Era la segunda noche a bordo del Bigbang, Ji Yong se dejó caer en su hamaca exhausto, jamás se había sentido tan cansado en toda su vida. El primer día el capitán le había enseñado el funcionamiento general del barco, le dio un paseo por todas partes y lo presento ante los otros tripulantes como un grumete inexperto y les dijo que si lo veían holgazaneando se lo informaran, Ji que escucho todo solo guardo silencio, ya vería quien era el holgazán, estaba dispuesto a aprender y a ser el mejor solo para cerrarle la boca a ese pedante.
El siguiente día lo llevo hasta la cola, aquella canasta en lo alto de la vela mayor donde se ubicaba el vigía en la noche, claro que no le confiaría un trabajo tan importante a Ji Yong, solo lo llevo allí para carcajearse al verlo subir torpemente por la escalera hecha de cuerdas, el menor lo sabía, sabía que solo le mostraba ese lugar para molestar, por lo mismo trepó sin decir absolutamente nada, sus manos estaban sudorosas y el corazón le latía muy rápido por el miedo a caer, pero su rostro estaba serio, no le daría el gusto de reírse de su expresión acobardada. Cuando llego arriba quedo maravillado, todo el miedo se fue y solo disfruto la vista del mar infinito, el sol alumbraba resplandeciente y parecía que en el agua flotaban millones de diamantes. Ji cerró los ojos y disfruto el viento suave que alborotaba su cabello y traía el olor del agua salada, se sentía libre como nunca antes. Seung Hyun lo miraba, el no disfrutaba de la altura, disfrutaba de la vista del castaño ¡Maldito niño bonito! Porque tenía que ser quien era, si tan solo fuese una persona normal, un marino como cualquier otro, ya lo hubiese cortejado hace mucho, pero tenía que ser un consentido burgués, uno más de esa gente nacida en cuna de oro que no tienen idea de lo que es romperse la espalda para poder comer.
Recostado en la hamaca recordaba el agradable momento en que estuvo en la cola, fue el único momento bueno del día porque después estuvo tan atareado que sus piernas estaban adoloridas, se miró las manos, las sentía ardientes, estaban rojas y magulladas, el capitán le habían enseñado los nudos básicos con unas cuerdas enormes que estaban húmedas y dejaron estragos en sus manos. Además de todo debió darles la comida a los pasajeros del barco y limpiar sus desechos, los habían ubicado en la bodega del Bigbang de donde casi no salían. También lo enviaron a cambiar la bandera, como corsario TOP debía navegar bajo la bandera de la Marina, pero no soportaba eso, cuando salía a altamar la cambiaba por la propia diseñada por el mismo hace muchos años, dos letras B de espaldas unidas en la parte de abajo. Ji Yong estuvo una hora tratando de adivinar como cambiarla porque nadie se molestó en enseñarle cómo hacerlo, hasta que SeungRi se acercó y le ayudo.
— ¿Ri? — Pregunto mientras trabajan — ¿Por qué estas acá?
— ¿Cómo que porque estoy acá? Parecías tarado tratando de cambiar la bandera de esa manera, te estoy ayudando… — Ji rio.
— No me refiero a eso… tu eres muy joven, podrías estar haciendo cualquier otra cosa, eres muy bueno para ser parte de la tripulación de TOP, él es un criminal — Ri entendió la pregunta y le sonrió con ternura.
— TOP no es malo, yo sé que te tiene secuestrado y que suele robar, eso para ti debe estar muy mal, pero hay gente que nace robando porque es la única forma que tienen de sobrevivir, no es tan terrible, cada uno vemos el mundo desde donde nos tocó estar…
— Pero robar está mal… — SeungRi sonrió amargamente mirando sus propias manos trabajar.
— Si yo no hubiese robado cuando niño ahora estaría muerto Ji — el mayor lo miro atónito, pararon de trabajar y se miraron de frente — nunca conocí a mis padres, supongo que me abandonaron en la calle a mi suerte cuando era muy pequeño porque desde que tengo uso de razón jamás tuve una casa hasta el Bigbang y después la mansión en Nirilia. Vivía con otros niños sin padres en el puerto de una ciudad pequeña hacia el norte, les robábamos a los forasteros y a los comerciantes, tenía diecisiete años cuando intente robarle a Bae una bolsa que llevaba colgada de la cintura…
*FLASHBACK*
Cuando Young Bae sintió el tirón en su cintura sus reflejos actuaron en seguida y atrapo la muñeca del ladrón, una muñeca demasiado huesuda, miro al dueño de esa mano y se encontró con el rubio más bello que haya visto jamás, sus ojos marrones lo miraban con terror.
— ¡Lo siento… por favor déjame ir! — lloraba forcejeando.
El moreno no dijo nada, solo lo tiro a través del pueblo, la gente del lugar ya conocía a SeungRi y lo que hacía para sobrevivir así que no se sorprendieron al verlo prisionero de un extraño, nadie hizo nada, solo miraron de lejos como era arrastrado contra su voluntad. Young Bae lo soltó frente a Seung Hyun de forma brusca.
— Este niño hermoso intento robarme — le dijo a TOP.
— ¿Hermoso?
— Como sea… ¿Qué podemos hacer con él? — pregunto a lo que Ri comenzó a llorar, esos cabellos turquesa y los ojos penetrantes le parecieron aterradores, intento correr, pero Daesung también estaba allí y lo atrapo entre sus brazos.
— Es muy enclenque para el Bigbang — dijo Dae forcejeando.
— Seung, intento robarme, míralo, tu sabes que nadie roba porque si, no es enclenque, esta desnutrido… — el mayor pareció pensarlo un momento, se acercó a Ri y le estiro la mano.
— Soy el capitán TOP — Dae lo soltó de su agarre y Ri atónito respondió con timidez el saludo de mano — ¿Ves ese barco de ahí? — apunto al Bigbang a lo lejos con su mano libre, ese pueblo no tenía un muelle profundo para grandes naves como esa, así que el barco se había quedado anclado lejos y debieron ocupar un bote para llegar a tierra. Continuo hablando cuando Ri afirmo con la cabeza — ese barco es mío ¿quieres trabajar en él?
*FIN DEL FLASHBACK*
— No podía creerlo cuando escuche eso, en ese entonces yo no pensaba mucho en mi futuro, solo vivía cada día tratando de no morir de hambre, jamás creí que alguien quisiera darme trabajo, todo el mundo en el pueblo me trataba como basura, los odiaba por eso, no era mi culpa querer vivir.
— Lo siento Ri…
— No lo sientas, no tienes porque, tú no eras una de esas personas, eso es lo que TOP no entiende, él también tuvo una infancia dura, lo crio su padre y ambos eran muy pobres, desde pequeño empezó a odiar a la gente rica por tener demasiado y no compartirlo, es prejuicioso, piensa que toda la gente poderosa son como aquellas que conoció en su infancia, por eso te trata como te trata — se encogió de hombros y siguió con la labor que tenía entre las manos — aunque creo que está cambiando su opinión de ti y por cómo te mira apostaría a que le gustas…
— ¿Yo le gusto? — pregunto con rostro confundido.
— Jajajaj, lo sabía, no te habías dado cuenta, al igual que a mí y a Bae a TOP le gustan los hombres, no las mujeres y tú eres muy bonito — Ji se sonrojo, nunca le habían dicho eso — creo que sus prejuicios no lo dejan confesarse, seguramente piensa que no le puede gustar un niño rico como tú y trata de negárselo, hemos hablado de esto con Bae, él lo conoce hace más tiempo y también cree que le gustas.
— Están locos — rio nervioso y retomo el trabajo.
Ji Yong recordaba aquella conversación, la historia de su amigo le pareció increíble, de ningún modo se hubiese imaginado que ese joven tan gentil tenía un pasado así. ¿Qué se supone que debía pensar de TOP ahora? Estaban yendo a liberar esclavos y ahora resultaba que además era el salvador de SeungRi, aunque convirtió a el menor de ser ratero cualquiera a pirata creía que eso era algo bueno, a Ri le hubiese podido pasar cualquier cosa realmente mala viviendo en la calle.
Por otra parte, a TOP le gustaban los hombres, eso no le sorprendió tanto, la naturalidad con la que aceptaba la relación de dos de sus mejores amigos ya le hacía sospechar, además del beso que le intento dar ebrio aquella noche, pero no pensó que podría parecerle atractivo, asumió que lo del beso solo fue por molestar, le gustaba tratarlo como mujer para recordarle que era un debilucho inútil, una “princesa”. No, Bae y Ri estaban chiflados, estaban demasiado embobados por su propio amor que trataban de hacer de cupido con el resto del mundo, jamás le había gustado a nadie, de donde venía la gente no se emparejaba porque se gustaran, lo hacían por negocios… mierda ¿y si quería sobrepasarse con él? Ji sufrió un mini infarto cuando ese pensamiento lleno su mente ¿Y si realmente le gustaba? ¿Si le gustaba su cuerpo y quería tómalo a la fuerza? Él era mayor y más fuerte, podía obligarlo o podía ocupar a sus hermanas y chantajearlo ¿Sería capaz de hacer algo tan bajo? Si amenazaba a Sandara y Chaerin sabía que no podría negarse, ellas eran muy diferente a él, pero las amaba más que a nadie y las protegería costara lo que costara. Tomo una nota mental: jamás quedarse a solas con TOP.
Dormitaba con ambas manos debajo de la nuca, estaba comenzando a perder la conciencia cuando SeungRi apareció y se paró a su lado, sus mejillas estaban rosadas y sus ojos extrañamente más pequeños.
— TOP quiere que vengas — dijo arrastrando las palabras.
— No quiero, dijo que cuando terminara de limpiar la cubierta podía irme a dormir — respondió y cerró los ojos.
— Ven, todos queremos que vengas — dijo riendo y lo tomo de la muñeca obligándolo a levantarse.
Cuando Ji estuvo de pie el olor del alcohol lo golpeo en el rostro, Ri estaba ebrio, muy ebrio, tanto que cuando comenzó a caminar hacia la cubierta lo hizo tropezándose, el otro se vio obligado a acompañarlo porque el rubio apenas podía mantenerse en pie por sí mismo.
— Estaba pensando sobre lo que hablamos en la tarde Ji… — dijo ya en el exterior, paro de avanzar y se paró frente a su amigo quien casi tuvo que adivinar lo que le estaba diciendo, algunas letras se le enredaban en la lengua — para que veas que TOP no es malo… — hizo un puchero y sus ojos se pusieron llorosos, vaya que estaba borracho — él es nuestro salvador Ji Yong, me duele ver que lo odias, por favor… por favor no lo odies.
— Estas ebrio Ri, vamos camina… — quiso empujarlo, pero él se había apoyado en el mástil de una de las velas decidido a que lo escuchara.
— El me salvo de una vida horrible… también salvo a Bae y a Daesung… — se pasó la manga por los ojos para secarse las lágrimas y sorbió su nariz — sin él jamás habría conocido a mi Bae Bae, estaríamos los tres muertos y…
— Esta bien, no lo odio… — intento empujarlo otra vez hacia el camarote del capitán donde supuso que se encontraba Bae, podía escuchar voces en esa dirección.
— No escucha… — bajo su tono de voz como para contar un secreto — cuando entres ahí pregúntale a Bae que es el Bomshuaka… asssh… Bomshala… — quería pronunciar la palabra, pero su lengua no hacía caso a su cerebro, paro para tomar una gran bocanada de aire y lo intento otra vez más lento, Ji sonreía — Bom… sha… ka… la… ka…
— ¿Bomshakalaka?
— ¡Si, eso! — lo apunto con el dedo feliz de poder hacerse entender y se puso a reír.
— ¿Qué es eso?
— Te encantara, es una historia muy graciosa… — ahora hablaba alternando sus palabras con una risa maniática — pregúntale… pregúntale a Bae o a Seung o a Dae que es eso… que te cuenten la historia… para que veas que Seung es bueno…
SeungRi obligo a prometer a Ji que haría aquella pregunta, el mayor tuvo que acceder confundido para que el menor comenzara a avanzar hacia el camarote del capitán, cuando entraron se encontraron a los otros tres casi tan ebrios como el rubio, quien atravesó la habitación tambaleante y se dejó caer sobre el regazo de Taeyang este lo recibió posando sus manos sobre sus caderas, otra vez se paseaba sin camisa por el barco, al parecer cuando estaba navegando se olvidaba de que las camisas existían.
— ¡Ji Yong! — Exclamo TOP en cuando lo vio atravesar la puerta — al fin, con mis amigos estamos discutiendo sobre las costumbres españolas… ¿es verdad eso de que un sirviente prueba primero el vino y la comida por si esta envenenada?
— Sí… es cierto — respondió parado a un lado de la puerta — donde vivía no se hacía, pero lo vi varias veces en otras casas.
— ¡Ja, me debes una moneda de oro! — TOP apuntó a Daesung riendo a lo que el más joven chasqueo la lengua, sus ojos otra vez estaban ocultos bajo el flequillo.
Ji Yong miro la escena, TOP discutía con Dae acerca de esa moneda de oro que ahora le debía, Ri y Bae cuchicheaban y se sonreían, solo estaban ellos cuatro bebiendo y conversando, no era como la primera vez que estuvo en aquella habitación, ahora podía fijarse en los detalles del lugar, era tan lujoso como la mansión de Nirilia, los ventanales al fondo daban una mágica visión del mar nocturno y el cielo estrellado.
Ji se dio media vuelta para irse, aún estaba muy cansado y no tenía ganas de estar allí.
— Espera no te vayas — escucho a Ri decirle a sus espaldas, claro tenía que preguntar eso tan extraño, pero no quería hacerlo, podía ser mañana ¿Por qué no simplemente él le decía lo que era el Bomshakalaka? — TOP deberías ser mejor jefe y ofrecerle ron a Ji, lo tuve que despertar para que viniera acá por tu estúpida apuesta, debes ser más considerado.
— Déjalo Ri — comenzó a hablar TOP, miro a Ji quien se había dado la vuelta otra vez — apuesto que esta tan cansado que ni siquiera puede mantenerse en pie, no está acostumbrado a trabajar tanto, si es que alguna vez ha trabajado en su vida, además el ron no es para… — lo miro de pies a cabeza de forma despectiva — bueno, para gente como él… Ji Yong debe estar acostumbrado a beber vino en copas con bordes de oro…
Ambos se miraron desafiantes, esperando la acción del otro, la sangre de Ji hervía, lo peor era que era cierto, estaba muriendo de cansancio y en la casa de los Park se solía beber vino en ese tipo de copas, aunque el trataba siempre de evitarlo, ese licor no era de su gusto. De verdad estaba tan cansado que estaba pensando dejarlo pasar e irse a dormir, pero miro a los ojos al del pelo turquesa, su mirada llena de arrogancia lo hizo apretar los puñoz. Dio un par de pasos y se sentó en una silla de madera a un lado de Daesung.
— El vino es asqueroso… me gusta el ron…
SeungRi dio un pequeño grito de alegría y se levantó, se acercó a un baúl en el suelo, saco una botella de ron y se la dio al castaño.
— ¿A la princesa le gusta el ron? — pregunto Top mirándolo abrir su botella, Ji rogaba porque la tapa no estuviera muy apretada, después de haber trabajado en el barco se había dado cuenta que tenía menos fuerza que cualquiera de los hombres a bordo, debería hacer algo al respecto en el futuro, para su suerte no hizo el ridículo y la tapa cedió rápido.
— No soy una princesa — le respondió con tono cortante sin mirarlo para dar el primer trago.
Cuando alejo la botella de su rostro se encontró con los ojos de Ri quien lo miraba desde el regazo de su amante aguantando la risa, intentando con sus ojos borrachos decirle que hiciera la pregunta que le había pedido.
— ¿Qué es Bomshakalaka? — pregunto sin titubear para cumplir pronto la promesa.
Todos en la habitación estallaron en risas, menos Ji y Taeyang que escupió el licor de la boca de la sorpresa y se levantó de su asiento de un golpe, Ri cayó sobre su trasero al suelo, pero parecía no importarle porque desde allí no paraba de reír con las manos en el estómago.
— ¡Le dijiste! ¡SeungRi, no puedo creer que se le contaras! — lo regañaba limpiando con las manos el licor que había rodado por su mentón y pecho, algunas gotas habían llegado hasta su ombligo. SeungRi desde el suelo negaba con las manos, quería decirle a Bae que no le había contado nada, pero la risa no lo dejaba articular palabra.
— No sé qué es eso, desde que fue por mí al camarote que ha estado molestando para que pregunte qué es.
— ¡Aaaah SeungRi! ¿¡Porque lo hiciste, no ves que es un secreto…!? — siguió regañándolo y se volvió a sentar, Ri aun riendo aunque más despacio se arrastró hasta quedar sentado en el mismo suelo, pero ahora entre las piernas del moreno y comenzó a acariciar sus rodillas.
— Si es un secreto no me importa, él quería que les preguntara — dio otro trago a su botella, la primera vez que probo el ron fue en ese mismo barco hace un mes atrás, realmente le había gustado su sabor.
— Es de cómo conocimos a Bae — comenzó a decir Daesung a Ji sonriendo, se había apartado el flequillo del rostro, la expresión de su cara era como la que vio en la mansión de Nirilia, siempre sonriendo y de buen humor — el Bomshakalaka es…
— Daesung, no… no se lo cuentes — rogó Young Bae con rostro afligido, pero Dae solo lo miro, sonrió y siguió hablando.
— Es como le decían a…
— Desde el principio Dae… desde el principio — lo animaba el menor de todos.
— TOP aun no tenía el Bigbang, estaba ahorrando para comprarlo…
— Espera ¿ahorrando? — se extrañó Ji ¿Es que acaso el Bigbang no era robado?
— No nací siendo un pirata Ji Yong — dijo TOP con una mueca de molestia en su rostro y se llevó su botella a los labios.
— Si, en ese entonces TOP tenía un pequeño barco, trabajábamos por encargo haciendo viajes cortos, llevando personas, trayendo cosas, lo que surgiera. Un día nos enviaron a una isla a la que a nadie le gustaba ir, no sabíamos porque, fuimos porque nunca rechazábamos un trabajo y la paga era muy buena, debíamos recoger hierbas medicinales que solo crecían allí, pero…
— TOP por favor no dejes que se lo cuente — rogo el moreno, su capitán se encogió de hombros, también se estaba divirtiendo.
— Nos dimos cuenta que las hierbas por las que debíamos ir teníamos que comprarlas a una tribu amazona — continuó Dae.
— ¿Amazona? — pregunto queriendo saber más.
— Las conoces, seguro habías escuchado de esas tribus, no hay ningún hombre, todas son mujeres — le ayudo Ri.
— Tú no te metas, ni siquiera estabas ahí — le puso la mano en la boca a su pareja para callarlo.
— Si, era solo de mujeres, por lo que he escuchado cuando nacen varones los matan, solo dejan un o dos para reproducirse o como eunucos, pero en esa tribu tenían a un moreno que naufrago de… ¿de dónde eras que venias Tae?
— De Portugal maldita sea — respondió a regañadientes y dio un trago a su botella, su otra mano aún estaba sobre la boca de su amante, pero el menor ya no intentaba hablar, ahora se entretenía besando y lamiendo sus dedos.
— Como… ¿Taeyang vivía en una tribu con solo mujeres? — pregunto Ji sin poder creerlo, los demás rieron.
— Yo no diría “vivir”, eso es lo más gracioso — hablo TOP, el moreno dio un bufido, no encontraba nada gracioso en esa historia — lo tenían encerrado en una jaula.
— Que vergüenza — Bae se llevó una palma a la frente apesumbrado.
— Cuando lo conocimos estaba encerrado — hablaba el capitán, puso ambos puños a los lados de su cabeza para simular sostener barrotes y hablo con voz graciosa — “Por favor ayúdenme, por favor no quiero más Bomshakalaka”
Todos rieron incluso Ji Yong quien ya entendía todo, un ataque de risa había atacado a Ri y sus carcajadas eran las que más fuerte se oían en el lugar.
— ¡Todo esto es tu culpa! — se levantó Young Bae de su asiento y apunto a Ri con rostro enojado, sentía mucha vergüenza en ese momento.
— No es mi culpa que estés tan bueno y un montón de amazonas te violaran — rio aun en el suelo.
— Esta me las pagas niño — lo tomo de la muñeca y lo tiro para ponerlo de pie — debí haberte azotado cuando me quisiste robar…
— Hay no mi Bae Bae, por favor no te enojes — rogaba pero lo hacía riendo.
— Aun no es tarde para darte esos azotes…
El mayor empujo a su amante fuera del camarote y cerró la puerta de un golpe, los demás sonreían, en otros tiempos Ji hubiese pensado que realmente lo azotaría, pero ya estaba un poco acostumbrado al extraño juego caliente que esos dos siempre traían, tenía claro que dichos golpes serían más placenteros que dolorosos.
— Entonces ¿ustedes lo ayudaron a salir de esa jaula? — pregunto Ji a Dae, este afirmo moviendo la cabeza con su botella en los labios.
— Y él nos ayudó a salir de esa isla después, cuando lo sacamos las amazonas nos vieron y querían matarnos — dijo TOP riendo — fue gracioso, parecíamos cualquier cosa los tres corriendo por la playa hacia el barco con una veintena de amazonas pisándonos los talones.
— Bae fue el que corría más rápido… de verdad quería salir de allí.
Ji Yong carcajeó mucho esa noche, TOP y Dae bajo los efectos del alcohol comenzaron a contarle anécdotas graciosas de sus viajes, de cómo Young Bae ahora tenía un trauma con las mujeres por culpa de las amazonas que lo habían obligado a hacer Bomshakalaka incontables veces, de cómo se enamoró de Ri desde el primer día y las cosas que hizo para conquistarlo, porque SeungRi se hizo el difícil al principio.
Ji ahora estaba ligeramente ebrio, su botella llevaba buena cantidad consumida el barco daba vueltas a su alrededor, no supo en que momento se encontraba a solas con Dae, el capitán dormía encima de su sillón, tenía la cabeza ladeada sobre un hombro y la botella a punto de caer de sus manos.
— Por favor Ji, no lo odies, él no es malo — le dijo después que ambos se dieron cuenta que el mayor dormía.
— No lo odio… — era la segunda vez que le decía eso en el día, ya se lo estaba comenzando a creer.
— Cuando conocimos a Bae yo no quería ayudarlo, creí que no valía la pena el riesgo por ayudar a un desconocido, pero este tonto insistió y como yo no puedo hacer más que seguirlo… — sonrió mirando a su jefe — que bueno que lo hizo, si no esos dos no estarían con nosotros, siempre ha tenido buen ojo con la gente… bueno casi siempre, a veces sus prejuicios lo nublan.
— Ri me conto de eso, dijo que era muy pobre cuando niño y que por eso odiaba a la gente rica, porque no ¿compartían? — no recordaba exactamente lo que su amigo rubio había dicho.
— Así que SeungRi anduvo de chismoso.
— Es que me conto de como los conoció a ustedes, solo lo menciono eso de TOP, no me conto nada mas — dijo nervioso.
— Esta bien, es la verdad, éramos muy pobres cuando niños, no lo culpes porque a veces te trata mal Ji Yong, la gente rica que conocimos eran muy crueles y hasta el día de hoy creo que los odia…
Daesung comenzó a contarle su historia, cosa que hubiese pensado dos veces de haber estado sobrio, cuando la recompensa de Corea llegara Ji se iría y podría divulgar todo lo que sabía por allí, pero el alcohol aflojo su lengua, su corazón y su juicio, además Ji Yong era un buen oyente, estaba realmente interesado en la historia y Dae lo notaba en sus ojos.
Esa noche Ji se iría a dormir tarde, con una extraña sensación en el corazón, era la primera vez que reía y bebía tanto en tan corto tiempo, esas personas eran muy especiales, entendió porque TOP los trataba como sus hermanos y porque odiaba a los burgueses.
Al siguiente día Ji tendría vagos recuerdos del par de horas que paso en la cabina del capitán, pero las partes más importantes seguirían en su mente por siempre, sobretodo la meta que se auto impuso antes de cerrar los ojos encima de su hamaca, le enseñaría a Seung Hyun que él no era como la gente rica y despiadada de su infancia.