“Pequeño bastardo”
Miro a Ritsu quien tenía el ceño fruncido y estaba cruzado de brazos, sí que aquello le había molestado.
- No, yo nunca dije algo así – sonrió a su sobrino, suplicando con la mirada que le sacara de a situación en la que él lo había metido.
- Lo siento, tío no dijo eso, creo que lo escuche de la televisión – miro a Ritsu con cara de perrito a medio morir, Ritsu sonrió creyéndole mientras le acariciaba la cabeza, era demasiado adorable.
- No te preocupes cariño, pero deberías tener cuidado por cosas como estas se crean malos entendidos.
“¿Qué hay con ese `cariño’? yo llevo tres meses aquí y siempre me llama `señor’, además de que nunca me ha tocado” pensó Takano molesto, se sentía ignorado y celoso.
- Entonces ¿Desean ordenar algo? – pregunto Ritsu ya tranquilo, por un segundo había considerado seriamente mandar a la mierda a Takano, suerte que solo fue un mal entendido.
- Yo quiero una crepa y una malteada de chocolate – pidió el pequeño bastante feliz.
- Un omelette y jugo de naranja – contesto sonriéndole coquetamente al castaño, este le sonrió tímidamente.
Ritsu hizo la ya conocida reverencia despidiéndose. Takano le miro el trasero como siempre, cada vez que lo veía sentía que toda esa espera valdría la pena, mientras tanto Ryu pensaba en por qué los traseros eran el centro de atención de los pervertidos, al parecer era lo único que tenían en común su padre y su tío, aparte de humor de los mil demonios.
- Ahora si estúpido, creo que ya te quedo claro lo que puedo lograr si no me tratas bien – advirtió el pequeño con mirada amenazadora y una sonrisa inocente.
- Estúpido mocoso, casi lo arruinas – contesto Takano aun sonriendo, con Ritsu cerca no le convenía que le viera peleándose con el pequeño – además no me andes amenazando, porque si no…
- ¿Por qué si no que? Ese chico me adora, no dudo en creerme, debes de admitir que soy buen actor, tengo suerte de haber sacado el encanto de mamá – sonrió con orgullo – si no quieres que tu nochecita del sábado se arruine tendrás que hacer lo que yo te pida.
“Estúpido niño”
Desde la cocina Ritsu miraba la escena con una pequeña sonrisa, si no supiera que era su sobrino, pensarían eran padre e hijo, ambos se sonreían y parecían divertirse, se sentía feliz al saber que Takano sería un excelente padre, debería darle una oportunidad, el siempre había querido una linda familia, tener muchos hijos con su esposo, al cual le entregaría todo su amor.
- ¿No crees que se ven muy lindos? – comento Ritsu a Kisa, este solo siguió a donde apuntaba la mirada de Ritsu.
- ¿Ese tipo tiene un hijo? – a Kisa casi le da un infarto ¿Cómo Ritsu podía estar tan tranquilo?
- Es su sobrino, solo míralos parecen llevarse de maravilla.
- Eso parece…por cierto se supone que vas a tener una cita con el – Kisa le dio un codazo.
Se sintió avergonzado, pues lo primero que hizo cuando colgó la llamada que tenía con Takano la noche anterior fue llamar a Kisa para contarle, ambos parecían amigas adolescentes hablando de amor, sería la primera cita de Ritsu.
- Sí, no sé qué hacer, nunca había estado en una.
- ¿A dónde irán? – pregunto el de ojos cafés curioso y divertido por la falta de experiencia de su amigo.
- No me ha dicho, solo dijo que nos viéramos mañana en el parque cercano a las ocho, tal vez vayamos a comer a algún lugar o simplemente a caminar.
- Pero tienes que prepararte Ritchan – el castaño asintió, era su primera cita no podía arruinarlo.
Mientras tanto en la mesa.
- ¿Y qué quieres? ¿dinero?
- Mi padre suda dinero tarado.
- ¿Entonces que quier…
- Aquí está su desayuno – llego Ritsu con la bandeja, sirvió ambos desayunos.
- Ritsu-san, ¿a usted le gustan las ferias? – pregunto el pequeño curioso, Takano abrió los ojos, con qué era eso lo que quería el pequeño bastardo.
- Si, hace mucho tiempo que no voy a una – admitió Ritsu avergonzado, tal vez Takano pensaría que era algo infantil.
- Que bien porque iré con mi tío a una mañana – Takano casi escupe su jugo al escuchar eso.
- ¿mañana? – Ritsu no entendía miro a Takano ¿acaso se había olvidado de su cita.
- Ritsu mira lo que pasa es que… - iba a dar una excusa.
- Y queríamos que fuera con nosotros – el pelinegro contuvo las ganas de abrazar su cuello “amablemente” con sus manos.
- Estaría encantado – por un segundo pensó que Takano se había olvidado de él, no le molestaba en lo absoluto el cambio de planes, le parecía divertido, sería como una salida familiar.
- Entonces podría pasarte a buscar a tu casa – si ya le habían arruinado su cita de mañana, por lo menos intentaría sacar la dirección del castaño.
- Emmh si… - Ritsu anoto su dirección en su libretita y se la entregó a Takano.
- Que bien que Ritsu-san ira con nosotros – sonrió el pequeño feliz, sonrisa que enterneció a Ritsu, pero Takano pudo notar malicia y burla en ella.
- De acuerdo, ¿mañana a las cinco está bien? – pregunto Takano, con suerte terminarían rápido y podría llevarse a Ritsu a su recamara, si ese niño ya había visto y escuchado de todo como decía no tenía por qué preocuparse.
- Está bien – el castaño se fue ya que tenía que atender otra mesa.
Takano miro con odio disimilado con una sonrisa a aquel niño sentado frente a él, lo odiaba, enserio que odiaba a los niños.
- Ya lograste lo que querías mocoso ¿Debes de estar feliz verdad?
- Yo solo estoy salvando a ese pobre chico de ti, se ve muy inocente, no quiero que le rompas el corazón.
- Come más rápido que llegaras tarde a la escuela – ordeno fingiendo no haber escuchado lo último.
Odiaba admitirlo, pero ese niño tenía razón.
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- Deberías de dejar de estar tan preocupado, Ryu se sabe cuidar solo.
- Pero es tan flojo como tú que al final prefiere no hacer nada, además que ¿tu hermano no era soltero? ¿estás seguro de que sabe cuidar de un niño?, que tal si lo está alimentando solo con comida chatarra.
- De los dos él era el que cocinaba por obvias razones y si estoy vivo quiere decir que no lo hacía mal.
- No lo sé, quiero regresar, quiero ver a mi bebe, el esta tan indefenso que algo malo le podría pasar.
- Tranquilo – susurro Usagi abrazándolo – la razón principal por la que hicimos este viaje era para que ustedes dos se dieran su espacio, Ryu no va a estar con nosotros toda la vida.
- Lo sé, pero…
- Además, hace mucho que no teníamos un tiempo a solas – dijo el peliplateado cargando como un costal de papas llevándolo a la habitación, a cumplir la misión que su hijo le había encomendado – tengo que recargare.
- Usagi idiota suéltame.
Y asi Misaki fue violado salvajemente otra vez.
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- Apúrate maldita sea que vamos a llegar tarde – decía Takano prácticamente pateando a su sobrino en la parte trasera del auto.
- Y a mí que carajo me interesa.
- Si ya lo olvidaste todo esto fue tu maldita idea así que te aguantas – Ryu hizo un puchero cruzándose de brazos.
- Yo no pedí venir aquí, yo era muy feliz estando con mis padres.
- Pues no me sorprendería que con ese carácter que te cargas se quisieran deshacer de ti – le respondió de igual forma.
- Para tu información mis padres me quieren mucho. Hasta Ritsu-san parece quererme más que a ti.
- Pues no lo parece, yo en su lugar de tus padres te hubiera enviado a un reformatorio y Ritsu solo te quiere porque no te conoce realmente.
- Sabes siento lastima por los que algún día lleguen a ser tus hijos – Takano soltó una risa – y ponte el cinturón de seguridad, hasta yo soy más responsable que tú.
- Tsk – a regañadientes hizo lo que el mocoso dijo, de tanto haber estado con él se había olvidado de eso – y yo no tendré hijos, no me imagino criando mocosos, y menos si uno podría llegar a ser como tú.
- Lo que digas – rodo los ojos.
Ritsu esperaba ansioso en la entrada de su edificio, había salido cinco minutos antes debido a la emoción, eso sin contar que había estado una hora tratando de encontrar que ponerse, debía de comportarse si no quería quedar como un desesperado frente a Takano.
Él nunca había tenido novio y eso era debido a que la mayoría solo lo quería para pasar un buen rato, por eso no aceptaba salir con alguien con tanta facilidad, él quería formar una familia y para eso debía de asegurarse de encontrar al hombre ideal. Debía de admitir que al ver a Takano el día anterior tan unido con su sobrino le dejo bastante impresionado.
Un auto negro se estaciono frente a él, Takano bajo del auto decidido a abrazarlo, pero su sobrino fue más rápido de que él.
- Buenas tardes Ritsu-san – saludo el pequeño abrazándolo.
- Buenos días Ryu-chan, Takano-san – dijo Ritsu revolviéndole ligeramente los cabellos al pequeño haciendo sentir a Takano celoso.
Mocoso 1 – Takano 0
“Con que esas tenemos mocoso”
- Buenas tardes Ritsu – saludo Takano con una sonrisa haciendo que el otro se sonrojara. Por lo menos ya estaban empatados.
Los tres se subieron al auto.
- Ryu ponte el cinturón de seguridad – pidió Takano, el niño le miro con odio disimilado con una sonrisa.
- Claro que si tío – respondió haciendo “felizmente” lo que le dijeron.
“Takano-san es tan responsable” pensó Ritsu poniéndose el cinturón de igual forma, sin duda alguna sería un buen padre.
Mocoso 1 – Takano 2
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El castaño miraba emocionado todos los juegos que había en ese lugar, Takano sonrió, enserio que Ritsu se veía aún más hermoso con esa mirada curiosa y emocionada, intento tomar su mano, pero cuando iba a hacerlo.
- ¡Mira Ritsu-san helado! – el peliplateado tomo la mano de Ritsu y la de Takano jalándolos a ambos.
- Pero Ryu si comemos helado ahora no podremos ir a los juegos – dijo Takano como adulto responsable, ya había entendido que a Ritsu le gustaba verlo así, aparte no desaprovecharía la oportunidad de cargarle la vida al mocoso.
- Takano-san tiene razón – el niño asintió sonriéndole a Ritsu y cuando este desvió la mirada le saco la lengua a Takano como y le lanzó una advertencia.
- De acuerdo, no tengo tanta hambre de todos modos, además el helado sabrá mejor luego de jugar, quiero ir a la montaña rusa – volvió a tomarlos de las manos guiándolos al juego.
Llegaron al dichoso juego. Ritsu tenía algo de miedo, pero lo disimulaba, Takano noto el ligero temblor en el cuerpo de Ritsu, se le ocurrió una gran idea. El castaño subió primero, Takano planeaba sentarse a su lado.
- Yo quiero estar con Ritsu-san – dijo el pequeño sentándose a lado de Ritsu. Takano lo fulmino con la mirada, suerte que Ritsu era demasiado distraído.
Molesto tuvo que sentarse atrás, pero tuvo mucha suerte, pues a su lado tenia a una mujer hermosa “No la mires, no debes de cagarla con Ritsu si no serán tres meses a la basura”
Por otro lado, Ritsu se sentía molesto, él quería sentarse con Takano y con Ryu, maldecía que los asientos fueran en pareja, y aun peor era ver como aquella mujer le sonreía a Takano.
- ¿Vienes solo? – pregunto la mujer en tono coqueto.
- No – respondió Takano a secas no prestándole tanta atención.
- ¿Tienes novia?
- Desgraciadamente no, pero tengo a alguien que me gusta y espero que pronto salgamos – “o más bien nos acostemos” pensó para sus adentros.
El castaño se puso feliz, al ver que Takano ignoro olímpicamente a aquella mujer, o por lo menos eso noto, porque estuvo muy ocupado gritando de miedo y aferrándose al cuerpo del pobre Ryu. Takano maldecía cada vez que el castaño abrazaba a ese niño y este le sonreía con superioridad, por esa razón él quería sentarse a su lado.
Igual sentarse al lado del mocoso no era tan mala idea, este pudo haberse caído “accidentalmente” del juego, lástima que no lo pensó antes.
Y así continuaron toda la tarde.
Takano se sentía como una vil muñeca de trapo siendo arrastrado de aquí para allá, al contrario de Ritsu quien parecía divertirse, soltaba risitas cada que Ryu hacia algún comentario gracioso, y Takano a pesar de estar molesto con toda la situación se quedaba embobado mirándolo. Sacudió su cabeza, él no estaba enamorado de Ritsu como para pensar así, el chico era lindo sí, pero una vez que lo hiciera suyo lo dejaría, eso era lo que siempre hacia, nunca nadie lo había cautivado lo suficiente y jamás lo haría.
- ¿No crees que los niños son lindos? – susurro Ritsu, Ryu estaba en uno de los puestos de juego en donde te podías ganar un premio. Era su primer momento “solos” desde que llegaron al lugar.
- Claro, los niños son lindos – “Me lavare la lengua con jabón luego de esto”
- Takano-san ¿Tu alguna vez has pensado tener hijos? – el mayor sonrió.
- Por supuesto, quien no quería tenerlos – “Mucho, mucho jabón” – ¿tú también quieres Ritsu?
- Si – asintió con entusiasmo – quisiera tener muchos hijos, seis estaría bien.
Casi se muere al escuchar ese número, se imaginó a seis Ryus corriendo por toda su casa, no, de ninguna puta manera.
- No crees que son demasiados – externo Takano.
- Tal vez, pero me aseguraría de darle mucho amor a los siete.
- ¿siete? ¿No eran seis? – mejor dejaba de preguntar si el numero iba en aumento.
- Claro, también le daría mucho amor a mi esposo.
Aquello no sonaba nada mal.
- Tío – grito Ryu cargando alrededor de diez osos “¿Dónde he visto algo similar?” pensó Takano, sin duda ese niño era hijo de su hermano – necesito que me ayudes.
“Tu puta madre te va a ayudar” pensó Takano sin intensiones de ayudarle.
- Te vas a lastimar – Ritsu preocupado tomo varios de los osos, Takano hizo lo mismo solo para no quedar mal frente al castaño.
Los tres decidieron que ya había jugado lo suficiente, al final compraron el helado de Ryu y fueron a comer a un restaurante familiar, luego subieron al auto y partieron a casa del castaño.
- Me divertí mucho hoy – admitió Ritsu mirando a Takano.
Ya estaban en la entrada del edificio del menor, Ryu se había quedado dormido en el auto para suerte del mayor “Al parecer los demonios también tienen su límite” pensó así podría despedirse apropiadamente del castaño, a él no le importaría para nada dejar al niño en el auto e ir al apartamento del castaño, pero lamentablemente Ritsu no pensaba igual.
- Si, espero y podamos salir otro día – aunque esta vez se aseguraría de que los dos fueran solos.
- Está bien – mientras tanto el castaño se debatía internamente en si besar al pelinegro o no, sería su primer beso así que tenía miedo de que Takano pensara que era un tonto si no lo hacía bien.
Al final se paró de puntitas y deposito un pequeño beso en la mejilla del mayor.
“Creo que no fue un mal día después de todo”
Continuara…