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35. Locas Navidades familiares en la Manada Kim (24) por dayanstyle

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YONGGUK Y ZELO

 

Zelo     caminaba   sobre   la  nieve   en  el patio trasero, preguntándose cómo iba a llevarse la obra con toda esa nieve. La acumulación hacía casi imposible que colocaran el escenario.

Se le había dado el trabajo de utilero, algo que agradecía. Eso significaba que no actuaría en la obra. Zelo podía decir al ver a todos por los pasillos repitiendo sus líneas que sería una obra que no olvidarían pronto.

Los lobos ayudaron a retirar la nieve del área del escenario y del área en donde se sentaría el público. Zelo sabía que los Moon vendrían. Estaba emocionado por ver a su mejor amigo Junho. No lo había visto en semanas.

—¿Necesitas ayuda? —Nana preguntó saliendo al patio y cerrándose el abrigo.

—Si, puedes desaparecer la maldita nieve —Zelo bromeó mientras enterraba la pala en la nieve y la levantaba—. No sabía que la nieve pesara tanto.

—No puedo desaparecer la nieve, tonto —Nana respondió viendo alrededor—. Pero puedo ayudar.

Zelo gruñó y señaló algunas lonas. Aunque él actuaba como si la elf lo irritara, amaba a Nana como a su hermanita. Ella había crecido en los últimos años, causando más desorden que la leyenda de Luhan.

 

—Necesitamos extender algunas lonas sobre lo que limpiemos así mañana no tendremos que hacer lo mismo.

Nana vio las lonas y a Zelo. —Son grandes. ¿No puedes usar tu telequinesis y moverlas?

Si ese fuera el caso, Zelo podría usar sus recién descubiertas habilidades para extenderla en su lugar. Pero Jongin había enfatizado al equipo de trabajadores que no usaran magia. Zelo no veía ningún daño en mover la lona en donde ellos la necesitaban.

Levantó una mano concentrándose en la lona que lentamente se levantó en el aire. Se movió acercándola hacia ellos así Nana y él podrían desenrollarla. Lo que no esperaba era que el gran pedazo de plástico volara hacia él. Zelo gritó y se salió del camino, pero la lona parecía ir tras él, moviéndose directo a su cabeza.

Zelo gritó cuando la lona lo golpeó tumbándolo de culo sobre la nieve. Se agarró la cabeza y la sacudió varias veces antes de ver a Nana. —Eso nunca había sucedido antes.

Nana se carcajeaba mientras ayudaba a Zelo a ponerse de pie. —Siempre supe que eras un tonto.

Zelo gruñó mientras se ponía de pie, ignorando la mano ofrecida de Nana. —Hiciste que perdiera la concentración con esa extraña vibra élfica.

—No soy extraña. —Nana hizo un puchero y cruzó los brazos sobre su pecho—. Soy ‘excepcionalmente diferente’ como mi papá dice.

—Si, y todo mundo sabe lo loco que está Jongin.

 

—Lo dice Luhan, no Jongin.

 

—¿Y eso cómo lo hace mejor? —Zelo preguntó tomando un lado de la lona—. Toma el otro lado así podremos cubrir el césped.

—Unos de estos días te desapareceré y te reapareceré en Alaska si sigues molestando. Nadie puede hablar de mis papás de esa forma. Jongin podrá ser extraño, pero es el mejor papá

—Nana amenazó mientras caminaba por el patio y jalaba la lona.

—Solo porque ahora eres una adolescente no significa que no te pueda tumbar en la nieve —Zelo contestó jalando la lona sobre el suelo.

—Inténtalo, amigo, y recibirás un golpe en el labio —dijo Nana viéndolo fijamente—. Soy fey. ¿Cómo harás para detenerme, hmm?

Zelo levantó las manos. —Aléjate, niña, no me molestes.

—¡No soy una niña!

 

Zelo levantó una ceja ante la rabieta de Nana. Ella se ruborizó y caminó con fuerza. —No te voy a ayudar si eres malcriado conmigo.

Zelo se rio, lanzó el brazo sobre los hombros de ella y le besó la sien. —Sacas el demonio dentro de mí. Ahora vamos a terminar para que podamos ver a todo el mundo hacer el ridículo mañana.

Nana se rio graciosamente y asintió. —Eso va a ser hilarante.

De eso Zelo no tenía duda. Esa iba a ser una representación de la natividad que probablemente haría que los personajes reales se quedaran con la boca abierta.

Zelo no podía esperar.

 

—¿Necesitas ayuda? —preguntó a su pareja aproximándose al escenario. Yongguk asintió incapaz de hablar por la línea de clavos que sostenía en su boca. Señaló al martillo que estaba como a un metro de distancia.

Zelo vio alrededor y levantó la mano hacia el   martillo.

Voló del suelo del escenario y lo golpeó en la cabeza.

 

—¡Joder! —Zelo gritó, cubriéndose la cabeza.

 

—Mierda —Yongguk gritó mientras escupía los clavos y corría hacia él—. ¿Estás bien?

—Creo que su telequinesis está teniendo epilepsia —dijo Nana riéndose graciosamente—. La lona también lo golpeó.

Yongguk vio de Nana a Zelo, pasando la mano suavemente por el área lastimada de Zelo, seguro de que tendría un chichón. Hizo un gesto de dolor cuando Yongguk lo levantó en brazos y lo llevó al interior de la casa. —¿Qué es lo que ella quiso decir con eso?

Zelo palmeó ligeramente su chichón del tamaño de un huevo  de  ganso, preguntándose  adónde infiernos  lo llevaba.

r13;Cada vez que trató de usarla para levantar algo, eso me golpea.

—Han estado pasando muchas cosas extrañas últimamente —Yongguk dijo y le contó a Zelo acerca de todas las extrañas cosas que había oído. Zelo se quedó con la boca abierta cuando le dijo acerca del trasero de su hermano que crecía. Lay no necesitaba que aumentara más de lo que ya estaba.

—¿Qué crees que esté sucediendo?

 

Yongguk se encogió de hombros y entró en la oficina del doctor Jaejoong. —No tengo ni idea. Pero creo que hay un pequeño alborotador creando todo esto.

—Estoy de acuerdo —dijo Jaejoong desde su  escritorio—. ¿Qué sucedió?

 

—Un martillo me golpeó —Zelo contestó mientras Jaejoong examinaba su huevo de ganso—. ¿Qué tan mal está, doc? Dígamelo claramente.

Jaejoong sonrió y sacudió la cabeza. —Tienes un chichón. Debes de estar bien, pero avísame si tienes sueño, mareos o naúseas.

—Entonces te veré después de que coma la comida de Rasa —gruñó.

—No entiendo cómo un excelente cocinero como  él puede quemar toda la comida. Espero que no queme la comida de Navidad de mañana —dijo Jaejoong palmeando la pierna de  Zelo—. Estarás bien.

—Gracias —dijo Yongguk mientras levantaba a Zelo de la mesa de exploraciones.

—Puedo caminar —protesto débilmente. No iba a negar que se sentía bien en los brazos de su pareja.

—Seguro que puedes.

 

Zelo sonrió cuando Yongguk lo llevó a la recámara y entonces frunció el ceño cuando lo llevó a la cama. «¿Qué jodidos?»

—Tengo trabajo que hacer. No puedo acostarme en la cama todo el día.

—Pero te golpeaste la cabeza. Necesitas descansar.

 

—Si buscas una cura, tu pene estaría bien. Claro que podría necesitar una dosis tres o cuatro veces al día para asegurarme de estar bien.

Yongguk soltó una carcajada que retumbó en el cuarto mientras sacudía la cabeza. —¿Eso crees, bebé?

Zelo le sonrió y asintió. —Órdenes del doctor.

 

—Hmm, yo estaba en el mismo cuarto, pero no recuerdo que Jaejoong dijera nada acerca de que el pene te sanaría.

—Eso lo cura todo. ¿No lo sabías? —Zelo declaró quitándose los pantalones y palmeando su erección—. Eso viene desde el antiguo egipcio.

—Nunca supe eso —dijo Yongguk mientras su ropa caía al suelo—. ¿Dices que eso puede curar un chichón?

—En tiempo record. —Zelo se carcajeó cuando el pene de Yongguk golpeó la pierna de Zelo.

—Tu chichón sigue ahí.

 

—Tienes que insertar el pene para que la curación comience.

Los ojos de Yongguk se oscurecieron mientras se lamía el labio inferior. Para Zelo era el hombre más sexy del planeta. Estaba taaaan feliz de no haber escuchado a su mamá durante todos esos años. Él era el hombre más feliz y orgulloso de decir que era gay.

Zelo estiró la mano, quería el lubricante con urgencia así podría sentir el pene de Yongguk duro en su culo. Sus ojos se abrieron más cuando el cajón se abrió y la botella de lubricante saltó golpeándolo en la cabeza.

—¡Joder! Nunca me había golpeado el lubricante antes.

 

—Algo está realmente mal con tu don —dijo Yongguk mientras frotaba el área en donde la botella lo había golpeador13;.¡¿Te duele?

 

Zelo llevó la mano de Yongguk de su cabeza a su doloroso pene. —Ahora necesito doble dosis.

Yongguk se reía mientras rodaba a Zelo colocándolo sobre sus manos y rodillas. Zelo gimió, olvidándose del chichón en su cabeza mientras se empujaba hacia atrás cuando Yongguk insertó su lubricado dedo. «Supongo que me tomaré un descanso del trabajo».

Y qué genial manera de tomar un descanso. Después de todo era la noche buena. Los dedos de Zelo se aferraron a los cobertores mientras Yongguk lentamente se empujaba en su interior.

—¿Cómo va el chichón?

 

—¿El qué? —dijo Zelo mientras sentía el pene de Yongguk rozando su próstata y haciendo que Zelo sintiera que sus brazos lo tumbarían cuando golpeó de nuevo.

—¿El chichón?

 

—Si, si, eso. —Zelo no era capaz de una conversación coherente ahora. No con el pene de Yongguk enterrándose profundamente en su interior.

—Supongo que es la cura de todo —dijo Yongguk colocando las manos en los costados de Zelo y comenzando a empujarse. Zelo gemía mientras se empujaba hacia Yongguk. Su cerebro se fue a la mierda cuando su pene creció duro, rogando por su liberación. Zelo lo tomó y jaló su eje mientras la pelvis de Yongguk golpeaba su trasero.

—¡Voy a correrme! —dijo Zelo cuando su semilla se esparció en la cama debajo de él. Oyó a su pareja gruñir y entonces  golpear  más  duro  su  trasero  mientras  gritaba  su

 

liberación. Zelo cayó hacia adelante e hizo un guiño de dolor cuando golpeó su chichón.

Podría no ser la cura, pero maldición si iba a quejarse. Gimió cuando Yongguk se salió y palmeó su trasero. —Si sientes que puedes levantarte, aun tenemos mucho trabajo que hacer.

Zelo suspiró y comenzó a vestirse. Preferiría quedarse todo el día en la cama con su pareja y tener otra dosis del pene de Yongguk. —Bien.

Yongguk se rio y salió del cuarto. No era exactamente lo que Zelo tenía en mente pero necesitaban terminar el escenario. Levantó las manos para tener las botas y rezó porque no le golpearan el trasero.

Zelo gritó, corrió del cuarto y cerró la puerta de la recámara mientras la bota pateaba la madera. ¿Qué infiernos sucedía?

—¿Problemas? —Nana preguntó caminando por el pasillo.

—Si quieres llamar problema a que mi bota quiera patear mi trasero, entonces si.

—Cobarde —ella dijo sacando a Zelo del camino.

—¡No lo hagas!

 

Nana abrió la puerta, la bota salió volando, golpeando también a Nana. Ambos corrieron por el pasillo gritando mientras la bota los cazaba.

—¡Salgamos de aquí!

 

Nana tomó la mano de Zelo, y aparecieron en la oficina de Jongin. Zelo respiró aliviado.

—¿Problemas? —Jongin preguntó levantando la vista hacia ambos.

 

—Cada vez que Zelo usa sus poderes, los objetos lo atacan. Ahora su  bota  está  tratando  de patearnos  el trasero r13;Nana gritó excitada mientras movía las manos alrededor—. ¡Necesito que te comas eso!

 

Jongin arqueó una ceja hacia Nana mientras se ponía de pie. —Lo siento cariño, no como botas, pero puedo imaginar lo que sucede aquí —dijo y entonces se giró hacia Zelo—. ¿Creo haberte dicho que hicieras el trabajo de forma manual?

—Semántica. Ahora por favor, detén la bota que trata de matarnos.

Jongin abrió la puerta y apartó la cabeza cuando la bota pasó directo hacia el trasero de Zelo.

—Te dije. Hazlo, Papá. ¡Enséñale una lección!

 

Jongin tomó la bota y la llevó al cajón del escritorio. El cajón retumbó cuando la bota trataba de liberarse.

—Síganme —dijo, y Zelo y Nana siguieron al Alfa.

 

 

Hangeng caminaba por el pasillo silbando mientras se dirigía a la parte de atrás de la casa. Su trabajo estaba terminado. Él se había divertido muchísimo, pero tenía que regresar. Después de todo, era noche buena. Nick iba a necesitar ayuda para tener el trineo listo.

Niño, esa era una navidad para recordar, Hangeng no se había divertido tanto en años.

—¡Es él!

 

Hangeng se giró, Heechul lo veía amenazadoramente. Pero eso no fue lo que atrapó su atención. Hangeng dejó ir su apariencia de enano y su real apariencia de un metro noventa apareció.

—¿Pensé que eras un elf? —Siwon le gritó.

 

Hangeng asintió y tragó saliva, viendo a la más hermosa mujer que hubiera visto en su vida. Ella tenía largos rizos castaños que volaban alrededor como un ángel, grandes ojos azules y una cara de duendecillo.

¡Ella era impactante!

 

¡Ella era hermosa!

 

¡Ella era la criatura más asombrosa que hubiera visto!

 

Desafortunadamente ella estaba parada ahí con sus brazos cruzados sobre su pecho, sus labios girados a un lado y su pie tamborileando con ira mientras lo veía enojada.

Y detrás de ella estaba toda la familia Kim, gruñendo.

 

Quizás no debió molestar a las parejas de su familia… su muy pronto a ser familia. Hangeng tragó duro cuando Nick se rio histéricamente en su cabeza.

¡Te dije que la retribución era una perra!

 

 continuara....

Notas finales:

dejen rw nw nenesss...

otra pareja a la vista


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