¡Era todo un desastre! Sasuke se llevó la mano a la frente y trató de ocultar el hecho de que Kabuto confundiera todos los términos que le estaba diciendo. Desde la barra, tras una planta, no podía ver la cara de Naruto, pero debía estar alucinando. Se suponía que era el mejor de la clase, un artista pero no entendía los términos musicales.
En un intento por salvar la dichosa cita, Sasuke prefirió cambiar de tema. Era imposible que Kabuto hablase sobre su composición o sus notas sin meter la pata, lo que estaba confundiendo a ese rubio que no sabía por dónde continuar la conversación, creyendo que le tomaba el pelo. ¿Cómo era posible que el propio compositor y músico se confundiera con la música que él mismo tocaba? Eso es lo que Naruto debía estar pensando ahora mismo.
- Dile… que te gustó mucho Meteora – susurró Sasuke, tocando su vaso lleno de agua caliente con limón y miel para removerlo un poco antes de dar un sorbo.
- Me encanta Meteora – dijo Kabuto en su cita, con lo que a Naruto se le iluminó la cara.
- ¿En serio? Es uno de mis favoritos.
Incluso antes de que Sasuke pudiera abrir la boca para explicarle algo a Kabuto, éste ya estaba hablando, diciendo algo sobre un meteorito de no se qué que hizo que Sasuke escupiera el contenido de su vaso, consiguiendo que el camarero le mirase con incredulidad y Naruto pusiera una cara de asombro completo al no saber por dónde iba el tema.
- Meteora es un álbum, idiota – casi le gritó Sasuke por el pinganillo, lo que hizo que Kabuto se callase.
- Bromeaba – intentó sonreír Kabuto – quería ver tu cara.
- Ajá – fue lo único que pudo decir Naruto con una sonrisa incrédula.
- ¿Cómo no puedes conocer a Linkin Park? ¿De qué planeta has salido? – preguntó Sasuke cabreado.
Kabuto se excusó un segundo para ir al baño, lo que pareció ser un descanso para la mente de Sasuke. Éste suspiró casi aliviado, realmente necesitaba un descanso de todo aquello. Ese chico le había dicho que tenía una “cita con Naruto”, pero lo que Sasuke había visto era simplemente, una cena de trabajo. Naruto estaba allí intentando averiguar sobre Kabuto y su música porque podría ser un gran candidato a ganar ese casting, pero Kabuto estaba demasiado centrado en pensar que era una “cita”. Naruto sólo quería hablar de música… de su música para ser concretos.
- ¿Se puede saber por qué me estás dejando hacer el ridículo? – escuchó la chirriante y molesta voz de Kabuto a su espalda, apartando el vaso de su lado para evitar que Sasuke pudiera beber.
- A ver… que yo no te estoy dejando en ridículo, eso lo haces muy bien tú solito.
- No me toques las narices, Sasuke – golpeó el vaso Kabuto tirándolo al suelo y haciéndolo añicos.
- Te he dicho que mi música suena en drop D, excepto la última canción que he compuesto que es un drop E.
- ¿Y?
- ¿Y? Lo has confundido con la palabra inglesa “drop” y has empezado a hablar de la importancia del inglés en la música. No tiene nada que ver con afinar las cuerdas que es de lo que estábamos hablando Naruto y yo. Y por cierto… Naruto toca generalmente en Drop E, es un sonido mucho más pesado y tú le has dicho que era… “angelical” – sonrió Sasuke casi incrédulo – y no quiero hablar cuando has confundido la nota que le hizo famoso… y lo del meteorito ese… ha sido la gota que colmaba el vaso. Deberías cerrar la boca y sólo repetir lo que yo te diga.
- O continuar sin ti – le arrancó el pinganillo de la oreja, a lo que Sasuke se sintió aliviado.
- Es una gran idea, me voy, tengo cosas que hacer.
Con la idea de poder finalmente ensayar un poco, tomó la guitarra que llevaba, dejó unas monedas sobre la barra disculpándose con el camarero por el vaso roto y marchándose de allí con rapidez.
En la calle hacía mucho frío y en el mismo instante en que el viento rozó sus mejillas, echó de menos aquella calentita bufanda que Naruto le había prestado la última vez. Miró a través del cristal de la cafetería, al fondo, Naruto tecleaba algo en su móvil esperando a que Kabuto regresase. Quizá sí consiguiera Kabuto tener una cita con él mientras no hablasen de música y eso en parte le entristeció. No debería hacerlo, sólo era un guitarrista famoso y fanfarrón pero… por algún motivo… le dolía verle con Kabuto.
Sacó los guantes del bolsillo de la chaqueta y se los colocó. Sus dedos quedaron a la intemperie pero los necesitaba para poder tocar las cuerdas. Tan sólo se sentaría en el banco de algún parque y trataría de componer algo. Llevaba unos minutos tocando, cuando una voz le sobresaltó.
- Una escala de blues – sonrió Naruto a su espalda, asustando a Sasuke que dejó de tocar al instante – o escala hexatónica. ¿Puedo sentarme?
- El banco no es mío – se quejó Sasuke, pero Naruto sonrió antes de tomar asiento a su lado.
- ¿Estás tocando con la tercera menor? ¿Una pentatónica mayor? – preguntó extrañado – es más propio del soul o del country, aunque reconozco que el rock and roll también utiliza la escala de blues, aunque con alteraciones ligeras.
- Sólo estaba probando algo nuevo para el estribillo de una canción. ¿No estabas en una cita? – preguntó Sasuke con una sonrisa divertida antes de volver a colocar los dedos sobre las cuerdas.
- No me recuerdes eso. No entiendo… ¿Cómo Kabuto, siendo tan bueno en la música, me da la sensación como si no supiera nada? Hay momentos donde creo que es un buen chico y otros donde… me parece… una persona completamente diferente. Necesitaba salir de ese local, créeme. Es la conversación más absurda que he tenido sobre música en mi vida. ¡Me ha hablado de meteoritos!
Cuando Sasuke empezó a reírse, Naruto se quedó absorto en esa risa tan contagiosa y preciosa que tenía el moreno. Por algún extraño motivo, hablar con Sasuke le relajaba y además… le gustaba tanto la música como a él. Seguía sin entender cómo podía estar fregando suelos con el talento que tenía.
- Tienes cierto… no sé cómo decirlo – sonrió Naruto – un cierto toque a lo clásico, hacia el blues y el jazz pero a la vez, te he visto componer rock y tocar Linkin Park en el metro, eres… toda una sorpresa.
- Mi padre me enseñó a tocar, quizá por eso ves cierta influencia de los clásicos – le confesó Sasuke.
- ¿Era músico? – intentó indagar Naruto.
- Sí – comentó Sasuke con cierta tristeza en su mirada – él era… un músico extraordinario. Lo aprendí todo de él o casi todo – intentó sonreír aunque no le salió muy bien.
El cosquilleo regresó con rapidez a la garganta de Sasuke, obligándole primero a carraspear para intentar mitigarlo y finalmente, tosiendo con violencia hasta casi saltarle las lágrimas. ¡Era preocupante! Así lo sentía Naruto, esa tos no parecía remitir pero seguía achacándolo a un catarro.
- Ten – comentó Naruto quitándose de nuevo la bufanda.
No le dio tiempo a reaccionar, Naruto ya estaba colocando su bufanda sobre el cuello del moreno, bajando lentamente la cremallera de su chaqueta para poder meter los extremos por el interior y tapar todo su cuello sin dejar ni un resquicio al aire. Aquella bufanda… olía completamente al rubio. Era un aroma extraño que Sasuke no podía identificar con nada, pero a la vez, le gustaba.
- Yo no…
- No empieces con lo de la bufanda. Te dije que te la podías quedar.
- Y yo te dije que no me quedo con las cosas de los demás.
- ¿Ni cuando es un regalo? Tengo más bufandas en casa.
Se había quedado muy cerca del moreno. El halo que sus bocas dejaban escapar por el frío, chocaban debido a su cercanía pero ninguno se movió. ¡Debía estar loco! Eso es lo que Sasuke pensaba, loco por estar allí sentado en un banco de noche, en mitad de un parque con uno de los guitarristas más famosos entre la juventud, todo un ídolo y él… él sólo era un conserje de una escuela de arte, limpiaba suelos y ventanas, quitaba el polvo y enceraba. Era una locura intentar apuntar demasiado alto y Naruto… estaba por encima de sus posibilidades. Una estrella del rock como él jamás saldría con un conserje, de hecho, todos sus representantes le aconsejarían no hacerlo para no destruir su imagen pública.
- ¿Puedo? – preguntó Naruto al ver ese hilo que salía por su cuello hacia una de sus orejas. Tenía puestos los cascos de música.
Sasuke cabeceó en un “sí”, incapaz de poder hablar por la cercanía de ese rubio de brillante sonrisa y preciosos ojos azules. Cerró los ojos cuando los dedos de Naruto tomaron el hilo y sacaron con cuidado el auricular de su oído para poder ponérselo él. ¡Seguía demasiado cerca!
- Vaya… imaginaba que te gustaba Linkin Park tras escucharte en el metro pero… no esperaba que escuchases este cd en concreto.
- Me gusta – comentó Sasuke.
- ¿Qué es lo que más te gusta de Meteora? – preguntó Naruto, intentando obtener una respuesta a la pregunta que curiosamente le hizo también a Kabuto, pero éste… le cambió de tema sin saber qué responderle.
- La… - intentó hablar Sasuke, abriendo los ojos y sintiendo esa presión y excitación al hablar con él – la utilización del Shakuhachi – comentó finalmente – creo que incorporaron instrumentos poco utilizados e innovadores, me gustó mucho el uso de esa flauta japonesa. Crearon unos sonidos únicos que no se habían escuchado nunca en esos años.
Hablar con Kabuto había sido todo un infierno, si lo considerase una cita… sería la peor de todas pese a que el lugar era bonito y hasta romántico, sin embargo, encontrarse a Sasuke allí, hablar de música con él… aquello sí podría haberlo considerado como una cita perfecta y por eso mismo, Naruto sonrió. De una mala cita de negocios, había hallado una muy buena conversación al final. Ese chico escondía muchas cosas, misterios que no sabía responder. ¿Por qué había empezado a tocar la guitarra? ¿Quién era su padre? ¿Por qué estudiar música por sí mismo? ¿Por qué no cultivar el don que tenía para ella? ¿Por qué era conserje con ese don?... Preguntas y más preguntas, era lo único que tenía Naruto y, sin embargo, las palabras no afloraron, en su lugar, su mano derecha se colocó tras la cabeza del moreno y terminó de acercar sus labios con lentitud, poniendo más nervioso a ese moreno que sostuvo con firmeza la guitarra entre sus manos hasta sentir el roce de sus sedosos labios.
Por unos instantes, Sasuke disfrutó, dejó de pensar y se dedicó a disfrutar el momento. Pocas veces una súper estrella le besaría pero fue entonces… cuando esa palabra llegó a su mente, que se dio cuenta de que todo estaba mal. Él era el ídolo adolescente, un rockstar, sólo iba a ser un juguete en sus manos hasta que encontrase a otro fan o a alguien más interesante, a alguien de su mundo. Se separó entonces con lentitud. ¡No quería romper el contacto pero debía hacerlo! Tampoco quería poner en riesgo a su hermano por algo así y Kabuto era un hombre que se vengaría si se enteraba de ese beso, de su primer beso.
- Yo… esto no está bien – dijo finalmente Sasuke, empujando un poco a Naruto para poder ponerse en pie – tengo que volver a la academia.
- Ey… lo siento – intentó disculparse Naruto, tomando la muñeca del moreno que ya guardaba la guitarra en la funda para irse.
- Es mi culpa, ¿vale? No debí dejar que lo hicieras. Tú eres…
- ¿Yo soy?
- Somos muy diferentes. Tú tocas en escenarios y te codeas con famosos, yo friego suelos. Es imposible, sólo… hagamos que esto no ha pasado.
- Pero sí ha pasado – susurró Naruto viéndole marcharse con rapidez – sí ha pasado – se repitió también dudoso del motivo por el que lo había besado.