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Libro 1. Nacimiento de un pecado. por reydelosPK2

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Notas del capitulo:

En primera. Gracias por los reviews. Son un gran apoyo moral para seguir con el pasatiempo de escribir Fan-fics.


Gracias por dar a conocer sus pensamientos y con estos su apoyo. Temo no satisfacer sus expectativas pero hare el intento. Este proyecto es algo largo y encierra en sí varias historias sobre estos dos. Pero dejare que estas sean independientes y a su vez dependientes para que si les llega a aburrir tengan un final que satisfaga sus demandas en cada libro. Bye. Gracias por su tiempo y su apoyo.

No Todo Lo Que Brilla Es Oro

 

¿Quién invento los bailes de salón? ¿Quién creyó que seguir el cuento de la cenicienta era lo mejor? ¿Quién fue el tonto que pensó que no tratarían de tomar ventaja de esa oportunidad?

Wolfram o mejor dicho Walter como se hizo conocer en ese cuerpo deforme,  aprendería que jamás tuvo la razón… El amor no existe, menos para los feos. No es un cuento de hadas, la vida misma no siempre tiene un final feliz.

Miro a Yuuri bailar alegre con esa joven. Lo miro llamarlo por su nombre, lo miro idiotizado por creer que al fin tenía todo lo que quería… incluso el amor de su vida tenía el sexo que siempre esperaba. Ahora podría llevarlo a la tierra y abrazarlo y besarla en público sin miedo a ser recriminados.

Escucho a todos aclamar a la pareja real, mientras él solo se recostaba sobre un pilar y miraba atento el baile. Mientras su cuerpo temblaba al pensar que el juego término… al creer que el dios vendría a por él y nuevamente…

“Eh allí tu amado… eh allí por quien lo apostaste todo desgarrándote la esperanza… eh allí tu hijo llamando madre a otra persona. Y tu: ¿Vas a llorar cual niño perdido?”

Se reía su otra parte que dé la nada volvía a susurrar en su cabeza, mientas ese cuerpo regordete soltaba lagrimas que no eran para nada conmovedoras, menos con esos mocos que salían con facilidad de esos orificios nasales.

Nadie le extendió un pañuelo. Nadie le pregunto: ¿Estas bien? La fealdad no conmueve a las personas.

De ser el bello chico de antes tendría a varios preguntándole sobre su pena. Ofreciéndole su hombro o al menos un pañuelo, y es que paso al lado de Conrad que estaba más entusiasmado en tomar una foto a la hermosa pareja que el notarlo.

Seco sus lágrimas y se acercó a Gwendal, aun guardaba la esperanza de ser reconocido por alguien… de saber que alguien lo  amaba y extrañaba al grado de reconocerlo y así aceptar su destino, sin lamentaciones.  Si ya no creía en el amor de Yuuri, deseaba creer en el amor de su familia, deseaba encontrar consuelo a su angustia, callar a esa voz que le gritaba e insultaba. Que le recordaba lo perdedor que se veía y lo tonto que era en buscar algo que jamás existió.

-con permiso- dijo Gwendal corriendo en un intento de escapar de Anissina que lo perseguía para bailar y nuevamente preguntarle sobre la fecha de su boda.

-Gwen…- Dijo Wolfram extendiendo su mano en dirección de su hermano mayor, quien ayudo a criarlo, a quien veía con respeto y admiración. Pero fue enmudecido por el grito de la pelirroja

-¡Gwendal!!-Gritaba la pelirroja con más afán y lo empujaba pues el otro le llevaba buena ventaja. Cayo al suelo y nadie lo ayudo a levantarse. Todos parecían ignorarlo, o fingir no notarlo que era lo mismo. Solo esquivaban sus miradas, todos mirando al rey y la bella dama que resultaba ser Wolfram.

Wolfram/Walter salió del palacio, ya no tenía ganas de estar allí. Por primera vez quiso ver al dios. Quiso que lo sacaran de allí, que lo llevara al olimpo, que le quitara ese cuerpo, esos recuerdos. No le importaba tener que suplicar misericordia. Jurar cualquier cosa. Pero ya no quería sentir lo que sentía en ese momento. Incluso si lo comparaba con la primera vez que el dios lo tomo… era similar. Pero la diferencia es que de las violaciones nacieron sus tres hijos y estos le devolvieron la razón de vivir. De este desamor no nacería nada más que la cruel realidad. El amor no existe… Acepto un infierno por algo que no valía la pena. Pagaría una eternidad la condena por quienes no valían la pena… ¡Qué rabia! ¡Qué dolor! que…  

Ya no tenía fuerzas para gritar… camino cual muerto viviente entre los jardines donde oyó una voz y reconoció: era su madre cuchicheando con Reven, su amigo de infancia y su actual amor.

-¡Voy a ser papá!- dijo el hombre emocionado mientras Cheri acercaba su mano a su vientre. Un momento de dicha que fue interrumpido por la presencia se ese hombre deforme y aparentemente enfermo que los miraba con expresión tonta y perdida.

-Disculpe- dijo al ex Maou mirando a  Wolfram/Walter con desprecio al ser interrumpidos- esta es un área privada- repuso de mala gana la ex Maou, pero quedo levemente muda al ver sus ojos verdes y en ellos una chispa nostalgia la ataco, mas esos segundos de duda se disiparon al oír los juegos artificiales- ¡Vamos!-Anuncio con entusiasmo tomando al mano de Reven e ignorando al hombre deforme entraron al salón. Yuuri anunciaría su boda, finalmente Wolfram fue encontrado. ¡Finalmente su hijo regresaba a casa!

Les miro marcharse. Cada quien con sus vidas hechas, cada uno con sus prioridades… todos felices.

¿Cómo debía sentirse? ¿Feliz por verlos felices?

“Merecen la muerte…”dijo su otro yo “Yo lo perdí todo por ellos… lo di todo por ellos… yo los amaba… yo… Ya no quiero más esto…”

Se rompía. Lentamente la mirada del hombre se oscurecía.

Sentado en el lago espero al dios toda esa noche pero el dios no venía por él… Incluso el dios lo abandonaba cuando creyó que quizás de todos ese ser con su tonto juego demostraba que si lo amaba, pues no deseaba perderlo, incluso le ofrecía la eternidad a su lado en su encierro en ese olimpo con sus hijos…

Como si se tratara del síndrome de Estocolmo, Wolfram empezó a creer que ese dios era el único que podía ayudarlo, el único que buscaba protegerlo y amarlo. Entonces… ¿Dónde estaba el dios? ¿Dónde estaban sus hijos?

No era el momento para estar solo… no con su otro yo.

-El juego aun no acaba- repuso Wolfram clavando sus uñas en su brazo. El dios no venía… el sol volvía a salir. Aún era libre, aun deseaba llevarse algo de calma, entonces se llevaría recuerdos del viento, del tiempo, del agua… todo sentido que pudiera gravar en su memoria pues en el olimpo no existía tiempo… no existía viento… simplemente su existencia se reducía a esas migajas de consuelo que representaban su libertad y esta con el paso de los días volvía a tejer esperanzas falsas, que no se aferraban a Yuuri, solo al dios, el olimpo, sus hijos y su inmortalidad. Pero también algo se resistía, el recuerdo del dolor… Debía haber otra salida.

No… el juego aun no acababa. Se repuso creyéndose aun con oportunidad, ya no le importaba el amor de Yuuri, solo debía lograr que la farsa de esa mujer cayera, hacerle notar que no era él. Que lo reconociera para ser libre y después… después solo se marcharía y… Luego cualquier cosa. Seguía soñando imposible, pero ahora mismo le temía más a regresar con el dios. Ahora solo debía pensar en el mismo y su futuro… Si él no pensaba en su felicidad y bienestar nadie lo haría... se llenó de egoísmo.

-Madre…- Llamo el menor de sus tres hijos y este volteo a verlo, instintivamente lo abrazo y volvió a llorar- madre volvamos a casa… El juego ha terminado… papá vendrá si no regresamos

-Lo siento…-Repuso- debería regresar con ustedes… Aceptar dejar de ser mortal… pero… no puedo… ¡No puedo!… yo…- se aferró más al menor- odio sentir esto…- concluyo y Jeu lo abrazo sin comprenderlo, solo por instinto.

-Hahaue no debe temer… siempre estaremos su lado, sin importar su forma, aun si es mortal o inmortal, siempre estaremos a su lado…- repuso con la inocencia de un niño y Wolfram se aferró más a él. Ni si quiera Yuuram supo reconocerle. Entonces ¿por qué estaba luchando? ¿Por qué seguir intentando?… Nada de ese mundo ya era suyo. El mismo no pertenecía  ese mundo, mas seguía aferrándose a ese mundo.

No fue mucho tiempo para que Yuuri descubriera que solo fue una ilusión. Para comprender que no era Wolfram. Podía llamarse igual, podía parecerse, pero no era el rubio.

Se comía las uñas pues cometió al estupidez de declararle su amor. De proponerle vivir juntos… ¡Casarse!

Simplemente dejo de dormir por días y ahora era presa del insomnio.

¿Cómo lo supo?

Los pequeños detalles salieron a tejer la realidad:

Wolfram era un chico con pasión dela vida militar, Celoso, amante del arte, directo, alguien que lo seguiría al mismo infierno. Un ser orgulloso. Pero esa chica no.

Recordó el final de la fiesta, cuando descubrieron las caballerizas quemadas y la muerte de ambos caballos reales. La chica ni se inmuto al ver el caballo blanco muerto. El caballo que tanto apreciaba el rubio.

Como tonto decidió no darle importancia a ese acontecimiento.

“No lo vio en mucho tiempo… es lógico que ya no lo quiera como antes…”

Justifico, además después de ese secuestro, esas marcas dolorosas en sus muñecas, supuso que Wolfram se hizo algo frio.  

Pero al verla hacer un gesto de asco por la escena y el mal olor. Debió saber entonces que ella no era Wolfram. Wolfram estaba más que acostumbrado a estas cosas por su entrenamiento militar. Si podía sentir asco, pero se lo aguantaba por respeto a la memoria de los caídos. La indignación por ese acto cobarde superaba su asco y manifestaba su rabia y decesos de justicia.

 

Pero se segó,  no deseaba admitir que había perdido el juego… Pero la verdad según pasaban los días le arrojaba evidencias de su error. Y su error se convertía en su suplicio.

El rubio amaba el arte, pero esto era poco conocido por los ajenos a su familia. Cuando entraron a el despacho que el rubio usaba para guardar sus materiales de pintura. La chica comenzó a hurguetear todo, descubriendo las pinturas que el rubio hizo de su familia y maravillándose con estas como si recordara esos tiempos. Al principio eso alegro al Maou y lo calmo de sus sospechas, pero fue la tonta pregunta de la chica la que como efecto domino derrumbo sus esperanzas.

-¡¿Quién pinto esto?! ¡Es horrible!- concluyó la rubia mirando los cuadros de cubismo que el rubio pintaba cuando abandono el realismo y se metió al arte impresionista y luego al simbólico. Si bien Yuuri alguna vez también reacciono de la misma forma que la chica. Era diferente pues supuestamente ella era el autor.

-Tu…-Repuso con tono triste y furiosos. ¿Acaso la joven no se percataba de lo que había hecho? ¿Acaso su pueblo no comprendía su desespero? ¡Buscaba a su amado! No el periódico de la semana pasada… Porque todos debían tratar de usurpar su puesto… ¿Por qué no comprendían su dolor?

No lo entendía, no fue un mal rey… perdió a su amado por no crear guerra y mantener la paz y así le pagaba su gente -¿No eres Wolfram cierto?

La chica elevo los ojos dejando caer el cuadro que tenía en mano, era del reino de fuego. Controlaba la magia de fuego, pero no era un soldado, no era rica para aprender de arte, tampoco le importaba saber de este. Pese a sus esfuerzos no pudo evitar ser diferente al rubio. Pese a su investigación e imitar el comportamiento de la gente de alta alcurnia, no pudo saber que el rubio era un muchacho con aficiones militares, por tanto alguien que aguantaba las cosas de campo. Un chico apasionado por el arte que dedicaba sus tiempos libres a pintar, en solo cinco días termino de caer su disfraz y ahora tenía al Maou frente suyo con esa mirada de pocos amigos y decepción.

-Lo soy. Créeme Yuuri…- Con un lamento y lloriqueos trato de volver a convencerlo.

¿Qué más le queda a una chica que no tenía nada solo su belleza para sobrevivir? Que más le quedaba si lo que le esperaba en su pueblo natal era solo una miga y el trabajo de prostituta. Solo le quedaba aferrarse a todo para conseguir el amor del Maou, para salir de su miseria. Mantener como si fuera cosa de vida o muerte esa mentira.

Ella que se creía ganadora esa noche y lo fue… El Maou aseguro que ella era Wolfram, la anuncio como tal y pidió matrimonio pues pese a estar casados en el pasado su boda no fue como él deseaba.

Ella Creyó que podía darle un hijo al Maou y eso compensaría todo. Después de todo ese tal Wolfram llevaba más de 85 años perdido… nadie garantizaba que regresaría, según su comprensión el juego ya fue perdido y el rubio no volvería jamás junto al Maou. Ella podía ser el nuevo Wolfram que diera paz al Maou. Pero no fue así, no pudo llenar el vacío que el rubio dejo.

Yuuri suspiro. ¿Qué ganaba matándola? Aunque ganas no le faltaban… ¿Qué ganaba llorando o haciendo escándalo?

Cuando Wolfram desapareció él busco por donde le permitió llegar su poder. Pero el Maou no es nada comparado a aun dios… cuando se le dio la oportunidad del juego por más que busco no lo encontró y de la nada se aferró al pequeño indicio que dio el hijo de Wolfram… quiso molestarse con él, pero era su culpa… Solo era un niño que iba a saber el de todo esto.

Se acercó nuevamente a la mujer llorosa que juraba y perjuraba que era Wolfram. Tomo sus muñecas y miro esas marcas de quemaduras.

-¿Dónde y cómo te las hiciste?- se compadeció de la mujer, esas marcas se veían dolorosas, de seguro no tuvo una vida sencilla y por eso se prestó a engañarlo.

-Soy Wolfram…- nuevamente aseguraba la mujer con el pecho agitado por el llanto, arrodillándose ante Yuuri aferrándose a sus piernas y suplicando que le creyera.

Quizás si lo era. Se decía Yuuri pero de la nada supo cómo despejar sus dudas.

-¿Cómo solías llamarme?-Pregunto. Esa información se perdió según los años pasaron. Pero Yuuri al igual que los hermanos de Wolfram y su madre la mantenían en sus recuerdos y jamás la divulgaban. Eran cosas valiosas que para ajenos no eran nada importantes o relevantes.

-Solía llamarte amor mío…- dijo la mujer, pues solo eso se le vino a la cabeza.

-¡Vete!… ¡vete y dile a tu gente, a tu pueblo que debe defenderse! La guerra tocara sus puertas y no parare mi ejército hasta ver muertos a todos…-concluyo hecho furia. ¿Cómo, cómo podía esa mujer mantener esa mentira hasta ese grado? no lo comprendió y pese a no ser un hombre violento solo dedujo que de donde venía esa mujer no venía nada bueno. Debía ser destruido

El dios quería guerra. Guerra le daría. Cualquier cosa pero debía regresarlo, debía regresarlo a su lado. Wolfram lo valía- les doy un mes…- concluyo dudoso y abandono a la mujer en medio de la habitación real, para marcharse a su despacho.

“Tú… enclenque…” oía los gritos de Wolfram reclamándole por infidelidades ficticias.

“Nadie más que yo puede comprender mis sentimientos por mi apuesto e infiel prometido…” seguía recordando el pasado y nuevamente otra duda lo asaltaba:

¿Wolfram lo había visto?… Wolfram supo que ni siquiera fue capaz de reconocerle… Si fue así ¿por qué no le gritaba en medio de la fiesta su traición?… ¿por qué no se manifestaba?… por que no hacía nada para regresar a su lado.

Recordó cuando se enfrentó a Elizabeth la prima de Wolfram en el duelo por ser el prometido del rubio.

Como Wolfram entro con su caballo blanco al despacho real a impedir cualquier acto de traición sin saber que él era la presa de Elizabeth.

Se recordó feliz de poder disolver el compromiso si perdía. Y como Wolfram le apuntaba con la espada y soltaba el inmemorable:

“Si pierdes te mato”

Y ahora… nada. Y parecía que anda tenía sentido. Solo el miedo de pesar que lo había vuelto a perder para siempre.

Destrozado por pensarse perdedor del juego. Por anunciar un conflicto y discutir con todos y mantenerse firme con la idea de guerra. Camino en dirección de las caballerizas nuevas. Al lado de estas estaban las tumbas de los caballos. Al menos estos murieron juntos…

Entro a las caballerizas y allí pillo al cuidador de caballos. Al hombre gordo y algo deforme. Un hombre sombrío. Diferente al que recordaba, pero no le prestó atención. Sus ojos solo miraron las tumbas de los caballos y las flores sobre estas, supuso que fue Cheri o alguno de su familia quien dejo las flores… le pareció algo fuera de lugar, los caballo murieron hacía más de dos meses. Y ahora mismo e tema del castillo era impedir al Maou cometer la locura de iniciar una guerra contra un pueblo de mal ver, pero aun así un pueblo pequeño e indefenso.

-Buenos días- dijo Yuuri al hombre, estar de mala suerte no le quitaba su educación

-…- Walter no contesto, ni se inmuto. Solo miro al Maou y por más que reconoció su voz, ya no pudo ver su cara, solo era una sombra borrosa, o quizás estaba más atento a su otro yo que no dejaba de susurrar y atormentarlo.

Las nuevas caballerizas reales tenían dos nuevos caballos, se asemejaban a los de Wolfram y Yuuri, Walter cuidaba celosamente de estos. Encontrar a los caballos muertos fue la gota que derramo el vaso en su alma destrozada.

Cuando regreso al trabajo se enteró del trágico suceso. Debía llorar. Quizás. Pero sintió envidia por los caballos. Fueron pareja, y murieron juntos como pareja. Sin importar las dificultades… siempre estuvieron juntos. Les ponía flores cada día como acto de remembranza a lo que fueron, y a lo que fue él y a lo que ya no serían nunca más.

-Disculpa si interrumpo tu trabajo. Podrías prestarme al caballo negro. Voy a cabalgar- dijo Yuuri analizando más al hombre que parecía un retrasado mental. Pues su forma de reaccionar era lenta, muy lenta.

-Tome…- entrego las riendas del caballo negro de Yuuri y siguió con sus faenas. Yuuri quizás hubiera seguido su camino, pero noto algo que llamo su atención por segundos. El hombre cepillaba el caballo blanco, y recordó como el caballo blanco de Wolfram se calmó inmediatamente la última vez que lo vio y el hombre los alimento. Esa noche ambos caballos fueron asesinados por quizás algún invitado molesto de no ser seleccionado como Wolfram.

-Usted…-Repuso Yuuri arqueando las cejas y mirando con detenimiento al hombre deforme. Negó con la cabeza. Imposible. Rio. Por más que fuera feo, por segundos creyó que era Wolfram, pues nadie más logro domar a ese caballo, pero de ser Wolfram ya lo hubiera mirado con desprecio por el mal entendido de la prometida. Por el tonto baile… por jurar amor a quien no era su esposo.

Ese hombre solo lo ignoraba y seguía sus faenas como si no existiera. Wolfram no haría eso. Nadie que amara a otra persona lo pasaría de alto. No con el carácter del rubio. Suspiro. Estaba cansado, triste derrotado…

-Maou…-Repuso Walter mirando a Yuuri acariciando el caballo negro y miraba al blanco. Su expresión era lamentable. Parecía que el Maou tuvo una mala noche. Parecía que lo amaba. Quizás debía sentirse feliz al verle así y dentro suyo su otro yo si se regocijaba, pero él no… estaba adormecido. No volvería  caer en ese juego, no crearía falsas esperanzas pues si lo hacía no podría recuperarse nuevamente de la cruel realidad

-Lo siento…- se disculpó Yuuri sentándose con el caballo negro a su lado. Mirando el caballo blanco y luego las tumbas de los caballos reales. Miro al hombre deforme y gordo - Debe ser relajante- repuso sin malas intenciones- no amar a nadie y solo vivir por uno mismo… no se sufre. Solo se vive…

-…- Wolfram no dijo nada y siguió revisando la comida de los animales antes de vaciarlas sobre sus cubetas. Hablar para que si todo estaba perdido. Pero esta vez era Yuuri quien parecía deseoso de hablar con quien fuera. De seguro se había metido en problemas y su familia no parecía ayudarlo, entonces buscaría consejo ajeno como solía hacerlo.

- ¿Alguna vez ha amado a alguien con desesperación…?-Preguntó, no sabía por qué, pero se sentía calmado en ese lugar o quizás con ese hombre. No se supo explicar pero pese a su silencio parecía que ese hombre le comprendía más de lo que nadie lo hacía y eso que recién lo tomaba en cuenta. O quizás era la nostalgia que sentía al mirar esas tumbas. Como sea… las caballerizas eran mejores que el palacio.

-¿Qué quiere de mi Maou?-Pregunto Walter mirándolo fijamente y dejando esa cubetas. Quería estar solo, no deseaba volver a sentir. Entonces ¿por qué cuando se resignaba a algo así, Yuuri aparecía y de la nada comenzaba a hablar con él? Meses tubo para esto. No era la primera vez que se veían. Y ¿ahora qué? solo faltaba menos de 3 meses y ese cuerpo moriría por culpa del tumor en el pulmón… ¿Ahora qué? Solo esperaba al dios y que este dignara a llevárselo de una maldita vez. Pero no, este no daba señales de vida y a Yuuri se le daba por pasar tiempo a su lado.

“Calma” se dijo “Solo intenta que rompa el hechizo… luego seremos libres y tendremos una vida para vivir solo para nosotros. Sin Maou, sin dioses, sin familia… sin hijos. Solo nosotros” anunciaba su otro yo animándolo a conversar, sugiriéndole que el dios debía estar ocupado en otras cosas pues no venía a por él, y sus hijos solo desaparecieron.

-disculpa- dijo Yuuri volviendo a mirarlo- so…- agacho al cabeza- solo soy un idiota…- fue sincero- Nada  me sale bien… no pude proteger a la persona que más quería y aun ahora no puedo hacerlo… de seguro me odia. Y no le culpo si me odia… Soy un enclenque…

El pecho de Wolfram se sintió explotar como si de su parálisis volviese a revivir. Sus ojos verdes lentamente volvían a tener brillo y las lágrimas deseaban salir… Yuuri pedía perdón… eso lo conmovía. Quizás eso era lo único que necesitaba… si, lo único que necesitaba para que su otro yo estallara y lo llamara estúpido.

“¿Caerás de nuevo en ese juego?” “Serás débil y lo darás todo por el… ¿Para qué? Él no lo vale. Ni si quiera sabe quién eres. Errara y lo perdonaras, ¿así será siempre?… quiérete aunque sea un poco. ¡Maldita sea! Te violaron por su incompetencia. Tuviste tres monstros por su culpa. Tienes este cuerpo deforme ahora por creer en él. Morirás y volverás a ese infierno… y él solo pide perdón y le crees el santo de tu devoción. ¡Ridículo!”

-El amor es complicado…- repuso Walter- pero solo lo es hasta que te das cuenta que no es real y solo es un simple capricho pasajero. Entonces deja de doler y deja de atormentar… creo…

-¡Te equivocas!- exclamo Yuuri convencido de la veracidad del amor- El amor es real- Defendió molesto mirando fieramente a Wolfram. No supo por qué pero oírlo hablar a si lo enfado. Hizo vibrar cada célula de su cuerpo, no comprendía como alguien podía decir semejante tontería. Claro que el amor existía. Claro que dolía y dolía porque era verídico. Porque era algo con lo cual muchos no son capaces ni de respirar- el amor si existe, y cuando lo tienes cerca te hace tocar el cielo y cuando no está a tu lado… Es como estar en el infierno. Como sentir que no vives, como si te faltara algo… como  estar incompleto. No te detienes hasta no tenerlo a tu lado, pues sin él la vida no tiene sentido- arrancaba Yuuri furioso en reclamos mirando a Walter y este le miraba indiferente

-Ya veo…-repuso Wolfram mirándolo seriamente- así es el amor…-susurro- estaba engañado. Alguna vez ame a alguien, pero veo que no era lo mismo. Creí que el amor era darlo todo de ti por esa persona, incluso renunciar a esta por verlo salvo.

-bueno…- dijo Yuuri mirando a Walter con más detenimiento. De seguro el hombre la tenía difícil en el amor. Bastaba con ver su cuerpo, su cara o escuchar el timbre de voz para comprender que no le era fácil el amor- no quise…- trató de disculparse, pero Walter comenzó a hablar nuevamente

-Una vez alguien me juro amor eterno…- repuso Wolfram/Walter mirando seriamente a Yuuri, que rio aliviado- conseguir su amor no fue fácil… suplique y espera por años a que me viera y me aceptara tal como soy. Para que dejara los complejos y me amara… sufrí mucho por ese amor y aceptaba todas sus migajas con desesperación cegando en la esperanza de que me amara y cuando dijo hacerlo… me elevo por cielo. Me dio tanto con simples promesas… vivimos tantas cosas y yo…- agacho al cabeza- hubiera muerto con gusto por verle feliz. Acepte el infierno por verle feliz. Al final no fue capaz amarme como yo lo amaba… eligió a otra persona…- dijo en tono neutro y frio y es que por más que se oía ya no lo sentía. Su alma simplemente estaba vacía, dormida-Pude reclamarle, hacerle ver que estaba equivocado, pero comprendí que no era amor lo que el sentía… pese: ¿Qué más da? Que sea feliz con esa persona. Pero también pensé: los quiero ver padecer en el infierno. Al final solo me resigne a velar mi bien estar… aun lo hago pues comprendo que solo el amor a uno mismo es real

-Tu realmente amaste a esa persona…- repuso Yuuri y le volvió a ver- pero creo que él o ella no te amo. Si te hubiera amado se hubiera quedado a tu lado sin importa nada. Ne deberías de cegarte en creer que el amor no es real… veras que con el tiempo alguien más aparecerá y será el que te amé de verdad.

-Sí. Si me hubiera amado, poco le importaría mi forma. Me hubiera reconocido y no solo ignorado… Si me hubiera amado como yo lo amaba quizás quedaría algo aquí- dijo con una mano en su corazón, mirándolo con los ojos perdidos en algún punto del espacio. No miraba a Yuuri, solo miraba al nada… sintiendo dentro suyo que algo se descascaraba- él fue el único para mí, y aunque busqué a otro… es tarde para mí.

Yuuri miro al hombre con peña, pero debía marchar, aun debía buscar a Wolfram, era los últimos meses del año que fue puesto como margen para jugar ese tonto juego. Quizás el rubio ya no estaría en su mundo, pero aun así trataría hasta el último día. Tomo las riendas del caballo y se fue.

-El amor no existe y jamás existió- dijo Wolfram barriendo las caballerizas.

Quedaban solo dos semanas para que el año acabara.

El pueblo nuevamente alistaba las festividades para el día que el Maou trajo la paz. Para festejar el cumpleaños de Yuuram, para lamentar la pérdida del esposo del Maou… en fin el año acabaría pronto. También se festejaba que aparentemente el ataque que planificaba el Maou contra el pueblo de la usurpadora gracias al sabio no se llevó a cabo. Entonces aun gozarían de paz y seguridad.

Esa pudo ser una tarde cualquiera. Una similar a las de muchas otras en las que Yuuri sin saber porque solo acompañaba al hombre deforme a pasear a los caballos. Hablar con él era algo reconfortante, era como si alguien entendiera sus penas, como si le dieran ánimos. Un confidente que le daba lo escuchaba y comentaba su trágica historia de amor. Una tan similar a la suya en cuanto a sentimientos de perdida que le animaba a salir adelante, pues comprendía que había gente más patética que él, de forma retorcida esto lo consolaba.

Wolfram no daba señales de vida. Sin importar cuantas personas conoció y visito esperando dar con el rubio para luego descubrir que ninguno era su amado. Ese día era el último. Todo acabaría. Su ejército se alistaba a un en contra de Murata atacaría el pueblo. Destruiría el pueblo de esa chica le hizo perder el juego.

Y aun si seguía buscando, sabía que ya no encontraría al rubio, pero seguía buscando. Mañana sería un nuevo día y lo único que le quedaría después de mañana era obedecer al dios. Wolfram lo valía.

Perdió la mañana buscando, parte de la tarde también. Ya no tenía sentido seguir buscando. Solo regreso a las caballerizas y entonces descubrió al hombre deforme y regordete caminar con el caballo blanco en dirección del lago cercano a Shin Makoku.

El sol marcaba el ocaso, pero Yuuri decidió seguirlo y hablar con él.

-Esto apesta…- repuso Yuuri enfadado. Decepcionado mirando el caballo blanco y el negro pastando cerca del lago- Si aún está aquí… Porque solo no viene. Por qué no da rastros de que está vivo y cerca. Lo he buscado sin descanso… en cada habitante, encada hombre mujer, anciano adultos… en todos y no lo encuentro- golpeaba el tronco de un árbol- hoy es el último día- concluía desesperado, y es que si el rubio aún seguía en ese mundo podía dar rastros de vida y no, no lo hacía.

Walter amaraba los caballos en otro árbol y miraba el cielo y sentía el viento sobre su piel. Miro al Maou y suspiro aburrido, molesto, rencoroso, pero aun así tranquilo.

-El sol… creo es hermoso al atardecer-rio Walter observándolo  atentamente

-¿Qué tiene de hermoso?-Se quejó Yuuri desesperado- ¡No lo entiendes Walter! ¡Es hoy el último día! No lo puedo encontrarlo… Eh buscado por todas partes y aun cuando creo encontrarlo solo son farsantes…- Estallaba Yuuri y Walter simplemente se acercó y lanzo su último suspiro mirando como el sol se hundía en la superficie del lago. El moría y para su muerte solo faltaba media hora. No era acaso su derecho hacer las rabieta que Yuuri hacia… supuso que sí, pero no tenía gana, no tenía fuerzas, no sentía nada.

Ya no tenía intenciones de hacer nada. Simplemente ya no quería nada, pero oírlo a Yuuri renegar de esa forma avivo un sutil deseo que crecía en su pecho día a día desde que compartía las tardes en las caballerizas con Yuuri y dialogaban de lo que era o no era el amor. Desde que lo oía lamentarse como idiota de lo que no hallaba y tampoco era capaz de notar. Miro a Yuuri y rio sínicamente, aunque el moreno no lo noto. Seguía con la mirada en el lago mirando la silueta del sol perderse.

“Ahora… Ahora…” Gritaba su otro yo exigiendo venganza. Deseaba ver la cara de Yuuri destruido, incrédulo…

-Todos no…- dijo acercándose a Yuuri y sin su permiso solo tomo su mano y apoyo sus dedos regordetes contra los finos y largos dedos de Yuuri. Mirándolo fijamente y este también lo vio sorprendido por el atrevimiento del Walter- Estúpido enclenque…

Ambos mirándose fijamente y Yuuri al fin descubría esos ojos verdes que lo miraba atento pero carecían de brillo- sabes… realmente te amaba…-dijo Walter y los ojos de Yuuri se abrían a mas no poder y sus labios temblaban comprendiendo lo que no comprendía hasta ese momento. Que siempre tuvo frente suyo lo que buscaba y jamás se le paso por la cabeza pensar por segundos que quizás ese hombre deforme era quien tanto buscaba, y si le paso por la cabeza lo ignoro por quizás su nueva forma no era de su agrado. Seamos honesto… los feos no son personas a quienes tomas en cuenta para el amor… raras son las personas que ven más allá del físico y descubren el alma, somos selectivos por naturales y moda-Yo… Y hubiera vuelto el infierno por ti…- Wolfram rompía las reglas a solo minutos de que el plazo expirara, después de todo el juego se perdió cuando Yuuri declaro su amor a otra persona.

Sintió el fuego en su pecho y después un frio intenso… llegaba su muerte, o al menos la muerte de ese cuerpo… su alma había muerto hacia mucho. Abrazo a Yuuri- pero ya no quiero amarte… ya no quiero volver a sufrir por ti… yo solo- susurraba cuando sintió los brazos de Yuuri cubrirlo y sus lágrimas humedecer su hombro

-Wolfram…- repuso entre cortado abrazándolo con fuerza sintiendo como la temperatura del hombre deforme aumentaba y de la nada se enfriaba- Te amo-  repuso Yuuri acercándose a besar sus labios secos deformes

Una lagrima cayo de los ojos del hombre deforme la última que pudo dedicarle a Yuuri pues ya no le quedaba nada mas de ese amor, mientras sus ojos volvían a perder su brillo

-yo también… - “Te amaba…” susurro y pensó su otra parte pues ese beso no le sabio a nada, no despertó nada.

“Al fin…” repuso so otro yo… “al fin… Dámelo… yo lo quiero. Dame el poder, dame la libertad. Dámelo… Ya no quiero el amor… solo quiero el poder para verlos morir. Verlos padecer… ¡Dame el poder!” gritaba al sentir la energía oscura cerca.

Una mariposa negra se posó sobre Wolfram y de la nada la piel sobrante del hombre deforme se quemaba en llamas negras. Tanto así que Yuuri tuvo que soltarlo, pues  sus brazos se quemaban, y le miro aterrado, tratando de apangar ese fuego negros que lentamente bajo sus llamas descubría el cuerpo del rubio que amaba.

-¡Wolfram!-grito tomándolo nuevamente entre sus manos. Pero el rubio ya no respondía, ya no respiraba… simplemente estaba muerto- ¡Wolfraaaaam!!!!-Se oyó el grito desgarrador del Maou.  

Desde no muy lejos el hombre similar a Wolfram de cabellera negra y ojos escarlata extinguía su forma y volaba cual mariposas al fin podía atravesar las dimensiones y legar a su destino. Ya estaba decidido… solo debía esperar su despertar.

Dimensión 1= pereza

Yuuri recogía los cuadernos de ajustes estadísticos mientras Wolfram miraba por la ventana. No sería un día extraño para ambos, simplemente acabaron el trabajo, Yuuri regresaría a casa y vería a su esposa e hija. Wolfram iría al gimnasio y después en casa vería algunas películas como siempre.

Sin embargo ambos sintieron el escalofrío en su piel y huesos. Simplemente se pararon y miraron asustados en todas las direcciones.

-¿Ocurre algo?-Pregunto Yuuri a su compañero de trabajo

-No… nada- repuso Wolfram recogiendo sus cosas y marchándose.  

Después de trabajar juntos por más de dos años al fin cruzaban palabras, sin embargo se volvían a olvidarse… tenían otras prioridades en mente, estar atentos a sus compañeros de trabajo daba mucha pereza.

 

Dimensión 2= Gula

 

Yuuri tenía en manos aquel postre que tanto odiaba… sin duda su madre sabia como fastidiarlo. Odiaba los dulces y no sabía cómo deshacerse todos esos chocolates… 

Alzo la mirada en busca de alguien a quien regalárselos. Estaba en el centro comercial no sería tan difícil encontrar a alguien para regalarlos, lo malo era que era san Valentín… sinceramente temía dárselo a alguna chica pues podría hacerse ideas tontas y después acosarlo. Suspiro y la alarma de su celular  sonó, estaba tarde para llegar al templo con sus amigos.

-al diablo- dijo. Llevaría los tonos chocolates y se los daría a Murata y los demás, sin embargo sintió un escalofrío y sin poder evitarlo tropezó cayendo por las gradas contra un chico rubio que también se veía aturdido por alguna razón. Ambos cayeron y por mala suerte terminaron en el hospital. El rubio con un pie enyesado y Yuuri con un brazo enyesado.

Lo único bueno que paso en ese día fue que al fin se deshizo de los chocolates. Miro nuevamente al joven rubio que miraba serio por la ventana y se devoraba los chocolates sin decir palabra alguna.

“Lástima que es un chico…”

Dijo Yuuri mentalmente al verlo. Era muy hermoso.

-Los chocolates…- dijo el rubio sin verlo- ¿Quién te los dios? –Interrogo al notar que eran chocolates caseros.

-Ah, eso…- rio tontamente- me los dio mi mamá

-Puedes pedirle que traiga más- Pidió aun sin dignarse a verle- se los pagare… también quiero al receta.

-Ok…- respondió dudoso, por lo general los chicos con esa cara y físico se cuidaban de este tipo de comida chátara, pero no… al parecer ese chico lindo de ojos verdes era la excepción.

 

Dimensión 3= avaricia

 

Brian miraba a Wolfram preocupado, de la nada se había desmayado. También vio al Maou caer, pero este poco le importo.

-Elus- le tomo la mano y el rubio le miró fijamente.

-Brian… ¿Qué fue eso?-Pregunto recordando esa sensación que atravesó su cuerpo cual rayo

-Eso quisiera saber yo… tu eres el médico- dijo el empresario de armas al demonio de fuego que serio analizaba su pulso.

 

Dimensión4= Soberbia

 

-¡Eres un idiota!-Le gritaba Yuuri

-¡Y tu un estúpido!-Respondía el rubio

-suficiente. ¡Me largo!- concluyo Yuuri saliendo de ese departamento

-¡Aleluya! Al fin estamos de acuerdo en algo. Ya me aburrí de verte la cara de estúpido- concluyo Wolfram cuando ambos sintieron ese escalofríos, pero decidieron ignorarlo y se marcharon para no verse más.

-¿Y quién es el padre?-Pregunto Izumo a su amigo, el rubio frunció el ceño molesto- Que importa… Ya está muerto y enterrado-concluyo mirando por el aparador ese vientre… si deseaba deshacerse de ese error debía hacerlo ya… solo le quedaba una semana según advirtió el médico.

 

Dimensión 5= envidia

 

Wolfram les miro caer y sin dudarlo aplasto el cráneo de algunos hijos de Soushu.

-Mamá-Llamaba Marflow al verlo divertirse con los caídos

-Cariño. ¿Ocurre algo?-Interrogo a pequeña remolino

-Si. Llego carta del Maou- anuncio y el rubio dejo el campo de batalla y camino en dirección de su hija para tomar esa carta y saber cómo le iba al enclenque de su marido en la guerra.

Sin embargo cuando sintió esa corriente, solo extendió su mano y la rechazo

-¿Mama?-Llamo su hija al ver que su madre nuevamente usaba el poder del Soushu pero esta vez contra ¿nada?. Simplemente la nieva se derretía por el fuego negro que invoco su madre- ¿Ocurre algo?

-Nada…-Dijo Wolfram cambiando el color de sus ojos de rojos a verdes- solo una tonta polilla que intento picarme- rio

-Mamá… Estamos en la nieve. ¡No hay polillas!- regañaba Marflow al comprender que su madre volvía a esconderle cosas. Wolfram suspiro y miro a su niña y siguió su camino a las tiendas. Deseaba saber cómo iban las cosas al Maou. Deseaba saber si su tonto esposo al fin se animaba a derramar sangre o seguiría en su tonto plan de defenderse del enemigo sin dañarlo.

Leyó esa carta y suspiro

-Baka…- concluyo quemándola.

 

Dimensión 6= Lujuria

 

Yuuri miro su torso en el espejo allí aparecían un montón de chupones en orden formando la inicial de un nombre W.

Negó con la cabeza… Eran unos pervertidos.

Se volvió a echar sobre la cama. Como siempre el rubio se iba a casa, aún era menor de edad. De la nada sintió ese escalofrío en su cuerpo, pero decidió ignorarlo.

 

Dimensión 7= Ira

 

Simplemente las polillas negras llegaron donde debían llegar. Ira se sentó divertido mirando las esferas del dios…  Giro velozmente al notar al dios y sentir como era cortado por su espada de un solo movimiento. Su cuerpo se convirtió en polillas que huían y desaparecían en todas las dirección. Euj lanzo una bola de fuego esperando extinguirlas todas. Pero siete escaparon.

No podían permitir que las cosas salieran de control.

Cunado un dios está enfermo o puede llegar a morir, simplemente las esferas ya no le ayudan a absorber la energía de las dimensiones. La energía no absorbida puede formar a un nuevo dios o solo fundirse con quien considere un buen candidato a dios. Un dios en si puede morir, pero la esencia de la que fue hecho no, es parte del mismo universo, de las dimensiones y es vital para que el equilibrio permanezca. La luz no puede vivir sin oscuridad.  

El primogénito del dios aceptaría sin cuestionamientos a cualquier nuevo dios. Pero jamás que su madre se convirtiera en uno.

No… Su madre no fue hecho para esto. En sus memorias solo recordaban a un ser débil, temeroso, renegón y amoroso. Verlo convertido en un dios oscuro, frio y calculador… no gracias. Primero lo mataban. Además, tampoco deseaban ver  muerto a su padre. 

Jue miraba irónica como los papeles de ambos se volcaban, El reo se convertían en el cazador y el cazador en presa. Suspiro al sentir los otros olimpos comenzar a moverse y es que más de un dios estaba molesto por esta situación. 

El tercer hijo solo se aferraba a la cintura de su hermana y miraba temeroso a su padre y hermano mayor… No quería que nadie matara a su mamá, pero tampoco quería que su mamá se volviera esa cosa.

Yuuri cabalgaba como loco con el cuerpo del rubio en mano. Pese a que estaba muerto le quedaba la esperanza quizás Gisela con su magia curativa, o Anissina con sus experimentos… En fin alguien podría despertarlo nuevamente… No se resignaba a perderlo. No podían terminar de esta forma.

¡NO ERA JUSTO!

 

 

 

 

 

    

 

 


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