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Betta turquoise por Siri_Looper

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A veces la gente confunde los corsarios con los piratas, les explicare la diferencia tomando como ejemplo al capitán TOP dueño de la nave Bigbang.

 

Antiguamente el joven de los cabellos turquesa se dedicaba a la piratería, asaltaba y saqueaba a voluntad, como, cuando y donde quisiera, al igual que muchos otros piratas vivía como se le daba la gana, pero entonces llego la Marina que repentinamente se hizo muy poderosa y lleno el océano de leyes que los piratas no estaban dispuestos a seguir.

 

Muchos barcos piratas fueron atrapados y sus tripulaciones ejecutadas, pero antes de matarlos los grandes mandos de la Marina le ofrecían un trato: convertirse en sus corsarios. Ser corsario consistía en un algo así como un trabajo, la Marina les entregaba un título y los hacia inmune a sus leyes, pero debían acatar sus órdenes sin dudarlo, para ser más honesta los piratas seguirían haciendo lo de siempre, pero ahora debían rendir cuentas a alguien y entregarle parte de sus ganancias a cambio de un papel que decía que sus saqueos y demás atrocidades eran legales.

 

Muchos capitanes fueron asesinados al negarse orgullosamente a ser corsarios, pero el capitán TOP era diferente, no es que no fuese orgulloso, el problema es que su necedad no solo le costaría la vida a él, sino que la de la veintena de hombres que constituían su personal. Es por eso que cuando el Bigbang fue capturado y su capitán llevado bajo prisión este acepto el trato, pensando en que la mayoría de sus hombres preferiría vivir como sirvientes que morir testarudamente. 

 

Ese fue lejos la mejor captura para la Marina desde que los corsarios nacieron, el capitán TOP era temido de muchas maneras diferentes, su fama de despiadado lo presidia por todo el caribe y su cabello turquesa lo habían vuelto una leyenda para los supersticiosos. Algunos decían que era mago, otros que no eran humano y también que había encontrado la sagrada fuente de la juventud.  

 

Ji Yong había escuchado todos esos rumores sobre el capitán TOP cuando vivía en España, pero eran historias que no le interesaron mucho en su momento, jamás en la vida se hubiese imaginado que estaría prisionero en ese gran barco llamado Bigbang.

 

— ¡Déjenme salir! ¡Quiero hablar con el capitán! — gritaba Ji Yong contra los barrotes de su prisión.

 

— Basta Ji, no tiene caso… — trataba de disuadirlo Chaerin con Sandara dormida en su regazo, ambas estaban en el suelo de la prisión contigua a la de su hermano postizo.

 

Pero Ji siguió gritando, sabía que era inútil, pero era lo único que podía hacer y él no se caracterizaba por ser una persona que se quedase sentada sin hacer nada. La garganta le comenzó a picar de tanto gritar cuando aquel hombre con el flequillo largo que parecía ser la mano derecha de TOP apareció en las escaleras y se le acerco.

 

— El capitán dice que no quiere hablar contigo, pero lo hará si prometes callarte, tus malditos gritos se escuchan en todo el barco.

 

— Esta bien — respondió Ji tratando de ver sus ojos a través del cabello sin éxito.

 

Daesung tomo las llaves colgadas en la pared contraria y abrió la reja de la prisión, se colgó el manojo de llaves a la cintura y camino hacia afuera, era de noche, la cubierta del barco solo era iluminada por las estrellas y unas cuantas lámparas, el lugar estaba vacío a excepción de un par de hombres haciendo guardia. Dae camino hasta la estrecha puerta ubicada debajo del puente y la abrió sin tocar, de dentro se escuchaban risas.

 

— ¡Pero si es la princesa! — Exclamo el capitán en cuanto lo vio — ¿Qué mierda quieres?

 

— Quiero saber que pasara con nosotros… — se sintió intimidado, había mucha gente en la habitación observándolo.

 

Todos se largaron a reír muy sonoramente, al lado derecho estaba sentado Taeyang quien dio un largo trago a su petaca de Ron después de lanzar su carcajada, el licor se le acabo, tiro la botella al piso haciéndola añicos.

 

— ¡SeungRi, se me acabo el Ron! — grito el moreno quien solo vestía sus pantalones, su torso estaba desnudo, su cabello oscuro estaba peinado con dos trenzas y un pañuelo.

 

El resto de las personas seguía riendo, al parecer el capitán había dado una pequeña fiesta en su camarote. Daesung sonriendo tomo su asiento al lado izquierdo de TOP. Todos estaban borrachos.

 

— Mira… yo te voy a decir lo que pasara con ustedes… — comenzó a decir y tomo un largo trago se su botella — vamos a llegar al puerto, después voy a pedir mi recompensa y cuando la tenga ustedes se podrán ir, es un buen trato.

 

— ¿A cuál puerto vamos? — pregunto el único sobrio de la habitación.

 

Las manos de Ji Yong temblaban de miedo, pero su mirada desafiante solo demostraba odio hasta que sus ojos se desviaron hacia la derecha de TOP, un joven rubio se acercó a Taeyang con una petaca de ron llena y se sentó en su regazo.

 

— ¿Crees que soy tu puto sirviente? — dijo SeungRi y abrió la botella, el moreno creyó que se la daría y estiro la mano, pero el menor se la llevo a boca y levantando la cabeza dio un largo sorbo.

 

— Claro que no eres mi sirviente Ri, pero no puedes negar que si eres mi puto…

 

Ji Yong vio horrorizado como el joven rubio sonrió lascivamente y acerco sus labios al otro, se besaron de forma muy caliente, gotas de licor cayeron entre la unión de sus bocas y rodaron por sus mentones.

 

— ¿Qué estas mirando princesa? ¿Acaso te gusta lo que ves? — el capitán se levantó de su silla y se acercó al castaño que estaba ruborizado a punto de perder la compostura.

 

Ji dio varios pasos atrás asustado hasta que su espalda choco con la puerta cerrada, TOP que estaba muy cerca recargo una de sus manos en la pared y se inclinó hasta casi chocar sus frentes.

 

— ¿Es que acaso no solo tienes rostro de princesa? ¿También lo eres por dentro?

 

Los ojos de Ji lanzaban chispas, pero al capitán no le importo, estaba demasiado concentrado en sus labios entreabiertos. Le dieron unas ganas increíbles de besarlo, quizás era todo el alcohol en su sangre, pero TOP no se detuvo a pensar la razón, sin pedir permiso se inclinó para juntar su boca con la ajena.

 

Ji Yong sintió la furia burbujear en su estómago, puso ambas manos en el pecho de su acosador y lo empujo tan fuerte que el cayo sentado en el suelo.

 

— ¡NO SOY UNA PRINCESA! — grito Ji y se volteo, le quito una botella de las manos a uno de los corsarios que estaba a un lado de la puerta y se fue.

 

Todos en la habitación rieron, no por la caída de su jefe si no por la escena de enojo de Ji. TOP aun en el suelo se dio vuelta y le estiro la mano a Daesung.

 

— Dame la llave, yo me encargo de encerrar a este bastardo.

 

Después de recibir el manojo de llaves se levantó lentamente y camino tambaleándose al exterior, Ji Yong estaba en el borde del barco mirando el mar y bebiendo, el capitán se paró a su lado y poso sus brazos en el borde, el menor dejo salir un bufido al darse cuenta de quien se había acercado.

 

— ¿A qué puerto vamos? — volvió a preguntar Ji mirando hacia el infinito mar.

 

— Al de mi casa…

 

— Estas loco, las casas no tienen puertos — TOP rio burlándose y bebió de su botella.

 

— La mía si tiene princesa.

 

— ¡Mierda, que no soy una princesa! — grito Ji con rabia girándose para mirarlo, el otro se rio, fue una risa tonta provocada por el alcohol.

 

— Bueno… — se dio vuelta y se apoyó de lado en el borde quedando frente a Ji — si me digieras tu nombre no tendría que llamarte así, yo pensé que la gente rica como tu tenia modales.

 

— Kwon Ji Yong — respondió sin mirarlo, el otro se rio — ¿Qué esta gracioso?

 

— Tienes nombre de princesa — respondió entre carcajadas. Ji dio un bufido molesto y tomo otro trago — hagamos un trato Ji Yong — levanto el manojo de llaves y las hizo tintinear en su mano para que el menor las mirara — yo te daré esto para que tú y tus mini princesas caminen libremente por mi barco y así no se les acalambren esos piececitos inútiles que tienen y tu dejas de gritar como una maldita bestia en mi barco.

 

Ji Yong estiro la mano para tomar las llaves, pero el otro las levanto fuera de su alcance.

 

— Si no cumples el trato cortare tu linda lengua que es lo que debí haber hecho desde un principio ¿entiendes? — le miro amenazante y puso las llaves a su alcance otra vez, el otro las tomo de un tirón.

 

— ¿Mis hermanas estarán seguras andando libres en tu barco? — otra vez recibió risas burlonas de vuelta.

 

— En este barco el único que tiene que cuidarse eres tu precioso — le sonrió de lado y se dio la vuelta para caminar de regreso a la fiesta — llegaremos pronto a puerto, disfruta tu estadía en el Bigbang Ji Yong — le dijo tambaleándose hacia su camarote y alzando su botella.

 

Ji Yong cuando termino de beber tiro la botella al mar y regreso a la prisión con sus hermanas, ambas dormían en el suelo de su pequeña jaula, entro con ellas cerro con llave para luego acomodarse a descansar a un lado de Chaerin, estaba decidido a quedarse allí por lo que durase su estadía en el Bigbang ¿Andar libre en el barco? No gracias, antes muerto que arriesgarse a él o a sus hermanas a un montón de barbaros y salvajes corsarios.   


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