latiendo a mil por hora, nuevamente.

 

   Tic tac, Tic tac, el sonido del reloj guiando los latidos de un corazón que comenzaba a enamorarse

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