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22. Yoochun (02) por dayanstyle

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Notas del capitulo:

...

Yoochun sintió que su polla se endurecía mientras miraba a los dos hombres de pie delante de él. El más pequeño era el de la tienda de comestibles y el otro era el sheriff de la ciudad. Si estaba olfateando el aire correctamente, ambos eran sus parejas.

 

¡Joder! Changjo le había contagiado a él. El Alfa tenía dos parejas y ahora parecía que Yoochun tenía dos, también. Yoochun se quedó allí como un estúpido cuando el sheriff olfateaba el aire y fijaba sus ojos en él. Se sentía como un insecto bajo el microscopio cuando los ojos del sheriff examinaban abiertamente su cuerpo de pies a cabeza.

 

Ricky se acercó y cerró la boca de Yoochun, riéndose de él.

 

—¿Qué está pasando? —Preguntó Rockhyun, el compañero de Ricky, mientras lamía su helado.

 

—¿Además de lo caliente que me estás poniendo por comer eso? —Ricky bromeó.

 

Rockhyun rodó los ojos, pero siguió lamiendo el cono. Más ahora que sabía que Ricky estaba observando. Yoochun volvió la cabeza a sus parejas y de nuevo miró por su cuenta.

 

El sheriff sonrió ampliamente, pero el ayudante se quedó con una mirada curiosa en su cara. —Tú eres el tipo que trabaja en la tienda, —el menor de los dos afirmó.

 

Yoochun sacudió su cabeza. —No, yo estaba ayudando a Rockhyun. —Él se acercó, pero Junsu dio un paso atrás. Retrocedió, dando a su pareja el obvio espacio que necesitaba, pero Changmin se movió más cerca. El ballet entre los tres estaba desconcertando a Yoochun.

 

—Eres uno de los soldados de Changjo, ¿verdad? —Preguntó el sheriff.

 

Yoochun asintió con la cabeza, dando un paso atrás y casi golpeando a Rockhyun. No podía entender porque él estaba reaccionando de esta manera. Era como si los tres estuvieran haciendo el paso de dos, dando un único paso, una danza sin coreografía.

 

Yoochun se volvió y empezó a bajar la calle Trenton, en el sentido contrario de sus parejas.

 

—Hey, espera. —Yoochun miró sobre su hombro para ver a Changmin corriendo para ponerse a su altura. Oh, esto no era bueno. No era bueno en absoluto. No estaba preparado para tener dos parejas. Infiernos, Yoochun no estaba preparado ni para tener uno.

 

—¿Vas a esperar un minuto? —Changmin tomó su brazo y Yoochun se quedó inmóvil.

 

—¿Qué pasa?

 

El soldado miró por encima del sheriff, y vio a Ricky y Rockhyun mirando con la boca abierta hacia él. Bien, ahora ellos iban a decirle a todos cómo el soldado grande y malo corría como una niña. —Nada, yo sólo, eh... — Yoochun se frotó la parte posterior de su cuello, sin saber cómo completar la frase. No quería mentir a su pareja, pero él no quería decirle que su cerebro se descargó y lo dejó vacío.

 

Changmin sonrió y Yoochun se sintió aún más cohibido. Fue absolutamente impresionante. La sonrisa se hizo luz en el rostro de Changmin. —Está bien. Yo sé quién eres ahora, y voy a pagarte con una visita. ¿Cuál es tu nombre?

 

—Y- Yoochun. Maldita sea, espabila? Eres un maldito soldado, carajo.

 

—Está bien, Yoochun, mira a tu alrededor. —El sheriff se tocó el ala de su sombrero con los dedos, riendo entre dientes mientras se alejaba.

 

Tan pronto como sus parejas estuvieron fuera de la vista una célula del cerebro dio un codazo a su vecina, y luego otra, hasta que finalmente su cerebro volvió a funcionar.

 

—Wow, habla de estrellarse y arder. —Ricky se rió tan fuerte que se apoyó en Rockhyun, que estaba tratando de reprimir la risa.

 

Él gimió interiormente, preguntándose qué pensaba Changmin de él ahora. Probablemente piense que fue rechazado por una pareja. Jodidamente fanta-buloso.

 

Yoochun pateó la farola y gruñó, queriendo rehacerlo así podía probar que no era un perdedor total. ¡Qué primera impresión debe haberse llevado!. Frustrado como la mierda, marchó a su camioneta y abrió la puerta, señalando el interior y mirando a las parejas del Alpha, desafiándoles  con la mirada a desobedecer.

 

Se rieron mientras subían, abrazándose en el asiento trasero de la extensa cabina. —Pónganse el cinturón de seguridad, —se quejó él.

 

—No nos culpes a nosotros, porque te convirtieras en Freddy el Dinosaurio Retardado de allí, —espetó Ricky—. Necesitabas un maldito babero por la forma en que actuabas.

 

—Mi nombre es Yoochun... creo. —Rockhyun utilizó una voz arrastrada, partiéndose de la risa cuando él lo dijo.

 

Yoochun arrancó la camioneta marcha atrás, saliendo de la plaza de aparcamiento. Si no llevaba a esos dos a casa rápidamente, Changjo tendría que poner un anuncio para conseguir otro par para reemplazarlos.

 

Él estacionó su camioneta y saltó, dejando a la pareja riéndose en el asiento trasero. ¿Cómo iba a solucionar este problema? Tenía que ser suave y elegante la próxima vez que se encontrara con ellos. Y él se encontraría con ellos. No había manera de que volviera voluntariamente, no después de la forma idiota en que había actuado.

 

Joon Kyu estaba apoyado en el mostrador mirándolo mientras tiró de la puerta del refrigerador dejándola abierta y luego la cerró de golpe, sin sacar absolutamente nada de él. ¿Qué iba a hacer con dos parejas?

 

Bueno, él lo sabía, pero no se trataba de tener miedo a tener relaciones sexuales con dos hombres. El culo torcido de Ji Hoon estaba acostumbrado a hacerlos actuar frente a él. Yoochun cerró los ojos por un momento y trató de purgar al ex-Alpha de su mente.

 

Él sabía que no era sobre el sexo. No, se trataba de hacer frente a dos personalidades diferentes que le preocupaban. ¿Qué jodidos sabía él sobre el amor? Ese bastardo del ex-Alpha había tratado duro como el infierno de matar  la humanidad de los soldados del pelotón del Este.

 

Yoochun estaba preocupado de que Ji Hoon hubiera tenido éxito y tratara a sus parejas muy mal. Acercó una silla fuera de la mesa y se dejó caer en ella, preguntándose qué demonios iba a hacer.

 

—¿Qué estás rumiando? —Joon Kyu habló por fin.

—Todo, —dijo Yoochun, cuando llevó las palmas de sus manos a los ojos deseando tener una solución fácil.

 

—Eso lo reduce. —Joon Kyu agarró una silla y se sentó frente a  él. Yoochun miró al soldado que compartía su vergüenza.

—¿Qué harías si encontraras a tus parejas?

—Parejas, ¿así en plural? —Joon Kyu se deslizó hacia abajo un poco más en su silla cuando Yoochun asintió con la cabeza.

 

Joon Kyu se encogió de hombros mientras se pasaba la mano por la barbilla. — Yo estaría feliz, supongo. ¿Es por eso que pareces tan frustrado?

 

Yoochun dejó que sus manos golpearan la mesa, mirando hacia abajo a sus dedos. Eran los mismos dedos que habían hecho la puja de Ji Hoon por él, aunque fuera contra su voluntad. —Sí, —respondió Yoochun mientras se comía sus uñas.

 

Yoochun miró a  Joon Kyu pulsaba con los dedos sobre la mesa, su rostro concentrado en el pensamiento. —No estoy seguro de cómo responder a eso. Todo lo que puedo decir es que en aquel entonces, eso no era quien tú eres. Ni quien éramos, cualquiera de nosotros.

 

Su mente le decía eso. Era su corazón el que se negaba a creerlo. Yoochun debería haberse puesto en pie por lo que creía en lugar de ser un cobarde y hacer lo que le dijeron. Sí, y entonces todos los seguidores de Ji Hoon le habrían golpeado hasta que tomara su último aliento.

 

Tal vez eso hubiera sido mejor que la culpa que arrastraba con él ahora. La culpa y la vergüenza de días atrás que hacía mucho tiempo que Yoochun llevaba con él, hasta este día.

 

 

Yoochun de pie, cansado de pensar en todo. Quería escapar, estar libre de pensamientos morbosos. Subió a su habitación y tomó una siesta.

 

 

Junsu dio un salto cuando Changmin se acercó por detrás de él. Sus pensamientos habían estado a un millón de kilómetros de distancia. Junsu estaba pensando acerca de lo que Yoochun le había dicho. ¿Qué quiso decir con mío? Junsu no podía negar que sentía una atracción muy fuerte hacia el hombre, ni tampoco podía negar que sentía otra hacia Changmin. ¿Estaba perdiendo la cabeza?

 

—Una moneda por tus pensamientos.

 

Junsu soltó un bufido. —Más bien un pagaré en mi caso. —Metió  el archivo en el archivador y cerró el cajón, preguntándose qué iba a hacer con respecto a su atracción dual. Esto no era como si él quisiera a dos hombres.

 

—¿Quieres tomar algo de comer? —le preguntó para cambiar de tema.

 

Changmin dio un paso atrás y se encogió de hombros. —Claro, ¿en el de Jungkook o en otro?

 

No quería correr hacia Yoochun en este momento cuando estaba tan confundido. —En el de Jungkook.

 

—En Jungkook está bien. Vamos, yo invito. —El sheriff salió por la puerta principal, y Junsu vió el culo de Changmin de cerca hasta que entró  en la taberna. Su polla estaba  dura en el momento en que abrió la puerta.

 

Changmin lo llevó a una pequeña cabina de dos asientos, dando gracias a la camarera cuando ella trajo los menús y los dos vasos de agua. Junsu estaba a la mitad de la lectura de su menú, debido a que sus ojos estaban errantes sobre Changmin. ¿Por qué estaba siempre tan cohibido por el hombre?

 

Él estaba muy interesado en él, pero era demasiado tímido para decir nada al respecto, por lo que optó por mantener su boca cerrada. Junsu posó su menú, dando golpecitos en la mesa de los nervios. Miró a su alrededor, al ver que el lugar estaba bastante lleno con el almuerzo.

 

Junsu sonrió cuando vio a Seyong correr alrededor de las mesas. Estaba feliz de que las cosas resultaran bien para el pequeño hombre.

 

—Seyong parece estar haciendo un buen trabajo. —Comentó Changmin como si estuviera leyendo su mente. Junsu asintió con la cabeza.

 

—Sí, yo estaba pensando en eso, —dijo Junsu, y luego se excusó, dirigiéndose al baño de los hombres. Abrió la puerta y dejó escapar un suspiro contenido desde hacía mucho tiempo.

 

—¿Por qué no puedo hacer lo correcto y le digo? —Preguntó a su  reflejo en el espejo. Estar tan cerca de Changmin todo el día, cada día, estaba haciendo estragos en sus nervios, por no hablar de su polla.

 

—Deberías decirle, —exigió a su reflejo—. Deja de ser un cobarde, y sólo haz lo correcto y dile que lo encuentras atractivo. —Señaló acusadoramente a su imagen en el espejo.

 

Junsu gimió y sacudió la cabeza, sabiendo que no iba a hacer algo tan audaz como eso. No, sólo era una gallina de mierda. Changmin era un hombre fuerte y seguro, tanto como un shifter. Los anchos hombros del hombre y la mandíbula fuerte gritaban masculinidad, una masculinidad que Junsu se estaba muriendo por envolver su cuerpo en ella.

 

El hecho de que el sheriff fuera un shifter no lo asustaba tanto como su atracción instantánea lo hacía. Junsu no creía en el amor a primera vista, -bueno, no solía-. Ahora ya no estaba tan seguro. Sin embargo, dos amores a primera vista, ahora eso estaba siendo cachondo.

 

Junsu pasó la mano sobre su cabeza, preguntándose qué demonios iba a hacer. Se preguntó si Changmin incluso lo encontraba atractivo. Seguro es era que el hombre estaba a su alrededor todo el tiempo, pero eso era debido a su trabajo.

 

Sólo un indicio de que el sheriff quería que lo ayudara a resolver sus nervios, tal vez. Pero sería bueno saber de una manera u otra. ¿Changmin era incluso gay? Junsu se quejó. Sería muy propio de él enamorarse de un hombre hétero.

 

Junsu levantó las manos en el aire, frustrado como el diablo con toda la situación. Él utilizó el cuarto de baño, se lavó las manos y echó un último vistazo en el espejo. —Gallina, —le espetó a su reflejo antes de salir del cuarto de baño y volver a sentarse en la cabina con Changmin.

 

—Pedí aperitivos. —Señaló Changmin a la pila de nachos y salsa. Changmin parecía pensar siempre en él. Junsu trató de no leer demasiado en eso.

 

Se metió en el razonamiento de que si tenía la boca llena, entonces él no podía decir nada para avergonzar la mierda de los dos. Junsu mordió un nacho, pensando en Yoochun ahora.

 

Sus dedos se morían de ganas de tocar el pelo de Yoochun parecido a seda suave de color negro. Los labios de Junsu se estremecieron al saborear esa piel bronceada... y entonces su mente golpeó el infierno fuera de él por actuar de esta manera.

 

—Pareces estreñido. —Changmin se rió desde el otro lado de la cabina. Junsu vio cómo el sheriff sumergía un nacho y luego se separaron sus sexys labios, como el pecado, para comerlo.

 

—No. —Su voz se quebró cuando se humedeció los labios secos.

—¿Estás listo para ordenar? —La camarera caminó a la mesa  y Junsu nunca se había sentido más agradecido en la vida por la interrupción.

 

—Voy a comer una hamburguesa y patatas fritas. —Changmin entregó su menú, la camarera, lo tomó y luego giró sus ojos a Junsu. Una sonrisa tiró de sus labios y sus caderas se engancharon un poco, mientras ella esperaba su pedido. Tenía un brillo en sus ojos que le dijeron a Junsu lo que realmente ella quería.

 

Bien, ahora la camarera quería empezar por él. —Quiero lo mismo. — Entregó su menú y rápidamente desvió la mirada, no quería engañarla cuando sabía a ciencia cierta que ella no tenía lo que él quería.

 

—Yo estaba pensando en volver a casa de Hank ya que el clima va a estar mejor esta noche, —comentó Changmin desde el otro lado de la mesa.

 

 

Junsu asintió con la cabeza, empujando otro nacho en la boca. Tal vez todo esto de querer a dos hombres fuera porque necesitaba sexo. No podía recordar la última vez que lo hizo. Junsu se enderezó, sintiendo alivio de comprender su problema.

 

Ahora todo lo que tenía que hacer era encontrar un compañero dispuesto a hacer el tango y sus problemas se resolverían. Junsu miró alrededor de la taberna, haciendo su mejor esfuerzo para detectar a alguien que le gustara. Sus ojos se posaron en Changmin y gimió.

 

 

Junsu vio como Changmin se alejó, agradecido por el indulto. Se subió a su propio coche y se dirigió hacia su casa. —¿Por qué me estoy torturando?

—Nadie contestó, y él realmente no esperó que nadie lo hiciera. Esto era algo que iba a tener que averiguar por su cuenta.

 

Después de ver que nadie le interesaba en la taberna, sólo Changmin capturando sus ojos, supo que estaba perdido.

 

Junsu agarró el volante con fuerza, preguntándose de nuevo si Changmin era gay. Rogó a los dioses no codiciar a un hombre heterosexual. Oh infierno. Un pensamiento le golpeó la cabeza y comenzó a palpitar. ¿Qué pasa si Yoochun era hétero también?

 

En el momento en que llegó al frente de su casa, Junsu tenía un gran dolor de cabeza. Aparcó su coche y se sacudió la frente hacia atrás y adelante sobre el volante, con ganas de golpear     la maldita cosa.

¿Por qué, oh por qué, oh por qué, tenía que elegir una ciudad para mudarse donde él se sentía atraído sexualmente  por  dos  hombres? Debido a que él procedía del otro extremo del país.

 

 

Junsu se alzó y empujó la puerta del coche abierta, golpeándola la cerró y corrió hasta la casa, ni siquiera deseando agregarlo a su dolor de cabeza. Insertó la llave y abrió la puerta, agradecido que otro día había terminado y podía relajarse sin el olor celestial de Changmin volviéndole loco.

 

Su teléfono sonó, diciéndole que tenía un mensaje de texto. Pescándolo fuera de su funda en la cadera,  lo abrió. Era de Changmin.

 

«Voy camino de la casa de Hank. Te dejaré saber lo que ocurre»

 

Joder, se suponía que debía ir. Si él no estuviera tan ocupado tratando de esquivar al magnífico hombre, se habría acordado. Decirle a Changmin que tenía un dolor de cabeza, probablemente le hacía al sheriff reticente a llevarlo para la vigilancia.

 

Junsu se sentía como una mierda por decir la mentira y dejando a Changmin hacer frente a éste por su cuenta.

 

Sus dedos comenzaron a moverse locamente sobre el teclado.

«Espera hasta mañana. Iré»

Pulsó enviar y esperó. Segundos más tarde, sonó.

«Puede manejarlo solo. Cuida tu cabeza»

 

Sí, realmente necesitaba cuidar de su cabeza, está bien. Dejar a Changmin salir sólo, no era el más brillante movimiento que Junsu había hecho. Tiró el teléfono encima de cómoda y se dejó caer sobre su cama. Mientras miraba el techo tenía necesidad de ver lo que estaba haciendo Yoochun.

 

Él pasó el brazo sobre la cara. —Estás tan jodidamente jodido, hombre.

 

Ricky vio a Yoochun jugar al billar con Kiseok. El hombre estaba recortando y mordiendo a todo el mundo.

 

Ricky sacudió la cabeza. Yoochun lo tenía mal.

 

—¿Por qué simplemente no los reclama? —Preguntó Rockhyun en el regazo de Ricky.

 

Ricky subió sus hombros en un gesto mientras miraba a su pareja. —No tengo ni idea, pero si sigue pisándole a todo el mundo así, alguien va a morder de nuevo.

 

—Me doy por vencido. Si yo quisiera jugar al billar enojado, me iría a buscar a uno de mis ex-amantes. —Kiseok lanzó su palo sobre la mesa y salió de la sala.

 

—Está tan irritado. —Yu-Kwon sacudió la cabeza y rió—. Al igual que veía las lágrimas de un cachorro loco con los juguetes.

 

—¿Quieres jugar? —Preguntó Yoochun a Young Bin cuando entró en la sala de estar.

Ricky, Rockhyun, U-Kwon, y Min hyuk vieron cómo empezó el juego, llegando a la mitad, y luego Young Bin tiró el palo en la mesa y murmuró cosas explícitas que iba a hacer a Yoochun cuando él salió furioso.

 

—Hey, Mr. Sunshine, deja de asustar a los nativos. —Gritó Rockhyun a través de la habitación antes de que Ricky pudiera sujetar una mano sobre su boca.

 

—No metas un palo en un oso enfurecido, —Ricky le susurró al oído a su pareja— o en este caso, a un lobo enojado.

 

Yoochun gruñó, movió las manos como si fuera a despedirse, y luego salió de la habitación.

 

—Bueno, eso seguro que fue entretenido. —Ricky se rió entre dientes.

 

 

Changmin estaba sentado viendo la vieja casa de campo, sólo con la mitad de su mente allí. Esa era la excitación que había tenido lugar de nuevo en la taberna, no hay duda sobre eso. Él no podía entender por qué era tan valiente con Yoochun y con la lengua tan trabada con Junsu. Esta mierda no tenía ningún sentido.

 

Changmin no consideraba que fuera un hombre feo. Entonces ¿por qué estaba una pareja huyendo de él y la otra con los labios herméticos? El dolor de cabeza de Junsu debe haber influído sobre él, porque su cabeza estaba golpeando ahora.

 

Él se quitó el sombrero y lo tiró en el asiento, seguro que Junsu no estaba con él porque necesitaba tiempo para pensar. ¿Cómo demonios era que terminó con dos parejas? Changmin se frotó las sienes en un esfuerzo por encontrar algún alivio.

 

Para rematar las cosas tenía dos parejas calientes y era incapaz de joder con cualquiera de ellos.

 

Changmin estaba cansando de masturbarse. Quería un buen culo, apretado, en el que hundirse, no sólo de alguien cualquiera, sino uno de sus parejas, ya sea con uno o con ambos, que lo haría. Ah infierno, él estaba sentado, de vigilancia con una erección ahora.

 

Bajando su ventana, Changmin trató de aspirar el aire fresco. Se estaba ahogando en el coche con su espesa lujuria en el aire. El aire de la noche se sentía fresco en la piel y ayudó a despejar su cabeza. Tenía dos parejas y aquí estaba, sólo, con una erección en el coche y nadie para cuidar de ella, nada más que su propia maldita mano.

 

Changmin empujó el asiento hacia atrás y desabrochó los pantalones, liberando su polla, mientras sacaba su teléfono. Realmente no podía creer lo que estaba haciendo.

 

Él palmeó su polla en la mano derecha y pulsó enviar con la izquierda. Con el teléfono en sus hombros, comenzó un movimiento lento. Después del tercer pitido, Junsu contesto. —¿Hola?

 

—Hey. —Su voz dio un tono ronco.

—Hola, ¿pasa algo malo? —La voz de Junsu tomó una nota un poco de pánico.

—No. —Él rápidamente aseguró a su pareja cuando él reprimió un gemido. Todo lo que quería era escuchar la voz de su pareja mientras él se masturbaba. Lástima que no fuera lo suficientemente valiente para decirle al chico eso.

 

—Entonces, ¿por qué me llamas tan tarde? —La voz soñolienta de Junsu fue directamente a su pene, dando a Changmin el combustible que necesitaba desesperadamente.

 

Podía oír crujir algo ahora. Junsu debía estar sentado en la cama. ¿Estaba desnudo? La idea le excitó a un nivel superior, llevándolo más cerca del borde.

 

—Aburrido. —Changmin deslizó su pulgar sobre la cabeza, extendiendo el líquido pre-seminal y luego comenzó a bombear con el puño otra vez.

 

—¿Así que decides llamarme en medio de la noche? —Junsu se rió suavemente.

 

Eso es lo que necesitaba, esa voz soñolienta que sonaba profunda y seductora sin siquiera intentarlo. —Síp. Su mano se movía más rápido. Estaba cerca.

 

—¿Qué estás haciendo? —Arrastró una ligera sospecha en la voz de Junsu.

 

 

No había manera en el infierno que le dijera a Junsu que se estaba dando un trabajo con la mano con el sonido de la voz seductora de su pareja en medio de la noche. Nunca había tenido sexo por teléfono antes, y era un poco embarazoso cuando era desde un lado solo.

 

—Mirando la casa de Hank. —Sus caderas se engancharon, casi tirando el teléfono cuando su cabeza se sacudió.

 

—Quiero decir ¿qué estás haciendo en el coche?

 

¿Era tan obvio? Changmin ya no tenía la capacidad para responder a su pareja, reprimió un grito cuando él se venía, su mano bañada en líquido caliente cuando jadeó en voz baja.

 

—¿Acabas de masturbarte? —La voz de Junsu parecía sorprendida, pero con un toque de calor, como si él también estuviera caliente.

 

—No. —Changmin se sentó allí con su suavizada polla en la mano y el teléfono en la otra, sintiéndose adormecido como el infierno ahora.

 

—¿Estás ahí?

—Mmm, sí.

 

 

Junsu se rió entre dientes y Changmin sonrió al oír el sonido. —¿Acabas de salir? es bueno saber. —La Voz de Junsu bajó—. Buenas Noches, Changmin.

 

Changmin podía sentir el rubor trepando por las mejillas. Él estaba quebrado y él lo sabía. —Buenas noches, —respondió cuando se inclinó y tomó unas servilletas que a propósito puso en la guantera para esta noche.

 

Limpiando su esperma y tirando el pañuelo en una bolsa de  basura pequeña, Changmin metió de nuevo la polla en los pantalones y echó atrás la cabeza,  pensando  en  esa  sexy  voz  y cómo logró venirse  tan rápido.

 

No podía esperar para escucharlo cuando él estuviera jodiendo a su pareja más pequeña. Sus pensamientos   cambiaron de tema al pensar en    Yoochun.

¿Quién iba a decir que el soldado grande y malo era tan tímido? Changmin nunca lo hubiera adivinado.

 

Su mente se detuvo en una imagen del soldado. Todo ese negro pelo, hermoso, ojos grandes y espectaculares, y un cuerpo que sólo le dieron ganas de limpiar la baba de su barbilla.

 

Changmin negó con la cabeza para borrar la imagen. Su polla estaba tratando de volver a la vida. Él no iba a tener otro teléfoneo erótico, y otra sesión de masturbación. Y en segundo lugar, no tenía el número de teléfono de Yoochun y dudaba que su pareja shifter fuera tan fácil de engañar, con solo decirle al tipo que estaba solo y aburrido.

 

Changmin comenzó a arrancar el coche, después de haberse sentado allí durante horas sin movimiento proveniente de la granja. Él lo llamaría una noche y volvería a empezar con la mañana fresca.

 

Antes de que pudiera encender a su vez los faros, él vio movimiento fuera por el rabillo de su ojo.

 

continuara... 

Notas finales:

Changmin travieso travieso...

 


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