Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Roy Swan por Eowyn Fitzgerald

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Desperté con un rayo de luz molestado en mi cara con una especie de mal augurio. De todas maneras me puse en pie resbalando con una zapatilla de Bella en el proceso, no voy a mentir... Estuve tentado a rezar a cualquier deidad que estuviera disponible pues hoy no parecía especialmente mi día.

Después de comer un cuenco de cereal sabor chocolate con diez cucharadas de azúcar y tomar una Coca-Cola bajo la desaprobatoria mirada de Bella finalmente salimos de casa.

Bueno, había nevado... El día no podía ser tan terrible si la nieve estaba presente.

—¿Puedo conducir? —le pregunté a Bella tras verla caer torpemente justo antes de llegar al coche—

—¿Sabés hacerlo?

Ok, eso me ofendió un poco. El hecho de que ella tuviera ese monovolumen y yo no, no significaba que no supiera conducir.

—Mi mejor amigo me enseñó.

—¿Cullen?

—No es mi único amigo Bella...

—Es que nunca te he visto con otra persona.

—Olvida eso. Tengo experiencia manejando sobre superficies resbalosas y me gustaría conducir si no te molesta.

—Supongo que sería lo mejor.

—Gracias.

En el fondo quería decirle a Bella que Charlie me prohibió conducir de por vida por haber chocado una moto en la estación de policía, pero esta era mi oportunidad de volver a tomar un volante y aquello había sido un problema con los frenos, algo que no le importaba ni a Jacob quien parecía aún más preocupado que mi propia madre.

Conduje con el mayor cuidado posible a pesar de que la camioneta no estaba teniendo ninguna dificultad en desplazarse sobre la fina capa de hielo que cubría la carretera. Durante el camino me puse a pensar en mi charla con Edward y en que tenía razón... Tal vez manteniendo mi cabeza ocupada en algo diferente o en alguien que no fuera Mike podría olvidar el asunto y poco a poco enterrar mis sentimientos. Ya estaba más que harto de soportar ese rechazo y si Edward Cullen pensaba que podía ayudarme lo iba a dejar.

Cuando llegamos al instituto me detuve un segundo dentro del coche para apreciar mis circunstancias, Bella bajó y en un suspiro ya se encontraba con sus amigas a dos autos de distancia, miré a mi alrededor y vi Edward a cuatro coches desde mi posición. Me puse mis audífonos y caminé con dirección a los Cullen pero vi algo brillante en una de las llantas traseras de la camioneta y me acerqué a mirar.

Charlie había puesto cadenas en los neumáticos. Muchos en el pueblo eran de la opinión de que Charlie no era material para padre y pensaban que me descuidaba demasiado, me daban ganas de que todos vieran esto  para cerrar sus hocicos, Charlie era mejor padre que todas esas arañas venenosas.

Estaba de pie pensando en esto cuando uno de mis audífonos calló de mi oído y alcance a escuchar un chirrido.
La furgoneta de Tyler que patinaba con las llantas bloqueadas se dirigía a gran velocidad hasta la parte trasera del coche de Bella, y yo quedaría en medio.

¿Así sería todo? ¿un accidente y ya? ¿a los dieciséis años? ¿sin un primer beso? ¿desperdiciando mi vida en alguien que no me podía querer?

Todo fue demasiado rápido pero alcance a ver la cara horrorizada de Edward, cerré los ojos esperando el impacto pero este nunca llegó, lo único que sentí fue un brazo rodeando mi cintura un empujón fuerte y un pequeño golpe en mi cabeza. Me encontraba tendido en el piso al lado el coche café que estaba tras el monovolumen, y escuché una maldición en voz baja y una manos blancas detuvieron la furgoneta pues esta había cambiado de dirección hasta mi nueva posición.

¿Qué acaba de pasar?

Después de cinco segundos de silencio se empezó a oír una serie de murmullos, alguien marcando por teléfono, y Bella llamándome. Pero en medio de todo a lo único que le podía presentar atención era la voz suave y desesperada de mi acosador bipolar que me hablaba al oído.

—¿Roy? Dime porfavor que estás bien...

—Me he sentido peor.

Suspiró aliviado y me besó la frente. Intenté levantarme pero el seguía sobre mí y con un agarre demasiado fuerte para una persona normal.

—Ten cuidado —dijo mientras se separaba un poco pero sin soltarme— no quiero que te hagas más daño. Estoy seguro de que te diste un buen golpe en la cabeza.

Cuando me moví sentí un dolor agudo por encima de un oído, intenté no quejarme pero supongo que mi cara me delató.

—Tal y como pensaba...

Cuando pude ponerme en pie y ordenar un poco mi cerebro las cosas se volvieron raras y no pude evitar mirar a Edward con miedo.

—¿C-cómo llegaste tan rápido? —dije en medio del pánico—

—Estaba a tu lado Roy —su mirada cambio a una intimidante que jamás había visto—

—... —quería refutarlo, pero ¿cuál era el punto? Probablemente seguiría con lo mismo y tenía demasiado miedo para intentar cualquier cosa—

Me soltó y se alejó lo más que pudo en ese estrecho espacio, miré el ambiente y mientras todos estaban chillando he intentado ayudar a Tyler, Bella parecía querer llegar hasta mi pero estaba siendo detenida por Mike. Por otro lado los Cullen me veían con una mezcla de angustia, enojo y algo más que no podía distinguir. Pronto llegaron los adultos y entre ellos apareció el profesor Jefferson pidiendo que no me moviera.

—Perdón, prometí no ser tan hostil... —habló nuevamente Edward— pero... Necesito que confíes en mí ahora... Roy... Yo...

—No quiero saberlo... Gracias por salvarme, pero me gustaría q-que... Me dejarás en paz. Y no te preocupes, le diré a quien pregunté que estabas conmigo.

—Roy.

—¡No quiero saber nada Cullen!

Parecía querer acercarse a mi, pero pudo darse cuenta que no estaba dispuesto a aceptar contacto físico de su parte.

No es que le tuviera miedo a Edward, muy en el fondo sabía que era demasiado bueno como para causar algún daño, Eddie es muchas cosas pero no es malo, mi problema era otro... la situación me tenía aterrorizado ¿quién diablos podía tener esa fuerza y esa velocidad? ¿qué rayos era Edward Cullen? ¿y por qué arriesgarse así por mi?
Lo mejor que podía hacer por ambos era olvidar todo, hay cosas que es mejor no saber, como dicen por ahí; los ignorantes son mucho más felices.

No pasó mucho tiempo para que llegará la ayuda y nos sacarán de allí. Me subieron a una camilla y me colocaron un collarín antes de subirme a una ambulancia. No me opuse en ningún momento porque no tenía la fuerza para discutir con nadie. Antes de que cerraran las puertas de la ambulancia alcancé a escuchar a Charlie gritar mi nombre, pobre, se oía preocupado.

Fue inevitable que me quedara dormido en la ambulancia, si, aún con el sonido de las sirenas incluyendo el de la patrulla de Charlie, soy de esas personas que pueden dormir en cualquier parte, cuando desperté ya estaba en el hospital y el doctor Cullen estaba frente a mi con una sonrisa y un toper azul que tenía que ser mi almuerzo.

—Esme me pidió que te lo entregara.

—Gracias ¿puedo quitarme el collarín? Creo que no lo necesito y siento que me asfixia.

—Yo lo hago —me levantó la cabeza con cuidado y me retiró el collarín— ¿Cómo te encuentras Roy?

—Bastante bien en realidad, solo algo arrepentido de haberme levantado esta mañana.

—Tu mente está en su lugar, eso es bueno.

Encendió una lámpara y acercó una lámina de rayos X... Igual no es la primera vez que me toman pruebas estando inconsciente.

—Deme buenas noticias doctor ¿necesitaré un esqueleto de adamantium?

Escuché una risa a poca distancia y al mirar pude darme cuenta que Edward estaba allí.

—Lamento informar que tu radiografía parece ser buena.

—Rayos.

—Ya será la próxima vez Roy. ¿te duele mucho? Edward mencionó que te diste un golpe en la cabeza bastante fuerte.

—Solo un poco, espere... ¿esto me puede quitar días de escuela?

—Es probable

—Debería revisar eso otra vez, estoy muy seguro de que tengo una fractura de cráneo.

—Te enviaré a casa a descansar ¿contento?

—Mucho.

—Tu papá y tu hermana se encuentran en la sala de espera. Te puedes ir con ellos ahora, pero si presentas mareos o un problema de visión tienes que regresar rápidamente.

—Entendido.

—Tuviste mucha suerte.

—Si...

La suerte no tenía nada que ver pensé para mi mismo evitando mirar a Edward.

El doctor Cullen se retiró y por fin pude ver el terrible estado en el que se encontraba Tyler. Él me miró con arrepentimiento pero no pudo hablar, igual ¿qué le dices a la persona de la que dejaste de ser amigo por que te enteraste que era gay y luego de varios años sin hablarle casi lo atropellas? No me importaba esto por ser un accidente pero no quería hablar con ese idiota.

—Roy, lo siento tanto.

—Da igual.

Me puse de pie rápidamente pues tenía la intención de huir a casa, grave error. Caí directamente en los brazos de Edward por culpa de un mareo.

—Es la segunda ves hoy.

—Edward, no tengo mucho humor el día de hoy.

—Nunca estás de humor.

—Déjame en paz...

—Me gustaría hablar en privado contigo.

—¿Estas sordo?

—Solo dame unos minutos.

—Cinco minutos.

Me tomó de la mano y me guío hasta un pequeño y solitario corredor.

—Creo que has estado confundido con lo que pasó en el estacionamiento y no me gustaría que te fueras con esas ideas a casa.

—¿A qué te refieres?

—Estaba a tu lado y por el golpe en la cabeza estás confundido.

Una cosa es que intentará ocultar algo, eso puedo entenderlo, pero otra muy diferente es que crea a que soy estúpido.

—No, tú estabas lejos y yo te vi.

—Nadie puede moverse tan rápido Roy.

—También te vi apartar la camioneta.

—Te diste un golpe en la cabeza.

—Yo sé lo que vi Edward.

—¿De verdad crees que pude hacer esas cosas?

—Si.

—Necesitas descansar eso es todo —acarició mi cabello e intentó darme una sonrisa convincente, pero lo aparte de mi— piensas demasiado rápido... ¿qué es lo que quieres?

—No lo sé, pero podría quedar conforme si por lo menos no me trataras como imbécil y aceptaras la verdad.

—No tiene caso que pises un terreno tan peligroso. Si sigues insistiendo no te encontrarás más que con decepción.

Nos miramos con furia durante un largo rato. No quería tener nada que ver con su secreto pero el que me tratara como si estuviese alucinando me molestó demasiado. Finalmente hice la pregunta que me estaba carcomiendo el cerebro desde hacía un rato.

—¿Por qué te molestaste en salvarme? —no lo dije para retarlo ni nada, era una pregunta seria, pues yo no me habría salvado—

—Te quiero —parecía sincero y eso me asustó—

Me dirigí rápidamente hacia la salida que había al fondo del corredor sin mirar otra cosa que no fueran mi pies.

La sala de espera estaba casi completamente vacía, en ella solo estaba la familia de Tyler, la señora Newton, Mike y mi familia. Charlie se acercó a toda prisa y me cargó en medio de un apretado abrazo, está vez lo dejé pasar porque quien necesitaba el consuelo tras el accidente era él.

—¿Qué dijo el médico?

—El doctor Cullen asegura que estoy bien y que puedo ir a casa.

Cuando Charlie me soltó siguió otro abrazo proveniente de la señora Newton y para mi sorpresa y deleite uno de Mike, Bella respetó mi espacio personal y solo me dió una palmadita en el hombro.

—Mi pobre angelito —dijo la señora Newton antes de darme un bello peluche blanco de conejo— Te lo compré para tu colección.

—Gracias.

—Realmente me preocupé cuando pasó Roy —habló Mike con una dulce sonrisa— que bueno que estás bien.

Cuando ya nos íbamos Bella decidió ir al baño y justo al desaparecer por un corredor llegó Jacob.

—¡Roy! —gritó y al igual que Charlie corrió y me levanto en sus brazos pero con la diferencia de que Jacob me hizo girar— ¿dónde está ese maldito al que tengo que matar? —preguntó en cuanto me bajó— no importa, lo haré puré después. ¿qué pasó? ¿estas bien? ¿necesitas algo? —soltó mientras me revisaba todo el cuerpo buscando heridas—

—Me estás mareando Jake, deja de hablar. Estoy perfectamente y estas exagerando.

—Siento molestarte con mi amistad.

—Oh cállate. Me alegra poder verte... Te he necesitado mucho.

—Y yo a ti.

Charlie nos miró con diversión y se acercó a nosotros tras suspirar pesadamente.

—Tendré que retirar el castigo de Roy, Jacob puedes llevártelo el tiempo que necesita descansar —estuve a nada de gritar de felicidad, pero...— eh... Esto... Roy... Tienes que llamar a Renée.

—¡Se lo has dicho a mamá!

—Lo siento.

Me fui con Jake en el auto de Billy con dirección a la reservación y durante todo el camino tuve que escuchar a mi madre por el móvil poniéndose histérica y a Jacob peleando con Renée cuando ella sugirió que debía mudarme a Arizona.

Pero en mi mente solo había espacio para lo único que me gustaría ignorar... Edward Cullen.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).