Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El conserje rockstar por Fullbuster

[Reviews - 93]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El aire faltaba en sus pulmones. El miedo y la desesperación se mostraba en sus brazos, luchando por salir a la superficie y poder respirar, pero su cuerpo no conseguía mantenerse a flote lo suficiente. La espalda que antes dolía, había desaparecido debido a la adrenalina por respirar.


Abría los ojos cuando salía a superficie, viendo la cabellera rubia de Naruto y escuchando cómo él creía que bromeaba. Los cerraba cuando su cuerpo se hundía una vez más, tratando de aguantar todo el aire posible. Los segundos se convertían en agonizantes minutos, el tiempo pasaba muy lento, se ahogaba sin remedio y ese idiota creía que bromeaba.


Finalmente, su cuerpo ya no pudo sostenerle más. Sus manos dejaron de chapotear, sus párpados se cerraron y sus fuerzas le abandonaron dejando que su cuerpo se hundiera.


- ¡Joder, Sasuke! – se dio cuenta de que no bromeaba.


Quitó la toalla que llevaba y la tiró al suelo tirándose de cabeza a la piscina. Era increíble que Sasuke se estuviera ahogando, así lo veía Naruto. Él había aprendido a nadar de pequeño. A los cinco años, su padre le llevó a clases de natación y todos sus amigos habían aprendido. ¿Cómo era posible que Sasuke no supiera nadar? No conocía a nadie que no supiera hacerlo.


Se sumergió y estiró la mano hasta agarrar la muñeca de Sasuke. Tiró de ella, consiguiendo frenar su descenso y acercarlo a él hasta poder agarrarle por la cintura y subirle a la superficie. En la superficie, aprovechó a respirar y tiró de él hacia el bordillo de la piscina.


Salir de la piscina fue toda una odisea, manteniendo a Sasuke en la superficie y saliendo él antes de sostenerle desde las axilas e impulsarle hacia arriba y sacarle. Lo dejó tumbado en el suelo, cerca del bordillo y revisó que respirase. Su camiseta se había levantado, culpa suya al sacarle de la piscina.


Agachó la cabeza hacia su pecho, escuchando el latido de su corazón. Por lo menos latía, era buena señal, sin embargo, al acercar el oído a su nariz, no respiraba. Eso le hizo asustarse. Jamás había hecho un boca a boca, pero… en principio sólo debía darle aire o eso creía Naruto. ¡No podía ser muy difícil! Había visto películas.


Acercó sus labios a los de Sasuke, todavía recordando el primer beso que fue incapaz de evitar. Eran tan suaves y excitantes… que sólo recordarlo le hizo sonrojarse. Se acercó con lentitud, todavía dudando si aquello era lo adecuado, cerrando los párpados para evitar mirar a ese chico tendido en el suelo y empapado. Se acercaba con suavidad, muy despacio, pero Sasuke abrió los ojos observando esos labios aproximándose, lo que hizo que frunciera el entrecejo y levantase el brazo, colocándolo en su pecho y empujando a Naruto para alejarle de él.


- ¿Qué coño crees que haces? – se enfadó Sasuke.


- ¡Sasuke! – sonrió Naruto al ver que estaba bien – creía que no respirabas.


- Pues claro que respiraba, aunque por poco. Eres muy lento, casi me ahogo, imbécil.


- Creía que estabas bromeando o querías putearme.


- ¿Eres idiota? No sé nadar.


Se incorporó con rapidez aunque el gesto de dolor no pasó desapercibido para Naruto. Fue a ayudarle, colocando su mano tras la espalda de Sasuke para ayudarle a incorporarse, pero en ese momento, con la camiseta subida, se fijó en esa gran cicatriz que cruzaba casi toda su espalda, siguiendo la columna vertebral.


¡Atónito! Así se quedó Naruto al ver aquella gran cicatriz, pero Sasuke pareció percatarse de cómo se había quedado Naruto para bajarse con rapidez la camiseta y tratar de levantarse pese al dolor.


- Deja que te ayude – se adelantó Naruto, intentando recomponerse de lo que había visto, pero Sasuke le dio un manotazo a su mano para alejarla de él.


- No estoy inválido, puedo hacerlo solo. No necesito tu ayuda.


Naruto se quedó sorprendido, Sasuke había vuelto a su carácter inicial con él y no podía reprocharle después de esas semanas. Aun así, tomaba bocanadas de aire y se notaba que aún estaba asustado por cómo temblaba su cuerpo.


- Yo me largo de aquí – se quejó Sasuke, poniéndose en pie pese al dolor y caminando hacia la salida con cuidado.


- Tú no te vas de aquí hasta que aclaremos este asunto – se enfadó Naruto, tomando con fuerza la muñeca de Sasuke y acercándole a él.


¡Estaban muy cerca! Tanto… que Sasuke se sonrojó al sentir la respiración del rubio golpeando sobre sus mejillas. También Naruto se dio cuenta de aquella cercanía, pero no hizo nada para remediarla. Por un instante, los dos se quedaron mirándose fijamente, empapados como estaban, uno frente al otro, perdidos el uno el los ojos del otro, creando un tenso silencio hasta que Naruto lo rompió.


- ¿Me robaste la grabadora? – preguntó cerca de su rostro.


- No – confirmó.


- Pero… ¿Sois un par de vándalos?


- Ya te he dicho que podía explicar eso. Es cierto que… bueno, nos colamos en la academia y destrozamos algunas cosas, sobre todo pintamos en los pasillos. Mi hermano ya tenía antecedentes, otra denuncia lo llevaría a un reformatorio, más al ser por el mismo delito. El director de la academia decidió que si limpiábamos todo y pagábamos por los desperfectos trabajando allí durante un tiempo, no denunciaría a mi hermano, así que aceptamos.


Naruto se quedó estático unos segundos. Las palabras de Sasuke habían llegado hasta él, pero sin embargo, su mente pensaba una y otra vez en la cercanía de ambos. Se centraba una y otra vez en la respiración del moreno. ¡Deseaba besarle! Pero hacerlo en ese momento sería demasiado peligroso, demasiado arriesgado teniendo en cuenta la tensión que había provocado ese problema en ambos.


- Lo siento, Sasuke, quizá saqué conclusiones precipitadas pero reconocerás que todo conducía a ti.


- Sé que las pruebas conducían a mí. Pero no soy el único que tiene llaves de la sala de limpieza. Cualquiera pudo dejar eso ahí.


- ¿Qué te ocurrió en la espalda? – preguntó Naruto casi en susurro pero con preocupación.


Sasuke tomó la camiseta, la bajó todavía más como si alguien pudiera ver esa cicatriz aunque era imposible y apartó la mirada hacia otro lado. Soltó el agarre y se apartó del rubio. La espalda le dolía demasiado, así que no podía correr. Salió a paso rápido seguido por Naruto.


- Deja de seguirme – se quejó el moreno.


- No has respondido a mi pregunta.


- Olvida lo que has visto, no es nada.


- Esa cicatriz que he visto te recorre media espalda por lo menos.


- Naruto, no te metas en mi vida.


- No quieres que me meta en tu vida pero has venido hasta aquí para llamarme idiota.


- Porque lo eres.


- ¿Sabes qué, Sasuke? El día de la audición, esperaba que aparecieras.


- ¿En serio? – preguntó Sasuke con ironía – creí que buscabas un cantante, no un guitarrista.


- He ensayado contigo, eres bueno en la música y tu estilo de guitarra es… espectacular. Es cierto que buscaba un cantante pero… no sé, por un momento creí que participarías.


- Ya te dije que no iba a hacerlo.


- Pues explícame por qué cuando escucho la música de Kabuto me recuerda a tu estilo.


- Y yo qué sé – se quejó Sasuke –. Sólo son estilos musicales, cualquiera puede practicar el que más le guste.


- Eres el único de tu edad al que he visto meter notas de Blue y Jazz en canciones de rock. Bueno… tú y Kabuto, lo que me parece muy extraño. Esa base clásica es muy rara, Sasuke, es como… si hubieras ensayado durante muchos años ese primer rock que se creó y a la vez… añades un toque moderno que diría es único. Y para mi sorpresa, compones tus propias canciones. ¿Dónde aprendiste, Sasuke? ¿Quién te enseñó a tocar así?


- Naruto, déjalo, ya tienes un cantante. Lo haréis público pronto, estoy convencido de ello.


- Ya lo han anunciado – susurró Naruto aunque no muy conforme – y le he pasado las canciones que debe cantar, pero no le he escuchado aún cantar ninguna.


- Estupendo entonces… ¿Por qué hablamos entonces de música?


- Porque echo de menos ensayar contigo – confesó – tienes mucho talento, Sasuke y mi canción está quedando genial con los arreglos que estás haciendo. Me gustaría poder ensayar contigo de nuevo.


- Estoy ocupado – dijo Sasuke – tengo mucho que hacer.


- ¿Fregar el suelo? – preguntó Naruto con ironía, por lo que se llevó una mirada asesina por parte del moreno – venga, Sasuke… por favor. Lamento mucho lo ocurrido.


- No es suficiente – aclaró Sasuke caminando nuevamente.


- ¿Y qué quieres que haga para que me perdones?


- No lo sé, Naruto, pero ahora mismo estoy disgustado contigo.


- Me gustas – casi gritó Naruto al ver que el moreno se marchaba, lo que hizo que éste se detuviera al instante – y no puedes negar que hay una… extraña atracción entre nosotros.


Sasuke regresó hacia él, acercándose más de lo normal. Su rostro casi rozaba el de Naruto, sus labios demasiado próximos eran tentadores y sus respiraciones chocaban una vez más contra su piel, pero incluso frente a que ambos sintieron ese impulso por besarse, Naruto se detuvo cuando escuchó a Sasuke reírse.


- Entre nosotros… no hay absolutamente nada – le dejó claro pese a que su corazón latía desbocado.


Era mejor así, no podía permitir que un artista como Naruto llegase a decir esas idioteces por un conserje. Los titulares podrían ser mortales para su fama si los periodistas llegasen a enterarse de algo así. Su carrera como artista estaría a salvo a partir de ahora. Lo que le fastidiaba era que Kabuto estaría allí en esa casa con todos los artistas, con Naruto a quien le tiraba los tejos, intentando ligar con él y robándole sus canciones. Pero no podía hacer demasiado excepto proteger la reputación de Naruto. Nadie diría nada si saliera con Kabuto, era otro “músico” como él, iba a ser famoso.


- Vamos, Sasuke, sé que hay algo, puedo sentirlo.


- Suéltame – se quejó Sasuke – te agradezco que me hayas sacado de la piscina, pero ya está, eso es todo.


La mano de Naruto soltó la muñeca de Sasuke. ¡Ni siquiera se había dado cuenta cuándo le había vuelto a sujetar! Pero el agarre cedió y Sasuke se marchó. En ese instante, Naruto sólo podía pensar en el motivo por el que el moreno mentía. Debía haber sentido lo mismo, esa tensión sexual entre ambos, esas ganas por besarle, por hacerle suyo, no podía ser sólo su imaginación. Además de eso, estaba preocupado por esa cicatriz que le había visto. ¿Qué le habría ocurrido para tenerla? Era una cicatriz horrible, una enorme que denotaba que había pasado por todo un calvario, pero era un tema del que no quería hablar y por el que él se moría por saber más.


Caminó hasta donde había dejado su toalla y buscó entre sus cosas el teléfono. El número de su padre era el primero de la lista, el primer número al que se debería llamar en caso de emergencias.


- ¿Naruto? – preguntó Minato.


- Papá… ¿Aún tienes ese amigo investigador? – preguntó Naruto.


- Sí, hace un tiempo que no hablo con él pero… sí.


- Entonces necesito un favor.


- ¿De qué se trata?


- Necesito que averigüe algo. Apunta el nombre.


- Dame un segundo, voy a buscar un bolígrafo.


Naruto esperó al teléfono, escuchando cómo al otro lado el ruido de cajones abriéndose iniciaba hasta que un “click” le indicó que había encontrado un bolígrafo.


- Vale, ya está. Dime.


- Sasuke... – pensó el apellido, pero nunca lo había escuchado – no me sé su apellido, pero trabaja de conserje en la academia de danza y arte. Tiene un hermano mayor, con antecedentes sobre algo relacionado con vandalismo. Necesito saber unos datos médicos sobre todo.


- Eso puede ser complicado de encontrar – le informó Minato – pero pasaré la información a mi compañero, investigará lo que pueda.


- Gracias, papá. Tiene… una gran cicatriz en la espalda, me gustaría saber qué le ocurrió.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).