CAPITULO 33
Nación de Konoha
Residencia Uchiha
Un mes después
Joven Sasuke – llamó Shikamaru, pero al no recibir respuesta, miro a su joven jefe que permanecía sentado como ido – joven ¿se encuentra bien? – insistió el pelinegro mayor.
Si... que sucede Shikamaru san – contesto un desanimado azabache, un mes había pasado desde que su bonito doncel decidió sacarlo por completo de su vida.
El joven Itachi quiere hablar con usted – comunicó, Sasuke solo asintió – con permiso – realizando una reverencia el mayor se retiró de la oficina del azabache.
Un mes sin saber nada de ti mi bonito doncel – susurraba, dejando salir un gran suspiro, sentía que cada día que pasaba su vida se apagaba más y más, sin poder evitar sus ojos se cristalizaron y sin poder evitarlo sus lágrimas empezaron a salir – no... no puedo... snif... por más que me pidas ser feliz con alguien snif... no puedo Naru chan... no snif... cuando la única persona a la que amo de verdad snif... eres tú y me... me quieres lejos – con su antebrazo derecho cubrió sus ojos, tratando de evitar que mas lagrimas salgan.
Itachi se encontraba en la puerta de la oficina de su hermano, quería regañarlo, pero todo eso se fue al ver como su otouto baka lloraba amargamente, le dolía verlo en ese estado, cada día su tonto hermano menor estaba empeorando, se negaba a probar alimento, no dormía bien, se pasaba horas y horas en la empresa y su semblante ahora que lo detallaba mejor era un desastre.
Sasuke – decidió interrumpir al azabache, Sasuke al escuchar el llamado de su aniiki, trató de retirar sus lágrimas, pero era inútil, estas salían sin permiso.
Aniiki yo... lo siento... ya iba en caminó – pronunció el menor, Itachi no sabía qué hacer, ese que tenía en frente no era su otouto, era otro.
No pasa nada – contestó el mayor, “¿cómo puedo ayudarte Sasuke, como?” se preguntó internamente el pelinegro – hoy viajare a Iwagakure y quiero que me acompañes – propuso Itachi, llamando la atención de su otouto.
Yo... no... diré... yo – no sabía cómo contestar a su aniiki, se moría de ganas por ver a su bonito doncel, pero no quería causarle más daño de lo que había ocasionado a su doncelito.
Naru chan hoy será dado de alta y Minato san me pidió ir por ellos – informó el pelinegro – Sasuke… si amas de verdad a Naruto lucha por él y deja de actuar como un imbécil, otouto baka – sabía que tratar así a su hermanito de manera dura era la única forma para que Sasuke comprenda – alista tus cosas que nuestro vuelo saldrá en media hora – sentencio el mayor saliendo de la oficina de su hermano.
Sasuke obedeció y esa misma mañana tomaron el vuelo rumbo a Iwagakure “soy patético al darme por vencido tan rápido, ¿qué pasó contigo Sasuke?, ¿no que ibas por tu prometido para recuperarlo?, ahora que te rechaza una vez, tu sales huyendo como todo un cobarde, si que eres patético” pensaba el azabache menor dejando salir más lágrimas, últimamente lloraba con facilidad.
Itachi que se encontraba sentado a su lado, podía ver por el reflejo de la ventanilla como su tonto hermano lloraba “se nota que amas a Naru chan otouto, se fuerte y demuestra al doncelito que tú amor es sincero, solo así lograras sacar de ese dilema que mi adorado Naru se creó, no te des por vencido Sasuke” apoyaba mentalmente Itachi.
Nación de Iwagakure
Hospital Central Iwa
Cuídate mucho Naru chan, te extrañaré – abrazaba una rubia, con exuberantes pechos, mientras el menor le correspondía al gestó.
Naruto estaba feliz al ver a sus amigos, Hinata tenía el pelo largo de color negro azulado, sus ojos eran blancos por la enfermedad que padecía, era muy linda y Sai era muy delgado de piel pálida, cabello negro y corto, sus ojos del mismo color, muy bonito se despidió de ambos con un fuerte abrazo, le dolía dejar a sus dos amigos.
Tambien se sorprendió mucho al ver a su sensei Utakata, era muy alto, cabello castaño y largo, tenía el mismo peinado que Sasuke, sus ojos eran marrones era un varón bastante apuesto, también le sorprendió al ver a la doctora Ino, podían parecer familiares, tenían los mismos rasgos, era una mujer muy hermosa y amable.
Kushina agradeció a todos los que podía y se despidió de todos, agarró las maletas de su hijo y ambos dejaron el hospital, afuera ya los estaba esperando, Sasori les espera en su deportivo rojo con una sonrisa, les ayudó a colocar las maletas en la parte trasera del auto, una vez todos abordó del hermoso deportivo, partieron rumbo al departamento del pelirrojo.
Departamento Akasuna
Cuando llegaron a su destino Sasori les invito a ponerse cómodos, mientras esperaban la llegada de Itachi para volver a su ciudad de origen Konoha.
Unas horas pasaron, el sonido de la puerta siendo abierta los alertó a los tres habitantes, vieron entrar a Itachi y en su atrás a Sasuke quién al ver a su bonito doncel no supo qué hacer, solo bajo su cabeza, ambos Uchiha saludaron cordialmente, Kushina, Sasori e Itachi decidieron dejar a los menores para que hablen y arreglen sus diferencias ya era hora.
Naruto solo miraba al frente en un punto fijo, mientras Sasuke observaba a su bonito doncel, que solo se dedicaba a ignorarlo, el azabache sin poder aguantar más avanzó hasta llegar al frente del doncelito, Naru sin poder evitarlo elevó su vista para ver al mayor, sus ojos se conectaron azul y negro.
Naruto – pronunció su nombre con una voz suave el azabache, colocándose en cuclillas sin quitar su vista del doncelito – necesitamos hablar – comentó Sasuke con un semblante deprimente, Naru no podía más su Sasuke se veía diferente, tenía la cara demacrada mas pálida, su cuerpo estaba delgado y se podía ver claramente sus ojeras muy pronunciadas por la falta de sueño – por favor... hablemos amor – rogó el azabache dejando salir sus lágrimas.
Sa-Sasuke – susurro el doncel, no le gustaba verlo así, menos ver esas lágrimas salir de esos hermosos y oscuros ojos – hablemos – pronunció inaudible el rubito.
Sasuke sin perder tiempo se sentó al lado del doncelito retirando sus lágrimas de sus ojos, Naruto se puso de lado para enfrentar al azabache, debía escuchar que tenía que decir y ser fuerte al momento de la verdad, no podía negar sus sentimientos hacia el Uchiha menor, lo amaba y sabía que eso jamás cambiaría, por más que durante ese mes, trató de no pensar en Sasuke, no pudo día y noche añoraba volverlo a ver.
Naruto... dame una oportunidad… solo una... yo te amo... te amo – empezó a decir el azabache, se notaba en sus ojos sinceridad eso Naruto pudo verlo, cerro sus ojos azules para sentir las palabras del azabache – si... si en él tiempo que estemos juntos... notas o te sientes incómodo con... conmigo yo... yo me alejare para siempre de ti – confeso, le costaba hablar y proponer ese tipo de cosas a su bonito doncel no le gustaba pero era su única oportunidad.
Si… en el tiempo que duré nuestra relación… no sientes ese amor que yo siento por ti... tú... tú eres libre de dejarme y... y alejarte de mí para siempre... te prometo que no volveré a molestarte más – sin poder aguantar más nuevamente sus lágrimas se deslizaron por sus blancas mejillas – por favor Naruto... yo te amo... dame una oportunidad – pedía el azabache agachando su cabeza todo su orgullo lo había dejado atrás.
Sasuke yo... yo no podre ver – contó el rubito, el azabache elevó la vista de inmediato para ver a su bonito doncel, desconcertado por esas palabras.
¿Qué? – dijo sorprendido el mayor sin saber qué quiso decir – no entiendo nada Naru – exclamó confundido el azabache.
Que mi vista será temporal por eso... por eso yo... yo no quiero y no puedo aceptar que... que estés conmigo – confesó el menor dolido, no quería que el hombre que amaba se quede con un lisiado para siempre – no... no quiero que siempre estés cuidando de mí... te mereces ser feliz con una persona sana y ese es… – pero no pudo continuar al ser interrumpido.
¡NO QUIERO A NADIE SI NO ERES TÚ! – grito el azabache por primera vez – te amo Naruto ¿comprendes?, yo te amo... como sería feliz con alguien ¿dime cómo?, si la única persona que amo me pide que sea feliz con alguien a quien no amaré – explicaba dolido Sasuke – el echó que veas o no snif… eso para mí no es ningún impedimento... snif… te amo por lo que eres – pronunció dejando salir sus lágrimas más.
¡PARA MÍ SÍ! – igual grito el rubito – yo... yo no te amo... te... te odio Sasuke san – termino confesando el rubito, le dolía mentirle, pero era mejor así a que se quede con él toda su vida, Sasuke abrió los ojos enorme ante estas palabras dichas por su bonito doncel, pero sabía que eso no era verdad y lo comprobó al ver como su doncelito lloraba, se acerco rápido abrazándole fuerte, el doncelito trató de apartarlo pero no pudo, el azabache lo sujeto con fuerza pegándole más a su cuerpo.
No Naruto... ya basta – exclamó el mayor – tu me amas al igual como yo te amo... nuestras vidas siempre estarán unidas... no te dejaré y si me rechazas bien… lo aceptó pero… esta vez no volveré a dejarte solo – informo seguro, mirando como su bonito doncel trataba de soltarse de su agarré – yo te amo y si no quieres estar conmigo, no importa… igual estaré junto a ti – terminó de hablar, el doncelito al escuchar esas palabras por el azabache se quedó quieto sin hacer ningún movimiento.
¿Por qué haces esto Sasuke?, yo... yo – y fue callado por un beso tierno del azabache, que sujeto las delicadas manos del menor, mientras el menor correspondió al acto, llevo sus brazos al cuello del varón, profundizando el beso, no podía negarlo, amaba mucho a Sasuke.
Te amo Naru... solo dame una oportunidad... por favor – rogaba entre besos el mayor, tener a su bonito doncel así de cerca y sentir su calidez, sus labios, no podía dejarlo ir lo amaba mucho como jamás en su vida logró sentir por nadie – solo una oportunidad... solo una Naru chan por favor – suplicó el varón, sujetando las mejillas del rubito.
Sasuke... yo... yo igual te amo snif... está bien aceptó – susurró inaudible el menor, el azabache abrazó a su bonito doncel repartiendo besos en la rubia cabeza de su doncelito.
Gracias mi amor... gracias no te arrepentirás, te lo prometo – dijo y sin poder contenerse más beso a su doncelito con pasión, siendo correspondido de inmediato por el rubito.
Kushina, Itachi y Sasori tenían en sus rostros una gran sonrisa al ver como esos dos se daban una oportunidad, pasaron los minutos y decidieron partir a su ciudad natal, Sasori por el riesgo de su embarazo se quedo en Iwagakure para mantenerse en observación, Itachi le prometió venir cada fin de mes a verlo y estar junto a su amado pelirrojo.
5 meses después
Hospital Central de Iwa
Área de Maternidad
Se podía ver a un pelinegro andar de un lado para otro, se notaba que estaba nervioso, mientras era observado por dos pares de ojos negros, que solo se dedicaban a permanecer en silencio, tratando de no poner más nervioso al otro.
Itachi tenía el semblante triste y preocupado, hace mas de 6 horas había sido llamado para informarle que a su pareja se le había adelantado el trabajo de parto, se preocupó mucho y aviso a su madre y hermano quienes decidieron acompañarlo de inmediato.
¿Familiares de Akasuna Sasori? – preguntó la doctora rubia, Itachi salió de sus pensamientos corriendo literalmente donde la doctora, junto a sus dos acompañantes con “somos nosotros” la doctora les empezó a informar – bueno la cesárea salió bien... felicidades señor Uchiha es un hermoso varón – comunicó la rubia, todos se pusieron contentos al saber que era un niño y que estaba bien.
¿Y cómo se encuentra mi pareja doctora?, ¿puedo verlo? – interrogó el pelinegro con angustia, Mikoto y Sasuke igual borraron la sonrisa de su rostro observando a la doctora en espera de respuesta.
Por el momento es mejor que descanse, fue complicado pero todo salió con éxito, en unas horas podrá verlo... por ahora ¿por qué no vamos a ver al pequeñito? – propuso la rubia doctora, todos asintieron y siguieron a la doctora hasta llegar a los cuneros, pero pasaron de ahí para entrar a una pequeña sala, donde había una incubadora, ahí se podía ver el pequeño cuerpito de un bebe, tenía la piel rosadita, una matita de pelo negro, dormía tranquilamente.
Recomendé colocarlo en la incubadora para que el bebé desarrollé mejor sus defensas, no es nada solo que es necesario – explicó la rubia al ver las caras de preocupación de sus acompañantes – bueno los dejo… en unas horas más podrán ver al paciente – realizó una reverencia y se retiro, los tres se acercaron y vieron como el bebé dormía cómodamente, unos minutos pasaron donde una enfermera les informó salir de la salita, decidieron esperar para ver al doncel.
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¿Cómo te sientes cariño?, ¿necesitas algo? – preguntó un preocupado Itachi, causando una risita débil al doncel pelirrojo, mientras los otros dos sonreían, hace media hora había despertado y se sorprendió de ver a su suegra y cuñado, los saludo y cuando Itachi noto que le costaba hablar y moverse le recostó además que a cada minuto le preguntaba lo mismo.
Estoy bien Itachi... ¿donde está Naru chan? – preguntó desconcertado al no ver a su pequeño, el pelinegro solo bajo su cabeza, su doncel no le obedecía.
Se encuentra en Konoha, tenía sus clases particulares por eso no pudo venir – hablo Sasuke tranquilamente – espera con ansias a que te recuperes y vengas a Konoha, para que le presentes a su pequeño sobrino – informó el azabache con una sonrisa, Sasori asintió y decidió descansar tal como su novio le dijo, se sentía muy cansado además tenía mucho sueño.
Mikoto, Sasuke e Itachi le dejaron descansar, fueron a ver al pequeño, los días iban pasando, Itachi siempre estaba al pendiente de su novio, la doctora les informo que la salud de Sasori era delicada, Sasuke había viajado hace dos días a Konoha para traer a Naruto, al ver que la salud de su cuñado no mejoraba decidió ir por su bonito doncel, Mikoto se encargó del cuidado del pequeño recién nacido.
Dos semanas después
Itachi tenía sujeta la mano de su pareja, con lágrimas en sus ojos negros, mientras del otro lado Naru chan igual sujetaba la mano libre del pelirrojo, los demás observaban en silencio, conteniendo sus lágrimas, Mikoto tenía entre sus brazos al pequeño hijo de Itachi y Sasori.
Itachi... te amo... mucho – hablaba apenas el doncel – quiero... que cuides bien... de nuestro hijo... y lo ames por los dos – con esas palabras sus ojos lentamente fueron cerrándose.
Sasori... por favor... aguanta snif... no me dejes Sasori... snif... quédate conmigo y nuestra hijo – suplicaba el pelinegro al ver como su amado lentamente cerraba sus ojos.
Mikoto se acercó y depósito al bebé en brazos del doncel, Sasori le dio las gracias depósitando un beso en la frente de su hijito, se parecía tanto a su amado pelinegro, era su copia perfecta, Naruto dejaba salir sus lágrimas al ver tan débil a su amigo y hermano, Sasori le brindó una cálida sonrisa y agradeció a los presentes por apoyarle y estar presentes junto a él.
Te amo… y siempre te amaré… mi amado pelinegro – confesó el pelirrojo, le entregó a su bebé a Itachi quién agarró a su hijo y depósito un beso en los labios de su doncel, Sasori sujeto con la poca fuerza al pelinegro susurrándole unas palabras solo para que su pelinegro amor escuche en su oído, antes de cerrar sus hermosos ojos, manteniendo una sonrisa en su rostro, al saber que fue feliz al lado de su pelinegro amor, que se había ganado el corazón del amor de su vida “Itachi”.
Sasori... snif... no... no me dejes snif... yo te amo Sasori – lloro fuerte Itachi, sujetando a su pequeño en sus brazos, quien empezó a llorar como si supiera la pérdida de su papi, Naru empezó a llorar desconsoladamente, Sasuke fue a su lado para brindarle su apoyo abrazándole, Mikoto lloro junto a Kushina por la pérdida del doncel, Minato solo puso una mano en el hombro de su hijo mayor, quien solo dejaba salir sus lágrimas silenciosas, Deidara al ver sufrir a su amado pelinegro, su corazón se partió, como le gustaría dar su vida en vez del pelirrojo para no ver sufrir a su amado.
Por la noche velaron el cuerpo de Sasori, Itachi en ningún momento se había apartado del féretro, todos tenían un semblante triste, el doncel pelirrojo siempre había sido muy alegre y amable, de buen corazón, siempre velando por el bien de los demás.
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Al día siguiente lo enterraron en una de los panteones de Iwagakure, con todo el dolor decidieron regresar a Konoha, Itachi les dijo que necesitaba tiempo, que se quedaría unos días en Iwa, todos aceptaron la petición del pelinegro, Mikoto le prometió cuidar bien del pequeño hasta su retornó.
Nación de Konoha
Una semana después
Residencia Uchiha
Buenos días madre – saludo el azabache acercándose al cunero para ver a su pequeño sobrino – ¿cómo está el pequeño Itachi? – mencionó divertido Sasuke, Mikoto soltó una leve risa a la mención del nombre.
Sasuke deja de llamar a mi nieto así... Itachi decidirá qué nombre ponerlo a su hijo – explicó la pelinegra, ambos estaban por reír, pero al ver al recién llegado miraron sorprendidos.
Mamá, otouto baka buenos días – saludo el pelinegro, miró la cunita y alzó a su pequeño hijo – hola mi amor... te extrañe mucho – habló a su pequeño hijo dándole un beso en la frente, quién al sentir los brazos de su padre abrió sus ojitos negros y profundos, si era una copia perfecta de Itachi.
¿Cómo te encuentras hijo? – preguntó la pelinegra, Itachi respondió con un simple bien y gracias – hijo que nombre tendrá tu bebé – comento la mujer.
A Sasori le gustaba el nombre de Saíto... ese será su nombre – menciono melancólico Itachi, mirando a su hijito, que lo miraba curioso.
Sasuke saludo a su hermano y se fue a la empresa para terminar con su trabajo temprano, para luego ir a visitar a su bonito doncel y llevarlo a pasear como siempre lo hacía, en todos estos días que pasaron su relación fue mejorando más.
Por otro lado Deidara decidió irse de viaje para terminar sus estudios en Kumogakure, quería darse tiempo, para pensar mejor las cosas, hablo con sus padres y esa misma tarde se fue de Konoha, a Naru chan le dolía la perdida de la persona que le enseñó lo que era tener un amigo y hermano mayor, no negaba que tener el apoyo de Sasuke en todo ese tiempo le ayudaba mucho, cuando su hermano mayor se fue solo le dijo que se cuidará mucho, que pronto encontraría sus respuestas.
Un año después
¡SAITO CHAN! – grito un rubito hermoso abrazando a un pequeño de un año, tenía el pelito negro largo sujeta en una colita baja, era muy mono, quien se aferro a su ropa con fuerza y dándole un beso en la mejilla al doncel.
Hola Naru – saludo el infante con un gran sonrojo en sus mejillas, causando gracias a los demás, bueno no a todos.
Naruto deja ya al pequeño – reclamo el azabache, sabía que actuaba cómo un niño, pero su pequeño sobrino tenía un cariño especial por su pareja y eso le molestaba.
Sasuke deja de ser así y compórtate – regaño el doncel, causando una risa en todos los presentes – bueno... como dije tengo una sorpresa para todos y es... – izo una pausa mirando hacia la puerta, todos imitaron el acto y se sorprendieron al ver ingresar al doncel mayor.
Hola a todos... perdón por llegar de esta forma – se disculpo el rubio mayor con una sonrisa, Kushina al ver a su hijo otra vez, después de tanto tiempo corrió abrazarlo y darle besos en sus mejillas, Minato abrazo a su hijo, Mikoto le saludo cordialmente, Sasuke solo realizó un asentimiento de cabeza, mientras era regañado por su bonito doncel, Itachi miro al doncel y le saludo.
Papi – pronunció el pequeño pelinegro, llamando la atención de todos, causando un sonrojo en el rubio de cabello largo al ser llamado de esa forma, todos miraban como el pequeño Saíto se soltaba del agarré de su padre y corría donde el doncel para abrir sus bracitos y querer que lo cargué – papi – volvió a llamar al ver que el doncel no hacía ningún movimiento para cargarlo.
Ah... hola pequeño – saludo confundido Deidara para alzarlo entre sus brazos, el pequeño se sujetó con fuerza a su cuello, nadie quiso opinar, todos se fueron al comedor dejando solos a Itachi y Deidara.
Papá... es papi – pronunció el pequeño pelinegro con una gran sonrisa, Itachi solo se quedo observando a su hijo, solo asintió al verlo tan feliz a su pequeño, que recordaba su pequeño no reía de esa forma, siempre estaba serio y cuando reía era con Naru chan, Sasuke, su madre o él, pero jamás reía como ahora lo hacía.
Lo siento Deidara... es muy pequeño para comprender – se disculpo el pelinegro, trató de retirar a su hijo pero éste se negó, sujetándose más fuerte al rubio doncel.
No te preocupes Itachi... creó que es mejor ir a comer con los demás – sugirió el rubio, el mayor asintió y ambos fueron al comedor, Deidara al tener al pequeño en sus brazos le causo una calidez única.
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Los días fueron pasando y el pequeño Saíto lloraba cuándo su papi se iba, nadie tenía el valor para decirle que Deidara no era su papi, que su verdadero papi había fallecido hace un año atrás, Deidara se tuvo que quedar en la residencia Uchiha por petición de Mikoto e Itachi mientras buscaban la manera de hacer entender a Saíto que el rubio no era su papi.
Por otro lado Sasuke siempre se peleaba literalmente con su pequeño sobrino al ser despojado de su bonito doncel, ese sobrino suyo acaparaba por completó de ambos rubios y para el colmo se pegaba como una pequeña garrapata a su pareja dándole besitos a su Naru chan.
Deidara toma a tu hijo y dile que deje de molestar a mi novio – ordenó el azabache dándole al niño a un desconcertado Deidara, quien sujeto a Saíto en sus brazos al ver como Sasuke lo había arrojado literalmente al pequeño en sus brazos, dejándole confundido por cómo le había dicho “que tome a mi hijo y que le diga que deje de molestar a mi hermanito” se repitió internamente el rubio.
Sasuke yo... yo creo que – pero ya era tarde el azabache ya no estaba, se había ido corriendo a ver a su bonito doncel al ver que por fin podía tener a su novio solo para él, no compartirlo con su sobrino o peor estar todo el tiempo en compañía de la garrapata, como lo había sobre nombrado el Uchiha menor a su sobrino.
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Sasuke ¿por qué estamos en un lugar como éste? – preguntó un desconcertado Naruto mirando las mesas completamente adornadas, se extraño al no ver a ningún cliente aparte de ellos.
Naruto... yo... bueno... quiero... que sepas que... que te amo mucho y... por eso – el azabache estaba muy nervioso, con sus manos temblorosas saco de su saco una cajita de terciopelo dorado abriéndole – ¿quieres... casarte conmigo? – preguntó con los nervios de punta esperando la respuesta de su novio, en ese año que paso su relación había crecido mucho, eran una pareja muy cariñosa pero su bonito doncel cuando había tratado de estar más íntimamente con él, su doncel se asustaba y lloraba, la doctora que seguía el tratamiento de su Naru chan le conto que todo era depende de su rubio, que le diera tiempo.
Yo... yo ah... yo – Naru estaba en completo shock, nunca pensó que el amor de su vida le propusiera matrimonio, sus lagrimas salieron pero esta vez de felicidad, Sasuke al ver en ese estado a su bonito doncel, pensó que lo rechazaría y quería decirle que no se preocupara, pero su respuesta lo dejo congelado – si... si acepto Sasuke – contestó apenado el menor.
Sasuke sin perder tiempo saco el anillo de la pequeña cajita y la puso en el dedo de su amado doncel, se puso de pie al igual que su bonito doncel y le dio un profundo beso que fue correspondido de la misma forma, a Naru chan la cercanía del azabache ya no le causaba incomodidad.
Te amo Naru chan... te amo gracias por permitirme estar a tu lado – agradeció el azabache, estrechando entre sus fuertes brazos a su bonito doncel, solo en sus pensamientos podía llamarlo así, porque por más amor que sintiera el doncel por Sasuke las palabras bonitas le afectaban igual, todo parecía que siempre sería así.
Sasuke llevo a su prometido al parque de diversiones, donde su bonito doncel se divertía mucho, parecía un niño pequeño corriendo de un lado para otra sujetándole de su brazo para subir a todos los juegos desde el carrusel, para terminar en la montaña rusa, para cerrar como broche de oro en la Noria, Naru miraba por el cristal, donde los juegos artificiales empezaron a explotar y para su sorpresa formaron unas letras “te amo mucho Naru chan” sus lágrimas descendieron y se volteó a ver a su azabache, quien tenía una sonrisa sincera.
Te amo mucho Naru chan – pronunció las mismas palabras escritas en el cielo, el doncel abrazo fuerte a su prometido y elevó su cabeza para mirar a su azabache, quien se inclinó besando a su bonito doncel, se conformaba con tenerlo siempre junto a él, no importaba si no podía llegar más allá de los besos, debía aprender a ser siempre cuidadoso con su doncel, porque lo amaba y siempre lo amaría así tenga que resignarse a nunca tener hijos.
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Deidara depósito en la pequeña cama al infante, que dormía plácidamente, le acarició el cabello tan oscuro como al de su amada, sus gestos, todo era igual a su Itachi, era una mini copia de su amado.
Como me gustaría que fueras mi hijo – mencionó el doncel, dejando salir sus lágrimas, por más que había tratado de olvidarse de Itachi, no pudo todos los días se reprochaba y culpaba por su desdicha – aún si no eres mi hijo... yo te quiero como... como si lo fueras – confeso el doncel – si nunca hubiera engañado a tu padre tal vez tu serías mi hijo – a cada palabra que salía de su boca sentía que moriría por la culpa y tristeza, en ese tiempo que paso junto al infante, en el doncel había nacido un cariño hacia el pequeño, tanto que lo quería como si fuera su propio hijo.
Deidara no era consciente de que era escuchado por el padre del niño a quien hablaba, Itachi solo se quedo parado ahí, meditando todo lo que tuvo que pasar en su vida, tal vez el destino era cruel y te volvía a reunir con la persona que conociste el amor.
Deidara – pronunció el nombre del doncel, causando que el doncel se exaltara mirándole con cara de espanto.
Itachi... yo... no... digo... no – el doncel no podía formular ninguna palabra por los nervios de haber sido descubierto.
Dei... ¿tanto así me amas? – preguntó Itachi, el rubio solo le miró sorprendido a su pelinegro amor – me refiero a que si eres capaz de querer a un niño que no es tu hijo – pronunció el pelinegro.
Yo... si yo quiero mucho a tu hijo Itachi – confeso el doncel seguro de sus palabras – también te amo mucho... por más que quise olvidarte... no pude y no puedo yo... yo te amo... perdóname por actuar a si y... y faltar a la memoria de Sasori... pero te amo y si no quieres volverme haber yo... yo entenderé – dejo salir por fin toda su frustración, sus lagrimas no dejaban de salir, al no recibir respuesta por su amado pelinegro, decidió que esa era su respuesta.
Sujetó su pequeño bolsa y empezó a salir con sus lágrimas deslizándose por sus mejillas, antes de salir de la habitación del infante, fue detenido por el agarré en su brazo por el pelinegro.
Dei... yo amé y amo aún a Sasori – contó causando más dolor al doncel – su recuerdo siempre vivirá en mi mente, corazón y también en mi hijo – hablaba muy sereno el Uchiha – yo... sé que mi hijo te ve como a su papi pero... no quiero mentirle, muy pronto cuando este en la edad para comprender las cosas, le confesare la verdad – dijo el pelinegro soltando el agarré al doncel.
Lo se... es mejor siempre hablar con la verdad – confirmó el doncel rubio, limpiando sus lágrimas – Itachi si... si me das una oportunidad yo... yo te juró que lucharé por... por ganarme tu amor – confeso Deidara – permíteme estar junto a tu hijo y a ti... por favor Itachi no... no te pido que olvides a Sasori solo... solo que me permitas demostrarte cuánto te amo – suplico Deidara, era su última oportunidad.
Dei... no quiero causarte más daño y si quieres a mi hijo… yo no te alejare de él – exclamó Itachi – pero por ahora te propongo ser amigos... si el destino nos quiere juntos… dejemos que el tiempo lo decida – explico el mayor con una sonrisa sincera, Deidara al escuchar esas palabras sus ojos brillaron al recordar la carta que hace tiempo Itachi le había dado, su Itachi le estaba dando una oportunidad de estar juntos.
Acepto... y gracias Itachi – pronunció el doncel abrazando con fuerza a su pelinegro amor, lucharía por conseguir el amor de Itachi para formar una familia los tres, tal vez esperaría años pero eso no le importaba, por ahora sería su amigo, mas en un futuro su esposo como debía haber sido siempre.
Se dice que lo que tenemos no lo apreciamos, sino hasta que lo perdemos y vivir en un mundo donde tus ojos no ven, tu corazón no sentirá.
FIN...................................................................