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35. Locas Navidades familiares en la Manada Kim (24) por dayanstyle

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CHAN HEE Y BYUN HUN

 

Byung estaba sentado en la silla del barbero, leyendo una revista sobre la paternidad que uno de los clientes había dejado.

Bufó mientras recorría las páginas.

 

—Aparentemente esa gente nunca había  criado cachorros gemelos antes. —Se preguntó si habría una revista para padres para eso.

Probablemente no.

 

Lanzó la revista a un lado y se estiró, preguntándose por qué incluso había ido al local hoy. Estaba cerca la navidad. A ocho días, y Byun dudaba que alguien tuviera el valor de salir al frío para un corte de cabello.

Aunque sabía que estaría ocupado un día antes. Todo el mundo quería verse bien en navidad. Byun prefería estar en casa con su pareja y cachorros. Está bien, quizás necesitaba un descanso. Eso era porque estúpidamente había venido al pueblo y abierto la peluquería hoy.

Byun se acercó hacia la puerta y vio hacia afuera a la villa Kim. El pueblo estaba tranquilo, difícilmente se veía a alguna persona. Trató de imaginar cómo se vería el pueblo cubierto de nieve. Qué mal que eso era raro en esta área, ni siquiera sabía si incluso hubiera sucedido. Byun quería montañas de nieve para que su pequeña familia pudiera pasear en trineo y hacer ángeles en la nieve.

Vio en la televisión a pequeños niños haciendo un mono de nieve. Oh bueno, al menos tenía una gran familia para estar agradecido. ¿No era eso de lo que se trataba esta temporada? Se apartó cuando el señor Greyworth tomó la perilla y entró.

—Hey, Byun.

 

Byun le sonrió al viejo humano. Peter era un cliente fiel que venía rigurosamente cada semana. Qué mal que Byun no pudiera cortarle el cabello de la manera que realmente quería. Peter solamente quería recortar las puntas y nada más.

—Hola, Peter. ¿Lo de costumbre? —preguntó señalando la silla vacía. Byun se estremeció con el frío que entró detrás del hombre. Podría no haber nieve, pero estaba tan frío que podría levantar los pezones debajo del sostén de una mujer.

—No. Mi esposa quiere un corte decente esta vez. Ella dice que parezco un maldito oso grizzli. No veo cuál es el problema. Creo que me veo bien, ¿no es así?

Byun no iba a entrar en esa pregunta ni con una cuchara de tres metros de Betty Crocker. El cabello de Peter era seco, parado y fuera de control. ¿Habría incluso oído sobre los acondicionadores? —Entonces ¿te harás una apariencia de un millón de dólares?

Peter dio un bajo gruñido que casi hace que Byun se carcajee. —Ya me veo como de un millón de dólares. —Y entonces Peter suspiró y tomó asiento en una de las sillas—. Pero estoy cansado de ser molestado por eso. Has lo que sea. Has que me vea más civilizado.

 

Byun se mordió una sonrisa. Estaba feliz de que Peter decidiera dejar su apariencia de oso grizzli, como decía su esposa. —Ella ni siquiera te reconocerá una vez que termine.

—Eso es lo que me temo —Peter gruñó.

 

Byun colocó la capa alrededor de Peter, caminó a la estación y tomó la botella de agua, el cepillo y las tijeras.

—¿Dónde están tus niños? —preguntó Peter. El humano sabía que Byun era el padre y afortunadamente nunca preguntó acerca de la madre. Todo el mundo en el pueblo asumía que Byun ya no estaba con la madre de los niños y que ahora estaba con Chan Hee.

Si  solo  ellos supieran...

 

—Están con Jongin. Los llevó junto con Nana a hacer compras de navidad.

Peter inclinó la cabeza mientras Byun cerraba la  capa.

—Él es un hombre noble. Y un compasivo alcalde. No lastimaría ni a una mosca.

Byun tomó la botella de agua de donde la había dejado. ¿Jongin no lastimaría ni a una mosca? Santo infierno. Tenía que decirle eso al Alfa. Byun curvó los labios para evitar que una carcajada se le escapara. Oh, eso era bueno. —Si. Jongin es un buen hombre.

Byun cepilló el cabello de Peter, dividiéndolo en secciones y cortó siete centímetros del cabello muerto del hombre. Peter era atractivo, así que Byun sabía que se vería bien como el infierno tan pronto como le quitara esa apariencia de electrocutado de la  cabeza.

Mientras Byun trabajaba en el cabello de Peter haciendo su mejor esfuerzo para lograr un estilo de corte que se ajustara perfectamente a él, notó que el área que acababa de cortar parecía que necesitaba ser cortada.

¿Qué infiernos?

 

Byun frunció el ceño y vio al suelo. Había mucho cabello que probaba que le había cortado el cabello al hombre. Entonces, ¿por qué se veía como si ni siquiera hubiera empezado?

Diez minutos después, Byun comenzó a ponerse frenético. Levantó una sección del cabello y cortó siete centímetros, esta vez la mantuvo en alto para buscar la razón de esto.

—¡Joder! —Byun gritó cuando vio el cabello crecer entre sus dedos justo frente a sus ojos. ¡No había una jodida manera! ¡El cabello había crecido los siete centímetros!

—¿Sucede algo malo, Byun? —Peter preguntó.

«Si, tu jodido cabello sigue creciendo». —Nada, solo me lastimé un dedo con las tijeras.

Byun se movió alrededor de Peter cortando el cabello más rápido, tratando de lograr cortar el cabello de Peter antes de que creciera de nuevo. Quizás si trabajaba lo suficientemente rápido… «¡Joder! ¡Joder! ¡Joder! »

—Ahora regreso —dijo Byun dejando las tijeras y entrando al cuarto de atrás donde tenía secadoras y almacenaba cosas. Se movió de un lado a otro por un minuto, tratando de encontrar lo que iba a hacer.

Tenía que haber una explicación lógica para lo que le sucedía al cabello de Peter.

—¡Tao! —gritó fuerte, pero no tanto para que Peter oyera.

 

Tao apareció, con un cepillo de dientes en su boca y un poco de pasta de dientes bajando por una esquina cuando Tao frunció el ceño. Sus cejas se juntaron cuando vio a Byun.

—Tengo un problema.

 

Tao señaló su cepillo de dientes molesto y luego lo retiró.

—¿No podía esperar?

 

Byun ignoró al elf, asomó la cabeza al local para revisar al cliente y entonces regresó con Tao. —Tengo un problema y espero que puedas descubrirlo.

Tao se encogió de hombros. —Lo intentaré.

 

Byun le explicó a Tao lo que sucedía cada vez que le cortaba el cabello a Peter.

—Oh, eso tengo que verlo —dijo Tao mientras se dirigía al local. Byun levantó la mano, sacudió la cabeza y bloqueó la salida de Tao.

—No necesitas salir y ver al hombre majaderamente. No quiero que él vea que aun tiene todo su cabello en la cabeza pero hay una pila en el suelo. No necesito que él salga corriendo de aquí.

Tao hizo un puchero. —Está bien, agua fiestas.

 

—Entonceees —dijo Byun mientras veía a Tao desesperadamente—. ¿Alguna idea de lo que sucede?

—No tengo idea de quién esté haciendo esto.

 

Byun gruñó. —Entonces ve y encuéntralo. Peter no va a esperar hasta el año nuevo por un maldito corte de cabello.

Tao rodó los ojos y desapareció. Byun se mordió la uña de su pulgar mientras paseaba por el cuarto de atrás, rezando porque Tao no se tardara mucho. Peter no se iba a quedar sentado durante horas mientras trataban de descubrir lo que sucedía. Ni siquiera estaba seguro de poder descubrirlo porque Byun no tenía idea de qué sucedía.

Unos minutos después, Tao apareció. Byun corrió a su lado, rezando porque el hombre tuviera una respuesta a ese lío.

—¿Bien?

 

Tao sacudió la cabeza. —Nadie sabe por qué le sigue creciendo el cabello al tipo, pero Kris sugiere que lo afeites dejándolo calvo.

Byun pasó su mano por su cara, sintiéndose frustrado como el infierno. —Eso no es una maldita solución.

Tao levantó las manos frente a él. —Eso es todo lo que tengo.

—De cualquier manera, gracias. —Byun regresó al cuarto, sonriéndole a Peter mientras se aproximaba a él. Levantó las tijeras y comenzó a cortar una vez más.

No estaba seguro de lo que le diría a Peter si su cabello crecía de nuevo. No era como si el hombre no sintiera que Byun le hubiera cortado el cabello, así que no podía mentir sobre eso.

Gimió cuando el cabello cayó al suelo…y no creció de nuevo. No estaba seguro de qué infiernos sucedía, pero Byun le cortó el cabello al hombre en tiempo record, cortó rápidamente alrededor de la cabeza. —Está bien, he terminado. Vamos a quitarte esto para que puedas mostrárselo a tu esposa.

Byun le quitó la capa, ayudó a Peter a levantarse y lo empujó hacia la puerta del frente. —Va por la casa. Feliz navidad. —«Solo sal de un infierno de aquí».

Peter apartó su brazo, dándole a Byun una extraña mirada antes de caminar de regreso al espejo en la pared.

 

Byun le dio un bajo gruñido mientras tamborileaba su pie, rezando porque Peter saliera antes de que volviera a crecer.

Peter giró la cabeza de un lado a otro y entonces finalmente sonrió. —Soy un hermoso diablo, ¿no es así?

—Te dije que te gustaría el corte de cabello —Byun contestó. «¡Ahora sal de aquí!»

—Gracias, Byun. Eres un muñeco.

 

Byun le dio una tensa sonrisa mientras Peter pasaba junto a él. Sus ojos se abrieron más cuando vio el caballo crecer lentamente, deslizándose bajo el cuello y comenzando a rizarse.

—Adiós —dijo y prácticamente sacó a Peter.

 

Byun hizo una pausa en el marco de la puerta cuando vio pequeños copos de nieve caer del cielo. Alegría explotó en su interior con la vista. Byun rápidamente tomó sus cosas y entonces cerró la peluquería, Se apresuró a su vehículo y entonces a su casa.

Byun corrió al interior como un hombre loco, rezando porque Jongin hubiera regresado con los niños. Encontró a sus niños, a Taeyang y a su pareja en el estudio jugando. Go Fish.

r13;¡Está nevando! —dijo feliz.

 

Chan Hee levantó la cabeza y le sonrió. Byun vio a su pequeña familia. Él estaba feliz de ver nevar, pero siempre disfrutaba ver esas pequeñas caras o el ver a su pareja. Chan Hee era su mundo entero.

Y el ver a ese grande y malo guerrero jugando Go Fish con los pequeños causó lágrimas en los ojos de Byun. Esa era la imagen que él siempre podía recordar.

Byun no podía evitarlo, pero sentía que invadía un momento muy privado de Chan Hee y los cachorros pasando tiempo juntos. Taeyang era parte de su vida y Byun también lo consideraba como un hijo.

—Entonces necesitamos ir a ver eso —dijo Chan Hee lanzando las cartas y diciéndole a los gemelos que ellos habían ganado. Taehyun gritó feliz.

Byung corrió escaleras arriba y tomó los abrigos de todos. Revisó a Sulli, que dormía en la recámara de Jiyong. —Voy a llevar a Taeyang afuera con nosotros a ver la nieve. ¿Dónde está su abrigo?

—¿Nieve? —Jiyong preguntó mientras se dirigía al armario y le daba el abrigo a Byung.

—Si, nieve. ¿Puedes creerlo? —Byung dijo y entonces se apresuró a bajar las escaleras. Una vez que todo el mundo estuvo apropiadamente vestido, Chan Hee los guió hacia la cocina y   salieron por la puerta trasera.

Byun se giró maravillado mientras la blanca nieve caía con fuerza. Eso era un maldito milagro, hasta que Chan Hee le golpeó en la cabeza con una bola de nieve.

Byun se carcajeó mientras corría a protegerse con los gemelos y Taeyang siguiéndolo de cerca.

—Ya veo como es eso —Chan Hee les dijo a los niños—. Sigan y tomen partido.

 

Byun se carcajeó de camino hacia Chan Hee que hacía pucheros mientras él y su familia pasaban la tarde disfrutando del milagro.

 

Byun cerró la puerta de la recámara adjunta, los niños se durmieron rápidamente. —Me divertí. —Caminó rápidamente hacia la cama cuando Chan Hee le tendió la mano. Byun subió y entonces se acurrucó apoyando la cabeza en el pecho de Chan Hee.

—¿No te arrepientes de haberte emparejado conmigo?

r13;Chan Hee  preguntó repentinamente.

 

Byun levantó las cejas y las juntó. —¿Por qué en la tierra me preguntas eso? Me diste tres hermosos niños y eres el héroe de mis sueños.

Chan Hee se giró, colocando a Byun debajo de él mientras lo veía fijamente a los ojos. —Eso es lo que quería oír.

Byun rodó los ojos y palmeó el pecho de Chan Hee. —Si andas buscando cumplidos, todo lo que tienes que hacer es pedirlos.

Chan Hee le sonrió, y entonces su expresión cambió a lujuria mientras colocaba su mano en un lado de la cara de Byun.

r13;Te quiero.

 

—Cállate y bésame —dijo Byun levantándose para tomar la boca de su pareja en un ardiente beso que hizo que las puntas de sus pies se curvaran. El beso era sobrecogedor, pero ambos empezaban a desvestirse. Nunca sabían cuándo serían interrumpidos.

Byun amaba ser un padre, pero el tiempo de papi estaba empezando a impactar en su tiempo de joder, y Byun no quería eso. Se quitó la última pieza de ropa mientras la mano de Chan Hee recorría su pecho. —Eres más hermoso con los años.

—Ya conseguiste el botín, bebé. Chan Hee se rio. —En serio.

Byun vio a su pareja, sintiendo su mundo completo.

r13;También te amo. Ahora, jódeme antes de que alguien grite que quiere un vaso con agua.

 

Chan Hee abrió más los ojos y se estiró a la mesita de noche, tomando el lubricante. —No podemos permitir eso —dijo mientras lubricaba sus dedos, estirando a Byun y haciendo que quisiera gritar… bueno, cielos. Chan Hee tocó con maestría cada sensible punto del cuerpo de Byun y se aseguró de besar y lamer cada  uno.

Byun gruñó cuando sintió que Chan Hee alineaba su pene, hundiéndose profundamente hasta las bolas. Se sentía como si hubieran pasado años desde que Chan Hee le había hecho el amor —eso debería de ser un crimen dado que su pareja sabía cómo hacer que Byun lo disfrutara.

Amortiguó un grito cuando Chan Hee jaló las piernas de Byun y empezó a entrar y salir en él, jodía como sólo un dios sabría. Gracias a Jaejoong habían encontrado un método de control de la natalidad para que Byun no tuviera que ser químicamente castrado.

Eso hubiera sido una jodida en muchos niveles.

 

Las reflexiones de Byun volaron cuando Chan Hee lo giró como un maldito pretzel, empujando su pene profundamente dentro del culo de Byun. Tomó una almohada para detener el grito que hizo erupción, enviándolo al borde.

—Está bien, bebé, córrete para papi.

 

Byun movió la almohada a un lado y vio fijamente a Chan Hee como si hubiera perdido la cabeza, —¿En serio?

Chan Hee se rio durante una fracción de segundo y entonces se tensó, gruñendo su liberación. Empujó su pene dentro del agujero de Byun como un martillo mientras atravesaba su orgasmo.

Byun pasó sus manos sobre el pecho de su pareja, sonriendo mientras la saciedad de la dicha lo recorría.

Chan Hee se colocó de lado, jalando a Byun a sus brazos mientras acariciaba su cuello con la nariz. —Entonces, ¿qué fue lo que sucedió en la peluquería?

 

El elf se carcajeaba mientras giraba los dedos, haciendo que el cabello de Peter creciera siete centímetros. —Podrás haberle dado toda la nieve que quieras, pero yo también tuve mi diversión.

La retribución va a ser taaan dulcedijo Nick y se carcajeó dentro de la cabeza de Hangeng.

Hangeng no estaba seguro de que le gustara esa carcajada.

Se encogió de hombros. Oh bueno, él ahora tenía mucha diversión en esa casa.

 

continuara...

 


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