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Corazon Acristalado por Sailor cosmos

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Svobodnyye Kryl'ya

— ¡Vik-Viktor! —gimoteo sin saber del todo porque

Si esto era por estar completamente desnudo con el trasero en pompa hacía un hombre que realmente no conocía más allá de lo superficial; si por el puto y maldito frío de estar sobre el hielo desnudo o por la resultaría más obvia para cualquiera pero que en su mente obnubilada no era lo más evidente, está última posibilidad es que gemía por la larga y bífida lengua entrando en un lugar en el que no debería de entrar mientras una mano acariciaba lo que apenas había tocado un par de veces en su espantosa pubertad

—Es tan lindo como gimes—de por si los sonidos que estaba haciendo eran raros así que el gorgoteo no quedó fuera de lugar. Acariciaba con mucho ánimo el miembro de Yuuri, quería excitarlo mucho más y escuchar su nombre con aquella voz extasiada e inocente de su "Omega"—Y cómo todo esto te avergüenza... Eres adorable—apartó la mano del miembro a punto de correrse y dirigió dicha mano hasta la entrada del japonés, metiendo un par de dedos en esa aún virgen cavidad

—Y-yo... VIKTOR—quisquillo asustado, la mezcla tan extraña de sensaciones y pensamientos caóticos entre dejarse llevar por la calidez que Viktor le estaba dando mediante un acto pecaminoso o intentar con más fuerzas que le dejara por simple y puro miedo—Nunca he hecho esto...—los ojos le ardían, no se pondría a llorar de nuevo frente al peli plata

—Lo sé—con sus cola limpio los indicios de lágrimas en Yuuri—Me pone feliz que sea así. Mi Omega no tiene porqué haber estado con nadie más que no sea yo... Ahora, es momento de lo importante

El aliento se le cortó, apoyándose en sus brazos para levantarse, queriendo apartarse del dolor punzante de algo mucho más grande y grueso que un par de dedos del peli plata. Tenía la boca abierta queriendo hacer algún sonido de dolor pero simplemente no salían, algo rodeo su abdomen impidiéndole alejarse, su espalda ahora cubierta por el pecho musculado de Viktor, quién estaba dando suaves besos en su nuca

—Calmate un poco…—murmuró el peli plata metiendo su virilidad lo más lentamente que se pudiera para no hacer sufrir tanto a Yuuri, aunque era virgen así que de todas formas dolería. Al estar completamente dentro jadeo mientras Yuuri temblaba de pies a cabeza gimiendo muy pasito y sin hilar ninguna idea—Yuuri~ Tu primera vez es mia—gorgoteo pasando una mano por el muslo del japonés y luego mostrarle la sangre que quedó en sus dedos

—Me… me duele…—balbuceó comenzando a llorar, aún algo impactado de que de verdad estuvieran haciendo eso

—El dolor se te pasará pronto. No pienses mucho en eso—dio un suave beso en la base del cuello de Yuuri

No tardó mucho en empezar a moverse, sacándole adorables y agudos gemidos a Yuuri que estaban entre el dolor y el placer, Yuuri no podía decir nada además de palabras inconexas e inentendibles para cualquiera. Viktor le gruñía a Yuuri en la oreja, mientras también estimulaba el miembro del menor. Sin embargo y luego de cierto tiempo en el que ya Yuuri se sentía explotar por la necesidad de terminar de correrse, Viktor daba embestidas mucho más fuertes, demasiado profundas gruñendo como si pretendiera asustarlo o al menos así lo escuchaba él

Finalmente se corrió manchando la mano del dragón/humano que clavando ambas manos en el suelo hasta cuartear el hielo, usando también sus alas para sostenerse o algo así clavó los dientes en el cuello de Yuuri

— ¡VIK-VIKTOR! —grito llorando, una parte de su mente tenía miedo de que el peli plata le arrancara esa parte del cuello –era completamente carnívoro, no dejaba de ser una posibilidad-.—Ummg…—sus brazos no lo pudieron sostener más, desplomándose con Viktor aun mordiéndole, clavando por completo los dientes por alguna razón que no entendía pero el frío había dejado de sentirlo

Respiraba apesadumbrado, con la extraña sensación de tener una especie de pelota en su entrada. Viktor por fin se apartó, lamiendo la mordida para limpiar la sangre y alzándose, completamente sonriente

—Ahora eres mío~—jadeó lamiéndole una lagrimita

— ¿Por qué me mordiste? —preguntó agotado y con la cara roja. Viktor ladeo un poco la cabeza aun sonriendo—Y si ya… terminaste por qué no…

—Tienes que esperar a que mi nudo se desinflame, estaremos así por un buen tiempo—rió por la cara de espanto que Yuuri tenía

— ¿Nudo? ¡¿Como que nudo!?—quisquilla levantándose un poco

—Si quiero embarazarte es lo más normal tener nudo

— ¡Yo no puedo embarazarme!

—Shhh—le tomó en brazos, echándose a su lado aún con el nudo dentro de Yuuri, abrazándolo también con sus alas, aunque el ala derecha estaba apenas sobre Yuuri—Ni siquiera sabías que eras un Omega. Tendremos crías antes de lo que pienses

—Me estás asustando mucho —admitió recostándose un poco más de Viktor de forma un poco inconsciente—Y porque hasta ahora te... convertiste en un humano

—Tú mismo lo dijiste, no quería asustarte... Además no quería que los demás se dieran cuenta de que puedo hacerlo

—Siempre suena como si odiaras a los humanos—comentó para formas más conversación y disimular que no tenía el pene de un dragón con todo y una enorme pelota para que el semen no saliera

—La mayoría de los humanos que he visto hasta ahora son crueles, de no serlo no tendrían un corazón tan negro... Es un simple instinto por llamarlo de alguna forma

—Ya veo... Aunque... eres más bello así—la cara se le puso como un bombillo de la vergüenza, el halago le salió casi sin querer

—Y tú eres adorable, ya espero verte con pancita

***

Dos semanas habían transcurrido desde la muerte de Vicchan, desde que se había apareado con Viktor -porqué al parecer eso era lo que habían hecho- y desde hace dos putas semanas que tenía un malestar y mal humor con el cual ni quienes gustaban molestarlo se le acercaban. Le había levantado la voz a su madre, a Mari, dado un par de golpes a algunos idiotas pero todo esto queriendo morirse por el maldito dolor que parecía venir de la zona del abdomen, dolor de cabeza, vomitar... Parecían signos de un embarazo pero también los del puto periodo del que tanto se quejaban las mujeres. En este preciso momento se podría decir que estaba patinando con rabia, quería tirarse al suelo a retorcerse pero debía practicar

—Katsukiiiii—de no ser porque ya estaba cerca del hielo hubiera caído de forma horrible. Volteo a ver quién le llamo y no sabía qué expresión poner para no demostrar su fastidio

—Hola Sala—saludo en un murmullo patinando hasta donde estaba la morena

—No pareces contento de que viniera a visitarte—la morena sonreía de forma un tanto extraña, como queriendo simular ser amable o algo así. Yuuri apretó los labios—Vinimos a ver qué tal te iba

— ¿Vinimos? —comenzó a sudar frío

—No pensaste que dejaría a mi hermana venir sola o si Katsuki—simplemente quería abrir un hueco, meterse en él y que lo congelaran porque la situación para él más horrible no podía ser

Justamente tras la morena se encontraba su hermano, Michelle Crispino y como no podía faltar todo el grupo de los que literalmente le hicieron la vida imposible durante el Grand Prix, no faltaba ni uno solo. El ruso Georgi Popovich; el chino Xi Guang, el americano Leo de la Iglesia, El suizo Christhope Giacometti -que por cierto, tenía una manía terrible de pegársele demasiado-; el checo Emil que por cierto era el único de ese grupo que en realidad no era una víbora asquerosa y por último como la cerecita sobre el pastel... Jean Leroy, que pegado a él iba su prometida -que no podía ser más tal para cual- Isabella Yang

—Entrenando para competir. Sabes que es inútil hacerlo porque el JJ Style ganará por otro año consecutivo—Se mofo el pelinegro y Yuuri rodó los ojos, le dolía la cabeza, el "abdomen", en total su estado no era el de siempre, por lo cual

— ¿Y crees que me importa si ganas o no otro año? Si ganas ganaste y ya, no por el dichoso estilo que tienes que al final es igual al de cada chulito con aires de grandeza que conozco —Que respondiera era todo un suceso, todos los presentes guardaron silencio anonadados—Y si, en caso de que ya no sea suficientemente obvio estoy practicando, para algo estoy con los patines puestos y en el hielo

—Yuu-Yuuri—Tartamudeo Chris impactado

— ¿Además que hacen todos aquí? ¿Tan aburrida es su patética existencia que tienen que venir a fastidiar a la persona con la que ni siquiera han hablado de forma decente? Siento pena por ustedes

Cierta parte de su extensa frustración se descargó en ese momento, prefiriendo simplemente darles la espalda a todos los patinadores y seguir practicando para luego ir a ver a Viktor, era el único que soportaba sus " rabietas" y aminoraba casi mágicamente el dolor en cada lugar. Antes de poderse apartar para ir a cumplir su rutina diaria le tomaron del hombro

—No vinimos a verte a ti—mintió Jean rápidamente, realmente había ido para sentirse aún más grande con el intimidable y vulnerable Katsuki—Que-queremos ver el dragón que está en la reserva de tus padres—apenas sabía del tema pero era una buena excusa

—S-si cierto, vinimos a verlo—tartamudeo Guang con una sonrisa nerviosa

—Él no quiere verlos a ustedes—respondió intentando quitar la mano del canadiense de su hombro

—Somos más interesantes que tú al menos, nos querrá al instante—rió la prometida de Jean—Quizás espera a que engordes y comerte

— ¿No se te ocurrió algo mejor que decir? Soy relleno y al menos tengo cuerpo que mostrar—la chica se puso colorada por la rabia

—¡WOOOOW! Relajémonos un poco—dijo Emil alzando las manos—Pero si sería impresionante ver al dragón

—Podría ser divertido—sonrió Chris

—Ya dije que no los voy a-

—Con este permiso de mi padre puedo darte órdenes—afirmaba con un papel en la mano, celebrando interiormente por tenerlo a mano—Es una reserva del estado ¿no es así?

***

—Vamos a entrar ya—dijo Sala impaciente y golpeando el piso con el pie, la descarga de adrenalina o lo que fuera que tuviera antes en su cuerpo se fue, quedando como el Yuuri de siempre que apenas y podía hablar en un buen tono de voz

—E-es enserio que no le gusta que nadie entre, e-es un poco... Caprichoso

—Si tú siendo... tú—empezó a decir Jean de forma despectiva—Puedes entrar, nosotros podemos hasta montarnos como si fuera nuestro caballo. Es solo una lagartija, que tan malo será—dijo pasando de Yuuri y abriendo la entrada al recinto de Viktor siendo seguido por su pequeño séquito.

— ¡Espera!—quisquilló pero ya todos estaban dentro del lugar.

—Aquí lagartija gigante—decía Jean como si le hablara a un perro.

—Bolso de piel viviente—se burló Isabella agarrada del brazo de su prometido.

—No hagan eso—intento callarlos al escuchar las pisadas de Viktor saliendo de la pequeña cueva en la que seguramente dormía esperándolo.

Al quedar completamente a la vista los demás perdieron gran parte de la valentía, entusiasmo y quizás varias partes de su cuerpo se les metieron por el miedo, vamos que no esperaban que fuera tan jodidamente enorme aún cuando sabían que era un dragón. Viktor dio un par de pasos analizándolos con la mirada, Yuuri suponía que estaba buscando de ver que tan oscuros tenían su "cristal" y por la expresión rabiosa que se formó en su rostro supuso lo que vio, Viktor dio una especie de rugido de advertencia, bien para asustarlos -como logro Con Guang, Leo, Sala y Emil- o simplemente como aviso de que si seguían ahí iba a despedazarlos fuera como fuera.

—Váyanse ahora, lo están molestando—dijo Yuuri intentando hacer retroceder al canadiense, aunque este tan solo devolvió el triple de fuerte el débil empujón que Yuuri había hecho, tumbando al japonés al suelo.

—Una lagartija gigante no—antes de siquiera darse cuenta había esquivado por pura suerte el aliento de fuego que Viktor había disparado en su dirección. Nadie iba a tratar mal a su Omega en su presencia, fuera quien fuera. Se acercó más pretendiendo romperle con su hocico y jugar con su cabeza un rato.

—CALMATE—se detuvo y vio hacia abajo, Yuuri se había levantado sin los lentes puestos -pues se le cayeron por el empujón-. Viktor respiraba agitado por la ira que tenía encima— ¿¡Que esperan que no se van!?—Casi como una orden salieron corriendo—Viktor...—el nombrado abrió de nuevo sus fauces, esta vez con aliento gélido y congelando la entrada por completo. Tomo a Yuuri de forma no tan delicada y le llevó hasta la pequeña cueva, comenzando a disminuir su tamaño al estar dentro de esta.

— ¡¿PORQUÉ TE METISTE EN MEDIO?! ¡CASI LO MATO A EL Y A ESOS... ESOS... DESECHO DE VIDA Y SALUD! —tan enfadado estaba que ni siquiera había cambiado por completo, quedando con la piel plateada y corrugada, uno que otro cuerno pequeño y garras afiladas

—No los puedes matar...

— ¡Él te empujo! ¿¡Como pretendes que mantenga tu honor como Omega di no me dejas defenderte!?

—Yo no tengo eso, tampoco soy un Omega Viktor... No los puedes matar por qué está mal ¿sí? Seas quien seas las muertes no se perdonan

—Eres un Omega, MI omega—recalcó acercándose de forma bastante peligrosa y jalando la tela de la camisa que usaba en ese momento, dejando ver claramente la marca de su mordida en el cuello del japonés—Que no estés esperando a mi hijo no quiere decir nada—si había algo que le mosqueaba y confundía en partes iguales es que Yuuri no estaba esperando un hijo

Era básicamente imposible esto pero Viktor seguía impresionado de que Yuuri no estuviera en cinta, habían durado una hora con 20 minutos abrazados con el nudo dentro del menor pero… Aun así no pasó nada además del mal humor y malestar del de gafas. No dudaba que fuera omega, porqué la marca de mordida seguía ahí, quizás no lucía como cuando lo hizo pero quedaba perfectamente el contorno de sus dientes

—No se si no comprendes… Que no me pienso perdonar a ningún imbécil que—su explicación se cortó porque Yuuri se le aproximó y le dio un besito en los labios, uno muy suave que logró aplacar al Alfa

—No es importante ¿sí? Los he soportado por más de un año y lo haré por el tiempo que estén aquí… Mira. En este lugar aunque es para ayudar animales los sacrifican si hacen daño a los que le cuidan o vienen a verlos… Te han perdonado muchas cosas por ser… un Dragón pero si matas a más gente te van a sacrificar y-

—Las armas de aquí no me harán daño—arrugó el entrecejo algo ofendido

—Escúchame tú mí, no quiero que te hagan daño, estás aún lastimado, aún no puedes volar y si el ejército viene a intentar matarte lo van a hacer—su tono de preocupación era muy notorio. Viktor bufo algo inconforme, no sabía qué clase de armas se estaba imaginando Yuuri como para preocuparse, en su forma de dragón podía soportar fuego e incluso cuchillas por lo gruesa que era su piel—Solo… no lo hagas ¿si?

—Está bien…—resopló aún molesto, acercando a Yuuri de nuevo y rodeándolo con su ala izquierda—Pero quiero que practiques aquí

— ¿Aquí? Si congelas todo de nuevo no poder salir… como ahora—hizo una especie de puchero o mohín con la cara roja

—Solo será el suelo—insistió pegando su frente con la de Yuuri—Práctica aquí

Yuuri hizo una serie de morisquetas extrañado por lo raro que había sonado la voz de Viktor, aparte de estar afirmándole con la cabeza que practicaría ahí de ahora en adelante ¿Por qué lo hacía? Se suponía que no iba a estar todo el día ahí metido para evitar que le miraran raro o pensaran que Viktor era más que un animal fantástico

—Perfecto—sonrió satisfecho—Tu olor está más fuerte cada día… Me encanta como hueles—Yuuri dejó que Viktor le olfateara un poco el cuello, aunque el cabello largo del flequillo plateado le hacía cosquillas—Pero también tienes mi olor… Es adorable

—Huelo igual que siempre—jadeo con una extraña sensación en su cuerpo por tener al peli plata en esa zona

—Es cierto, pero tu aroma se vuelve más notorió para mí y quizás cualquier Alfa que lo sienta—suspiró jalando al japonés para que este terminara sentado en su regazo, pegando la oreja al pecho ajeno—Simplemente... Me encantas—su tono enamoradizo y lleno de cariño no hizo más que alegrar a Yuuri, quien enredó los dedos en el particular corte del peli plata

—Tú también me encantas... aunque estés gris —rió suavemente, escuchando los ligeros gorgoteos de Viktor disfrutando de la leve caricia en su cabello— ¿Por qué... te gusta verme patinar? Ni siquiera tengo talento—Viktor alzó la cara para verle

—Tienes más talento que cualquiera de ellos. Cuando patinas creas música y eso no es fácil de conseguir... Puedes hacer mucho más de lo que crees —afirmaba sonriéndole con Yuuri viéndole a los ojos—Podría mostrarte incluso como lo hago

— ¿Tu patinas?—preguntó impresionado y emocionado en partes iguales, a saber por qué exactamente pero hace un buen tiempo había dejado de importarle las razones a sus sensaciones o emociones... tan solo las sentía y por este simple paso podía estar más afín con Viktor

—Soy un Ledyanoy Drakon. La duda ofende—rió coqueto dando un suave beso al pecho de Yuuri

Era muy extraño ver a Viktor en esa forma escupiendo... "frío" o hielo para congelar el suelo. Al terminar y para casi desmayo de Yuuri la ropa que traía -que siempre consistía en un pantalón gris y una sudadera del mismo color – fue cambiando lentamente, casi como si fuera parte de su piel hasta finalizar en un hermoso traje en tonos rosados y morados. Viktor le tomo la mano para guiarle junto a él mientras se deslizaba por el hielo, no tenía patines, de hecho se deslizaba con sus pies como si nada

—Ahora mírame—dijo al momento de soltarle la mano y apartarse un poco

Sus movimientos eran elegantes y agraciados, tan solo bailando sobre el hielo, no quería creerse algo equivocado pero sentía como si Viktor se lo estuviera dedicando, esta sensación aumentó al momento en que el peli plata se le acercó y extendió las manos haciendo un extraño movimiento con ellos. Cabe destacar que aunque aún su ala no había terminado de sanar, la podía mover más fluidamente –algo contraproducente, pero Viktor es Viktor- por lo cual a sus movimientos las alzaba, volviendo el 'simple' acto algo mucho más espectacular. Al finalizar Yuuri le aplaudió

—Es fue… genial…—dijo impactado sin dejar de aplaudir. Viktor se acercó y le tomo la mano para guiarle de nuevo—N-no tengo los patines—intentó soltarse, iba a terminar cayéndose de forma estúpida

—No necesitas patines—rió divertido por lo que dijo—Solo déjame que te guíe

Se dejó llevar por el peli plata el cual parecía querer volver lo que harían hecho en un dueto. Intentaba dar de su parte pero la sensación de que se caería de boca al suelo por no tener los patines era más fuerte. Se aferró fuertemente a Viktor y este paro de moverse

— ¿Qué pasa?—preguntó curioso

—No es nada... Solo... Espera a que tenga los patines para hacerlo bien, así no tiene sentido

—A mí me gusta, tenerte tanto tiempo como pueda en contacto conmigo es simplemente algo... feliz para mí—le sonrió y Yuuri se puso colorado mirando a otro lado—Aunque debes estar cansado... Vamos a dormir

—Está bien

Para su asombro ahora el enorme cuerpo de Viktor estaba recubierto por escamas en los mismos tonos que la ropa que había usado, se permitió a sí mismo acariciarle completamente fascinado. Viktor quedó completamente enroscado sobre sí mismo mientras el japonés se acostaba en la pata delantera del dragón con el ala de este acobijándole. Era un poco raro dormir así, pero Viktor le había explicado que lo hacía así por no sentirse en confianza con su entorno, en cualquier momento podía entrar alguien a intentar matarlo y no se perdonaría que hirieran a su Omega en el proceso. Yuuri no se quejó, debía admitir que le encantaba esto pues a veces le recordaba a cuando recostaba la cabeza en la pancita de Vicchan

***

—Que... es esto

Comenzó a dudar frío, mirando sus manos desde todos los ángulos posibles y es que no había otra forma de decirlo... estaban de color negro, completa y absolutamente negras. Si no fuera por qué no quería tragarse el discurso de su madre por molestar a los huéspedes gritaría de pánico porque simplemente no es normal. Se las toco aun mirándolas incrédulo, era una especie de corrugado suave que le hacía recordar mucho en la "piel" de Viktor. Al llegar a este punto saltó de su cama para vestirse e ir a preguntarle al dragón qué coño le estaba pasando, tenía un dolor de cabeza bestial al igual que en la espalda pero ahora también se fijó en que sus pies estaban en la misma y oscura situación que sus manos

Iba más abrigado que nunca, esquivando a cualquier posible conocido que quisiera meterse en medio para lo que fuese, tenía su bolso con los patines dentro solo por disimulo además de que su celular y las llaves estaban ahí dentro también. El maratón de su vida de las aguas termales hasta la reserva, saludando vagamente a los que se le quedaron viendo extrañados, aún era muy temprano como para darle comida a los animales pero siendo Yuuri prefirieron no prestarle más atención de la usual y dejarlo ser. Apenas entró en el recinto cerró la puerta de portazo

— ¡Viktor!—chilló y se escuchó un golpe bastante fuerte para luego ver al dragón apresurado hasta donde estaba

— ¿Qué pasa? Alguien te...

—Mis manos... están negras—dijo quitándose los guantes y mostrándole. Viktor parpadeo un par de veces y olfateo un poco las manos del japonés—N-no me huelas y dime que me pasa—exclamó desesperado y asustado. Viktor comenzó a disminuir su tamaño hasta finalmente quedar como un humano "normal"

—No sabía que esto pasaba así...

— ¿¡Pasar que!? Qu-qué es lo que me pasa...

—Cálmate un poco. No es nada grave y no te vas a morir si es lo que te asusta—puso las manos en los hombros del alterado menor—Es solo un pequeño cambio

— ¿¡PERO PORQUÉ!?—Viktor entendía que estuviera alterado, siendo como era de hecho esperaba una reacción mucho peor

—Aquí nos pueden escuchar, vamos—le tomó de la mano y llevó hasta la pequeña cueva y tomó ambas manos entre las suyas, que eran un poco más ásperas y en un tono púrpura—Este cambio es como una segunda pubertad si lo quieres llamar así... Tu cuerpo está madurando de otra forma para ser compatible conmigo

— ¿¡Y COMO COÑO PASO ESO!?

—Cálmate, respira hondo—Yuuri le hizo caso, aún nervioso y alterado—Cuando nos apareamos sabes que intercambiamos muchos fluidos, saliva, semen, sangre, sudor... Incluso cuando te duermes encima mio estamos intercambiando muchos fluidos. Al estar todo esto en tu cuerpo hace muchos cambios, supongo que debí saber que por eso era el dolor, te duele el vientre por qué se está formando el útero, la cabeza por los cuernos y estar creando nuevas terminaciones nerviosas a las nuevas parte de tu cuerpo, asumo que te duele la espalda

—Mucho...

—De ahí saldrán alas y quizás dentro de poco te empiece a doler el coxis por la cola

—Como sabes todo eso...

—Me lo explicaron mis padres, las relaciones con humanos son normales entre nosotros a nivel social pero no ocurren demasiado—explicó, la cara de Yuuri se comenzó a poner roja y finalmente la palma del japonés impacto contra el rostro de Viktor—Yuuri…

— ¿¡Sabías que todo esto pasaría y no me dijiste nada!?—grito histérico—No me diste oportunidad a escoger siquiera...

—No es tan grave... —murmuró viendo a un lado

—POR SUPUESTO QUE LO ES. ME VAN A TENER COMO UNA PUTA RATA DE LABORATORIO SI ME VEN ASÍ Y SABRÁN QUE ES POR TU CULPA... NOS MATARAN A LOS DOS

—No te harán daño

—Y COMO SE SUPONE QUE VIVA ASÍ—alzó las manos para que Viktor las viera

— ¿Tanto... te arrepientes de ser mi Omega?—podía entender que Yuuri estaba hormonal, la cantidad de feromonas que estaba soltando era bestial y era bastante justificable su explosión pero no podía evitar sentirse herido

—No me arrepiento—hablo con voz quebrada—Te amo pero... Esto...

—Yuuri me dijo que me ama—le apretó entre sus brazos—Tranquilo, para cuando cambies a ser un dragón nos iremos de aquí

— ¡¿Dragón!?

—Creo que mejor te termino de explicar

Para resumir una conversación llena de interrupciones que finalizó en un desmayo por parte del pelinegro, una vez ya tuviera su cola y sus alas al 100% su cuerpo llegaría a la fase final, posiblemente la más dolorosa y larga, en la cual y como si su cuerpo fuera una especie de crisálida daría lugar a su forma completa, Viktor supondría que Yuuri sería un dragón nocturno, de hielo al igual que él o de cristal como mínimo, tendría que esperar aunque eso sí, Yuuri debía pasar mucho tiempo con él para ayudarle cuando el dolor se volviera insoportable por romper la carne sea la cola o las alas.

Yuuri temiendo que esto pasara casi se mudaba dentro del recinto, el dolor aumentaba y su espalda tenía un bulto horrible que apenas podía disimular con un suéter. Ya le habían molestado sobre esto, diciendo que estaba jorobado y que tenía un fetiche con el dragón -comentario cortesía de Isabella-. Pero esto le traía sin cuidado, aún con el dolor encima amaba patinar con Viktor por el simple gusto de hacerlo, mostrándole la coreografía completa de "Yuri on Ice", la cual por alguna razón conmovió al peli plata a más no poder. Entonces como de costumbre cuando tenía algo bueno pasándole en su vida... venía la desgracia.

Cayó al suelo de rodillas, Viktor llegó hasta el viéndole curioso hasta el momento que comenzó a gritar de sufrimiento abrazándose a sí mismo. El peli plata algo asustado se acunclilló a su lado, tomándole como puso para meterle en la cueva y hacerle apoyarse de la pared, queriendo dejar de escuchar los gritos de dolor de su Yuuri. Finalmente y como una liberación salieron el par de apéndices de la espalda del pelinegro que grito mucho más fuerte por esto

—Ya salieron... ya pasara...—murmuraba tomándolas entre sus manos, cuidando de no rasguñarle o tan siquiera rozarle con sus garras, estirando suavemente el ala derecha, la membrana estaba tan manchada de sangre que no podía distinguir el color, lo demás si era de un profundo color negro, repitió este proceso con el ala izquierda

—No siento... la espalda...—balbuceo al borde del desmayo por el dolor. Viktor le dio un beso en la frente llena de sudor

—Tu cuerpo es más frágil por ser el de un humano... y más aún por ser Omega, el dolor pasara—dijo suavemente—Ahora solo aguanta un poco lo que haré—pidió al momento en que su piel tomaba el tono púrpura por ser una especie de cambio incompleto.

Comenzó a pasar la lengua por toda la blanca espalda, quitando las enormes manchas de sangre que corresponden al tamaño de heridas, podían medir 60 cm de largo fácilmente, con lo alargadas que se veían el par de alas no le sorprendería . Yuuri sollozaba pasito por el ardor, sus alas moviéndose mínimamente pues seguramente no tenía ni idea de cómo moverlas tan siquiera

—como se supone que las esconda... Son enormes—preguntó queriendo enfocarse en algo que no fuera el dolor

—Ya veremos cómo lo harás... es una lástima que la cola no saliera de una vez—se limpió los labios con la mano—Tenía la esperanza de que fuera todo al mismo tiempo... así pronto cambiarías y nos iríamos antes

—Yo no sé... Como se supone... que me vaya contigo a un sitio que no conozco...

— ¿Y en verdad conoces a alguien aquí?—Yuuri se quedó pensando en esta pregunta, ignorando en la medida de lo posible el terrible ardor que producía tener su carne abierta. —La sangre no te da miedo...

—He estado aquí desde pequeño, ver como algunos veterinarios los mordían leonés o algún otro, a uno le arrancaron una mano... Desde siempre he estado ayudando con los animales, este lugar es muy raro, cuidan animales pero no dudan en tratarlos mal o simplemente sacrificarlos al más mínimo intento de defenderse por miedo

—Es lo que te dije, un corazón oscuro en destructivo para todos...

—Pero no entiendo por qué hacerle daño a una criatura que está lastimada y asustada... Es tan... Inhumano—ya no tenía ni idea de cómo ver a la humanidad, evidentemente no todos eran malos pero el porcentaje era tan alto. La palabra "humano" era tan... difícil de definir desde un punto de vista menos científico y más filosófico

—Antes no eran así—sabía que la conversación distraía al Omega del dolor, aparte le gustaba mucho que Yuuri expresara sus dudas y le permitiera responder en cuanto pudiera—Creo que te lo mencioné antes... Todos podemos coexistir en un mismo entorno pero... Los malos instintos predominaron por sobre el buen juicio, no en todos y por eso es que hay gente como tú—sonrió débilmente acariciando con delicadeza la piel que se mantenía sin heridas—Que aún hayan seres además de ellos es prueba, cada ser vivo que puedas pensar aún tiene esperanza en que la humanidad va a cambiar para mejor

—Ya...

— ¿Puedes moverte?

—No quiero... duele mucho

—Lo sé—dio un beso superficial y suave en la nuca del japonés—Hay una manera en la que dolerá menos. Voy a acostarte en el suelo, estate calmado...—Advirtió tomándole de la manera más delicada que pudiera, dejándole acostado de lado. Se sentó en el suelo quedando a la vista del agotado japonés, con su propia mano y poniendo morisquetas iba arrancando una a una las escamas de su mano y dejándolas en una pequeña pila a su lado

—Te haces daño... No sigas... Se pasara el dolor si duermo—arrastraba las palabras, aun viendo estrellas por la terrible sensación de que aún su piel se seguía rompiendo

—Vale la pena, no dejaras de resentirlo a menos que haga algo—dijó con suma convicción pasando la lengua por donde no tenía escamas y sangraba de forma abundante —Si pongo de estás en la herida cerrara más rápido —explicó tomando el montón de escamas moradas y poniéndose tras Yuuri, colocando una a una sobre la herida, quedaban pegadas casi de inmediato—En algún punto tu piel las absorberá y ya ni se notaran

— ¿Que tan larga es? —preguntó girando un poco la cabeza, sintiendo los párpados pesados

—Debería dormir, estás cansado—le sugirió concentrado en lo suyo

—Pero…

Duerme—siendo sincero no le gustaba usar su voz de mando en Yuuri, ni siquiera en algún otro Omega, el obligar a hacer algo lo encontraba como una falta de respeto a la voluntad de la otra persona pero con lo agotado que debía estar el otro se saltaría su pequeña regla moral

Yuuri efectivamente comenzó a dormitar hasta quedar dormido, haciéndose un pequeño ovillo y jadeando en sueños cada toque del peli plata en su piel para poner las escamas. Al concluir vio con orgullo como ya no se podía ver la piel rota y sangrante. Dio un pequeño beso a la zona y con su lengua comenzó a limpiar la zona de la membrana, quería ver qué color sería, tenía claro que aún les faltaba crecer pero la curiosidad le estaba matando

.

—S-son pesadas—se quejó Yuuri ya de pie pero apoyándose en Viktor para poner estarlo

—Debes acostumbrarte, son parte de ti ahora—le sonrió de forma tonta, Yuuri a veces lo veía como una especie de corazón extraño cuando hacia esa sonrisa, a saber por qué—Además debo enseñarte a que las escondas

— ¿Puedo hacer que vuelvas o mi espalda o qué? —preguntó esperanzado y Viktor le negó con la cabeza, Yuuri hizo un puchero

—Debes mantenerlas muy pegadas a tu cuerpo, aun así se verá un tanto raro pero puedes excusarte de que es la ropa… Sin embargo, primero lo primero, estirarlas, mira que quitar el montón de sangre que no fue fácil y aún así no pude notar de qué color son

—Pe-pero como las estiro…—preguntó nervioso, apenas moviéndolas pero no teniendo muy en claro cómo hacerlo, era como volver a ser un bebé y aprender a caminar o algo así, se sentía un poco inútil pues estando con Viktor parecía no saber nada en comparación con el peli plata

—Hagamos algo… Mueve las manos… Mueve los brazos…—a medida que hablaba Yuuri le hacía caso—Las manos, los brazos, las piernas, las alas, las manos, las alas, las alas… Taran~

— ¡Viktor! —se puso colorado por la estupidez que le había hecho hacer.

—Así me enseñaron a mí y mira el lado bueno, las puedes mover—se carcajeaba sintiendo la mirada taladrante del omega en su persona—En fin, estiralas.

—Duele un poco…

—Estaban apretujadas dentro de ti, es normal que las sientas entumidas.

Yuuri finalmente las estiro de par en par, lo que vendría siendo la zona del húmero y el resto era completamente negro con cierto brillo debido a la luz que se le reflejaba, el resto de la membrana era del mismo tono sin embargo tenía una especie de escarcha azul, Viktor parecía más emocionado que el propio Yuuri que miraba asombrado las nuevas extremidades de su cuerpo.

—Parecen el cielo invernal… Quedan tan bien contigo—gorgoteo abrazándolo, Yuuri al devolverlo sin querer lo hizo también con sus alas—Esto es tan adorable—dio un pequeño beso a la mejilla roja de Yuuri que solo enterró la cara en el pecho de Viktor.

Había pasado la noche ahí, aunque muchos tenía la duda nadie se atrevió a entrar a preguntar por qué iba a quedarse a dormir ahí dentro, no eran tan suicidas al menos. Por su lado, en lugar de dormir aun resintiendo enormemente las heridas de su espalda y un dolor de cabeza horrible estaba patinando con Viktor, simplemente danzaban uno junto al otro reflejando sus sentimientos y emociones más puras e íntimas en movimientos sobre la resbalosa superficie, reflejando lo que sentían el uno por el otro, aquello que no sabían expresar en palabras que sobraban para ellos dos.

Aún con la torpeza propia de apenas estar aprendiendo además de la segura existencia de molestia, Viktor no podía evitar pensar en lo hermosa que era la figura de Yuuri patinando, como le gustaba el solo hecho de hacerlo y que no lo practicara por el simple hecho de querer ganar una medalla como había dejado ver en una primera instancia el japonés al hablar de competencias.

Por su parte Yuuri veía a Viktor como la representación de la elegancia, cada movimiento, salto o vuelta era tan perfecta que sólo en él lo había visto. Jean no cometía errores pero su presentación siempre le parecía carente de sentimientos… Viktor le daría una paliza si compitiera… Pero qué más daba, no vería a Jean más nunca, ni a él, ni a Isabella, Emil, Sala… a ninguno y no le entristecía en lo más mínimo, muchísimo menos el que más nunca estaría junto a su madre, padre o a Mari… Dejarlos atrás valdría la pena por estar junto a Viktor en un lugar donde no estaría solo y su tristeza se esfumaría

Momentos que quisieran que duraran para siempre terminaba inevitablemente, pasando uno cerca del otro hasta finalizar con Viktor tomando delicadamente a Yuuri por la cintura y espalda, dejándole inclinado e inclinándose hacia el que le sonreía amorosamente. Yuuri le tomó del rostro empezando un beso casto y lleno de cariño como jamás había hecho o sentido hacia otra persona. Al separarse rieron juntando sus frentes, tan solo ensimismados en su momento único e imposible de arruinar

***

Apretaba los puños nervioso esperando a que su madre llegara, le había mandado a llamar en la oficina de la reserva, peor augurio no podía existir, solo le había llamado ahí para cuando le informaba del sacrificio de un animal –siendo en su mayoría animales grandes como caballos, orcas, focas y leones-. No quería ni siquiera sentarse, estaba tan nervioso que se apretaba a sí mismo todo el cuerpo con sus alas casi uniéndose a todo su abdomen y espalda, aunque su rostro pálido le hacía ver un poco extraño

— ¡Oh Yuuri! —exclamó su madre al entrar y verle ahí esperando—No pensé que llegarías antes que yo—rió nerviosa, Yuuri veía una especie de mancha en su pecho, parpadeo repetidamente pensando que era otra cosa pero eso seguía ahí

—Estaba un poco nervioso… ¿Qué es lo que me quieres decir? —preguntó directamente, se estaba empezando a sentir mal, más que todo por el dolor de cabeza que no hacía más que aumentar

—Es sobre el dragón…

—Viktor, se llama Viktor—corrigió, no tenía idea de cuántas veces había dicho que tenía nombre

—Lo vendimos

— ¡¿QUÉ HICIERON QUÉ!? —su grito no fue normal, mirando entre asustado e impactado a su madre, la puerta de la oficina se abrió de nueva cuenta dejando entrar a tres personas más— ¿¡A QUIÉN!?

—Pues a mí ¿Quién más Katsuki? —Miro de forma recelosa a Jean que sonreía pedante—Un regalo de cumpleaños de mi padre, muy espectacular ¿A que si?

—Sería hermoso tener toda piel… Ya me imagino en un bolso, zapatos, blusas… podría hacerme un armario entero—festejaba Isabella sonriente

—Nosotros nos encargaremos de la parte de la piel, no se preocupe—aseguraba su padre asintiendo y frotándose las manos

—No pueden estar hablando enserio…—dijo aún aturdido para semejante noticia—Vender a Viktor… EL SOLO HECHO DE PENSARLO ES ESTÚPIDO

—Necesitamos el dinero Yuuri, no hay como negarlo—se excusaba su madre

— ¿Qué lo necesitan? —se sentía tan ridículamente ajeno a la familia en que creció que ya no podía siquiera incluirse—ustedes apenas están aquí, yo sí he visto todo el dinero que da el estado para mantener animales que ni siquiera están cuidando bien, porqué está todo acumulado en lugar de gastarlo para mejores cuidadores—se quejaba algo afectado por la migraña

—Que tanto importan un montón de bichos enfermos, si se mueren se murieron, qué más da—le restó importancia la chica viendo sus uñas y luego a Yuuri—¿Por qué tanto interés por mi nuevo bolso de piel? ¿Te gusta ese rollo, cerdito? —habló con mala intención

—Prefiero seres vivos honestos y que no me apuñalan por la espalda, gracias… Tanto que me da pena llamarte como la perra y zorra que eres

—¡Yuuri! —regañó su madre

—Mamá por dios… se supone que esperábamos a que sanara, no a venderlo al mejor postor

—Usa la cabeza Yuuri… ¿Qué iba a pasar cuando sanará? No lo íbamos a soltar, era obvio que iba a terminar de la misma manera. Además… ¿Qué provechos esperabas que sacáramos de él y de ti?

—¿De mí?

—No has hecho nada con tu vida más que ayudarnos a mantener vivo a ese animal

—Puedo mantenerme solo si quiero, volvía como un pobre iluso y ya estoy harto de la estupidez de to- gahnf…—se tapó la boca de repente

—Se mordió la lengua, pobrecito

—¿Yuuri? —preguntó su padre al verlo algo encorvado

No les respondió nada y salió corriendo del lugar, sin localizar por completo de donde provenía exactamente su dolor, si de la cabeza o la zona del coxis, llegando de milagro al recinto y cerrando con seguro desde dentro para luego dejarse caer gritando tan fuerte como el día anterior

—¿¡Qué te pasa!? —preguntó Viktor tomándole y cargándole hasta la pequeña cueva y no se escucharan tanto los gritos y jadeos del japonés. Nuevamente no tuvo ni oportunidad de responder, solo gritando hasta el punto de querer romperse las cuerdas vocales apretando a Viktor que casi se cae por el jalón, cayendo desmayado de un segundo a otro, resultaba un poco cómica toda la secuencia

Viktor pasó una mano por la parte de la espalda baja, sintiendo que ahora había algo saliendo de ahí y ver su mano llena de sangre. Miro a todos lados un poco frustrado, si tan solo no tuviera que ocultar su transformación, era imposible que no le fueran a ver raro por tener el cabello plateado si salía a buscar unas vendas

Acostó a Yuuri en el piso, notándolo sudado y respirando muy lento, debió suponer que el cambio tampoco se tomaría tanto tiempo, si tenía mucha suerte seria mañana al paso que iban, tomando en cuenta de lo mucho que Yuuri se estaba quejando del dolor de cabeza –que vendrían a ser los cuernos-

Comenzó a arrancar una a una escamas de su mano contraria al día anterior, no pensaba permitir que Yuuri se fuera a sentir mal por el dolor o pérdida de sangre si podía impedirlo, sus escamas volverían a crecer y el dolor era mínimo

—Tienes que irte…

No se habían dicho nada desde que Yuuri despertó, solo unos 20 minutos de silencio sepulcral entre ambos frente a un pequeño fuego que Viktor hizo, eso hasta que finalmente Yuuri hablo, recostado del enorme dragón

—¿Irme a dónde? —pregunto un poco aturdido de aquella primeras palabras después del desmayo, la cola de Yuuri se movía de vez en cuando, como si el pelinegro estuviera intentando hacerlo sin necesidad de aquella estupidez de Viktor

—Sé que tu ala está curada, ya puedes volar, te vi ayer en la noche—Viktor miro a otro lado—Tienes que irte de aquí

—Aun no terminas de-

—No importa, te tienes que ir… Mi familia te vendió a Jean y él…

—Ellos no podrían herirme, sus armas no podrán hacerme daño—pasó su hocico por la mejilla de Yuuri que se apartó y le miró con el ceño fruncido

—¿¡Y qué pasa si traen algo más!? Ya me las arreglaré de alguna manera pero debes irte de aquí antes de que ellos intenten asesinarte para volverte un montón de ropa o bolsos bonitos

—No puedo abandonarte, dejarte aquí es sentenciar tu muerte también

—Eso que va a importar… Me importa que puedas volver de donde viniste, tienes amigos, familia… No lo sé, pero tienes una vida—intentaba convencerlo de forma desesperada

—Que quiero compartir contigo—le cortó y Yuuri apretó los labios—Eres mi Omega, yo soy tu Alfa… Si uno muere el otro también y fin de la discusión. Estaré aquí hasta que cambies y podamos irnos los dos juntos… ¿Por qué quieres irte conmigo, cierto? —la negativa era casi imposible pero la duda siempre existía por desgracia, Yuuri dio un beso en la punta del enorme hocico

—Por supuesto que quiero ir contigo… Pero qué pasa si mañana…

—Tú déjamelo a mí… Duerme un poco más—cerró los ojos relajándose hasta quedar dormido casi sin darse cuenta. Viktor suspiro y quedó mirando fijamente la puerta nada iba a pasar y de eso se aseguraría

***

—¿Qué estás haciendo?

—Nada nada—negó nervioso y sonriendo de la misma manera, escondiendo tras de sí y metiéndolo bajo su ropa un montón de cartuchos de pistolas de diferente calibre

—Ya… Hoy vendrán para sacrificar al dragón—aviso su madre—Esperemos que lo puedas calmar antes de que lleguen... ya sabes…

—Pues… no sé si va a estar calmado si los ve con pistolas—sonrió sarcástico tomando más cartuchos de forma silenciosa con la cola, le era más fácil manipular su cola que sus alas, que cosa más rara pero no era momento para eso

—Para algo estarás tú. No te lo tomes tan a pecho Yuuri, solo es un animal más, como Vicchan

—Como sea—dijo indiferente empezando a caminar lo más apuradamente disimulado que se pudiera. Por desgracia lo más lejano del recinto de Viktor era precisamente la armería, por lo cual su maratón se veía interrumpido a cada rato por gente que le repetía una y otra vez que esperaban que calmara al animal, muchos de ellos militares a juzgar por su vestimenta. Al llegar cerró la puerta y se sacó la chaqueta con el montón de cartuchos de diferentes armas—Allá afuera está repleto de militares

—No entiendo que son esas cosas que sigues trayendo, solo debemos romper el techo e irnos volando—dijo Viktor tomando unas balas en las manos—me recuerdan a los dientes de alguien que conozco…—comento soplando la montaña de balas y congelandolas, dejándolas inservibles

—Son balas Viktor, entre menos tengan mientras vuelas mejor—se limitó a decir—Deje casi vacío cada cajón… Debería ser suficiente para-

—KATSUKI YUURI—brinco del susto al escuchar aquel grito y el corazón literalmente se le paró al ver a un montón de militares entrando armados, por atrás logró distinguir vagamente a su madre, Jean e Isabella

—Pero y el dragón donde esta…—balbuceo Jean caminado hacia delante, Viktor comenzó a gruñirle, con su piel poniéndose morada—Qu-que—tartamudeo dando un par de pasos atrás al ver como lentamente Viktor comenzaba a cambiar

—Ahora no tengo porque pararme para matarte—sonrió mostrando sus colmillos. Jalando a Yuuri y poniéndolo detrás suya hasta tomar su forma draconiana y rugirle a todos

—N-NO DIJERON QUE PODÍA HACER ESO—quisquillo uno de los militares asustado y apuntando a Viktor, queriendo salir huyendo

—¡Viktor solo-! ¡Gughj…! Vik... Viktor..

—¿Yuuri? —volteo a verlo

—¡DISPAREN DE UNA VEZ! —grito Jean y antes de que una sola bala les golpeara Viktor empezó a escupir hielo formando una gruesa cúpula a su alrededor y de Yuuri

—Gaaah! Uhmp….—de su cabeza comenzaron a salir un par de cuernos, llenos de sangre pero se notaban de un color ligeramente fucsia y traslúcido, la ropa se le comenzaba a romper y los lentes se le cayeron

—Porque tenía que ser justo ahora… No te puedo llevar en mi lomo si eres de mi tamaño—miraba todos lados desesperado, no podía interrumpirlo o irse con él así, necesitaba como mínimo estar en tierra firme para no morir. Una explosión le asusto y miro en dirección a esa parte, el hielo se había cuarteado mínimamente—Yuuri apúrate un poco

—N-no … pue-due-…le…—balbuceaba sin sentido con la piel poniéndose completamente negra, sus ojos con la pupila contraída en una franja. Sus alas estaban creciendo, volviéndose cada vez más largas al igual que su cola, múltiples de cuernos iguales a los que ocupaban su cabeza comenzaban a salir en su cola y espalda que dejó de lucir como la de un humano y pareciendo cada vez más un lomo

Poco a poco tomaba un tamaño que parecía intentar llegar a ser el mismo que el de Viktor, en su cara salió hocico y colmillos, algunos pequeños cuernos de color negro, sus manos cambiando a ser patas igual que sus pies con largas garras. Finalmente rugió tan fuerte como pudo, causando millones de grietas en el hielo que les rodeaba, miro a Viktor jadeando, echado en el suelo agotado

—Eres precioso—gorgoteo pegando su cabeza a la de Yuuri que gorgoteo en respuesta moviendo la cabeza de la misma manera, no era tan grande como Viktor, quizá metros menos alto y posiblemente un poco más corto—Me encantas

—Ya me lo has dicho… por favor no lo vuelvas a decir—pidió avergonzado, una explosión les sacó de su momento, miraron en la misma dirección

—¿Sabes cambiar?

—No

—Perfecto—dijo sarcástico—Súbete a mi lomo, no te sueltes de mi

—Pero cómo vas a volar así—otra explosión resonó, el hielo ya se estaba rompiendo—Tal vez si pueda

—No lo—el hielo terminó de romperse dejándolos completamente a la vista

—Yuu-Yuuri…—la mujer se tapó la boca viendo al negro animal, anda que al menos habían sacado la conclusión rápido

—Solo sigan disparando, qué importa si hay o no otro—ordenó Jean

Viktor tan solo camino como si nada pisando a varios como si tan solo fueran hormigas que no le molestaban en lo más mínimo. Tomo a Jean entre su hocico mientras este gritaba—No tienes ni idea de lo feliz que soy haciendo esto—y cerro la boca con toda su fuerza y haciendo caer parte del cuerpo del canadiense al piso, el grito de Isabella le iba a dejar sordo por lo agudo que era, Yuuri retrocedió un poco espantado a decir verdad, podía ver la sangre y cuerpos mutilados pero ver como lo hacían le era entre nuevo y espeluznante. Algo le estaba haciendo una especie de molestia, como cuando pica un mosquito, al bajar la vista noto a los militares con armas de bajo calibre

Comenzó a mover las alas, tenía que ser un instinto ahora el volar ¿Qué no? Al alzarse un poco algo impactó en contra suya que le hizo rugir de dolor, Viktor volteo a ver que paso, notando a un humano con un arma muchísimo más grande y extraña que las demás, comenzó a escupir fuego para matarlos a todos y cerrar la entrada al mismo tiempo, una especie de fulgor paso en frente suyo y una explosión dio de lleno contra un enorme pilar de cristal que había en frente suya. Miro a Yuuri que estaba igual de impresionado

Aunque le costó logró congelar de forma exagerada toda la entrada y a los que ahí estaban, posiblemente a la mujer chillona y si lo hizo se daba por satisfecho al 100%. Acercándose a Yuuri para ver si estaba herido, encontrando apenas unos rasguños superficiales. El "nocturno" le asintió dando a entender que no pasaba nada, Viktor comenzó a elevarse y voló hasta el techo, rompiéndolo de una sola embestida contra él. Yuuri comenzó a elevarse poco a poco

—¡Yuuri! —volteo a ver quién le llamó, su madre estaba entre el hielo y cristal roto del suelo. Sinceramente se hubiera despedido de no ser porque la vio empezar a buscar un arma para dispararle. Miro hacia arriba y lo más rápido que en su torpe volar podía llegó hasta Viktor que le esperaba, al estar ambos a la misma altura el dragón morado comenzó a guiarle

Porque él ya simplemente no pertenecía a ese lugar en lo más mínimo por más tiempo que ahí había estado

Notas finales:

Dentro de un rato subire una especie de extra que terminaria de concluir esto, no queria que quedara tan largo pero lo demás es necesario :v creanme *Lemon alert* uwu avisadas estan


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