Era una hermosa y fría mañana de invierno, el frío cubría cada esquina de la sala de clases que era que de un color crema con pequeños detalles celestes en las esquinas. Los estudiantes se cubrían con muchas prendas de ropa mientras que otros solo temblaban del frío.
– Hace mucho frío, dattebayo! – Se quejó un chico rubio de ojos azules que solo traía puesto su uniforme, aunque este estaba un poco descuidado.
– Mantenga silencio, joven Uzumaki – Se escucho una voz masculina y en tono alto, era el famoso profesor Uchiha, el cual ni siquiera se dio la media vuelta para darse cuenta de quién se trataba.
– Hmp – Se escucho en respuesta de parte del Uzumaki que se quedo en silencio luego de escuchar esas palabras.
Aquel rubio si sentía atracción por el Uchiha tanto físicamente como sentimentalmente, lo amaba, pero habían veces en que realmente deseaba darle un gran golpe en ese hermoso rostro que tenía.
Ya la mayoría de la clase tenía sospechas sobre los sentimientos del Uzumaki hacia el Uchiha, era muy fácil saberlo por la mirada que el rubio le daba al azabache, aunque sonara un poco cursi, los ojos del rubio brillaban con tan solo hablar o ver al azabache, parecía realmente un tonto enamorado.
– Pueden retirarse. – La voz del Uchiha se hizo presente dando aviso para que todos se retiraran del salón de clases, esa era la última hora y todos se irían a sus casas a descansar y hacer sus quehaceres, claro él Uzumaki no se iría en ese preciso momento, no se iría, no sin antes no hablar con él Uchiha que en ese momento se encontraba trabajando ordenando sus cosas para después poder irse.
– Profesor – Le llamo el Uzumaki que se acercaba lentamente a él.
– ¿Si? Uzumaki – le hablo el Uchiha sin despegar la vista de sus papeles que iba guardando en su carpeta.
El rubio de ojos azules se puso de puntillas, ya que era más bajo que el azabache con el cual se llevaba diez años de diferencia. Se acercó a su oreja y dio un suspiro causando que el azabache se estremeciera y se diera la media vuelta para mirarlo.
– Guarde su distancia – hablo el azabache con un leve sonrojo en sus mejillas, no le gustaba que invadieran su espacio personal, pero con el rubio era diferente.
– No actúes formal conmigo, ttebayo – se quejó, lo conocía muy bien, pero este seguía actuando formalmente frente a él, lo conocía desde los seis años.
– Tsk sigues siendo un usuratonkashi – dijo terminando de ordenar sus papeles y tomo su carpeta, la cual estaba llena de papeles.
– Vamos Teme, no seas así – Hablo el rubio pasando sus brazos por la cintura del Uchiha, lo cual no era normal, la mayoría de las veces era por sus hombros, se estaba tomando demasiada libertad sobre eso.
El rubio se le había confesado varias veces, pero parecía que el azabache lo tomaba como una broma o como un simple juego, cuando las palabras que decía el rubio era honestas.
– Quítate – Intento quitar las manos del rubio, pero le fue imposible, aún siendo mayor que él, tenían la misma fuerza, pero el rubio cuando estaba decidido por algo, lo cumplía.
– No seas amargado, ttebayo – Lo miro hacia arriba, ya que era más bajo que el azabache y eso lo molestaba de cierta manera.
– Tsk
El Uzumaki lo soltó al escuchar unos pasos acercarse a la puerta, eran tacones altos por lo que escuchaba, es una chica la que se acercaba.
– Sasuke-kun – se escucho una voz femenina, Sakura Haruno, una chica peli-rosa de ojos azules, se acercó al azabache y lo tomo del brazo.
– ¿Vamos a comer juntos? – pregunto la peli-rosa ignorando completamente la presencia del Uzumaki.
El Uchiha se soltó bruscamente del agarre de la peli-rosa y pronunció las mismas palabras que siempre le había dicho.
– Eres molesta. – Frunció el ceño, tomo sus cosas y salió del salón de clases dejándola ahí sola con el Uzumaki.
El rubio no pudo evitar sentir lastima por ella, aunque tampoco le agradaba, ambos se podría decir que eran rivales en el amor, ambos querían el amor de la misma persona.
El Uzumaki salió del salón y camino en dirección a su casa...
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A la mañana siguiente, como de costumbre el Uzumaki salía tarde de su casa, comenzó a correr a toda prisa hacia la escuela, pero sus pasos se detuvieron al ver algo que lo dejo desconcertado. Su profesor, Sasuke Uchiha estaba siendo besado por la peli-rosa. El azabache no correspondía el beso, solo se quedaba quieto dejándose besar por ella.
– ¿Q-que es esto? – sintió un dolor agudo en su pecho al ver esa escena, sus ojos se humedecieron, pero de ellos no salieron lágrimas, solo una mueca de dolor quedó en su rostro.
Se dio la media vuelta sin querer ver nada más y comenzó a caminar con lentitud de vuelta hacia su casa, no creyó ser capaz de ver a su profesor ese día sin sentir dolor, quería lo mejor para él, pero eso no significaba que no le doliera el verlo con alguien más.
Llego a su casa e ignoro las preguntas de su madre, no era nada de él, no debía sentirse lastimado ni herido, solo eran amigos, pero aún así...
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En la tarde escucho que tocaban la puerta de su habitación, no se levantó a abrir, solo soltó un simple y corto "pase". Escucho la puerta abrirse y unos pasos caminar hasta la cama y sentarse en una orilla.
– ¿Estas bien?, usuratonkashi – escucho esa voz, la de la misma persona que sentía haber sido lastimado, aunque claro estaba que el azabache tenía que hacer su vida.
– Eh? Claro que sí, dattebayo – se acomodo en la cama y se sentó viéndolo con una sonrisa honesta, se sentía bien de que el Uchiha lo haya visitado. – Solo estoy un poco resfriado.
– No te creo, dime la verdad, Naruto – dijo sonando preocupado por él.
Parecía que su mentira sobre el resfriado no había funcionado y eso le molestaba, no quería que él Uchiha se sintiera culpable por sentir eso.
– Tsk – el rubio Chasqueó la lengua.
Lo tomo por los hombros y lo empujo situándose sobre él, sin poner todo su peso sobre él.
– ¿Enserio aún no te das cuenta? Te vi, Sasuke – dijo sonando serio.
– ¿Que viste? – pregunto el azabache sonando confundido por lo que había dicho.
– Besaste a Sakura.
– Eso no debería importarte – dijo sonando serio.
– Siempre me has tomado como un niño ¿no es así? Cuando te dije que te amaba iba enserio – También su tono era serio.
– Esto está mal, Naruto, no es correcto... – dijo si cambiar su expresión.
El rubio sin importarle nada más, lo beso, al inicio un simple roce de labios que luego se fue transformando en un beso apasionado en donde el rubio exploraba la boca del otro. Jadeos y suspiros se escucharon al separarse de ese beso tan apasionado que se acababan de dar.
– No me importa si es lo correcto o no, yo te amo, ttebayo – dijo con una gran sonrisa.
– Naruto yo... te amo – se escucho en un tono bajo de parte del Uchiha, el cual tenía un sonrojo en su rostro.
El rubio al escuchar esas palabras lo volvió a besar, está vez un beso más corto que al separarse este se aproximó a su cuello y comenzó a lamer y besar en la zona haciendo que el otro se estremeciera y soltara suspiros y jadeos...
Esa fue su primera vez, la primera de muchas, porque claro, esa era una relación prohibida entre un estudiante y su profesor, algo que nunca nadie debía saber, solo esas cuatro paredes fueron testigo del amor que se dieron esa tarde, la cual no sería la única.
Nadie sabe lo que les pasará en el futuro, solo se sabe que tendrán que pasar por muchos obstáculos que harán que su amor y su relación se fortalezca.
Este no es el final, solo es el comienzo de su historia de amor y pasión.
Fin?