“¿Pero qué demonios estoy pensando?” se auto recrimino Takano antes de salir de su casa a buscar a Ritsu.
No podía creer que alguien como él se diera por vencido de esa manera, no, él era Takano Masamune y hasta la fecha desconocía el significado de esa palabra.
Bajo hasta la planta baja de su edificio buscando al castaño con la mirada. Lo encontró en la entrada intentando parar un taxi, se veía con el rostro triste y compungido de aflicción.
- Ritsu – giro el rostro al escuchar su nombre y en cuanto vio a Takano unas pequeñas lagrimas se aglomeraron en sus ojos, pero las limpio antes de que alguna decidiese caer por sus mejillas.
El pelinegro se sintió realmente mal, ¿tanto había afectado aquello a Ritsu como para hacerlo llorar? ¿Podía ser que Ritsu estuviese enamorado de él?
- Takano-san – musita en tono bajito, como preguntando el ¿Por qué estaba ahí?
- Necesitamos hablar.
Ritsu se acercó, dudoso de lo que iba a decirle, cuando lo tuvo lo suficientemente cerca lo abrazo, el castaño pareció sorprenderse, pero correspondió el abrazo. Luego de unos segundos lo separo ligeramente tomándolo por los hombros haciendo que le mirase a los ojos.
- Juro que eso no era mío – sin despegar la mirada de aquellos ojos verdes por primera vez pudo sincerarse seriamente por algo tan estúpido.
El de menor estura lucho por no bajar la mirada como siempre lo hacía, no sabía por qué, pero pudo sentir que Takano no mentía.
- Te creo - admitió avergonzado por haber dudado de Takano.
Pero entonces, ¿eso significaba que Ryu había mentido?
- Supongo que alguno de mis amigos las habrá dejado en mi departamento por descuido – sonrió, sabía que estaba desperdiciando la oportunidad de hacer quedar mal al mocoso.
- Pero aun así debes de revisar las cosas que hay en tu apartamento – dijo con un poco de reproche en su voz.
- Está bien, ya hay que olvidarnos de eso – tomo al castaño de la cintura atrayéndolo más hacia a el – podríamos estar haciendo cosas más interesantes ahora mismo.
El contrario se ruborizo por la acción, aunque realmente no entendía muy bien a que se refería Takano con “cosas más interesantes”
Tal vez se refería a abrazarse o besarse.
- Takano-san, yo en realidad a aun no estoy listo – bajo la mirada avergonzado – pero mañana tal vez podríamos…
- Dime a qué hora tengo que pasar por ti – pidió Takano, si ya había esperado más de tres meses un día mas no sonaba tan mal.
¡Oh mierda! Algo estaba realmente mal en él.
- Estoy libre desde las siete, ya sabes mi dirección – dijo deshaciendo el agarre y despidiéndose.
- ¿No quieres que te lleve? – pregunto, el contrario negó ligeramente con la cabeza.
- No es bueno que dejes a un niño solo por mucho tiempo, nos vemos mañana Takano-san.
El castaño paro un taxi*1 casi inmediatamente.
“Esta vez ni siquiera hubo beso en la mejilla” pensó Takano frustrado, pero posteriormente su cuerpo se relajó pues Ritsu había dicho que podrían hacerlo mañana por la noche.
Por fin su larga espera seria recompensada.
Dio media vuelta volviendo a entrar al edificio con una sonrisa en el rostro, sonrisa que se desvaneció al llegar a la puerta de su apartamento.
¿Con quién carajos iba a dejar a Ryu?
Entro al departamento, se dirigió a la habitación del niño encontrándolo dormido abrazando a un oso de peluche.
- Mami – balbuceo entre sueños.
“Ok, debo de admitir que es adorable cuando duerme, pero SOLO cuando duerme”
Aquel pequeño era un demonio con cara de ángel, no podía dejarlo con cualquier persona.
Solo había una persona a la cual podía dejarle semejante labor.
Solo una.
---------------&---------------
- No – volvió a decir mirando a Takano con el ceño fruncido.
- Solo será una noche, mi sobrino es adorable – volvió a decir Takano intentando convencer a su amigo de cuidar a Ryu.
- Esa ni tú te la crees – rio por lo bajo Yokozawa.
Si, él era la única persona en ese planeta, junto con Akihito y su cuñado que podrían soportar a ese mocoso, porque él ya había comprobado que no lo soportaba.
- Si aceptas, te cubriré de kirishima las veces que quieras – el de ojos azules se sonrojo inmediatamente.
- Pero si tú siempre me delatas cuando me escondo de el – le recrimino.
- ¡Exacto! El punto es que ya no te delatare.
“Estúpido Takano”
- Además, no deberías de quejarte tanto, no crees que estas exagerando, no puede ser tan malo como dices.
- ¿Qué parte de tenia películas porno no entendiste?
- Tal vez solo sea un poco raro, pero sigue siendo un niño.
- Sabes que a mí nunca me han gustado los niños – le recordó a su amigo este asintió ligeramente.
- Está bien, acepto, pero no te aseguro que regrese vivo, Zen puede ser muy celoso a veces con respecto a quien este con su hija.
“Con más razón lo dejare contigo” pensó de forma cruel.
¿Por qué nunca lo pensó antes? Al parecer kirishima podía hacer todo el trabajo y deshacerse del mocoso.
- De acuerdo, no importa, lo pasare a dejar a tu casa por la tarde – Yokozawa asintió.
- Por cierto, porque quieres dejarme a tu sobrino, ¿tan insoportable te resulta?
- Es detestable lo admito, pero la razón es que mañana por la noche saldré con alguien y eres la niñera más confiable que puedo conseguir.
- ¡¡¿A quién demonios le dices niñera?!! – pregunto molesto, Takano lo ignoro soltando una risa, el otro suspiro resignado – así que tendré que cuidar a tu sobrino para que tú te pases la noche follándote a tu nueva conquista – Takano asintió – asegúrate de llevar condones por favor, no le deseo a ningún ser de este planeta que tú seas su padre.
- Eso me ofende, he cuidado a un niño por más de una semana y sigue vivo, si tuviese un hijo te aseguro que no sería un mocoso mal educado, con la dulzura de Ritsu y mi genética sería imposible, no entiendo por qué todo el mundo insiste en que ser padre es el desafío más grande del mundo.
- Por qué lo es – Takano le restó importancia – sabes hace unos meses tu nunca hubieses siquiera dicho que existía la posibilidad de que tuvieras hijo.
- Yo nunca dije eso.
- Lo dijiste hace un momento.
- No
- Si
- No
- Si
- No
- Si
- No
- No
- Si..¡NO, espera! sabes eso fue muy infantil de tu parte.
Yokozawa salió de aquella sala en donde se encontraban mientras soltaba una risa burlona.
----------------&---------------
-.-.-.-.-.-.-
Ryu se encontraba en el sillón de su casa leyendo un manga.
Tan solo tenía cinco años y ya tenía demasiado desarrollada su habilidad para leer.
- Ryu – llamo su madre desde la cocina.
Se encontró con la misma escena de siempre, a su madre cocinando mientras su padre le abrazaba por la espalda, cualquiera pensaría que era incomodo cocinar así, pero para Misaki ya se había acostumbrado desde hace tiempo, pero a veces llegaba a ser insoportable.
“Podrías quitarme a tu padre de encima” pidió con la mirada a su pequeño hijo, Akihito no le tomo importancia, nada en ese mundo le podía separar de Misaki.
- Papi – llamo jalando a su padre de la camisa, con los ojos verdes vidriosos cual cachorro desamparado.
Si algo agradecería por el resto de su vida sería haber sacado los ojos de su madre, su padre nunca podía resistirse a eso.
Akihito soltó a Misaki no muy contento con la idea.
- ¿sucede algo? – pregunto Akihito cargando al pequeño.
A él nunca le habían gustado los niños, y hasta la fecha tampoco.
Su hijo era una excepción a la regla, era tan inocente y lindo como su esposo, y estaba muy feliz por ello, si se pareciera a él en carácter sería un problema.
Lo que no sabía era que Ryu si había sacado su carácter.
Y mucho peor.
Aun así, el pequeño amaba mucho a sus padres, el amor y la comida de su madre, hasta la fecha no había conocido a alguien que cocinara mejor que él. Al igual que la protección y lo mucho que lo consentía su padre.
Él había pedido un hermanito para navidad, a pesar de que sus padres estaban con él, ambos trabajaban y no solía llevarse bien con los niños de su edad ya que le temían, no lo sabía, pero por algo dicen que los perros y los niños pueden sentir el aura de las personas.
- ¿Podrías leerme uno de tus libros? – pidió con voz suave. Aquella que había heredado de su madre.
- Como digas, pero no puedes dormirte, por lo menos no antes de comer ¿de acuerdo?
- Si.
Su padre se sentó con él en su cama, que era enorme para un niño tan pequeño, pero su padre siempre le compraba lo que creía que sería mejor para él, costara lo que costara*2
Aunque su madre los regañaba después, diciendo que no debían de comprar cosas tan caras he innecesarias.
-.-.-.-.-.-
Ryu giro la cabeza, despejando sus pensamientos, no era momento para ponerse sentimental, ahora debía de pensar en cómo escapar de ahí.
En cómo salir de la casa del oso.
----------------&---------------
Ritsu se miraba al espejo, estaba vestido con ropa casual, Takano no le había dicho a donde lo llevaría, se arrepentía de no haber preguntado, no se sentía conforme con su aspecto.
*cachetada mental*
Estaba sonando como una estúpida colegiala enamorada otra vez.
Miro el reloj, aún faltaban unos minutos para que Takano viniera por él, eso hacía que su ritmo cardiaco estuviese ligeramente más acelerado de lo normal. Le había prometido a Takano que le daría su primer beso hoy, no le molestaba la idea, pero el problema aquí era…
“No se besar”
Con un aura de pesimismo cayendo sobre de él se sentó en el sillón de su sala ¿Qué debería de hacer?
De repente la mente se le ilumino.
Tomo su celular marcando el nuero que ya se sabía de memoria.
- Kisa – llamo suplicante una vez que el mayor hubo contestado.
- Ritchan – hablo Kisa un poco sorprendido por la llamada, normalmente Ritsu no solía llamarle en tono tan desesperado – ¿Qué sucede?
- Tengo una cita con Takano-san en diez minutos – se apresuró a decir – y pues no sé qué hacer si el me pide que…
- Sepáralas Ritchan, solo sepáralas, él se encargara de todo lo demás.*3
- ¿los labios? – el tono confundido de Ritsu hizo que Kisa se avergonzara.
- ¿De qué estamos hablando? – pregunto Kisa tampoco entendiendo nada.
- Es que yo tengo miedo de que Takano-san me pida que nos besemos y yo no se besar ¿Qué estabas pensando?
- Ahmm….en lo mismo Ritchan, en lo mism…¡Espera! ¿Cómo está eso de que no sean besado?
- Es que bueno, yo no he tenido el valor y cuando se da la oportunidad algo pasa – se excusó.
- Bueno Ritsu, pues besar es muy fácil, solo tienes que abrir bien la boca y separar los dientes, la verdad no sé muy bien cómo explicarlo en palabras – soltó una risita ante la inocencia de su amigo, pero estaba seguro de que la inocencia de Ritsu era uno de sus mayores encantos, claro que junto con sus otros dos grandes atributos, él no era tonto, sabía que eso era la razón del porque Takano se había fijado en Ritsu.
- Gracias de todas formas, Takano-san ya debe estar esperándome te llamo luego.
- Si, que te vaya bien Ritchan.
Colgó la llamada.
Se armó de valor el mismo, si Takano no tomaba la iniciática él lo haría, esta vez estaba seguro de que debían de avanzar en su ¿relación?
Ahora que lo pensaba, que clase de relación tenía con Takano, eran ¿novios? ¿tan siquiera amigos? Nunca le había preguntado que estaba buscando de él, si era algo serio o no.
Salió de su edificio viendo Takano esperándolo.
- Te ves hermoso – alago Takano acariciándole la mejilla. Un escalofrió cruzo por el cuerpo de Ritsu aglomerándose en forma de calor en sus mejillas.
Porque claro, Ritsu se vería hermoso incluso si estaba vestido con un saco de patatas.
“Aunque seguro es más hermoso sin ropa” pensó desvistiéndolo con la mirada, delineando las suaves curvas de su cuerpo.
“Mierda” sonó en su mente pues su “amiguito” se estaba poniendo algo feliz.
“solo espera un poco más, en la noche tendrás tu recompensa”. Y así con su autocontrol a todo lo que daba, tomo la mano de Ritsu para luego subir a su auto e irse de ahí.
Continuara…