Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Belleza por Oblivious

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

SOY UNA FLOJA, MEREZCO LA MUERTE, NO SOY NADA. 

No tengo excusa, más que mi flojera a veces llega a ser preocupante(?) Debo dejar de ser una procrastinadora.

Capítulo corto, no muy interesante, así que jeje, a leer~

Lamento las faltas de ortografía y/o coherencia.

Ambos caminaron fuera del castillo en silencio y justo cuando un guardia parecía querer seguirlos hasta el exterior, bastó con que Hoseok alzara su mano para que el hombre cubierto de metal se quedase quieto.

 

Taehyung caminaba detrás del mayor en silencio, contento de que por primera vez en cuatro días pudo ver algo del castillo más de cerca y no desde la lejanía de la azotea del edificio. Mientras, Hoseok se concentraba en no asustar al niño con sus comentarios innecesarios que en más de una vez ocasionó problemas con la gente. El pobre era un niño, probablemente nunca pensó que tendría que casarse con otro hombre.

 

Jung dio una pequeña mirada de reojo al joven y humedeció sus labios.

 

Jamás pensó en sí mismo como una persona fetichista, de hecho, pensó que era bastante normal —obviando que prefería los penes, y, que además, en su opinión, aquello no debería ser considerado anormal— hasta que vio a Taehyung. Casi descubrió cómo era su tipo ideal, o eso llegó a su cabeza.

 

Lo buscaba a cada segundo con su vista, curioso por seguir admirando el completo ser que Taehyung era. 

 

Y ni un mes, ni una semana siquiera como para sentir atracción.

 

No se supone que aquello fuera normal según él.

 

Sus ideales y sentido común se negaban a aceptar al joven. Hoseok no creía en la atracción espontánea inexplicable que algunas personas decían tener con otras, no creía que una conexión pudiera ser automática. Ni sexual ni amorosa. Ni tensión sexual por hacer contacto visual con alguien más, ni sentimientos de amor por otro hombre al que le tocó la mano de casualidad.

 

Para él, se tenía que saber muchas cosas antes de poder plantear un posible lazo afectivo con alguien.

 

Podrían tomarlo con alguien de frío pensar hacia el amor, lo sabía, claro que lo sabía. Años de velar por el reino lo volvieron calculador, más no insensible. No era de metal, incapaz de empatizar, sólo no pensaba que algo así le pasaría.

 

Siempre pensó que si no era en esta vida, sería en la próxima o la siguiente a esa donde terminaría felizmente casado con una persona que ama. 

 

No casado con un niñito de catorce años.

 

Apenas ha podido admirar la dulce voz del muchacho, de ver su acomplejada expresión cuando no puede seguir comiendo lo que le es servido y de lamerse de los labios un par de ocasiones que pueden ser contadas con los dedos de sus manos.

 

Esperaba que lo que fuera a suceder con su vida amorosa, fuera regular.

 

No esperaba sentirse un pedófilo que cada que podía, hasta ahora se fijaba en el respingado trasero del muchacho más veces de las que probablemente estaba permitido antes de verse como un acoso. Se sentía un enfermo que le permitía a sus ojos perderse por la curvatura del infantil cuello de su próximamente esposo, un sucio que tragaba saliva cada vez que las clavículas del más joven se dejaban ver por debajo de las vestimentas que traía.

 

Un depravado que se imaginaba a un chiquillo de catorce años gimiendo bajo su cuerpo, agitado y desorientado gracias a él.

 

Y temía que eso no parase.

 

—¿Mi señor?

 

Hoseok se encontró con que había detenido su paso sin darse cuenta. Volteó su cabeza hacia quien le acompañaba, y le miró fijo.

 

—¿Entonces, qué te gustaría saber, Taehyung?

 

[ ... ]

 

—Cuando te pones sentimental, olvidas tu posición.

 

Los labios de Hoseok se fruncieron, una delgada línea adornaba su molesta expresión.

 

—Nam, ¿sólo has venido a fastidiar?

 

—Vine a ver a mi mejor amigo, no tengo malas intenciones.

 

Un silencio, Hoseok gruñendo y Namjoon sonriente.

 

—Mi señor, por favor enderece su espalda y extienda los brazos.

 

Jung le dio una rápida mirada al sastre y asintió. Llevó a cabo lo que le fue pedido, para luego ignorar la presencia del anciano hombre encargado de su traje de bodas.

 

—Y yo no tengo una posición, Namjoon.

 

—Claro que la tienes, eres mi mano derecha —le insistió.

 

—No. Puede que sea tu mano derecha, pero es un cargo que no estaba originalmente destinado a mí. Es una ilusión. En cualquier momento podrías decidir que ya no soy digno de servir a tu lado y nadie podría objetar aquello, sin embargo, si hubiera sido Yoongi, de los Min, no podrías actuar a tu placer. El Consejo habría actuado de una forma u otra.

 

—El Consejo actuó también cuando te elegí como mi mano derecha, eres un gran hombre Hoseok, te aferras a tus raíces y aquello te hace humilde. Quizás un poco idiota, pero humilde —viajó por el cuarto, a paso lento, observando cada traje clasificado por su tela—. Pero el Consejo no es idiota, y te puso a prueba en reiteradas ocasiones, lo sabes. Y ellos también saben que eres más que apto, si yo llegara a removerte de tu cargo, no aceptarían nuevamente a alguien como tú.

 

Hoseok se tensó, dejando que el hombre no participante de la conversación le bajara uno de los brazos.

 

—¿Alguien como yo?

 

—Lo mínimo que esperarían si deseo sacarte, es que tenga un reemplazo capaz de realizar el doble de cosas bien, porque eres el mejor creando y realizando proyectos, el mejor enfrentando problemas, el mejor aconsejándome. Eres excelente, y para cambiarte, el consejo no aceptará que sea sólo un capricho, tiene que ser alguien como tú y mejor. Un hombre culto e imparcial, Hoseok. Aquello no se encuentra como si nada.

 

—Suena más a tú opinión, la de mi amigo de toda la vida.

 

—Suena más a la opinión de un Consejo al que toda tu vida le haz servido.

 

Hoseok quiso sonreír, mas no lo hizo.

 

—Eres de una mente complicada, Namjoon. Tú inteligencia es una traba —prefirió decir—. Eso no te hará feliz.

 

—Me acostumbré hace muchos años a ser infeliz, Seok.

 

—Me gustaría ser un mejor amigo —confesó.

 

—Ya eres el mejor Seok, sólo que no puedes ser siempre un héroe.

 

El mayor asintió.

 

—¿Qué hay de tu prometido?

 

—¿Disculpa?

 

Hoseok volteó su cabeza en dirección al Rey, confundido gracias al cambio de tema.

 

—Vamos, sé que has estado hablando con él. Cuéntame cosas sobre él.

 

Jung dudó.

 

No tenía por qué negarse a decir algo sobre el menor, más no se sentía con ánimos de compartir lo que va descubriendo de Taehyung.

 

—Hm... El niño es cercano a uno de los guardias reales.

 

—Oh~

 

—En realidad no sé si realmente son cercanos o es un simple conocido. El mocoso es-

 

—Lo tratas de manera muy lejana. "Mocoso, niño, niñato". ¿No deberías usar apodos más cariñosos, al menos hacerlos hábito? Se van a casar, no son dos mercaderes que negocian.

 

—No quiero ser cercano a él. Es un niño.

 

—Tenías más de dos decenas de posible parejas, pero elegiste al niño. No entiendo por qué te complicas.

 

—Tú lo dijiste en su momento, cuando recién hablamos del tema. Esto no es más que caridad.

 

El sastre se quedó quieto, anotando unos últimos detalles antes de excusarse con los otros dos hombres para ir a buscar unas muestras.

 

—Caridad, claro, sólo que también estás interesado en saber si aquel guardia es un conocido suyo o son cercanos.

 

—Taehyung tiene la mirada de cualquier niño que anhela amor. Quiere ser protegido y yo no impediré que él busque aquello en ese tipo. Lo único que haré será enseñarle qué es ser discreto por si en algún momento desea buscar amantes.

 

Namjoon negó, acercándole para enfrentar a su mejor amigo con reproche.

 

—Aquel joven será infeliz a tu lado. Más que hacer caridad, arruinarás su vida.

 

Hoseok no pudo evitar el nudo que se formó en su garganta. 

Notas finales:

De nuevo, lamento las faltas de ortografía y/o coherencia.

Gracias por haber leído y estaré de nuevo aquí en un próximo capítulo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).