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Belleza por Oblivious

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Notas del capitulo:

Lamento las faltas de ortografía y/o de coherencia.

Kim Namjoon no podía creer lo obstinado que era su mejor amigo.

 

—Hoseok, es el vigesimocuarto muchacho al que le preguntas de dónde viene y luego le dices que se retire.

 

—¿Acaso es relevante saber algo más?

 

—¿Para ti es relevante saber de dónde proviene cada uno de ellos? Sabes que la mayoría son pobres, nada más que sus cuerpos tendrán para ofrecerte y eso quizás, porque con todos te has negado a que se despojen de sus vestimentas para ver en qué condiciones físicas se encuentran.

 

—Me aseguro de preguntar aquello para comprobar de que estés cumpliendo parte de nuestro trato. Dije que me casaría, pero no con el hijo de algún diplomático.

 

—La mayoría son huérfanos y lo has comprobado. Huérfanos durante su infancia que ahora son jóvenes, no sé si humildes como personas, sin embargo, sí por sus raíces.

 

—Huérfanos que no provienen de un lugar específico, niños que no están bajo el cuidado de ninguna fundación. Hasta ahora sólo dos de ellos han venido de un orfanato alejado de la cuidad, sólo dos de ellos tienen algo parecido a un hogar que volver. 

 

El rey se enderezó sobre su asiento, en la parte trasera del salón y alejado del centro.

 

—Verdades siempre salen de tus labios, Jung. Entonces creo que es momento de hacer algo sobre aquellos niños.

 

Hoseok sonrió. —Bien dicho, alteza. Realizaré lo más pronto posible una propuesta aceptable para presentar al consejo.

 

—Sin embargo —la expresión sonriente del mayor cambió por una levemente de fatiga—, debo corregirte. Les haz llamado niños que no están bajo el cuidado de ninguna fundación, pero no son niños, Hoseok. Son adultos. Triste es que nadie esté para velar por ellos, pero tienen más de veinte, una edad suficiente para protegerse a sí mismos. Escúchame, estimada mano, nada podrá hacerse por aquellos que se han presentado hoy hasta ahora, a excepción de aquel par, que, de hecho, está a puertas de la adultez. No tienen padres, pero niños no son. Desde tu perspectiva son niños.

 

—Cierto, su alteza, mi error.

 

—Me alegro de que comprendas.

 

Namjoon le hizo una seña al sujeto armado de la puerta para que diera paso al siguiente, mientras que Hoseok trazaba con su pluma ideas básicas sobre los próximos orfanatos del reino.

 

—Kim Taehyung se presenta ante su majestad, el rey Kim Namjoon, y su mano derecha, Jung Hoseok, como aspirante a esposo del consejero real.

 

Las fuerte voz del soldado inundó el lugar, el pelinegro despegó su vista de su escritura y dejó la plumilla con la que escribía a un lado centrándose a lo que sucedía frente suyo. El acorazado hombre de desplazó a su costado derecho, dándole el paso al siguiente joven.

 

Y Jung Hoseok no esperaba ver tremenda belleza entrar por aquella puerta.

 

Un menudo mozo, con un cabello castaño oscuro, cuerpo tan delgado que ansió por tomarlo entre sus brazos y enseñarle que montar a un hombre puede hacerle perder la cabeza. No sabía explicarlo, era extraordinario, tan así que incluso en lejanía podía apreciar lo bello de sus facciones, casi etéreas.

 

El pelinegro tragó saliva, y agradeció que su casi hermano estuviese a sus espaldas, porque de no ser así, también habría visualizado la manera en que relamió sus labios entretanto observaba de pies a cabeza al joven delante su persona.

 

—Preséntate, joven —ordenó el rey.

 

Hoseok sintió su aliento pesado por la anticipación, podía imaginar lo dulce en el timbre de aquel muchacho, agarró su plumilla, procurando no verse apresurado, y dibujó un círculo al lado del maravilloso nombre que inundó sus oídos hace menos de un minuto. 

 

—Kim Taehyung, mi rey —su voz salió melosa de sus labios e hizo una reverencia carente de refinación—, nada extenso que decir sobre mí. Más que mi apellido no se debe a mi real padre.

 

—¿De dónde provienes, Kim Taehyung? —interrumpió Jung, realmente maravillado por cómo el nombre del más joven parecía haber sido creado para sí. Sus labios todavía cosquilleaban, y anhelaba poder repetir aquellas dulces palabras nuevamente. 

 

El mayor deslizó su mirada al cuello del pequeño, haciendo luego una mueca.

 

Por otra parte, Taehyung estaba nervioso de hablar con aquellos hombres, nunca pensó que hablaría con alguien de tal importancia y menos que era para presentarse como una posible pareja. Tenía mucho miedo. ¿Y si aquellos hombres se enfadaban con él por responder mal? ¿Y si por eso lo mandaban a matar? 

 

—Acércate a mi consejero, Taehyung.

 

El menor asintió al monarca, caminando hasta quedar frente al hombre que buscaba cónyuge. El escritorio les separaba. Escuchó de aquellos que ya habían pasado por el salón que la mano derecha del rey era alguien muy atractivo, pero no pensó que sería tanto.

 

—Provengo del sureste del reino, mi señor —respondió finalmente—. Más alejado de lo que podría imaginar, casi en las fronteras de las tierras de nuestro rey y el que es rey de otros. Donde el verde abunda y los prados parecen no tener fin.

 

Jung alzó una ceja.

 

—¿Entonces qué haces aquí, Taehyung? Estás en la cuidad, específicamente el castillo, y bueno, dudo que eso no sea algo de tu conocimiento.

 

—Cuando aquel que cuidó de mí como un padre murió, me quedé sin nada, vagué mucho tiempo solo. Finalmente llegué a la cuidad y en una ciudadela trabajé.

 

—¿Por eso haz aclarado lo de tu apellido? —curioseó Namjoon.

 

—Así es, mi rey. El hombre que me cuidó me brindó un apellido, más no un nombre nuevo.

 

—¿Por cuánto cuidó de ti aquel buen hombre? —siguió el rey.

 

—Poco más de siete años, mi rey.

 

—Es suficiente, joven Taehyung. No necesitamos más detalles —dictó Hoseok.

 

—Mi mano derecha está en lo correcto, más importante aún es que te desnudes.

 

Hoseok notó la manera en que el contrario parecía morder su lengua para no ir en contra de la orden dada. Taehyung llevó sus manos a los bordes de su prenda superior, dudoso de retirarla.

 

—No deseo verte desnudo, no lo hagas —habló con voz dura y siguió—, más importante para mí es saber tu edad.

 

—Tengo catorce años, mi señor —y ahí estaba lo extraño que había percibido de él, ¡era apenas un niño!

 

La mandíbula del pelinegro se tensó, se levantó de su asiento de prisa, dándole un golpe a la mesa con sus manos, botando el frasco con tinta negra al piso y exaltando al menor quien retrocedió. Caminó hasta su mejor amigo rey con enfado.

 

—Me estás presentando a un niño como posible pareja, Namjoon. No aceptaré esta burla.

 

—Parece que aún no estás comprendiendo la diferencia entre un niño según tu perspectiva y lo que realmente es un niño para nuestras leyes.

 

—No se atreva a burlarse de mí, alteza —gruñó, plasmando un gran sarcasmo en el modo que le llamó. 

 

—No lo hago, mi hermano. Pediste jóvenes con nada que perder, y eso es este muchachito.

 

—¿Esperas que aceptes cómo te mofas de mí? ¿Qué quieres después, que le limpie el culo a mi pareja porque es un mocoso?

 

—Querías hacer caridad Hoseok, hasta ahora todos han sido adultos y pocos tienen dónde volver, este jovencito sin nada es la mejor opción hasta ahora. Podrías enseñarle el mundo.

 

—¡Es un niño! respondió, volviéndose hacia Taehyung, quien miraba asustado a ambos sujetos—. Vete, se acabó esto, no pienso casarme. 

 

Taehyung asintió con rapidez, haciendo una inclinación y corriendo en dirección a la puerta para luego desaparecer por ella.

 

Namjoon suspiró. —Tú también debes retirarte, soldado —el susodicho acató.

 

Hoseok miró a aquel moreno con el que había compartido más que nadie en el mundo. No podía creer que se riese de él de esa manera, irrespetuoso como siempre.

 

—Tú siempre hablas de cómo debes tratarme con respeto porque soy mayor, Nam, y es lo que quiero exigirte ahora. No puedes tomarme el cabello de aquel modo.

 

—Mi esposa tenía quince años cuando nosotros nos casamos. Dentro del reino está permitido casarse con un joven si estos tienen más de doce inviernos y si su padre, o el mismísimo rey lo consiente, como en este caso ya que no hay padre que decida por él.

 

—Y tú tenías veinticuatro, tienen una diferencia de edades de menos de una década. Ese mocoso que trajiste tiene un tercio de mi edad.

 

—Pero está dentro de nuestra legitimidad.

 

—Otra cosa que se debería cambiar de ser así.

 

—Hoseok, te casarás de todos modos. Tú elige. Sigue viendo a los últimos muchachos que quedan y escoge a uno, porque no perderé tiempo buscando a más.

 

—No, yo no perderé el tiempo viendo a más personas.

 

El mayor con furia volvió a la mesa que usó por más de tres horas para entrevistar a esos jóvenes y agarró la lista que poseía el nombre cada uno de ellos. Se aproximó nuevamente a Namjoon, quien quiso hablarle para convencerlo de hacer todo más fácil pero Hoseok le detuvo, golpeándole el pecho con las hojas y esperando que las agarrase.

 

El rey miró confuso las hojas arrugadas entre las manos de su gran amigo y las recibió.

 

—Seok, todavía quedan como mínimo diez más por ver.

 

—Ahí está la endemoniada lista, Nam. Y tal como me indicaste que hiciera, dibujé un círculo junto al nombre de los que me interesasen como esposo.

 

Namjoon abrió sus ojos con sorpresa, y se dispuso a desdoblar el papel apresurado.

 

Kim Taehyung era el único nombre de la lista con un círculo marcado a su lado.

Notas finales:

Gracias por leer~ nwn


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