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19. La Monta de Yongguk por dayanstyle

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Notas del capitulo:

espero su ayuda con las couples que quieren que aparezcan

a leer

 

Jongin estaba impactado pero lo escondió de los hombres frente a él en la recámara de Yongguk. Los centinelas lo rodearon inclinando la cabeza a un lado mientras Him Chan continuaba.

 

—La mujer, o demonio, que es lo que ella es, lo está cazando porque es su verdadera madre.

 

Jongin miró a Zelo cuando el jovencito gritó. —¡No!

 

—Ella lo quiere de regreso y no se detendrá ante nada para obtenerlo. —Un hombre con la piel bronceada se adelantó—. Soy Vernon..

 

—Bien, Vernon, nosotros podemos cuidar de los nuestros r13;Jongin señaló a los demonios—. Nosotros no necesitamos que nadie de afuera nos ayude.

 

—Podrías reconsiderarlo una vez que ella aparezca y las parejas empiecen a desaparecer. Ella puede hacerse pasar por uno de tus guerreros y llevárselos de uno en uno —Him Chan advirtió—. Piénsalo antes de que tu ego haga que nos rechaces.

 

—Me recuerdas a alguien que realmente no me agrada. r13;Jongin vio hacia Kris.

—Y aquí yo que pensaba que éramos unidos —dijo Kris mientras arqueaba una ceja y giraba sus hombros—. ¿Entonces cómo la matamos?

 

Está bien, él no iba a entrar en pánico. ¿Su hermano era un vampiro y su mamá un demonio? ¿Qué jodidos estaba sucediendo en este loco mundo en el que vivía? Él no era un demonio, ni siquiera medio demonio.

 

Zelo tomó el pelo de Yongguk, necesitó un ancla cuando su visión comenzó a nublarse y empezó a marearse. Esto era demasiado para manejarlo.

 

¿Qué con su hermano mayor? Él era humano, y Lay también, antes de que lo que fuera que le sucedió a él… eso, Zelo aun necesitaba respuestas acerca de sus hermanos. ¿Por qué él era demonio y sus hermanos no? Todos ellos habían sido criados por la misma mujer.

 

Zelo vio a Lay entrar al cuarto, deslizarse entre los Centinelas y correr a la cama. Jaló la sábana a su pecho.

Él estaba desnudo, por el amor de Dios. ¿Nadie se preocupaba por él?

 

Ni siquiera había comenzado a procesar el hecho de que acababa de dormir con un hombre cuando todo eso cayó a sus pies. «Hablando de un día tranquilo».

 

Nadie prestaba atención al hecho de que un lobo estaba sobre él, sólo una sábana cubría sus formas desnudas. Ellos deberían de saber que durmió con un hombre, y aun así nadie decía nada.

 

Era como si ellos vieran ese tipo de cosas todo el tiempo. Bueno, a él no lo tranquilizaba. Él quería tiempo para entenderlo y nadie se lo daba.

 

—Ellos dicen que soy un demonio —le dijo a Lay, ignorando a todos en el cuarto. Enfocándose en su hermano él podría ordenar sus pensamientos.

 

—Lo sé.

—¿Lo sabías?

—No. —Lay sacudió la cabeza—. Lo sé porque los oí.

—¿Cómo? —Esa era una gran pregunta. ¿Por qué infiernos ellos no lo sabían? Sus dedos se encajaban en el pelo de Yongguk, sintiéndose que estaba muy cerca de ponerse histérico al pensar en todo eso.

—Infiernos si lo sé. —Lay se encogió de hombros.

—¿Me permiten? —Him Chan dio un paso hacia Zelo y entonces los lobos gruñeron. Yongguk dio el gruñido más alto, más profundo y más aterrador.

 

—Te advertí contra eso. —Jongin señaló a Yongguk—. Su pareja puede morir protegiéndolo, y nosotros haremos lo mismo por proteger a ambos.

 

Him Chan asintió y dio un paso hacia atrás. —Respeto el lazo.

 

—Se giro hacia Zelo—. Tú y tus hermanos eran demasiados jóvenes para recordar. Tu padre era un padre soltero con sólo J-Hyo y Lay. Conoció a tu madre y depositó su semilla en ella.

«¿Depositó su semilla?» ¿Podría oírse más asqueroso? Zelo se encogió de hombros. Pensar en sus padres teniendo sexo le molestaba. Pensar en esa cosa como su madre le molestaba aun más.

 

—Ella no se detendrá hasta que su descendiente regrese con ella. Como demonio que es, su lado maternal la obliga a cazarte.

 

Zelo se estremeció ante el hecho de que ella era su madre. La mamá quien lo crió, con la que siempre había estado. Ella lo amaba y él la amaba. —No puedo dejar que la maten.

 

—Entonces ella puede ser contenida. —Him Chan lo miró con compasión, haciendo que Zelo se preguntara si el demonio podía entender.

—Necesito estar solo, salgan —Zelo dijo enojado.

—Mi oficina. —Jongin guió a la tribu de demonios fuera de la recámara, Lay besó su mejilla y también salió.

 

Yongguk cambió una vez que el cuarto estuvo vacío y cerró la puerta tras ellos. —¿Estás bien?

—¿Parezco estar bien? Acabo de tener sexo con un hombre, mi hermano es un vampiro, mi mamá un diabólico demonio, y estaba acostado desnudo bajo una sábana mientras todo el mundo discutía el clima. No, no estoy bien.-

Mierda, su pareja estaba al borde de la locura. Él debió de habérselo tomado mas despacio, no ceder ante Zelo. Sabía que Zelo seguía dudando, pero cuando su pareja se había mostrado frente a él, complaciéndose, fue más de lo que Yongguk pudo manejar.

 

Ahora era demasiado tarde, todo lo que podía hacer era tratar con el error. Yongguk jaló a Zelo a sus brazos, su pareja luchaba por liberarse. Eso no era sólo por el sexo. Las noticias que le dieron acerca de que era medio demonio y que su madre estaba detrás de él, todo eso era demasiado fuerte como para que Zelo lo manejara.

 

—Tranquilo, cachorro. —Yongguk lo sostenía más fuerte mientras Zelo luchaba por liberarse—. Trataremos con esto juntos. —Las lágrimas de su pareja estaban cerca de salir. El dolor en su pareja le desgarraba el corazón.

 

Zelo tomó a Yongguk con un agarre de muerte. Su delgado cuerpo se estremecía con los sollozos mientras purgaba todos los sentimientos de su interior.

 

Yongguk envolvió la sábana más fuertemente alrededor de su pareja, deseando poder tranquilizarlo y que regresaran una hora atrás, cuando Zelo le daba la bienvenida a sus caricias, la bienvenida a que lo amara un hombre, entregándose libremente en respuesta.

 

No debió de haber cedido ante su pareja, si Zelo necesitaba tiempo, debió de habérselo dado.

 

Aunque después de conocer el cuerpo de su pareja de la manera en que lo hacía ahora, sería agonizante ver y no tocar. El cuerpo de Zelo le daba la bienvenida y se entregaba al puro placer. Si sólo la mente de Zelo estuviera bien.

 

Yongguk llevó sus labios a la cima de la cabeza de su pareja, inhalando el aroma de la brisa del océano y a jazmines, su pene amenazaba con regresar a la vida. «No es el momento para eso». Yongguk luchó contra la urgencia, sabiendo que estaba demasiado estresado para otro raund de giros en las sábanas. Eso era lo que Zelo necesitaba ahora. Su necesidad se quedaría atrás hasta que su pareja pudiera pensar correctamente.

 

El corazón de Yongguk se quebró cuando su pareja habló con un tinte de lágrimas en su voz. —No puedo detener lo que deseo por ti. —Se oía desesperanzado.

 

—¿Crees que está mal que un hombre ame a otro hombre, cachorro? Es amor. ¿Qué está equivocado en eso? El género no debe importar, solo cómo la persona involucrada se sienta con el otro.-

—Se me enseñó que está mal. Mi mamá, esa cosa, lo metió dentro de mí.

 

Yongguk se apartó, viendo a Zelo. —¿Qué con Lay?

 

Zelo bajó la mirada mientras hablaba. —Él es diferente. Lo amo sin importar lo que quiera ser.

 

—Entonces, ¿por qué no puedes amarte a ti mismo sin importar lo que quieras ser? —Ese era un punto valido, uno que esperaba que su pareja pudiera considerar.

 

Zelo se mordió el labio inferior, viendo fijamente a Yongguk, entonces bajó la mirada con una expresión de preocupación.

 

—¿Puedo quererte?

Yongguk se rio. —Si, puedes quererme. —«Puedes quererme día y noche y nunca me cansaré de eso».

—Podemos…

 

Yongguk rodó a Zelo bajo él, no esperó a que su pareja cambiara de opinión y regresara a sus inseguridades. Zelo aun seguía estirado debido al reclamo. El cuerpo de su pareja lo había aceptado, tomándolo con gula.

 

Si Zelo estaba aceptando esto, de ellos, entonces él podría mostrarle cómo podía ser el amor entre dos personas sin importar el maldito géNiel.

 

—Yongguk, hazme volar —Zelo rogó.

 

Yongguk retiró la sábana del cuerpo de su pareja y tomó las piernas de su pareja entre sus brazos, tomó sus caderas y empujó a su pareja hacia su pene.

 

Jadeaba con cada empujón, Zelo se levantó y tomó su cabello. Yongguk se inclinó y tomó suavemente la boca de su pareja. Tomó la erección de su pareja en un puño y la acarició con el mismo ritmo que sus empujes.

 

Liberó la pierna derecha de Zelo y empujó la pierna izquierda arriba de la cabeza de su pareja. Parecía que no podía entrar lo suficientemente profundo, lo suficientemente lejos dentro del apretado agujero que hacía hervir su sangre. Zelo lo llevaba a la locura y él amaba cada minuto de ese viaje.

 

Yongguk se empujó duro dentro del culo de Zelo, su pareja jalaba su cabello como si fueran riendas en sus manos, rogándole a Yongguk que lo jodiera. Yongguk levantó la mano y se apoyó en la cabecera como palanca para joder a Zelo, en ese momento su pareja se deslizaba hacia arriba en la cama.

 

La piel alrededor de su pene se estiraba con cada empujón, tomando lo que Yongguk le daba. Yongguk lo veía con gran fascinación mientras los dedos de Zelo se deslizaron sobre los dedos de Yongguk que lo masturbaban con el ritmo de cada empujón al agujero de Zelo.

Sus ojos estaban fijos en esos hábiles dedos, incapaz de apartarlos, y tampoco lo quería. El hormigueo en su espina era señal del inminente orgasmo, pero él no quería correrse, aun no.

 

No cuando su pareja no se había abierto totalmente a él. Luchaba por el control, una lucha que él podría perder si seguía viendo el erótico juego entre sus piernas. Cerró los ojos, sintiendo en lugar de ver. Yongguk no estaba seguro de que esa fuera una mejor opción. Sus sentidos se amplificaron cuando cerró los ojos.

 

—Voy a correrme —Zelo gritó, su mano se alejó y Yongguk abrió los ojos, Zelo entrelazó sus dedos con los de Yongguk y jaló duro mientras su semilla hacía erupción entre ellos, ambos jadearon ante los blancos chorros.

 

Yongguk liberó su control, permitiéndose correrse duro dentro del culo de su pareja. Rugió mientras su cuerpo se estremecía.

 

Los brazos de Zelo cayeron a la cama, con una gran sonrisa en su hermosa cara. —Creo que me gusta el amor de hombre.

 

Yongguk sonrió, cayendo a su lado y acomodándose en cucharita detrás de él. —Estoy feliz de oír eso.

Zelo gemía mientras bajaba lentamente las escaleras, su trasero ahora protestaba con cada movimiento. El sexo no era un problema, pero esta parte apestaba.

«¡Eres una abominación!» Zelo empujó las palabras que su madre había remarcado en su mente. Él no iba a ir con eso ahora.

 

Con los sermones homofóbicos durante años de su mamá dentro de su cabeza acerca de la gente gay, no podía sacar las devaluaciones de ella de su cabeza.

 

Ahora se repetían más frecuentemente, llegaban a su mente como un tren cada vez que veía a Yongguk y sentía el deseo profundamente en su interior.

 

El estudio estaba lleno de vida, las otras parejas saltaban jugando video juegos o el billar. Algunos de los guerreros también estaban ahí. Probablemente cuidándolos y usando la mesa de billar como excusa.

 

Odiaba el hecho de que esa amable gente tuviera que ser cuidada en su propia casa a causa de él y de su madre. Eso era una jodida. La culpa lo carcomía.

 

Zelo miró alrededor, preguntándose por qué estaba tan oscuro aquí. Podría jurar que era de mañana y entonces vio las gruesas cortinas. Su hermano Lay estaba sentado en uno de los sofás, conversando con algunas de las parejas y explicándoles todo.

 

Se acercó, sentándose al lado de Sungmin. —Entonces, habla.

 

—Señaló a su hermano.

—Después de que te dejé en casa de mamá —dijo, y ambos se estremecieron al mismo tiempo—. Fui a mi departamento. Fui atacado, pero aun no sabemos por quién. El príncipe de los vampiros salvó mi vida convirtiéndome. Ahora chupo sangre. —Lay hizo un sonido de chupeteo que a Zelo le pareció grotesco.

 

—¿Entonces debido a que esa mujer demonio hizo que me llevaras a su casa, tú casi mueres? —Zelo preguntó enojado.

Adoraba a Lay. Nadie podría pedir un mejor hermano mayor ¿y él casi muere?

 

Su corazón se oprimió al pensar en no tener más a Lay alrededor. El mundo no sería el mismo sin él. Conflictivas emociones lo recorrían. Odió a su mamá, pero aun así la amaba. El odio de ella hacia su hermano hizo que casi muriera, pero aun así la amaba.

 

—Realmente no. Si te hubiera llevado a mi departamento probablemente también te hubieran atacado —Lay señaló el punto y se inclinó para que Zelo viera. Los ojos de su hermano eran de amabilidad y compasión y algo que no entendía en ese momento.

 

—No, nosotros hubiéramos estado seguros aquí —contratacó con amargura. Esa mujer demonio sólo había causado problemas, y en ese momento a Zelo no le importaba lo que ese Him Chan o cualquiera de esos hombres demonios dijeran de ella.

 

Sabía que estaba pensando con sus emociones, pero Lay era parte de su vida y Zelo no quería que eso cambiara nunca.

 

—Tranquilo, hermanito —Lay se acercó—. Tener sexo con Suho es ahora mucho más interesante. —Movió sus cejas.

—Ew. —Zelo no quería pensar en Lay teniendo sexo con Suho. Pensar en su familiar de esa forma era…yuck.

 

Zelo notó que las otras parejas lo veían fijamente. ¿Se vería diferente ahora que era gay? ¿Podrían ellos decir que él había bailado tango con Yongguk? Se movió en su asiento sintiéndose incómodo de que ellos probablemente lo sabían.

 

Incluso cuando cada uno de ellos era gay, aun así se sentía avergonzado. Excusándose, Zelo se dirigió al vestíbulo, Yongguk apareció a su derecha antes de que él pudiera llegar a la salida.

Pasó junto a él y corrió por uno de los pasillos, viendo hacia atrás para asegurarse de que estaba solo.

 

¿Por qué no podía aceptar lo que sentía por Yongguk? Realmente estaba empezando a enamorarse del hombre, y eso lo asustaba como el infierno. Yongguk había dicho que estaba bien que dos hombres se amaran, pero aun no se sentía correcto para Zelo. Él no era Lay, así que no iba a desfilar alrededor con unos short extremadamente cortos y una camiseta de tirantes.

 

Él era un hombre.

 

Zelo metió las manos en los bolsillos delanteros, tratando desesperadamente de pensar en cómo salir de eso. Nunca pensó acerca de hombres o mujeres, aunque su primera experiencia había sido con una chica.

 

Odiaba el hecho de que su mamá hubiera metido lo anti-gay dentro de él. Si ella no lo hubiera hecho, quizás él no lo estaría pasando tan mal.

 

Zelo se sentía mal por pasar al lado de Yongguk sin una sola palabra. El hombre hacía su mejor esfuerzo, y Zelo no estaba siendo justo con él.

 

Quería decirle a su pareja cómo se sentía, pero hablar de sentimientos era tan de chicas. Era como si fuera del calor al frío cuando pensaba en sus sentimientos acerca del guerrero.

 

—Justo ahora, no deberías de estar vagabundeando solo.

 

Zelo levantó la vista y vio al guerrero Kyuhyun, caminando hacia él. El chico era intimidante como el infierno, aunque lucía una cool barba de candado. —Necesito estar solo.

 

 

—Entonces puedo escoltarte a la distancia. ¿Qué te parece eso?

 

Zelo asintió. El hombre no estaría a su lado. Kyuhyun se mantuvo detrás de él dejando el espacio que necesitaba para aclarar su cabeza. Vio hacia atrás, pensando si Kyuhyun era gay y él no escondía el hecho de que Sungmin estaba cerca de él. De hecho, sus manos estaban pegadas a las de su pareja.

 

¿Por qué él no podía tener esa confianza, esa actitud de ‘no me importa lo que piensen de mi’? Quizás estaba sobre analizandosu nueva identidad. Ahora Zelo estaba incluso más confundido. ¿Quién era él?

 

Comenzó a agitarse y enojarse cuando no pudo descubrirlo. ¿Por qué tenía que ser una pareja? ¿Por qué no tenía su propia identidad, en lugar de ser la pareja de Yongguk? Él estaba extremadamente alterado y lo sabía, pero no podía evitarlo.

 

—No soy la perra de Yongguk —le gritó a las pinturas colgadas en las paredes mientras lo veían acusadoramente—. ¡Soy Zhang Zelo! —Quien sea que fuera.

 

Oh no, podía sentir que venía una crisis nerviosa pero no podía evitar el ataque de ansiedad, o como sea que se llamase eso. Estaba llegando con toda su fuerza con todo lo que había sucedido en los últimos días.

 

Su cerebro no podía procesarlo. Su estómago se revolvía con la tormenta de emociones, y Zelo quería vomitar todo.

 

—¡Soy un hombre no una chica! —gritó de nuevo ante la pintura de dos lobos juntos aullando, usándolos de blanco de su agresión—. Nunca me gustaron los hombres, no sé por qué me gustan ahora. Esto es una locura. Mi vida era aburrida, pero era una vida de humanos, antes de todo esto. ¡La quiero de regreso!

 

Se detuvo frente a la pintura y la señaló. —No quiero ser la perra de Yongguk. Quiero ser mi propio hombre. ¿Es tan difícil entender eso?, ¿y por qué jodidos tengo que ser parte demonio? ¡Soy un humano normal y no quiero ser nada más que eso!-

 

Zelo golpeó la pintura en la pared, gritando su frustración mientras eso caía al suelo. La pateó viéndola volar por el pasillo. r13;Joder, joder, joder, maldición. ¡No, no, no!

 

Dos grandes brazos lo circularon jalándolo hacia un ancho pecho. Yongguk murmuraba tranquilizándolo mientras lo sostenía. Zelo golpeaba el pecho de Yongguk y su pareja lo aceptaba, sin decir una palabra. —¿Por qué? ¿Por qué el destino me eligió a mí?

 

Yongguk negó con la cabeza. —No lo sé, cachorro.

 

Zelo se apoyó en el guerrero, su energía se había drenado después de usarla en su exabrupto.

 

Quería regresar de la manera que solía ser. Sin embargo, no quería que Yongguk saliera de su vida. Zelo no sabía qué pensar o qué hacer, así que dejó que su cerebro se apagara a la nada. r13;Soy Zhang Zelo —murmuró mientras cerraba los ojos.

 

Yongguk había seguido a Zelo, quedándose atrás y permitiéndole a su pareja el tiempo que necesitaba mientras se aseguraba de que estuviera a salvo estando solo. Vio a Kyuhyun quedarse atrás y sacudió la cabeza hacia Kyuhyun, haciéndole saber que él iba a estar ahí para sostener a Zelo cuando se derrumbara.

 

Y su pareja se había derrumbado duro.

Había notado varias cabezas curioseando alrededor de una esquina y después desaparecieron. ¿Quién no iba a estar curioso con todos los ruidos que Zelo hizo? Pero al menos ellos tuvieron el suficiente respeto para darle al hombre su privacidad mientras se derrumbaba.

 

—¿Quién soy, Yongguk? Porque no lo sé y me siento tan perdido —Zelo murmuró ante el pecho de Yongguk.

 

—No puedo contestarte, cachorro. Tienes que descubrirlo por ti mismo y llegar a buenos términos con lo que descubras. —Con lo mucho que Yongguk quería decirle a Zelo que ahora era su pareja y mitad demonio, eso no ayudaría a que el hombre lo aceptara hasta que su mente lo procesara.

 

—Quiero regresar a mi departamento y pretender que nada de esto sucedió.

 

Yongguk sintió que le arrancaban el corazón. Si Zelo deseaba eso, entonces deseaba nunca haber conocido a Yongguk. Él mantuvo el dolor en control, sabiendo que su pareja sólo estaba procesando las cosas en su cabeza, pero dolía como una perra.

 

Levantó a Zelo y lo llevó cargando a su recámara, lo acostó en la cama y se acostó junto a él. Yongguk se acurrucó detrás de él, jalando a su pareja más cerca. —¿Te arrepientes de estar emparejado conmigo?

 

Sabía que era una pregunta egoísta, considerando lo que Zelo acababa de atravesar, pero necesitaba saberlo.

 

—No.

 

Bien, si Zelo no lamentaba el reclamo, entonces ellos podrían manejar cualquier cosa. En tanto estuviera fundamentado que su pareja quería estar con él, ellos estarían bien. —¿Entonces por qué te es tan difícil aceptar lo que tenemos? —le preguntó junto a la concha de la oreja de su pareja.

 

—Esa es una de las cosas que trato de descubrir. —Zelo levantó la mano y se secó los ojos—. No quiero dejarte, pero estoy asustado de aceptar todo esto.

 

—Dame tiempo. Déjame mostrarte que está bien ser quien eres y que has luchado por esconder. —Yongguk retiró el cabello de su pareja, y le besó la sien, entonces apoyó la mejilla en la cabeza de Zelo.

 

—No quiero quererte, pero quiero quererte. ¿Eso tiene sentido?

 

—Si. ¿Te gustaría caminar por el bosque? Algo de aire fresco puede ayudarte a aclarar la mente.

 

—¿Podríamos mejor ir en la motocicleta?

 

—Preferiría que quisieras mi cuerpo como quieres mi motocicleta.

 

—Pero, tu motocicleta se ve tan dulce. —Zelo se rio y se limpió los ojos de nuevo.

 

—Gracias, malcriado. —Yongguk le hizo cosquillas a Zelo, y su pareja se retorcía para alejarse de los dedos de Yongguk.

 

—Me rindo —gritó.

 

—Así es, rindete. Vamos.

 

Ji Eun vio a su hijo dejar la casa con el shifter. Aunque fuera la última cosa que hiciera, ella mataría al lobo por reclamar a su hijo. Era una abominación que dos hombres estuvieran juntos y él tendría que pagar por convertir a su descendencia en gay.

 

A ella no le importaban Lay o J-Hyo. Ellos no eran suyos. Pero Zelo sí lo era. Y si él luchaba contra ella, ella también lo mataría.

 

«Maldición, la maternidad la había llevado a ser mamita querida». Eso no estaba en su naturaleza y quizás acabar con el malcriado terminaría con eso.

 

Hmm, no era mala idea...

 

continuara....

 

Notas finales:

dejen rw nenessss


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