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El conserje rockstar por Fullbuster

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Era sábado por fin y llegó a la solitaria casa cerca de las nueve de la noche. Su madre debería estar allí, pero en su lugar, tan sólo había un papel en la nevera que decía: "He ido a ver una obra de Ballet, bebe mucha agua, cena algo ligero y desayuna hidratos de carbono".


Dejó escapar una profunda respiración y dio media vuelta. ¡Se le había quitado el hambre! En su casa siempre había normas, normas y más normas. Las nueces y la fruta era lo que más abundaba en esa casa. En cada canastro de fruta, podía encontrar lo mismo, la fruta y las nueces.


Ino se dejó caer sobre el sofá. Le dolían los pies de los ensayos pero debía seguir practicando a la mañana siguiente. Por lo general, el fin de semana suponía un descanso en la vida de sus compañeras, pero para ella... sólo era trabajar más duro que incluso en la academia. Su madre la presionaría más y más hasta que todo saliera perfecto.


Ballet, ballet y más ballet. Su madre había sido primera bailarina en una gran compañía de ballet y ahora que no podía bailar más, seguía obsesionada con ello. Quería que su hija llegase a ser la mejor pero aunque Ino había empezado amando ese deporte, ahora sólo sentía un agotamiento excesivo. Ya no le gustaba como antes, se había convertido en un trabajo a tiempo completo y no encontraba ni un segundo para ser ella misma.


¡Harta! Así se sentía, harta del ballet. Necesitaba un respiro. Escuchar tocar a Sasuke muchas veces era gratificante. Su madre la obligaba a escuchar los clásicos y siempre le había prohibido el rock, pero... cuando conoció a Sasuke y empezó a escuchar esos acordes que nunca podía oír, simplemente... ¡Había sido maravilloso!


Tras varios minutos, finalmente sus ojos se desviaron hasta la bolsa que había dejado en mitad del pasillo. Del bolsillo lateral, sobresalía un cd. Sasuke se lo había dado esa misma mañana diciendo que Gaara lo había compuesto para ella, expresamente con blues.


- Blues – susurró Ino esa palabra que jamás antes había escuchado.


La música siempre había invadido una gran parte de su vida y de hecho, su madre siempre la obligaba a escuchar los clásicos. Conocía lo que era el rock, o el pop, incluso las músicas típicas de discotecas porque amigas suyas las escuchaban, pero nunca antes había escuchado nada sobre el blues y eso llamó su atención al instante.


- ¿Y qué narices es el blues, Sasuke? – preguntó en voz baja para sí misma, todavía con los ojos fijos en la carcasa del cd que sobresalía de su mochila.


Se levantó del sofá y tomó la mochila para ir a su cuarto. ¡No tenía nada que ver con el de la academia! Allí ella podía esconder los pósters de los rockeros en su armario o entre los cajones para que su madre no los descubriera, pero en su cuarto... ¡Allí era imposible!


Al abrir la puerta, el póster de Alessandra Ferri le dio la bienvenida. Una bailarina que su madre idolatraba, de origen italiano y que había estado en las compañías de ballet como "La Scalla Ballet" o "American ballet". A su derecha, otros tres pósters, esta vez de Rossela Hightower, Eleonora Cassano y finalmente, el único póster masculino que pudo conseguir, el de Ángel Corella. ¡Muy cansada del ballet! Así se sentía.


Cerró la puerta tras ella, sacó la caja del cd del bolsillo y lanzó la mochila rodando por el suelo hacia una de las esquinas. Todo en su cuarto estaba perfectamente ordenado pero para ella, era un cuarto aburrido, lleno de ballet y medio vacío. Nunca había sido como las otras niñas, ni siquiera como el resto de bailarinas. Si su madre le traía una "Barbie", entonces era de ballet, todo tenía que ver siempre con lo mismo.


Abrió la puerta de cristal del mueble donde se encontraba el reproductor de música y apartó todos los cds que allí había. ¡Todo música clásica! Y algo de Jazz, nada más. Su madre siempre fue estricta con todo lo que tenía que ver con su educación musical. Beethoven, Piotr Ilich Tchaikovsky, Stravinski, Chopin o Mozart, esos eran los CDs que ella podía tener en su armario.


Sacó el último de los CDs que dejó allí. Era uno del compositor de Vincenzo Bellini. ¡Gaara lo había compuesto! Ni siquiera sabía el motivo para hacerlo, pero pensar en la frase de Sasuke, la sonrojó. Aquel chico, pese a que apenas cruzó palabra con él en toda la noche, le resultó extremadamente atractivo. Era cierto que pudo confiscar uno de sus pósters, y lo tenía escondido en el interior del cajón de su ropa interior. Sólo lo ponía en la pared cuando sabía que estaba sola y su madre no entraría para quitárselo.


Puso el CD en el cajetín y le dio al play. En la tapa había una nota escrita con muy buena ortografía. No era la letra de Sasuke, así que intuyó que tenía razón y ese chico pelirrojo poco hablador lo habría compuesto o escrito para ella. La nota se desplegó en varios fragmentos como si fuera un pergamino.


"Big Legged woman" de Muddy Waters 1972. Es lo que leyó Ino en el papel en el número uno que empezó a sonar. Ino sonrió, porque no sonaba como si lo hubiera grabado de algún CD, sino más bien, como si él mismo las hubiera tocado en algún estudio. Pasó al número dos por escuchar con rapidez un poco de todo lo que habría grabado. "Blues Delight - Slightly Hung Over".


Le gustaba el sonido, era diferente a todo lo que había escuchado hasta el momento. Sí tenía un toque clásico de fondo, pero... también había partes que tiraban más hacia el rock. Podía hacerse una idea de lo que era el blues. Tenía una estructura de unos doce compases por lo que podía contar, con un toque melancólico, pero lo que más le sorprendió fue escuchar la voz de Gaara. La había oído la noche anterior en el concierto, pero también le cedió la palabra a Sasuke con rapidez, así que lo escuchó muy poco. Tenía una voz realmente melancólica que quedaba muy bien con ese tipo de canciones. "El blues", pensó Ino, realmente le gustaba.


Cambió nuevamente la canción. "Balkun Brothers - Sally's Blues". Era el nombre de la tercera. Realmente le gustaba la voz de ese chico cuando cantaba, aunque reconocía que quizá... su voz no era demasiado adecuada para el rock o al menos, tras haber escuchado a Sasuke, reconocía que la de Sasuke era más armónica para los sonidos que ellos hacían.


La puerta de su cuarto se abrió con rapidez y la música dejó de sonar al instante. Su madre estaba enfadada, tanto, que abrió el cajetín del CD, lo lanzó al suelo y lo pisó con el tacón hasta romperlo.


- ¿Cuántas veces te he dicho que no escuches ese tipo de música? – preguntó su madre enfadada -. ¿Es que quieres estropear tu oído? Sólo necesitas la danza clásica, Ino. ¿Qué narices se supone que era?


- Sólo era blues – dijo Ino, como si ella conociera ese estilo musical desde hacía mucho tiempo cuando era la segunda vez que lo escuchaba.


- ¿Blues? ¿Estás de broma? ¿Música afroamericana? Una bailarina de ballet no necesita saber de Blues, ni de Jazz ni nada similar. Si tienes tiempo para escuchar estas cosas deberías practicar más. No se entra a la compañía "Tokyo Ballet" escuchando esto. Ve a cenar ahora mismo y cuando acabes, podrías practicar un poco. ¿No tienes la prueba final en unas semanas? Deberías estar escuchando la pieza que vas a bailar y memorizar cada nota con el movimiento de tu cuerpo, en eso consiste el ballet.


***


Naruto entró por el salón donde se habían reunido todos. Todavía estaba preocupado por la guitarra de Sasuke. Era muy posible que no quedase como antes tras restaurarla. Sin duda había sido todo un shock para Sasuke perder aquella guitarra, pero lo único que él podía hacer era trabajar más y ganar dinero para la restauración. Esperaba que Kabuto al final, consiguiera el dinero de la guitarra que había roto, aunque siempre podría recurrir a Orochimaru.


El chocolate humeante de la mesa le indicaba a Naruto que todos luchaban por intentar mantenerle calmado aunque era evidente, que no lo lograban. La pérdida de su guitarra lo había destrozado y Naruto entendía ese sentimiento. Si a él le hubieran roto algo tan valioso, como por ejemplo, la grabadora de su padre, también estaría con ese mal carácter.


- ¿Cómo está? – preguntó Naruto a Gaara cuando se acercó a él, más que nada, por intentar saber su estado, aunque se imaginaba que nada bien.


- Yo de ti lo vigilaba por la noche o es posible que nos despertemos y se haya cargado a Kabuto.


- Me imagino.


- Está agobiado, triste y con mucha ira. No he querido decirle nada de la guitarra, de hecho, piensa igual que los demás, que va a tener que comprarse una nueva.


- Intentaré arreglarla.


- Ya, bueno... por intentarlo, aunque ya te dije que está muy destrozada, es probable que no puedan hacer nada por ella.


Naruto miró nuevamente a su chico, porque así era... era su chico desde hacía unas horas, unos días. Se acercó con lentitud hacia donde estaba despotricando acerca de Kabuto y su guitarra. Evidentemente estaba muy enojado y tenía motivos para ello. Al ver el resto cómo Naruto se acercaba, decidieron dejarles a solas. El silencio reinó unos segundos hasta que el ruido de la puerta, les indicó que se habían quedado a solas.


- Sasuke, de verdad que lamento lo de tu guitarra pero lo solucionaré. ¿Vale?


- ¿Solucionarlo? Está hecha pedazos – se quejó Sasuke con un brillo en sus ojos que le hizo entender a Naruto que iba a llorar.


- Dame una oportunidad de recompensarte por lo sucedido.


- Tú no tienes que recompensarme nada, no es... - se le cortó la voz – es que no ha sido tu culpa, sino la de ese imbécil que no sabe valorar...


- Sé cómo te sientes, Sasuke – le cortó al ver cómo se quedaba sin voz y trataba de reprimir las lágrimas.


¡No podía reprimir más las lágrimas! Lo intentaba con todas sus fuerzas pero aun así, una se escapó de sus ojos finalmente, obligando a Naruto a sentarse a su lado, agarrar con una mano la nuca del moreno y arrastrar su rostro hasta su hombro para que llorase tranquilo. Debía sentirse realmente impotente, sin nada que pudiera hacer ahora mismo ante la situación.


- Lo arreglaremos, ya lo verás – susurró Naruto, acariciando con suavidad el cabello oscuro de Sasuke.


Sin previo aviso, los dedos del moreno se agarraron a la camiseta del rubio. Naruto sentía la presión, pero se mantuvo firme, dejando que llorase sobre su pecho en silencio, agarrándose a su espalda con fuerza como si así, la rabia que sentía pudiera desaparecer. Ambos sabían que no funcionaría, pero ahora mismo, nada más podían hacer excepto asimilar la nueva situación.


Durante largos minutos permanecieron en la misma posición. No quería dejar solo a Sasuke en esos momentos, no era nada pertinente hacerlo. Por eso mismo, lo único que podía hacer en estos momentos, era invitarle a su cuarto y que durmiera con él. Al menos podría mantenerle vigilado para que no cometiera locura alguna.


- Ven... vamos a mi cuarto. Dormirás más a gusto allí.


- No quiero molestarte y...


- ¿No estamos saliendo? – preguntó Naruto con una sonrisa sincera -. ¿No puedo dormir con mi novio?


- Pero... tu representante puede que...


- Ya hablaré con él. ¿Vale? Sólo es eso. Un representante, quiero que lleve mi vida profesional pero no mi vida privada. Tendrá que asimilar que quiero estar contigo.


Aquellas palabras sorprendieron a Sasuke. Sin embargo, Naruto no estaba dispuesto a perderle y desde luego, cuando le dijera a su representante que quería tomar más trabajos publicitarios para poder obtener dinero extra para la guitarra de Sasuke, seguramente se alegraría. Así que no era un tema que ahora mismo le preocupase demasiado. Debería aceptar esa relación porque no pensaba dejarla.


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