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19. La Monta de Yongguk por dayanstyle

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Notas del capitulo:

a leerrrr neneeeees

 

Jongin estaba apoyado contra la mesa de picnic, sus codos estirados y sus tobillos cruzados estudiando a Zelo. —Un refugio, huh.

Zelo estaba al lado de él preocupado, retorciendo las manos. Si el Alfa no estaba de acuerdo, todas sus esperanzas se vendrían abajo.

 

—¿Quién lo atendería? —Jongin preguntó mientras se acariciaba su labio inferior.

—Seungri dijo que a él le encantaría. —Zelo sabía que debió de hablar primero con Jongin, pero tenía que asegurarse de tener todas las cosas resueltas antes de ir con el Alfa.

—¿Así que ya hablaste con él?

 

Zelo tragó saliva y asintió. Sabía que Jongin era un Alfa justo y que estaba totalmente en contra del abuso, pero el lobo lo intimidaba a muerte. —Sí, señor.

Jongin asintió y guardó silencio de nuevo. El estómago de Zelo estaba echo nudo mientras esperaba por el si o el no. ¿Por qué estaba teniendo dificultades para decirlo? El Alfa lo tenía extremadamente nervioso mientras aprehensivamente esperaba.

—¿Tiene esto algo que ver con un delgado hombre de cabello Rubio?

Zelo se quedó con la boca abierta mientras veía fijamente a Jongin. —¿Cómo lo sabes?

Jongin se rio con un profundo tono mientras sacudía la cabeza. —Tengo mis maneras Jedi.

 

Eso lo asustaba como el infierno. —Su nombre es YoSeob. Lo vi en el cuarto de baño del restaurante al que fuimos a comer. Me sentí inútil cuando vi el moretón en un lado de su cara y no había nada que pudiera hacer —Zelo confesó mientras jugaba con la bastilla de su camiseta azul de algodón.

Jongin se inclinó hacia adelante y colocó sus brazos en los muslos mientras veía el patio. Ahí estaban los juegos de Nana. Aunque ahora ella era una preadolescente, aun usaba los columpios. Estaba el jardín que él sabía que a Sungmin le gustaba atender, y las mesas de picnic aun colocadas.

 

—He visto algunas cosas cuando voy al pueblo. He estado por aquí mucho tiempo y he sido testigo de hombres que ven con ira a sus esposas o niños con miedo en su mirada. Eso es repugnante. Yo me siento sin poder cuando veo la cara de algún jovencito con moretones o a una esposa o chica con miedo cuando algún hombre les habla. Quisiera llevar al abusador a la estación de la policía y enseñarle cómo se siente estar indefenso y acorralado.

Zelo estaba asombrado de que alguien como Jongin pudiera sentirse sin poder. Era alto, fuerte e intimidante. No parecía del tipo que pudiera tolerar nada de nadie.

 

El Alfa asintió, viendo a Zelo. —Creo que es una idea genial. También creo que deberíamos primero construir el lugar. r13;Jongin apoyó los codos detrás de él. Con una gran sonrisa—. Puedo ver que algunos de los guerreros se ofrezcan de voluntarios, tú sabes, para mantener a los abusadores lejos.

 

—También he hecho algunas investigaciones sobre refugios. Podemos ofrecer consejo financiero. Niel podría ayudar en eso. También podríamos ofrecer corte de cabello gratis para los niños. Byun podría ayudar con eso. Podemos incluso ofrecer planes de pago para la reparación de sus carros. Creo que Eli no objetaría ese servicio.

 

La expresión de Jongin era mas seria, mientras veía fijamente a Zelo. Tronó los dedos y señaló a Zelo. —Veo que has estado pensando mucho en esto. Me gusta la compasión que muestras. Creo que lo llamaré ‘Centro de ayuda Zelo’. ¿Cómo te suena eso?

 

Zelo estaba impactado. —No busco reconocimiento por esto. Sólo quiero ayudar a quien parece que busque ayuda para salir del lio en que se encuentra.

Jongin se enderezó y le sonrió. —Es por eso que le daré ese nombre. —Se alejó, dejando a Zelo viéndolo irse asombrado.

Zelo cruzaba la calle al salir de la librería de Sungmin, viendo la construcción del refugio. Era asombroso lo rápido que Jongin había echado a andar su idea y logrado iniciarla.

 

La construcción estaba cerca de ser terminada, y Zelo se sentía emocionado por iniciarla y ver cómo funcionaba su sueño.

A la derecha, los hermanos Wu construyeron su tienda de motocicletas. Zelo no discutió cuando su pareja le dijo que quería estar cerca de Zelo en caso de que hubiera problemas. De hecho, lo hacía sentirse seguro saber que su pareja y sus hermanos estaban en la puerta de al lado.

 

—Va muy bien —Yongguk comentó cuando ellos llegaron a la banqueta. Zelo estuvo de acuerdo. Eso era más de lo que se había atrevido a soñar. Jongin había construido dormitorios al fondo, en caso de que alguien que huyera los necesitara. Él le había dicho a uno de los guerreros, un lobo, que patrullara cuando el refugio tuviera alguna victima.

 

Curiosos paseantes se detenían a ver, charlar con otros y preguntarse qué se estaba construyendo. Ellos no lo habían anunciado. Las referencias vendrían desde el centro recreativo, quien necesitara refugio podría en privado obtener refugio. Podría perderse el propósito si todo el mundo supiera en dónde encontrar al abusado.

Les darían a conocer a la comunidad los servicios que brindaban, pero el lado más feo de las cosas se mantendría en secreto. Zelo esperaba que funcionara de esa manera. No estaba seguro de cuántos abusos ocurrían en esa parte del país, y oraba porque las camas no se llenaran. Eso significaría que el problema seria mayor de lo que sospechaban.

 

Zelo entró a la tienda de motocicletas viendo que los ojos de Yongguk se iluminaron al ver que el techo estaba siendo colocado. Kris ya estaba ahí, refunfuñando con los trabajadores acerca de cómo quería que las cosas se hicieran.

 

Yongguk se rio. —Ha sido un mandón desde que nosotros éramos cachorros. No creo que se pueda quedar parado sólo viendo.

 

Zelo se reía con Yongguk cuando su teléfono celular timbró. El número que apareció en la pantalla no era familiar. —¿Hola?

—¿Z–Zelo?

 

Esa voz le era familiar, pero Zelo no podía identificarla de dónde. —¿Quién eres?

—YoSeob.

Campanas de alarma sonaron en la cabeza de Zelo. Caminó hacia la calle para alejarse del ruido de la construcción. r13;Hola, YoSeob.

—¿Me recuerdas? —Se oía sorprendido y un poco aliviado.

—Claro que lo hago. ¿Hay algo en que pueda ayudarte? r13;Zelo se alejó un poco más, queriendo darle a YoSeob su atención sin interrupción. Yongguk siguió a su lado, sus cejas juntas mientras caminaba al lado de Zelo.

 

—Yo—yo no estoy seguro de por qué te llamé. Dijiste que te llamara si quería hablar. —La voz era temblorosa y Zelo podía oír el miedo a través del teléfono.

Señaló la banca a lado del restaurante, Yongguk tomó asiento mientras Zelo se sentaba a su lado. —Te estoy escuchando, YoSeob. —Podía ver la tensión en Yongguk, pero Zelo arrugó la cara y señaló hacia el refugio. Los ojos de Yongguk se abrieron más y asintió, entendiendo a lo que se refería Zelo.

—Está sucediendo de nuevo —YoSeob murmuró.

—¿Qué sucede, YoSeob? ¿Te golpearon de nuevo?

 

Yongguk se puso de pie y se alejó, Zelo lo ignoró mientras se tensaba y escuchaba. —¿YoSeob?

—Sí. —Un pequeño murmullo llegó desde el otro lado del teléfono.

Zelo cerró los ojos y su corazón se salía por el pequeño hombre. —Puedo ayudarte. Sólo dime dónde estás e iré por ti. Tengo un lugar seguro en el que puedes estar.

 

—Yo–yo estoy asustado.

—Lo sé. Pero dime en dónde estás, puedo ir ahí. —Zelo le hablaba suavemente a YoSeob, haciendo su mejor esfuerzo por oírse convincente. Tenía que hacerlo o YoSeob no le diría una palabra.

—¿T–tú me ayudarías?

—Sí. Te daré refugio y una nueva vida si es lo que buscas. Hablaremos cuando te recoja. ¿Puedes decirme en dónde estás? —Zelo sostuvo el aliento mientras esperaba a que YoSeob le contestara.

 

—Está bien.

Zelo corrió al restaurante, pidiéndole una pluma al mesero, Donghae se la dio. Él tomó la libreta de órdenes, acunando el teléfono entre su oreja y hombro mientras escribía la dirección. r13;¿En este número puedo localizarte? —Inclinó la cabeza, agradeciéndole a Donghae y devolviéndole la libreta y la pluma a la pareja y entonces salió.

 

Entonces vio a Yongguk en una camioneta con sus hermanos en el asiento trasero. —Voy en camino. Deberé de estar ahí en menos de treinta minutos. No salgas a menos que sientas que tu vida está en peligro.

 

—Está bien —dijo YoSeob tranquilamente al teléfono.

—No voy a colgar. Sólo quédate en la línea conmigo hasta que llegue ahí.

 

—¿Zelo?

Zelo le dio la dirección a Yongguk y movió la mano para que su pareja se apresurara. Yongguk salió del lugar de estacionamiento y entró a la calle, manejando rápidamente hacia la autopista.

 

Zelo veía pasar los carros mientras escuchaba a YoSeob respirar. —¿Estás ahí?

—Si. Quiero decirte gracias.

Zelo cerró los ojos sabiendo que había tomado la decisión correcta cuando decidió abrir el refugio. Cuándo le dijo a la pareja, Xiumin, éste se había emocionado tanto como Zelo. —De nada.

 

Podía oír a Suho en el asiento trasero hablando por teléfono. Sabía que el guerrero hablaba con Jongin. —Necesitamos ese refugio esta noche. ¿Hay alguien que pueda llevar lo esencial para que el primer ocupante duerma ahí?

Zelo se tensaba escuchando mientras sostenía el teléfono, escuchando la respiración de YoSeob. Suho levantó el pulgar hacia Zelo, dejándole saber que Jongin se encargaría de las cosas. Soltó la respiración que había estado sosteniendo.

Zelo estaba en silencio con el teléfono cuando salieron de la autopista y recorrían las calles de la ciudad hasta que llegaron a la dirección que YoSeob le había dado. —Nosotros estamos afuera. Enviaré a un amigo por ti, YoSeob. Él es muy alto, muy fuerte, con cabello negro y ojos verdes. —Zelo empujó a Yongguk para que se moviera.

 

Yongguk cerró la puerta de la camioneta, revisando alrededor mientras se dirigía al edificio de departamentos.

—Alguien está tocando —YoSeob murmuró con pánico.

—Es Yongguk. Ábrele la puerta, YoSeob.

—Es–Está bien.

Zelo podía oír la voz de Yongguk del otro lado de la línea y sabía que su pareja estaba ahí. —Voy a colgar ahora. Puedo oír a Yongguk. Estás a salvo, YoSeob.

—Es–Está bien. —YoSeob colgó y Zelo sacó el aire de sus pulmones.

—Hiciste algo bueno. —Suho palmeó el hombro de Zelo.

—Gracias. Pero ahora la parte difícil comienza. Ayudar a YoSeob a tener de nuevo una vida. —Zelo se recargó viendo hacia la calle por el parabrisas. No tenía idea de lo que iba a hacer, pero haría todo lo posible por ayudar a YoSeob a recuperar su vida.

 

—Joder —Kris gritó saliendo de la camioneta, Suho salió detrás de él. Zelo giró la cabeza viendo a dos grandes hombres acercarse a Yongguk, uno de ellos gritó y jaló a YoSeob.

YoSeob estaba temblando cuando Yongguk empujó al asustado hombre detrás de él. Zelo salió de la camioneta, jaló a YoSeob mientras los hermanos Wu se encargaban de los dos hombres. —Entra. —Zelo abrió la puerta trasera de la camioneta, subiendo detrás de YoSeob.

—Me tengo que ir. —YoSeob alcanzó la perilla de la puerta—. Si me voy con él, dejará en paz a tus amigos.

Zelo tomó al asustado hombre en sus brazos. —No en esta vida. Ellos pueden cuidarse, confía en mí.

 

YoSeob parpadeó y vio sobre el asiento hacia la calle. —¿Estás seguro? No quiero causar ningún problema.

 

—No es problema. Y tú no eres el que causa problemas. r13;Zelo vio a los hermanos caminar de regreso hacia la camioneta. Él vio a los tipos que trataron de tomar a YoSeob mientras entraban en el edificio. Ellos se veían enojados como el infierno. Zelo rezó porque fuera la última vez que los viera.

Kris se deslizó al asiento del conductor y Suho abrió la puerta del pasajero y entró. Yongguk subió atrás y se sentó al lado de Zelo.

—Ya conociste a Yongguk. —Zelo señaló a su pareja—. Ellos son Kris y Suho. —Señaló a los dos hombres sentados al frente.

YoSeob se veía como si quisiera saltar de la camioneta cuando Kris y Suho inclinaron la cabeza saludando al asustado hombre. —Estás a salvo. Ellos no te dañarán.

YoSeob asintió y vio hacia afuera por la ventana. Debería ser aterrador como el infierno irse con extraños después de haber sido abusado por alguien en quien confiaba. Zelo mentalmente aplaudió ante el valor de YoSeob. Zelo ahora estaba más determinado de asegurarse de que YoSeob recuperara su vida.

Kris se estacionó fuera del restaurante, Zelo salió y le indicó a YoSeob que se uniera a él. Quería que el tembloroso chico tuviera una buena comida en su estómago. Estaba demasiado delgado en opinión de Zelo.

 

Su pareja y sus hermanos cruzaron la calle para revisar la construcción y ver si el centro de ayuda estaba en condiciones para que YoSeob se quedara por la noche. Después de que el hombre comió, Zelo con YoSeob cruzaron la calle.

 

Jongin estaba ahí con Luhan, hablando con uno de los trabajadores. Él tocó el codo de YoSeob y le señaló con la cabeza al Alfa. Zelo se limpió la garganta mientras se aproximaba. r13;Jongin, él es YoSeob.

El Alfa se giró y le sonrió al mucho más pequeño hombre. Con Jongin midiendo dos metros diez, todo el mundo era más pequeño. —Hola, YoSeob.

YoSeob tragó saliva y miró a Zelo antes de ver de nuevo a Jongin. —Hola.

Zelo se apartó con YoSeob explicándole que el edificio estaba en construcción pero que podría quedarse ahí por la noche. Le dijo a YoSeob que deseaba ser un consejero y que él era su primer caso.

 

—Me siento honrado. —YoSeob se rio suavemente—. ¿Está bien si me quedo aquí?

—Eso es lo que Jongin —Zelo dijo, señalando al Alfa—, está discutiendo ahora con el trabajador. Asegurarse que sea seguro que te quedes. Si no es así hay mucho lugar en la Casa para ti.

YoSeob veía fijamente a Zelo, inclinó la cabeza mientras pasaba su mano por su largo cabello negro que bajaba de los hombros. —¿Por qué haces todo esto por mi?

Yongguk llegó detrás de Zelo y envolvió los hombros de Zelo con sus fuertes brazos mientras Zelo le contestaba a YoSeob. r13;Porque nadie debe de vivir con miedo. Creo que todo el mundo debería vivir una vida satisfactoria, si no es que una totalmente gratificante vida.

Yongguk se inclinó y besó el cuello de Zelo. —Te amo.

Zelo podía sentir el calor subir a su cara. —También te amo. Ahora déjame encargarme de YoSeob. —Palmeó las manos de su pareja.

 

Yongguk sintió el orgullo oprimir su pecho mientras Zelo hablaba con YoSeob. Su pareja era valiente, compasivo y amable. Dios, eso lo encendía.

 

Jongdae y Xiumin cruzaron la calle. Yongguk habló con Jongdae mientras Xiumin habló con Zelo y YoSeob. Una vez que todas las cosas se establecieron, Jongdae se ofreció para vigilar el lugar esa tarde y Yongguk se ofreció a relevarlo esa noche.

Con los shifter rebeldes y ahora con el abusador de YoSeob involucrado, querían asegurarse de que YoSeob estuviera a salvo.

 

Todos los que pudieron ayudar llegaron desde la Casa llevando catres y otros artículos necesarios para que el refugio estuviera parcialmente abierto.

Yongguk ayudó a colocar mesas provisionales hasta que las que ordenó Jongin llegaran. Notó cómo el capataz veía a YoSeob. Estaba instalando la electricidad mientras sus ojos constantemente seguían cada movimiento de YoSeob, cuando el primer ocupante del refugio estaba acomodando todas las cosas.

Le dio un codazo a Suho, señalando con la cabeza al capataz, ambos lo vieron ver a YoSeob. —¿Crees que necesitamos vigilarlo? —Yongguk preguntó mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.

—Le avisaré a Jongdae. —Suho se fue mientras Yongguk buscaba a su pareja. Zelo estaba colocando toallas en el armario, tarareando. Yongguk no había visto nada más hermoso. Miró alrededor del edificio, asombrado de todo lo que había hecho Zelo.

—Puedo sentir que me observas. —Zelo se giró, le sonrió y caminó directo a los brazos de Yongguk. Él se estiró y llegó a los labios de Yongguk, dándole un apasionado beso.

—Sigue así, cachorro, y le daré otro uso a esos catres.

Zelo se rio y se alejó. —Puedo ver que trabajar uno al lado del otro va a ser muy interesante.

—No tienes ni idea. —Yongguk palmeó el trasero de su pareja y le dio un guiño.

—Pervertido.

—Provocador.

Yongguk jaló a Zelo a través del casi terminado edificio. r13;Vamos a conseguir algo de cenar.

—Qué bien, estoy hambriento. No comí cuando YoSeob lo hizo. Estaba esperándote. —Zelo gritó hacia Xiumin, diciéndole que Yongguk y él irían a comer, Xiumin levantó la mano hacia ellos.

Ellos salieron del edificio entrando a una hermosa tarde. Ahora era el crepúsculo, la hora favorita de Yongguk.

 

Vieron a Seungri, el consejero del centro recreativo, sentado frente al mostrador, disfrutando su comida. —¿Cómo está todor13; preguntó antes de llevarse un tenedor con puré de papa a su boca.

—Bien. —Zelo se sentó al lado de Seungri y le habló de YoSeob.

—Bien, parece que abrieron justo a tiempo.

—Eso parece. —Yongguk se sentó al lado de Zelo.

—¿Cómo estás, Ren? —le preguntó a la pareja de Baekho. Baekho era medio propietario del restaurante, Ren venia a trabajar con su pareja todos los días. Él notó que Ren estaba teniendo un rol más activo en el restaurante. La pareja ayudaba a Rasa cuando era necesario y atendía a los clientes cuando estaba lleno. Correcto, ahora él estaba comiendo.

—Estoy bien. ¿Cómo estás, Yongguk?

 

El coreano de la pareja había recorrido un largo camino desde que llegó a la villa Kim. —Bien. Realmente bien.

Jae Suk tomó las órdenes y se las entregó a Rasa mientras Yongguk colocaba su mano en la pequeña espalda de Zelo. El contacto lo hacía sentir la conexión con su pareja de cierta forma. Él podía sentir la alegría recorrer a Zelo en ese momento, y una sensación de paz se estableció en el interior de Yongguk.

Zelo se apoyó en Yongguk mientras hablaba con Seungri. Yongguk envolvió los hombros de Zelo con su brazo mientras hablaba con Ren.

Una vez que ellos terminaron de comer, se despidieron y se dirigieron a casa.

Jongdae vigilaba al capataz mientras Xiumin hablaba tranquilamente con YoSeob. Si el shifter pensaba que iba a hacer algún movimiento hacia el indefenso humano, Jongdae podría levantar sus bolas como luces de árbol de navidad.

Caminó casualmente hacia el acosador, viéndolo trabajar. r13;¿Hay alguna razón para que sigas viendo a YoSeob o estás buscando tener mi puño en tu cara?

—¿Qué? —El capataz se giró hacia Jongdae, el desconcierto en su mirada y una cínica sonrisa.

—No juegues al inocente conmigo. Veo que lo ves y no me gusta ni un poco. Si haces un movimiento hacia él, aplastaré tus bolas con mi jodida bota.

 

El desarmador del capataz cayó de su mano mientras veía con los ojos más abiertos a Jongdae. —¿Estás jodidamente loco a algo así?

—Algo así —Jongdae gruñó—. Te estoy vigilando. —Jongdae hizo una V con sus dedos señalando sus ojos y los del capataz, diciendo sin hablar ‘te vigilaré’ mientras se alejaba.

Jongdae se sentía mejor ahora que el capataz sabía que lo vigilaría, sonrió mientras se sentaba detrás del escritorio provisional, viendo al capataz que veía a YoSeob. 

 

continuara....

Notas finales:

es uno de los fics mas largos hasta ahora pero todavia queda otro cap y terminamos este fic

dejen rw


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