"Quiero que volvamos a ser como antes, extraños que apenas se conocen. Porque así, tal vez, podamos volver a empezar, podamos volver a amarnos sin cometer los mismos errores otra vez, sin destruirnos en el intento."
Pov. Yoongi
Hace dos años que no te veo y mentiría si dijese que no te echo de menos, pero no puedo perdonarte. Puedes llamarme rencoroso, estúpido o cualquier otro insulto que se te ocurra, sin embargo no puedo sacar de mi mente el cómo me dabas la espalda, el cómo me humillabas. Lo de tu familia no podía importarme menos, no les conocía y lo que me dijesen me entraba por un oído y me salía por el otro. Pero que tú, aquel que me había dicho que no era como el resto, me hicieses lo mismo que esos malditos hipócritas dolía.
Sé que no soy el mejor partido, ni mucho menos. No tengo casi dinero ni para vivir, apenas y puedo pagar mi universidad, ¿cómo podría darte la vida que te merecías? Pero tú me prometiste que no te importaba todo aquello, que el amor que sentíamos el uno por el otro era suficiente como para traspasar cualquier problema.
Sin embargo eras un niño rico de papá y por mucho que quisiera negarlo tú eras así. Todos y cada uno de vosotros sois iguales. Dais esperanza a gente como yo, gente con pocas oportunidades en la vida que no puede aspirar a mucho. Nos hacéis creer que os importamos de verdad, y nada más os aburrís u os entra el miedo abandonáis. Y eso fue lo que hiciste tú, abandonaste; mejor dicho, me abandonaste.
Te escondiste detrás de todos tus lujos y dinero y me botaste como a un objeto. No puedo tolerar que alguien me menosprecie y me mire por encima del hombro, ni siquiera si ese alguien eres tú, nadie debería de tener el derecho de tratar a otro como a alguien inferior. No sé si algún día podrás llegar a imaginar lo que uno siente cuando algo así le sucede, pero te diré una cosa, no es agradable.
No es por ser mala persona pero espero que ahora te arrepientas. Que te hayas dado cuenta de que erraste y que debiste elegir de otra manera. Espero que día tras día tus decisiones estén torturándote poco a poco. Porque así, de alguna manera, sabré que no me has olvidado, sabré que todavía te importo y que sigues pensando en mí. Que aunque estemos separados, estemos dolidos, no nos hablemos, no nos veamos; que aun después de todo eso, en lo único que puedas pensar sea en mí. Pero estos solo son mis deseos y seguramente no quede apenas rastro de mí en tu mente.
Si ahora te encontrase por la calle estoy seguro de que no te reconocería. No importarían todas las palabras que hemos intercambiado. No importarían todos los momentos que hemos pasado juntos, cuyos recuerdos atesoro como si fuese lo más valioso que tengo. No importaría nada de eso. Porque aun yo teniendo recuerdos de ti y tú teniendo recuerdos de mí no somos más que extraños.