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Betta turquoise por Siri_Looper

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— Me alegra que Taehyun no esté aquí — dijo Mino sentado entre la paja del suelo de su celda con las piernas cruzadas.  

 

— A mí también — dijo Yoon en la celda del frente y dio un suspiro. Sus ojos estaban rojos e hinchados por las lágrimas.

 

Los tres prisioneros que estaban en celdas diferentes, pero contiguas unas a otras, se levantaron de golpe y se acercaron a las rejas, pasos y voces se escuchaban a lo lejos, hace horas se habían llevado a Jin Woo para interrogarlo y pensaron que serían los guardián trayéndolo de vuelta.

 

A todos le había tocado su interrogatorio personal, Yang estaba desesperado, a la mañana siguiente serian ejecutados y aun no lograba hacerlos hablar, había probado de todo. Jamás lograría hacerlos revelar la ubicación del tesoro de TOP, primero, porque eran demasiado fieles, eran familia y la familia es más fuerte que la tortura o el chantaje y segundo, porque realmente no sabían la ubicación del tesoro, sabían que existía, el mismo Seung Hyun se los había contado hace años, estaba oculto en una isla que jamás habían visitado, no sabrían cómo encontrarla, así que aunque quisieran no podrían revelar el lugar.

 

Tres guardián caminaron por el pasillo a través de las celdas, Jin Woo no venía con ellos, los hombres de la Marina traían su ración de pan y agua del día.

 

— ¡¿Dónde está nuestro hermano?! — grito Hoon desde los barrotes.

 

Se habían llevado hace mucho a Jin Woo. Fue el último en ser interrogado y el que más había tardado en volver, los tres que estaban ahí temían que se les haya pasado la mano, después de todo serian ejecutados al día siguiente, no tendrían mucho tacto al momento de obligarlos a hablar, seguramente no estarían preocupados de matar por accidente al prisionero.

 

— Cállate — uno de los guardias le dio una patada entre los barrotes, Hoon ya estaba débil por los maltratos, la patada lo pillo por sorpresa y lo hizo caer de espaldas sobre la paja de su celda. El guardia le tiro el cuenco con agua y el pan sobre el cuerpo — ups, perdón.

 

Dos de los hombres rieron mientras que el tercero se posicionaba frente a la celda de Seung Yoon, su jefe Tablo le había mandado a hacer un encargo especial.

 

— ¿Qué es esto? — pregunto Seung Yoon mirando como el hombre le estiraba a través de los barrotes un pan grande, de aquellos que debes cortar en rebanadas, estaba envuelto en un paño perfectamente blanco, todo ese tiempo fueron alimentados solo con pan duro, que se le entregase eso era muy extraño. 

 

— Tablo se lo envía, dice que lo siente.

 

Tablo era el representante de la Marina ante TOP y Seung Yoon era el representante de TOP ante la Marina, por lo tanto sus trabajos siempre estuvieron conectados, no eran amigos, pero aprendieron a trabajar juntos por el bien de cada lado.

 

A Tablo, como a todos, no le gusto como terminaron las cosas, además se sentía en deuda, cuando Haru fue secuestrada fue uno de los hombres de TOP quien la encontró, Taeyang esa vez logro hallarla y Tablo estaba seguro que de no ser por su ayuda su hija jamás habría regresado a salvo, esa era una deuda impagable, la única forma de saldar su deuda era pagándola de la misma forma, ayudando a un miembro de su familia y esa era su oportunidad.

 

Seung Yoon miro el pan extrañado, los guardias salieron de la prisión y los otros jóvenes al frente se pegaron a sus barrotes para mirar la extraña cena de su hermano.

 

— Quizás sea porque nos mataran mañana, algo así como una última cena — dijo Mino.

 

— Claro que no — le discutió Hoon en la celda continua — estos malditos no tendrían la amabilidad de darnos última cena.

 

Yoon siguió mirando el pan en sus manos pensando, algo hizo click en su cabeza y lo supo, había escuchado que habían hecho algo así antes, quito el paño que envolvía la masa y la partió por la mitad, revolvió entre las migas y lo encontró, algo cayó al suelo con un ruido metálico, entre la paja y las migas Yoon recogió una llave.

 

— ¿Qué significa esto? — pregunto Hoon al aire.

 

— Tablo lo envió — respondió Yoon serio y se acercó al cerrojo de su celda, saco las manos por los barrotes para abrir por fuera, un pequeño sonido y enseguida la puerta se abrió.

 

Los tres hermanos se miraron por algunos instantes preguntándose qué demonios estaba pasando, después de semanas de maltratos ya estaban resignados a la muerte, serian ejecutados al día siguiente y el Bigbang aún no regresaba, ya hasta comenzaban a creer los rumores de que el capitán TOP había sido ejecutado en Growl, rumores que ya se habían extendido por toda la ciudad.

 

— Huye — rompió el silencio Hoon — vete de aquí rápido, antes que alguien venga.

 

— No me voy a ir sin ustedes — salió de su celda y camino a la de al frente, intento girar la llave en el cerrojo, pero nada paso, se movió a la celda de al lado, a la de Mino para intentarlo allí.

 

— Debes irte — le dijo el moreno frente a él por el interior de la jaula — no pierdas más tiempo.

 

— ¡Nooo! — siguió intentándolo desesperado, sus manos temblaban, el cerrojo de Mino tampoco cedió, miro alrededor en busca de más llaves, pero estas no estaban en ningún lado, tampoco alguna herramienta que sirviera para romper el cierre.

 

— ¡Vete, vete! — Mino saco sus brazos por los barrotes y empujo como pudo a Seung Yoon en dirección a la salida, este solo se zafo de sus manos dando un paso atrás.

 

— No puedo irme sin ustedes — sus ojos comenzaban a ponerse brillantes, sentía la presión de lo que tenía en sus manos: su propia vida y la de sus hermanos.

 

Yoon se pasó las manos por la cara en un intento de pensar con claridad, miro a sus hermanos detrás de los barrotes, ellos seguían repitiendo que debía huir y dejarlos, pero no los estaba escuchando, estaba pensando… regreso a su celda, acumulo paja y la cubrió para simular una persona dormida en la esquina de la jaula, enseguida salió y se puso frente a los barrotes de los otros dos.

 

— Encontrare ayuda… — dio algunos pasos en reversa hacia la salida — ¡No dejare que los maten! ¡Saldré de aquí y regresare a ayudarlos! ¡Lo juro!

 

— ¡No te atrevas a volver aquí! — le grito Hoon viendo como el otro daba más pasos en reversa y luego salía trotando hacia la salida sin despedirse.

 

Los dos jóvenes restantes quedaron en silencio, con las cabezas gallas y las manos en los barrotes de sus respectivas celdas, pensando en las posibilidades que habían que su hermano saliera de ese lugar.

 

— ¿Crees que logre escapar? — pregunto Mino después de algunos minutos de silencio, ambos sabían muy bien que Yoon no era bueno con la espada ni con nada que involucrase actividad física y se encontraban en medio del cuartel de la marina, rodeados de enemigos, estaba en notable desventaja.

 

— Claro que sí, conoce este lugar, antes venia acá todos los días — le respondió Yoon, palabras de aliento más para el mismo que para su hermano.

 

— Ojala no regrese por nosotros…

 

 

— — — — —

 

 

Un barco de la Marina se acercaba a la ciudad de Nirilia, era de madrugada, las luces del barco estaban apagadas, la tripulación estaba maniatada en la bodega, Taeyang frente al timón y SeungRi a su lado. Daesung y TOP en la proa mirando la ciudad en penumbras.

 

— No veo la mansión — dijo Daesung en un hilo de voz, entre la oscuridad en tierra podía vislumbrar las líneas del muelle, la escalera que subía, pero donde debía estar la sombra del edificio no había nada, solo lúgubres manchas negras.

 

— Dae… — Daesung dejo de mirar al frente y miro a su amigo — tengo miedo, esto se siente igual que antes de que mi padre muriera.

 

— Tranquilo — le sonrió — todos estamos contigo, ahora soy fuerte, tu y yo lo somos, podemos pelear, no dejaremos que nadie muera.

 

— Ni yo — era la voz de Ji Yong, enseguida los brazos del más pequeño se colaron debajo de los brazos del capitán para rodear su abdomen, el mayor pudo percibir su mejilla contra su espalda.

 

Seung Hyun sonrió, las cosas se veían muy mal, pero sonrió sin estar seguro de porqué.

 

Daesung esperanzado miro la mansión aun tratando de ver las paredes entre la oscuridad, no pensó que las cosas fueran tan malas, si no había mansión, quizá no habría Lee Hi, su corazón comenzó a latir desenfrenado cuando llego a la conclusión que a ella pudo haberle pasado algo, hasta el momento había estado tranquilo respecto a ella, la relación que tenían era secreta incluso para TOP, pero Lee Hi trabaja en la mansión, si ese lugar ya no existía quizá la servidumbre tampoco.

 

El barco de la marina llego al muelle, desembarcaron sus cinco tripulantes, el navío era pequeño, capaz de ser manejado solo por ellos. Con espadas y pistolas en mano subieron trotando las escaleras, miraban atentos a cualquier rastro de movimiento.

 

Al llegar arriba sus miedos se hicieron realidad, la mansión no era más que cenizas, algunas paredes aún estaban de pie, pero carbonizadas, ruinas. Ji Yong se llevó una mano a la boca ante el espectáculo, caminaron lento a internarse entre la negrura, el polvo muerto que levantaron sus pies hizo picar sus narices.

 

— ¡Jin Woo! — comenzó a gritar Seung y a avanzar entre los escombros, por primera vez llegaba a la mansión y Jin Woo no estaba esperándolo allí — ¡Mino!

 

Siguió gritando los nombres de los cuatro hermanos, sus ojos se volvieron llorosos, caminaba seguido de Ji Yong entre lo que quedaba de su hogar, reconocía las paredes, algunos muebles calcinados, el piso de su sala, el pasillo, las puertas de su biblioteca, las cenizas de los libros que Ji Yong tanto amaba, se detuvo frente a las puertas de ese lugar, Ji Yong también logro reconocerlas, el marco seguía de pie y una de las puertas dobles en pésimo estado.

 

— ¿Quién hizo esto? — pregunto Ji con un nudo en la garganta, a pesar de haber pasado poco tiempo ahí ya le tenía cariño a ese lugar, verlo así y a Seung Hyun al punto del llanto hacia doler su corazón.

 

— La Marina — apretó los puños el mayor reprimiendo la rabia, su biblioteca, el lugar donde termino de enamorarse de Ji Yong, ese lugar ya no existía.

 

Ambos se pusieron en guardia, sus tres amigos se habían separado de ellos y justo en esos momentos sintieron un grito proveniente de Taeyang, se miraron un momento y en seguida corrieron en dirección al grito preparados con sus espadas listas, encontraron a los demás frente a seis personas, cuatro hombres y dos mujeres, estas personas estaban en un lugar diferente que sobresalía al resto, un cuadrado donde el piso estaba limpio de cenizas, algunas camas improvisados y muebles viejos con velas para iluminar.

 

— ¡¿Quiénes son ustedes?! — pregunto Taeyang casi en un grito con su espada preparada para pelear, Daesung y SeungRi estaban a su lado con sus armas preparadas pero ellos podían ver que no había peligro.

 

— ¿Son…? — balbuceo uno de los desconocidos como si estuvieran viendo un fantasma, las seis personas ahí se miraban unas a otras sin poder creerlo.

 

— ¿Quiénes son? — volvió a preguntar Bae porque él era malo con las caras y en la penumbra de las velas no logro reconocer a los antiguos trabajadores de la mansión.

 

— Bae… — SeungRi se pegó a su brazo — creo que son…

 

En esos momentos Seung y Ji Yong llegaron al lugar alertados por los gritos del moreno, se detuvieron a mirar la escena, los desconocidos los miraron, sus ojos se volvieron muy grandes y llenos de asombro.

 

— ¡Señor Seung Hyun! — Gritaron juntos y se acercaron a su jefe algunos con lágrimas en los ojos y otros con enormes sonrisa — ¡Esta vivo! ¡La marina dijo que lo habían ejecutado! — pudo escuchar Seung Hyun entre abrazos.

 

— La Marina siempre miente, no deben creer nada de lo que diga — dijo Seung Hyun contagiado por una sonrisa, ese recibimiento tan afectuoso le toco el corazón.

 

— Lo siento señor, pero todo esto, lo que ocurrió, pensamos que estaba muerto, todo el mundo lo cree — hablo el hombre más viejo, Seung lo reconoció como uno de los jardineros.

 

— ¿Qué fue lo que paso? — pregunto Seung ante la atenta mirada de todos su amigos.

 

— La Marina señor, llego una tarde con muchos hombres, buscaban algo, creo que no lo encontraron por eso quemaron todo, para buscar por todas partes, golpearon a los que se opusieron y se llevaron a Seung Hoon y a sus hermanos al cuartel.

 

— ¿Qué? — la sonrisa de Seung desapareció, la expresión en su rostro se volvió sombría.

 

— Señor — hablo lento otro hombre, uno de los antiguos cocineros — los ejecutaran mañana en la plaza, una ejecución publica, por favor, haga algo…

 

— Hoy… — le corrigió otro de los hombres, era de madrugada, la ejecución estaba programada para la puesta de sol, pero el día ya había llegado.

 

— Por favor señor, ayúdelos — una de las mujeres le suplico con lágrimas en los ojos, una mucama.

 

— ¿Qué hay del resto de ustedes? — Pregunto Daesung — las otras mucamas ¿les hicieron algo?

 

—  A algunas las golpearon, las que se opusieron cuando se llevaron a Jin Woo, pero las dejaron irse a casa. 

 

— Había una mucama, Lee Hi ¿Qué paso con ella? — pregunto Dae sin poder contenerse, sus amigos lo miraron extrañados.

 

— Lee Hi se fue a casa de sus padres…

 

Seung miraba atento a Daesung, pudo notar la preocupación en su rostro, como esta se relajó al escuchar noticias de esa tal Lee Hi, Seung conocía el rostro de todas sus mucamas, pero no nombres, supo enseguida que algo había ahí y tomo nota mental para más tarde sacarle hasta la última palabra a su mejor amigo y después quizá lo golpearía por no haberle contado antes.

 

— ¿Por qué están ustedes aquí? — pregunto SeungRi y hecho un nuevo vistazo al lugar y a esa habitación improvisada que habían levantado entre las ruinas.

 

— Lo siento, vivíamos en la mansión, ahora no tenemos donde ir…

 

— Señor, ¿Va a construir la mansión otra vez? por favor haga algo, muchas personas han quedado sin trabajo, ni siquiera donde vivir…

 

El corazón de Seung Hyun se estrujo, lo que tanto había temido estaba pasando, lo que había construido en Nirilia había sido destruido por La Marina, por suerte hasta el momento solo había perdido cosas materiales. El trato que había hecho con Yang se había acabado, no podría reconstruir la mansión, su sola presencia en la ciudad amenazaba su vida, pero tenía claro que debía hacer, rescatar al resto de su familia y regresar al mar, ahora solo tenía un camino: la piratería. Lo lamentaba por la gente que tendría que dejar en tierra, pero una pequeña llama incontrolable se encendió en su pecho, adrenalina, libertad, sed de aventura, un pirata, ahora era un pirata, uno con una ventaja, sus enemigos creían que estaba muerto y el mensajero de Growl que venía con la noticia de su escape debía estar a dos días aun de arribar a Nirilia y él solo necesitaba uno para rescatar a los suyos y huir.

 

Seung se quedó con sus antiguos empleados algunos momentos, ellos le sirvieron agua en unos viejos cuencos y él les regalo un poco de oro que había robado del barco de la marina en el cual habían llegado, un pago por su fidelidad y por guardar el secreto de su arribo y claro del hecho que estaba con vida. Les dijo que podían quedarse en las ruinas de la mansión y les encargo una importante tarea, en el barco de la marina que habían hurtado para llegar a Nirilia estaba la tripulación encerrada en las bodegas, a la siguiente madrugada debían ir y dejarlos salir fingiendo que los encontraron de casualidad, entre esos hombres estaba el joven mensajero de Yang, Booby, quien sentía un gran rencor hacia Yang por engañarlo y hacerlo parecer un estúpido al hacerlo cuidar un papel vacío con tanto fervor.

 

Los cinco ahora piratas se despidieron de los refugiados en la mansión y se fueron a la salida, Seung Hyun tenía a un par de gente a quien podría pedirle ayuda en el pueblo, algunos favores que cobrar y otros que comprar, en la oscuridad de la noche era tiempo de planear, no podía perder esas valiosas horas de oscuridad.

 

Caminaban a paso rápido saliendo de la mansión, estaban a punto de salir por la gran cerca para comenzar a transitar por el camino que daba al pueblo, pero a medida que avanzaban algo llamo su atención, un bulto en el suelo cerca de la entrada.

 

— ¿Qué es eso? — pregunto Ji Yong cuando estuvieron seguros que aquello no era solo maleza o basura.

 

— Por dios — SeungRi, él fue el primero en darse cuenta, corrió hacia el bulto negro entre la tierra y se agacho a su lado.

 

Era Seung Yoon desmayado en medio del camino, su estado era penoso, su rostro estaba ojeroso y magullado por los maltratos en la prisión, a simple vista se veía más delgado, su ropa estaba roñosa y su cabello sucio por el polvo y semanas de estar encerrado en una celda. 

 

— ¡SeungYoon! ¡Seung Yoon! — lo llamaba SeungRi quien lo había tomado entre sus brazos y lo movía lento para hacerlo despertar.

 

— Solo esta desmayado — todos de habían agachado alrededor del herido, Ji Yong puso la cabeza en su pecho, comprobó que respiraba y su corazón latía.

 

Young Bae saco una pequeña petaca de uno de sus bolsillos, la abrió y la acerco a las narices del desmayado, este se quejó débilmente un momento hasta que lento abrió los ojos solo un poco. Primero vio borrosas figuras entre sueños, pero gran parte de la somnolencia se fue cuando entre las cabezas distinguió esa inconfundible cabellera turquesa.

 

— Señor Seung Hyun — dijo Yoon en un hilo de voz aun entre los brazos de SeungRi — debo estar muerto…

 

— No lo estas — su jefe tomo una de sus manos, el calor del contacto ayudo al joven a salir un poco más de su aturdimiento.

 

Seung Yoon logro salir del cuartel de la Marina porque conocía muy bien el lugar, de forma silenciosa logro escapar y se dirigió a la mansión, corrió por todo el pueblo y regreso a las ruinas que alguna vez fue su casa porque era el único lugar en Nirilia donde podría sentirse a salvo y donde quizá podría encontrar aliados, pero la carrera, el agotamiento de las semanas en prisión y el miedo terminaron por agotarlo y se desmayo casi al llegar a su destino.

 

— ¿Qué fue lo que paso? — pregunto Daesung.

 

— La Marina, buscaba su tesoro… — Yoon hizo un esfuerzo por levantarse, con la ayuda de SeungRi y Bae logro sentarse sobre la tierra, paso la vista por todos, los cinco estaban ahí, para Yoon era lo más cercano a un milagro — ¿Cómo es posible? La Marina dijo…

 

— Cuantas veces te he dicho Yoon — hablo Seung Hyun con una sonrisa ladeada — nunca creas lo que digan esos malditos.

 

Yoon se esforzó por sonreír, sus dientes estaban manchados de sangre y la mueca en su rostro demacrado resulto más penosa que graciosa, Seung lo miraba apesumbrado, quien fuera que le hiciera eso a uno de sus sirvientes más fieles las pagaría, una rabia que no sentía hace mucho nació en su corazón, esa rabia dormida que tenía desde que su padre murió sin tener ayuda de nadie, pero ahora era diferente, poderoso, esta vez los haría pagar, mataría al propio Yang si era necesario, porque ahora era un pirata y podía hacer lo que se le diera la gana.

 

— Seung Yoon… — dijo Seung mientras que el resto ayudaba a levantarse al joven — debes contarnos todo lo que paso, absolutamente todo…

 

El aludido mostro una expresión seria, afirmo con la cabeza y mientras caminaban lento hacia el pueblo conto con lujo de detalles lo ocurrido desde el ultimo zarpe del Bigbang.

 

 

— — — — —

 

 

Tablo bebía una copa de vino en su estudio, revisaba una pila de hojas, pendientes del trabajo, sintió un ruido en la puerta y miro, ahí estaba su pequeña hija Haru en pijama y con una muñeca bajo el brazo.

 

— ¡Haru! ¿Qué haces despierta a esta hora cariño? — pregunto su padre y se acerco a ella.

 

— Un amigo me despertó — respondió sobándose un ojo.

 

— ¿Un amigo? ¿Cuál amigo?

 

— Ven, el quiere verte… — la pequeña tomo a su padre de la mano y lo empujo a través de la casa hasta el segundo piso y después la habitación.

 

Tablo había seguido a su hija con la idea de que ella estaba imaginando cosas entre las sombras otra vez, cuando llego al cuarto de la niña esta le soltó la mano y corrió a una butaca en una esquina, el mayor afino sus ojos acostumbrándose a la oscuridad y entonces lo vio entre las penumbras, un hombre sentado en la butaca, acariciando el pelo de Haru con cariño, ella sonriéndole.

 

— Traje a papi…

 

— Eres una buena chica Haru, por eso es que eres mi amiga — Tablo reconoció la voz de Taeyang y enseguida vio su rostro sonriente entre las sombras, luego como pasaba un brazo por los hombros de la niña, la sonrisa de Bae se disolvió y miro al padre con una expresión totalmente diferente, Tablo sintió un escalofrió de terror en su espalda.

 

— Ven aquí Haru… — dijo a su hija con notable miedo en la voz.

 

— Ella no irá a ninguna parte… — una nueva voz en la habitación, una ronca y muy conocida, un nuevo escalofrió en la espalda de Tablo, escucho pasos dentro de la habitación y un alto hombre salió de entre las sombras de una esquina — tienes claro que ella no estaría acá de no ser por mi y por Bae ¿Cierto?

 

— ¡TOP! — una exclamación que Tablo no pudo controlar, el había creído lo que la marina decía sobre su muerte, eso era totalmente irreal — no puede ser, tu estas muerto…

 

Seung Hyun se miro las manos y sonrió — yo me veo muy vivo ¿no crees?

 

Tablo dejo de mirarlo, dirigió la vista más atrás donde la niña le mostraba su muñeca a su antiguo amigo y salvador totalmente ajena a lo que de verdad estaba pasando.

 

—  Ella estará bien… — lo tranquilizo Seung Hyun — claro, si coperas no le pasara nada, me lo debes…

 

— ¡Deje a Seung Yoon libre! Por favor… no me pidas nada más.

 

— Lo siento, pero eso no es suficiente, vas a ayudarme quieras o no — dio un paso adelante, su mayor altura le daba un amenazador aspecto entre la oscuridad y qué decir de su voz grave — lo lamentaras si no lo haces, después de todo, ahora soy un pirata, deberías temerme… 


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