Para sorpresa de Ji Yong cuando abrió los ojos, el sol ya entraba con furia por entre la cortina semitransparente de su habitación, se estiro en la cama y miro el techo un momento antes de levantarse, hace mucho tiempo que no dormía tan bien o hasta tan tarde.
Chaerin al extrañar a su hermano en el desayuno entro a su habitación, lo encontró roncando con un pie colgando de la cama, así que solo se fue y lo dejó dormir, luego les contó a todos los demás, varias personas habían preguntado por él, entre ellos Seung Hyun, quien se había preocupado un momento, pensó que tal vez se había extralimitado dándole tareas demasiado pesadas a bordo y por eso había enfermado, se alivió cuando supo que solo estaba dormido.
Ji bajó al primer piso a desayunar, su estómago dolía del hambre, no estaba seguro de que hora eran, pero debía ser tarde, espero a ver a las sirvientas recoger los trastes del desayuno pero casi se desmaya cuando entró a la cocina y vio a Jin Woo ordenando en los estantes los platos ya limpios del almuerzo, era realmente tarde.
— Estás vivo — dijo el más joven cuando lo vio.
— ¿Ya almorzaron? — preguntó para confirmar y se sentó en una de las sillas de la pequeña mesa de la cocina.
— Si, te serviré — Jin Woo se dispuso a servirle la comida que encargo que le guardaran.
— ¿Dónde están todos? — no había visto a nadie en su camino hacia la cocina, ni a sus hermanas, ni mucamas, a nadie.
— Fueron a la playa, Chaerin y Sandara, SeungRi, Bae, Daesung, algunas sirvientas, Seung Yoon y Taehyun, están todos allá — habló de espaldas mientras preparaba el almuerzo del mayor.
Ji Yong quiso preguntar por TOP, no lo había nombrado, pero contuvo su curiosidad, por suerte Jin Woo contesto a su pregunta por sí solo.
— El señor Seung Hyun se quedó en la biblioteca trabajando, dijo que fueras allá cuando despertaras, pero creo que no habrá problemas en que comas primero — le puso un plato de comida en la mesa sonriendo.
— Gracias — se dispuso a comer, Jin Woo siguió haciendo lo que estaba haciendo antes, ordenando y limpiando lo que se ocupó en el almuerzo — ¿Para qué quiere que vaya a la biblioteca?
— No lo sé, no lo dijo.
A Ji Yong se le apretó el pecho y perdió un poco del apetito que tenía ¿Para qué quería hablar Seung Hyun con él? Si todos estaban en la playa seguramente estaría solo en la biblioteca, una parte de su interior se alarmó, pero ya no era miedo lo que sentía al imaginarse solo con él, era nerviosismo y una pizca de ansiedad.
— ¿Jin Woo? — preguntó cuándo llevaba gran parte de su plato consumido, comía lento y pensativo.
— ¿Si?
— ¿Te gusta trabajar acá?
— Si claro, es un buen trabajo, el señor Seung ha sido muy bueno con todos nosotros.
— ¿Te refieres a tus hermanos?
— Si, en realidad él es bueno con todo el mundo, la gente fuera de Nirilia cree que es despiadado y cruel, pero no es tan cierto… — si Ji Yong hubiese escuchado eso hace un mes hubiese creído que ese joven estaba chiflado, pero ahora realmente creía en sus palabras.
— Pero ¿tú lo conociste cuando era un pirata? Me imagino que antes de ser corsario era malo, los piratas son crueles y salvajes.
— Por lo que he escuchado sí, pero lo conocí cuando ya era corsario — el joven dejo lo que estaba haciendo y se sentó en una silla frente a Ji — cuando conocimos al señor Seung Hyun estábamos en la ruina, nuestro pueblo se había quemado y el lugar donde vivíamos también, fue en Corea, justo el Bigbang arribo allí un día antes del incendio, era el primer viaje del capitán TOP como corsario, nos contó que estaba construyendo una mansión muy lejos y que necesitaba personal, aceptamos y nos fuimos con él en su barco.
— ¿Los cinco? ¿En ese entonces ya se conocían? — no estaba sorprendido, el capitán TOP ayudando a los desvalidos, ya se estaba acostumbrando.
— Los cinco, sí.
— Seung mencionó que no son hermanos de sangre.
— No lo somos, pero nos conocemos desde siempre, nunca tuvimos padres, todos vivíamos en un refugio para huérfanos en Corea, cuando tuve edad para irme me lleve a mis hermanos conmigo, los cinco encontramos trabajo y alquilamos una habitación en la casa de una anciana, estábamos ahorrando para comprar nuestra propia casa, pero todo lo que juntamos se quemó — dio un suspiro y continuo hablando — yo no sé si será despiadado o no, quizá cuando era pirata era malo, pero el señor Seung Hyun nos ayudó y eso es lo más importante para mí, me gusta trabajar acá porque es por mucho el mejor lugar en donde he vivido.
Cuando Ji Yong termino de comer le agradeció a Jin Woo y se fue, había escuchado justo lo que esperaba, el joven siempre era tan amable con él y con todos, siempre hacia todo sonriendo y eso le llevo a preguntarse porque era tan feliz, obtuvo la respuesta que quería, como si necesitara más evidencia para convencerse a sí mismo de que TOP no era malo, solo los que no lo conocían pensaban eso.
Avanzaba lento hacia la biblioteca, no quería llegar, deseaba que el pasillo por donde caminaba fuera infinito, repasaba en su mente los sucesos de la noche anterior, sintió que las orejas se le ponían calientes, detuvo su caminar y dio una profunda respiración para calmarse justo antes de doblar hacia el pasillo donde se encontraba la biblioteca.
Cuando al fin llego quedo fascinado, ya había visto esa habitación desde fuera, solo había echado rápidos vistazos al interior, una mesa, unos sillones individuales grandes y estantes con libros fue lo que había visto de reojo, pero al entrar se dio cuenta que el lugar era inmenso, abarcaba los dos pisos de la mansión, las paredes estaba estampadas en libros, una delgada superficie con barandas rodeaba las paredes a la altura del segundo piso, era como un balcón que daba acceso a los libros más altos por que los estantes llegaban hasta el techo, en el medio de este había una cúpula de vidrio verde que dejaba entrar la luz natural.
— Al fin despertaste — TOP estaba de pie a un lado de la gran mesa, muchos papeles desordenados estaban sobre la superficie, estaba ojeando mapas para preparar su próximo viaje.
— Este lugar es increíble — dijo sin dejar de mirar alrededor.
— ¿Nunca habías venido?
— No… ahhhm… ¿puedo? — apunto con su dedo índice uno de los estantes, se refería a que si podía tomar un libro.
— Si claro — lo siguió observando como tomaba un texto y lo ojeaba, luego lo dejaba en su lugar y seguía con otro, de haber sabido que le gustaría tanto lo hubiese llamado ahí antes.
— ¿Solo tienes libros de barcos?
— Claro que no, navegación — comenzó a apuntar a distintos estantes alrededor de toda la biblioteca — música, novelas, historia, idiomas, animales, poesía, matemáticas, hay más pero no recuerdo. Siempre traigo alguno nuevo de mis viajes.
Seung pensó que le recriminaría que todos sus libros eran robados, pero encantado vio como Ji volvía a mirar alrededor con sus hermosos ojos marrones brillantes.
— Puedes venir cuando quieras Ji Yong, puedes llevarte libros a tu habitación si quieres.
— ¿De verdad?
— Por supuesto, eres un invitado, tómalo como parte de mi hospitalidad, solo cuando los devuelvas, si no sabes dónde van déjalos encima de la mesa o Jin Woo se enojara, los tiene ordenados por letra o por número de páginas, no sé, pero siempre me reclama cuando me equivoco en guardarlos.
— Claro, no quiero que Jin Woo se enoje conmigo — sonrió Ji sacando un nuevo libro del estante.
Seung Hyun se fue a la mesa a seguir trabajando en sus mapas, dejo que su invitado ojeara alrededor, Ji Yong se paseó observando libros por todo el lugar, había olvidado que estaba ahí porque TOP quería hablar con él, pero el mayor estaba complacido, lo veía a veces en el segundo piso o subido a una escalera, cada vez que alzaba el rostro lo veía en un lugar distinto. Después que se paseara por todas partes se paró cerca de Seung Hyun con un montón de libros en sus manos, los dejo en una columna encima de un rincón libre de la mesa.
— Jin Woo dijo que querías hablar conmigo.
— Si, eso es tuyo — apunto a una pequeña bolsa de color café que estaba encima y fingió trazar líneas encima de un mapa, pero en verdad no podía concentrarse con el castaño tan cerca y además solos.
Ji tomo la bolsa y la abrió, adentro habían monedas de oro y plata.
— ¿Qué es esto?
— Es tu paga, por el último viaje en el Bigbang.
— Gracias, pero no lo hice por el oro — cerro la bolsa y la volvió a dejar donde estaba.
— No hagas eso Ji Yong, te lo mereces, ve al pueblo y gástalo, apuesto que tus hermanas encontraran algo lindo que comprar.
— ¿Puedo ir al pueblo? — Ji estaba estupefacto ¿lo dejaría ir al pueblo y además con oro? Podría escaparse y pagar para que lo ayudaran a alejarse de Nirilia.
— Si puedes ir, pero conmigo, no he ido desde que llegue hace tres semanas, tenía pensado hacerlo mañana.
— No gracias — se dispuso a tomar los libros para ir a dejarlos a su habitación, pero se detuvo cuando escucho al otro hablar.
— ¿Escuchaste lo que dijo Tablo anoche no?
— Si.
— Él dijo que fuera más discreto, te estoy pidiendo un favor Ji Yong, por favor ve al pueblo y gasta ese oro, la gente vive de lo que venden en el mercado y si venden más comen más y tienen mejores vidas — Ji lo pensó un momento, miro a Seung Hyun, después la bolsa encima de la mesa, luego a Seung Hyun otra vez.
— Esta bien ¿mañana? — Ji tomo la bolsa y TOP sonrió.
— Mañana, temprano, mandare a alguien a tu habitación a despertarte si es que aun estas durmiendo.
— Bueno — dijo tomando los libros para irse — yo me encargare de despertar a Rin y Dara.
Ji Yong comenzó a caminar hacia la salida encorvado hacia atrás para que los libros no se cayeran. Seung no quería que se fuera, miro alrededor buscando cualquier excusa para hacerlo quedarse, entro en pánico cuando Ji estuvo a un paso de la puerta abierta.
— Ji Yong… — el eludido se detuvo y se dio la vuelta — ¿vas a leer a tu habitación?
— Si.
— Quédate acá conmigo... digo, no conmigo, pero acá, en el segundo piso hace mucho calor a esta hora — volteo su rostro hacia dos butacas que parecían ser muy cómodas — puedes sentarte allí, yo no te molestare.
Ji miro los sillones, estaban a un lado de las ventanas uno frente al otro, con una pequeña mesa al medio, y posa pies acolchados, detrás del cristal se veían las flores del jardín. Sin decir nada Ji avanzo, dejo los libros en la mesita y se sentó en uno de los sillones.
— Perdón por lo de anoche Ji Yong — casi olvidaba pedirle disculpas por lo que había pasado fuera de la habitación de sus amigos — SeungRi es un tonto, a veces solo dice estupideces.
— Esta bien Seung Hyun, ya lo olvide — dijo Ji de forma cortante y con el corazón acelerado, no quería hablar de eso o su cara se pondría roja. Tomó el primer libro de la pila y lo abrió para comenzar a leer.
Seung Hyun sonrió cuando se inclinó de nuevo sobre sus mapas, estaba feliz porque Ji Yong estaba a su lado, aunque no se digieran nada lo hacía sentirse contento. Ninguno de los dos menciono palabra alguna hasta varias horas después cuando se escuchó a lo lejos el bullicio de la gente llegando de la playa.
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Al siguiente día Ji Yong despertó con unos pequeños toques en su hombro, sin abrir los ojos se dio la vuelta en la cama quejándose, no quería despertar.
— ¿Vas a ir al mercado conmigo Ji Yong?
Abrió los ojos de golpe asustado, quería estar equivocado, no podía ser que él haya ido a despertarlo, dijo que mandaría a alguien, no que iría el mismo. Volteo el rostro hacia el intruso dentro de su habitación, Seung Hyun estaba parado a un lado de su cama.
— ¿Iras conmigo? — volvió a preguntar.
El castaño se incorporó, se sentó sobre el colchón y se alejó lo más que pudo de la orilla, pego su espalda a la muralla.
— ¿Qué haces acá?
— Te lo dije ayer, te despertaría para ir al mercado temprano — dijo Seung haciendo un gran esfuerzo en no mirar el torso de Ji y mantener su vista en su rostro, al parecer dormía con la parte superior de su cuerpo desnuda, al levantarse la delgada sábana blanca con la que estuvo tapado quedo sobre la cama sin utilidad.
— ¡Noooo! ¡Tú dijiste que enviarías a alguien, no que vendrías tú mismo!
— Da igual Ji ¿Iras o no?
Fracaso rotundo, la tentación era mucha, Seung ya sin control sobre sus ojos, llevo su mirada a su torso desnudo, sus clavículas eran hermosas, tan marcadas sobre la piel y sus pezones parecían estar hechos de caramelo, a Seung se le hizo agua la boca al imaginarse lamiendo uno de ellos, quería comprobar si realmente eran dulces o no.
Ji noto los ojos del otro desviarse hacia su cuerpo, escandalizado tomo la sabana y se cubrió con ella.
— ¡Si iré, pero sal de mi cuarto! — le dijo con rostro enojado apretando la tela contra su pecho.
— Apúrate, no me gusta ir tarde, tú te encargas de despertar a tus hermanas.
Seung Hyun se dio la vuelta y sonriendo salió de la habitación, había hecho enojar a Ji Yong, pero valió la pena, si su rostro le había parecía hermoso su cuerpo era un manjar de los dioses, con el pequeño vistazo que se llevo había alcanzado a ver lo suficiente para imaginarse el resto de su piel y llegar a la conclusión que era el hombre más hermoso con el que se haya topado nunca.
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Al mercado también fueron Daesung por acompañar a su amigo y Taehyun porque tenía que hacer algunos encargos, el lugar era un fila infinita de puestos comerciales a ambos costados, Ji se imaginó que venderían en su mayoría frutas y verduras, pero allí había de todo, joyería, licores, utensilios para la casa, armas, cualquier cosa que se necesitara al parecer se podía encontrar allí.
Ji Yong seguía a sus hermanas como su guardián por los distintos negocios, Dara y Chaerin miraban vestidos cuando el volteo hacia atrás para mirar a Seung y Daesung hablar con un grupo de gente, en lo que llevaban en el centro del pueblo los vio hablar con muchas personas diferentes, los habitantes de Nirilia se acercaban a saludar y por lo mismo siempre el par de amigos se quedaba a atrás y debían esperarlos.
— Todos en el pueblo quieren a Seung Hyun — le dijo Taehyun cuando lo sorprendió mirándolo a lo lejos.
— ¿Por qué lo quieren tanto? — pregunto sin sacar la mirada del de pelo turquesa quien reía al lado de una mujer de edad.
— Dicen que antes que llegara a Nirilia este era un pueblo muy pobre, él trajo riquezas y mejoro las vidas de todos. Yo llegue acá después del señor Seung, pero por como lo tratan debe ser cierto lo que dicen…
— ¡Ji! ¿Podemos comprar estos? — escucho la voz de Sandara que le mostraba unos pañuelos de seda y se vio obligado a llevar su atención hacia ellas.
Siguieron caminando cuando las dos jóvenes tenían sus nuevos pañuelos, Seung Hyun y Daesung al fin los habían alcanzado, avanzaron por el mercado, siempre Chaerin y Sandara a la cabeza, para ellas ese lugar era el paraíso y estaban muy felices, Ji Yong estaba contento de haber accedido a la paga de TOP, ver a sus hermanas felices era el motor de su vida en ese momento.
Las dos jóvenes se detuvieron en un puesto distinto al resto, una mesa con un mantel rojo y una mujer de largos rizos negros sentada en el lado contrario de la mesa. Les llamo la atención las piedras que estaban esparcidas de forma desordenada encima del mantel, estas tenían grabadas pequeñas y extrañas letras.
— ¿Qué es esto? — pregunto Chaerin.
— Son runas, puedo leer tu suerte por una moneda — dijo la mujer tras la mesa.
— ¿Ji podemos? — a las dos jóvenes les emociono la idea, miraron con sus ojos suplicantes a su hermano, jamás les habían leído la suerte.
— Claro, aún quedan varias monedas — las miro con ternura, en ese lugar parecían dos niñas emocionadas.
Chaerin fue la primera, se sentó en una silla y la mujer le leyó la suerte, mientras el resto del grupo observaba. Luego fue el turno de Dara que obtuvo una lectura muy parecida, las dos comenzaron a cuchillear sobre lo que les había dicho, creando teorías a partir de las un poco confusas palabras que les dijo la mujer. Ji se dispuso a pagarle a la adivina, le estiro una moneda de oro.
— Señor, esto es mucho, no puedo aceptarlo, dos lecturas no valen tanto — Ji devolvió la moneda a la bolsa y busco una de plata, pero ya solo quedaban de oro.
— Es todo lo que tengo — le volvió a estirar la moneda anterior — por favor acéptelo.
— Esta bien — tomo la moneda — pero por favor déjeme leer su suerte también, para compensarlo por la paga.
— No gracias está bien — Ji le sonrió a la mujer para tranquilizarla, el no creía en ese tipo de cosas.
— ¿Qué pasa Ji Yong? ¿Tienes miedo acaso de escuchar tu futuro? — Seung Hyun le hablo de más atrás, estaba desafiándolo, tenía más que claro que el castaño era cualquier cosa menos cobarde, pero quería que lo hiciera, quería escuchar lo que la adivina leyera en sus runas, para él era solo un juego, pero estaba curioso.
Como era de esperarse Ji le lanzo una mirada desafiante a Seung, a quien le causo más ternura que otra cosa, y se sentó en la silla aceptando el reto. La mujer le entrego una serie de runas en las manos y el joven las dejo caer sobre la mesa.
“Eres una persona sin hogar, sin camino, pero pronto encontraras tu lugar en el mundo, justo ahora el resto de tu vida está empezando”
Ji Yong no tuvo idea de cómo interpretar eso, pensó que quizá la mujer solo inventaba, no estaba seguro de cómo funcionaba ese asunto de las runas así que solo dio las gracias y se levantó. Seung Hyun si entendió, por lo menos la primera parte “persona sin hogar” eso coincidía bastante con lo que sabía de Ji y su relación con su familia sanguínea.
— Puedo leer la suerte del señor Seung Hyun también — dijo la mujer cuando Ji se levantó — la paga aún sigue siendo demasiada.
— No gracias…
— ¿Qué pasa Seung Hyun? — Le dijo Ji con una traviesa sonrisa en el rostro — ¿El gran capitán TOP tiene miedo de su futuro?
Seung Hyun le devolvió la sonrisa, Ji lo estaba desafiando a él ahora, así que no pudo hacer más que aceptar y sentarse, lanzo las runas y obtuvo su predicción.
“Tu patrimonio no está completo aun, falta una quinta parte del todo”
TOP ni pensó en que significaría eso, solo se levantó, le agradeció a la adivina y se despidió de ella, no lo tomaría en serio ni perdería el tiempo en tratar de adivinar lo que vendría en su vida, estaba más preocupado por lo que le habían dicho a su invitado.
Volvieron a la hora del almuerzo a la mansión, las hermanas después de comer se entretuvieron calzándose su nuevos vestidos y probando las demás cosas que compraron así que Ji se fue a la biblioteca, se sentó a leer en una de las butacas al lado de la ventana y al rato después llego el dueño de casa a seguir trabajando en sus mapas.
La realidad era que Seung Hyun ya había trabajado suficiente el día anterior en la próxima ruta, pero había pasado por la biblioteca solo para ver si Ji estaba alli, al verlo sentado en el mismo lugar decidió entrar y se hizo el tonto para quedarse a hacer cualquier cosa con tal de estar a solas con él, quería decirle algo muy importante, pero no tenía el valor de hacerlo, sabía que sería rechazado y eso lo frenaba.
Toda la tarde estuvieron en la biblioteca, otra vez sin decirse palabra hasta el anochecer hasta que una sirvienta se asomó por la puerta para avisarles que la cena estaba servida.
— Ji Yong, vamos a comer — dijo el mayor cuando vio que el otro no se movía de su asiento después de unos minutos. No obtuvo ninguna respuesta a sus palabras.
TOP se acercó a las butacas, se dio cuenta que Ji se había quedado dormido, se sentó en el sillón vacío frente a él para aprovechar de contemplarlo antes de despertarlo, miró su cabello, había crecido bastante desde la primera vez que lo vio, ahora cubría sus ojos cerrados, su boca estaba entreabierta y dejaba pasar la respiración profunda que Seung alcanzaba a escuchar, era como música para sus oídos y sus labios parecían ser lo más delicioso del mundo, lo había visto morderlos un par de veces y le pareció que esa expresión era la más sexy que allá visto jamás, se preguntó si Ji sabría lo hermoso que era y las cosas que estaba causando en él.
Siguió bajando la mirada, paso por sus clavículas que se dejaban ver entre la camisa, hermosas clavículas, paso la mirada por su pecho, recordó la visión de sus dulces botones en la mañana, llego hasta sus manos que se posaban inertes sobre el libro en su regazo, no llevaba nada en ellas, ni un anillo ni ninguna otra cosa.
Seung dio un suspiro y se dejó caer sobre la espalda del sillón, metió a su mano al bolsillo y saco una argolla forrada en un cristal de color verde, la miro un momento en su mano.
Esa mañana en el mercado vio con un poco de pena como Ji gastaba todo su oro en sus hermanas, realmente las amaba, supuso que compraría muchas cosas para ellas, pero supuso también que compraría algo para el mismo, cualquier cosa por pequeña que fuera, pero se equivocó. Pasó por un puesto de joyería y vio ese anillo, le pareció hermoso para Ji, lo busco con la mirada para llamarlo y decirle que lo comprara, que estaba hecho de un mineral que solo se encontraba bajo el mar, pero lo vio de lejos ocupado con sus hermanas. En un impulso poco planificado compro el anillo para regalárselo, pero ahora estaba arrepentido ¿En que estaba pensando? Ji Yong jamás aceptaría un regalo de él, menos algo tan comprometedor como un anillo, era muy orgulloso.
Dio un nuevo suspiro y guardo el anillo de vuelta en su bolsillo, se sentó en el borde de la butaca para levantarse, pero antes de hacerlo cayo en cuenta de algo, jamás nunca le había comprado un anillo a alguien, nunca había contemplado a nadie dormir con tanta devoción, ni mucho menos había sentido la opresión en el pecho que sentía en ese momento, Seung Hyun se dio cuenta que estaba perdidamente enamorado de Ji Yong y ya no podía hacer nada al respecto, era muy tarde, había caído hasta el fondo.