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Luna de Sangre por lala-sama

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Tras aquel momento se secó las lágrimas, se limpió la nariz y se terminó de comer el plato solo para subir y dormir hasta la noche. Esa noche Luna tuvo un sueño extraño y ciertamente terrorífico.

Una vez se hubo tumbada en la cama se quedó dormida inmediatamente. Una vez cerrados los ojos los volvió abrirlos en un lugar completamente ajeno a ella. Se encontraba en un pasillo de piedra rugosa de una tonalidad rojiza tanto el suelo como las paredes. El pasillo a pesar de no encontrarse cerrado por su espalda era bastante fácil adivinar que debía continuar caminando hacia delante con el propósito de salir de aquel lugar extraño. Para desgracia de Luna a medida que avanzaba por el camino el suelo se volvía resbaladizo y las paredes se convertían en pequeños pinchos afilados y crecientes a medida que se alargaba el camino.

- ¿Dondé...?

Luna pretendía continuar la frase pero su pie resbaló y se precipitó al suelo de culo. En ese preciso momento, tuvo constancia de un dato que no tenía hasta ese momento, su vista no era igual que antes de irse a dormir ya todo lo veía con menos profundidad. Su ropa también había cambiado. Lo que antes era un pijama rosita claro pomposo y largo ahora era un conjunto un tanto revelador. Llevaba unos vaqueros cortos de color negro, una camisa de asillas de color rojo oscuro y unas zapatos planos del mismo color de la camisa. Su pelo largo ondulado ahora era liso haciéndolo visualmente más extenso.

Luna no dejaba de mirar el cambio que había tenido que no se dio cuenta que había comenzado a resbalar cuesta abajo por el camino con la pequeña cuesta que se había formado. Cuando se dio cuenta ya tenía un poco de velocidad y no podía agarrarse para ponerse de pie por lo que cayó sin remedio pasillo abajo. El pasillo que hasta ese momento era amplio se encogió con una curva inesperada que hizo que se pegará en demasía a la pared obteniendo un arañazo en un brazo. Continuó su camino hasta llegar resbalando a una gran sala.

La sala era de un tamaña exorbitante y con una mínima cantidad de objetos. Lo único que contenía era un gran asiento justo en el centro del lugar y varias decenas de túneles adyacentes al que acababa de salir. Además, la luz que volvía visible el espacio cerrado aparecía misteriosamente por unos pequeños agujeros que había en la piedra.

- ¿Esperamos visita de esta índole y a esta hora?

Una extraña voz femenina sonó desde algún lugar de l sala que resonó con fuerza por el lugar. Esta repentino sonido asustó a Luna que se creía sola hasta ese momento.

- No - respondió una segunda voz a la primera

- Fíjate, fíjate no está completa - habló una tercera voz de mujer algo más infantil que el resto

- Pues que se valla, solo nos molesta al ocupar sitio innecesariamente - pronunció una cuarta voz algo más gruesa que el resto

- La flor tiene tu color - comento una voz ronca

- Tienes razón, esta muchacha me va gustar en el futuro cuando madure un poco más - termino por decir una voz relajada

- ¡Callaos! - gritó una voz masculina con la voz más potente que había oído Luna

La sala al completo vibro y un hombre alto de pelo negro corto, con un traje de chaqueta apareció en la sala. Este salió de detrás del trono para posteriormente sentarse en él sin ningún reparo. Una vez desde la posición alta miró con unos ojos rojizos intensos y algo duros a la joven que tenía delante.

- Debes de ser Luna

La voz grave del hombre desbordó la sala al completo y le lleno el cuerpo a la joven. Luna admiraba el hombre desde abajo. Era una figura imponente y de extraña belleza macabra que daba paso a un sentimiento insólito junto a otros que conocía bien como el terror, el respeto y la admiración. Su corazón latía con fuerza. Podía notar la calidez en el pecho. Un latido inquieto que sólo apreciaba junto a aquellas dos personas. Molesta por tener esa clase de sentimiento por otras personas que no fuesen sus dos mejores amigas e incrédula se levantó del suelo y le habló auniendo fuerza y valentía. Quería verse impotente ante aquel extraño hombre.

- Así es, mi nombre es Luna, ¿Quién eres y donde me encuentro?

Ella le contestó segura a su frase anterior a pesar de que no era una pregunta. La respuesta solo por parte del hombre fue una solemne risotada que volvió a hacer vibrar el lugar.

- Mi nombre y este lugar ya los conoces y pronto lo recordarás pequeña

En ese momento una chica salió tras el trono y se sentó en uno de los reposamanos del asiento. La mujer era una dama con ropa holgada y un peinado oscuro hasta los hombros. La chica de ojos oscuros y pelo claro la miraba con una sonrisa amplia.

- Esa flor tiene matices de mi color - añadió mientras apoyaba la cabeza sobre el hombre del caballero

- Eso parece, me pregunto a qué rama madurará si comienza así

- Puede que sea interesante - respondió la mujer

- ¿De que flor habláis? - irrumpió Luna tocándose la cabeza y la espalda buscando dicha planta

El hombre movió un dedo y un espejo apareció delante de ella reflejando su rostro. En ese momento se asisto y escondió un grito en lo profundo de su pecho. El espejo reflejaba su rostro pero no de la manera que ella creía. Su ojo derecho una Dalia de color blanco con algunos pétalos de tonalidad rosada que se encontraba colocándose en ese preciso momento. Además, su ojo izquierdo tenía un leve toque amarillento como si de una pequeña llama se tratase.

- ¿Qué repampanos? - Exclamó exaltada

Ambos presentes rieron mientras se miraban. Luna permanecía nerviosa ya que no era lo único diferente que se observaba en el espejo. Su aspecto antes inocente ahora marcaba un punto de sensualidad con unos labios rojos definidos y unas líneas negra en los ojos. Con todo estas emociones el dolor en el brazo hizo presencia sacando una leve mueca de dolor de su rostro. Se fijó en su extremidad y pude apreciar con claridad como un hilo de sangre corría por él y nacía en un arañazo pequeño pero de varios milímetros de profundidad.

- Esa flor representa tu pasado y el destino que te estás forjando - comenzó a hablar el hombre - todos las personas que aparecen en este lugar tienen una. Normalmente las personas que llegan tienen la flor de uno o dos colores y se encuentran completamente pintadas pero el tuyo aún se encuentra incompleto. Flores como la tuya no son comunes.

- Cierto - continuó la mujer - esta es la mía

Extendió el brazo y de la mano salió una "Aleluya".

Una flor con cinco pétalos de tonalidad rosada, un intenso color que destacaba en la flor. Luna concentro la mirada en la flor de su ojos gracias al espejo. En dicha planta que crecía en su ojo y que lentamente se tornaba de color a un rosa incluso más intenso que el que tenía delante aunque solo fuesen en unos pocos pétalos.

- Es bonita ¿verdad?

Justo en aquel momento un grito masculino se escuchó caer por el mismo pasillo que ella. Tras ella acabo de deslizándose un hombre viejo con un pijama de marca. El anciano al verla dio un prominente grito. Luna molesta se quitó de su lado a la vez que tiraba al suelo y lo rompía. Este al poco desapareció sin dejar ningún rastro.

- Ahora tengo trabajo. Luna, observa un momento - le hablo calmadamente - ¡Levanta! - dijo el hombre cambiando rápidamente el tono a uno furioso.

El viejo asustado se levantó con prisas mientras las piernas le temblaban. Una vez que hizo esto una flor color cobrizo salió de su pecho.

- ¡Ania! - grito el hombre

- ¡Aqui estoy! - habló una mujer delgada saliendo de uno de los túneles.

La mujer mantenía su espalda recta y su pecho hinchado mientras vestía ropas lujosas. Un vestido largo con hilos de oro y plata con diamantes y perlas decorativas. Recordaba a un vestido egipcio que recordaba a las esposas de los faraones.

- ¡Vaya! Otro para mi

La mujer se acercó al hombre que retrocedio muy alarmado hasta el punto de caerse de culo. La flor se mantuvo quieta en el aire flotando. La dama se aproximo a la flor y la tomó con sus manos para después apretarla hasta romperla. El viejo grito de dolor y cuando acabó su piel se apoyó quedando pálido.

- Ahora sigueme

El anciano que se negaba a moverse se vio obligado a ello, a causa de, una misteriosa cadena que apareció en su cuello. La cadena estaba conectado a algo en el interior de uno de los túneles. El viejo comenzó a resistirse pero la cadena eran más fuerte y acabó llevándolo al interior.

- Hasta luego - dijo la chica antes de entrar otra vez por el túnel

- ¿Qué ha... ? - intento decir Luna

- Nuestro trabajo - comentó el hombre irrumpiendo

- Es hora de que te vayas pequeña. Llevas mucho tiempo aquí y puede ser peligroso - comentó la mujer que aún estaba apoyada en el joven.

- Tienes razón Placer. Nos volveremos a ver.

Luna iba a hablar pero el hombre movió la mano y ella abrió los ojos en su cama. Sobresaltada miró el reloj pero un punzante dolor en un brazo. Esta lo miró y vio su pijama rasgado y manchada de sangre, al igual que las sábanas como consecuencia de la herida en el brazo. Al momento se asustó y fue corriendo al baño a mirarse la cara. El sentimiento que lo anterior no era un sueño sino la realidad aceleró su corazón de sobre manera.

Una vez que llegó frente al espejo se relajo al notar que su apariencia se mantenía natural. No obstante la herida del brazo del sueño y el de la realidad eran idénticos dando a entender que no todo fue un sueño. En ese momento el cansancio acumulado volvió a su cuerpo. Una vez que llegó a la cama durmió el resto de la noche. 

Notas finales:

No se olviden de comentar y dejad vuestro apoyo. Poseo de otros canales en otras plataformas donde la historia se actualiza con antelación por lo que si os encontráis interesados en la historia no dudéis en pasaron por allí.


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