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Betta turquoise por Siri_Looper

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*Narrado por Daesung*

 

Conozco a TOP desde que tengo memoria, asumo que no conocimos jugando en la calle o algo por el estilo, siempre lo he admirado, a diferencia de mi él es muy valiente. Cuando niños nos metíamos en problemas y daba la cara por los dos, incluso ante mis hermanos, yo era el menor de siete, todos hombres así que era el objeto de sus burlas y de sus juegos molestos.

 

Recuerdo demasiado bien los cueles que eran mis hermanos, todo lo poco que me daban mis padres solían quitármelo, llegue a tal extremo que no siquiera tenía cama donde dormir, solo tenía ocho años y dormía con una almohada y una manta vieja sobre el suelo de una de las habitaciones. Mis hermanos amenazaban con matarme si le decía a nuestros padres de sus abusos, yo nunca supe si lo decían en serio o no, pero mi mamá nota que ellos me molestaban y no hacía nada, así que no me molestaría en acusarlos. TOP se dio cuenta de esto con el tiempo y empezó a ofrecerme quedarme a dormir en su casa, él vivía solo con su padre y eran muy pobres. A mi familia tampoco le sobraba el dinero, pero mi papá era el herrero del pueblo, el único herrero, así que la comida nunca falto en casa. Era distinto con TOP, su padre había sido marino y dejo el mar para cuidar a su hijo, trabajaba como jardinero en la casa del gobernador y lo poco que ganaba apenas les alcanzaba para vivir.

 

De a poco me fui quedando más y más en la casa de mi amigo, seguía durmiendo en el suelo, pero ahora tenía más mantas, una almohada limpia, un montón de paja que me separaba del frio suelo y dormía sin el miedo que alguien me despertara de una patada.

 

El señor Choi siempre fue muy bueno conmigo, me decía que me consideraba un hijo más y agradecía que le hiciera compañía a su hijo que pasaba todo el día solo en casa. Con el pasar del tiempo yo pasaba menos tiempo con mi propia familia, mis hermanos ya ni me recordaban y mi mamá ya no me consideraba para la comida, TOP y yo teníamos diez años cuando hicimos el juramento de convertimos en hermanos y yo me mude con ellos de manera oficial. A pesar de estar feliz allí me sentía mal, significaba una boca más que alimentar así que conseguí un trabajo en el mercado, la dueña del puesto donde trabajaba me pagaba con la fruta y verdura que le sobraba, TOP también quería trabajar, pero su pelo turquesa era famoso en el pueblo y, aunque usaba sombrero la mayoría del tiempo, la gente ya lo conocía y en todos los posibles empleos lo rechazaron.

 

TOP siempre fue gentil con todo el mundo, incluso con aquellos que murmuraban a sus espaldas sobre el extraño color de su cabello, igual que al día de hoy muchos decían que no era humano, que era una monstruo o un animal, eso ahora es algo bueno, le ayuda con la reputación que todo capitán corsario debe tener, pero aquel entonces era solo un niño y aunque no lo decía yo creo que le dolía la indiferencia de la gente.

 

Cuando le pregunte porque el color de su cabello era así me conto lo que su padre le dijo cuando era muy pequeño, supuestamente un ángel lo había bendecido cuando bebe como compensación por llevarse a su madre cuando lo dio a luz, por eso su color de cabello había cambiado y nunca se resfriaba ni enfermaba como los otros niños, yo al principio lo creí, además que realmente él no enfermaba, incluso en varias ocasiones yo y su padre pillábamos algún resfrió y a pesar de estar todo el tiempo con nosotros, no se contagiaba.

 

La historia del ángel fue aceptable por un tiempo, éramos niños, pero a medida que los años pasaban era menos creíble, ambos comenzamos a darnos cuenta que era mentira, los ángeles no existen, TOP quiso sacarle la verdad a su papá, pero él seguía insistiendo con esa vieja historia inventada.

 

Yo tenía trece y mi amigo quince cuando la mujer a la quien le trabajaba en el mercado murió, no pude conseguir otro trabajo, busque hasta que los pies me sangraron, recorrí todo el pueblo, toque cada una de las puertas, cada una de las casas en busca de algo que hacer, pero siempre sin éxito.

 

La comida comenzó a escasear en casa y el padre de TOP comenzó a trabajar más para poder alimentarnos, aparte de hacer las labores de jardinero empezó a hacer otras cosas en la casa del gobernador, como cuidar a los animales y hacer los mandados. Yo me sentía terriblemente culpable, sino fuera por mí su padre no tendría que trabajar tanto y pasaría más tiempo con su hijo, pero TOP insistía en que estaba bien, que era su hermano y su padre me consideraba su segundo hijo. Muchas veces me acercaba a mi antigua casa con intenciones de regresar, no me importaba ser una carga para mi familia sanguínea, pero nunca me decidía a entrar, mi madre había tenido dos nuevos hijos, yo ya no era el menor, seguramente ya me habían olvidado por completo, si entraba a la casa me echarían a patadas pensando que era un extraño queriendo robar.

 

Siempre regresaba junto a TOP sintiéndome aun peor, era un cobarde, no era capaz siquiera de enfrentar a mi propia familia.

 

Vivíamos como podíamos hasta que un día realmente negro llegó, pasábamos el rato en la calle fuera de casa cuando una carreta del gobernador paro junto a nosotros, varios sirvientes bajaron el cuerpo moribundo del padre de TOP y ayudaron a llevarlo adentro hasta su cama, mi amigo estaba destrozado, la ropa del señor Choi tenía mucha sangre y estaba inconsciente, los sirvientes nos explicaron que se estaba encargando de uno de los caballos y de repente el animal se había vuelto loco y lo había aplastado innumerables veces bajo sus patas. Los sirvientes solo lo dejaron allí y se fueron sin más.

 

El siguiente día fui ver al curandero del pueblo, le roge que por favor nos ayudara, él se negó porque no teníamos con que pagarle, me puse de rodillas y llore sobre sus zapatos, me ofrecí como su esclavo con tal que fuera y salvara la vida del padre de mi amigo, pero él se siguió negando diciendo que ya tenía esclavos suficientes, los mismos que me sacaron del lugar a golpes.

 

Cuando volví a casa aun lloraba, no tenía pensado decirle a TOP lo que ocurrió pero al verme con los ojos hinchados y las marcas de los golpes me obligó a contarle. Cuando termine de narrar lo que había ocurrido por primera vez vi furia en sus ojos y me asuste, me dijo de pronto que me quedara cuidando a su padre y salió de la casa, yo no podía dejarlo solo, en su estado podía ser capaz de hacer cualquier cosa, corrí a la casa de una vecina y le pedí que por favor cuidara del enfermo, ella ya estaba enterada de lo ocurrido y mando a su hijo mayor para hacernos el favor. 

 

Pensé que TOP iría donde el curandero, pero lo seguí hasta la casa del gobernador, los guardián nos dejaron pasar porque nos conocían y al parecer no estaban enterados de lo que había pasado con el señor Choi. TOP golpeo la puerta con demasiada fuerza y una sirvienta salió a abrir.

 

— Quiero hablar con el gobernador — le exigió a la joven.

 

— ¿Seung Hyun? ¿Qué haces aquí? — nos miró con lastima, si parecía saber lo ocurrido.

 

— Quiero hablar con el gobernador — repitió con el semblante serio.

 

— Él no te puede atender cariño, está ocupado con…

 

No termino de hablar cuando mi amigo la empujo para hacerse dentro de la mansión, yo lo seguí, encontramos al hombre sentado en su sala junto a sus amigos acaudalados, estaban fumando y bebiendo.

 

— ¿Quiénes son ustedes? —pregunto el jefe del pueblo, un hombrecillo regordete de mejillas siempre coloradas.

 

— Mi nombre es Seung Hyun, mi padre trabaja en su casa señor, disculpe por entrar así, pero… mi papá está muriendo, uno de sus caballos lo ataco y…

 

— Ahh si, si claro, lo supe ¿ya está muerto?

 

— No, el no… — las palabras salían lentas por el nudo en su garganta — por favor no deje que muera, ayúdenos, no tenemos con que pagarle al curandero.

 

— Y quieren mi ayuda — afirmo con una sonrisa de suficiencia.

 

— Por favor, él está muy mal — esta vez fui yo quien le hablo al hombre.

 

— Niños estúpidos, si le diera lo que quieren cada persona que viene acá a pedirme algo ya estaría en la ruina, lárguense de mi casa antes que llame para que los saquen a patadas.

 

— Por favor, por favor, se lo suplico — TOP dio unos pasos adelante hacia el hombre.  

 

— ¿Qué no les basta con lo ya he hecho por ustedes? Le di un empleo con el que los pudo alimentar…

 

— Pero él estaba en su casa cuando ocurrió, fue uno de sus caballos…

 

— ¡Tu padre no hizo bien su trabajo y es lo que se merece por no hacer bien las cosas!

 

TOP estaba atónito y yo también ¿Cómo alguien podía ser tan cruel y tacaño? Mire las cosas que habían encima de una pequeña mesa de centro, licor, puros, una baraja de cartas, vasos con incrustaciones de oro, apuesto que cualquiera de esas sencillas cosas hubiesen sido suficientes para pagarle al curandero, pero aquel miserable hombre solo pensaba en sí mismo.

 

— Bastardo… — murmuro mi amigo y yo lo mire.

 

TOP se arrojó sobre el hombre y lo alzo del cuello de la camisa, a pesar de tener solo quince años ya era tan alto como lo es ahora, sus ojos enojados de verdad que daban miedo, pude ver el terror en la cara el gobernador, mi amigo casi lo levanto del suelo, solo la punta de sus pies tocaban el suelo.

 

— ¡Bastardo! ¡Él va morir! ¡Se quebró la espalda por diez años en esta maldita casa por una paga miserable!

 

Estoy seguro que lo hubiese golpeado de no ser porque algunos guardias llegaron seguramente alertados por la sirvienta que no abrió la puerta, nos arrastraron fuera de la mansión, mi amigo gritaba y forcejeaba, no se calmó hasta que nos tiraron encima del polvo del camino y cerraron la reja de la entrada.

 

Me senté en el suelo y mire a TOP, él también estaba sentado sobre la tierra con la cabella gacha inmóvil.

 

— Mi papá se va a morir Dae — dijo mirando al suelo.

 

Yo no supe que hacer, no fui capaz de negar lo que dijo, hubiese sido inútil, los dos sabíamos que moriría y no podíamos hacer nada al respecto, me sentía tan furioso, pero a diferencia de TOP la furia era conmigo mismo. Solo hice lo único que podía hacer, me acerque a él y lo abrase, ambos nos estrujamos y lloramos juntos. No sé cuánto tiempo permanecimos así en medio de la calle, deben haber sido unos diez minutos, después nos fuimos a casa sin decirnos nada más.

 

El señor Choi agonizo en su cama durante cuatro días, la mayoría del tiempo la paso durmiendo y cuando despertaba lo primero que hacía era buscar a su hijo, ambos lloraban en esos momentos, el mayor sabía que iba a morir y aconsejaba a TOP, le decía que debía seguir creciendo y convertirse en un buen hombre, que él lo seguiría cuidando por siempre desde el cielo. Mi amigo por su parte intentaba hacer que su padre bebiera y comiera lo poco que teníamos y le negaba una y otra vez que no moriría.

 

A la tercera noche del accidente casi no pude dormir, estaba amaneciendo y tuve una idea, aun no entiendo como no había pensado en eso antes, supongo que es porque ya casi lo había olvidado. Sin razonarlo mucho salí de casa y fui a la herrería de mi padre, no me topé con nadie en el camino, fue una suerte, todo el mundo dormía aun.

 

La herrería estaba en el centro del pueblo, recordé que tenía una tabla suelta en la parte de atrás que mi padre nunca arreglaba por que le daba pereza, además que nadie caía por allí, solo yo que en ese entonces era un niño y sola jugar entrando y saliendo por ese agujero. Para mi suerte la tabla seguía suelta y la pude mover, ya no era un niño y ya no caía por ahí, pero mis brazos eran más fuertes así que quite la tabla contigua, fue difícil, me hice daño en las manos, pero no me importo. Me cole al lugar arrastrándome, todo estaba igual como lo recordaba, fui hasta una mesa en una esquina que se usaba para comer y hacer los negocios, la moví, también las sillas y saque la alfombra del piso tirándola lejos, el polvo que levanto la alfombra me hizo toser, pero no me detuve, debía hacerlo rápido, mi padre llegaría a trabajar en cualquier momento. Debajo de la alfombra había ocultas un par de tablas, al levantarlas, en un agujero en la tierra encontré lo que buscaba, mi padre nunca me mostro eso, nadie sabía que tenía ese pequeño tesoro escondido allí, apostaría que ni siquiera mi madre, yo lo vi una de casualidad mientras entraba por la tabla suelta sin avisar. Saque la bolsa que encontré allí, la ojee rápido, oro y joyas, no sabía de donde había sacado todo eso, quizá eran sus ahorros o lo habrá hurtado, que importaba. Salí otra vez arrastrándome por la parte de atrás, limpie la tierra de mi ropa y escondí la bolsa en mi axila por debajo de la camisa.

 

Esa fue la primera vez que robe.

 

Me di la vuelta por el exterior de la herrería para salir a la calle, cuando iba de vuelta vi a mi padre, nuestras miradas se cruzaron un momento, pero ambos seguimos nuestro camino, no sé si me reconoció, pero yo sentí una enorme tristeza, a mi padre ni siquiera le importaba si estaba vivo o no, quizás siquiera recordaba que había tenido un hijo llamado Daesung, con amargura desee que se metiera en problemas por haber perdido aquella bolsa que yo llevaba, se lo merecía por no ser ni la pizca del padre que el señor Choi era.

 

Esta es la parte que no me gusta contar, es algo de lo que jamás me perdonare, a veces TOP y yo nos emborrachamos juntos y lloramos, lloramos igual que aquel día fuera de la casa del gobernador, cada una de esas veces le pido perdón por haber llegado tarde y él siempre me responde que los hermanos no tienen que perdonarse nada, a todo el mundo le pasan cosas malas y lo importante es que la familia no se separe para sobrellevarlas juntos.  

 

Sentí que todo el peso del mundo caía sobre mi cuando llegue a casa y vi a TOP llorando encima del cuerpo muerto de su padre, aun me duele cuando lo recuerdo, me odie tanto, era mi culpa que el señor Choi estuviera cuidando los caballos porque sentía la obligación de alimentarme y debía ganar más para ello. Más tarde ese día tome la decisión de servir a TOP por siempre, se lo debía, él fue la única persona que realmente me quiso y eso le había costado la vida de su padre, lo mínimo que podía hacer era ofrecerle mi amistad por siempre y si algún día tenía la oportunidad daría mi vida por la suya.  

 

Lo enterramos en el cementerio del pueblo a la mañana siguiente. Ese día cuando volvimos a casa después de enterrarlo TOP me enseño un papel entre lágrimas, me conto que antes de morir su padre se lo había dado, era un mapa e instrucciones para llegar a una isla en medio de la nada, le dijo que en ese lugar podría encontrar las respuestas a todas sus preguntas, que tenía que verlo con sus propios ojos porque ese tipo de cosas no se pueden contar.

 

— Vayamos allá — le dije mirando el papel sin entender nada de lo escrito allí.

 

— No podemos Dae, no tengo idea como leer mapas y se necesita un barco para llegar allá.

 

— Compremos uno, con lo que le robe a mi padre sé que alcanzara…

 

— Cállate, no sabes lo que estás diciendo — dejo un par de lágrimas caer por sus mejillas — no sabes cómo manejar un barco y yo tampoco, con lo que hay en esa bolsa no alcanza.

 

— Puedes vender esta casa para que nos alcance y podemos aprender a navegar — el me miraba escéptico — vamos Seung, larguémonos de este maldito pueblo de mierda.

 

Es lo que hicimos, cuando mi amigo supero un poco la pena se dio cuenta que tenía razón, no teníamos nada que hacer allí, con lo que yo robe y el dinero de la casa compramos un pequeño navío y hasta sobró un poco para las provisiones. Contratamos a dos ancianos que pedían limosna en el puerto, eran marinos, pero nadie los contrataba para sus barcos porque era demasiado viejos, ellos estuvieron muy agradecidos, pero éramos nosotros los realmente necesitados, solo éramos dos chiquillos a cargo de un barco, TOP aparentaba más edad, pero no tenía idea de cómo navegar, ellos nos ayudaron mucho y nos enseñaron todo lo que sabemos ahora.

 

— Dae — me dijo mi amigo cuando zarpamos por primera vez, ambos mirábamos la tierra donde habíamos nacido perderse en el horizonte — a partir de este día no le pediremos nada a nadie, desde hoy tomaremos lo que se nos dé la gana, nadie volverá a decirme lo que tengo que hacer ni me echaran de ningún lugar a patadas.

 

Yo asentí con la cabeza mirando el pueblo a lo lejos. Pensé que era capaz de seguirlo hasta el fin de mundo si era necesario, si aquellos eran los deseos de mi amigo yo iba a hacer todo lo que debiera hacer para cumplírselo.

 

El resto de la historia ya la conoces, comenzamos haciendo trabajos por encargo, cinco años después conocimos a Young Bae y al siguiente a SeungRi.

 

*Fin de la narración de Daesung*

 

Ji Yong antes de ir a dormir le pregunto a Dae si habían encontrado el lugar en el mapa, pero él le respondió que aquel lugar no existía, siguieron las instrucciones en el papel y llegaron hasta las coordenadas, pero allí no había ninguna isla. Ji sabía que le estaba mintiendo, lo podía ver en su rostro, no insistió para sacarle la verdad, no quería parecer demasiado interesado en la vida de su captor.  

 

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Cronología Betta Turquoise:

 

1787: Nace Seung Hyun.

1788: Nacen Ji Yong y Young Bae.

1789: Nace Daesung.

1790: Nace SeungRi.

1802: Muere el padre de Seung (15) y junto a Dae (13) empieza a navegar.

1803: Ji Yong (15) es enviado a España.

1806: Seung (19) y Dae (17) conocen a Bae (18).

1807: Seung (20) compra el Bigbang, conoce a Ri (17) y se convierte en pirata.

1812: Seung (25) se convierte en corsario y empieza a construir la mansión de Nirilia, en su primer viaje bajo las ordenes de la marina conoce a los hermanos Winner y les ofrece trabajar en la mansión que está construyendo. Jin Woo tenía 21, Seung Hoon 20, Mino 19, Seung Yoon y Taehyun 18 años.

1816: Guerra en España, el señor Park es encarcelado.

1817: Ji Yong (28) comienza su viaje junto a Dara (19) y Chaerin (20).

 

 

 


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