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Maldito Min YoonGi por Miss TaeGi

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Notas del capitulo:

Gracias por leer. *¨*¨

 

 

Min YoonGi estaba avergonzado, no era natural en él aquella actitud de timidez, pero por favor, ¿quién en su sano juicio no estaría así luego de ser casi obligado a usar una falda por sobre las rodillas, peluca de mujer y maquillaje más excesivo que de costumbre? Sus piernas tenían una corriente al caminar que le causaba escalofríos constantes cada que avanzaba sus pasos, la peluca comenzaba a causar comezón sobre su nuca y su cara de desagrado nunca estaba demás.

La grabación había terminado hace rato con éxito luego de los chorros de agua de J-Hope, los gritos de un divo nombrado Jin, un “intelectual” que no hacía más que alardear, un intento fallido de “presidente de la clase” y la mala actuación de un chico rudo. Pero de hecho se había divertido bastante con las bobadas de los mocosos y su Hyung.

Estaba sentado en una silla con las piernas cruzadas para evitar que se vea más de lo necesario con la falda, por un lado agradecía que ésta fuera un poco más debajo de las rodillas para así evitar mostrar tanto sus maravillosas piernas que alardeaba con orgullo, pero igual resultaba incómodo ya que una mirada se paseaba sobre su cuerpo una y otra vez. Se estaba hartando y lo único que pedía era que se apuraran en los vestuarios para poder cambiarse e irse satisfecho a dormir para olvidar otro trauma más.

Sintió un peso desplomarse como vago a su lado, Taehyung gemía al estirar su cuerpecito y sentir todas sus articulaciones relajarse al sonido de sus huesos sonarse y soltar un suspiro cargado de cansancio.

-Hyung, puede que me golpee, pero realmente se ve lindo.- confesó Tae con un ligero sonrojo dirigiendo su mirada a las mejillas sonrosadas de Suga, sus piernas se tensaron y se apretaron entre sí al escuchar las vergonzosas palabras de su dongsaeng tan raro que no mostraba interés a nada que no le pareciese bonito.

-Supongo que gracias.- respondió sonrojado apretando más sus piernas desnudas pues la maya le molestaba y se sentía raro, no eran igual a sus tan amados jeans de cuero apretados al cuerpo, claro que no.

A decir verdad ambos sentían una atracción física por el contrario, digo, ¿quién no se interesaría en V, un chico con la piel canela que sería deliciosa al paladar, con una extraña pero cautivadora sonrisa y una voz gruesa que moja miles de bragas? Pregunto. Y YoonGi, si no tuviese ese falo que lo clasificaba como varón era fácil de confundir, miles de hombres dudaban de su heterosexualidad a fin de cuentas al ver sus manos finas y delicadas al igual que su rostro, unas piernas que desearías que caminase frente tuyo día y noche y ¡Dios! Ése maldito trasero que por una explicación casi irracional tuvo que crecer. Algunos agradecían porque estuviera comiendo mejor ya que, como dicen: todo va a las nalgas. (Excepto si eren Jungkook, ahí la comida va al estómago y punto.)

Los dos jóvenes esperaban pacientes a que los camerinos privados se desocupasen, ya que sólo había dos y uno era ocupado por un chillante Jin que se probaba cada prenda a su gusto y gritaba horrorizado al ver que nada le quedaba, tenía su orgullo de diva algo herido luego de ver a YoonGi y pues, como no, un NamJoon que era reprendido detrás de la puerta por un Jin furioso al ver una y otra vez su conjunto favorito de ropa arruinado con comida y algunos raspones.

Nota Mental de Jin: la próxima vez pedirle que le traiga la ropa J-Hope.

Jin aún no salía de uno de los vestidores y los cuatro restantes de Bangtan ya estaban listos para irse, excepto V y Suga ya que apenas había salido Jimin de cambiarse y tenían el tiempo contado, un ensayo para el ComeBack en febrero era el causante del agobio ante los muchachos que no paraban de insistir a Jin que se apurase.

V y Suga tuvieron que compartir camerino.

Se desnudaron frente a los ojos del otro.

Una peluca cayó y el maquillaje fue retirado con sus propias manos.

Y no pasó nada dentro del cuarto.

¡Porque el maldito revolver de YoonGi era de verdad!

Suga no estaba para juegos con un arma en mano y sabía que la mirada que le daba Tae al deslizar la falda por sus piernas no era nada sana como suponía. Ambos tuvieron un ambiente bastante incómodo y roces indecentes con la mano de Taehyung y el trasero más grande de YoonGi.

Taehyung dejó de ser inocente en el momento en que vio el baile de Blood Sweat And Tears y sintió el camino de los finos dedos de su mayor hasta llegar por su cuello y rozarle la nuez de Adán de una forma excitante según nuestro alíen.

Pero aun así, después de todo nunca dejó de sentirse inferior a todos por el cariño de su Hyung. Sí, porque en un sueño admitió que estaba enamorado de él, pero qué se le va a hacer, las confesiones son duras y Tae no quería arriesgarse a perder los únicos momentos que YoonGi le prestaba mínima atención. Siempre se sentía burlado bajo esos penetrantes ojos oscuros, escuchando escondido las veces que Suga dejaba de escapar un “es bastante raro” de sus labios hablando con Jin (ya que SeokJin quería opiniones de todos sobre todos para evitar discusiones) Le dolía que a veces lo etiquetaran de extraño, y trataba de evadir esas palabras con su sonrisa cuadrada. Le dolía más de su Hyung y por eso se esforzaba en demostrarle su cariño adecuadamente.

Pero un día se cansó de estas estúpidas cursilerías y se propuso algo esa misma mañana:

Se follaría a Min YoonGi.

“Que guarro” pensarán algunos, “morirá en el intento” dirán otros, “mira el tamaño de esos huevos” dirá Wanda en el capítulo de los Padrinos Mágicos de ése día; puesto que desde la última vez que pudo tomar un baño al lado de su Hyung pudo contemplar el cielo, benditos sean sus ojos que han visto un cuerpo con una hermosa piel blanquecina sin ser profanada (aunque últimamente estaba ganando más color)

El auto iba lleno con los siete chicos más el conductor más las maletas, todo repartido equitativamente, tres sentados en una hilera, tres en la otra, más el sobrante quedando solo en compañía de las mismas valijas. YoonGi se las arreglaba para siempre conseguir el mismo lugar, marginándose él mismo de todos para pasar un tiempo a solas con sus dos placeres: la música y una pequeña siesta.

Llegaron a horario para la prueba de vestuario y como el tiempo era corto al día siguiente harían la sesión de fotos y prepararían el escenario para grabar completo el MV, eso llevaba bastante tiempo por las partes individuales, corrección de errores y algún corte de escena.

Exhaustos llegaron al departamento donde los siete vivían actualmente, su mánager no estaría esa noche y pareciese que todos tendrían un gran sueño pesado por el cansancio escrito en sus rostros.

Excepto una personita que llevaba una falda dentro de su mochila todo éste tiempo.

Al dar las doce de la noche todos por inercia cerraron los ojos, cinco personas fueron envueltas entre sábanas y sueños lindos y posiblemente húmedos (NamJoon cof) Lamentablemente no pudieron dormir juntos ésta vez porque, para gusto de algunos, el departamento de ahora era más grande con más de ocho habitaciones. Una se convirtió en estudio. YoonGi agradeció de corazón tener un poco de espacio para él porque a decir verdad Jungkook era algo irritante para su persona.

Las costumbres nunca cambian, se decía YoonGi sentado sobre su cama, la laptop sobre sus piernas cruzadas y semidesnudas gracias a las blancas sábanas y sus calzoncillos de marca. Una remera negra con un estampado de Kumamon era su pijama de la parte superior de su cuerpo, estaba acostumbrado a estar a altas horas de la noche con auriculares puestos, buena música y grandes ideas en su mente para pasarlas por escritos que pronto tendrían melodía.

Tres golpes sobre su puerta lo distrajeron de su labor, se sacó los cascos de los oídos y fue a abrir la puerta arrastrando sus pies desnudos sobre el piso de madera con algo de molestia, hubiese sido peor si estaba durmiendo, no se enojaría con la persona que estaba al otro lado.

Pero se equivocó.

Taehyung estaba parado con la cabeza gacha y ambas manos tras su espalda, una sonrisa traviesa la acompañaba junto a unos ojos que ansiaban poder realizar una fechoría con un hermoso final. Se balanceaba suavemente para comprimir alguna risilla loca que se colara por sus belfos.

-¿Taehyung, qué pasa? – preguntó Suga recargándose en el marco de la puerta de brazos cruzados, tuvo que alzar un poco la vista dada la molesta altura de Tae. La oscuridad no ayudaba mucho para comprender la mirada del menor.

V entró empujando a Suga en el proceso sin siquiera decir algo, cerró la puerta detrás suyo con pestillo y sus dientes hicieron su aparición cuando sus belfos se curvaron en una perfecta sonrisa.

-Hyung… - formuló haciendo su voz más grave que de costumbre, levantó su vista y le vio temblar a causa de sus palabras, aunque fue una sola, la luz de su laptop no servía de mucho para descifrar las incógnitas en la mente de Taehyung.- ¿Puede hacer algo por mí? – continuó con ese aire pícaro sobre su rostro, sus manos pegadas a su espalda. Ni siquiera se había cambiado la ropa para ponerse el pijama, suponía que tampoco se había acostado en su cama.

-Adelante. – inquirió indiferente a la situación, sabía lo raro que éste podría ser así que ya no le interesaba tanto si haría una de sus tantas locuras nocturnas; como esa vez en la que aplaudió con fuerza a mitad de los sueños de los demás, y él también estaba dormido.

Tomó su laptop y la dejó sobre su escritorio, divisó la hora un momento.

Las 03:33, la hora de los muertos.

Un escalofrío amenazó su cuerpo de manera violenta, pero el peor espasmo se provocó cuando Taehyung posó su mano derecha por la cintura de YoonGi, acariciando con suavidad por sobre la ropa su piel, llegando a contar sus costillas con sus dedos pero más de una vez se había perdido. Escuchaba la respiración acelerada de su mayor, daba respingones grandes de vez en cuando y mantenía sus manos apretadas contra la madera artificial de su mesa, y aun así no se quiso librar de esas mil sensaciones que le causaban una sola mano, se moría si tenía aquel cuerpo completo sólo para él.

-Hyung – susurró con voz ronca V cerca de su oído acercando su pelvis a la espalda de Suga por la altura - ¿aún quieres hacerme ése favor? – continuó haciéndole recordar la pregunta que le había hecho segundos antes.

-Aléjate, mocoso. – trató de sonar rudo usando su voz grave, pero consiguió que ésta saliese entre suspiros y balbuceos, el calor subía desde las plantas de sus pies hasta la última hebra de sus cabellos teñidos de reflejos azules.

-Sé que quieres, YoonGi. – mordió su lóbulo recibiendo a cambio un leve jadeo del contrario. Lo tenía. El respeto lo mandó al caño y continuó jugando un poco más con la no tan pálida piel de Suga, saboreando la piel de su nuca y cuello sin dejar chupetones o peores cosas.

Suga se rindió, dejó su cuerpo caer a la tentación que le ofrecía aquel mocoso con grandes manos y mil ideas locas en su cabeza, había perdido todo rastro de raciocinio con el camino de besos en su cuello; inclinó su cabeza a un lado para dejarle más acceso a los labios cálidos de su menor mientras él se dedicaba a suspirar y jadear cada vez que encontraba un punto de cosquilleos que ni él propio sabía que tenía. Una mordida en su hombro y Taehyung terminó por separarse de su Hyung, sacando el secreto que tenía tras su espalda.

-YoonGi, usa esto. – le entregó la falda que Suga había usado esa misma tarde, los colores no tardaron en subir al rostro del más bajo.

-No. – respondió seco con todo el odio del mundo marcado en su lengua. Ya había sufrido una vez no lo volvería a hacer.

O eso pensaba antes de sentir los labios del contrario sobre los suyos.

Todas sus dudas se aclararon en ese simple toque de sus labios, sabían a canela, eran cálidos y derretían su alma. No eran como los suyos, fríos y ásperos, pero se dejaba quemar por esos belfos. Las lenguas no tardaron en aparecer dando inicio a algo más violento y excitante.

La ropa fue desapareciendo y la laptop se apagó por quedarse sin batería, estaban iluminados por la escasa luz que dejaba traspasar las cortinas blancas de su habitación. Sus besos daban esos típicos chasquidos y sus cuerpos se frotaban con violencia, el pecho de YoonGi fue descubierto y explorado con las manos de V. Los bóxer negros seguían apretando su creciente erección pero no podía sacárselos, no cuando trataba de quitarle esas inútiles prendas a Taehyung.

-Póntela. – esta vez no lo pidió, lo ordenó. Sus manos bajaron aun con la tela, sus dedos acariciaron su espalda con mucho cuidado, llegando a su trasero en donde no tuvo piedad, lo pellizcó varias veces escuchando los gemidos de Suga. Arañó con sus uñas las delgadas piernas de su mayor, bajando de paso también sus besos por su cuerpo ya desnudo pero aun con esa molesta prenda tapando sus partes nobles.

Tiro el elástico de su ropa interior con sus dientes y puso la falda de manera fácil para que Suga pudiera meter sus pies. Y así lo hizo.
La tela de la falda se deslizaba sin pudor y con lentitud por sus piernas hasta llegar a su cintura, pero ahí no se detuvo. Taehyung dobló un poco la tela para que la pollera quedara un poco más debajo de sus muslos, como las usaban las chicas de secundaria. 

-¿Qué harás? – se atrevió a preguntar Suga en voz baja, recordando que no se encontraban solos en ese departamento; volvió a sentir los labios de Taehyung sobre su cuello, su lengua lamía gran parte de su nuca erizando sus cabellos. Las manos grandes de V danzaban sobre su cadera creando trazos pequeños, contando las estrellas que creaban sus lunares e imaginando mil y un constelaciones.

-Qué no te haré, debes preguntar. – corrigió con una sonrisa acariciando las mejillas de Suga con sus dientes, pasando a suaves besos que hacían suspirar al corazón del pálido.

No esperó mucho para sentir la erección del contrario golpear contra su espalda baja de una forma violenta, los nervios le invadieron creando temblores sobre todo su cuerpo, su cerebro se apagaba a medida que las caricias de V se hacían más firmes sobre su piel. Ya no hablaba, los suspiros y débiles jadeos se habían apoderado de su boca como también lo hicieron los labios de Taehyung.

Tae lo alejó de su cuerpo con brusquedad para encaminarse hasta la cama y sentarse con ambas piernas cruzadas sobre el camastro, apreciando con una sonrisa infantil la cara anonadada de Suga, quien miraba desconcertado y excitado al menor.

-¿Qué esperas? – se atrevió a preguntar mirándolo más lascivamente.

-¿Qué? – le contestó con otra pregunta Suga casi gimoteando por lo excitado que se encontraba, sus piernas se apretaban por la vergüenza y trataba de bajar más la falda, pero la mirada reprobatoria de Tae le impedía hacerlo, quería gritarle que dejara de joder con él y que en vez de eso le jodiera el culo, pero no se atrevía.

-Modela para mí. – canturreó con aires de grandeza teniendo una hermosa vista del cuerpo de su mayor, encendió el velador no tan fuerte, dando una luz tenue en el cuarto.

YoonGi suspiró dándose ánimos, no sabía qué hacer para complacer los caprichos del mocoso. Su mano derecha se deslizó temerosa por su torso hasta llegar a su cintura y posarla ahí, sacando un poco más su trasero y así acentuar sus curvas; aclaró su voz y bajó la mirada al erecto pene del contrario que armaba una carpa con su ropa interior.

-¿Así…? – preguntó con la voz queda. Recibió un ronco gemido de Tae como aprobación.

-Date la vuelta. – ordenó rebuscando entre sus pantalones su celular, la morbosidad estaba actuando en él y no la evitaría, creería que se harían muy buenos amigos. Cuando se volteó con celular en mano vio lo mejor del mundo, YoonGi estaba agachado, a cuatro patas alzando el trasero y meneándolo suavemente, se había quitado su bóxer y dejaba expuesta su entrada virgen media oculta por las nalgas.

-¿Así? – desde cuándo tan sumiso, la desesperación comenzaba a emanar de su cuerpo al igual que el aroma a sexo, sentía un picor incontrolable en su estómago y aun así no sentía la necesidad de correrse; la falda se manchaba con su pre-semen escurriéndose por sus piernas. El sonrojo de su cara le quemaba y sus ojos cristalizados le mostraban tan inofensivo.

-Perfecto. - alagó buscando en sus aplicaciones la tan ansiada cámara y comenzando a sacar fotos de diferentes ángulos, sería un gran fotógrafo. Le fascinaba el arte de un cuerpo desnudo pero ahora sólo disfrutaría del cuerpo de su Hyung. Dejó el celular sobre el escritorio y con ambas manos tomó las nalgas de su mayor, masajeándolas a su gusto, separándolas escuchando los suspiros satisfechos de Suga.

-¿Quieres algo? – interrogó con cierta sorna acariciando con uno de sus dedos la entrada del contrario, sintiendo su palpitar nervioso bajo la yema de sus dedos. Bajó sus labios por el hombro derecho de YoonGi, deslizando sus dientes hasta su omóplato y bajando su lengua por toda su columna hasta su espalda baja, besando y mordiendo la zona sin dejar marcas.

-Quiero… Que me folles. – suspiró frotándose más contra su cuerpo, sus dedos se aferraban al frío suelo tratando de sostenerse a una cordura casi inexistente. Sus labios dejaban escapar su saliva y sus ojos no se libraban de las lágrimas de excitación, los dedos de su menor eran demasiados para su cuerpo.

-Muy bien. – su voz ronca causó escalofríos en el cuerpo casi etéreo de YoonGi, ambos estaban excitados a tal punto que habían dejado atrás la ética y raciocinio.

Metió un dedo sin previo aviso y Suga ahogó un gemido que quedó adolorido en su garganta, su corazón se aceleró y su pecho suplicaba por más aire, pero nada podía dar. Los dedos de Taehyung eran largos y gruesos, arrasaban con su interior llegando a rozar su próstata de una embestida. Su espalda se arqueaba y su boca dejaba escapar audibles gemidos que fueron callados por los besos de V.

-Duele – gimoteó mirándole con suplica con sus ojos rasgados y de cristal, su cuerpo tembló ante la intromisión de otro dedo provocándole un jadeo doloroso. – Para. – suplicó casi sin aliento tratando de alejarse del placer.

Taehyung hizo oídos sordos a sus súplicas y movió despacio el único dedo que se atrevió a entrar en el interior de su mayor; besaba su espalda y acariciaba su miembro para distraerlo del dolor y lo consiguió, ganándose roncos gemidos provenientes del cuerpo contrario. Trató de meter un segundo dedo pero YoonGi estaba tan tenso que se sintió aprisionado por esas paredes, si seguía así le arrancaría los dedos o inclusive le sacaría el pene de una mordida.

Trató de moverlos levemente escuchando los jadeos de Suga causando mayor excitación en Taehyung. Sintió el cuerpo de YoonGi más relajado ofreciéndole mayor libertad a sus movimientos, sus dedos subían y bajaban por su interior danzando a una silenciosa melodía; pronto ya no hacía falta tanta tortura ante los pobres dedos de V, así que decidió agregar otro recibiendo un largo gemido como respuesta.

Era incómodo doblegarse sólo por unos cuantos dedos, YoonGi se reprendía por ello, pero maldita sea, cómo no hacerlo cuando tienes los labios de Taehyung aprisionando los tuyos. Se fundía con él, con su calor corporal y con el fuerte placer que emanaba de sus poros.

-Hyung- susurró contra su lóbulo tomándolo entre sus dientes, el poco respeto había vuelto y se había ido con un pestañeo cuando propinó una fuerte nalgada contra los glúteos de Suga quien sólo pudo ahogarse entre el dolor y la excitación-. Eres tan jodidamente hermoso- alabó con su voz gruesa arrimándose más contra su cuerpo, sus dedos se hundieron más en la estreches de YoonGi cuando golpeó con su pelvis la espalda de Suga. V era un pervertido; y maldecía una y otra vez a Jimin y NamJoon, toda la culpa recaía en ellos y él lo sabía.

-V~- canturreó la única sílaba sintiendo su lengua áspera buscando quien saciara una sed que no sabía que había creado, se movía con insistencia tratando de sentir más de lo que ya estaba probando.

-Quiero enterrarme en ti, hacerte suplicar y ver hasta dónde puedes gritar, te quiero partir en dos y lo voy a hacer- propuso Taehyung cegado de placer, teniendo en mente la imagen de su Hyung abierto de piernas gimiendo sólo para él. El placer le había dado con puño limpio y la morbosidad no espero turno pues le atacaban sin cesar.

-Hazlo.- le incitó con una sonrisa meneando sus caderas pese al dolor, quería probar hasta dónde llegaría la cordura del menor, quería controlarlo y que lo follase de una vez, sus deseos impuros emanaron de una forma violenta esa noche y el pudor no se atrevería a pasar. Se separó de los dedos del otro con un quejido suave, enderezándose un poco para poder verle, intimidarle con sus ojos negros, contagiarle la desesperación, ansiedad por sentir más de lo que ya habían hecho. Lo besó, obligando a ambas lenguas juntarse enseguida suspirando entre sí.

Taehyung se fue apoyando en el suelo cada vez más cuando YoonGi caía suavemente contra él, paseando su blanquecina mano por el dorso de V, acariciando sus tetillas sin dejar de besarlo jadeante, la mano estaba caliente y provocaba escalofríos sobre su piel, erizando unos cuantos pelos de su cuerpo. Suga no tuvo piedad, mordisqueó con violencia el cuello de V acariciando sobre la ropa el miembro pronunciado del contrario, su lengua saboreaba la piel canela de Taehyung sin dejar pasar desapercibido ningún lugar, escuchando satisfecho los suspiros de V.

Llegó a su pelvis en donde dejó unos cuantos besos sobre la pancita de bebé de V quien se retorcía levemente por las cosquillas mínimas que conseguía. El elástico de la ropa interior comenzaba a molestarle y, al ser una persona de poca paciencia, casi se la arranca sino fuese porque Tae le ayudó a bajarse la molesta prenda, y la cara de YoonGi fue golpeada sin mucha fuerza por el duro pene de V que había salido como resorte, vaya que este niño estaba dotado. Extasiado lamió la punta del glande que era cubierta por la piel, pero fue retirada por los belfos de Suga, la punta de su lengua la metió atrevidamente por el prepucio saboreando más fácil el pre-semen y escuchando los jadeos de aprobación del menor; con sus dientes bajó más la piel dejando el glande más expuesto, suspiró pesado dándose ánimos y abrió su boca para meter hasta la conciencia (o lo que daba) el duro falo de V.

Tae se sorprendió por el calor que desprendía la cavidad bucal de YoonGi, las sensaciones que causaba su saliva escurrirse para perderse en sus testículos y cómo su lengua se movía como espirales contra su carne; las vibraciones de su garganta eran tan fuertes cuando golpeaba su úvula que llegaban a tal punto de doblar los dedos de sus piel por el enorme placer, si así era su boca ni imaginar su trasero. Suga tenía los ojos cerrados y acariciaba con ambas manos la pelvis y estómago del otro para sostenerse y no ahogarse con su pene, era grande y la mandíbula le empezaba a doler. Lo sacó y escupió un poco sobre él cambiando a sus manos para masajearlo un poco.

-Tienes buen sabor.- comentó sonriendo limpiando sus labios con su antebrazo libre, su diestra masajeaba más fuerte el falo deteniéndose momentáneamente para repasar su dedo índice contra el prepucio.

-Oh… Sigue- suspiró tomándolo de la nuca y así acercarlo a sus labios, jugando con ellos con su lengua de manera graciosa para él, tampoco que fuese un experto en ello.

YoonGi gateó suavemente hasta quedar encima suyo dando respingones de vez en cuando al sentir la mano atrevida de Tae sobre su cintura, juraría que pronto se la cortaría si seguía así de larga, sólo después de follar. Nunca supo lo extraño que podía llegar a ser V en todos los ámbitos, su sabor era extraño, su tacto igual. Y aun así le encantaba.

-¿Cuándo aprendiste a besar y tocar así?- preguntó divertido sentándose sobre su regazo dejando leves besos sobre su rostro y párpados. Agust D, un rapero que le tiene odio a la mayoría del mundo aún si no te conoce, siendo meloso con un chiquillo por unos cuantos besos, qué cosas ¿no?

-Wikipedia.- contestó con simpleza alzando un poco más la falda, persona rara: fetiches raros. Acarició con fuerza las nalgas de Suga, repasando con sus dedos las marcas suaves que había provocado con orgullos, sus dedos se colaron de nuevo traviesos contra la entrada de Suga pero sin entrar, lo torturaría un poco, sólo un poco.

¿Por qué no van a la cama? Esa pregunta le llegó a V al momento de morder la lengua de YoonGi, extrañamente sabia a cereza, y las envolturas en el suelo confirmaban una duda que se esfumó apenas la había formulado. Se levantó dificultosamente por el peso extra sobre su cuerpo tomando al pálido desde las nalgas.

-Hasta que decides ir a un lugar más cómodo.- se burló Suga siendo depositado sobre la cama con delicadeza, sus piernas por inercia se enredaron en la cintura del otro.

-Me conformo con el lugar.- le respondió alzando un poco más la falda que comenzaba a ser una molestia pero por nada del mundo se quitaría ése privilegio de verlo así, un YoonGi tan atrevido se saboreaba por dos cuando una falda cubre su intimidad.

-Eres bastante sencillo para unas cosas, Taehyung – comentó con una ligera sonrisa mientras habría sus piernas dispuesto a recibir a V en su plenitud, sintiendo la leve fricción de sus miembros y echando la cabeza hacia atrás disfrutando del placer de aquel simple toque -. Eres bastante bueno para estas cosas.- susurró con sorna, más que palabras eran jadeos medio entendibles.

V no hizo caso a nada, sus labios rápidamente se posaron sobre la piel de su mayor sin importarle los demás chicos o siquiera pensara en la salud mental de sus vecinos, estaba perdido; perdido en la locura que le causaba un simple cuerpo, una simple sonrisa. Maldecía todo.

Maldecía el tacto de Suga, maldecía que fuese tan atractivo, que el trasero le hubiese crecido, que su voz apuñalara su corazón una y otra vez hasta romperlo, que fuese el causante de sus lágrimas nocturnas y sus sonrisas diarias. Él quiere a su Hyung, ama a su Hyung, por eso lo odia.

Su miembro palpitaba con violencia cada vez que la piel de Suga chocaba contra la suya; la fricción de ambos cuerpos lograban que ambos respiraran pesadamente tratando de recuperar el poco oxigeno perdido. Sus miradas se conectaban, sus labios ya no soltaban más que jadeos roncos y alguna que otra súplica, sus ojos reflejaban el fuerte deseo por el otro y sus besos terminaban ahogándose en sus almas.

-Maldita sea, Taehyung, apúrate – su ano ansiaba por más contacto del caliente glande de V, sus uñas ya se deslizaban por los hombros canelas del contrario con parsimonia.

-Hyung – dijo ronco V comiéndose con la mirada la hermosa expresión de Suga, perdido en sus ojos oscuros y profundos que gritaban silenciosamente su nombre hasta quedar agónico, pasó su lengua por sus labios saboreando la piel de YoonGi -. Es tan malo conmigo, tratándome de esta forma…- canturreo con voz lastimera acercándose a él, apoyándose sobre sus rodillas y codos, saboreando el cuerpo desnudo de su Hyung, sintiéndose morboso al disfrutar verlo sólo con una falda.

-Eres un maldito por tenerme así – jadeó YoonGi con la excitación desbordando su cuerpo, sus piernas le dolían y apenas formulaba palabras que se pudieran entender.

-Tú eres el maldito, eres un maldito hijo de puta que me tuvo que enamorar y hacer miles de cosas malas para llegar hasta aquí, hiciste que cambiase sólo para que me miraras, me hiciste llorar muchas noches por tu dura indiferencia hacia mí, pero cuando logro abrirte las piernas y doblegarte con unos cuantos besos ahí sí existo para ti – confesó mirándole con el mayor odio, sus labios estaban rectos sin ninguna expresión, en cambio sus ojos se aguaron por el dolor de su pobre corazoncito.

-¿Qué? – no entendía a dónde querían llegar las palabras de Taehyung, si a su conciencia o a arruinar su calentura. Se atrevió a poner el velador un poco más alto para poder ver esos brillos en sus ojos romperse poco a poco, lo tomó del mentón con una actitud más seria.

-No empieces a joderme ahora, Min YoonGi – escupió tomándolo nuevamente de las caderas posando sus manos sobre su pecho para que quedase en la cama – que yo te joderé el culo. –terminó su oración con una sonrisa olvidando el rastro de lágrimas sobre su rostro, posicionando su glande para que entre sin dificultad.

-No, e-espera T-Taehyung – los nervios se hacían presente en su cuerpo, su voz temblaba y se negaba a más tacto ahora que estaba más cuerdo que antes, sus uñas le arañaban el pecho para que se alejase pero eso sólo provocaba más excitación en V.

-No empieces a cerrar las piernas ahora –su voz sonaba áspera y se paseaba por la piel de YoonGi de una forma dolorosa y excitante, la falda le daba mucha vergüenza a estas alturas, se la quería quitar. Pero un golpe sobre su nalga le quitó la poca dignidad que tenía.

-Para… Por favor – suplicó al borde del colapso, el miedo se acrecentaba y sus piernas dolían, el raciocino le golpeaba como balde de agua fría. Trató de alejarse pero su cuerpo terminaba chocando contra la pared y el respaldo de la cama, sus pies se enredaban en las desparramadas sábanas. De una forma u otra, trataba de escapar de las garras de un lobo.

Porque sí, Taehyung era un lobo muy mimoso y juguetón, quien en las noches lloraba a la luna por tenerle miedo y en el día era tan hiperactivo olvidándose de un llanto ya disperso. Era cuidado por todos y él trataba de protegerlos, sin embargo su rareza era tan extraña que terminaba por lastimarlos. Haciendo oídos sordos a los gritos de su corazón y cerrando los ojos para evitar ver sus miedos pudo sobrevivir. Pero esa noche su lado bestia había salido, por primera vez le había aullado a la luna y enterrado las garras en un cuerpo tan inocente como lo era el de YoonGi. Sus ojos perdieron la alegría por culpa de un ciego corazón y su control se fue a la mierda por la excitación.

-No me detendré… Hyung –susurró, su glande se abría paso dentro del interior de Suga mientras éste se aferraba a sus hombros y trataba de aguantar gritar maldiciones por el fuerte ardor, sus ojos dejaban escapar tantas lágrimas que creyó desmayarse. Sentía como el pene de V se habría paso en su interior con tanta fuerza pero paciencia, trató de aferrarse a algo que no encontró, echó la cabeza atrás cuando sintió la mitad de aquel falo, juró sentir sangre escurrirse por sus piernas.

-Por favor… D-duele –gimoteó con la cara cubierta de lágrimas, su cuerpo estaba tan tenso y tan adolorido, sus pies pataleaban levemente tratando de buscar apoyo sobre la cama, sólo consiguió que Taehyung elevara sus piernas para que sus pies queden colgando sobre sus hombros. Sus manos trataban de tranquilizarlo, acariciando con sus dedos sus facciones, pasando sus dedos bajo sus ojos y sonriendo para tranquilizarlo.

-Perdóname Hyung. –le lloró por última vez, tomando sus labios en un suave beso que hubiera durado toda la noche sino fuera por los suaves movimientos de su pelvis contra la dilatada entrada de YoonGi.

La falda fue desabrochada y retirada, rompiéndola en el proceso, no les importaba recibir preguntas del CEO acerca de la prenda para al final darla por perdida. Aunque su pene no estuviese por completo dentro suyo se movía lentamente, ambos jadeaban por los calientes roces de sus manos sobre ambos cuerpos, Suga tallaba el abdomen de Tae, delineando sus dedos en zonas específicas como su pequeño estómago. V delineaba sus piernas desde sus muslos hasta chocar con sus nalgas, de un arrebato metió su hombría por completo sintiendo la estrechez de YoonGi aprisionarle con fuera, supuso que lo había lastimado.

-¡Taehyung! –en cambio recibió un gemido tan alto que creyó despertar hasta a Rap Monster; sus movimientos se aceleraban cada vez que sus miradas se encontraban, jadeos inundaban el cuarto de Suga y el olor a sexo era tan embriagante que ambos creían por finalizada esa noche.

Que equivocados estaban ambos.

Creo yo que incluso habían superado al Kamasutra de tantas posiciones que habían probado; contra la pared, en el suelo, contra el escritorio y también la puerta. Ya contaban con cinco orgasmos que poco les habían zaceado.

Se habían olvidado de todo ya, eran ellos dos solamente, conectado a base de besos o miradas además de sexo, se balanceaban el uno al otro dejando atrás el dolor y sus consecuencias. Sus respiraciones dejaron de ser normales cuando las embestidas que se propinaba YoonGi aceleraban el ritmo.

Suga hacía gran esfuerzo de voluntad para cabalgar a V sin parecer una perra gimiendo, pero le era complicado al sentir cada vena palpitar en su interior además de su caliente glande golpear contra su próstata incontables veces, sus sensibles pezones eran atrapados por los dientes de Tae con ayuda de su mano mientras su zurda golpeaba contra los glúteos de su mayor.

-Me… Me c-corro – jadeó con la lengua adormecida de tanto morderla, sus movimientos ya eran erráticos y sentía el miembro dentro suyo estar más duro, tanto semen en su interior le hizo fácil la tarea de saltar con ambas manos apoyadas en sus hombros.

-V-vamos YoonGi… Hazlo p-para mí – jadeó ronco contra su oído atrapando en su boca su lóbulo, saboreando su pendiente de plata sin importarle si se lo traga, cualquier cosa lo vomita.

YoonGi asintió saboreándose los labios, sintiendo los tonos subirles hasta donde no cabía cuando las grandes manos de Tae atraparon su cintura ayudándole a saltar con más fuerza y precisión.

Un último beso acalló sus gemidos, los pálidos dedos de Suga se perdieron en la cabellera castaña de Taehyung justo en el momento en que sintió el espeso líquido de V llenarle y derretirle mientras él lo hacía sobre su pecho.

-Te amo –susurró V con miedo, y recibió una sonrisa cansada acompañada de ojos opacos que demostraban un pequeño cariño que iría creciendo con el pasar de los días.

Terminaron por esa noche con un quejido al separar sus cuerpos. Durmieron pegados con el sudor y la esencia de ellos; en la mañana no dijeron nada, se dedicaron un beso y una sonrisa, la noche quedó en la noche y ellos volvían a ser los mismos chicos que el día anterior.

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El episodio 12 de “Run BTS!” concluyó exitosamente, Jimin fue liberado de la celda junto a Jungkook para ir a comer al lado de NamJoon y Jin, el mayor de todos contando cada chiste que se le ocurriese junto a HoSeok, las risas eran tan ensordecedoras; estando tan concentrados en la comida o en la pobre comedia que no se dieron cuenta que dos individuos faltaban.

V probaría tener un momento a solas con Suga dentro de esa celda, una cachiporra de oficial no era lo mismo que un dildo pero lo intentarían, sonrieron cómplices de un secreto arriesgándose a incluso un despido. Se besaron en silencio y consumaron su acto con prisa pero delicadeza.

 

 

Taehyung es tan raro, eso es lo que le encanta a YoonGi


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