Takuma dio un largo suspiro de cansancio, como suceso extraño su habitual expresión de alegría no estaba, pero ahí, en la parte trasera de su limosina se permitió un poco de indulgencia y mostrar el cansancio que sentía.
Las visitas a su abuelo siempre lo dejaban en ese estado.
Su abuelo no era nada sutil a la hora de preguntar por Kaname, no es como si lo necesitara, después de todo Ichijou sabía que tanto como lo odiaba, tenía la lealtad de su nieto, Takuma haría lo que el anciano quisiera era un hecho.
Y sería así de fácil de no ser porque la lealtad de Takuma estaba con su amigo, pero seguir fingiendo, tanto como era necesario era sumamente cansado.
Todo sea para que los planes de Kaname den resultados.
Incluso si los planes de Kaname no eran los mejores, él era su amigo y Takuma lo ayudaría incluso si a veces no estaba de acuerdo con los métodos del purasangre.
—Solo espero que todo termine bien al final…
Un nuevo suspiro salió de sus labios, se estaba comenzando a comportar como una persona mayor, Shiki se burlaría mucho de él si lo supiera. Su expresión cambio a una sonrisa, si, pensar en Shiki lo ponía de buen humor.
—Ichijou-sama…—la voz del conductor lo saco de sus pensamientos, vio como la ventana que los separaba bajaba, intrigado el noble puso atención a su chofer—hay alguien en medio de la carretera…
Y en efecto, había una silueta en medio del camino, con un manto oscuro como un mal presagio, el ceño del rubio se frunció un poco, eso era…inquietante.
¿Era un ataque?
Lo dudaba, no había nadie lo suficientemente estúpido como atacarlo a él, no lo decía por arrogancia, pero todos sabían quien era, por lo que ya sea por la influencia de su abuelo o su amistad con Kaname.
Takuma era casi intocable.
Y ni enemigos de Kaname o su abuelo serían tan audaces como para hacer un movimiento contra él.
¿Qué estaba pasando?
—Quédate aquí, iré a ver qué sucede…—el ordeno, al mismo tiempo que salía del auto, el otro vampiro intento protestar pero era demasiado tarde, el rubio ya había salido, no le quedo de otra más que obedecer y esperar.
La silueta encapuchada no se movió mientras Takuma se acercaba, cuando estaba lo suficientemente cerca, este hablo, una sonrisa falsa pero cordial en su rostro.
—Es peligroso ponerse en medio de la carretera…podrías causar un accidente…—no esperaba que el otro respondiera tan rápido a su intento de charla.
—Era necesario para poder reunirme contigo….
“Una mujer…”
Concluyo ante el tono de voz de su visitante y la otra cosa era…
—No recuerdo tener algún conocido que le guste ponerse en medio de la calle ocultando su rostro…como para que me hables con tanta confianza.
Por lo general Takuma no era arrogante, pero el tono de familiaridad con el que el otro le hablaba lo ponía inquieto.
No sabía porque.
—Es la costumbre supongo…pero…—las manos del otro se alzaron hacia su capucha, delgados dedos tomaron la tela y luego dejaron al descubierto el rostro del extraño—Si quieres saber quién soy no veo problema en mostrártelo….
No pudo ocultar su sorpresa.
—¿Qué…?—la persona frente a él era claramente una chica, pero…pero—¿Kiryuu-kun?....—porque era claramente Kiryuu Zero, cabello plateado, ojos amatistas…
Y un tatuaje en su cuello.
—Lo siento no soy Kiryuu…—ella hablo, y Takuma vio los pequeños colmillos en su boca—, pero yo soy Zero….
Inmediatamente Takuma se puso en guardia, sea quien quiera que sea esta persona, no estaba en los planes de Kaname, y ella claramente estaba relacionada con el cazador ¿Quién era? ¿Un familiar lejano? Pero debía informárselo a Kaname, de inmediato.
—Para ser el guardián de los secretos de Kaname…—ella hablo y luego sus ojos se tornaron rojos dejando libre su aura y sorprendiendo de sobremanera a Takuma— eres demasiado fácil de leer Takuma…
“¡Eso no es posible!” No había forma que fuera real, Takuma conocía los nombres de todos los purasangres vivos, e incluso si no lo hiciera, era imposible que hubiera un purasangre relacionado con Kiryuu Zero ¡No era posible!
Pero la chica enfrente de él, era claramente un nivel A, si el aura oprimiendo todo a su paso no era prueba suficiente, entonces su vampiro interior reconociendo al nivel superior si lo era. El instinto domino a la razón.
—¿Cómo…?—es lo único que logro articular, se dio cuenta que su cuerpo se congelo, era así el impacto que los puros tenían sobre los niveles inferiores, ni él era inmune a ello, pero aun así—…¿Qué es lo que quieres?
Sudor frio corría por su rostro, intensos eran sus intentos de liberarse de aquellas ataduras, pero nada de lo que hacía daba resultado.
—Todo lo que quiero…—ella hablo acercándose a Takuma, lo suficientemente cerca como para invadir el espacio personal del rubio, llevo sus labios a la oreja del otro para dar la confesión que llenaría de pánico al noble—Es que me digas lo que panea hacer Kaname….
Y luego colmillos perforaron su cuello.
Esa habría sido la niche más terrorífica para Takuma, sucumbir ante los poderes de un puro, era la primera vez que lo experimentaba, habría tenido pesadillas y luego lamentando no haber sido más fuerte.
Se habría odiado a sí mismo, por no poder proteger los secretos de Kaname, por romper (aunque obligado y sin poder evitarlo) la confianza de su amigo, por dar tan fácilmente tal importante información.
“Lo siento Kaname”
Y habría habido tantos remordimientos esa noche, junto con la información de un nuevo adversario para su amigo, de no ser porque Takuma.
No recordaría nada.
No recordaría haber visto la versión femenina de Kiryuu Zero, o que esta fuera una purasangre sumamente poderosa, ni tampoco recordaría como esta fácilmente rompió todas sus barreras mentales y descubriría todos los secretos que guardaba.
En sus recuerdos, él se había dormido por el cansancio de tratar con su abuelo, una ventisca no anunciada le habría retrasado un poco pero nada alarmante. Nunca paso nada fuera de lo normal, y Kuran Kaname no sabría de la existencia este nuevo personaje.
Esta vampira que una vez se supo todo, solo tenía un objetivo en mente.
Destruir los planes de Kaname sin importar que.
Kaname no realizaría su objetivo, en su lugar seria ella quien ganaría a final.
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Kaien Cross estaba preocupado.
Ninguno de sus estudiantes lo notaria por supuesto, el adulto no dejaría que su vida personal influya en las jóvenes mentes, pero eso no quitaba que estaba muy preocupado. Había ligeras ojeras en sus ojos, su actitud era más tenue y siempre parecía estar al pendiente de alguna llamada, alguna carta.
Pero nada llegaba.
Pero ¿Cuál era la razón de su estado?
La razón tenía nombre y apellido.
Su hijo Kiryuu Zero no aparecía, habían pasado ya dos semanas desde que el adolescente había ido a una misión contra un noble extranjero y Zero no estaba por ningún lado. Lo preocupante era que cuando se fue a investigar encontraron a todos los cazadores muertos, Cross se negaba en aceptar que Zero podría estar en una similar situación, el hecho que no había cuerpo no significaba nada, Zero era vampiro y bueno…él sabía que los vampiros no dejaban cuerpos cuando morían.
Pero Zero no podía estar muerto.
Incluso si todas las pruebas demostraban lo contrario, Caien no aceptaba ese resultado, la única pequeña esperanza que tenía era que Blood Rose no estaba, y sabía que Zero nunca se separaría de su preciada arma, un vampiro normal no podría haber tocado la pistola y ningún humano llegaría a ese lugar.
Zero debía estar vivo.
En algún lugar, tal vez herido, pero no muerto.
Debía seguir pensando eso.
Había decido esa noche hablaría con Kaname, los recursos del purasangre podrían ayudarlo en la búsqueda de Zero, la asociación lo había dado por muerto y solo había una pequeña brusquedad por la Rose, porque armas para matar vampiros no debían estar en manos de cualquiera.
Así que le pediría ayuda a Kaname, era su último recurso.
Estaba a punto de salir de su oficina en dirección al dormitorio de la luna, las clases nocturnas ya habían acabado y sabía que Kaname estaría en su despacho en ese momento, era el tiempo perfecto para hablar con él, pero su puerta abriéndose de repente irrumpió todos sus planes.
Cuando se da vuelta para ver al intruso se queda sorprendido.
—¡Zero!...—sin pensarlo se abalanzo hacia el adolescente, había estado tan preocupado, y ahora ahí estaba su hijo, completamente bien.
Y completamente de mal humor.
Un pie en su cara lo detuvo de forma abrupta, luego fue lanzado hacia atrás, su trasero recibió el golpe pero Cross estaba acostumbrado. Lágrimas, mitad reales por su cara dañada y su trasero, mitad faldas por su dramatismo se instaló en su rostro.
Zero seguía siendo Zero tal parece.
—No te me acerques de ese modo…pervertido…—ceño fruncido y brazos cruzados sobre su pecho, Zero no había cambiado en nada.
O eso parecía.
—¡Pero yo estaba tan preocupado por mi lindo hijo! ¡¡No vuelvas a preocupar a tu padre así Zero!!–su dedo se movió sacudiéndolo enfrente del joven, que solo sirvió para molestarlo aún más.
—Deja tu drama Cross, y no eres mi padre…—había un pequeño tic de molestia en su ojo derecho, pero él no iba a entrar en el juego del viejo– actúa como el maldito adulto que eres, estas dando una mala impresión…además, tenemos algo que hablar contigo…
“¿Tenemos?”
Y cuando se dio cuenta había otra presencia entrando en su oficina.
Ojos ámbar se abrieron en pura sorpresa, involuntariamente dio un paso atrás, lo que provocó una mirada de diversión en el par de ojos lilas.
—Cross ella es Ceras…—la voz de Zero a penas se registró en su mente, se dio cuenta de repente que sentía como si estuviera siendo envuelto en una burbuja, ante sus ojos extraños pensamientos comenzaron a surgir y luego imágenes pasaron enfrente de él.
Se dio cuenta que eran recuerdos.
—Cross-san…—la voz de la chica hablo, ojos lilas ahora en un brillante tono rojo, y tan fuerte como lo era el adulto, tan buen cazador como lo era, no podía hacer nada contra el control de sus recuerdos en ese momento.
Así de terroríficos eran los purasangres.
—Estaré a su cuidado durante un tiempo, espero me cuide tan bien como lo hizo con mi hermano… Zero…
El único hermano de Zero era Ichiru.
Ese fue el último pensamiento de Caien Cross antes de caer en la inconciencia, su mente nublada por recuerdo que sabía eran falsos pero que sin embargo cuando despertara no lo sabría, cuando despertara Ceras Kiryuu existirá, sería la tercera hermana del grupo de trillizos Kiryuu, él sería su padrino y ahora ella viviría con sus dos hijos y asistido a su academia.
—No pensé que fuera tan fácil…—hablo Zero mientras recostaba a un Cross inconsciente en el sofá de su oficina, su acompañante, una exacta versión femenina de sí mismo miraba por la ventana hacia los dormitorios de la luna.
—Manipular recuerdos es fácil para un purasangre…pero para mí…—ella no sonrió, pero había un aire satisfecho de sí misma, que incluso Zero sintió—Es mucho más fácil que para cualquier otro, ni siquiera Kaname se pudo comparar con mi habilidad…—su voz notaba nostalgia, una que Zero podía reconocer.
—Lo extrañas…—no era una pregunta, sino una declaración, aún estaba tratando de llegar a un entendimiento con lo que sabía de esta vampiro.
—Por supuesto…pero por ahora hay cosas que debo hacer aquí…