El beso estaba durando más de lo esperado según Takano, no sabía si era debido a que los labios de Ritsu eran la cosa más dulce y suave que había probado en su vida o la ternura que le causaba la inexperiencia del contrario.
Ritsu sintió la lengua de Takano chocar contra sus dientes, recordó las palabras de kisa “Solo tengo te separar los dientes” pensó al mismo tiempo que lo hacía permitiendo que la lengua de Takano entrara en su cavidad bucal. Paso sus brazos alrededor del cuello del mayor aferrándose y este en respuesta reafirmo el agarre de la cintura.
Para el menor todo parecía perfecto, tal y como se lo imagino, se sentía en las nubes.
Pero todo lo que sube tiene que bajar en algún momento y no siempre es de la mejor manera.
Una mano.
Una puta mano.
Ritsu interrumpió el beso apartando al mayor de un empujón. Takano le miro extrañado viendo como el castaño fruncía el ceño.
- ¡Takano-san! – reprocho Ritsu molesto y nervioso - ¿Qué creías que estabas haciendo?
“Te tocaba el trasero” hubiese respondido si no fuera porque Ritsu parecía realmente molesto, no comprendía el porque se había molestado tanto.
- No tienes por qué molestarte tanto, es completamente normal que hagamos ese tipo de cosas – contesto intentando volver a abrazar al castaño pero este le rechazo.
- Claro que no, este tipo de cosas solo la hacen los...los novios o esposos – musito nerviosos pues se había dejado llevar y había aceptado aquel beso sin antes haber aclarado su relación.
“Mierda” en ese momento ya se encontraba con una tienda de campaña formada en su entrepierna, que intentaba ocultar de la vista de Ritsu, estaba tan deseoso de tomar el cuerpo del hombre que se encontraba frente a él, aun podía sentir la maravillosa sensación que le causo el tocar aquel redondo trasero, quería volver a hacerlo.
- ¿Pero qué dices? se nota que no tienes nada de experiencia en esto – Ritsu se sonrojo avergonzado – no creí que fuera necesario aclararlo pero…nosotros ya somos novios – pronuncio con algo de dificultad, él nunca había estado, ni le interesaba tener una relación formal, pero Ritsu lo valía.
Ritsu sonrió feliz y apenado por no haber comprendido la situación, luego se abalanzo sobre Takano abrazándolo haciendo que ambos cayeran al suelo, pegando sus labios de manera torpe a los del pelinegro, pero de inmediato se apartó al sentir algo duro rozándole, desvió la mirada a la entrepierna del mayor viendo la gran excitación de este.
- ¡Pervertido! – grito al mismo tiempo que le daba una cachetada a Takano arrepintiéndose al instante, no era que deseara hacerlo más bien su cuerpo actuó de forma inconsciente - ¡Lo siento, yo no quería!
Mientras tanto Takano trataba de comprender qué demonios ocurría con Ritsu y su bipolaridad.
Estar en una relación formal era más complicado de lo que creía.
- No te preocupes – le sonrió tratando de tranquilizarlo.
- Pero…¿Por qué la tienes dura? Ni siquiera te he tocado ahí – susurro mirando la erección dentro del pantalón.
“Tu trasero me pone duro” respondió en su mente porque tenía miedo de lo que pasaría si lo decía en voz alta.
- No lo sé, tal vez es porque eres tan lindo – Ritsu se sonrojo.
No era la primera vez que veía a otro hombre así, pues lastimosamente se había topado con algunos pervertidos a lo largo de su vida, al parecer todos se excitaban al mirarle el trasero, y esta era la razón del porque no confiaba en los hombres y se había molestado tanto con el pelinegro un momento antes.
Pero Takano era su novio, estaba bien si lo dejaba usar su cuerpo ¿no?
- ¿Y te duele? – pregunto viendo como el mayor asentía – si quieres yo po…podría…podría ayudarte.
Aquello fue como música para los oídos de Takano.
- Me encantarí…
- Pero con una condición – Takano asintió, estaba tan necesitado de Ritsu que aceptaría cualquier condición – nada de sexo.
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Yokozawa había logrado con mucho esfuerzo sacar a kirishima de aquella habitación antes de que matara al sobrino de Takano. Al final ambos niños se habían quedo profundamente dormidos después de que le leyera un cuento, como cada noche acostumbraba a hacerlo con Hiyori.
….
Ryu abrió los ojos justamente después de que yokozawa salió de la habitación, aun no estaba tan cansado para dormir. Había hablado con su mama por la tarde y al parecer no quedaba mucho tiempo antes de que sus padres regresaran, su mama le decía que se moría de ganas por verlo, que lo echaba de menos y que faltaba poco para que se volvieran a ver.
Él lo extrañaba. Pero por lo menos había comprobado que podía sobrevivir sin el por un tiempo, bueno siempre y cuando tuviera a un adulto al cual explotar.
Pensó en lo poco que conocía a su tío, y de lo que sabía no era muy agradable que digamos, solo había visto a su tío un par de veces cuando tenía entre dos y cuatro años, sus recuerdos eran bastante borrosos, casi no recordaba nada, solo sabía que al parecer su tío era el editor de su padre hace un par de años pero no sabía por qué se habían separado, igual no culpaba a su tío de haberse ido pues para ser editor de su padre definitivamente era más fácil pelear contra un cocodrilo o por lo menos era lo que decía la editora actual.
Y también le incomodaba el no saber dónde estaba, Ritsu era demasiado inocente y su tío demasiado pervertido, esa no era para nada una buena combinación.
Ya mañana se enteraría de qué manera la cago su tío esta vez.
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¿Qué había dicho?
- Pero Ritsu…
- Lo siento – bajo la cabeza apenado – es que yo aún… aun no estoy listo para hacer eso.
- ¡claro que estás listo! – exclamo Takano tomándolo de ambas manos – yo te enseñare.
- No, no quiero, no hoy – negó con la cabeza.
No era lógico dejar de ser virgen el mismo día que diste tu primer beso, así como tampoco era lógico que tu novio por algo como eso.
- ¿y cómo piensas ayudarme? – pregunto con dificultad, en serio que ya quería arreglar su problemita de ahí abajo.
- Pues… no lo sé.
A Takano se le ocurrió una idea, pero no sabía si funcionaria, pero Ritsu era tan inocente que tal vez funcionaria, se notaba que lo único que conocía del sexo tal vez era debido a los libros o las clases de biología de la escuela.
- Ritsu ¿sabias que tienes dos virginidades? – el castaño abrió los ojos sorprendido.
- No, pero se supone que…
- Se nota que no sabes mucho de esto – Ritsu se sentía aún más avergonzado por su inexperiencia – pero si, tienes dos virginidades.
- Pero se supone que una vez que “eso” – se sonrojo señalando la erección – entre en mi yo ya no seré virgen.
- Si, tienes razón, cuando eso pase dejas de ser virgen pero… - lo miro de forma lujuriosa – hay dos lugares en donde esto – se desabrocho el pantalón sacando su miembro – puede entrar.
Ritsu no podía estar más rojo en su vida.
- ¿Pero en dónde? – pregunto curioso.
Takano llevo su mano a la boca de Ritsu acariciando sus labios con sus dedos.
- Por aquí.
El castaño abrió sus ojos como platos.
- ¡En mi boca! – Takano asintió - ¡Pero eso no va a entrar! – dijo al ver el tamaño.
- Por supuesto que lo hará, si haces eso aun serás virgen.
- Pero yo no sé cómo hacerlo.
Takano se paró con dificultad y se sentó en el sillón del lugar.
- Ven, arrodíllate aquí.
El oji-verde trago duro, nunca había estado en una situación así en su vida. Hizo lo que dijo Takano arrodillándose entre sus piernas, manteniendo la mirada baja sin atreverse a mirarlo a los ojos, quería salir corriendo de ahí, se arrepintió de haberle ofrecido su ayuda al pelinegro sin saber que era lo que podía hacer, pero enserio lo quería y deseaba hacerlo feliz.
- Primero solo tienes que lamerlo – indico Takano ya bastante desesperado.
Asintió haciendo lo que al mayor le ordenaba, apenas su lengua comenzó a lamer aquel miembro, escucho el suspiro de satisfacción del mayor, se sentía extraño, tenía un sabor salado, no era nada bueno, pero extrañamente, le gustaba.
El pelinegro se sorprendió de lo bien que Ritsu lo hacía ¿enserio era la primera vez que hacia ese tipo de cosas? Pues no lo parecía, el menor pasaba su lengua cada vez de forma más rápida y sin que se lo pidiera metió el miembro dentro de su boca, dando chupaditas algo tímidas e inseguras, no pudiendo meterlo todo por completo. Takano lo estaba disfrutando como nunca antes lo había hecho, la caras que ponía Ritsu eran demasiado excitantes, la timidez combinada con satisfacción formaban una expresión tan única.
El mayor tomo la mano de Ritsu colocándola en la base de su pene haciendo que lo masturbara, pues su boca no alcanzaba a cubrir esa parte.
Si Ritsu ya lo hacia así de bien a la primera, ya quería saber cómo lo haría cuando tuviera más experiencia.
No tardó mucho en correrse en la boca del menor. Ritsu miro a Takano asustado al sentir el líquido en su boca. No sabía qué hacer.
- Trágalo – dijo Takano un poco autoritario, Ritsu trago el líquido sintiéndose extraño al hacerlo.
Se sentía avergonzado de sí mismo, no sabía muy bien lo que había hecho, su cuerpo había actuado en automático, pero había solucionado el problema de Takano así que lo había hecho bien ¿no?
El pelinegro sonrió, Ritsu tenía talento para esas cosas, solo que nunca lo había sabido hasta hoy.
Lo beso de nuevo abrazándolo. Ahora tener una relación formal con él no le parecía tan pesado como antes.
“Podría sacar provecho de esto” pensó mientras besaba a Ritsu sintiendo aquel extraño sabor en sus labios, confirmando que lo que acababa de pasar no había sido una fantasía.
- Te amo – soltó con ternura Ritsu al finalizar el beso.
Takano no se esperaba eso, sintió que algo raro en su pecho, y no sabía que era.
“Oh mierda, no me digan que…”
Continuara…