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El conserje rockstar por Fullbuster

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Sus ojos se cerraban con lentitud y su cabeza caía hacia un lateral del sillón hasta que finalmente, entre el ruido de la televisión y el resto de músicos, se quedó completamente dormido con la cabeza sobre el brazo del sillón. Cuando Naruto consiguió cesar todas las bromas hacia su disfraz, pasó su vista al chico que le había acompañado todo el día para cerciorarse que cumplía sus objetivos, ahora estaba completamente dormido en el sillón y eso le hizo sonreír.


Gaara, a su lado, al ver que su compañero sonreía bajo ese disfraz, miró también hacia el lateral para ver al moreno dormido, acurrucado en el sillón como podía. Estaba agotado, se le notaba a la legua.


- Habría que despertarle y que vaya a su habitación a dormir. Va a dolerle todo si se queda en esa posición.


- Pues no tiene la espalda como para dormir toda la noche así – susurró Naruto al recordar su operación – lo llevaré a su habitación. Aunque... ahora que lo pienso... ¿Alguien sabe dónde está durmiendo Sasuke? – preguntó con dudas, no recordaba que alguien le hubiera dicho dónde iba a hospedarse en la casa.


Todos negaron con la cabeza a excepción de Kabuto, que simplemente, ignoró la pregunta como si no fuera el tema con él. Nadie allí sabía nada sobre ese chico y era raro. Sasuke siempre tan reservado.


- Neji, ayúdame a subirlo a mi espalda, me lo voy a llevar al cuarto para que duerma.


Finalmente y aunque Naruto al levantarse les golpeó a ambos con la cola de dinosaurio, sus compañeros le echaron un cable para cargar a un dormido Sasuke a su espalda. Por un momento, pensaron que se despertaría por los gestos y algún ruido que dejó escapar el moreno, pero pareció tener un sueño profundo. Cargado a la espalda del dinosaurio, Naruto se marchó de la sala en busca de alguien que pudiera decirle dónde se encontraba la habitación de Sasuke. ¡No halló a nadie a esas horas!


Deambulando por los pasillos de la gran residencia, sintiendo la respiración del moreno sobre su nuca y preocupado por lo que ahora sabía de su espalda, decidió buscarle un lugar donde pudiera dormir a gusto. Lo llevó a su cuarto y tras cerrar la puerta tras él, lo dejó con suavidad en la cama, pasándole una sábana por encima para evitar que se resfriase o su espalda pillara frío. ¡Ni siquiera quiso desvestirle! Sólo faltaría que Sasuke al despertar, se enfadase más con él por haber hecho alguna cosa que él sintiera inapropiada.


No creyó que pudiera dormir demasiado bien con el vaquero, pero la camiseta corta que llevaba no sería un gran problema. Simplemente, decidió quitarle el cinturón para evitar se pudiera hacer daño. Él podría cambiarse de ropa a la mañana siguiente cuando despertase.


¡Tenía que ir al baño! Se meaba mucho pero aún recordaba la última vez que trató de ir al aseo. Intentar abrir un pequeño hueco en ese disfraz para mear era toda una tortura. Le había prometido a Sasuke que no se quitaría ese disfraz en todo el día ni para mear y hasta las nueve del día siguiente, debía permanecer firme en su decisión si quería su perdón.


Bajar la cremallera del disfraz fue toda una hazaña que le costó como diez minutos y una vez superada la primera prueba, se quitó lo justo el disfraz para poder mear. Era difícil apuntar bien con esa enorme cabeza de dinosaurio que chocaba contra su pequeña lámpara en el techo y la movía de un lado a otro, creando sombras que le dificultaba poner acertar.


Con tanto movimiento de la lámpara, decidió inclinar un poco su cuerpo para que la dichosa cabeza se agachase también y así dejar de golpear contra ella. Apuntar en aquella posición fue muy complicado, jamás en su vida había meado tan lento como en ese instante, tratando constantemente de acertar en el lugar. Cuando acabó, se lavó bien las manos y volvió a subir el trozo de disfraz que se había tenido que apartar.


La habitación sólo tenía una lámpara pequeña encendida pero Sasuke se había acoplado bien a la cama. Estaba casi en medio, pero su cuerpo miraba hacia uno de los armarios. De hecho... ¡Estaba casi en su lado! Él solía dormir allí, pero viendo que ese chico ya estaba completamente dormido y bien posicionado, decidió cambiar de sitio por una noche.


Se acostó al otro lado, empujando un poco a Sasuke hacia la otra parte, alejándole del centro para poder tener sitio él. Empezó mirando hacia la puerta del baño. Ese disfraz era horrible, no encontraba una posición buena, de hecho, la cabeza de dinosaurio por encima de su cabeza golpeaba contra el cabecero, lo que le hizo finalmente, bajar la almohada hasta más o menos los hombros o el pecho de Sasuke para poder dejar que la cabeza de dinosaurio encajase.


¡Ni aun así podía dormir a gusto! Hacía mucho calor allí dentro de ese disfraz y era incómodo para dormir. Se giró, dejando la puerta del aseo a su espalda y viendo esta vez, la camiseta de Sasuke. Esperaba encontrarse con la espalda del moreno, sin embargo, se daba cuenta de que se había dado la vuelta también hacia él. Alzó la mirada, una de sus manos abiertas reposaba sobre la almohada, la otra a mirad de su brazo y estaba profundamente dormido. Como si no hubiera pegado ojo en demasiado tiempo.


Pese a estar a la altura de su pecho, Naruto alzó como pudo la cabeza para mirar el rostro relajado de Sasuke. Estaba muy tranquilo y hasta parecía un chico dulce cuando dormía. Aquel pensamiento hizo que sacase una sonrisa. Era diferente a cuando despertaba y desplegaba todo su mal carácter.


Su pecho subía y bajaba, su nariz tomaba aire con suavidad y sus labios estaban ligeramente abiertos, casi incitándole a besarlos y aunque deseaba hacerlo, se controló para evitar caer en la tentación. No quería hacerlo así. Le pidió un beso si hacía lo de la carnicería y lo había hecho, él se lo debía pero no quería dárselo con ese estúpido disfraz de dinosaurio puesto, quería disfrutar realmente del momento y por eso mismo, cerró los ojos intentando dormir, tratando de evitar pensar en sus labios.


***


Los leves rayos de luz entraron por la ventana. Sus párpados se movieron un par de veces, apretándose con mayor fuerza en un desesperado intento por permanecer un poco más en su sueño. Sin embargo, la molestia le hizo abrir finalmente los ojos, descubriendo con asombro y un pequeño susto, la cabeza de dinosaurio frente a él, lo que le hizo alejarse al instante. Todo su cuerpo se movió con una rapidez asombrosa y pese a que el grito no llegó a salir, el escalofrío que recorrió su cuerpo y le impulsó hacia atrás, lo tiró de la cama.


- ¡Ay! – dejó escapar Sasuke aquel quejido cuando su cabeza golpeó contra el armario a su espalda y su trasero tocó el suelo de madera.


Llevó la mano a su cabeza, apoyándola en ella como si ese gesto fuera a calmar un poco su dolor, pero no fue así. Sus ojos enseguida se fijaron en esa cosa que dormía en la cama y que ni se había inmutado tras su "accidente". La enorme cabeza de dinosaurio reposaba en el lugar donde debía estar la almohada, pese a que ésta, se encontraba más abajo.


Naruto dormía tranquilamente, dentro de ese disfraz donde debía estar asfixiándose de calor. Sasuke sonrió antes de fijarse en el reloj de la mesilla. Eran las nueve y media y eso significaba... que el muy idiota había cumplido con todo el trato. Lo había hecho todo. También él había cumplido sus promesas... excepto que aún no le había dicho personalmente que le perdonaba y... el beso. Se lo había prometido y él siempre cumplía con su palabra pero... debía largarse ahora mismo a la academia o estaría en problemas.


Con sigilo, se levantó del suelo y caminó hacia la puerta de la habitación para marcharse. Corrió todo lo que pudo para salir del edificio. Todavía llevaba la ropa del día anterior, pero no tenía tiempo para cambiarse, debía llegar a la academia y ponerse con sus faenas. Sólo esperaba que nadie se diera cuenta de su ausencia, pero no fue el caso. Cuando llegó a la academia, eran cerca de las once por culpa de los metros y Orochimaru le esperaba en el pasillo frente a la puerta del cuarto de limpieza.


- ¿Es que se te han pegado las sábanas? – preguntó Orochimaru al verle llegar.


- Lo siento, no volverá a ocurrir.


- Claro que no, una nueva escapada de esas con Naruto o entregaré todas las pruebas del vandalismo de tu hermano a la policía. ¿He hablado claro? No te acerques a él.


- ¿Es por miedo a que descubra que tu hijo no sabe entonar una mísera nota o por algo mucho más personal? – preguntó Sasuke, siendo consciente de que Kabuto andaba tras Naruto.


Orochimaru sonrió. No le gustaban las perspicacias de Sasuke pero estaba en lo correcto. Estaba ansioso para que su hijo conquistase a Naruto, eso le impulsaría definitivamente a la fama. Aprovecharse de la fama de otros para llegar a tu propia fama no estaba mal.


- Empieza a limpiar el suelo y hazme el favor de aprenderte la nueva canción, esta tarde te espero en el estudio para grabarla.


Una sonrisa se dibujó en el rostro de Sasuke, una de incredulidad. Estaba completamente atrapado y lo peor no era eso, sino que ahora Gaara sospechaba que algo estaba ocurriendo hasta el punto de haber creído que Kabuto podría haber sido su hermano. ¿Dónde iba a practicar la música si no podía escucharle nadie? Era imposible no coincidir con alguien. ¿Cuánto podría ocultar su secreto de Naruto o de Gaara? Todo estaba empezando a desmoronarse y cuanto más cerca estuviera de ellos, más cerca estarían de su secreto.


Puede que a Naruto pudiera esconderle cosas, era medio atolondrado, se tragaría sus mentiras pero Gaara, lo tenía en duda. Su oído era realmente bueno, había sido capaz de identificar sus notas y compararlas a las de Kabuto, se daba cuenta de lo similares que parecían. ¡Iba a pillarle! En algún momento lo haría. Sentía que su hermano pendía de un hilo.


Tenía que pensar en algo para alejar a Gaara, algo para evitar ser descubierto, al menos... no podían descubrirle antes de hacerse con las pruebas que inculpaban a su hermano. ¡Debían estar en el despacho de Orochimaru! O puede que en su propia casa, a la cual le sería imposible llegar. Necesitaba ese vídeo pero sería meterse en problemas de nuevo. ¿Y si le grababan robando la grabación de su hermano?


Un empujón lo sacó de sus pensamientos. La sirena sonaba en ese instante, los pasillos pronto se llenarían de gente. Dentro de su pequeño armario de limpieza, a oscuras y escuchando los murmullos y ajetreo que se formaba en el pasillo, finalmente se dejó llevar por las caricias que sus mejillas sentían. Esos dedos ágiles que con sus yemas le provocaban ciertas cosquillas, esa respiración sobre su rostro, casi desesperada e impaciente y los labios demandantes que hicieron contacto en los suyos en un beso pasional pero delicado.


Era tierno, por extraño que pareciera, por cómo sentía a Naruto frente a él impaciente por obtener su recompensa... en realidad, disfrutaba el beso. Luchaba contra su propia impaciencia para convertir aquel beso en algo lento y dulce. Lo saboreaba con calma, como si no quisiera tener que separarse rápido. ¡No! Hoy Naruto quería estar el mayor tiempo posible envuelto en su recompensa. ¡Le quería! Fue de lo que Sasuke se dio cuenta.


Ocultos en ese cuartucho lleno de fregonas, besando a la estrella rockera del momento, él... un simple conserje, sin padres, sin apenas estudios, un chico enfermizo que jamás practicó deporte o tuvo amigos propios, un chico al que todos consideraban raro. ¡Su manager le mataría si se enteraba de algo así! Pero a la vez... se sentía feliz de que él quisiera besarle pese a pensar que en algún momento, Naruto se cansaría de él. Esto sólo era un arrebato, estaba seguro de ello.


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