—Bakura —basta… deja de llamarme así —hace un momento dijiste que no querías recordar esa noche ¿verdad? — ¿un momento? Lo he sentido eterno. Las presencias a mi alrededor empiezan a desaparecer, la magia de Aigami, sin embargo, solo hierve más y más — ¡Para mí, sin embargo, esa fue una noche que nunca olvidaré!
¡¿De qué está hablando?! ¡Él… ¿él estaba allí?!
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De alguna forma había logrado seguir a mi padre todo el camino hasta el Valle de los Reyes sin que se diera cuenta.
Él estaba tan emocionado con la idea de encontrar aquella antigüedad que apenas ponía atención a su entorno.
Me encantaba, el sitio tenía algo, no sé el qué, pero me atraía. Era muy amplio y espacioso; alumbrado solo por el fuego de antorchas estratégicamente colocadas era como la mazmorra perfecta para el final de un videojuego de “búsqueda de tesoros”.
Por encima de los trastabillantes pasos de mi padre podía oír el eco de algunas voces, reconocí varias de niños, posiblemente de mi edad, además de la de un adulto, serena y agradable.
“Osore…”* alcancé a escuchar de un niño.
“Chicos, quédense detrás” me asomé tras una de las columnas para ver, como lo suponía, un hombre joven estaba allí con varios niños y niñas ¿sería algún tipo de lección?
“Por fin… finalmente, la he encontrado” papá a veces me daba risa cuando se obsesionaba con su trabajo, parecía un zombi “lo sabía, sabía que estaba aquí” exclamó, pasando del hombre que estaba allí con entusiasmo loco. Me alegré por él, realmente llevaba mucho tiempo en busca de esa “sortija dorada” que él decía.
Se puso de rodillas y le ofreció el dinero al hombre a cambio del tesoro “por favor, déjame llevarme esta sortija” tenía curiosidad por ver cómo era, pero no me atrevía a moverme mucho por si acaso, no quería que me castigaran y mucho me estaba arriesgando ya.
“Siento decirte que… esta sortija ya tiene un dueño esperando” ¡¿Qué?! ¡No puede ser! ¡No es justo! Papá llevaba mucho tiempo buscando esa antigüedad ¿se le había adelantado otra persona? Pobre papá… y yo que tantas ganas tenía de verla.
“También he escuchado que un espíritu maligno está sellado dentro de ella, será mejor que no te involucres con ella”
Moo~ Ahora tenía muchas más ganas de verla ¿tenía un espíritu? ¿Sería de verdad o un mero cuento? ¿Por qué estaría encerrado allí? ¡Ahhh, me da tanta curiosidad!
“E-Espera, por favor ¡Te lo ruego! ¡Te ruego que me la entregues!” si algo era mi padre, era persistente “¡Por favor!”
“Para convertirte en el dueño de la sortija primero debes someterte a su juicio” ¿un juicio? ¿Sería como algún tipo de prueba? “y luego, debes cumplir con la voluntad de la sortija” ¿la voluntad de la sortija? ¿No sería más bien del espíritu?
“Haré cualquier cosa, lo que sea. Así que, por favor… ”
Desde aquí no podía ver la cara del hombre, pero su tono de voz era como de resignación “toma la sortija y póntela al cuello”
¿Al cuello? ¿Las sortijas no se usaban en los dedos? Quizás esta tenía una cadenita, cómo se las había visto a algunas chicas.
Mi padre hizo lo que el hombre le dijo y fue a tomar la antigüedad del extraño pedestal en forma de momia que había más adelante.
“La sortija te dará su respuesta”
Sentí que el corazón me empezó a latir muy fuerte cuando mi padre se dio la vuelta y pude ver la mentada sortija. No era como pensé que sería, era grande, no cabría en mi mano, había un triángulo en medio del anillo con el ojo de Horus -si no mal recuerdo- y cinco dijes adornaban la mitad inferior… Era simplemente hermosa.
“¿Así, verdad? ¡Ahora la sortija dorada es mía!” mi padre se estaba regocijando con su nueva adquisición, pero de pronto se quedó quieto, justo cuando sentí algo raro y como mi corazón se saltaba un latido o dos.
Empecé a escuchar como murmullos muy, muy tenues a mí alrededor, acariciándome las orejas, aunque no conseguía entenderlos, sonaban como árabe.
Papá se tambaleó hacia atrás y ya estaba preocupándome cuando oí que soltaba quejidos ahogados.
Fue cuestión de segundos, mi padre me dio la espalda de nuevo y soltó un grito. Creí estar en medio de un sueño o alucinación cuando una gran explosión de energía salió del pecho de mi padre… no, de la sortija.
“¡Papá!” grité, sin importarme ya el regaño que me esperaría.
El hombre retrocedió, cubriendo a los niños de esa energía oscura y sin control que había salido del hermoso colgante y que dio una vuelta por el salón hasta regresar a mi padre. Lo derribó con tal fuerza que hasta le hizo sacar la sortija.
“¡Papá, papá!” corrí hasta él y lo sacudí un poco. Su ropa esta revuelta, sus lentes rotos al igual que la cinta con que sujetaba su pelo en una coleta. Fue horrible verlo así.
Apenas pude entender sus murmullos “La… La sortija” giré la cabeza para buscar el collar, tal vez si papá había soportado ese golpe ‘el juicio’ de la sortija, esta también podía hacerlo sentir mejor.
“Aquí está” fui por ella “aquí está, Papá” la recogí mientras rezaba para mis adentros al espíritu sellado, si es que en verdad había uno en ella, porque mi papá se mejorará.
Por la conmoción, había ignorado los murmullos -que no habían desaparecido- pero al tomar la sortija de oro estos fueron mucho más claros; de entre todas las voces se alzó una y, a medida que seguía hablando, de Árabe (que era lo que suponía que estaba hablando) pasó a mi idioma y pude entenderlo perfectamente.
“ore no ya-do-un-shi” escuché en un canturreó divertido.
No tuve tiempo de procesar por completo esa voz cuando, nuevamente, salió de la sortija entre mis manos, una ráfaga de energía.
“magia de las sombras” me corrigió esa voz, que me provocaba curiosos escalofríos mientras la ráfaga revolvía furiosamente mi pelo y hasta desabrochaba mi camisa.
Escuché cosas caer a mí alrededor pero solo sentía frio envolviéndome. El salón había desaparecido de repente y solo podía notar una presencia frente a mí, era muy borrosa la silueta que alcanzaba a ver pero despedía un aura sumamente dominante y poderosa; me hacía sentir nervioso y seguro a la vez.
“Por fin has venido a mí, yadonsuhi” solo podía oír su voz, sin prestar realmente atención, me sentía como en medio de un sueño “eres perfecto” sentí como si sus brazos se envolvieran a mi alrededor, cubriéndome en un cálido abrazo que desplazó el frio que había estado sintiendo y acalló el resto de los murmullos “deja que seamos uno y siempre estaré contigo”
La calidez se centró un poco en mi rostro, en especial en mis mejillas, arrastrándose hasta mi boca como una sutil caricia y fue lo último que sentí junto con ligeros pinchazos en mi pecho, antes de perder la conciencia.
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Asumiré que, gracias a los poderes de Aigami-kun, soy capaz de ver lo que ocurrió después del momento en que perdí el conocimiento y él tomó el control.
No sé qué tan bueno sea eso. Ya había sido una real jaqueca revivir todos estos recuerdos.
El hombre se acercó a mi “¿Estás bien, pequeño?... ¡Oe!”
Por respuesta obtuvo una risilla siniestra de mi otro yo “Shadi. Finalmente he encontrado un dueño cómodo para habitarlo”
No puedo evitarlo, como cada vez que me llamaba así: su propietario, su dueño, su yadonushi; me hacía sonrojar…
¿Cómodo?
Honestamente, siempre quise saber qué era lo que me hacía diferente de todas las personas que habían conseguido la sortija alguna vez, por qué era yo su hikari, por qué era yo la persona destinada a la sortija, según sus palabras.
“¡Así que quédate tranquilo y vete!”
“¡Shadi-sama!” los niños empezaron a rodear al caído Shadi, luego de sufrir un golpe directo de la magia oscura de Bakura. Lo había derribado, tal como la sortija había hecho con mi padre.
“Un día, los siete artículos serán reunidos en la lápida, pero de entre todos ellos tres defienden la justicia, mientras que tres guardan una conciencia maligna. Y el ultimo articulo tiene ambas cosas selladas en él”
De verdad que me dolía en el pecho ver a los niños corriendo hacia Shadi “Shadi-sama, Shadi-sama” reconocí como Aigami-kun a uno de ellos, el que había llegado primero a su lado, se notaba que quería mucho a ese hombre.
“Diva, toma esto” ¿Diva? ¿Cómo que Diva? ¿Había mentido respecto a su nombre?... Bueno, enrealidad Aigami no sonaba muy egipcio que se diga “El chico que sirve como recipiente, quien reviviré el espíritu del faraón, él es igual que todos ustedes…” ¿Yugi? ¿En qué, exactamente, es igual a esos niños mi amigo?
Todo esto es muy confuso.
“Shadi-sama” todos los niños empezaron a llorarlo, cuando Shadi finalmente cerró los ojos.
Other me se acercó a ellos, temí un instante por lo que pudo hacerle a esos niños. Después de todo, a muchos había ‘castigado’ por meterse conmigo “Finalmente cedió ¿eh? Todos ustedes son también unas monstruosidades” Que grosero “¡Lárguense!”
Una nueva ráfaga de magia barrió con todos los niños que estaban ahí, para mi suerte solo se dio la vuelta después de eso, para marcharse.
“Me gusta este nuevo huésped, creo que seremos capaces de hacer toda clase de cosas terribles juntos”
De verdad que no sé cómo es que comentarios como ese me provocan escalofríos y calidez en el pecho a la vez.
Haber convivido años con él me hizo mal.
…Y aun así le extraño.
Oh, Other me…
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