- ¿Así que la fiesta es el sábado en casa de Jackson?.-pregunto curioso JiMin, rascando su cuello.
- Así es, ¿tu irás?.-le pregunto con una sonrisa de oreja a oreja, el menor se sonrojo notoriamente. Amaba demasiado esa sonrisa tan perfecta.
- Aún no lo se.-desvío su mirada, avergonzado.
- Oh, ya veo.-dijo con pena y soltó un pequeño suspiro de frustración.
- Hyung, no te pongas así.-le sonrió y le dio un leve golpe el él hombro.- Si iré.
- ¿De verdad?.-sus ojos mostraron un pequeño brillo, el mayor estaba más que feliz de que su amigo viniese a la fiesta en la casa de Jackson el sábado por la noche.
- Si, lo haré sólo por ti.-le sonrió, sus ojos se ocultaron en dos medias lunas.
De la nada YoonGi dejo de caminar y se quedó totalmente quieto, como una estatua, las mejillas del más pálido se tornaron de un color rojo, estaba sonrojada.
El moreno busco con la mirada lo que había llamado la atención de su hyung, se desilusionó al ver a TaeHyung. A YoonGi le gustaba TaeHyung hace más de medio año, jamás se le a confesado pero al parecer ambos tienen "química".
- Mm... ¿hyung?, nos vemos.-fue lo único que dijo, el mayor le respondió con un esta bien, el menor se sintió dolido al no recibir un adiós del contrario.
El chico se aguanto las ganas de llorar. Al llegar a su casa lo primero que hizo fue encerrarse en su habitación y no salir el resto del día de ahí.
Se sentía terriblemente mal, todos los días era lo mismo, no soportaba ver a su hyung mirando a otra persona que no fuese él.
Se sobresalto al sentir la puerta ser tocada.- Dooly, ¿te sientes bien?.-escucho la voz de su hyung, NamJoon, se limpio las mejillas, pómulos y ojos lo más rápido posible, borrando todo rastro de lágrimas.
- Estoy bien, no te preocupes...-dijo evitando torpemente que su voz no volviese a romperse, no quería que hyung lo escuchara llorar.
- Me preocupo, no has salido de tu habitación desde que llegaste a casa.-le volvió a insistir, la puerta fue tocada nuevamente.- Sal de ahí, la tía Shin Hye esta abajo.
- ¿La tía Shin Hye?.-dijo sorprendido, Park Shin Hye es la tía favorita, ya que ella lo crío unos cuantos años cuando pequeño.- ¡¿De verdad ella esta aquí?!.-se levantó de golpe de su cama y abrió la puerta.
- Ve y saludala.-le sonrió.
***
- ¡Tía Shin Hye!.-la saludo emocionado y la abrazo fuertemente, olvidando todo rastro de dolor que sentía.
- ¡Mi querido príncipe!.-tomó su rostro entre sus manos y repartió pequeños besos por todo su rostro.- ¡Mira cuanto has crecido!. ¿Cómo has estado bebé?
- Mm... bien.-hizo una mueca de tristeza.
- ¡Algo sucede contigo, yo lo se!.-exclamó curiosa.- Te conozco como la palma de mi mano y se que algo anda mal contigo.-se cruzó de brazos con una pequeña sonrisa de oreja a oreja.- Vamos bebé, cuéntale lo que te sucede a tu tía.
- Tía.-suspiro cansado.- Me gusta alguien pero no se como confesarme. Tengo miedo a que me rechaze.
- Ooh, es eso.-dijo alejándose de su sobrino y sentándose en un sofá cercano.- Ven aquí.-palmeo el castado vacío, incitandolo a sentarse a un lado de ella. El menor se sentó a un lado de ella.- Ten.-saco una cajita de chocolates de su cartera.
- ¿Y esto?.-dijo mirandola con el ceño fruncido, apuntando la cajita de chocolates.
- ¡Dárselo a tu enamorado!.-le sonrió, el castaño lo miro boquiabierto.
- ¿De verdad?.-le sonrió nervioso por la sorpresa.
- ¡Si, yo misma los hice!.-dijo con una pequeña sonrisa.- ¡Feliz San Valentin!
- ¿San Valentin?.-pregunto confundido.
- ¡Si tontito!, mañana es el día de los enamorados.-le sonrió.
- Oh, ya veo.-sonrió enternecido.
- Al principio se los iba a dar a NamJoon para Jin.-se rasco el cuello nervioso.- Pero veo que tu estas más necesitado que él.
- Gracias tía.-le sonrió.- Iré a mi habitación.
- Vete y no le digas nada de esto a NamJoon.-guiño un ojos.
- Claro, claro.-le guiño el ojos y se fue feliz a su habitación.
***
Era de mañana y los rayos radiantes del sol entraban por la ventana, el aire era fresco y JiMin acababa de despertar.
Se levantó de golpe de su cama y se metió al baño. Luego salió con una toalla enrollada en la cintura, su cabello castaño estaba un poco húmedo al igual que otras partes de su cuerpo.
Se seco su cuerpo y cabello lo más rápido posible, se vistió y volvió a entrar al baño, solo para arreglar su cabello con un poco de gel que solo usaba de vez en cuando.
Una vez listo tomó la cajita de chocolates, se despidió de NamJoon y su tía. Salió de casa y se fue directamente a su escuela.
***
JiMin estuvo nervioso durante toda la primera clase, ¿como iba a entregarle los chocolates a YoonGi?, ¿que le iba a decir?, ¿por qué no pensó en eso antes?
Ya había tocado para receso y el castaño fue el primero en salir. Se posicionó frente al casillero del azabache y ahí lo espero. Debía ser directo, aunque fuese una sola vez en su vida.
- ¿Chim Chim?.-sus mejillas se tornaron de un notorio color rojo al igual que sus orejas y cuello.- ¿Suce....
- Me gustas.-lo interrumpió, cerro sus ojos al no recibir una respuesta por parte de su hyung. Estiró la cajita de chocolates hacia el pecho del más pálido.
- ¿Q-qué acabas d-de decir?.-tartamudeo sin entender.- Repitelo.-insistió.
- Me gustas, desde hace mucho tiempo, hyung.-abrió sus ojos avergonzado, el mayor lo miro sorprendido.
- Pero somos mejores amigos.-frunció el ceño, negó varias veces.
- Ese fue el primer paso para enamorarme de ti.-susurro, su rostro ardía de la vergüenza acumulada.
Aun así, tenia miedo a ser rechazado, aunque estaba más que claro que YoonGi ama solamente a TaeHyung.
- Pero JiMin...
- Yo te amo.-se le declaró con firmeza. Había gente a su alrededor mirando el show y otros simplemente ignorandolos.
- Tu a mi no me gustas, lo siento.-dijo avergonzado el más pálido. Intento tomar el antebrazo del moreno pero este se apartó rápidamente.
- No te preocupes, estoy bien.-se alejo lentamente de su hyung y rompió en llanto.
El receso término y todos los respectivos alumnos, entraron a sus aulas, menos el menor quien tristemente subió las escaleras de la azotea.
Su vista estaba borrosa y sus ojos ardían. Dejo de caminar al escuchar unos sollozos ajenos, limpio todo rastro de lágrimas y miró a su alrededor.
En una esquina de la azotea había un joven de cuclillas en el suelo, llorando. El castaño se acercó a él.
- ¿P-por qué lloras?.-se sorbio la nariz.
- L-la persona q-que amo ac-acaba de re-rechazarme.-respondió triste, el mayor se puso de cuclillas y seco las lágrimas del menor con sus pulgares.- ¿Y-y tu p-por qué lloras?
- Por lo mismo, ¿no crees que es injusto?.-le sonrió con melancolía, el contrario le devolvió la sonrisa y asintió.
JiMin se sintió raro, algo latía como loco en su pecho, algo en su interior le decía que frente a él, estaba su alma gemela.