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35. Locas Navidades familiares en la Manada Kim (24) por dayanstyle

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E.DEN Y RASA

 

 

Rasa maldecía mientras sacaba otra charola  de galletas quemadas del horno. No podía entender lo que sucedía. El horno no era viejo así que deberían de salir perfectamente.

Sabía de hecho que eso no sucedía. Rasa cocinaba como el mejor y era malditamente bueno para hornear.

Levantó la charola de galletas y la tiró a la basura, viendo todo su duro trabajo caer en el bote. Vio el horno y entrecerró los ojos. —Descubriré qué es lo que te sucede. No me vencerás.

—¿Hablando solo, pareja? —E.Den preguntó entrando en la cocina, riéndose y viendo alrededor—. ¿Dónde están las galletas? Las huelo.

Rasa gruñó mientras lanzaba la charola a la estufa. —El monstruo de las galletas se las comió.

E.Den inclinó la cabeza, bajando la mirada mientras veía a Rasa. —Si no me quieres dar nada, solo dilo.

Rasa señaló con su pulgar sobre su hombro mientras tomaba una botella de agua y le dio un trago. —Velo tú mismo. 

E.Den caminó hacia el bote de basura y vio al interior.

r13;¿Qué te hizo tirarlas? —preguntó con un puchero de niño de cinco años. Rasa sonrió y caminó hacia el mostrador.

—No lo hice a propósito. Ese maldito horno está poseído. Quemó todo de nuevo.

 

E.Den parecía que iba a llorar mientras veía el montón de galletas quemadas. —Traeré mis herramientas. —Rasa rápidamente levantó las manos, deteniéndose entre su pareja y la estufa—. Wow, socio. ¿Sabes algo acerca de hornos?

E.Den lo vio con los labios levantados. —¿Qué piensas? r13;preguntó antes de salir de la cocina.

 

—Todo esto va a explotar —Rasa gruñó mientras colocaba más masa en la charola y abría el horno, deslizando la charola al interior.

—Mejor no lo hagas de nuevo —le advirtió moviendo el dedo hacia el horno—. Te remplazaré por un microondas tamaño industrial si sigues haciéndolo.

Limpió el lio mientras esperaba que la siguiente tanda de galletas terminara. Rasa aun tenía que preparar la cena.

Gracias a los cielos, Baekho y Jae Suk habían contratado a Yoseob para que cocinara en el restaurante. Era su tiempo libre…para cocinar en casa.

Todos estaban felices de que Rasa amaba cocinar, o él habría agarrado a E.Den hace muchísimo tiempo y hubiera salido disparado fuera de aquí. Su vida aquí era ocupada, pero Rasa nunca había sido tan feliz. Vivía la vida que siempre soñó con el mejor maldito hombre en el mundo.

—Está bien, ¿apagaste el gas? —E.Den preguntó mientras entraba en la cocina leyendo una hoja de papel mientras sostenía la caja de herramientas con una mano y el cinturón de  herramientas en su cintura.

Maldición si su pareja no era sexy cuando jugaba al Señor arregla todo. Rasa quería ver a E.Den con solo su cinturón  de herramientas. Eso le parecía tan sexy como a la mayoría de la gente el pensar en bomberos. Nunca tenía suficiente de ver el sexy culo de su pareja.

Cuando E.Den caminó hacia la estufa, Rasa se dio cuenta de lo que E.Den estaba haciendo y olvidó el festín que lo hacía babear. —No me digas que lo imprimiste del internet.

E.Den levantó la hoja de papel leyéndola mientras veía a Rasa. —¿Qué? Hay mucha información en el internet.

Rasa rodó los ojos. —Si, recuerdo el techo que tú y Yunho arreglaron. Jongin tuvo que llamar a alguien para que lo arreglara después de que ustedes lo arreglaron.

E.Den gruñó dejando la caja de herramientas en el suelo frente al horno. —Arreglar el techo no es tan fácil como parece.

—Ni tampoco una estufa. Pídele a Jongin que consiga a alguien que lo revise —dijo Rasa mientras colocaba su cuerpo entre E.Den y el horno, abriendo los brazos para evitar que su pareja explotara todo.

—No es tan difícil, ahora muévete.

—No-uh. Aun tengo galletas que hornear.

—Muévete, Rasa.

—No en tu vida, gran amigo.

E.Den suspiró. —Bien, dime cuando las galletas estén listas.

 

Si, correcto. Rasa no nació ayer. No le iba a decir a E.Den una maldita cosa. Iría a buscar a Jongin y decirle que encontrara a un hombre que realmente lo reparase. —Bien.

Rasa le  sonrió  a  E.Den. —Mientras estés ahí  abajo...

r13;Movió las cejas y vio los profundos ojos café de E.Den.

 

E.Den se rio mientras se ponía de pie, haciendo un puchero a  Rasa.  Movió  su  dedo  entre  su  pecho  y  el  de Rasa.

r13;Nosotros no somos Yunho y Jaejoong. No lo hacemos en la cocina. Si quieres que chupe tu pene, encuéntrame en el establo.

El pene de Rasa se llenó mientras se lamía los   labios.

r13;Tengo que esperar, tengo galletas horneándose en el horno.

 

E.Den se encogió de hombros mientras tomaba la caja de herramientas, haciendo que el pene de Rasa pulsara con la sexy imagen frente a él.

—Tú decides. Pero mi oferta expira a la medianoche.

 

Rasa colocó las manos en las caderas. —¿Qué eres, una maldita calabaza?

—No —dijo E.Den riéndose y saliendo de la cocina.

 

Rasa vio hacia el horno. —Malditas galletas. Será mejor que el trabajo valga la pena. —Se inclinó y sacó la charola del horno. Gruñó cuando las galletas estaban casi negras.

—¡No me quedaré aquí más tiempo!

—¿Hablando con las galletas? —preguntó Jongin mientras caminaba hacia el horno—. ¿Qué infiernos es esto?

—Exactamente. Necesito que le hables a alguien que lo repare antes de que E.Den venga con un instructivo impreso del internet e intente reparar la estufa.

Jongin abrió más los ojos. —Estoy en eso. —Se giró para irse pero regresó hacia Rasa—. Por cierto, ten. —Lanzó un paquete de hojas a la mesa.

—Sé exactamente lo que es esto, y no voy a estar en una obra a menos que tengas un rodeo en tu bolsillo.

 

Jongin se carcajeó mientras palmeaba su bolsillo. —Lo siento, Rasa. No hay rodeos aquí. Solo soy yo.

Rasa arrugó la cara y tomó el maldito libreto.

r13;Demasiada información, hombre. —Vio hacia el libreto, sus cejas se levantaron hasta su Stetson.

—Soy tan inteligente —dijo Jongin antes de salir de la cocina.

Rasa gruñó mientras veía el libreto. ¿Qué infiernos?

 

—¿Qué ves? —E.Den preguntó mientras caminaba con el cinturón de herramientas alrededor de esa enorme cintura. Rasa arqueó una ceja, babeando de nuevo. Lanzó el libreto por el hombro mientras caminaba hacia su pareja.

—Algo que un hombre sabio me dio —dijo circulando sus brazos alrededor de los anchos hombros de E.Den.

E.Den colocó sus manos en los costados de Rasa, subiéndolas y bajándolas, haciendo que Rasa se estremeciera en donde se encontraba.

—¿Establo? —E.Den gruñó la pregunta suavemente mientras comenzaba a mordisquear el cuello de Rasa.

—Establo —Rasa aceptó dejando caer la cabeza hacia sus hombros.

—¡Maldito calor! —dijo E.Den tomando a Rasa de la cintura y lanzándolo hacia su hombro, y corriendo a través de la puerta de la cocina.

—¡Puedo caminar!

 

—No hay necesidad —dijo E.Den mientras el aire frío golpeaba la cara de Rasa hasta que E.Den abrió la puerta del establo y dejó a Rasa de pie. E.Den se giró y cerró la puerta.

Rasa se reía cuando E.Den regresó, sus caninos salieron mientras desabotonaba sus pantalones.

—Wow, pensé que yo obtendría una mamada —Rasa dijo apresurándose a bajarse los pantalones primero.

E.Den sacudió la cabeza mientras sacaba su pene. Rasa siempre se asombraba del poderoso pitón que E.Den tenía en sus pantalones. —Deja el cinturón de herramientas puesto.

—pervertido bastardo. Te mamaré y te joderé.

 

Rasa movió su pene y sacudió la cabeza. —Tú me mamarás y yo te joderé.

E.Den gruñó. —¿Eso es justo?

—¿Quién dijo algo acerca de que sería justo? —Rasa preguntó mientras sus pantalones se deslizaban hasta sus tobillos. Trató de caminar hacia E.Den pero sus jeans estaban atorados en sus tobillos. Dio pequeños pasos para llegar con su pareja.

—Rasa —E.Den le advirtió.

—Solo chúpame y trabajaremos sobre la parte de la jodida después.

E.Den curvó sus dedos alrededor del pene de Rasa, jalándolo más cerca. Dios, Rasa amaba sus grandes manos. Gruñó cuando E.Den comenzó a acariciar ambos penes    juntos.

r13;M–Mamada —le recordó a su pareja.

—Di que te joderé y entonces la chupo.

 

—Eres tan malditamente poético. Deja de argumentar conmigo. Mi pene se suaviza.

E.Den veía entre ellos. —Difícilmente.

—Podría. Ahora chúpalo.

—Dilo.

Rasa gruñó. —Bien, es tu turno, ahora  chúpame.

r13;Rasa sostuvo el aliento mientras veía a E.Den ponerse de rodillas. Era una linda vista ver a su pareja arrodillado. E.Den era muy grande, así que verlo debajo de él siempre hacía que Rasa pensara que los ángeles realmente existían.

E.Den le sonrió, haciendo que el corazón de Rasa se acelerara bajo su pecho. Pasó sus nudillos por la mejilla de su pareja, sonriéndole. E.Den abrió la boca, tomando el pene de Rasa en su boca, haciendo que la cabeza de Rasa cayera hacia atrás, abrió los labios mientras sostenía los hombros de E.Den.

E.Den pasó su lengua por la ranura de la cabeza del pene de Rasa, bebiendo el pre-semen. Rasa movió sus caderas alimentando al lobo con su pene.

Las piernas de Rasa temblaron, amenazando ceder cuando E.Den lo chupó hacia la parte de atrás de su garganta, su lengua jugaba con su eje mientras acunaba las bolas de Rasa. Gruñó cuando E.Den buscó en su cinturón de herramientas y tomó la botella de lubricante.

Le sonrió furtivamente a su pareja. Sus rodillas intentaban ceder cuando E.Den deslizó su largo dedo dentro de su agujero. Rasa gruñó, empujando hacia atrás hacia el dedo. Sus manos pasaron por el cabello de E.Den, sintiendo una profunda conexión con su lobo como con nadie en su vida.

Cuando sus bolas subieron, Rasa con renuencia se apartó. —Quieres hacer que me corra, gran chico.

 

E.Den se apartó y se puso de pie, girando a Rasa alrededor y deteniéndolo contra una de las caballerizas. Rasa trató de patear para quitarse los jeans, pero sus botas vaqueras lo impidieron,  manteniéndolos enredados.

Dio pequeños pasos hasta una paca de heno, inclinándose y moviendo su culo hasta E.Den. —Ven y consigue algo de esto.

E.Den tomó su pene y se lamió los labios. —Joder, si.

 

Rasa se arrastró sobre la paca, el heno le picaba en las rodillas, pero ahora le importaba una mierda. E.Den estaba detrás de él, cerca de llevarlo a la luna. Podía tratar con algunos raspones en su piel.

Los ojos de Rasa rodaron hacia la parte de atrás de la cabeza cuando E.Den separó sus nalgas y deslizó su pene dentro del culo de Rasa. Siempre se sentía como si su pareja lo fuera a partir en dos, pero E.Den siempre era suave con él.

Sus habilidades para hacer el amor contradecían con su enorme tamaño, algo que Rasa agradecía. —Ahora jódeme, gran gallut.

E.Den se rio y tomó las caderas de Rasa y comenzó a empujar a Rasa sobre el heno. Sus dientes chocaban mientras E.Den se empujaba con verdadera fuerza. Rasa tenía la sensación de que E.Den siempre se contenía, y él no se quejaba de eso.

Si E.Den realmente lo jodiera con todo su poder, Rasa probablemente volaría hacia una de las malditas caballerizas. Abrió sus piernas todo lo que le permitían sus pantalones y empujó su trasero hacia los golpes de E.Den.

 

Rasa bajó su mano, pero E.Den se la apartó. —Esto   es mio.

Se reía mientras alejaba  su  mano.  —Entonces  hazlo. Necesito correrme.

 

E.Den curvó sus grandes dedos alrededor del pene de Rasa, con el mismo ritmo de sus empujes. Rasa jadeaba y gritaba mientras E.Den comenzó a golpear su pene dentro del culo de Rasa a la velocidad de la luz.

—¡E.Den! —Rasa aulló cuando su semilla salió cayendo sobre la paca de heno y el suelo. E.Den se salió de Rasa solo para enterrarse de nuevo en el culo de Rasa y gritar, su caliente semen llenó a Rasa hasta el borde.

Rasa jadeó y lamió los labios mientras trataba de apartarse, no solo sentía el enorme pene de E.Den aun enterrado dentro de él, sino que además el maldito heno lo estaba matando. —Sácame de estas cosas.

Gruñó cuando E.Den sacó su pene, haciendo que Rasa se sintiera vacío mientras se levantaba de la paca de heno.

Rasa se arregló la ropa y empujó su camisa dentro de los pantalones mientras veía la mitad inferior de E.Den desnudo con solo el cinturón de herramientas alrededor de su cintura. Infiernos si no era una sexy vista. —Te ves tan bueno con ese cinturón de herramientas. Sexy.

E.Den se giró a un lado, flexionando sus músculos mientras movía sus cejas. —¿Eso crees?

—Infiernos, si. Quiero montarte hasta que grites. —El pene de E.Den se movió con las palabras de Rasa—. Qué mal que tenga que preparar la cena.

 

Su pareja gruñó mientras se levantaba los pantalones y los abrochaba. Rasa odiaba que E.Den cubriera esa hermosa vista, pero había trabajo que hacer. Cuando E.Den se giró para abrir la puerta, Rasa saltó a su espalda sosteniéndolo como su tabla de salvación. —Vamos, te montaré de regreso a la casa.

E.Den se carcajeaba mientras tomaba las piernas de Rasa y las jalaba a su cintura. —Podría tomar algunas malditas galletas.

Rasa rezó para que Jongin hubiera llamado al hombre de reparaciones.

Cuándo ellos entraron en la cocina, Rasa se deslizó de la espalda de E.Den, aliviado de ver al hombre de las reparaciones dentro del horno.

—¿Quién es? —E.Den preguntó.

 

Rasa palmeó su pecho. —Alguien que no lo hará explotar. Pero aun así, te ves mejor con el cinturón de herramientas.

—No puedo encontrar una maldita cosa mal en esto —el hombre dijo mientras se levantaba y se rascaba la cabeza.

—Entonces estamos jodidos —dijo Rasa—. No solo necesito hacer la cena en esta cosa, sino que la navidad es en dos semanas.

Jongin sacudió la cabeza ante el hombre de las reparaciones. —Entonces supongo que compraré uno nuevo.

El hombre de las reparaciones vio de Rasa a  Jongin.

—Si no les molesta que pregunte, dado que no veo nada malo en este, ¿puedo quedarme con este? La estufa de mi familia perdió su última pata y realmente no puedo afrontar comprar una nueva. —El hombre parecía que hubiera preferido cortarse un brazo que confesar eso.

 

Rasa sabía sobre el orgullo. Había tenido mucho de eso, cuando se mudó aquí por primera vez. Eso hizo que casi perdiera a E.Den.

—La llevaremos a tu casa a primera hora de la mañana

r13;dijo Rasa sin dudar. Odiaba ver a un hombre trabajar duro y no lograr salir. Incluso si la estufa hubiera sido arreglada, se hubiera asegurado de que el hombre consiguiera una. Infiernos, esa estufa tenía doble horno y seis quemadores. Era prácticamente nueva.

—Gracias —dijo el hombre mientras le daba a Jongin su tarjeta de presentación.

Rasa sonrió. De eso era de lo que trataban las fiestas, ayudarse unos a otros y dar. E.Den envolvió sus brazos alrededor de la cintura, plantando un beso en su cabeza, haciendo que Rasa se sintiera de tres metros.

 

El elf se asomó a través de la puerta de la cocina. Se rio mientras movía su dedo hacia la estufa para que funcionara correctamente. Quizás debería de haber hecho lio con alguien más que con Rasa. Podría disfrutar una maldita galleta justo ahora.

continuara..

Notas finales:

dejen rw


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