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Asunto de Tension por Kamyu-Rose

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Notas del capitulo:

Dedicado a las lindas Artemiss13 por ser la increíble autora del hit de Milo "Aguijón en tu corazón" y a Ale-Chan por ser la responsable de la idea principal.

Les recomiendo escuchar "Hot Mess" de Cobra Starship. La música es la base del tema "Aguijón en tu corazón"

Saint Seiya es propiedad de Masami Kurumada. Fic realizado sin fines de lucro, solo de entretenimiento.

 

Capitulo II

Trotar por el parque era una buena idea para Camus, sobre todo para liberar las endorfinas que necesitaba. Afortunadamente, la jaqueca había desaparecido con las pocas horas de sueño que pudo conciliar, y el aire fresco parecía hacerle bien. Era domingo por la mañana, la primavera se mostraba plena y pensó en quizás alquilar una bicicleta. Sin embargo, lo que encontró camino al puesto de alquiler le pareció inusual. Desde lo lejos veía a Aldebarán en lo que parecía ser un puesto de helados. Camus le siguió con la mirada, pudo ver que el vendedor le entregaba dos conos de helado. Hasta ahora todo parecía normal, hasta verlo que se dirigía hasta la parte verde del parque, en un pequeño rincón donde una chica estaba sentada. Encima del césped, yacía una gran tela de cuadros rojos y blancos, y sobre esta, una cesta. Finalmente pudo ver a su representante entregándole el postre a la chica. Camus la detalló bien, esta tenía cabellos verdes y un parecido a alguien a quien había visto. Por un momento pensó que podía tratarse de Shaina, la joven que interpretó a Calvera en la última Ova que grabaron. No es que la vida social de Aldebarán le fuese extraña, pero a pesar de todo, aquel era su amigo desde hace varios años, y con la escasa suerte que tenía en relaciones amorosas, le parecía agradable la idea de que su representante por fin conociera a una chica con la que pudiese interactuar.

–Parece que hasta ahora no se ha propasado –Una voz se dejó escuchar detrás de Camus –Ha pasado una hora, y estamos en presencia de un nuevo record –La voz continuaba, cual si fuese narrador.

Camus se vio obligado a girar, encontrándose a la persona que menos deseaba ver en este momento. Si, se trataba de Milo, quien observó su reloj.

–Una hora y 5 minutos. El grandote ha pasado la prueba damas y caballeros –Milo parecía satisfecho –Y en el próximo episodio, ¿Será este buen hombre el indicado para Shaina? ¿Cuánto durará la próxima cita? ¿Oiremos campanas de boda? ¿Santificaremos a este hombre? No me lo perderé por ningún motivo.

– ¿Así es como ocupas tu tiempo? –Camus le vio con recelo – ¿Espías a tus amigas? Nuevamente, no dejas una buena opinión de ti –Camus se giró de nuevo hasta la pareja, quien parecía conversar amenamente.

–Y seguramente tú estás haciendo un reporte sobre la flora y la fauna silvestre de un parque –Milo estiró sus brazos –Antes de criticarme, procura no hacer lo mismo, aunque ya me confirmas que eres un tipo aterrador, con apariencia de santurrón pero que le gusta espiar –Sacó un caramelo del bolso cruzado que llevaba.

–No veo nada de malo en ver lo que hace mi representante. Después de todo lo conozco bien –Camus no se andaba con rodeos.

–Y supongo que sí es tu esclavo, no tiene derecho a relacionarse con otros –Se metió el caramelo en la boca – ¿Cuánto falta para que le saques el látigo y lo castigues en frente de mi amiga? –Hablaba con la boca llena.

– ¿Tuviste algo que ver con lo que sucede entre Aldebarán y Shaina? –Camus procuró no mirar a Milo, le causaba repulsión verlo hablar mientras comía aquel dulce.

– ¿Recuerdas el favor que me hizo? Digamos que tiene que ver con el hecho de que ahora ambos sonríen como tontos –Milo masticó el caramelo.

–Ya veo –Nuevamente giró hacia Milo – ¿Entonces Aldebarán tuvo que ver con la foto que subiste? –Camus se dio la vuelta para marcharse.

–Lo de la foto fue random. No esperaba encontrarme semejante tesoro –Milo golpeó el hombro de Camus –Te agradezco por hacernos la noche. Aioria estaba algo deprimido por una pelea con su novia y lo necesitaba.

–Entonces no te importará que le envíe algo que lo ayudará más –Camus vio de reojo al chico –Después de todo, los recuerdos del pasado pueden ayudar al presente, más si se trata de Milo Tsergas –Una ligera sonrisa de satisfacción se dibujó en el rostro del francés.

Milo abrió sus ojos de par en par, pudo intuir de qué se trataba. El caminar del otro era rápido, por lo cual se apresuró a alcanzarlo, plantándose de frente.

– ¿De qué demonios hablas? ¿O piensas jugar sucio? –Milo odiaba en ese momento la expresión que guardaba Camus en su rostro.

–No ando con juegos, Milo –Camus fue directo –No creo que tenga nada de malo en que tus amigos sepan acerca de los eventos que marcaron tu vida, si es que hablamos de lo mismo –Sus orbes azules buscaron el miedo en los ojos de Milo, quien sacó de su bolsillo su teléfono, para desbloquearlo y abrir la aplicación donde la foto había sido publicada.

–La fotografía fue algo inocente. Mira –Milo le enseñó al chico la pantalla de su teléfono, donde la foto ya tenía 1500 "likes" y más de 500 comentarios –A mucha gente le agradó, las fans se enternecieron, varias dijeron que querían cocinarte y hasta una me sugirió que personalmente fuese yo y te pusiera leche, carne y huevos –Milo cayó en cuenta de lo que la depravada fan había dicho –Esta bien, eso sonó terrible y acabo de notarlo pero mi punto es, te hace humano, accesible a tus fans y ayudará a tu carrera.

–Necesitaras más que eso para convencerme de no publicar ese video –Camus se desvió, dispuesto a seguir caminando.

–Dame hasta las 23 horas de esta noche. Si no obtenemos el resultado esperado, entonces borraré la foto, y tú no publicarás el video –Milo parecía seguro de su propuesta –Después de todo, mañana será la grabación y necesitaremos ensayar tanto como sea posible

Hubo una pausa silenciosa luego de lo dicho por Camus, quien cerró los ojos por un leve instante. Camus respiró profundamente y aspiró, dejando ver sus ojos nuevamente.

–Está bien. Ve a las 19 horas. Sin cámaras, con respeto absoluto a mi casa –Su tono de voz fue estricto –No olvides el libreto, y procura mantener esto a discreción –Sin decir más, Camus se marchó, dejando a Milo respirar aliviado. Finalmente el rubio podía decir que conocía un poco más a Camus y sabía bien que este no andaba con rodeos.

Sin embargo, una llamada al teléfono de Milo le alertó, gritando a la persona que había llamado. Camus no se encontraba lejos e inevitablemente giró sobre sus talones, encontrando la expresión desencajada y llena de preocupación de Milo. No se tomó la molestia de disimular, pues Milo solo veía su teléfono celular, el cual llevó múltiples maldiciones.

– ¡Maldición! –Milo quiso estrellar su teléfono contra el pavimento –No hay forma de pedir un taxi en este lugar –El chico miraba con desespero a sus alrededores. Esa zona del parque estaba solitaria y la noticia que había recibido le nubló la razón.

– ¿Sucede algo? –Camus se acercó, era inevitable. El chico se veía en demasía angustiado.

–Llamaron del hospital…Mi Giá…Debo ir con ella –Milo casi no podía respirar –Y esta maldita cosa se descargó y no hay ni un maldito auto cerca –El chico parecía roto.

–Ten, llama a quien debas llamar. Mi auto no está lejos, puedo dejarte en el hospital –Camus acercó su teléfono, sin mirar el rostro de Milo. Intuía que para el otro, era difícil mostrarse en una situación tan inesperada y difícil como la que atravesaba.

–Gracias –Sus palabras salieron con agradecimiento, mientras ambos caminaron hasta el lugar donde el automóvil de Camus se encontraba estacionado. Era extraño para Milo o para cualquiera pensar que alguien fuese en auto al parque si se trataba de hacer ejercicios, sin embargo agradecía por ese gesto de rareza que en otro momento vería como extraño y estirado.

Camus veía la rodilla derecha de Milo temblar, mientras este tenía las uñas de sus manos cerca de los labios, conteniendo las ganas de no comérselas.

–Pronto llegaremos, puedes llamar para saber de la situación –Colocó algo de música clásica con bajo volumen, para tratar de reducir la tensión del ambiente.

–No, estoy bien. Ya llegaremos –Milo sonaba más calmado.

Durante los siguientes 5 minutos, el absoluto silencio reinó entre ellos, hasta que llegaron al hospital. Camus se estacionó y siguió a Milo. Bien el chico podría no agradarle, pero no era motivo para dejarlo solo en un estado en el que podría destruir todo a su alrededor. En recepción Milo pidió información y sin ver hacia atrás, tomó el ascensor hasta llegar al tercer piso, Camus le siguió. Tras revisar algunas habitaciones, entró a una de ellas en un arrebato, cerrando la puerta tras de sí. Camus esperó afuera.

Transcurridos 10 minutos, un chico con aspecto joven y de cabellos verdes se acercó.

– ¿Es usted parte de la familia? –Preguntó el chico.

–Conozco a uno de ellos –Camus respondió.

–No hay peligro alguno, si gusta puede venir –Aquel joven, que en realidad era un médico interno, era bastante amable.

Al abrir la puerta de la habitación, encontraron a Milo sentado cerca de la cama, en donde una dama anciana, no mayor de 80 años, descansaba. La misma acariciaba los largos cabellos de Milo con mucho cuidado mientras este mantenía una de las arrugadas manos de ella en su rostro, besándola con ternura y devoción. De cualquier aspecto que Camus podía imaginar en Milo, aquel era el que nunca hubiese pasado por su mente.

–Hola, usted debe ser el nieto de la Señora Tsergas –El chico interrumpió la escena –Mucho gusto, soy el medico a cargo de su caso, puede llamarme Shun –Observó una carpeta que sacó de un pequeño rincón al pie de la cama de la abuela –Sufrió una caída, que afortunadamente no fue severa –Shun sonreía amablemente –Parece que se alimenta muy bien, y toma sus medicinas.

–Milo me obliga a comer todo, y la enfermera que contrató hace unos meses para cuidarme se asegura de que tome las medicinas a la hora –La anciana, que sonreía al responder al joven, tomó una de las manos de su nieto, acariciándola con la mano que antes estaba en los rubios cabellos de este.

–Tiene suerte de tener un nieto como el Señor Tsergas, aunque diría que ha hecho un buen trabajo criándolo –El medico depositó el historial médico en su lugar de origen.

–Por cierto Giá, ¿Cómo te caíste? –Milo solo tenía ojos para su abuela.

–Estaba viendo "La Suripanta Arrastrada" cuando vi tus zapatos tirados en la entrada de la sala, y fui a recogerlos, tuve un mareo y lo siguiente que recuerdo es resbalarme con algo –Aquella confesión hizo a todos mirar a Milo, mientras este se ruborizaba al saberse gran parte responsable de la caída de su abuela.

–Lo lamento Giá –Milo ocultó su rostro en las manos de la dama por unos segundos –Pero ese mareo no es usual –Su atención fue para el médico.

–De hecho pedí hacer otros exámenes, mientras recomiendo que permanezca al menos dos días en el hospital. No tendremos problemas si la enfermera a su cuidado permanece a su lado –Shun tomó notas en el historial que tomó nuevamente.

–Gracias, cualquier novedad le pido que me llame, por el dinero no importa –Milo se preocupó nuevamente.

–Lo haré, solo permanezca calmado, o también terminará hospitalizado –El chico se retiró, Camus permaneció en la sala, esperando el momento apropiado para despedirse, más la conversación entre la dama y Milo había comenzado.

–Llamaré a la productora, les diré que consigan a otro –Milo veía el rostro de su abuela, con gran preocupación.

–No seas tonto. No te enseñé a que fueras irresponsable. Además June se quedará conmigo, y no hay discusión –El carácter de la anciana parecía incluso más fuerte de lo que aparentaba.

–Pero June debió estar pendiente de ti y ahora estas hospitalizada –Milo buscaba responsables.

–Pareces pendejo, June fue al baño. Es una persona, no una muñeca, y ella igual que tú, yo y tu amigo –Señaló a Camus –Tenemos cosas que hacer en el baño y no es a tomarnos fotos sin camisa como tu hacías –Camus los vio al verse señalado. Por dentro le parecía gracioso que la dama contara esas experiencias –No se diga más, ni se te ocurra cambiar a June, ella me cae bien. Cuando salgamos de aquí, quiero ir a donde grabas esos dramas –Soltó con dulzura aquella anciana.

–Eso no Giá –Milo pareció ponerse nervioso con aquello.

– ¿Estás haciendo algo que no quieres que vea? Porque según me has dicho, los CDs que grabas siempre tratan de dos mejores amigos que todo el tiempo están juntos en las buenas y malas –La mirada de la abuela, de un azul similar a la que Milo poseía, se hizo penetrante.

Camus, quien aún traía consigo desde su estadía en el parque una botella de agua de la que tomaba a ratos, casi se atragantaba al escuchar eso.

–Son largas horas de grabación, y será agotador para ti –Milo trataba de dialogar con ella.

–Entonces, muéstrame una parte de lo que vas a grabar –El tono de la Señora Sergas era persuasivo, mezclado con cierta dulzura.

De nada servía a Milo inventarle la excusa de no tener el libreto, siempre acabaría haciendo lo que la Señora Anastasia Tsergas quería, por lo que si Milo no leía para ella un fragmento del CD drama que grabaría, entonces ella estaría presente. La ironía radicaba en que su abuela aun no conocía la temática que se escondía detrás del género Boys Love, mejor conocido como yaoi, algo que Milo jamás había revelado, pues temía que ella sufriera de una fuerte emoción que atentara contra la fragilidad de su salud al saber lo que hacía. Estaba en un aprieto.

– ¿Entonces? –La anciana abandonó las manos de su nieto y cruzó sus brazos, cual niña pequeña.

–Hagamos esta escena –Interrumpió Camus, quien aún tenía el libreto en su mochila –Capitulo 3, parte 2 –Buscó la mirada de Milo, quien rápidamente comprendió y buscó entre sus bolso cruzado, un poco doblado y lleno de arrugas el libreto, encontrando la parte indicada. Apenas había revisado el libreto antes y no se lo sabía bien, pero por lo visto, aquel fragmento era inocente.

Camus tomó una silla cercana a Milo y a la Señora Tsergas, aclarando su voz, concentrándose en su personaje, Milo asintió y vio su propio libreto.

–"Gracias…No sé qué hubiera hecho sin tu ayuda"

–"No te preocupes, es lo que hacemos los mejores amigos"

–"A veces no sé qué haría sin ti…Sin saber que estás a mi lado"

–"Ni yo…No podría imaginarlo"

–"Algún día nuestros caminos van a separarse"

–"Haru…Voy a evitarlo a toda costa…No nos separaremos"

Con aquella frase, Milo tomó entre sus manos las de Camus, posando su mirada en los azules de Camus. La anciana sonreía con ternura.

–Hora de la medicina –Una chica rubia con ropas de enfermería entró a la habitación con un vaso de agua y lo que parecía ser unas píldoras. Al ver a Milo parecía apenada –Por favor discúlpeme, no fue mi intención dejar a la Señora Anastasia sola –La expresión de June era de casi llanto y pena.

–Descuida, ella me explicó todo, pero va a quedarse un par de días en el hospital –Aun no soltaba su agarre del de un apenado Camus, cuyo rostro lucía un ligero rubor.

–Entiendo, no se preocupe, me quedaré con ella –La chica parecía más tranquila.

–Gracias June –Milo sonreía, de alguna manera se sentía tranquilo –Estos días serán ajetreados pero te los compensaré.

La chica asintió y le dio la medicina a la dama, mientras Milo y Camus se vieron así mismos con las manos aun unidas, soltándolas torpemente.

–Disculpen, debo retirarme –Camus se levantó de su silla.

–Gracias por ayudar a Milo, muchas veces es atolondrado y se pone nervioso por cualquier pendejera –Replicó la abuela Tsergas.

–No es problema. Hasta luego –Camus se dio vuelta y salió de la habitación.

–Ve a acompañar a tu amigo hasta afuera, te ayudó bastante –La abuela señaló a Milo como una orden, a lo que Milo asintió, tras besar la frente de la dama.

–Espera Camus –Milo llamó en voz alta al otro desde el pasillo de la recepción, quien detuvo sus pasos.

–Dime –Nuevamente, Camus volvía a ser el mismo de siempre.

–Gracias por ayudarme con mi Giá–Milo estaba cerca del contrario ahora –Y gracias por ayudarme con la parte del libreto, aunque no dejaba de tener connotación homoerotica.

–No lo hice por ti, lo hice por ella –Camus parecía atravesarle con su mirada –Para empezar, debiste ser honesto con ella desde un principio y decirle la verdad, algo que a estas alturas le haría daño –Hizo una pausa –Aparte, si hubieses leído un poco más el libreto, sabrías que es la parte más suave que encontré. Procura aprenderte el libreto y no nos avergüences, a juzgar por tu forma de leer tan escueta de hace poco –Sin duda, Camus volvía a su frialdad, algo que caía mal a Milo.

–Para eso fui a tu departamento en un principio –Milo se había ofuscado, se sentía regañado.

–Pensé que había sido para buscar como humillarme –Replicó Camus.

–Te expliqué por qué tomé la fotografía, además es una broma que hago a mis compañeros de doblaje –A Milo no le gustaba dar explicaciones de más.

–Somos colegas, no me consideres tu amigo o compañero –Camus se mostró más duro con su expresión.

– ¿Entonces?... ¿El video?... –Milo acababa de recordarlo.

–No es momento de hablar de eso –Camus le cortó –Me retiro –Subió al auto, sin pensar en lo acontecido. A diferencia de Milo era muy poco el contacto que él tuvo con sus abuelos, quienes fallecieron cuando era un niño. Recordó a la aguerrida mujer que golpeaba a Milo y le era impresionante la comparación con aquella dulce anciana que probablemente sufría de senilidad. Le pareció por los momentos inapropiados mencionar el video, por lo que optó irse a su departamento, tomar un baño y leer por completo el guion.

x-x-x-x-x

Al llegar a su departamento, no necesitó meter la llave en la cerradura. Parecía como si alguien hubiese entrado. En alerta, tomó un bate que estaba detrás de la puerta, y sosteniéndola cual bastón, caminó con cuidado, tan solo para escuchar un rápido ruido que llegó a la sala, en la forma de un cachorro de Husky Siberiano, que llegó a halar el pantalón de Camus.

–Ganimedes, basta –Camus le miró en forma de reproche, cual ordenándole. Más este no se detuvo en su labor, gruñéndole.

–Ganimedes, déjalo –Un niño de rubios cabellos salió de una de las dos habitaciones del apartamento, acercándose al perrito, tomándolo en brazos.

–Hyoga, pensé que estarías fuera de la ciudad, con nuestros padres en la boda del tío abuelo Rinaldo y la modelo de 18 años –Camus limpió el área del pantalón que la mascota había halado.

–No me gustó la boda, y me vine en tren. Perdón por no avisarte –El chico adoptó un tono de pena.

–Está bien, solo que hoy estaré ocupado. Repasaré un libreto de una grabación que empezará mañana –Camus hizo una pausa –Prepararé algo de comer mientras haces tú tarea.

–La terminé en el tren, pero falta algo –Hyoga levantó su mirada a su hermano mayor –Debo entrevistar a alguien a quien admire, y quiero entrevistarte –Aquello fue una firme petición.

La expresión de Camus fue de sorpresa, casi de halago. No tenía mucho contacto con sus padres debido a la apretada agenda de ambos, por esa razón sabía que Hyoga tampoco recibía mucha atención de ellos, asegurándose de estar para su hermano menor tanto como fuese posible, incluso teniendo una habitación para el niño en su apartamento. Para Camus, ser el blanco de la entrevista de alguna manera hizo a su pecho entrar en calidez.

–Está bien –Camus respondió firme –Después del almuerzo haremos la entrevista –Asintió, aun con su ego silencioso incrementándose.

– ¡Si! –Hyoga saltó de alegría –Voy a tener la nota más alta, y los otros niños tendrán envidia cuando sepan que un actor de doblaje de anime es mi hermano –Dejó el cachorro en el suelo –Descubrí que mi maestra te admira, ¿Podrías darle un autógrafo? –Su rostro era de alegría innegable, hecho que hizo que el ego ascendente al cielo de Camus bajara inmediatamente al ver el verdadero interés de su hermanito.

–Está bien –El tono de Camus fue más serio –Tomaré un baño e iré a la tienda. Busca algo útil que hacer.

Y con esto una hora transcurrió. Camus fue a la tienda, demorando un par de horas. Podía pedir algo en el restaurante de siempre, pero quería asegurarse de que su interesado hermanito se alimentara bien, aunque eso significara uno que otro percance en la cocina. Cuando regresó, tocó el timbre de su departamento, a modo de que su hermano le abriera la puerta, también como a modo de prueba para él, pues si abría la puerta sin preguntar, el niño se llevaría un regaño por abrir la puerta a un posible extraño.

Efectivamente, quien abrió la puerta, no era Hyoga. Se trataba de Milo en persona, algo que crispó los nervios de Camus.

– ¿Qué haces aquí? –Para nada fue del agrado de Camus la presencia contraria.

–Lo más obvio del mundo, vine a ensayar el libreto, desde que no se hizo reunión alguna. Tu hijo me abrió, aunque deberías decirle que no le abra a extraños, no resulte ser un fan obsesionado contigo, un secuestrador, un enfermo, un depravado, un testigo de alguna secta religiosa, un vendedor de Herbalife o peor…

–Un Milo Tsergas que entra sin permiso –Interrumpió Camus –No sé qué le dijiste a mi hermano para hacerte entrar pero no le agradará cuando sepas la clase de pedante de boy band de cuarta que eres –Pasó a un lado del rubio, empujándolo levemente – ¡Hyoga! –Su tono de voz alertó al chico, quien vino a su paso, con una botella de cerveza en la mano, sabiendo lo que le esperaba.

–Me dijo que él y tu eran más que mejores amigos –Habló el niño con voz triste.

– ¿Le dijiste eso a un niño de 9 años? –La mirada fulminante de Camus hacia Milo hizo que este se partiera de risa –Eres un maldito enfermo –Tuvo deseos de lanzarle el paquete de galletas que sobresalía de una de las bolsas de papel que llevaba en sus brazos.

–Lo dice quien maldice frente al niño, amor mío –Milo se limpió una lagrima que corría de su ojo izquierdo, tomando la cerveza que Hyoga traía en la mano –Gracias chico, ahora cumpliré mi parte del trato –Acarició los rubios cabellos del niño.

– ¿Qué trato? –Camus estaba a la defensiva.

–Voy a cantar algo para él, en compensación por el día que fui un ojete desgraciado y no le di un autógrafo –Milo guiñó un ojo.

–Así que le dijiste, y aun así lo dejaste pasar –Camus se dirigió a Hyoga, quien asintió a las palabras de su hermano mayor con una sonrisa –Hagan lo que quieran –Se dirigió a la cocina, para guardar los alimentos y preparar ollas y sartenes.

– ¿Ves Hyoga? Son buenas noticias, no vamos a almorzar hielos –A lo lejos se escuchó la voz de Milo –Que sea doble ración para mí –Gritó desde la sala.

–Con gusto agregaré dos tazas más de agua a la sopa –Respondió Camus con amargura mientras se colocaba el delantal y recogía su cabello en una coleta.

–Eso es digno de ver –Milo sacó su cámara, tomando una fotografía rápida –Camus Aubriot, actor de doblaje, rico de cuna, pretencioso de alcurnia, hombre de hielo y esposa perfecta –Nuevamente se reía.

Je t'emmerde (1) –Camus le dio la espalda a ambos.

El resto de las horas transcurrió entre ollas y sartenes, prueba de condimentos y cuchillos resonando contra la madera de la mesa. De vez en cuando, Camus observaba a Hyoga y Milo en la sala, mientras jugaban videos en una consola conectada al televisor que el más chico tenía para los días en que visitaba a su hermano mayor. Los gritos de emoción de ambos desconcentraron un poco a Camus, quien tuvo un percance gracias al cuchillo con el que picaba cebollas, cortando un poco su dedo pulgar.

–Hyoga, es hora de sacar a Ganimedes a hacer sus necesidades –Camus se acercó a los chicos, con un tono autoritario, quienes ahora veían con atención un video en la laptop de Camus –Hyoga –Nuevamente llamó al chico.

–Cuando termine el video –El niño respondió en tono respetuoso, sin siquiera mirarlo, algo que desagradó a Camus.

–Hyoga, es ahora –Camus tomó sin permiso la laptop para ver que era aquello que hacía a su hermano ignorarlo. Su cara se compuso en asco, reprochándose por buscarse las cosas el solo.

– ¿De dónde sacaste eso? –Preguntó enojado mientras en la página de Youtube, la reproducción del video "escorpión contra viuda negra con canción de linkin park de fondo: v" continuaba.

– ¡Oye! Deja al niño ser, el mundo ya tiene suficientes pedantes estirados contigo –Milo le sacó la laptop de las manos a Camus –Por cierto, el perro está oliendo tu finísima alfombra, sino lo quitas, se la va a mear –Señaló en dirección al cachorro de Husky, quien en efecto, hacía aquello.

– ¡Merde! –Corrió Camus, tomando con rapidez al pequeño can, agarrando la correa de este que estaba cerca de la puerta, saliendo del apartamento antes de que fuese tarde.

Afortunadamente, Ganimedes supo aguantar las ganas mientras Camus bajaba tan rápido como podía, por las escaleras, a modo de evitar el ascensor para evitar inconvenientes en caso de que este se descompusiera y tuviese que permanecer encerrado por un número indefinido de horas. Sin embargo, el can se tomó un buen rato para encontrar un territorio que marcar, desesperando un poco al chico y agradeciendo que Hyoga lo aceptara como regalo y responsabilidad, o de lo contrario se volvería loco.

–Doy gracias que no tengo que cuidarte todo el tiempo, o tendrías horario estricto –Señaló Camus al cachorro en sus brazos, quien alegremente pasó un lengüetazo en su mejilla. Al llegar al apartamento encontró una escena peculiar y el sonido de la música de fondo. En la sala en efecto, estaba Milo cantando, con lo que parecía ser una bufanda que Hyoga le prestó, al igual que un sombrero Fedora en su cabeza, un accesorio que probablemente utilizaba en su época de solista. Permaneció en la puerta, observándoles en silencio, mientras Hyoga grababa sonriente la presentación de Milo.

"Te gusta molestar

Castigo tras castigo

Te quieres liberar

Del veneno que es mío

No vas a escapar

Pues como un escorpión

Yo te aprisioné, aprisioné

Eh-eh"

"Mi picadura no es ni siquiera letal

Aunque el delirio en tu cuerpo resulte fatal"

"Aunque no lo sepas te clavé el aguijón

Y voy a sanar ese punzante dolor

Porque tu corazón, corazón

Me pertenece amor

Te clavé el aguijón

Justo en el corazón"

"Me atrae tu mirar

La calle, un patio de juegos

Si sales a jugar

Si no te miran, son ciegos

No te gusta esperar

Impaciente, demente

Eh-eh"

"Mi picadura no es ni siquiera letal

Aunque el delirio en tu cuerpo resulte fatal"

"Aunque no lo sepas te clavé el aguijón

Y voy a sanar ese punzante dolor

Porque tu corazón, corazón

Me pertenece amor

Te clavé el aguijón

Justo en el corazón"

"Aunque no lo sepas te clavé el aguijón

Y voy a sanar ese punzante dolor

Porque tu corazón, corazón

Me pertenece amor

Te clavé el aguijón

Justo en el corazón"

"Me tienes enloquecido, el veneno es parte de ti

Es mejor ser precavido, el veneno es parte de ti

Estoy enloquecido, debo ser precavido

Y es que aun y así ya eres mi presa

Y es que aun y así esto no cesa"

"Aunque no lo sepas te clavé el aguijón

Y voy a sanar ese punzante dolor

Porque tu corazón, corazón

Me pertenece amor

Te clavé el aguijón

Justo en el corazón"

Aunque no lo sepas te clavé el aguijón

Y voy a sanar ese punzante dolor

Porque tu corazón, corazón

Me pertenece amor

Te clavé el aguijón

Justo en el corazón"

Milo tan solo daba vueltas y reproducía pasos de coreografía de manera torpe, cual tratando de recordar cómo iba el baile que acompañaba su "one hit" y por el cual, varias fanáticas lo amenazaron con denunciarlo si este no se hacía cargo de los hijos ficticios que había concebido de forma imaginaria con estas. Al finalizar aquella presentación, Hyoga guardó su teléfono y Camus finalmente se acercó.

–Milo, filántropo y egocéntrico, recordando viejos tiempos de fama –Camus dio un par de aplausos.

–Lo que sea por mis fans –Milo sonreía aun tratando de recuperar el aire perdido tras la coreografía –Recuerda Hyoga, es una presentación VIP que solo una persona selecta debe ver –Guiñó su ojo y el niño asintió.

– ¿Eso le dices a tus parejas cuando les envías tus fotos y videos? –Aquello emergió de los labios en forma acida y llena de sarcasmo y doble sentido, buscando la expresión de Milo.

–Vaya moral tienes para hablar de esas cosas frente a un niño, cuando me reclamaste por decirle que somos más que amigos –Milo sonreía ladinamente.

– ¡Porque no lo somos! –Espetó Camus sin paciencia, dirigiéndose a la cocina, para servir el almuerzo en la mesa, encontrándose con los cubiertos y platos, junto a los vasos colocados apropiadamente.

– ¿Ustedes lo hicieron? –Preguntó Camus con incertidumbre y extrañeza.

–Pues si –Milo se acercó al cachorro, tomándolo en brazos –Quizás vine sin avisar, no traje nada, le muestro videos de batallas de insectos a tu hermano, pero se cuándo ayudar.

–Gracias –Asintió Camus con respeto, y extrañamente con una ligera y sutil sonrisa en la comisura de sus labios –Hyoga, sirve el alimento a Ganimedes y lávate las manos, y Milo –Observó a Milo mientras se dejaba lamer la cara por el pequeño perro –Lavate las manos y la cara, y por todos los dioses, no te dejes lamer de ese perro, hace poco hizo sus necesidades y se acicaló con la lengua –Camus recordó con eso el "beso" que Ganimedes le había dado y se estremeció, el tambien debía lavarse la cara.

Tras terminar de almorzar, recogieron los platos y tanto Hyoga como Milo se levantaron, dejándose caer felices en el sofá, aun con sus platos del pastel frio que Camus preparó a base de galletas y pudin de chocolate.

–Hyoga, cuando termine de lavar los trastes, haremos la entrevista, prepárate –Camus hundió sus manos en el lavaplatos, buscando el primer plato para fregar

–Hermano, pues –Hyoga inició con nerviosismo –Voy a entrevistar a Milo –Soltó con algo de temor –El hace la voz de Masaru de "Gundam Labor" y, y –Hizo una pausa –Dijiste que estabas ocupado y estudiarías un libreto, o algo –El pequeño desvió su mirada hacia el pequeño Ganimedes, que ahora dormía tras la comilona, ocultando que la verdadera razón es que aquella serie anime sobre robots era su favorita, y hablar con el seiyuu que prestaba la voz del protagonista le llenaba de entusiasmo, aparte de que sería la envidia de sus compañeros de clases.

Aquello fue una terrible bofetada al ego de Camus, uno que le hizo perder su estado Zen e hizo que dejara caer el plato que fregaba.

– ¡Opa! –Exclamó con alegría y tono de burla Milo, haciendo que Camus se acercara.

–Hyoga, Milo está ocupado –Camus cruzó sus brazos –Aunque parezca que no tiene responsabilidades, debería estar cuidando de su abuela que permanece en el hospital –Aquellas palabras emergieron de Camus con resentimiento, ira y celos. Suficiente tenía Milo con publicar fotos suyas en Instagram, ahora tomaba su lugar como hermano mayor y nuevamente le hacía quedar como un pesado ante la única persona que en ese momento de su vida tenía su confianza.

Por su parte, Milo, a quien no le cayó bien bajo ninguna medida las palabras dichas por Camus, involucrando a su "Giagiá" y alegando que no hacía lo suficiente por ella, le hicieron hervir en furia. Sacó su teléfono y buscó la fotografía que horas antes tomó de Camus.

–Habló el señor de familia, el sabelotodo arrogante –Espetó con una sonrisa irónica en su rostro –Supongo que no le importará que todos sepan de su faceta como esposa y madre abnegada –Nuevamente ironizó, tan solo apretando unas teclas, manteniendo una sonrisa distinta a la mostrada antes.

Enseguida, un tono de notificación, llegó al teléfono de Camus. En efecto, en la cuenta de Instagram de Milo acababa de ser publicada la fotografía de Camus en delantal y con el cabello recogido. No suficiente con ello, la misma foto había sido alterada por Milo, con dos puntos notables de rubor en las mejillas de Camus, y stickers de corazones a su alrededor. El respeto de Camus de no hacer público la grabación de Milo siendo golpeado por su abuela desapareció inmediatamente. Buscó el video y enseguida lo publicó.

–La venganza es dulce Milo, espero que sea de tu agrado recordar el vergonzoso pasado –Llevó su teléfono al bolsillo, retirándose a su habitación sin ver a Hyoga, tampoco a un enrojecido de la ira Milo, quien se mordía la lengua para no proferir diversas maldiciones delante del inocente Hyoga, quien mantenía sus manos en sus oídos, tal cual en momentos en que sus padres discutían acaloradamente.

Milo se despidió de Hyoga, dándole su número telefónico en una tarjeta y asegurándole que podía contar con el siempre que lo necesitase. Camus permaneció en su habitación, tratando de recuperar la calma mientras repasaba el guion que no leyó por completo. Aquel fue el segundo intento fallido para ambos de reunirse y ensayar, algo sumamente necesario, pues el momento cumbre para los protagonistas del CD drama BL requería de un trabajo conjunto de ambos, algo que descubrieron demasiado tarde.

– ¡Imposible! ¡Putain, Ça fait chier!(2)–Espetó Camus desde la habitación, despertando de sorpresa a Ganimedes.

– ¡Me cago en la puta! –Milo expresó en voz alta, olvidando que su abuela dormía plácidamente en la habitación.

1:Que te jodan

2: ¡Joder, que putada!

Notas finales:

Gracias a todas esas lindas personas que se han tomado el tiempo de leer esta locura. Agradezco de corazón los reviews, follows y favoritos que me han dejado.


Ahora las grandes incógnitas: ¿Qué sucederá ahora que Milo y Camus se han sometido al escarnio público? ¿Las fangirls los amaran a pesar de todo? ¿Qué misterios contiene el libreto? ¿Terminará esto en resultados sexuales? ¿Aldebarán tendrá una segunda cita con Shaina? ¿La abuela descubrirá que es el Yaoi? ¿Hyoga será un niño popular? ¿Ganimedes dejará de lamerle la cara a las personas?


Si les dio curiosidad, el video de "escorpión contra viuda negra con música de Linkin Park de fondo" existe. También existen de otros bichos como cucaracha vs ciempiés, gato contra serpiente y pato vs gallo, todos con música de Linkin Park. No les recomiendo que los vean. ¿Qué pensaran los chicos de Linkin Park si supieran para que se usa su música?


Por otro lado, estaba pensando buscar otro medio para estar en contacto y compartir enlaces de mis historias, porque quiero escribir muchas, y también promocionar fics de amigos y así como aquellos que me han encantado. ¿Qué opinan?


¡Muchas gracias por leer! Espero les haya sacado una sonrisa.


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