Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

22. Yoochun (02) por dayanstyle

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

....

Changmin estaba sentado en su oficina, tamborileando con los dedos sobre su escritorio, pensando en esta mañana. Nunca en su vida había tenido relaciones sexuales con dos hombres, y si estuviera siendo honesto, fueron las mejores del mundo.

 

Una sonrisa se rompió en su cara al pensar en cómo Junsu se convirtió en un charlatán cuando se trataba de sexo. Si tan sólo hubiera sabido. Changmin no habría esperado por tanto tiempo para acercarse a él.

 

Sí, claro, aún así habrías tenido demasiado miedo de acercarte a él.

 

Changmin recogió su taza de café, tomando un sorbo lento al pensar en Yoochun. Fue una presencia tan poderosa que Changmin no sabía qué pensar cuando él estaba cerca.

 

Su valentía propia le había sorprendido ese día en la calle, pero anoche no regresó.

 

Él dejó la taza y se inclinó hacia atrás, cruzando los dedos detrás de la cabeza. Ahora que estaban unidas sus parejas, ¿cuál era su siguiente movimiento? No estaba seguro de nada en este momento.

 

Los pensamientos de Changmin cambiaron de rumbo, pensando en la última noche. ¿Cuáles eran los planes de Hank y Dong Gun, y quién estaba en ese camión?

 

Era obvio que el informante le había dado la  información exacta, pero ahora tenía que averiguar sus planes.

 

¿Cómo hacer eso? Changmin estaba seguro de que Yoochun fue a su casa y le dijo a Changjo lo que había sucedido. Por lo menos el Alfa estaba en alerta. Pero no estaba en él quedarse de brazos cruzados, mientras la desaparición del Alpha se estaba planeando.

 

Changmin podía ir a la tienda de Dong Gun y tratar de asustarlo, pero de alguna manera dudaba que Dong Gun pudiera ser intimidado. Él podría detener a los dos, pero eso aún no le daría las respuestas que necesitaba.

 

Changmin se dejó caer en la silla hacia delante cuando el teléfono de la oficina sonó. Lo levantó y respondió: —Sheriff Shin.

 

—Yo sé que estabas en mi casa la pasada noche. Sólo te estoy advirtiendo. Mantente alejado. Cruzaste el límite de la línea.

 

—Huh. —Changmin colgó, mirando el teléfono. Amenazándolo sólo lo hizo más decidido a averiguar lo que estaba pasando. Se apartó de la mesa y buscó a su ayudante.

 

Junsu estaba sentado en su escritorio bostezando, sujetando una  taza  de café negro. Changmin sonrió. Parecía que el conductor perdió su vapor. Aún no podía creer la forma en que Junsu había actuado antes. Tal vez el sexo sea la clave para permitir el verdadero avance libre de Junsu. Si lo fuera, Changmin estaba a favor de dejar que el demonio del sexo saliera tanto como fuera posible.

 

—Acabo de recibir una llamada de Hank. Junsu se animó enseguida. —¿Qué dijo?

—Me advirtieron que dejara de husmear. —Changmin se sentó en el borde de la mesa de Junsu, recordando cómo su  sexy pareja parecía montar en él.

 

Junsu hizo una mueca y se veía francamente mal. —Estás pensando en esta mañana. ¿Qué puedo decir? —Señaló con el dedo hacia arriba a Changmin.

 

Changmin se puso de pie, mirando a su alrededor para ver si alguien estaba al alcance del oído. —Yo estaba pensando en Hank.

 

Eww, estoy hablando de Yoochun en ti. —Junsu sacudió con la cabeza  y su cara se agrió.

—Sabelotodo, ya sabes lo que quiero decir. —Changmin caminó hacia la cafetera y se sirvió otro vaso de plástico lleno de mugre.

 

Tenía que darle la espalda a Junsu o su pareja vería el evidente sonrojo que arrastraba  su piel clara.

—La parte de atrás de tu cuello esta roja. —Junsu rió.

 

Changmin casi podía sentir la comezón de sus encías y sus caninos tratando de salir. Se concentró en Hank, el efecto fue casi inmediato.

 

Con su libido bajo control y su mente de nuevo en el asunto, Changmin se volvió y regresó a su oficina.

 

 

Junsu observó a Changmin alejarse. ¿Lo lamentaba esta mañana? Él no tenía la intención de ser tan, tan entusiasta, pero la emoción de por fin estar con Changmin y la oportunidad de estar con Yoochun le había amplificado hasta el punto de que su amortiguador entre el cerebro y la boca tenía un cortocircuito.

 

Pero no era su culpa. Por lo menos, debería haber demostrado a Changmin lo mucho que lo sentía por el hombre. Junsu bajó la cabeza a la mesa, frotándose la frente hacia adelante y atrás.

 

Saltó cuando su teléfono vibró. Tirando de su clip, se quedó mirando fijo el icono diciéndole que tenía un nuevo mensaje de texto.

 

Junsu lo abrió, y su mano empezó a temblar. ¿Por qué ese hijo de puta  no le dejaba en paz? Lo cerró y lo metió en su lugar. Mirando a su alrededor, Junsu se deslizó de su silla y se dirigió hacia la puerta.

 

Cuando llegó afuera, examinó su entorno y luego corrió a su GTO, lo único que realmente le pertenecía y amaba. La casa era de alquiler, ya que él no podía permitirse el lujo de comprar cualquier cosa.

 

Condujo por la Ruta 22, con el corazón acelerado y sus manos sudorosas. Él cambió de marcha y presionó el acelerador. Su teléfono vibró en la cadera, pero Junsu lo ignoró.

 

El aire dejó sus pulmones cuando vio el letrero que decía: Ahora estas saliendo de Pride PackValley. Él no quería ir, pero no podía dejar que lo encontraran tampoco.

 

¿Cómo diablos lo había encontrado Satoshi? Junsu había sido muy cuidadoso en esta ocasión. No utilizaba ninguna tarjeta de crédito, pagó en efectivo por todo, y alquiló la casa con un nombre diferente.

 

Demonios, incluso solicitó para el trabajo de ayudante con un nombre diferente, con un número del seguro social diferente.

 

Junsu dio un frenazo, el coche coleando y perdiendo el control cuando vio a los lobos en el camino. Se sentó allí con el motor en marcha, mirándoles fijamente y mirándole a él.

 

¿Era uno de ellos Changmin o Yoochun? No podría ser Changmin, él no era así de rápido. Junsu dio la vuelta al auto y comenzó a retroceder en dirección contraria cuando los lobos sacaron sus hocicos y mostraron sus dientes contra él.

 

O bien era una advertencia de la manada de que no abandonara o eran los vagabundos que le advertían que no se fuera. Él no iba a tener la oportunidad de abrirse paso a través de ellos y luego descubrir más tarde que era la manada de Changjo.

 

Sin otra opción,  condujo de vuelta hacia la ciudad.

 

Junsu llevó su coche detrás de Jungkook y lo aparcó fuera de la vista. Miró su teléfono para ver que tenía dos llamadas perdidas. Cuando lo abrió, vio que las dos llamadas eran de Changmin. Junsu lo cerró y lo tiró en el asiento, apoyando la frente en el volante.

 

¿Qué demonios iba a hacer?

 

Tenía que haber una manera de salir de esto. No había manera de que el resultado final fuera su muerte. Junsu se frotó la cara y luego se sentó. Miró a los contenedores, rezando porque el gran contenedor azul le diera una respuesta.

 

Cuando habían pasado veinte minutos y la cosa no apoquinaba una respuesta, Junsu subió y entró por la puerta trasera de Jungkook.

 

Se sentó en un reservado del fondo, tratando de no llamar la atención ya que los clientes iban y venían. Junsu miró a todos ellos.

 

—¿Qué le sirvo? —Preguntó la camarera mientras sacaba su libreta de pedidos.

 

En realidad, no tenía hambre, pero la gente parecía mirarlo si él se sentaba aquí con una mesa vacía frente a él.

 

—Una ensalada con vinagreta roja.

 

Ella asintió y se fue, Junsu escaneó la multitud en el almuerzo, una vez más. Tal vez debería mantenerse alejado de su casa, su trabajo, y Junsu no podía ni siquiera pensar en lo último. El vínculo que sentía hacia los dos hombres, lo rompió cuando pensó en dejarles atrás, pero ¿qué otra opción tenía?

 

Junsu se echó hacia atrás cuando la camarera trajo la comida, diciéndole que sólo quería un agua con hielo. Cuando había comido la mitad de su ensalada, sus ojos empezaron a doler de tanto moverse alrededor. El lugar estaba en su apogeo por el almuerzo, y no había demasiada gente que mirar.

 

Él golpeó el tenedor por accidente. Resonó en todo el lugar hasta que golpeó el asiento de la cabina y terminó en el suelo debajo de la mesa. Junsu lo alcanzó debajo, pateando el pie hacia fuera, hasta que pudo engancharlo bajo su bota, y luego lo deslizó de nuevo a su lado. Ahora necesitaría limpiarlo.

 

—A la mierda. —Él golpeó la cabeza debajo de la mesa cuando trató de incorporarse. Frotándose la cabeza, tiró el tenedor a un lado y se volvió, sacándole de sus casillas. Ricky y Rockhyun se quedaron al lado de su mesa.

 

—Hola, ayudante Kim. —Rockhyun alargó su título y apellido. El pelo en la parte posterior de su cuello se levantó con el tono de Rockhyun.

 

—Mucha gente está buscándote, —agregó Ricky.

 

Junsu salió disparado de la cabina. Satoshi había llegado a ellos. ¿Les habían sobornado para traicionarlo? Junsu se salió por la cocina y fuera de la puerta de tela metálica hacia el estacionamiento de atrás. Se lanzó por su GTO y se metió en el asiento del conductor.

 

¿Dónde demonios estaban las llaves? Las había dejado en el encendido, pero ahora ya no estaban.

 

Se estiró hacia atrás, acariciando con sus manos sus bolsillos y luego metió una mano bajo su culo, comprobando el asiento debajo de él. Junsu se bajó y se agachó, rozando su mano bajo el asiento.

 

—¿En busca de estas?

 

Junsu se asustó, golpeando el brazo en la puerta del coche. —Joder. —Él acunó su brazo.

 

Yoochun estaba allí de pie, con las llaves de Junsu colgando en su dedo índice.

Junsu callado, sabiendo que si él las agarraba, Yoochun las sacaría fuera de su alcance.

 

—¿Adónde vas con tanta prisa? —Preguntó Yoochun, dando un paso más cerca,  sus  ojos  entrecerrados  en  Junsu—.  ¿Te  vas sin decir adiós?

 

Junsu miró sus llaves, flexionando su brazo para levantarse y agarrarlas. Sus ojos sacudieron la puerta de tela metálica cuando Changmin la abrió, moviendo la cabeza.

 

—Por favor, —Junsu rogó . Él extendió la mano fuera, pero Yoochun no la llenó con su medio de escape.

 

Yoochun se trasladó rápidamente, tirando a Junsu en sus brazos. —Dime lo que está pasando.

 

Changmin presionó en su espalda, sus manos subiendo y bajando por los lados de Junsu. —Tengo que salir de la vista, por favor.

 

Yoochun asintió con la cabeza, subiendo en el asiento del conductor cuando Changmin lo recogió en el lado del pasajero. —Quiero una explicación.

 

—Te lo prometo. —Junsu se hundió bajo el regazo de Changmin. El miedo a ser visto, lo tenía intentando arrastrarse por el suelo.

—¿Eso es malo? —Preguntó Changmin cuando lo mantuvo apretado.

 

Junsu sólo pudo asentir, con los ojos vagando por las calles cuando Yoochun los llevó por la ciudad y luego se volvió hacia la Ruta 14.

 

Junsu intentó una vez más seguir en el suelo cuando vio un vehículo en la distancia hacia ellos, en el lado opuesto de la carretera. Afortunadamente, Changmin no hizo ninguna pregunta, rodó sobre el cuerpo de Junsu, protegiéndolo de quien les estaba pasando.

 

Yoochun cambió la marcha y aceleró, su mano grande y poderosa agarrando la palanca de marchas. Junsu se asomó más allá de Changmin y vio los lobos en el camino. Se separaron justo antes de que Yoochun volara pasándoles. Por lo que ellos eran de la manada. Gracias joder,  él no se había abierto paso.

 

Yoochun se disparó hacia la entrada, su mandíbula encajada cuando él patinó hasta detenerse detrás de la casa. —Joder, tengo que conseguirme uno de estos bebés.

 

Junsu le sonrió por primera vez desde esta mañana. —Ella es dulce, ¿no?

 

—¿Pueden hablar ustedes dos de sus afinidades por este coche dentro de la casa? —Changmin abrió la puerta y sacó a Junsu.

—Entremos, —coincidió Yoochun.

 

Entraron por la cocina y lo llevó por el pasillo. Junsu hundió los talones dentro cuando cruzaron el umbral de lo que aparentemente era la oficina de Changjo, y él no estaba solo.

 

Había un hombre muy alto sentado en un sofá, reposando de espaldas y hablando. Su pelo negro corría todo el camino hasta la nuca. El otro hombre  era más  delgado, pero su pelo negro, sólo caía  en sus   hombros. El hombre en el sofá, dejó de hablar y les miró fijamente. Junsu quería correr detrás de cualquiera, Yoochun o Changmin, y esconderse. Los ojos del tipo parecían mirar a través de él.

 

—¿Hay algún problema, Yoochun? —Changjo miró a los tres.

—Sí, Junsu está en algún tipo de problemas.

 

Ahora sí que iba a correr detrás de uno de ellos. Changjo se levantó, junto con los otros dos. Junsu se sintió como un enano en una habitación llena de gigantes. Incluso Changmin era más alto que él.

 

—¿Qué tipo de problemas? —Le preguntó Changjo.

—Junsu? —Yoochun pasó a un lado, y Junsu quería hundirse todo en el suelo con todos los ojos puestos en él.

 

Junsu dio un paso adelante, con un nudo atado en el estómago hacia los siniestros hombres en esta sala.

 

¿Cómo demonios fue a parar de una situación mala a otra? Se cambió de un pie a otro. El miedo diciéndole que volviera a contar su historia, tenía a su cuerpo temblando.

 

—No tengas miedo. —Changjo caminó alrededor de su escritorio y se inclinó en contra  él—. Vamos a mantenerte a salvo.

 -¿Por qué? realmente no me conoces. Changjo negó con la cabeza, mirando directamente Junsu a sus ojos. —No importa, eres de la manada ahora.

 

Junsu estaba sorprendido por la noticia. ¿Cómo estaba él en la manada? Él no era un lobo. Dormía con dos de ellos, pero él no era uno. A menos que al dormir con ellos de alguna manera se convirtiera en uno ahora.

 

—¿Voy a ser un lobo?

 

Los hombres en la sala rieron, haciendo sentirse a Junsu como un total idiota. Todo lo que sabía era que podían cambiar de forma. Esa era la medida de su conocimiento, por lo que no tenían necesidad de estar sonriendo por su estúpida pregunta.

 

—No, tú eres nuestra pareja. —Yoochun señaló con el dedo entre el pecho de Changmin y el suyo.

 

Junsu realmente no le seguía.

—¿Tienes dos parejas? —El hombre que estaba de pie junto al sofá parecía aturdido—. ¿Cómo demonios lo haces? Tengo problemas para mantenerme al día con uno sólo.

 

Yoochun ignoró a Jongin. Quería saber por qué su pareja sentía tanto miedo, que el aroma lo estaba ahogando. Quería esa mierda fuera de él.

 

—Es una cosa de shifter, ¿puedo explicarlo más tarde? —Preguntó Yoochun.

—De acuerdo.

—Ahora, Junsu, dime lo que está pasando.

 

 

Su pequeña pareja suspiró y se pasó las dos manos sobre su cabeza, cerrando los dedos juntos cuando descansaron en la parte superior. —Mi nombre no es Junsu.

 

Yoochun miró a su pareja con incredulidad. —Entonces, ¿quién eres? — Preguntó con un poco más de fuerza y de ira de la que él quería mostrar, pero a él no le gustaba ser engañado o que lo mintieran. Tenía suficiente de eso para toda la vida.

 

—Cálmate, soldado, —ordenó Changjo. El Alfa volvió su atención a la pequeña pareja de Yoochun—. ¿Quién eres tú?

—Xiah Kim.

—¿Al igual que Kim el mafioso? —Las cejas de Changjo  se juntaron.

—Mi tío. —Junsu arrastró los pies, colocando sus manos en la espalda.

 

Yoochun podía oler el tremendo miedo ahora. Tal vez diciéndole el nombre del tipo suscitó ese tipo de reacción por parte de Junsu, Adriano, quienquiera que fuese.

 

—¿Puedes explicarme por qué  estás  huyendo de tu tío? —Le pidió Changjo.

 

 

Su pareja miró a Changjo por debajo de sus pestañas. Yoochun podía ver sus manos temblorosas a la espalda. Changmin debió haberlo visto también, porque empujó a su pareja en sus brazos y pasó una mano sobre su espalda.

 

—Lo vi matar a dos agentes federales y ahora quiere hacerme callar... para siempre.

 

—Pero tú eres de la familia. Pensé que la mafia coreana preparaba a los hombres para tomar su lugar.

 

Su pareja movió la cabeza. —No cuando se enteran de que eres gay y no quieres ser parte de ello. Ellos desaprueban a los maricones, afeminados.

—Su pareja dijo la última palabra con veneno.

 

—Ya veo. —Changjo se frotó el mentón—. ¿Así que ahora  tenemos que vigilar a los rebeldes, lo que sea que Hank y Dong Gun estén haciendo, y la mafia? —El Alfa sacudió la cabeza—. Por lo menos la vida aquí no es aburrida.

—Lo siento mucho. Yo no tenía intención de traer mis problemas aquí. — La voz de Junsu se rompió, y Yoochun quería matar algo.

 

—No, tú estabas asustado. ¿Cómo te encontró? —Changjo estudió a la pareja de Yoochun cuidadosamente—. ¿Hiciste algo con tu nombre?

 

—No, yo fui muy cuidadoso. Yo usé una identificación falsa aquí. —Junsu, Xiah, quienquiera, entregó a  Changjo  su teléfono—. Revisa los textos.

 

Changjo dio la vuelta al teléfono abierto, pulsando unos pocos botones, y luego se concentró en el teléfono. Yoochun podía ver la ira nublando los ojos del Alpha. —¿Él envió estos?

 

Junsu asintió con la cabeza. Yoochun extendió su mano, y Changjo depositó el teléfono en ella. Se desplazó a través de los mensajes, algunos de ellos muy gráficos de lo que su tío iba a hacer con él.

 

Yoochun gruñó en el que dijo que iba a tener a su pareja violado por un grupo de prisioneros y luego lo cortaba en pequeños trozos. Casi rompió el teléfono por la mitad con su ira creciendo  más fuerte.

 

Changmin se enganchó y leyó los mensajes de texto, su gruñido cada vez más fuerte cuanto más leía.

 

—Estás a salvo aquí. No vamos a dejar que te pase nada, —aseguró a Changjo a la pareja.

 

Su pequeño hombre negó con la cabeza. —No sé. Lo he visto hacer algunas cosas bastante imposibles.

—Déjalo intentar. —Yoochun dio un paso hacia sus parejas y permaneció cerca de ellos—. Deja que el hijo de puta lo intente.

 

 

Yoochun mostró a ambas parejas su habitación, convenciendo a Changmin a quedarse por unos días, para ayudar a mantener un ojo en Junsu, Xiah... lo que sea. —¿Con qué nombre debo llamarte?

 

Junsu corrió por la habitación y saltó sobre la cama, se quedó sentado mirando a su alrededor. —Me gusta Junsu. Me hace sentir como si no estuviera relacionado con la escoria.

 

—Junsu. —Changmin se sentó al lado de su pareja más pequeña, pasando los dedos por el cabello de su pareja—.No tengas miedo, ¿de acuerdo?

 

—¿Cómo no voy a tener miedo cuando lo vi matar a dos personas? —Junsu sacudió la cabeza—. —Eso es más fácil decirlo que hacerlo.

 

Yoochun se acercó a la cama pequeña en su habitación y tomó asiento. Miró alrededor, a ambas parejas. ¿Por qué era diferente aquí? A  Changmin que estaba relajado, lo suficiente a gusto como para hacerse cargo de los dos y tener sexo muy caliente.

 

Ahora que estaban en su terreno, los viejos recuerdos querían salir a la superficie. Sabía que esta era su casa. Debería haber sido reducida  a cenizas  cuando  Ji Hoon  fue  derrotado.  Yoochun  nunca  tuvo  relaciones sexuales en esta sala, pero los recuerdos de lo que pasó en esta casa grande seguían persiguiéndolo por estos pasillos.

 

Juró algunas noches, que aún podía escuchar la cruel y odiada voz del Alfa, que hacía eco a través de los pasillos.

 

—¿Estás bien? —Junsu se deslizó fuera de la cama y caminó por la habitación, subiendo al regazo de Yoochun. Él mantuvo sus brazos hasta que su pareja se instaló y se quedó mirando a Changmin.

 

—Es esta casa, ¿verdad?

 

Yoochun asintió con la cabeza, mirando a su alrededor su habitación y preguntándose si alguna vez se sentiría aquí como en casa.

 

continuara...

Notas finales:

ya decia yo que junsu tenia demasiada plata para ser un simple cantante.. ahora todo tiene sentido hahahah

 

nos leemos nenessss

dejen RW


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).