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Nuestro peligroso secreto. por Alabama Now

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Notas del capitulo:

Saludos a tod@s !!!!!!

Siento muchisimo toda la demora que ha tenido este fic y sean bienvenidos nuevamente a otra entrega. Se me ha pasado la mano con la inspiracion y el capitulo ha estado muy muy largo asi que paciencia a todos quienes quieran leerlo jajajajajaja.

Gracias por leer.

 


El entrenamiento de la cadena.


 


A pesar de que las nubes habían encapotado el cielo no parecía que fuese a hacer frío ese día. Mas bien sería ventoso y seco. Estaba de pie en la puerta de la escuela esperando al dobe para despedirse e ir a su casa. Veía a los alumnos pasar despreocupados como tantos otros días, sin grandes problemas ni sorprendentes eventos. Sasuke se había despedido de sus amigos de forma poco cortés, sobre todo cuando Karin quiso pegársele como una lapa para insistir en ir al cine con él. No se había atrevido aun a decirle a ninguno de ellos que estaba de novio con Naruto. No creía que fuera prudente. Tampoco se animó a preguntarle a su novio si sabía que sus amigos eran brujos al igual que él, no pensaba que fuera a lastimarlos pero el rubio era un cazador y como tal, aceptar que tu presa deambule libre a tu alrededor no era fácil. 


-Siento la tardanza. - le dijo una voz a su espalda asustándolo. 


-Deja de hacer eso, algún día me mataras de un susto. - le recriminó el mas alto.


-No es mi culpa que tengas tan mal oido como para no escucharme, teme. - 


-¿Y que tal con el profesor? - preguntó Uchiha queriendo cambiar de tema. La discusión de lo silencioso que era su novio para moverse la habían tenido en mas de una ocasión.


-Tengo que presentar un ensayo sobre buen comportamiento para el viernes. - dijo enfadado. 


-¿Eso es por estar ausente? - 


-No, es por tener tatuajes. - fue la respuesta mas inesperada que podría haber recibido. - Para usar mangas largas en deportes y no usar las duchas comunitarias mi tutor tuvo que venir a la escuela a solicitar un permiso. Y la excusa es que mis tatuajes pueden mal influenciar a los otros alumnos. - 


-¿Es una broma? - 


-No, ojalá lo fuera. - se lamentó el rubio paseándose las manos por el cabello, despeinando sus hebras doradas. 


-Ahora que lo pienso… - su blanca mano tomó la muñeca del cazador para mirarla mejor, al tiempo que levantaba un poco su manga hasta ver el comienzo de uno de los tatuajes. - ¿Porque los llevas en un lugar tan vistoso si se supone que no debes mostrarlos? - 


-La verdad no tengo idea. Antes se usaban como advertencia, ya sabes en la época oscura. - se refería a las antiguas quemas de brujas. - Pero después, cuando ustedes se ocultaron con los mortales, no podíamos delatar nuestra naturaleza. Son un real engorro, pero son tus marcas de guerra al fin y al cabo. - 


-Conozco varias marcas de guerra en tu cuerpo. - le susurró al oido Sasuke. 


-¡Cállate, Teme! - dijo abochornado el mas bajo.


-¿Te lastimas a menudo? - 


-En los entrenamientos la mayoría. La caza nunca suele ser tan dura. - 


Por respuesta el pelinegro solo asintió. Le gustaba mucho escucharlo hablar de su vida como cazador, porque era algo de lo que él no entendía demasiado. Era cierto que no le hacia gracia la idea de que Naruto siempre pareciera estar lastimado, con cicatrices de heridas pasadas y cardenales de furiosos golpes en el cuerpo, pero en su realidad como cazador era normal e incluso se alababa. Pensó que los brujos la tenían muchísimo mas fácil. La magia se practicaba, no se entrenaba. Él creció solo aprendiendo como controlarla frente a los mortales y cuando tuviera que irse al instituto, le enseñarían cosas mucho mas complicadas. 


El sonido estridente de una motocicleta cerca de la entrada le llamó la atención. Sobre todo porque su rubio compañero pareció reconocer al conductor. Se volvió para mirar una enorme motocicleta azul con negro, con brillantes tubos de metal y un motor que rugía con fuerza. El chico apoyó un pie en el suelo y se quitó el casco, dejando ver un moño alto y el cabello castaño. 


-¡Shikamaru! - exclamó Naruto feliz, saludándolo. - Bien, ya han venido por mi. - se puso de puntillas y besó una mejilla del moreno, antes de acercarse al vehículo y montarlo con toda la confianza del mundo.


Con el ceño fruncido Sasuke se encaminó hacia su casa, internamente enojado por haber sido despachado sin nada de cortesía por su novio idiota quien se había marchado con otro sujeto a quien sabe donde. Namikaze y él nunca salían de la escuela juntos, ni siquiera unas calles. El mas bajo siempre le había dicho que después de clases llegaba a su casa y entrenaba hasta que era de noche para luego escabullirse y poder pasar algún tiempo juntos. Incluso los fines de semana no parecía que el rubio estuviera dispuesto a pasar tiempo con él fuera de su departamento y aquello le frustraba de sobre manera, sentirse apartado del mundo del mas bajo como si no importara. 


No tenía idea quien era el chico de la motocicleta, pero al parecer Naruto lo conocía muy bien. Era mayor que ellos, de eso no había duda. Una ligera espinita de celos se apoderó de su mente cuando volvió a rememorar la imagen del rubio abrazado a la cintura de aquel muchacho. Por lo menos se lo hubiese presentado si es que era un amigo. Y la idea pasó veloz por su mente. Quizás no era un amigo, si no mas bien alguien de su familia. Eso explicaría mejor las cosas. Había oido del rubio que un buen cazador podía sentir una demostración mágica a casi dos kilómetros de distancia y distinguir a un brujo con apenas un ligero roce. ¿Quien sería aquel chico castaño? ¿Sería acaso…? Descartó de inmediato la idea en un intento de aplacar el enfado que sentía crecer en su interior y concentrarse en otra cosa. 


Al día siguiente tendría lugar la cena con Itachi y Sasuke se sentía sumamente nervioso. No entendía que clase de locura había poseído a Naruto para haber aceptado conocer a su hermano y sentarse con él tranquilamente a comer y charlar de la vida como si fuera un mortal mas. El menor atisbo de algo extraño pondría a Itachi en alerta y a pesar de que el rubio le había comentado lo bueno que era como cazador, no creía que tuviera la menor oportunidad de sobrevivir en una pelea solo contra el mayor de los Uchihas. 


+++


Si bien no era muy bueno en el entrenamiento de ataque a distancia se sentía especialmente eufórico aquella tarde fría. Reconocía aquel movimiento etéreo y forzado dentro de su estomago que le había impedido probar bocado durante el almuerzo y que ahora intentaba aliviar por medio del agotamiento físico y el dolor de los golpes. Estaba nervioso. Tanto que parecía que temblaban sus manos sintiendo la sangre correr por sus venas con un incesante rugido. De alguna manera aquella adrenalina parecía haber aumentado mas si era posible sus desarrollados sentidos, reaccionaba con excepcional rapidez y su muñeca movía el fino látigo de oro con clara habilidad, cosa que no era muy común. 


-Has mejorado bastante. - fue la voz de su tutor en un cumplido satisfecho. - Ya era hora. - 


-Basta ya. - le dijo el rubio. - Tenemos un trato. Si te venzo una vez mas con esta maldita cosa podemos dejar el entrenamiento antes. - 


-Si, así es. - le dijo Kakashi enseñando en su ojo, la única parte visible de su rostro, una mueca amable. - Aunque me muero de la curiosidad de porque tantos deseos de terminar. Ayer llegaste tarde después de todo. - 


El mayor comenzó a girar el látigo que tenía en la muñeca para que empezara a tomar fuerza mientras avanzaba alrededor del rubio, rondándolo. Naruto separó las piernas y enrolló toda su propia arma en la muñeca, seguía a Kakashi con los ojos, aguardando el golpe. Inspiró y dejó que su intuición se expandiera, algo que les estaban enseñando en los entrenamientos de desarrollo de los sentidos. Y antes de siquiera verlo, bloqueó con el brazo libre el golpe del látigo del peliplata, el dolor se le repartió en un ramalazo hasta el codo y solo pudo evadirlo apretando los dientes. Con fuerza Naruto giró sobre si mismo, y lanzó su látigo por uno de los pies de su atacante, pero este dio un salto hacia atrás esquivándolo por los pelos. Sin embargo, no pudo recuperar su látigo del brazo del rubio, ya que este no lo soltó. El menor clavó ambos talones al suelo cuando Kakashi tiró de su brazo y con otro diestro movimiento de muñeca hizo que su propia arma se enrollara en la cintura de su tutor, capturándolo a su merced. 


Con una maliciosa sonrisa Naruto utilizó toda su fuerza para lanzar al peliplata hasta el otro lado del gimnasio y que este se diera de lleno con la pared. El golpe lo hizo soltar su propio látigo que el rubio utilizo para enrollar sus  pies y lanzarlo al suelo. Con su mortal velocidad corrió hasta el adulto antes que este se levantara y se sentó descaradamente en su pecho, utilizando ambas rodillas para inmovilizarle los brazos. 


-He ganado. - fue la jadeante frase que escapó de los labios de Namikaze. 


Se levantó y se encogió poniendo ambas manos en sus rodillas, intentando recuperarse del esfuerzo causado para realizar tal maniobra. Kakashi se quitó el látigo de los tobillos y la cintura y se levantó. A pesar del golpe contra la pared parecía tan fresco como cuando habían entrado al gimnasio. Miró a su pupilo encogido, bastante complacido con el avance que había hecho. Al rubio los ataques a distancia se le daban fatal, era excelente en el cuerpo a cuerpo y las armas de ataque directo, pero un brujo lanzaba hechizos desde lejos para defenderse y huir, por lo que era esencial poder pelear con ellos a metros de distancia. 


-Ha estado bien. - concedió, acomodándose la ropa. - Ahora me muero de curiosidad. Siendo que es la primera vez que me pides autorización para salir y no te escabulles por las noches, cuéntame qué es eso tan importante que tienes que hacer. - 


Los ojos azules se abrieron sorprendidos, aun encogido sobre sí mismo. Soltó una maldición entre dientes. Así que Kakashi había notado que se escapaba por las noches del edificio. Había sido un ingenuo al creer que podía burlar a su tutor, un cazador legendario con un gran numero de tatuajes en el cuerpo. 


-Ayer fuiste al centro comercial con Shikamaru, Sakura e Ino. Y los cuatro llegaron tarde al entreno. - dijo tranquilo. - Pero ellos no me han pedido salir mas temprano hoy, así que asumo que no saldrán juntos. - 


-De acuerdo, de acuerdo. - Namikaze se irguió ante el adulto, pero era una víctima declarada de su baja estatura y no podía imponerle mas que ternura. - Yo…tengo un novio. - susurró cohibido.


La enorme sorpresa de aquel comentario fue patente en el único ojo visible de Kakashi que se abrió desmesuradamente. No era lo que esperaba. Años atrás su protegido le desobedecía para salir a cazar con aquellos mas experimentados a terrenos mas peligrosos simplemente por las ansias que le daba matar brujas y pulir sus ya excelentes habilidades y le había causado varias reprimendas de parte de sus superiores por no poder controlarlo. Cuando comenzó a notar que desde hace unas semanas Naruto se encerraba en su cuarto después de la cena y se escabullía fuera por las noches pensó que tal vez habría vuelto a salir para trabajar sus aptitudes. Después de verlo secreteando con sus amigos pensó que los cuatro podrían estar saliendo solos, lo que no estaba permitido. 


Pero un novio definitivamente no era lo que esperaba. Por un segundo le volvió la imagen de aquella terrible tarde donde tuvo la mala suerte de encontrar a su querido pupilo en una situación de lo mas embarazosa en ese mismo gimnasio, dándole de lleno el hecho de que el rubio ya no era un niño sino un hombre en toda la regla. 


-Oye que no es para tanto. - le dijo con una risueña mueca el mas bajo al notar el mutismo del peliplata. 


-Es solo que…¿un novio? - repitió incrédulo. - ¿Un mortal? - 


-Bueno…si. - usó toda la entereza que poseía para mentirle a la cara. - Un compañero de clases. - 


-Así que por eso te escapas por las noches. - con una mano en su mentón Kakashi comenzó a pensar, uniendo cabos de inmediato. -¿Tienes una cita hoy? - los colores que mostraron las mejillas de su pupilo fue suficiente respuesta.


-Hoy… conoceré a su familia. - 


-Entonces esto es enserio. - ¿Cuántas sorpresas podía uno tener en un solo día? - ¿Ya han..?- 


-¡No! - exclamó el rubio, sintiendo como le ardía la cara. 


-Bueno, supongo que no tengo que recordarte lo importante que es la protección. - 


-Ya basta, Kakashi. - 


-Siempre es mejor estar seguro. - agregó con una seguridad pasmosa.


Miró con cariño a aquel pequeño adolescente que se encontraba completamente apenado y nervioso y su corazón rebozó de ternura. Desde que se había hecho cargo de Naruto la vida no había sido fácil, pero si muy feliz. Ese chico le daba sentido a todo lo que hacía y era por lo que vivía. Por lo que después de cada caza volvía con una sonrisa. Y estaba creciendo a pasos agigantados ante sus ojos. Pudo percibir que cualquier sentimiento que el rubio albergara por el misterioso novio era muy profundo e importante, mas allá de aquel encaprichamiento infantil que había tenido hace meses. Le deseó lo mejor y con una mano revolvió los rebeldes cabellos. 


-Apresúrate, pequeñajo. - le dijo sonriendo. - Y compórtate como todo un cazador. - 


La sonrisa que recibió como respuesta fue mas que suficiente para Kakashi. 


+++


La gran nube negra que salía de la sartén tiñó el aire de la cocina con un olor cáustico que hizo que Sasuke saliera corriendo de su cuarto solo para encontrarse con un descomunal desorden. Se encontró con Itachi delante de la encimera, quien miraba con ojo crítico una masa ennegrecida que se adhería a la sartén y no paraba de emitir humo. Sin pensarlo el menor de los pelinegros apagó el fuego y sacó aquella cosa del fuego para tirarla en el fregadero.


-¿Se puede saber que diablos haces? - le dijo al mayor. 


-Como es una noche importante quería cocinar como los mortales. - comenzó a explicar Itachi. - Pero no se parece en nada al video. - 


Sasuke se llevó una mano a la frente pidiendo paciencia a todas las fuerzas que conocía. Su hermano estaba llevando aquel encuentro a otro nivel de locura lo que no ayudaba para nada con sus nervios. Lo que estaban a punto de hacer Naruto y él era de vida o muerte y no se sentía cómodo con la idea de quedarse sin novio tan pronto. Naruto se había ido igual de nervioso que él de la escuela, otra vez en motocicleta con aquel chico castaño y le había prometido que llegaría temprano. Se preguntó que tan difícil debería ser escaquearse un entreno como para hacer imposible que el rubio se fuera directamente a su departamento a esperar a Itachi. 


-Solo prepara algo como todos los días, él come lo que sea. - dijo Sasuke.


-Pero tú cocinas. - 


-Yo sé cocinar, Itachi. - le dijo el moreno. Alzó una mano hacia la ventana y  esta se abrió para dejar salir la humareda y el terrible olor. 


-Sí, ahora veo que es algo mas complicado de lo que parece. - 


-Limítate a poner comida en la mesa como siempre. - Sasuke se puso en la tarea de fregar aquella achicharrada sartén. - Ya estoy bastante nervioso como para que lo empeores. - 


-¿Nervioso? No deberías estarlo. - con una mano en su hombro Itachi intentó tranquilizarlo.


-Solo compórtate como un mortal ordinario. No quiero que salga corriendo. - 


El mayor esbozó una sonrisa de comprensión a espaldas de su hermanito y se dirigió al comedor. Con un chasquido de sus dedos sirvió todo como una cena elaborada. Dos copas por invitado, platos ribeteados en oro, cubiertos variados y una excelente proporción de platos calientes que seguramente calmarían el hambre de cualquiera. Ver al menor nervioso era una novedad, siempre solía mostrar un semblante frío, casi enfadado, y parecía incapaz de relacionarse con alguien fuera de su círculo de conocidos brujos. Se sentía feliz de ver que al fin había logrado relacionarse con otra persona y que ahora parecía realmente interesado. Eso solo despertaba aun mas curiosidad en Itachi, sobre quien seria este personaje. 


Cuando el timbre sonó sobresaltó a ambos morenos, cada uno estaba tan absorto en sus pensamientos que el estridente sonido les arrancó un respingo. Sasuke sintió el corazón dar un vuelco y querer detenerse. Las manos comenzaron a sudarle y temblarle mientras se las secaba y se acomodaba la camisa azul oscuro que había escogido. Miró de soslayo a su hermano quien le dirigía una sonrisa confortable. Avanzó hacia la puerta con paso firme y la abrió con el corazón bombeándole como loco. Había llegado la hora de la verdad. 


Se encontró con un Naruto sonriente y vestido de forma cuidadosa, la camisa blanca con leves figuritas azules sobresalía por el ancho sweater de punto. Las piernas enfundadas en sus vaqueros ajustados negros y zapatillas de lona negra lo hacían parecer mucho mas joven de lo que era. Cuando los ojos azules le miraron, con aquel brillo enamorado que Sasuke había aprendido a identificar, sintió un peso enorme liberarse de sus hombros. Había venido, aun sabiendo todo lo que arriesgaba. 


-Hola, Sasuke. Siento la demora. - le dijo el rubio. Sintió luego los brazos del moreno rodearle la cintura y apretarlo en un sorpresivo abrazo, envolviéndolo, y los labios que le robaron un fugaz beso.


-Llegas tarde, usuratonkachi. - le susurró al oido. Quería olvidar por esos pequeños segundos todo y solo sentirse a gusto abrazando a su rubio. Se impregnó de su aroma con el deseo de llenarse de fuerza para la velada que se les avecinaba. 


Un carraspeo les hizo separarse de inmediato. Sasuke invitó al rubio a pasar y este caminó hacia la sala donde se le acercó Itachi a recibirlo con una amable sonrisa. A Naruto se le erizaron los cabellos de la nuca cuando estuvo frente al mayor de los Uchihas. No necesitaba que nadie se lo dijera, podía percibirlo en cada poro de la piel. La fuerza que despedía el joven frente a él era sorprendente y muy vieja, muy sabia. No aparentaba mas de veinticinco años y el único rastro de imperfección en su piel eran unas marcadas ojeras. El cabello largo y negro solo hacia mas mística su apariencia y su voz fue como una sentencia alegre a ser perdonado. 


-Buenas tardes, soy Uchiha Itachi, el hermano mayor de Sasuke. Es un placer conocerte. - y extendió una mano. 


Sasuke de inmediato se paralizó. No había pensado en ello para nada. Él había sentido aquel pinchazo eléctrico la primera vez que tocó los dedos de Namikaze y así fue también como el rubio descubrió que era un brujo, estaba seguro que si su hermano le daba la mano al menor lo sentiría. Se puso a un lado de su novio, mirando fijamente a su hermano y luego vio con horror como el menor levantaba el brazo para estrechar su mano. Tragó duro, hasta que vio los enguantados dedos tomando la mano de su hermano y estrecharla con confianza.


-El gusto es mío. - le dijo con su enorme sonrisa. - Soy Namikaze Naruto. Muchas gracias por invitarme. - 


Sasuke soltó un suspiro de evidente alivio. Había visto la muerte cerca por unos segundos. 


-¿Quieres pasar a comer? - le ofreció Itachi en su papel de excelente anfitrión. - He preparado un banquete para ti. - 


-Bueno yo… - el gruñido animal que emitió el estomago del mas bajo fue clara respuesta ante la invitación. - Creo que es una excelente idea. - agregó sonrojado. 


Mientras pasaban a la mesa, Itachi observó con atención la pequeña figura del novio de su hermano. Un mortal de lo mas curioso. Y de lo mas especial. El solo hecho de que su parco hermano menor hubiera perdido los papeles de su frialdad y hubiera montado una escena tan cursi frente a él, apenas si después de abrir la puerta, le indicaba que este chico era importante. Nunca se imaginó algo así por parte de Sasuke. Y su curiosidad creció aun mas al verlo de frente. La habitación a su alrededor pareció sacudirse con su presencia. Era muy bajo y muy delgado, se veía extremadamente joven con ese rostro aniñado y los enormes ojos azules, de ese azul tan fuerte y puro que muy pocos mortales poseían. El rubio de su cabello le desconcertó, pues aquel color de cabello no existía entre los brujos y era la mas clara muestra de su diferencia. Pero, a pesar de sus virtudes físicas, despedía una fuerza extraña. Con pasos firmes y curiosamente silenciosos. 


Lo vio sentarse a un lado de Sasuke, y frente a él, lo que le permitió observarlo mas, sin poder quitarse del pecho una extraña sensación. Sus cien años le habían preparado para muchas cosas y conocía mas de lo que le gustaría saber, algo le decía que ese chico era extraño, que era diferente de lo que esperaría de un simple mortal. No le tomó demasiada importancia a sus guantes hasta que, una vez sentados, el mas bajo se los quitó y los dejó a un lado. Vio en su mano derecha un vendaje que le rodeaba la palma, el dorso y que se perdía en la manga de su sweater. 


-¿Te ocurrió algo, Naruto? - le preguntó Itachi.


-Un accidente en casa. - le dijo con calma. - No suelo ser torpe, pero esta tarde estaba algo nervioso. - 


¿Qué era?”, pensó el mayor de los morenos. ¿Que era lo que tenía ese muchacho? Su sonrisa era cálida, pero sus movimientos comedidos, meditados. Vio con ternura como su hermano menor se esmeraba en servir y atender a aquel personaje, mirándolo con atención, preocupado de lo que necesitara. Era adorable. Cuando la comida estuvo servida el rubio se dedicó a devorar con ansias todo lo que le fue ofrecido, comía como si no lo hiciera hace días. La conversación se llevó a cabo de forma tranquila. Itachi preguntó a ambos por la escuela y sonrió ante las caras de horror de ambos jóvenes al recordar que se les venían los exámenes pronto antes de las vacaciones de invierno. Notó también que Sasuke y Naruto parecían estar bastante compenetrados. A pesar de lo cerca que estaban sentados el uno del otro no se entorpecían, si uno lo miraba el otro se volvía de inmediato, se hacían bromas y se reían de ellas. Un par de veces el rubio tomó la mano de Uchiha, le daba un apretón y luego la soltaba. Itachi estaba fascinado con esa facilidad del mas bajo para domar a su hermano menor. 


-¿Y cuando llegaste a esta ciudad, Naruto? - Le preguntó el mayor de los hermanos.


-Hace 2 años. - le respondió. 


-¿Y antes de eso? - 


-Mi familia viaja muchísimo, siempre estamos trasladándonos. - explicó. - He vivido en Francia, Italia, Alemania, Norteamerica, España, India y también Australia. -


-No lo sabia. - murmuró Sasuke sorprendido. 


-También hablo cinco idiomas. En mi familia es muy importante saber varias lenguas. - 


-¿Y a qué se dedican tus padres? - 


El silencio que siguió a la pregunta de Itachi fue clara señal de que había metido la pata. Los ojos negros de su hermano le miraron con reproche, pero Naruto no cambio su semblante tranquilo.


-Mis padres fallecieron cuando era muy pequeño. - dijo el rubio. - Vivo con un tutor. -


Interesante. Pensó Itachi. Aprovechó un instante donde Sasuke se disculpó para buscar algo de beber. Por pura perversión hizo caer algunas cosas en la cocina con intención de retrasarlo. Naruto sintió un horrible escalofrío bajarle por la espalda y tuvo que hacer un enorme esfuerzo por mantener su rostro sereno y no apretar los puños. Él sabía exactamente lo que sucedía, Itachi estaba haciendo magia. Estaba muy acostumbrado a la magia de Sasuke, podía percibirla desde muy lejos y se sentía cómodo con ella. Pero el enorme poder que sintió venir desde Itachi era algo grotesco, sentía como si algo quisiera ahogarlo. 


-Supongo que contamos con algunos minutos. - el pelinegro le sorprendió hablando un fluido francés. - Tengo deseos de escuchar de tu boca qué piensas realmente de mi pequeño hermano.


-¿Pensar? - si bien hacía tiempo que no manejaba aquel idioma, era su lengua natal y la que mejor conocía. - Sasuke… es Sasuke. Él es alguien muy especial.


-Lo es. - concedió el pelinegro. - Eres extraño, Naruto. - el mencionado dio un respingo. - Mi hermano no suele relacionarse con nadie y le cuesta hacer amigos. Me es difícil creer que se encariñó tanto contigo solo en seis meses.


-Créeme que yo tampoco lo entiendo. - confesó. - Yo he tenido siempre una educación muy estricta y no se nos permite tener amigos fuera de nuestra familia. Pero Sasuke…él es muy especial para mi.


-Él parece realmente interesado en ti. Y no sé si tú estas preparado para algo así.


-¿Porque somos diferentes? - quiso morderse la lengua cuando vio la expresión de leve sorpresa en el rostro del brujo. Maldita fuera su boca. 


-¿En que sentido?


-No somos del mismo círculo de amigos y tampoco nos habían presentado antes. - trató de salir por la tangente. - Quizás no es que sea diferente para Sasuke, es que soy diferente para ti.


Aquello fue una respuesta muy inesperada frente a alguien que tenia muchos años en el cuerpo y creía haber oído todo. Tratar con un adolescente, mas con un mortal, debería ser pan comido, pero aquel muchacho era mas de lo que aparentaba. Sus palabras no tenían una pizca de falsedad, hablaba con la sinceridad de alguien mucho mayor, de quien ha vivido mas de lo que sus años contaban. Sin embargo, había algo que no lo dejaba tranquilo.


-Esta de mas decirte que no deseo que nada lastime a Sasuke.


-Itachi. - le dijo Naruto, conservando su sonrisa, pero con una seriedad que le quitó de inmediato su imagen infantil. - No sé como se siente tener hermanos, pero puedo percibir el gran cariño que le tienes. Yo voy a usar todo lo que este en mi poder para cuidar de Sasuke. Este o no a su lado.


Y nuevamente Itachi sintió ese despliegue de fuerza emanando del menor. Sonrió satisfecho. Naruto podía no ser un mortal corriente y ese era el motivo por el que su hermano parecía haberlo escogido. Con toda la intención del mundo hizo que los cubiertos del rubio saltaran de la mesa y cayeran, sin embargo, le sobrecogió la velocidad con la que fueron atrapados por aquella mano lastimada antes incluso de tocar el suelo. Su mirada se volvió seria de inmediato. Algo allí no iba bien. Era muy extraño tener esos reflejos, mas cuando estabas en pleno crecimiento. Desplegó su energía para que pudiera sentirse, había algo extraño en Naruto y quería averiguar si lo que comenzaba a formarse en su mente era simplemente una sospecha. 


Sasuke se envaró de inmediato. Había terminado de guardar todo y estaba llevando el jarrón con jugo hasta la mesa cuando sintió el despliegue de fuerza de su hermano. Este estaba frente a Naruto con su mueca sonriente y apariencia despreocupada. Se apresuró a sentarse con ellos y miró con reproche al pelinegro mayor. Ante los ojos molestos de su hermanito, Uchiha se detuvo y sonrió satisfecho cuando el rubio levantaba la vista y recibía agradecido el relleno de otro vaso. No había notado nada al parecer. 


-¿De qué estaban hablando? - preguntó Sasuke ocupando su lugar. Con premeditación cogió la mano del rubio y entrelazó sus dedos mientras seguía comiendo. 


-Iba a contarle a Naruto la primera vez que intentaste besar a alguien. - 


Un ataque de risa del rubio se produjo después de ver como su brujo tosía sin control por el comentario. El resto de la cena se llevó de manera mas amena, disfrutó enormemente de las historias de la infancia de Sasuke y algunas anécdotas de la vida diaria de Itachi en su club nocturno. En el momento en el que había reaccionado con su habitual velocidad se arrepintió, y supo inmediatamente que el detalle no había pasado desapercibido para Itachi. El despliegue de energía que soltó después estuvo a nada de hacerlo saltar de la silla. Nada podía compararse con el dolor físico que había supuesto estar quieto mientras tenías frente a ti a un brujo que solo quería hacerte ver lo fuerte que era. Casi había escuchado su propio grito de espanto entre sus oídos. 


Cuando terminaron el postre Naruto volvió a ponerse los guantes con la excusa que era mejor para la herida de su mano, no quería arriesgarse por nada del mundo a ser descubierto cuando ya había sobrevivido casi hasta el final de la velada. Itachi anunció que debía irse a trabajar, se despidió con otro apretón de manos del cazador y le sacudió con fuerza el cabello negro a su hermano, le dedicó una sonrisa que si bien no auguraba nada al menos no parecía haber desaprobado a su rubio novio. 


Cuando estuvieron solos Sasuke fue a preguntarle algo a Namikaze, pero este estaba quieto como una estatua mirando un punto fijo en la mesa sin verlo realmente. Le hizo una seña para que guardara silencio y se concentró. Tardó varios minutos en los que el brujo comenzó a ponerse inquieto sin saber lo que significaba. Finalmente Naruto soltó un suspiro como si estuviera guardando el aire desde hacia muchísimo tiempo en los pulmones y se volvió para abrazar a su novio. 


-Se ha ido. - le anunció aliviado. - Se ha quedado unos segundos tras la puerta, pero ya ha dejado el edificio. - 


-Así que eso estabas esperando. - comprendió. 


-Hemos sobrevivido. - y soltó una risita nerviosa. - Tu hermano es temible. - 


-No tanto cuando lo conoces mejor. - rodeó la fina cintura del mas bajo con los brazos, intentando reconfortarlo. 


-Se ha dado cuenta. - le dijo el rubio. - Ha notado que no soy un mortal. - 


El cuerpo de Sasuke se tensionó ante aquello. Ese era el motivo de que el mayor hubiese desplegado su energía tan de repente, era para asustarlo, para ver que reacción provocaría en Namikaze. Deseó con todas sus fuerzas que no lo hubiese notado, que pensara que era simplemente otro mortal. No estaba listo para separarse de su rubio. Sintió como este se apartaba de él y le robaba un mimoso beso, atrayendo su atención de inmediato. 


-Te ayudo con los platos. - se ofreció Naruto. 


-Dobe. - le dijo Sasuke. - No es necesario. - 


Namikaze se sorprendió de ver como su novio levantaba la mesa como todo un mortal y apilaba los platos de la cena para lavarlos. Sabía que perfectamente con un chasquido de dedos podría dejar el departamento tan limpio como si fuera nuevo, pero parecía dársele bien las tareas domesticas y su rostro estaba relajado así que supuso que lo hacia con ese fin. El se sentó en el mesón de la cocina mientras admiraba la escultural figura del mas alto envuelta en esa camisa azul. La verdad es que lucia muy guapo. 


-¿Me vas a contar como fue que te hiciste lo de la mano? - le preguntó Sasuke de repente. 


-Si, lo había  olvidado. - se sacó los guantes y los dejó a un lado. - Hoy tuve entrenamiento a distancia. Y el arma fue el látigo. Tenemos unos látigos de oro bendecido, parecen cadenas. El caso es que se me da fatal y al pelear sujeté el de mi tutor con mucha fuerza y me cortó la mano. - El pelinegro se volvió de inmediato y lo miró con el ceño fruncido. - Tranquilo, estoy bien, no pasa nada. Sanará en unos días. - 


-No me habías dicho que conocías tantos países. - a pesar de que lo intentó su voz tenia un deje resentido que no pasó desapercibido para el de ojos azules. 


-Nunca preguntaste. - le dijo con una sonrisa. - Los cazadores nunca estamos en un solo sitio, siempre nos estamos trasladando. - luego agregó: -Aun tenemos que conocernos, Sasuke. Puedes preguntar todo lo que quieras, sabes que siempre te voy a responder. - 


-¿Y él de la motocicleta? ¿Quién es? - 


Naruto tuvo que morderse con fuerza el labio inferior para no reír ante aquella clara muestra de celos. Nunca se imaginó que su simple aparición con Shikamaru fuese a causar alguna incertidumbre en su novio y saberlo le encantó. Con su particular silencio se bajó del mesón y se acercó a su brujo sujetándolo de los brazos y apoyando su mejilla en aquella amplia espalda. Le sintió dar un respingo y luego relajarse.


-Es un chico de mi familia. - le explicó. - Ayer pasó por mi porque con mis amigas fuimos al centro comercial. Quería comprarme algo de ropa para venir a verte. - 


La inocente explicación hizo que Uchiha se sintiera como un tonto por haber estado celoso de aquel chico. Era muy extraño que su cazador se relacionara con alguien mas fuera del intimo circulo de su familia. Es simplemente que le tenía inquieto muchas cosas sobre ambos, cosas que no sabía como calmar. No habían vuelto a intentar nada después de sus dos incendios equivocados y el pelinegro no quería forzar la situación, había pensado que Itachi tenia razón en que debían tomarlo con calma  y que sus almas debían reconocerse. Aunque claro que teniendo aquel cuerpo siempre tan cerca no era nada sencillo mantener la compostura. Ademas, con aquella tarde sentía que aun no conocía todo sobre el rubio, que tenían un largo camino por recorrer. 


Ajeno a todos los pensamientos de su brujo, las manos de Naruto comenzaron a deslizarse por aquellos brazos en una lenta caricia. Subieron nuevamente y se pasearon con confianza por la ancha espalda hasta llegar al borde de la camisa donde coló las manos ansioso por sentir el tacto de su piel. El moreno se aferró al borde del lavaplatos, aun con las manos húmedas y se quedó quieto, intentando acordarse de como respirar mientras sentía aquellas caricias en su abdomen y que subían poco a poco. Naruto estaba tan pegado a él que sentía su respiración calentarle la espalda. Un estremecimiento lo invadió cuando aquellos dedos acariciaron sus pezones una y otra vez, dejándolos duros. Sentía la cabeza caliente, las mejillas encendidas. 


Emitió un leve gruñido de protesta cuando aquellas manos volvieron a bajar para salir de su ropa. La risita a su espalda le indicó que su cazador estaba jugando con él, tentándolo como solo él podía hacerlo. Bajó su mirada negra solo para ver como aquellas manos, marcadas con pequeñas cicatrices, desabrochaban uno a uno sus botones, con gran habilidad sin importar que no pudiera verlos. No lo detuvo, simplemente quería dejar su mente fija en el calor que iba subiendo por su cuerpo. Cuando la camisa fue abierta por completo las manos de Naruto volvieron a recorrer de arriba a abajo su abdomen y su pectoral. Tembló cuando los tostados dedos se pasearon por el borde de su ropa interior que sobresalía de sus pantalones.


Sintió un tirón en el hombro que le obligó a volverse y Naruto le echó los brazos al cuello, poniéndose de puntillas y le besó en los labios. Sasuke abrió la boca para enredar su lengua con la de su pequeño cazador, se empapó de su sabor, de sus jadeos, de cada centímetro del cuerpo mas pequeño pegado al suyo. Sin embargo, no rodeó la fina cintura con sus manos, ni tampoco le acarició. Se aferraba al mesón de la cocina con fuerza, intentando no ceder a su deseo de tocar al rubio. 


-Te estas conteniendo. - le susurró Naruto sobre los húmedos labios al terminar el beso. 


-No quiero quemar la casa. - le respondió en un ronco jadeo. 


-No puedes jugar este juego conmigo, Sasuke. - le robó un beso sumamente hambriento pero corto. - Porque vas a perder. - 


El solo deseo que vio en los ojos azules hizo que Sasuke se estremeciera por completo. La decisión de Namikaze podría ponerlo en serios aprietos. No sabía de donde había salido esa necesidad de tocarse, pero el rubio no tenía intenciones de detenerla. Volvió por su boca, utilizando su envidiable equilibrio para estar de puntillas. Le besó con una pasión desenfrenada, recorrió su boca y sedujo a la lengua del moreno a que bailara con la suya a pesar de su resistencia. Le robó todo el aire que pudo y quiso volverlo loco de deseo. Sasuke jadeaba por el esfuerzo que le suponía no tocar a su novio. 


Se mordió el labio inferior cuando el rubio comenzó a descender con delicados y húmedos besos por su mandíbula y su cuello. Sintió su lengua recorrerle el lóbulo y morderlo, tirando de forma juguetona. Un ronco gemido murió en sus labios cerrados ante aquella acción y se sacudió con una contracción placentera. “Demonios, pensó, este mocoso va a hacerme añicos.” Aquella traviesa lengua bajó por su cuello, los dientes mordieron aquella curva que lo unía con su hombro. Sasuke cerró los ojos en un vano intento de concentrarse en otra cosa, pero solo logró aumentar las sensaciones. Las manos de Naruto bajaron por su abdomen y se concentraron en aquel bulto que comenzaba a crecer en los pantalones de su novio y que era un misterio para él. Con dedos curiosos rozó su ingle y luego acarició con descaro aquella parte de su cuerpo por sobre la ropa.


-Naruto… - el ronco gemido que se le escapó fue terrible, arrebatador. 


Naruto sintió el calor propagarse por todo su cuerpo y concentrarse entre sus piernas tras aquella declaración de placer. Puso los talones en el suelo y lamió un pezón del moreno oyéndolo gemir nuevamente. Volvió a repetir la acción, y luego se lo llevó a la boca chupando, queriendo escuchar mas sonidos entregados. Sus manos ponían la justa presión, amoldándose curiosas a las formas de Sasuke. Se movieron para abrir el botón de los pantalones y bajar el cierre con el acelerado pulso volviéndolas torpes. Se puso de puntillas nuevamente y estrelló su boca con la de Sasuke. 


No podía mas. A la mierda todo lo que ocurriera. Que ardiera el maldito edificio completo si quería. Se aferró a la cintura del rubio y le respondió el beso, siendo él quien en esta ocasión invadió su boca, buscando robarle el aire y hundirlo en la pasión que había despertado. Sintió aquella juguetona mano ajena colarse en su ropa interior y tantear con curiosidad su miembro. Una contracción de placer le provocó el rubio al rodearlo por completo con sus dedos. Uchiha dejó escapar un gemido profundo y largo, mientras su manos bajaron y se aferraron al trasero del cazador y lo masajeó con descaro. 


Naruto gimió por el violento agarre, pero sobre todo por lo que sus manos encontraron bajo aquella ropa interior. Comenzó a acariciarlo con timidez mientras su beso se volvía mas lento, mas húmedo y profundo. De pronto Sasuke sujetó las muñecas de su novio y le apartó las manos de su cuerpo. Dejó de besarlo y se quedaron viendo completamente agitados, jadeando, tan cerca como para respirar el aire del otro. Los ojos azules lo miraban confundido, tratando de enfocarse después de aquel pasional arrebato, viendo como el sonrojado brujo bajaba la vista y soltaba un taco con impotencia. 


-¿Qué sucede? - preguntó Naruto con voz ronca. El moreno negó con la cabeza. - ¿Sasuke? - 


-¡Maldita sea!- exclamó enojado. 


Solo entonces Naruto vio su figura recortada con otras luces mas fuertes y brillantes que tenía a su espalda. Volvió la cabeza y vio las danzantes llamas que habían consumido todas las sillas y la mesa del comedor. Las blancas manos lo soltaron para alzarse contra el fuego y apagarlo. Uchiha se separó de él al tiempo que se arreglaba la ropa a tirones, sumamente enfadado. El rubio se pasó ambas manos por el cabello, desordenándolo e intentando bajar sus pasiones mientras respiraba profundamente. No sabía que hacer en un momento así, no tenia idea de como ayudar a su novio quien parecía tan impotente. Él había iniciado aquello y parecía que solo había ocasionado un problema calentando al moreno. 


-Lo siento. - le dijo. - Esto es mi culpa. - 


-No, no lo es. - le respondió Sasuke. - Es mía. - Naruto lo miró y vio como arreglaba el desastre con dedos temblorosos por la rabia. Suspiró. - Vi la llama e intenté ignorarla. Pensé que si seguíamos se iría. Casi quemo todo el apartamento. - 


-Tranquilo, ya sabíamos que podía pasar. - 


-No puedes. - fue su sentencia. - No puedes querer estar así. No se cómo controlar esto. - 


El rubio simplemente se le acercó y tomó el cuello de su camisa. Con su fuerza le obligó a bajar a su estatura y le plantó un tierno beso en los labios. Sin soltarlo y mirando directamente a aquellos ojos rojo sangre le dijo: 


-Escúchame bien, Uchiha Sasuke. - el moreno solo pudo enmudecer ante su tono. - Voy a encontrar una solución para esto, pero contigo. Porque es contigo con quien quiero estar. No voy a morirme por no poder dormir juntos. Voy a esperarte todo lo que sea necesario. - luego le soltó de manera poco delicada. - No hay nada que puedas decir para hacerme cambiar de opinión. - 


Sasuke lo miró con atención, completamente desbordado de alivio ante aquellas palabras. Lo rodeó con los brazos y lo atrajo hasta su pecho sin querer soltarlo jamas. Toda la entereza  que a él le faltaba pareciera ser que a Naruto le sobraba. Estaba con él e iba a quedarse ahí. En ese momento, solo en ese segundo, deseó con todas sus fuerzas que el mundo a su alrededor desapareciera. 


+++


Estaba en su habitación recostado en la cama chequeando su teléfono mientras esperaba que ese sábado fuera consumido por el atardecer y diera paso a la noche de luna llena. Necesitaba ir a recargar energía. Los últimos días se había sentido irritable y mas fatigado de los normal. Su magia se había ido debilitando en los últimos días, pero no entendía porque había sucedido tan rápido. Como brujo, Sasuke debía necesitar luz de luna unas seis veces al año como tope. Pero se sentía tan agotado últimamente, que necesitaba salir en casi todas las lunas llenas. No quería comentarlo con Itachi por miedo a que este exagerara las cosas y se preocupara de mas. Ya demasiado tenia con el club y los brujos inquietos que iban allí para tratar de buscar alguna solución a el aumento de cazadores en la ciudad. 


Pensó en su pequeño cazador y una sonrisa involuntaria asomó a sus labios al relacionarlo con su hermano. Si bien Itachi había notado algo extraño en el rubio simplemente se limitó a decirle que tuviera cuidado con él. Al parecer al mayor de los Uchihas le había agrado el pequeño novio de su hermano menor y solo le dijo que se cuidara y que no hiciera estupideces. También agregó en un tono mas sombrío que mas le valía a Naruto no lastimarlo o se las vería con él. Sin embargo, Itachi se acostumbró a tener al pequeño rubio algunas noches revoloteando en su casa, haciendo los deberes con Sasuke o cenando los tres.


Aquella primera cena hacia dos semanas quedó finalmente como otro recuerdo que sería guardado en su memoria, lo cerca que habían estado de ser descubiertos. Pero esa noche sí había cambiado algo en la relación de ambos. Naruto se había mantenido en una distancia prudencial cada vez que estaban solos y ya no se colaba por su ventana tan seguido como antes. Le había dado todo el tiempo que había podido y le ofrecía su ayuda en todo lo que necesitara para comprender lo que les sucedía. Pero se había alejado sin duda. Y Sasuke solo pensaba que se estaba apartando y que de esa manera era aun menos probable que sus almas congeniaran. Quizás debería habérselo dicho a Naruto, pero tenia miedo de que el rubio se esforzara en congeniar algo que solo podía ocurrir de forma natural. 


Su teléfono vibró en sus manos recibiendo un mensaje. Era de Naruto. 


Hoy es luna llena. ¿Piensas salir? “ sonrió ante la preocupación que se dejo ver en aquel mensaje. 


Si, necesito recargar mis baterías.


“¿Tu hermano también irá?”


“Creo que hoy se quedara en el club por si ocurre algo.”


“Bien, voy a averiguar donde irán a cazar hoy.” 


Aquel ultimo mensaje le llamó la atención. 


“¿No saldrás tú hoy?”


Esperó varios minutos la respuesta, pero nada. Se dio cuenta que la oscuridad ya había cubierto todo su cuarto por lo que se puso en pie y caminó hasta el armario. Se vistió con ropa cómoda por si le tocaba huir. Encendió las luces con un chasquido de sus dedos y con otro estiró la cama en la que había pasado la tarde. Después de casi media hora al fin Naruto respondió. 


No, hoy tengo que entrenar. Los cazadores irán al centro, mantente lejos de allí.”


“Bien. ¿Donde sugieres que vaya?”


“Al campo de golf El Alba. Queda alejado, pero te da buen terreno bajo la luna. No vayas solo.”


Era cierto que ese campo de golf quedaba apartado, pero no tan lejos como para hacer una tarea imposible. Se sentía como un espía recibiendo información del otro lado de esa manera. Y la preocupación de Naruto lo llenaba de ternura. 


¿Donde estarás hoy?” Le escribió Sasuke. 


“Aun no lo sé. Pero será fuera.”


La escueta respuesta le dijo de inmediato que quizás no era momento de ponerse conversar. A lo mejor Naruto estaba mucho mas ocupado de lo que decía. Como tenia muy poco conocimiento de la rutina del cazador, no sabía muy bien en que consistía un entrenamiento cuando era pleno día de caza. Le escribió a Karin y Suigetsu para coordinar ir todos juntos, no creía que lo necesitaran tanto como él, pero no dirían que no a acompañarlo. 


Era cerca de media noche y habían estado en el campo de golf por casi tres horas. Sasuke se sentía pleno de energía, la caricia de la luz de la luna sobre su cuerpo le había devuelto la fuerza, listo para enfrentarse a todo lo que sucediera. Se habían entretenido los tres brujos gastándose bromas y conversando sobre las prontas vacaciones de invierno y qué harían con ellas. Suigetsu pensaba viajar con su familia, mientras que Karin se quedaría en la ciudad y dejaba muy claro a Sasuke que podía llamarla cuando quisiera. El moreno solo había rodado los ojos, solo quería compartir sus vacaciones con una persona en particular. Tenía todas las esperanzas que una vez fuera de la escuela Naruto y él pudieran verse mas seguido y compartir otro tipo de cosas como dos adolescentes normales. Justo cuando habían acordado que era suficiente luz de luna el móvil de Uchiha recibió un mensaje:


“Dime como va todo. Yo aun sigo entrenando. Puedes venir si quieres” 


Era Naruto.


Se sorprendió enormemente. Pensaba que no podría ver a su novio ese día, pero no solo iban a encontrarse, sino que el mas bajo le daba la posibilidad de acompañarle en su entrenamiento de cazador. La curiosidad crepitó en su interior haciendo que su piel hormigueara. Le escribió de inmediato y el rubio le dijo donde ir. Se alegró al saber que no era muy lejos y que no tendría que pasar por el centro y arriesgarse. Despachó a sus amigos con poca delicadeza y emprendió un vuelo veloz entre los edificios y tejados en busca de su novio. Llegó pronto a un sector donde las calles se convertían en pequeños pasajes cerrados con adoquines y los edificios gruesos rememoraban tiempos antiguos, donde la ciudad era mucho mas joven. En ese sector algunas edificaciones habían sido reacondicionadas para la vida moderna, pero mantenían la fachada tradicional, con balcones amplios y bordeados por rejas retorcidas de forma rococó. 


Finalmente aterrizó en una azotea cuando identificó a una persona con brillante cabello rubio parado en una cornisa, mirando el cielo. Era su Naruto. Estaban en azoteas contrarias, a la misma altura de seis pisos. En ese rincón de la capital el ruido de los coches era bajo y solo se oía como murmullo lejano, las luces a los alrededores provenían solo de las farolas en las calles. Miró con atención a Namikaze, como el poco viento sacudía sus cabellos y se erguía en su pose de cazador. Llevaba aquel mono negro ribeteado de dorado y las pesadas botas negras, parecía realmente imponente, realmente diferente. Sasuke sintió en su pecho una mezcla extraña de felicidad y anhelo cuando sus ojos se encontraron y el menor esbozó una sonrisa. De un salto voló hasta la cornisa contraria, deteniéndose a un lado del mas bajo.


-Has venido. - susurró sorprendido Naruto.


-Por supuesto. - le sonrió de medio lado. - No iba a perderme el verte entrenar. - 


Namikaze le sonrió y se acercó para darle un beso cariñoso al moreno. Era condenadamente emocionante encontrarlo en plena luna llena y con la seguridad de que nada podría molestarlos. La figura del pelinegro parecía brillar bajo la luna y le confería un aire imponente, seguramente producto de que sus poderes estaban recién cargados. 


-¿Y qué vas a hacer? - preguntó Uchiha.


-El entrenamiento de la cadena. - le dijo sonriente. Luego apuntó una gruesa cadena que estaba sujeta en la cornisa a sus pies. - Es un entrenamiento básico de todo cazador y debemos repetirlo cada cierto tiempo. Como ya me he librado de mi tutor solo tengo que entrenar por unas horas y luego irme. - apuntó el edificio justo en frente, cruzando la calle. - La cadena esta sujeta hasta el otro edificio, son cerca de cuatro o cinco metros, y debes caminar por ella. - 


-¿Caminar? - se sorprendió el moreno.


La cadena es gruesa, pero seguía siendo una simple cadena. Miró con aprehensión al rubio, cuando este dio con toda la seguridad del mundo un paso fuera de la cornisa y se apoyó en la cadena, que se tambaleó un poco por el peso. A punto estuvo de sujetar al rubio seguro de que se rompería la cabeza si caía de esa altura. Y toda su réplica murió en su garganta y abrió los ojos con sorpresa. Naruto caminaba con toda la seguridad del mundo, avanzó unos pasos con los pies firmemente apoyados en la inestable hilera y luego se volvió a mirar al moreno. 


-¡Vamos, Sasuke! - le dijo. Con una enorme sonrisa en el rostro.


-¿Es que estás loco? - le espetó. - Bájate de ahí ahora mismo. - 


-Deberías ver tu cara. - rió el rubio con ganas y comenzó a dar pasos hacia atrás en aquella inestable superficie, mirando directamente a su novio. - Debes tener algún hechizo para el equilibrio. - 


-Sí, lo tengo. Pero no pensaba matarme hoy. - la respuesta malhumorada volvió a arrancarle otra carcajada a Naruto. 


-Ven, teme. - insistió. - No es tan complicado. - y para reafirmar sus palabras dio un salto y voltereta hacia atrás y cayó en perfecto equilibrio sobre la cadena. - ¿Ves? - 


Sasuke no veía nada mas que una muerte segura. ¿Qué era ese muchacho? ¿Era siquiera posible realizar esos actos con un cuerpo mortal? Naruto comenzó a caminar hacia el otro extremo de la cadena con pasos comedidos y firmes. Los ojos negros vieron la hilera metálica y tragó duro. De acuerdo. Si eso era lo que hacían los cazadores como entrenamiento él también podía hacerlo. Se agachó y pasó dos dedos por el borde de sus deportivas las cuales se impregnaron con un débil resplandor púrpura. Bien, ya estaba hecho. Se levantó, inspiró hondo y puso un pie en la cadena y dejó su peso en ella. Esta se removió pero sus zapatos parecieron afianzarse a ella. Con otra profunda inspiración avanzó un paso saliendo completamente de la cornisa y se tambaleó mientras intentaba mantener el equilibrio. Abrió los brazos e trató de quedarse quieto, el corazón comenzó a bombearle frenético cuando miraba hacia la calle y lo terrible que seria una caída, aun con su habilidad para volar.


-Mírame, Sasuke. - le dijo el rubio. Inmediatamente obedeció, para notar como el cazador estaba a su lado. - No mires abajo. Mírame a mí. Dame las manos. - 


El pelinegro tardó unos segundos en ponerse de frente con Namikaze y cuando le dio las manos fue mas un enfurecido agarre que un apretón de manos. El rubio le sonrió con cariño.


-Da un paso hacia mi. - y ante la sorpresa de los ojos oscuros añadió: - Yo te sostengo. - 


-Me gustaría que me explicaras cómo haces esto. - dio un paso tambaleante y Naruto dio uno hacia atrás. -Voy a matarme. - 


-No te va a pasar nada. - decía con voz suave. - Este es un ejercicio completo. El equilibrio fortalece mis músculos, me ayuda con la respiración y sobretodo con la concentración. Tengo que estar enfocado cuando hago esto. Empezamos desde muy pequeños, te caes un par de veces y la altura asciende con los años, hasta donde estamos ahora. - 


-Aun no le veo la gracia. - el moreno intentaba ignorar cuanto se alejaban de la cornisa. Aun daban pasos tambaleantes. Bajó los ojos y al ver la calle se tambaleó de forma peligrosa.


-Los ojos aquí, Sasuke. Bien ya estamos a la mitad. Voy a soltarte. - 


Uchiha no tuvo siquiera tiempo de decir algo cuando se vio liberado de inmediato de las protectoras manos de su novio. Se tambaleó peligrosamente y vio con el ceño fruncido como el rubio daba pasos hacia atrás alejándose de él. Un segundo le tomó pensar en lo que había dicho el cazador, la respiración y la concentración. Intentó calmar el profundo martilleo de su corazón e inspiró con fuerza, se concentró en sus pies que estaban firmemente sujetos a la cadena por el hechizo, no iba a caer. Poco a poco se irguió. Aun con los brazos extendidos hacia los lados. Sintió el viento mover ligeramente la cadena y se tensó, pero sus pies se mantuvieron firmes en el metal. Bien, estaba vivo. Miró fijamente a su rubio cazador quien le sonreía con confianza y se animó a dar el primer paso. 


Avanzó y la sonrisa de Naruto se ensanchó al verlo no dar solo un paso, sino dos. Sasuke estaba completamente pendiente de acercarse, dejando de lado el claro miedo que Namikaze podía percibir en su novio y aquella confianza le llenaba de felicidad. Justo cuando el pelinegro estaba frente a él, posó sus manos en los hombros del mas alto y dio un salto e hizo una voltereta hasta quedar a espaldas del brujo. El movimiento hizo que la cadena se sacudiera y toda la concentración del moreno se fue por los aires, ni siquiera el hechizo le ayudó cuando perdió por completo el equilibrio y cayó. Solo pudo cerrar los ojos, pensando en la estupidez que era caminar en una cadena cuando el tirón en el brazo detuvo su caída. Abrió los ojos y vio el insufrible espacio en el que colgaba, levantó la vista y vio como Naruto estaba recostado en la cadena y lo sujetaba de la muñeca con una sola mano.


-Estuvo cerca. - le dijo un sonriente cazador.


-Tu quieres matarme. - fue todo lo que dijo Sasuke.


-Créeme que ya no. - y para sorpresa del moreno lo levantó con una gran facilidad. - Sujétate de la cadena. - Uchiha obedeció y se impulsó hacia arriba hasta poder sentarse lo mejor que pudo en la hilera de metal. El rubio se sentó a su lado y rodeó la cintura de su novio con un brazo. - Lo has hecho muy bien. Los cazadores tardan bastante en arriesgarse a caminar en la cadena. - 


-No me cabe ninguna duda. - intentó rodear los hombros del mas bajo con un brazo mientras el otro se aferraba a la cadena con furia para no volver a caer. 


-¿Que tal ha ido la luna? - 


-Bien, como dijiste el campo de golf era un lugar seguro. - 


-¿Y tus amigos? ¿También están bien? - 


Sasuke se tensó y miró al cazador. Sospechaba que podría conocer la naturaleza de Suigetsu y Karin, pero ahora que lo confirmaba no sabía como sentirse. Si los había dejado vivir durante todo ese tiempo debía haber alguna razón de poder. Que tuviera un novio brujo ya debía de haber causado suficientes contradicciones en su interior como para sumarle la realidad de que en la misma escuela, incluso en la misma clase, había mas presas de caza. Los ojos azules no le devolvieron la mirada, solo estaban mirando el horizonte de edificios iluminados y calles serpenteantes. Lentamente Naruto le soltó y se puso de pie, ayudando al moreno a hacer lo mismo. 


-Te voy a enseñar como aprendemos a movernos en la cadena. Ponte de costado. - 


Sasuke tenía sus serias dudas de seguir caminando en aquella cadena, pero el rubio parecía tan feliz de estar con él en ese ridículo entrenamiento que Uchiha se resignó. En ese momento le habría entregado todo lo que hubiese pedido, solo por esa sonrisa y el brillo de sus ojos. El moreno intentó mantener el equilibrio ahora parado de lado en ese maldito metal y Naruto le imitó, pero mirando hacia el otro lado y sujeto con un brazo la cintura de su novio.


-Rodéame con tu brazo. Sostente de mí. - Sasuke lo hizo y entonces el rubio se acercó mas y puso una pierna entre las de su novio, juntando sus torsos para mantenerlo mas firme. - ¿Sabes bailar? - el mas alto asintió. - Esto es algo parecido. Vas a centrar todo tu peso en el centro de tu pie y vas a girar. Yo haré lo mismo y quedaremos en esta posición pero mirando hacia el lado contrario. Sostente de mi e iremos avanzando hasta la cornisa. - 


Uchiha obedeció. Hicieron el primer movimiento e intentó recargar su peso en el único pie que quedaba en la cadena, girando y afirmándose a la delgada cintura de Naruto, como si fuera el paso de un vals. Como el pie del rubio parecía mas firme que el propio se sintió mas que seguro siento afirmado por el mas bajo. Aquel paso fue sencillo y la fluidez del movimiento aumento en el siguiente giro, era mucho mas fácil avanzar de ese modo que caminar como un trapecista suicida por la cadena. Aun estaban a mas de medio camino de la cornisa, pero el moreno ni siquiera estaba asustado ya, los giros y tener firmemente sujeto a su rubio, le habían tranquilizado por completo. 


-Así que sabías sobre Karin y Suigetsu. - le dijo Sasuke.


-Si. - confesó el cazador. - Al principio solo lo sospeché ya que no te relacionas bien con nadie mas. Luego una noche  de luna los vi. El pelo de esa bruja no pasa desapercibido. - 


-No les hiciste nada. - 


-Claro que no. - los ojos azules le miraron. - Son tus amigos, Sasuke. Por mucho que sean unos brujos. Había noches donde me los topaba y procuraba solo mantener a los cazadores lejos. Sé que te hubiera lastimado muchísimo que algo les hubiera pasado. Nunca vi a tu hermano, pero estoy seguro de que también lo hubiera protegido. - 


-Naruto… - Sasuke lo miraba sorprendido, sin saber qué decir.  


-Ya te lo he dicho, yo voy a estar contigo. No quiero… que nada te haga daño. - luego bajó la vista. - Ni siquiera yo. - 


Se quedaron en silencio, habían llegado a la cornisa de la azotea contraria de donde habían comenzado a caminar en la cadena. Era una terraza ligeramente iluminada donde se había construido una pérgola con flores y varios sillones y mesitas para quienes vivían en aquel edificio tuvieran un espacio en común donde encontrarse. Uchiha estaba quieto, atragantado con una enorme cantidad de sentimientos que no sabía como interpretar. Naruto… ese pequeño y extraordinario cazador. Su novio. Había estado cuidándolo desde el principio, velando por él aun sabiendo lo qué era. Y ademas cuidando a los suyos bajo la frágil excusa de que si algo les sucedía el moreno sufriría. Él solo pensaba en su relación como algo de dos, de mantenerse ocultos porque así debía ser. Nunca imaginó todo lo que podía poner en juego el rubio. Se sintió inmaduro y pequeño al lado del cazador, se sintió como un niño y un egoísta y tuvo unos locos deseos de abrazarlo y besarlo para no soltarlo jamas. Y solo se quedo quieto. 


-¿Sabes realmente por qué se hace este entrenamiento? - le preguntó Naruto. El mas alto negó. - Es aquí donde tu única salida es confiar en el otro. La primera vez que te subes a una cadena siempre es acompañado y tienes que confiar ciegamente en que no te dejaran caer. Tienes que confiar en tus pies y en los míos. Hoy me has entregado todo. Has venido y te has subido a la cadena incluso con miedo, pero estas aquí, conmigo.- levantó la mirada azul y brillante. - Yo quiero… que confíes completamente en mi. En lo que tenemos. Porque yo… yo confío en ti… - 


Sasuke solo pudo rodear al rubio con sus brazos y besarle con una entrega que rayaba en la pasión. Entendió en ese momento que nunca había sido el problema de Naruto entregarse, sino que era él quien tenía miedo de esa relación, era él quien dudaba y era él quien no había confiado lo suficiente en su pequeño cazador. Lo sintió suyo como nunca antes y se sintió de Namikaze como jamas pensó sentirse. Algo se había roto con las sinceras palabras de su novio, todos sus miedos e inseguridades quedaron esparcidas lejos. 


“Te entrego todo, Namikaze Naruto. Todo lo que soy. Todo lo que puedo ser.”


Se separó del mas bajo y lo miró a los ojos. Sí, algo había cambiado. El sonrojo en sus mejillas tostadas le pareció increíble, el brillo en sus ojos azules opacaba cualquier otra luz a su alrededor y su delgado cuerpo encajaba con perfección contra el propio. Sin decir nada el moreno subió por la cornisa hasta la terraza y tomó la mano del cazador para tirar de él y abrazarlo por la cintura. Los brazos del rubio rodearon el cuello de su novio y ocultó su rostro en el pecho contrario, aspirando con gusto aquel aroma que le hacia latir deprisa el corazón. La ciudad perdió relevancia y todo lo demás quedó reducido a nada. Naruto solo podía escuchar su pulso rugir acelerado, los ojos de Sasuke se habían vuelto rojos de golpe, con aquellas curiosas aspas en las pupilas. Había sido una reacción espontánea y su mirada le había arrancado un excitado escalofrío. 


Uchiha se separó solo un poco y posó todo el ímpetu de su mirada roja sobre el mas bajo. Aquel azul cálido y brillante contra el furioso rojo, aquella nerviosa primera vez contra la sincera madurez de quien sabe lo que quiere. El moreno se acercó y tomó la boca contraria lentamente, con aquella ternura e indecisión del primer beso. Sintió como el rubio separaba los labios e introdujo la lengua en su cavidad, acariciando la contraria, saboreando todo lo que encontraba a su paso. El ritmo tomó fuerza y la pasión pareció apoderarse de sus actos. Las morenas manos se aferraron a los negros cabellos y sus bocas se rozaron con fuerza. Sasuke apresó a su novio queriendo fundir su cuerpo con el contrario. 


Tuvo que romper el beso cuando el aire fue insuficiente, pero su rubio volvió en su ataque no queriendo separarse de él. Su pequeña boca devoraba la contraria con un deseo que hizo que el moreno se estremeciera. La temperatura de su cuerpo comenzó a subir y su pulso desbocado era todo lo que podía escuchar. Las manos le picaban por acariciar el cuerpo contrario. Las bajó por la cintura y aferró con poca delicadeza el trasero del mas bajo, arrancándole un jadeo. Sintió el deseo crepitar con fuerza en su interior, volverse un dolor punzante en sus venas y correr bajo su piel hasta el vientre.  Acarició las nalgas por sobre la ropa y pegó sus caderas al vientre del rubio todo lo que pudo, haciendo que notara lo excitado que se encontraba. 


Naruto estaba obcecado. El deseo retenido que sentía por su novio iba a asfixiarlo, sentía que se estaba saliendo de control, que estaba perdiendo toda la batalla por comportarse como alguien digno de confianza. Llevaba tanto tiempo conteniéndose que se estaba desbordando. Y había algo extraño, algo diferente. Como si sus manos no fueran suficientes para sentir el cuerpo mas grande, como si su ropa le estorbara, como si su propia piel fuera una barrera entre ellos. Dejándose llevar dio un saltito, haciendo que Sasuke lo tomara a peso, y rodeó con sus piernas la cintura del mas alto. Besar a Naruto desde su misma altura le encantaba. Se asombró de cuanto pesaba el mas bajo para su delgado cuerpo y se imaginó que debía ser por el uniforme de cazador. 


Sasuke comenzó a avanzar con torpeza hasta llegar a la pequeña pérgola y sentarse en uno de los sillones, sin romper el asfixiante beso al que su rubio lo tenía sometido. El cazador se acomodó sobre su presa y sus manos recorrieron su torso, sus hombros, su abdomen, desesperado por no encontrar ningún defecto en su cuerpo. Las manos blancas del brujo amasaron sus nalgas y bajaron por sus piernas, presionando con los dedos la dura superficie, haciendo que ardiera bajo la ropa. Naruto abrió el cierre de la sudadera del moreno y la deslizó por los hombros, tironeándola al final y lanzándola a su espalda, sin importarlo donde fuera a parar. Aunque hubiese querido le hubiera sido imposible dejar de besar a Sasuke, era como una adicción, como si se estuviera muriendo de sed y solo su sabor fuera suficiente para calmarlo. Era intoxicante. Sintió las manos de Uchiha subirle por la espalda y sus dedos rozar el cierre del mono negro hasta llegar tras su nuca y comenzar a bajarlo. 


Era impresionante como no necesitaba abrir los ojos para poder acariciar y desvestir a su cazador, como parecía no necesitar aire, como era incapaz de pensar en nada que no fuera el sofocante calor y que tenia unos locos deseos de fundirse en uno con su novio. Las tostadas manos del rubio ascendieron bajo su camiseta, poniéndole la piel de gallina por lo frías que estaban. Rompieron el beso para que el mas bajo pudiera retirarle la camiseta y dejarla olvidada lejos. Sintió las caricias en sus hombros desnudos, en su pecho, y como los ojos azules le miraban el torso con un brillo hambriento en los ojos, los dedos rozaron sus pezones, bajaron por sus abdominales, delineándolos a conciencia. Sasuke abrió por completo el cierre que su rubio tenia en la espalda y sus dedos devolvieron el camino en la ahora desnuda piel. Cuando llegó a su cuello sujetó el borde y lo abrió, bajando aquel terrible uniforme por los delgados hombros. Miró con fascinación como la piel quedaba expuesta, como aparecían los tatuajes de los brazos, como poco a poco el trabajado cuerpo del rubio iba quedando al descubierto. Naruto sacó los brazos de las mangas solo para sentir las manos blancas recorrerlos. 


Volvieron a besarse con renovadas ansias, enredando amabas lenguas, sometiéndose al deseo que no parecía querer disminuir. Naruto se ahogó en su propia pasión y rompió el beso para recorrer el cuello del moreno con su lengua, rozando con sus dientes. Se levantó sin despegarse de la piel que degustaba, se posicionó entre las piernas de su novio y se arrodilló en el suelo. Fue bajando por su pecho, lamió y succionó sus pezones, arrancándole suaves jadeos, lamió los abdominales y metió la lengua en su ombligo. Sasuke se contrajo con un espasmo ante su acción. Bajó los ojos rojos y vio como su rubio le desabrochó los pantalones y colaba su mano dentro de su ropa interior. Ahogo un gemido, hipnotizado por aquellas caricias. El brillo depredador de los ojos azules lo tenía embobado, embrujado. Presa de su impaciencia, Naruto tironeó de los pantalones de su novio junto con la ropa interior hasta bajárselos por completo y que quedara casi completamente desnudo frente a él. 


Las mejillas de Sasuke se encendieron furiosas al tiempo que veía las manos morenas acariciar sus piernas y abarcar por completo su erección, comenzando a acariciarla de arriba a abajo con cuidado. Estar así delante de Naruto le provocaba una gran vergüenza que solo era opacada por la visión de su novio provocándole placer. Casi gime cuando los ojos azules le sonrieron con picardía y acercó su bellísimo rostro hasta su miembro. Abrió la boca y apenas si rozó con la lengua la punta cuando sintió la feroz contracción en el cuerpo del moreno.


-Na…Naruto. - gimió el brujo, con los ojos entrecerrados.


El rubio recorrió con la lengua de arriba a abajo la turgente erección, rodeó su punta y succionó con fuerza. El gemido de Sasuke envió una punzada de placer a su propio miembro. Con la cordura destrozada lo engulló por completo, abarcando todo cuanto podía y comenzó con un vaivén que nada tenia de tímido. Uchiha apretaba furiosamente los cojines de aquel sofá, sometido a un placer increíble y desconocido. Veía aquella cabeza rubia moverse entre sus piernas,  sentía aquella húmeda cavidad rodeándolo y los espasmos punzantes en el bajo vientre. El calor se estaba acumulando, pero a diferencia de otras veces no como si quisiera salir, mas bien como si quisiera concentrarse en su cuerpo, como si quisiera quemarlo vivo por el placer. 


-Naruto…ya, para… - intentó detenerlo y solo provocó que el mas bajo acelerara los movimientos. - ¡Naruto! - 


De un firme tirón en el brazo lo apartó de su cuerpo y lo levantó dejándolo nuevamente de pie. Lo abrazó rodeándolo por la cintura, donde el mono abierto se le enrollaba, y ocultó su rostro jadeante en el vientre del más bajo. Naruto tenía la respiración tan agitada como él y su piel ardía, lo sintió acariciar sus cabellos negros, enredando los dedos en sus hebras. Demonios, estaba perdido. Besó y lamió su vientre y con sus manos bajó por completo aquel uniforme, llevándose la ropa interior consigo, haciendo que resbalara por aquellas hermosas piernas. Naruto se quitó las botas a patadas y, con un adorable sonrojo, quedó completamente desnudo frente a un brujo que se inclinó hacia atrás para poder apreciarlo a gusto. 


Era perfecto, maldita sea. Las tenues luces de aquella noche y el plateado resplandor de la luna le conferían a Naruto una imagen irreal, como quien era mucho mas que un simple mortal. Sasuke tragó duro ante aquella visión. Suyo. Todo aquello era suyo. La delgada figura de su novio ocultaba una definida musculatura y su piel estaba marcada por diminutas cicatrices y varios cardenales que solo lograban aumentar el deseo enfebrecido del brujo. 


-Eres…hermoso… - fue el susurro que escapó de los labios de Uchiha, el rubio se sonrojó aun mas.


-Sasuke… - 


-Ven aquí. - le ordenó con voz ronca.


Naruto volvió a acomodarse en su regazo y atacó su boca nuevamente, acariciando la lengua del moreno con la propia. Su miembro se restregaba descaradamente con el contrario mientras las blancas manos no dejaban de acariciarlo por todas partes, provocándole una ardiente sensación de anhelo. Sentir la piel de Naruto en  los dedos era enloquecedor. Con todo descaro repasó su espalda, sus piernas y su trasero, apretando con sus dedos aquella carne tan firme. El cazador rompió el beso y lo miró directo a los ojos, jadeante, con las mejillas sonrojadas y los labios húmedos. Con una de sus manos tomó una blanca del hechicero y se la llevó a la boca, separó dos dedos y los lamió y humedeció a gusto, sin dejar de mirar directamente a los ojos rojos. Luego dirigió aquella mano nuevamente a su trasero, a aquella linea que separaba sus nalgas. 


-Sasuke…- llamó con un gemido desvalido. 


El aludido lo miró con aprehensión mientras tragaba con fuerza. Estaba sumamente nervioso, haciendo algo de lo que no tenía experiencia y siendo alentado únicamente por las directrices de su ardiente rubio que le miraba con tanto deseo que iba a desfallecer. Suavemente acarició la oculta entrada del cuerpo de su novio y lo sintió dar un respingo. Volvió a repetir aquella acción y aplicó algo de fuerza colando un húmedo dedo en aquella estrecha cavidad que lo recibió apretándolo ligeramente. Con lentitud introdujo completamente el dedo y esperó quieto, sin perderse en  ningún momento las diferentes expresiones en el rostro de su novio. Este había cerrado los ojos y sujetaba sus hombros con algo de fuerza, concentrándose de lleno en aquella intrusión. 


Despacio Sasuke comenzó a mover aquel dedo en su interior, poco a poco hasta acelerar el movimiento y tomar confianza, escuchando los jadeos que dejaba soltar su rubio. Con decisión introdujo el segundo dedo, sorprendiéndose de la facilidad con que acompaño al primero.


-Ah! Sasuke! - gimió el rubio sintiendo como ambos dedos entraban y salían de su interior con una cadencia firme que lo estaba enloqueciendo. 


Estaba perdido. No podía pensar en nada que no fuera las punzadas placenteras que enviaban aquellas pequeñas estocadas hacia su miembro. El continuo roce con la blanca piel de su hechicero y como no le quitaba la mirada de encima iba a destruirlo, iba a volverlo loco. Ahora esos dedos entraban con rapidez de su cuerpo, imponiendo un ritmo delicioso y devastador. Sintió la otra mano de Sasuke en su cadera y como era alzado hasta apoyarse en sus rodillas quedando sus pezones a la altura de la boca del hechicero y ser devorados con gula. Gimió con tanta fuerza que sintió retumbar el pecho.


-Basta…Sasuke…no puedo… - jadeaba el mas bajo.


El pelinegro detuvo todo movimiento y le regaló un perezoso lametón en el pezón antes de retirar con suavidad sus dedos del interior de su cazador. Naruto le tomó el rostro por las mejillas y volvió a perderse en sus ojos rojos. Había llegado el momento, finalmente cumpliría su deseo de ser uno con Sasuke. Él no tenía miedo de nada, estaba ansioso y desesperado por culminar con aquel calor, pero se derritió al ver la entrega total en aquellas pupilas escarlatas. No sabía qué implicaba aquella union para un brujo, solo sabía que sería el primero para su pelinegro y que tenía unas ganas enfermizas de pertenecerle, de hacerlo entender que era solo suyo. 


-Naruto… - 


Por respuesta solo recibió un hambriento beso que le robó todo el aire de los pulmones. Sintió al cazador acomodarse en su regazo y tomar su miembro con una mano para dirigirlo a su propia entrada y comenzar a bajar lentamente. Tuvieron que romper el beso cuando la sensación los barrio por completo. El pelinegro sujetó las caderas estrechas del menor y lo acompañó en ese lento descenso hasta que estuvo completamente sentado sobre su erección.


El corazón del hechicero pareciera que fuese a salírsele del pecho. El calor se centraba en aquel punto donde estaba unido a su novio siendo apretado como un puño. La sensación era enloquecedora, imposible de comparar con nada que conociera. Bajó sus blancas manos por aquellas nalgas firmes y las afianzó levantándolas apenas comenzando con un firme ritmo de profundas estocadas. De la boca del cazador no paraban de salir entrecortados murmullos y enloquecedores gemidos con sus tostadas manos sujetando sus negros cabellos con fuerza. Volvieron a besarse con desenfreno, mareados con aquella monstruosa sensación de placer. 


 Una y otra vez entraba y salía de aquella cálida estrechez y las embestidas comenzaron a tomar fuerza, sobre todo cuando las manos de Uchiha se afianzaron a la cintura de su novio y le obligaban a bajar con deliciosa fuerza al tiempo que él se impulsaba hacia arriba, golpeando en su interior, provocando que el rubio le enterrara furioso los dedos en la espalda. Sentía algo extraño, mas allá de ese carnal placer, de esa sofocante sensación de calor. Sentía como si Naruto fuera suyo, como si se unieran mas allá de la piel, mucho mas allá de lo que podía dimensionar. 


Naruto no se lo podía creer. El ritmo aumentaba, la velocidad y fuerza de las penetraciones subían de nivel y su cuerpo era incapaz de soportarlo. No había comparación para aquello, no podía haberla. A pesar de su increíble fuerza y resistencia no iba a aguantar mucho mas. Las manos de Sasuke eran firmes en sus caderas y su blanco rostro estaba contorsionado de placer. Acercó su propia mano a su miembro y comenzó a acariciarlo con fuerza, perdido en el deseo de liberarse, preso de un placer increíble. 


-Sasuke…Sasuke… - repetía sin cesar. 


El pelinegro lo besó con violencia y con dos furiosas estocadas se dejó ir por completo en el interior de su cazador, gimiendo entre sus bocas. El rubio se dejó vencer ante la idea de haber provocado el orgasmo en su hechicero y se vino en su propia mano, salpicando ambos vientres con su esencia. Sin embargo, tuvo que separarse de la boca de Sasuke y abrazarse con fuerza a su cuello gimiendo desvalido cuando una sensación de completo gozo le recorrió la columna ampliando su orgasmo a niveles indecibles mientras el moreno gemía en su oído aferrándolo de la cintura, juntando ambos cuerpos al máximo, uniendo su alma finalmente a la de su pequeño asesino. 


-Dios…¿Qué…ha sido…eso? - jadeó sorprendido Namikaze en su oído. 


-Tu alma…uniéndose a la mía. - susurró el pelinegro regalándole perezosos besos en el cuello y el hombro. - Te has unido a un hechicero, señor cazador. - le dijo divertido.


Naruto se incorporó y lo miró con un rostro satisfecho y enamorado. 


-Te amo, Uchiha Sasuke. - le dijo con voz ronca para luego besarlo con entrega y calma. 


Sasuke lo besó de vuelta, abrazándolo, mientras pensaba que Naruto bien podría nunca ser un brujo, pero aquellas palabras habían sido el hechizo perfecto para unir sus almas.


 


-XxX-

Notas finales:

Maravilloso <3

Disculpas nuevamente por el largo del capitulo , espero no se haya echo tediosa la lectura. Los adoro muhcisimo y nos veremos muy pronto en otra entrega. 

 


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