Ritsu
- Y-yo... - las lágrimas seguían escurriendose por mis mejillas, ese beso tan repentino me dejo desconcertado.
Si antes tenía dudas, ahora tenía más.
- ¿porque?... - sentí como bajaban nuevamente las lágrimas, sentía muy oprimido mi pecho, me están costando respirar, no sabía si era por el llanto, el cansancio o la desesperación. Pero un cálido abrazo me tranquilizó.
- Shh....tranquilo -su voz es tan... Suave - estaré aquí, no te preocupes, luego me preguntas lo que quieras y te respondo todas las preguntas que tienes en esa cabecita tuya - se río suavemente, tranquilizandome con su relajante voz.
Así me quede todo el descanso, incluso nos saltamos 2 horas de clases, pero era todo lo que necesitaba, un apoyo de alguien importante.
Se sentía tan... bien
- ¡Ey vosotros dos, a clases u os mando a secretaría! - y justo tuvo que chafarla un amargado conserje.
Sin rechistar nos levantamos del banco en la que estábamos sentados y fue tomado ligeramente de la mano, aquel cálida tacto provocó un fuerte carmesí en mis mejillas que imploraban quitar aquel dichoso patético color.
Inconscientemente apreté suavemente su mano, temiendo que se me escapara de mi lado, abandonandome en un oscuro abismo en la que me había metido y en la que anhelaba ser sacado de ahí para ver de nuevo la luz del día.
Y así, de las manos entramos bajo al atenta mirada de toda la clase, y entre murmullos traspasamos por el pequeño espacio que había de mesa en mesa y nos posicionamos en nuestros respectivos asientos, claro no sin antes ser reclamados por el profesor por nuestras tardanza.
En todo el día intente evitar a todos, a excepción de Shin. No quería tener que explicarles minuciosamente los detalles de como me habían roto el corazón. Solo sería un martirio el tener que ir recordando todo el rato los detalles de aquella pesadilla, aunque el beso que me dio Shin no había hecho que estuviera del todo tranquilo, ya que me mantuvo pensando todo el rato respecto a los sentimientos que tal vez tenga ese pelirrojo sobre mi.
Una laguna de tristeza me inundaba, ya que si llegase a ser que le gustase a Shin, el tendría que haber sufrido bastante sobre mi indiferencia cuando hablaba genuinamente de sempai.
No me imagino las veces en las que alardeaba del gran hombre que era el azabache para mi, las veces en las que parecía tonto hablando tan bien del azabache.
Me detuve en seco, estábamos solo a unos pasos de mi casa y tenía el brazo de Shin agarrando la mía, mientras que el no paraba de hablar, en un intento de distraerme del gran revoltijo que tenía.
Su mirada de confusión me preguntaba mi acción, pero fue cambiando a uno preocupado, ya que baje la mirada y sentía una enorme tristeza.
- Ritsu si no quieres ir todavía a cas- Shin... lo siento - ¿como no me di cuenta de esto antes? ¿Tan egoísta era?
- ¿Por que? - se había posicionado frente a mi, y tomándome cariñosamente de la barbilla con dos de sus dedos, me levanto la cara, conectando miradas.
- yo fui muy egoísta Shin... mientras te hablaba de Takano-sempai, tu tenía que soportarme sabiendo que no te correspondía, yo... lo siento, no te tome en cuanta - no, esta vez no lloraría.
Una palmada en mi cabeza fue lo que me hizo levantar la cabeza, y lo que me tope fue una hermosa sonrisa de parte suya, su mano paso de mi cabeza a mi mejilla, rozandolo cálidamente, aun sabiendo que era lo que iba a venir, no lo aparte por nada del mundo.
La distancia que se separaba de sus labios a los míos eran largas, pero el se encargo de reducirlas, estar un poco más cerca de mi, de mi ser.
Cerrando los ojos espere ansioso a que acabará esa lejanía, pero los segundos pasaban, y no sentía que llegara, así que abrí los ojos confusos, y desesperado por aquel deseo que me apoderaba en besar aquellos labios.
Una suave risa se escapo de entre sus labios - Eres realmente lindo... - y después ya me entrego ese tan esperado beso.
No parecía querer separarse, ni yo tampoco lo deseaba, una leve mordida a mi labio superior me hizo abrir la boca y darle acceso a aquella traviesa lengua, en la que se movían rítmicamente y en la que dominaba aquel pelirrojo. Cuando creí necesario el aire, me separe de él, pero solo un so centímetros, en la que uní nuevamente nuestros labios.
Al final, nos separamos y unimos nuestras frentes, y mirando hacia arriba, me encontró con esos dos ojos escarlatas con un intenso brillo.
- Vaya, al parecer no somos la única parejita - una voz fue lo que nos separo, y grata sorpresa me llevé de quien estaba allí.
- Takano... Misaki - susurre en un tono bajo.
Aquello que formuló Takano, se escucho en un tono molesto.
- Ritchan no me contastes que salías con Haitani-san - lo que parecía ofensa, solo me hizo verlos con una mueca de incomodidad, ya que relativamente no estaban tan pegados el uno al otro, pero lo que sí los unía era un fuerte agarre en la que ambos no se soltaban.
- Yo también tengo mis secretos - argumente sin verlos a la cara, pero no era necesario ver que Takano se había molestado con mi comentario.
¿Porque se molesta?
- Pensé que eramos amigos - formuló Saga mientras se denotaba decepción.
¿Ahora soy yo el que fue un mal amigo? Si fue el primero en ocultarme su relación con mi hermano, y lo peor es que... ¡Fue durante tres meses!
¿Y me encara a mi por tener mis secretos?
- Hipócrita... - susurre bajo mientras bajaba de nuevo al mirada, pero fue escuchado por los oídos de Shin.
- No lo veas de esa forma Takano - interrumpió Shin de la nada con un tono divertido - recién empezamos a salir hoy... Es más, justamente estábamos por decirlo en la cena de esta noche.
Mis ojos se habían salido de sus órbitas ¿estaba... saliendo con Shin?
De algún modo eso no me molesto.
- ¿así? Bueno, supongo que malinterprete las cosas, les de... de... - ¿me da a mi, o parece un intento vano de decir "os deseo lo mejor"?
- ¿deseo lo mejor? - finalizó el pelirrojo - gracias pero no hace falta, con Ritsu a mi lado todo es mejor - una vez más, ese tonto de Shin sabe como avergonzarme.
Sentí la mirada molesta de Saga encima de mi. Su mirada me incomodaba y me ponía nervioso, es un hecho, mis sentimientos por el sigue siendo firmes.
"deja de mirarme por-fa-vor"
Y bajo la mirada atenta de Takano, entramos los cuatro a la vivienda, en la que fuimos recibidos por papá y mamá.
La tarde se hacía presente y finalmente la noche se proclamaba como rey, y la cena se sirvió. Tal y como el pelirrojo relato, se presentó antes mis padres como mi novio y Takano también se había presentado como novio de Misaki.
Al principio pensé que estarían un poco interesados, pero el tema de la cena solo giró entorno a Misaki y Takano, en la que Shin y yo fuimos excluidos. En esos momentos se me pasó a la cabeza que - "no les importo" - pero esos pensamientos se fueron al recordar que ellos me adoptaron ya me querían - "o eso creía"
Shin al parecer también noto dicha atmósfera en la éramos ignorados por las risas de mis padres.
No me tome importancia y junto a Shin terminamos la cena y nos despedimos argumentando que estaríamos arriba, solo recibimos un...
- Si si si... - dijo mi padre con desinteresado - JAJAJA, y bueno Saga, ¿crees complacer a mi hijo? - me sentí ignorado.
Me encontraba detrás de Shin subiendo las escaleras, y antes de desaparecer de la vista de los de la mesa, les dirigí una última mirada, y en la que Saga rápidamente conecto mirada conmigo.
Sentí que aquella mirada fue intensa, como las tantas veces que me miraba y sentía un cosquilleo en mi estomago.
- Ritsu vamos - la llamada de Shin me sacó de mi mundo y corte todo contacto con Saga.
Estuve solo un rato hablando con Shin, hasta que finalmente se tuvo que marchar. Esa noche me costó conciliar el sueño, este día había sido muy pesado, tanta información que retener y procesar, era bastante... Hasta que todo signo de duda se fue cuando caí ante morfeo.