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Y empezó nuevamente... como cada noche, repitiéndose eternamente sin descanso.
Un rugido desgarrador, gritos de desesperación y terror por todas partes, expandiendose, llenando su cabeza de perturbadoras imágenes; la oscuridad infinita de una noche sin estrellas, sin luna; la sensación de la muerte justo detrás de su espalda, asechando como una sombra; un bosque oscuro de árboles gigantescos, enormes monstruos asechando a cada instante y sangre, demasiada sangre.
Los gritos se intensificaban cada vez más, el olor óxido y salado de la sangre aumentaba a cada minuto y unos penetrantes ojos grises lo miraban con furia, dolor, desesperación y.... algo más. Algo tan intenso que le dolía en el pecho. Una voz grave, distorsionada por la angustia... gritaba su nombre.
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"No es bueno dejarse arrastrar por los sueños
Y olvidarse de vivir"
Albus Dumbledore
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Eren despertó, sentándose en la cama de un salto, bañado en un sudor frío, con la piel completamente erizada e intentando desesperadamente que el aire regresara a sus pulmones, una mano estrujándose el pecho, sintiendo al otro lado de este, el intenso palpitar de un corazón desbocado, un corazón completamente horrorizado.
Tranquilo, Eren. Fue solo una pesadilla. Solo fue una horrible pesadilla. Se recordó a sí mismo.
Pero.... ¿Realmente había sido solo eso?
Un nudo horrible se formó en su garganta mientras las aterradoras imágenes se repetían en su mente como una tétrica película. No pudo evitar las lágrimas que vinieron a continuación, y no pudo evitar los sollozos que escapaban de su garganta dolorosamente, se tapó la boca con las manos en un intento por hacer que volvieran a su boca, que no llenaran sus oídos nuevamente.
- ¿Eren? - susurró una voz a su lado en la oscuridad.
La lámpara de la mesita de noche fue encendida, bañando la oscura habitación de una tenue luz cálida. Un par de ojos tan grices como el cielo nublado y tan azules como el mar Egeo lo miraban a través de largas pestañas negras, las finas cejas fruncidas de preocupación y los labios formando una perfecta linea recta.
El castaño le miro con la cara rojiza y los ojos llenos de triste agua salada.
Con un suspiro, el pelinegro acunó al castaño contra su cuerpo, pegando su espalda contra su fuerte pecho y besando suavemente su nuca, acariciando su brazo lentamente, desde el hombro moreno hasta la suave punta de sus largos dedos, y nuevamente de regreso.
-¿Qué soñaste esta vez?
Eren subió las rodillas hasta su pecho haciéndose una bolita sobre la cama. Se limpió un poco las lágrimas y aspiró profundo antes de responder.
- Soñé con mi madre.
Extrañado, Levi alzó una ceja.
-Eren, tu madre está perfectamente bien.
Suspirando, el chico se volteó para mirar a Levi, quedando a pocos centímetros del rostro del hombre que lo sostenía en brazos.
-Me refiero a ese... ese día. - Levi lo abrazó fuertemente, acariciando las hebras castañas de su cabeza- Yo no pude... no pude hacer nada... y ella...
-Ella está perfectamente feliz viviendo en Alemania-.Le recordó. Eren se mordió el labio asintiendo-Escucha, esas cosas sucedieron hace demasiado tiempo, lo sabes.
-Lo sé- confirmó el castaño.
-Entonces deja de pensar en ello. Las cosas no van a cambiar porque te enfrasques en esas pesadillas, ya no son reales, Eren.- Mormuró el hombre calmadamente.
- Pero lo fueron- Susurro tercamente el castaño.
Levi lo tomo con ambas manos del rostro, delicadamente, como un precioso objeto de cristal muy fino y completamente único, limpió con los pulgares el rastro de lagrimas de las tersas mejillas, observando con ternura el semblante lloroso del chico y dejó un beso suave sobre sus labios.
- Sigues siendo el mocoso llorón que se metía a mi departamento por las noches.
La mueca triste que había en el rostro del castaño voló lejos para darle paso a una genuina sonrisa de nostalgia. Eren sonrió con dulzura.
-No puedo creer que estaba enamorado de mi vecino, quince años mayor- El castaño rió con fuerza-. Levi, eres un pervertido.
-Sigo siendo quince años mayor- resopló el pelinegro- así que tú también eres un pequeño pervertido.
Eren se acurrucó contra el pecho de su novio, riendo bajito.
-Tú lo supiste todo el tiempo... sabías quién era yo.
Levi enredó una mano en la cabellera castaña, jugando con los suaves mechones olor a fresa, el shampoo favorito de Eren.
-En realidad lo recordé todo cuando te conocí- . Eren adquirió un tono rojizo brillante y enterró el rostro entre el cuello y el hombro del mayor. Levi lo recordó nuevamente. Ese maldito mocoso de enormes ojos verdes y cabello alborotado, con las rodillas todas raspadas y llenas de curitas de dinosaurios. Siguiéndolo por todos lados con los ojos brillandole de admiración, era, nada menos que su amante en una vida pasada.
- No puedo creer que mis padres lo supieran todo el tiempo- susurró el ojiverde.
- Menos mal que lo sabían, o nunca me hubieran dejado traerte a vivir conmigo cuando cumpliste la mayoría de edad.
Eren levantó el rostro haciendo un puchero.
- Te tardaste demasiado.
- Esperé a que lo recordaras todo.
Eren rodeo el cuello de su novio con ambos brazos y se acomodó a horcajadas sobre él, aun bajo las cálidas sabanas con olor a lavanda, pues hacía frío. Al otro lado de la ventana, la nieve se acomodaba en las esquinas y caía lentamente del cielo plagado de estrellas. Aún era Nochebuena. Dejó un beso suave y fluido sobre los labios del pelinegro, mientras el mayor lo tomaba de la cintura y acariciaba su espalda sin prisa. Eren se separó solo un poco, sonriendo, recuperando el aliento perdido contra los labios de Levi.
- Y valió completamente la pena.
Levi lo tomó de la nuca, agarrando el suave cabello chocolate y jalándolo hacia sí nuevamente. Besándolo como si la vida se le fuese en ello, acariciando su lengua contra los blandos labios de Eren, probando su sabor, dulce, infinitamente dulce pero nunca empalagoso. Simplemente adictivo.
El chico pasó sus manos por los fuertes hombros de Levi, acariciando sus antebrazos suavemente, y meneando las caderas un poco contra la hombría del otro, presionando suave y sintiéndola despertar contra la suya propia. Levi se incorporó, sentandose en la cama con Eren a horcajadas sobre su regazo. El delicioso roce de su intimidad contra la de Levi, que se iba despertando y endureciendo de a poco, lo erizaba el vello de la nuca. Pronto, Levi jadeaba contra su boca, sus alientos cálidos mezclándose con deseo, rosando los labios apenas un poco, pero sin besarse ya, como tentando al otro a avanzar de una vez por todas.
Finalmente sin poder esperar un segundo más, Eren se deshizo de la enorme playera que usaba por pijama y de su ropa interior, que en este momento le estorbaba, deseaba sentir la piel del pelinegro contra la suya.
Levi bajó su pantalón para dormir negro junto con el ajustado boxer del mismo color que le quedaba como un guante, dejando que el roce de sus miembros se sintiera mas claramente ahora sin la molesta ropa de por medio. El joven castaño sentía la dura hombría del otro, rozarse entre sus piernas. Levi movió la cadera en un ritmo cadencioso y lento, casi tortuoso, dejando una estela de besos suaves por el cuello del castaño, acariciando el redondo trasero y apretando un poco de vez en cuando, haciendo que Eren soltara suspiros suaves.
- Levi- suspiró el castaño jadeando - te necesito.
Con un gruñido un poco animal Levi tomo al joven de las caderas y lo volteo sobre la cama, quedando sobre él, entre sus piernas. Comenzó una serie de besos húmedos desde el hueco bajo la oreja del castaño hasta la clavicula, Eren se estremeció, mientras los labios de Levi seguían recorriendo su suave piel, dejando una constelación de besos hasta su pecho, donde Levi se detuvo a degustar los pezones rosados del joven, mordisqueando un poco, succionandolos con la lengua, probando el embriagante sabor de la piel del castaño, mientras este se retorcía bajo su cuerpo con el rostro brillando en escarlata, como un hermoso ángel hecho solamente para él.
Deslizó su mano entre las piernas del castaño, tomando su miembro y masajeando suavemente, escuchando la melodía de gemidos suaves que salían de esa boca de fresa al ritmo de los movimientos de su muñeca. Apretando un poco la punta mientras el líquido preseminal salía lentamente.
Tomó la parte de atrás de las rodillas del castaño, abriendo sus piernas hasta dejar visible su entrada y con los dedos ya húmedos por los fluidos de Eren comenzó a estimular alrededor de está.
- Ah, Levi... Mnn... por favor- Pidió el joven con ojos llorosos de excitación. Levi sonrió apenas un poco.
Sin hacerse esperar introdujo un dedo con cuidado,haciendo que Eren gimiera fuertemente, lo movió en círculos hasta que el chico se acostumbró y metió el siguiente, moviendolo y expandiendo lentamente, casi sin prisa, torturando al joven que se retorcía, temblando un poco, bañado en una fina capa de sudor que hacía brillar su hermosa piel canela.
- Ahhh, joder- gimió-Levi, métela ya.
Levi rió ante la actitud desesperada de Eren
- Joder, que exigente- susurró, pero acató su petición colocando su miembro en la entrada del castaño y empujando suavemente pero con firmeza, cuidando de no lastimar al chico, intentando no moverse tan bruscamente aunque su cerebro le gritara que se enterrara hasta el fondo. Un gemido fuerte escapó de la garganta de Eren, sus manos se aferraban a las sabanas blancas y su pecho subía y bajaba, respirando entre jadeos. Levi terminó de introducirse soltando un gruñido contra la sensible piel del cuello de Eren.
-Mierda, estás tan caliente- comenzó a mover las caderas, embistiendo lentamente pero con fuerza. Eren se deshacía en suspiros en cada arremetida. Las manos de Levi se dedicaron a recorrer los costados del castaño, rozando sus costillas apenas con la yema de los dedos causando que el menor se estremeciera deliciosamente, explorando su piel a ratos con la lengua y dejando suaves mordidas repartidas por su cuerpo, marcando con su propio cuerpo el lienzo que era la piel morena de Eren.
Eren enredo las piernas alrededor de la cadera del pelinegro, buscando más contacto, y Levi entendió muy bien el mensaje. Aceleró un poco el ritmo, moviendo su cadera y escuchando el morboso sonido de su piel chocando contra la del castaño, buscando alcanzar ese exquisito botón dentro del chico.
-Mm, ah, Levi... ¡AHH! - Eren soltó un grito delicioso y rasguño la espalda del pelinegro cuando sintió la punta del miembro de Levi tocar ese punto tan sensible dentro de él, produciendo en el muchacho una sensación electrizante, que nació en lo profundo de su estomago y rápidamente subió por la espalda baja, deslizandoze por toda la columna vertebral y alcanzando todos los nervios de su cuerpo, se sentía como estar en el cielo.
Levi arremetió con fuerza contra ese punto, besando el cuello del castaño y jadeando sobre su piel canela, mientras que Eren gemía en su oído con cada arremetida cosas inconexas moviendo las caderas para recibir a Levi, buscando cada vez más contacto. El mayor lo observaba como si este fuera una perfecta obra de arte, como si no hubiera visto ese rostro de extasis nunca, fascinado por la expresión de disfrute de Eren, leyendo la excitación en cada poro de su cuerpo, escapando de la deliciosa piel del castaño, una verdadera belleza. Pronto una sensación hormigante llenó su vientre bajo y su entrada se comprimió alrededor del miembro del ojiazul.
- L-levi, voy a... - gimió el joven de ojos verdes.
Gruñendo, Levi bajó la velocidad de sus embestidas apretando los dientes con esfuerzo, torturando al chico e impidiendole alcanzar el anhelado orgasmo.
- Espera un poco, joder- gruñó entre dientes.
Eren se mordió el abusado labio inferior que presentaba un color rojizo, como una deliciosa fresa. Echando la cabeza para atrás, desesperado.
- Ahhh... Levi, por favor - Lagrimas se acumulaban en los ojos del castaño, rogando que aumentara la velocidad, completamente absorto en él, entregándose tan abiertaente, con esa mirada suplicante en sus brillantes ojos alejandrita, esa mirada fue el detonante y pronto Levi sintió el orgasmo cerca.
Sus embestidas se volvieron freneticas, tomando a Eren firmemente por la cintura mientras arremetía con fuerza. Eren comenzó a gritar verdaderamente, jadeando y gimiendo embelesado, la exquisita sensación regresaba y lo hacía subir al cielo por momentos. Nada de lo que pensara podría sentirse mejor en ese momento. Era mejor que cualquier nirvana.
- Eren... - Levi gimió su nombre preso de la necesidad.
- Ahhh... Levi.
Eren se contrajo deliciosamente al liberar su orgasmo entre su vientre y el del pelinegro, contrayendo los dedos de sus pies y aferrando ferozmente las cobijas, El miembro de Levi se vió preso entre esas cálidas paredes que lo apretaban con fuerza, rápidamente dio dos ultimas embestidas fuertes, gruñendo con la voz enronquecida y se vino dentro del castaño.
Cayó sobre el chico algo cansado, respirando con esfuerzo, como si acabara de ir al Olimpo y de regreso, pero mierda, se sentía mil veces mejor. Salió del chico lentamente, mientras Eren suspiraba por el vació dejado en su interior. El pelinegro se recargó un poco sobre sus manos, evitando aplastar al castaño con su peso y mirándolo directamente a los ojos.
Ese perfecto par de ojos verde y dorado que lo miraban llenos de deseo y amor.
- Levi - pronunció Eren con la voz entrecortada - . Levi, te amo.
El pelinegro sintió la calidez de esas palabras llenarle el pecho, donde su corazón latía rápidamente desbocado, y no precisamente por el sexo. Besó al chico con ganas, con verdaderas ganas. Chupando sus rojos labios como a un dulce.
- También te amo, mocoso.
Eren sonrió y atrajo al Levi hacia la cama, recostandose sobre su pecho y cubriendo a ambos con la manta. Sus ojos se posaron en la ventana, siendo arrullado por la gélida nevada, el calor corporal de su novio y el sonido de sus latidos acompazados acompañando los propios. Amandolo como siempre lo había hecho.