RUMBO AL OLVIDO
Noviembre de 1038
Algún lugar en el Atlántico
Surcaban como espectros la calima, silenciosos y llenos de misterios en sus barcos fantasma que ellos llamaban Drakkar eran minuciosamente tallados en forma de dragón con dientes amenazantes como si sus ojos buscaran en la bruma victimas a las cuales cazar.
El reducido grupo de intrusos había cruzado un mar inexplorado en naves que cortaban las olas con gran facilidad. Con los primeros rayos de sol y gracias a que solo quedaba una neblina, se vio la bahía. Los hombres con remo en mano se acercaban mas a ella, mientras una sola mujer desde la ventana de su celda miraba como detrás de la orilla todo era colinas cubiertas de árboles cuya gigantesca altura la dejo sin aliento. A pesar de que no habían tenido contacto con otros, sospechaban que entre los árboles se encontraban ojos escondidos, ojos humanos espiándoles.
Desde su llegada ya había pasado casi un mes, ellos simplemente querían obtener provisiones para su regreso a casa y no molestar de más a las personas quienes habitan en aquella fría pero hermosa isla, desgraciadamente no fue así. En un descuido la persona a la cual custodiaban había escapado y ahora necesitan ayuda de los habitantes para encontrarla. Aún era desconocida la serie de malos sucesos que eso desencadenaría. El deceso de dos personas, la traición de otra y un amor fortuito.
La traición fue dada por el hermano mayor Aizen hacia el hermano menor Ryujin al matar al Rey quien era su padre, la otra muerte fue la esposa de Ryujin al interponerse entre él y la espada de Duncan, la pobre mujer rubia de ojos verdes quien amo de más a su esposo sobreponiendo su vida y su único hijo Ren de doce años. El amor inesperado vino de la mujer quien escapo de la celda una bruja de piel morena ojos color avellana y un mal herido hermano mayor. A estos últimos dos se les dio por muertos sin embargo nunca encontraron sus cuerpos.
Los intrusos después de un tiempo se fueron dejando solo una advertencia, si la bruja seguía con vida, las personas de corazón blando debían tenar precaución ya que ella tomaba ventaja de ellos, prometiendo falsas esperanzas a cualquiera que quisiera escucharla. Tenía la fama de convertir al hombre más noble en una bestia.
UN MONSTRUO
DE LAS PROFUNDIDADES
Agosto 1063
Mediados de primavera
¿Qué era lo que aquel hombre había dicho?, y es que en otras circunstancias no le habría puesto atención, simplemente lo ignoraría al igual que en otras ocasiones pero esto no se podía pasar por alto.
Todo había empezado unos años atrás cuando lo conoció como un posible pretendiente en alguna de las tantas cenas que ofrecía su abuelo Ryujin en donde él debía vestir como una linda muñequita. A pesar de ser hombre por el simple capricho de su abuelo debía usar un hermoso vestido y un gran peinado que luciera su pelo largo liso y rubio. Desde que él tiene memoria su abuelo acaparaba toda su atención, y no es como que a él le moleste claro que no, es todo lo contrario, sus hermanas mayores siempre debían ser lo más importante para sus padres, Sera y Aylan α pelirrojas con ojos grandes color avellana.
- Abue, por favor di algo, esto es estúpido, yo no tengo por qué casarme con él- grito a todo pulmón-. Ese tipo es un idiota y ni siquiera debería proponer algo como eso.
El tema del matrimonio era algo que no le gustaba tocar a Ryota, ¿Porque debía casarse? Si, él solo es el tercer hijo, el trono no le pertenecía, claro era un heredero y como tal llevaba la carga del reino sobre él, sin embargo solo un alfa es capaz de reinar, así lo establecen las leyes. El deseaba surcar los mares en busca de aventuras y experimentar cosas nuevas de las cuales le hablaba su abuelo y amigos.
- Papá, es tu culpa que retrasáramos tanto esto- dijo sin siquiera soltar el papel en sus manos, donde venía la propuesta de matrimonio de parte del clan Fukuda.
Ren padre de Ryota e hijo de Ryujin debía ver por el bien de su pueblo, por su naturaleza pacifica le gustaba resolver problemas delegando, por lo cual se le ocurrió la idea de dar a su hijo Ω en matrimonio a uno de los tres reinos que rodean al suyo, para evitar posibles males.
- Si no quieres a Shougo puedes escoger a Yukio o a Taiga, ellos llegaran en cualquier momento para empezar con las pruebas.
- ¡Ese no es el punto padre! Tengo el derecho de escoger a otra persona que no sea uno de ellos tres, al igual que mis hermanas.
- Si, ellas lo hicieron, pero solo porque son…
-¡Basta los dos!, Ren ya hemos hablado de esto, Ryo no será dado a cualquiera, necesita mi aprobación. Ryo tu sabias que este momento llegaría, por favor compórtate. No te lo diré dos veces.
¿Que? Es enserio., incluso el abuelo está de acuerdo en este estúpido teatro. Está bien, piensa, si debo de escoger entre cualquiera de los reinos y solamente un heredero al trono puede participar…
- Abuelo, y según tu que necesitan demostrar ellos para ganarse ¿Mi mano?
-¿Porque te interesa?- pregunto-. Aunque es obvio, no solo deben aprobar las diferentes pruebas, deben demostrar coraje, determinación pero sobretodo valentía.
- ¡Oh! Hijo aquí estas- exclamo la Reina mientras entraba a la habitación-. Necesito que te alistes rápido, los clanes no tardaran en llegar.
Ryouta parecía estar perdido en sus pensamientos.
-RYOTA- grito-. Te estoy hablando, ya es tarde.
-Tranquilízate mamá- contesto-. Iré en seguida.
El rubio salió corriendo con una gran sonrisa, tenía algunas cosas que arreglar.
EL ENGAÑO
Noviembre 1038
Invierno
El susurro del demonio a veces puede ser muy convincente, pero eso es porque él dice solo lo que queremos escuchar. Palabras fáciles de recitar convertidas en promesas. Después de salvarle la vida, las promesas ya no existirían.
- Si yo fuera el rey tú serías mi reina y todo el pueblo te respetaría, no habría nadie que no te admirara, tendrías todo lo que mereces y más- susurro-.Por supuesto un hijo.
Segados por sus deseos los dos armaron un plan. Pero las cosas no son tan fáciles, la traición era inevitable. El trato de asesinarla y ella lo condeno a vagar por el resto de su vida sin conciencia.
En ese tiempo se dio a conocer un rumor sobre una bestia en una de las aldeas más alejadas del reino la cual fronteriza con el bosque del eterno invierno.
A veces el amor hace que las personas no quieran ver la verdad, ella le concedió una segunda oportunidad, consumida por la culpa de lo que había hecho, deshizo la maldición. Por perdonarlo obtuvo un bebe, pero las cosas no salieron como ella planeo y, una noche de luna llena el volvió a su antigua forma. Las personas no cambian, es lo que se repetía una y otra vez enfrente de la tumba del padre de su hijo. De eso ya han pasado varios años.
Y en las noches de luna llena el niño se cambiarte en bestia. Una terrible tragedia lo dejo sin su madre a los quince años, él ha vivido solo durante otros cinco años más, en aquel bosque rodeado del frio y penumbra acompañado solo de otros animales quienes no se acercan a él por miedo. Muchas veces suele caminar por las orillas de su territorio pensando en salir a conocer a la gente del pueblo pero, es obvio la diferencia entre ellos, su piel morena y cabello azul herencia de su madre hace que sea difícil tratar de acercarse a los demás.
LOS GUARDIANES
Algunos dicen que el destino está atado a la tierra, que somos parte de él como el de nosotros. Otros que esta entre tejido como tela para que pueda cruzarse con otros. Algunos lo buscan y otros pelean por cambiarlo. Sea cual sea la verdad, no dejare que el mío sea decidido por alguien que no sea yo.
El estruendo que hizo la puerta al abrirse lo trajo de nuevo a la realidad.
-Mi señor, los lores han llegado.
Y como una estampida los tres clanes encabezados por sus líderes entraron al gran salón principal. La música de las gaitas no tardo en sonar acompañados de los tres estandartes de cada clan respectivamente.
Los gritos de euforia fueron callados por el antiguo Rey, ya que los padres del pobre Ryota no les interesaba el resultado.
-Henos aquí, los cuatro clanes reunidos para la presentación de los candidatos.
Más gritos se dejaron venir por parte del primer clan a presentarse.
¡Fukuda!
-Su majestad, le presento a mi heredero y vástago, quien nos defendió de los invasores del norte.
Es un imbécil, fue lo que pensó al ver que Shougo no le quitaba los ojos de encima, pareciera como si con ellos lo estuvieran desvistiendo.
-Con su propia espada y sus habilidades que no se comparan con ningún otro, venció a mil soldados.
Mas gritos se hicieron presentes ahora por parte de Seirin.
-Su majestad le presento a mi hijo mayor quien echo a pique las naves invasoras, y a mano limpia venció a dos mil.
Taiga dio un paso adelante quien traía consigo un leño más grueso que uno de sus brazos, el cual partió en dos como si fuera una escuálida ramita sin ningún esfuerzo.
Y por último Kaijo.
-Su majestad le presento a mi único hijo, quien estuvo rodeado por 10 000 romanos y derroto a toda una armada él solo, usando estrategias sin siquiera usar un dedo.
Detrás del líder un chico no muy alto con cara de pocos amigos apareció, su nombre Yukio.
En la muchedumbre se escuchó a alguien gritar ´´mentiras´´.
- ¿Quien fue?, ¿Quién dijo eso?, o son unos cobardes con miedo de arruinarse su peinado.
- Al menos tenemos pelo- con una gran sonrisa el líder de Fukuda contrataco.
Las risas empezaron después de la carcajada que soltó Shougo.
-Y todos nuestros dientes- agrego el líder de Seirin.
-Y si estuviera cerca el tronco, lanzar podría ser- Kagami replico pero estaba tan nervioso que solo pudo decir palabras sin sentido.
- Señores, por favor sean civilizados y no seamos agresivos unos con otros, recuerden porque están aquí. Ahora lo más importante es causarle buena impresión a mi nieto- hablo en voz alta para callar las risas-. Según nuestras leyes, solo el primogénito de cada uno de los grandes líderes puede presentarse como participante. Y por lo tanto competir por la mano de mi nieto. Nuestra costumbre dicta que el reto sea elegido por el mismo príncipe.
- ¡Un día!- con gran euforia grito- pasar un día entero en el bosque del invierno eterno.
-Ryo, ¿Estás seguro de eso?
-Claro que si abuelo, tú mismo lo dijiste, ellos deben mostrar valentía independientemente de los rumores o leyendas que son contadas por el pueblo- prosiguió-, cada uno podrá llevar provisiones en un corcel, tienen lo que resta del día para prepararse, esta noche descansen y partiremos mañana con los primeros rayos del sol.
PRIMERA PARTE
INFIERNO
1
-Estás listo kurokocchi? Esto no será tan difícil, después de todo este es nuestro territorio, no dejaremos que unos príncipes mimados nos venzan- con voz baja le hablo a su mejor amigo un perro mitad lobo que había criado desde cachorro-. Tenemos todo listo, andando Kōji.
Usando la capa azul marino un regalo de su nana, monto a Kōji su fiel corcel. Su abuelo se había opuesto a que el mismo presenciara la prueba por obvias razones, por lo cual mandaría a tres escuderos de su reino para certificar que pasaran el tiempo determinado. No le quedo de otra más que aceptar, sin embargo él ya se había adelantado a esa posibilidad y sin que nadie lo viera llevo su equipo en el lugar donde dormía y antes de que el sol saliera partió. Dejo una nota en su cama con últimas indicaciones, el primero que lo encontrara seria el elegido, de lo contrario ninguno era digno de tenerlo.
Los gallos empezaban a cantar lo cual indicaba que el sol estaba a punto de salir.
-¿No es esto demasiado? No pudo escoger cualquier otro juego como los demás– con un gran bostezo pregunto Yukio a Taiga.
-Es solo un día, no le veo el problema.
-No será que tienes miedo ¿Yukio?- pregunto con saña Shougo-.
-Puedes tener un poco más de respeto hacia mí que soy mayor que tu niño.
- ¿Todos listos? Me temo que han cambiado un poco las cosas, Ryo me desobedeció y decidió participar en esto también, el primero que lo encuentre obtendrá su mano, mientras más rápido mejor.
- ¿Como que decidió participar? Esto va en contra de nuestras leyes.
-Y por eso Yukio esto solo quedara entre nosotros, sus padres no tienen por qué enterarse.
- Una pregunta, y si no logramos encontrarlo.
- Entonces mi querido Taiga, no merecen a mi nieto.
Sin decir una palabra Shougo salió disparado como si el mismísimo diablo lo fuera persiguiendo, para él las cosas habían cambiado favorablemente, que tan difícil seria buscar a un estúpido Ω llorando porque no podía soportar el clima. Solo debía aparecer en el momento indicado para rescatarlo y quedar como el príncipe azul que no era.
Pensó que sería más fácil si entraba galopando a toda marcha sin darle tiempo al miedo de apoderarse de él. Cuando era pequeño había visitado Inverness una linda y blanca villa que custodiaba la entrada al bosque, hubo un tiempo donde su abuelo la frecuentaba ya que las personas estaban un tanto preocupados por cierto animal que solía rondar por las orillas, nadie podía decir que tipo de animal era o en qué momento aparecería, por lo cual tenían que crear un plan por si a este se le ocurría visitarlos. En ese tiempo Ryota sentía que su abuelo escondía algo, no sabía que era pero cuando iban a la villa él se comportaba de una forma extraña. Pero así como apareció, desapareció. Nadie lo volvió a ver y descartaron la idea de formar un grupo para casarlo.
El día pasó relativamente rápido, la mayoría del tiempo peleo con la nieve que no lo dejaba avanzar tan rápido como él quería, se encontró con pequeños animales esponjosos y blancos. Kōji al principio no parecía estar de acuerdo en seguir adelante pero al ver a tan tiernos animalitos andar tan libremente lo dejo pasar y gracias a Kuroko quien siempre los salvaba de situaciones peligrosas se llenó de un poco de valor. Debía buscar un lugar donde acampar antes de que oscureciera del todo, llego al pie de una pequeña colina cuando visualizó una pequeña caverna, el único que lo acompaño fue Kuroko, Kōji se quedó para hacer guardia por si algo se acercaba a ellos.
-Kurokocchi ¿Puedes oler algo?- con una antorcha en mano caminaba lentamente ya que el piso era resbaladizo-. Creo que es un buen lugar para pasar la noche y se les hará un poco más difícil encontrarnos.
El can se detuvo de golpe y empezó a gruñir lo cual alerto a Ryota.
Por un instante se quedó paralizado, podía oír a su corazón latir frenéticamente. No podía creer que enfrente del estuviera la bestia de los rumores.
-Pero que… ¿Porque no nos ataca?- tartamudeando alzo un poco más la antorcha y pudo notar que esa cosa estaba congelada-. Al parecer está muerto, por eso no lo volvimos a ver.-al bajar la mira encontró una roca donde estaba marcado- ¿Nimue? Es el nombre de…
Desde la entrada se pudo escuchar a Kōji relinchar.
- ¿Kōji? ¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Viste algo?- agitado por la carrera trataba de ver que era lo que había alarmado a su corcel-. Está bien chico parece que no es nada, Kurokocchi ¿Puedes oír algo?
El can miraba y trataba de encontrar algo pero, sea lo que fuera ya se había ido.
Dejaron la caverna hacia un rato atrás pero no podía quitarse la sensación de que algo los observaba, prefirió atribuírselo al susto de haber encontrado la caverna. Pero si lo pensaba bien, ¿Quién había tallado el nombre en la piedra? Nadie de los pueblerinos se atrevería a dar un paso dentro del bosque. Perdido en sus pensamientos no noto hasta que fue demasiado tarde que estaba rodeado de una manada de lobos blancos.
Kuroko fue rodeado y apartado de los otros dos, mientras tanto Ryota trataba de calmar al corcel para poder defenderse, los lobos iban tras las piernas del Kōji, en un movimiento brusco el corcel se paró en sus patas traseras haciendo a Ryo caer de espaldas, el golpe fue tan fuerte que perdió la conciencia.
A unos kilómetros al norte de ellos Yukio y Taiga estaban acampando, se habían encontrado por casualidad y decidieron pasar la noche juntos por seguridad.
-Espero y el príncipe este bien, de camino aquí encontré una fosa llena de esqueletos, pensé que era la guarida de lobos pero no vi huellas de ellos.
-Ese tipo está loco por haber venido él solo, este lugar da escalofríos y no es porque haga frio, algo anda mal aquí, si no quería casarse simplemente debió decirlo en vez de mandarnos a morir en este lugar.
-No pensé decir algo como esto pero, espero que Shougo tenga más suerte que nosotros.
Un poco más al sur cerca de la costa se encontraba Shougo el cual estaba totalmente fastidiado de esta situación, sus ánimos desaparecieron al poco rato de buscarlo.
2
Al abrir los ojos lo primero que vio fue a Kuroko quien dormía encima de él. No podía recordar muy bien los últimos momentos y el dolor de cabeza no ayuda mucho, se preguntaba qué había pasado después de caer de Kōji pero eso quedo atrás cuando se escucharon sonidos que venían no muy lejos de él. Pudo notar que estaba en una cueva, cerró de nuevo sus ojos para poder concentrarse en los sonidos.
De repente escucho pisadas viniendo a su dirección, trato de despertar al can pero al parecer estaba muy cansado, tenia vendajes por doquier. Así que opto por hacerse el dormido.
-¿Aún sigues dormido?- pregunto-. Llevas así toda la noche y mitad del día, en algún momento debes de despertar.
Puso una mano en su frente para tratar de despertarlo.
-Tu caballo está inquieto debes apurarte.
Pudo sentir como era retirado Kuroko de encima de él, quiso abrir los ojos pero algo le decía que debía esperar.
-Tu cabello de verdad es hermoso, es igual a los pocos rayos del sol que se filtran entre los arboles- tomo asiento a lado de él y deslizó sus fríos dedos entre su cabello lentamente, con el dorso de su mano delicadamente toco su rostro.
Todo esto le parecía tan irreal, ¿Cómo es que una persona podía vivir en este lugar? Y si no estaba solo. ¿Qué tal si quisiera mantenerlo cautivo? Con valor sujeto su brazo y lo empujó hasta tenerlo debajo de él.
- ¿Quién eres y que quieres de mí?- pregunto con miedo en su voz.
Sus ojos se conectaron y con ello llego lo inevitable.
Poco a poco Ryota iba cediendo su agarre y el desconocido pudo pararse a un lado de el sin apartar su mirada. Se mantuvieron así unos minutos hasta que un gruñido de parte de Kuroko los hizo volver a la realidad. Todo fue demasiado rápido el can lo tenía acorralado.
- ¡Kurkocchi espera! No le hagas daño, él nos ayudó después de todo.
Pero él no quería ceder, ¿Qué era lo que había hecho esa persona como para que Kuroko se comportara de esa forma a pesar de sus heridas?
A pesar de las circunstancias el extraño no decía nada y solo lo miraba.
- Lo siento, el no suele ser…- ya lo había percibido pero ahora que prestaba atención al cuerpo que tenía enfrente de él era demasiado, como decirlo ¿Definido? ¿Fuerte? ¿Sexy? Perfecto, si, esa era la palabra.
-Daiki.
-¿Eh?
-Mi nombre es Daiki
Kise se levantó de la cama y comenzó a caminar hacia él. Kuroko trato de detenerlo pero desistió después de la mirada desaprobatoria de su dueño.
-El mío es Ryota- extendió su mano-. Tú, tú tienes que darme tu mano para poder estrecharlas así es como se saluda.
Daiki dudo un poco, pero en el momento de tocarse una increíble corriente eléctrica pasó por sus cuerpos.
Fue extraño como se conocieron pero no parecían incomodos estando cerca el uno al otro, pareciera como si llevaran años de conocerse, el único de mal humor era Kuroko quien le hacía mala cara a Daiki. La noche estaba por llegar y ellos dos se encontraban sentados alrededor de una fogata que ayudaba a sobrellavar en frio.
-¿Por dónde es que sale el humo?
-En toda la caverna hay ductos que consiguen que el humo salga.
-Sé que no es de mi incumbencia pero, ¿Porque razón vives en este lugar?
-Bueno, tienes razón, no es de tu incumbencia.
-Que tacaño- haciendo un puchero pregunto-. Entonces si te digo que hago aquí tú me lo dirías.
-Puedes intentarlo.
- Aah- soltó un gran suspiro-. Viene aquí para probarle a mi abuelo que soy capaz de cuidarme a mí mismo y no tengo que depender de nadie… ¡No me pongas esa cara! Ya sé que no salió muy bien pero es que simplemente no puedo resignarme y casarme con alguien a quien no amo.
- ¿Casarte? ¿Y si te quedas aquí?
- Si- exclamo-. Pero, no creo que sea buena idea mi abuelo no descansaría hasta encontrarme. Debe de estar muy angustiado.
- Bueno ya pensaras mejor mañana, porque no vamos a dormir, aunque no creo que tengas sueño ya que dormiste demasiado, pero tampoco podemos salir ya que hay personas afuera buscándote. Espero y no te importe compartir la cama, ahora le toca a tu perro dormir en el piso.
- ¿Que? ¿Dormir juntos?
-Sí, es mi casa de todos modos y para que veas que no soy una mala persona le daré esta cobija. Pero antes de eso necesitas tomar un baño, apestas.
- Claro que no, que mal educado eres yo no… Si es cierto pero ¿Cómo?
- A pesar de que hace frio sudas ¿Sabes? Hay unas aguas termales un poco más adentro, te daré algo de mi ropa para que puedas cambiarte.
…
Daiki lo condujo hacia ellas y le dijo que lo llamara cuando estuviera listo.
-Pensé que eras mujer la primera vez que te vi- hablo detrás de una enorme roca-. Tienes el pelo largo como mi madre, ella me conto algunas cosas sobre las personas de afuera.
Ryota se había desvestido y tenía su cuerpo sumergido en el agua hasta el cuello dándole la espalda.
Daiki sigilosamente se fue acercando a él quitando cada prenda que tenía puesta, entro al agua y con sus brazos rodeo su cintura, coloco su cabeza entre el hombro y el cuello de Ryota, el a su vez coloco sus manos sobre las de él. Y lentamente se dejó llevar.
-No creo que un príncipe deba dejar expuesto su cuello tan fácilmente y más si este es Ω-declaro-. No te sorprendas, pude notarlo por la ropa que traías los campesinos no las usan. Le susurró al oído, podía notar como Ryota se derretía a cada segundo-. Mi madre me hablo de tu familia, el cómo mi padre fue dejado de lado por Riujin su hermano menor.
Espera un momento, ¿Qué es lo que acaba de decir?
Quiso zafarse de su agarre pero, solo pudo dar la vuelta para estar cara a cara.
-¿Nosotros somos familia?
- ¿Y? ¿Acaso eso importa?
-Claro que importa, los dos llevamos la misma sangre.
-A quien quieres engañar ¿Ryo? Tú y yo compartimos el mismo destino.
Daiki lo apretó más hacia él, se acercó a su cara roso sus labios y empezó a besarlo descontroladamente.
Ryota podía sentir que su cuerpo entraba en celo. Daiki pasó sus manos por su espalda baja llegando a sus muslos para poder cargarlo.
A la mierda todo, el abuelo no tiene por qué enterarse que es familia. Además, debe aceptarlo después de todo él es mi destino. Su lengua se siente tan bien y sus colmillos rosan deliciosamente mí… ¿Colmillos?
Al abrir los ojos pudo ver como Daiki cambiaba, le crecía el cabello sus músculos se tonificaban más, unos cuernos empezaban a salir de su cabeza y su cara se volvía bestial. La voz que salió de él era notablemente más ronca.
-Pobre princesa tu primera vez y será conmigo en esta forma- sus garras se apretaron a su trasero-. Oí de mi madre que la nobleza es muy recatada. No tienes por qué entrar en pánico, esto no te dolerá por siempre.
Lejos de parecer sexo más bien parecía una escena donde un depredador se come a su presa. El agua se había teñido de sangre, los gritos de Ryota no salían solo porque Daiki lo tenía bajo el agua y cuando salía de esta solo era para tomar aire. Lo marco un sinfín de veces y no solo en el cuello, al cabo de un rato cayo inconsciente.
Muy tranquilamente lo llevo a su cama, vio a Kuroko y a Kōji dormidos no les dio importancia ya que debía prepararse. Su deseo era claro, reclamar algo que se le fue robado sin importar si tenía que derramar sangre.