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Confianza por samadhi06yaoi

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Confianza

Lo peor es que lo conozco. Itachi no había querido decirme una palabra de ello. Él sólo se encogía de hombros y decía “Él” o “ese idiota”, cuando hablaba dulcemente de él. Y yo me le quedaba viendo raro, tratando de sacarle algún nombre o descripción física.

Porque ese hombre fue el primero que hizo enojar a Itachi. ¿Enojar? Lo hizo enfurecer. Hizo enfurecer al joven en el que todos depositaban las esperanzas de la familia. En resumen, él jamás se enfadaba así: llorando, golpeando las paredes, preguntándome si había solución, gritando con la cara enterrada en una almohada.

Él usualmente sólo levantaba el mentón y arqueaba las cejas: te despreciaba y si te disculpabas, podía perdonarte. Pero ahora no creo que lo perdone a Él, a ese idiota. Y yo lo conocía, lo que es peor. Tampoco creo que me perdone a mí.

 

- Esto es estúpido-dije-. Por favor, no le digas nada a Itachi. Jamás me volvería a dirigir la palabra.

- ¿Ya acabamos, entonces?

Me quedé mudo. No quería acabar; cuando uno tiene diecisiete años y está de vacaciones de verano, se siente como el rey, el que tiene todo el derecho de hacer lo que te venga en gana. Y más cuando te da placer. Él me sonrió.

- ¿Que acaso no tienes escrúpulos?-le pregunté-. Mándame al demonio, por Dios, Itachi se moriría si…

 Pero él negó con la cabeza y me volvió a tumbar en la cama.

- Qué buen niño eres-susurró, mirándome desde arriba-. Imitando a tu hermano mayor…-me mordió la oreja suavemente y comenzó a masturbarme por encima de la ropa. Yo gemí.

Era cierto. Todo empezó con Itachi. “Si él lo hace, esto no puede estar mal” me había dicho a mí mismo. Pero no busqué a este hombre para eso. No sabía que él e Itachi…

 

- ¿Por qué te acuestas con él?-pregunté. Itachi miró a un lado y a otro, como un agente de policía, y después se inclinó al frente, susurrando:

- La verdad, no tengo idea. Me gustaría saber por qué yo…-murmuró- me… tú entiendes… cuando estoy con él.

En ese entonces no tenía idea de quién era su amante. Pero ahora lo veo todo claro. Caímos redondos en la trampa. En el caso de Itachi, creo que él lo deseaba.

- Tu hermano se mostró recto, realmente como aristócrata; incluso me llamó depravado… Pero es un ser humano, ¿no?-me acarició la mejilla, húmeda de sudor. Estaba tumbado a mi lado, acababa de correrse dentro de mí.

- En cuanto lo toqué, se congeló. Y poco a poco, se fue derritiendo-rió. Yo apenas y escuchaba; el orgasmo me había adormilado-. Debiste haberlo visto cuando terminó: miraba hacia todos lados y no dejaba de echarle el ojo a su reloj. Se levantó aunque le dolía, juntó toda su ropa, tapándose la entrepierna con ella, y fue al baño a vestirse. Lo último que vi de él fue una mirada de odio.

- Sí-murmuré-… suena como Itachi.

 

Pasó algo particularmente extraño que creo que hizo que Itachi supiera todo. Es una persona muy inteligente, y muy preocupada, así que saca conclusiones muy paranoicas. Aunque muchas veces acierta.

Salí de ducharme y él estaba cocinando algo, dándome la espalda. Mamá le había enseñado a cocinar y él había aceptado gustoso la responsabilidad. Creo que se sentía mejor cuando todos dependíamos de él.

En fin, me daba la espalda, y recordé las palabras de Él “Se estremece en cuanto le tocas el cuello, pero después echa la cabeza hacia atrás y suspira. Entonces le acaricio el lóbulo de la oreja…” Me lo contó cuando le pregunté si Itachi de verdad disfrutaba haciéndolo con él.

Entonces pensé en que sería divertido intentar…

No lo fue.

Itachi tiró accidentalmente la pequeña olla y todo su contenido fue a dar al suelo. Me miró, atónito, con las mejillas encendidas.

- ¿Qué haces?- preguntó, con la voz un poco más aguda.

- Sólo… sólo jugaba-dije. Él no salía de su asombro, se tocaba el cuello, incómodo. Me dijo “no lo vuelvas a hacer” con voz aún afectada, y limpió el suelo. Desde ese día no me miró igual.

 

- ¿Con quién vienes?-pregunta Itachi con fingida voz serena, casi dulce. Lo mira con cariño. Sé que está muriéndose de humillación en el fondo. Él sonríe, me mira a mí y luego a él. Itachi, con la boca un poco entreabierta, también posa su mirada sobre mí, con lentitud.

Esto se ha hecho una mierda. Estoy aquí, sentado, mientras veo el rostro de Itachi enrojecer de ira. Él está parado frente a Itachi, sonriendo. ¡Sonriendo! E Itachi tiembla de ira porque no le puede borrar esa sonrisa.

- No entiendes nada, ¿verdad?-dice Itachi, con la voz temblorosa-. Estaba bien, te dije que estaba bien que me trataras como basura, que te burlaras de mí por creer que valía un poco más que una prostituta-Lo miro en silencio, jamás pensé que presenciaría algo así; menos de mi hermano mayor.

- Pero-continúa Itachi-, ¿por qué demonios tenías que ir por él?-dice sin mirarme-. ¿Que acaso no era suficiente? Lo hacíamos cuando querías, venías a casa e íbamos a esos lugares baratos que siempre están llenos de pelo ajeno… Y aún así –inhaló y exhaló- viniste por él.

La cara se me tiñe de rojo. “Itachi, déjalo, ¿qué haces? No necesito un abogado, por favor, no entiendes…”

- Eres un cerdo-dice con voz más serena, herida-. Vete.

Él me mira; aún sonríe. ¿Que acaso no siente nada?, ¿tiene más amantes a los que torturar? Pero no puedo dejar que Itachi se culpe por semejante estupidez…

- Itachi-llamo pero ni siquiera me mira-. Itachi-sé que me oye, sus labios tiemblan, hechos una línea-. Itachi, te estoy hablando.

- Cállate y vete, Sasuke-me dice con voz cansada-. Olvida lo que acabas de oír.

- No, Itachi, es que yo…-Itachi me hace un ademán de que me calle, no quiere oír nada más.

- No fue tu culpa. Esto no te incumbe-dice.

- Itachi, maldita sea-corto-. Ya tengo diecisiete. No es como si me hubiera drogado para tener sexo con él.

Itachi me mira a los ojos, severo, tratando de no creer nada de lo que dije. Creí que me convertiría en piedra.

- Cuando empezamos, no sabía que ustedes eran... Pero lo hice por mi cuenta, la verdad-balbuceé.

Él nos mira a los dos, complacido. Itachi da un paso hacia mí. Yo me asusto, ¿qué va a hacer?

- ¿Eres imbécil o qué?-me dice, mirándome a los ojos-. ¿Cómo demonios dejaste-le tiemblan las manos- que este imbécil te tocara?

Está decepcionado, totalmente. Sólo le faltó escupirme.

 

Hasta ahora, Itachi y yo sólo hablamos de cosas sin importancia, trabajo, clima, deporte, incluso economía...

Sé cómo se siente: me dejaron atrás, eso dice su mirada. Me sonríe por educación, por respeto a los viejos tiempos. Me mira con tristeza y a veces me trata como siempre, pero apuesto a que por su cabeza pasa esa pelea, esa estúpida pelea en la que todo lo que creía, terminó sólo estando en su cabeza.

Jamás volvió a confiar en mí, ni siquiera para ayudarlo con el funeral de nuestros padres, tres años después.

Aquel hombre y yo continuamos acostándonos por un año. No sé cómo no pude dejarlo antes. Tuve que irme lejos a estudiar para que por fin muriera ese capricho, porque la verdad era eso lo que me mantenía con él: sabía cómo hacer el amor.

Me siento como un idiota diciéndolo, pero ahí está la razón. Supongo que para Itachi fue lo mismo… o quizá fuera la novedad de hacer algo inmoral. Ojalá fuera eso. Ojalá Itachi se sintiera mejor cuando acababa de eyacular en los brazos de ese idiota.

Notas finales:

Muchas gracias por leer.

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