Si tuvieras la oportunidad de decidir si ser hombre o mujer, ¿Qué elegirías? Me lo he planteado muchas veces y siempre llego a la misma conclusión. No valdría la pena, lo único diferente es que la sociedad no me vería como un “tipo raro” ¿Y porque?, sencillo. Me atraen los chicos, pero es prácticamente una ofensa contra la ley del país pertenecer a la minoría LGTBI, miseria es lo que nos depara a los homosexuales. El sueño de vivir en un país donde la homosexualidad sea completamente “normal”, no sé, como Estados Unidos… pero un patético escritor ruso de 24 años solo puede soñar, porque esa pequeña posibilidad se haga realidad.
No sé si pueda decirle a mi familia algún día que soy gay, probablemente mi padre un ex militar enloquecería, mi madre diría algo como que es culpa de las influencias extranjeras y probablemente mi hermano mayor me golpearía y luego dejaría de ser un Pavlov. Como si me gustara serlo.
Hacia unos meses y por causa de las constantes migrañas que me causaba estar con mi patética familia y su intento de ser “perfecta” decidí por fin independizarme; el poco dinero que tenía ahorrado gracias a las columnas que realizaba para un periódico local sirvieron para poder comprar una pequeña casa a las afueras de Yakutsk. Una casucha casi destruida, el olor a madera que invade el lugar es muy penetrante, pero, me pareció perfecto para iniciar con mi nueva vida. Uno de mis propósitos para este año 2015 constaba precisamente de Independencia y paz mental; ya en mis ratos libres me dedicare a la renovación de la casa. Total, tiempo es lo que me sobra.
Pero, ¿a que se debe esta tan extraña manera de contar los sucesos?, vamos Pavlov si quieres iniciar tu crónica debes hacerlo de la mejor forma posible. Como tal todo empezó en Enero 7/2015.
- Espero el lugar no le traiga más inconvenientes- Un ya señor de edad que para mi sorpresa no era “frio” me había echado una mano para arreglar la calefacción del lugar. Por suerte y no explotó, o los ahorros de toda una vida se habrían ido en unos minutos directamente a la basura.
Lamentablemente y para mi pesar había alcanzado a perforar una de las paredes del sitio. Me quede apreciando el zic zac que había dejado y un sonoro suspiro se escapó de mis labios. El sonido constante de una gota de agua que caía desde el lava-platos se combinaba con el viento furioso que azotaba la zona. El calor lentamente comenzó a inundar la habitación y una sonrisa despreocupada se marcó en mi rostro. Una casa horrible, con una enorme perforación en la pared de la sala, pero no tenía importancia en lo más mínimo para mí. Por fin, por fin después de tantos años estaba en un lugar donde me sentía cómodo, si quería andar desnudo lo podría hacer, si quería ver BL en las noches sin audífonos lo podía hacer, si quería traer a algún amante lo podría hacer sin preocuparme por “apariencias”; aunque tampoco es que tenga uno.
Solté una pequeña risita y me acerque hasta la pared de un tono blanco cenizo, que para mis ojos era más parecido al color de un periódico; gris y frio. En mi mente solo rondaban los cálculos monetarios y el tiempo que tardaría en poder dejar en perfecto estado tan solo esa pequeña zona de mi casa.
Mientras más la detallaba, más me daba cuenta que algo no encajaba con el resto de la estructura… mis dedos comenzaron a acariciar la pared notando inmediatamente con el tacto que no era ni cemento ni nada parecido, más bien se sentía como papel, ¿papel mojado? Comencé a quitar esa extraña capa y un hueco “echo” al parecer intencionalmente comenzaba a surgir, al fondo podía ver como una pequeña sombra que tomaba algo de figura. Al estar parte de la pared hueca todo tenía más sentido para mí, de ahí que no haya resistido el movimiento de las tuberías. La curiosidad me invadía las entrañas, no sabía que podría haber atrás de esa maldita pared y ahí es cuando mi absurda y loca imaginación comenzó a jugarme malas pasadas. “Un cadáver”, “oro”, “bomba” ¿Qué demonios era?... Por fin pude sentir el roce del objeto contra mis dedos. Era conciso, un cajón tal vez de madera, demasiado fría, podría jurar que está congelada…Con algo de dificultad comencé a jalar el cofrecito. Lo saque, claro, junto a mucho polvo y tela de araña.
- Bueno amiguito, ¿Por qué te escondieron ahí?- Mi voz por fin salía de mi garganta, aunque cualquiera que me oyera notaria lo angustiado que estaba.
Me levante con el cofre entre mis brazos, justo y directo a la cocina, debía deshacerme del maldito candado y no me pondría a buscar la llave. Mi curiosidad es mayor a mi paciencia. Tome un cuchillo cualquiera y comencé a forzar la cerradura.
- ¡Ábrete maldita!- “click”, el sonido de la victoria, sonreí y me deshice del candado. Tome una gran bocanada de aire, cerré mis ojos y abrí la tapa de madera. Podía oír mi corazón palpitando fuertemente, no transcurrió ni un segundo y abrí de golpe mis ojos.
- ¿un libro?-
Saque el libro que solo por notar ese cuero podía deducir los años de antigüedad, habían una cuantas fotos y cartas en el cofre, pero ya mirare eso más adelante. Camine unos cuantos metros y me acomode en el sillón negro de la sala, lo abrí y tan solo al apreciar sus hojas concluí en un instante que se trataba de un diario. Tal vez de guerra, ya que no es muy común guardar un diario tras la pared. La verdad, es que esto me gustaba cada vez más. Intente leer lo que decía en la hoja inicial, pero se me era imposible poder entenderlo.
La segunda hoja tenía una fecha Enero 7/1932, así que estaba en lo correcto, esto es de la época de la II Guerra Mundial. Toda la emoción que tenía desapareció al apreciar un poco la letra.
- Esto está en alemán- suspire cansado y apoye mi cabeza en mis rodillas, tenía que saber que había en ese diario, ¿Por qué estaba tan oculto? Mientras me recriminaba a mí mismo por no saber alemán, pero al menos trataría de entender aunque fuera el primer párrafo. -¡Vamos Pavlov, tu puedes!- me daba unos patéticos ánimos a mí mismo, pero me acomode nuevamente en una posición recta.
Luego de unas largas horas y con ayuda de internet había podido traducir de la mejor manera ese primer párrafo, si llegase a ser algo interesante intentaría encontrar a alguien que me ayudara con la traducción.
Enero 7/1932
No sé cómo empezar esto, jamás me vi escribiendo un diario. Pero a sabiendas de que no puedo decirle esto a nadie, he decidido plasmarlo en estas hojas. Patético, pero, no escribiré acerca de lo patético que soy, sino, de lo que siento bueno, desde pequeño siempre me creí diferente, las chicas no me llamaban la atención, pero era algo normal era un niño. Ahora que tengo 19 años… sé que no es normal, lo sé, porque mi mejor amigo me gusta. Es más difícil escribirlo que pensarlo. Sí, tengo 19 años soy un hombre y estoy tremendamente enamorado de mi mejor amigo Burke Clementi. Perdóname por cualquier cosa que nos pueda suceder, sé que este amor no tiene futuro y por eso, seré feliz siendo solo un amigo más. Pero es inevitable no enamorarme de tus ojos azules, tu piel blanca, tu cabello rubio, tu voz gruesa, el porte que tienes… soy un sucio maricón. Que Dios me perdone.
Por un demonios, ¿Qué acababa de leer?, o ¿siquiera si había entendido lo escrito?, acaso este viejo diario, ¿son los recuerdos de alguien como yo? No lo entendía, y tampoco quería echarle más cabeza al asunto, lo claro es que debía encontrar a alguien que me ayudara a traducir lo que estaba en ese diario, necesitaba saber su historia. Y era perfecto, podía escribirlo…. Las personas necesitaban conocer esto, saber que este sufrimiento lo han vivido muchas más personas en el pasado, debemos avanzar, tal vez no pueda cambiar las leyes absurdas de Rusia, pero podría crear conciencia en las personas. Esta era mi oportunidad, por lo pronto no sabía quién era el que escribía el diario, pero lo hare por él.
Pasadas las horas y luego de mucho navegar en internet había encontrado a un chico alemán que actualmente vivía en Yakutsk, era ideal. Solo me quedaba contactarle y apartar una cita para comentarle la situación, no me importaba pagar lo que fuera, pero lo que había en ese diario era oro puro. Lo presentía.
Continúara....