Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

HERMOSA FLOR por Amaya Kurau

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un pequeño One Shot sobre los pensamientos de Saru hacia Misaki.


Los personajes no me pertenecen

HERMOSA FLOR

 

 

 

Estar en el interior de Misaki era maravilloso, estar con él era lo único que realmente podía decir que era maravilloso. Unido a él; sintiendo cada fibra de su cuerpo estremecerse, escuchando su respiración y jadeos, saboreando su piel. Tan aferrados uno al otro que parecían estar a punto de fundirse. Estar así hacía que la felicidad fuera desbordante y el placer asfixiante. Y marcarlo, marcarlo una y otra vez era lo único en que podía pensar al penetrarlo una y otra vez.

 

Misaki era tan hermoso y lo amaba, era al único que amaba. Estaba seguro que lo amó desde el primer día en que lo vio; de eso no cabía duda.

 

Ver a aquel chico escandaloso de baja estatura, haciéndole frente a tres tipos más altos que él sin miedo, arriesgando su integridad sólo por defender a un desconocido; al principio lo desconcertó y le provocó desconfianza, pero también en el fondo le conmovió. Jamás nadie había hecho nada por él desinteresadamente. Pero, además… Se suponía que en los cuentos los príncipes salvan a las princesas, no al revés.

 

Pero su Misaki era diferente. Su princesa no era delicada ni frágil; era ruidosa, agresiva, voluntariosa. Aquel cabello castaño alborotado, esos ojos llenos de fuego y esa sonrisa atrevida. Misaki era luz, una intensa luz que lo cegó al principio, pero luego lo atrajo como el día a la noche.

 

Nunca imaginó poder enamorarse de alguien, siempre había creído que estaba por encima de esos mundanos y fastidiosos sentimientos. Para él no eran más que una pérdida de tiempo, como lo era también el hecho de siquiera interactuar con alguien más. Sin embargo, cuando conoció a Misaki algo cambió. Se enamoró perdidamente de él, de todo él. Misaki era espontaneo, directo, y poseía cierta ingenuidad que él quería corromper. Además, lo miraba como nunca nadie antes lo miró; y hacia cosas por él que nunca nadie antes hizo, ni siquiera esas personas. Y por eso se convirtió en su tesoro, su más valioso tesoro. Por él podría construir un cohete y llegar a la luna o conquistar al mundo y ponerlo a sus pies. Misaki era capaz de hacerlo hacer cosas que jamás creyó hacer, comer cosas que detestaba pero que por el simple hecho de estar hechas por él eran un majar; o dejar la comodidad de una mansión para ir a vivir a una pequeña habitación; e incluso unirse a una panda de salvajes sólo por hacerlo feliz.

 

Por eso le dolió tanto cuando lo traicionó dejándolo a un lado por Homra, cuando dejaron de ser sólo los dos por darle cavidad a alguien más. Porque Misaki no lo sabía; pero era todo para él; era su familia, era su luz y su vida. Y aun así, por más que lo intentó, a pesar de la distancia y de estar en bandos contrarios; nunca dejó de amarlo y seguía deseando ser lo único que Misaki mirara, ser lo único en que pensara, ser su mundo entero. Y ahora, sus más profundos deseos se hacían realidad.

 

Siempre, desde que lo conoció fantaseó con este momento y siempre le costó mucho trabajo contenerse y no saltar sobre él porque tenía miedo de asustarlo y perderlo. De que Misaki se diera cuenta de lo sucio que estaba y huyera. Pero ahora, increíblemente estaba unido a él. Disfrutándolo y amando cada centímetro de su ser. Y aun así todavía estaba conteniendose, pero quería oírlo gritar su nombre, tan fuerte hasta quedarse sin voz. Porque él también estaba a punto de gritar el suyo una y otra vez.   

 

En el pasado ese hombre sólo se divertía molestándolo, burlándose de él, y esa mujer jamás le prestó atención en absoluto; y por lo que sabía, ni siquiera le importó que ese tipo le pusiera aquel nombre. Pero en labios de Misaki no parecía en absoluto despreciable. Misaki con esa mirada tan clara, con aquel intenso brillo, era hermoso. Escuchar su nombre de aquellos labios le hacía sentirse deseado, amado. Le hacía evocar recuerdos de cuando vivían juntos en el mismo y pequeño departamento; cuando quería atesorarlo, cuando más de una vez deseó encadenarlo para que no saliera de allí, para que no lo dejara, para que nadie se lo arrebatara y que por ello había decidido poner seguro a la puerta cada noche como no hacía en aquella gran mansión, no por temor a que le robaran algo material sino por temor a perderlo a él, a su Misaki. Por las noches en esa gran mansión le costaba dormir sin tener pesadillas, pero con Misaki podía dormir con total tranquilidad. Verlo parado frente a la estufa cocinando para él; era como si hubiese encontrado su lugar, una familia. No quería nada que no fuera Misaki.

 

Y ahora entre sus brazos, finalmente le estaba haciendo el amor y era increíblemente maravilloso. Misaki se aferraba a él con fuerza, el brillo en su mirada al verlo a él, solo a él, era maravilloso. Era lo que siempre buscó. Ser lo único en que Misaki pensara, ser lo único en el mundo de Misaki. No podía negarlo, estuvo celoso de Mikoto por arrebatarle su atención; le molestaba Totsuka por saber siempre lo que pensaba. Detestaba a todos por alejarlo de él. Pero nunca imaginó que Misaki le pudiese corresponder.

 

A él que era un ser sucio, manchado y que lo había traicionado, Misaki le había permitido tocarlo, tomarlo.

 

Jamás creyó que a Misaki pudiera gustarle él, gustarle los chicos. Bueno, a él tampoco le iban los chicos, sólo Misaki. Si Misaki tuviera el cuerpo de una chica, igual le amaría por ser Misaki. Aunque era obvio que no sería una chica común. Aún así, Misaki era un chico y era hermoso, era su princesa y era perfecto, perfecto por completo. Misaki  era su hermosa flor. 

Notas finales:

Hola, un pequeño One Shot  sin pies ni cabeza, pero que escribí en un momento de inspiración. Espero lo hayan disfrutado. Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).